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CASCOS IMPERIALES ROMANOS PROCEDENTES DE HISPANIA por TOMÁS VEGA A VELAIRA Grupo Arqueológico Larouco RESUMEN Generalmente, los estudios sobre la presencia del ejército romano en Hispania se refieren a la organi- zación, composición y evidencia epigráfica de las unidades legionarias y auxiliares estacionadas aquí, y otros aspectos, como los asentamientos (campamentos, fuertes, fortines...) y equipamiento militares han ocupa- do un lugar secundario hasta fechas más o menos recientes en la bibliografía especializada. Por este moti- vo, nuestro objetivo es presentar un catálogo de los yelmos imperiales romanos (completos o fragmenta- rios) encontrados en Hispania para contribuir a llenar este vacío. El origen de este material arqueológico es diverso: naufragios (los tres cascos de Moro Boti), campamentos (carrilleras de Rosinos de Vidriales, por- tapenacho de Baños de Bande, pieza para fijación de un portapenacho de Herrera de Pisuerga, ciudades (asas para transporte de Iruña y Conimbriga), basureros (carrillera de Uralde), etc. Como podrá verse más adelante, entre las piezas recuperadas, se constata la presencia del tipo Weisenau como mayoritaria. ABSTRACT Studies on the presence of the Roman army in Hispania deal with organization, composition and epi- graphic evidence of the auxiliary and legionary units settled here, and other aspects as military settlements (camps, forts, fortlets...) and equipment (weapons, armour...) occupy and insignificance place at the spe- cialized bibliography. For this reason, I would like to present a catalogue of the roman imperial (fragmen- tary or complet) helmets found at Iberian Peninsula to contribute to fill this empty. The origin of this archeological material is diverse: shipwrecks (three helmets from Moro Boti), forts (two cheek-pieces from Rosinos de Vidriales), slide-on-crest-holder from Baños de Bande, slide-on-crest-holder attachment from Herrera de Pisuerga, cities (carrying handle from Iruña y Conimbriga), rubish dump (cheek-piece from Uralde), etc. The presence of Weisenau type is majority. EL CASCO Y LA PANOPLIA DEL SOLDADO ROMANO La admiración de los escritores de la Antigüedad clásica sobre la organización del ejército roma- no ha sido puesta de manifiesto en numerosas ocasiones y, en concreto, abundan los testimonios sobre la calidad de su panoplia. Así, en palabras de Polibio, “la formación romana es óptima, pues todo romano, una vez que se ha armado y se dirige al combate, está equipado igualmente para cual-

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CASCOS IMPERIALES ROMANOS PROCEDENTES DE HISPANIA

por

TOMÁS VEGA AVELAIRA

Grupo Arqueológico Larouco

RESUMEN

Generalmente, los estudios sobre la presencia del ejército romano en Hispania se refieren a la organi-zación, composición y evidencia epigráfica de las unidades legionarias y auxiliares estacionadas aquí, y otrosaspectos, como los asentamientos (campamentos, fuertes, fortines...) y equipamiento militares han ocupa-do un lugar secundario hasta fechas más o menos recientes en la bibliografía especializada. Por este moti-vo, nuestro objetivo es presentar un catálogo de los yelmos imperiales romanos (completos o fragmenta-rios) encontrados en Hispania para contribuir a llenar este vacío. El origen de este material arqueológico esdiverso: naufragios (los tres cascos de Moro Boti), campamentos (carrilleras de Rosinos de Vidriales, por-tapenacho de Baños de Bande, pieza para fijación de un portapenacho de Herrera de Pisuerga, ciudades(asas para transporte de Iruña y Conimbriga), basureros (carrillera de Uralde), etc. Como podrá verse másadelante, entre las piezas recuperadas, se constata la presencia del tipo Weisenau como mayoritaria.

ABSTRACT

Studies on the presence of the Roman army in Hispania deal with organization, composition and epi-graphic evidence of the auxiliary and legionary units settled here, and other aspects as military settlements(camps, forts, fortlets...) and equipment (weapons, armour...) occupy and insignificance place at the spe-cialized bibliography. For this reason, I would like to present a catalogue of the roman imperial (fragmen-tary or complet) helmets found at Iberian Peninsula to contribute to fill this empty. The origin of thisarcheological material is diverse: shipwrecks (three helmets from Moro Boti), forts (two cheek-pieces fromRosinos de Vidriales), slide-on-crest-holder from Baños de Bande, slide-on-crest-holder attachment fromHerrera de Pisuerga, cities (carrying handle from Iruña y Conimbriga), rubish dump (cheek-piece fromUralde), etc. The presence of Weisenau type is majority.

EL CASCO Y LA PANOPLIA DEL SOLDADO ROMANO

La admiración de los escritores de la Antigüedad clásica sobre la organización del ejército roma-no ha sido puesta de manifiesto en numerosas ocasiones y, en concreto, abundan los testimoniossobre la calidad de su panoplia. Así, en palabras de Polibio, “la formación romana es óptima, puestodo romano, una vez que se ha armado y se dirige al combate, está equipado igualmente para cual-

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quier lugar y cualquier ocasión, contra cualquier aparición del enemigo” (Polibio, Historias XVIII,32, 10). Por otra parte, Tácito exalta la superioridad de las protecciones de las cuales se beneficia elsoldado romano (Tácito, Annales II, 21), mientras que Flavio Josefo expresa su admiración por elarmamento y el modo de combatir de las tropas romanas (Bellum Iudaicum II, 94ss.). Todavía en elsiglo III, Herodiano (III, 4, 9) piensa que la superioridad militar de Roma se debe en gran medidaa la calidad del armamento individual de los soldados.

La singularidad del armamento defensivo y ofensivo es puesta de manifiesto por Oldenstein enun artículo publicado hace un par de décadas de una manera muy gráfica. Según el investigador ale-mán “si se presentase a los profanos que estuviesen un poco interesados tres fotografías representan-do a hombres de diferentes épocas y entre ellos a un soldado romano, estoy seguro que la mayoríade los observadores identificaría a éste como tal. Por el contrario, si se tratase de reconocer a un caba-llero francés, español o sueco del siglo XII o XIII estos mismos profanos, probablemente, no estarí-an tan seguros como en el caso del combatiente romano de los siglos I al III d. de C.”. Entre lascaracterísticas más singulares de la panoplia romana se encontrarían el casco con guardanuca y pena-cho, la coraza segmentada, la espada de hoja corta y doble filo y el escudo cuadrangular semicilín-drico (Oldenstein, 1984:36).

La panoplia típica del soldado constaba de armas tanto ofensivas como defensivas. Entre las pri-meras podemos citar armas de empuñadura, como la espada corta (gladius) o larga (spatha), y elpuñal (pugio), y armas de hasta como el pilo (pilum) o la lanza (hasta/lancea). Entre las segundas seincluyen, por un lado, las armas pasivas como el casco (cassis/galea), la coraza (lorica) y las grebas(ocreae) y, por otro, las activas, en concreto el escudo (scutum). A pesar de que podemos hablar deuna panoplia tipo entre las tropas legionarias y auxiliares de Roma, no existía un concepto de uni-formidad semejante al de los cuerpos militares actuales y si analizamos con detalle las armas y el con-texto en donde fueron encontradas podremos apreciar una notable variedad. Como bien señalóRobinson, en uno de los trabajos pioneros de la temática que nos ocupa, la uniformidad de equi-pamiento en sentido romano significaba que cada soldado llevaba un yelmo, una coraza, una daga,una espada, un escudo y dos jabalinas, así como una vestimenta básica consistente en una túnica,un cinturón, una capa y unas botas (Robinson, 1975: 9).

De todos los componentes de la panoplia del soldado en este trabajo vamos a centrarnos exclu-sivamente en un elemento que ha permanecido como esencial desde su aparición en la Edad delBronce hasta nuestros días: el casco que junto con la coraza y el escudo constituyó el equipamien-to defensivo básico, tanto legionario como auxiliar, desde la reforma de Mario (Feugère, 1993: 109).La función principal de este arma es proteger la cabeza del guerrero de los golpes causados tanto porlas armas de empuñadura y de hasta, como por los proyectiles utilizados por sus adversarios. Por talmotivo, las características técnicas de los yelmos romanos nos proporcionan información tanto delmodo de defenderse como de las diferentes técnicas de combate empleadas por su portador. Detodas las formas de protección pasiva el casco es, sin duda, la más frecuente debido a las siguientesrazones: protege una parte vital del cuerpo, en la que una herida ligera incapacita al soldado paracombatir mientras que una grave proporcionaría la muerte; por otro lado, en comparación con lacoraza, el casco es más ligero, limita menos la movilidad y su fabricación es menos costosa y, en últi-mo lugar, la cabeza debe de tener una protección que le permita visibilidad a la hora de combatir1.

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1 Sobre los motivos de la frecuencia de la aparición de los cascos entre el equipamiento defensivo, seguimos las observa-ciones señaladas por Quesada Sanz en su estudio sobre el armamento ibérico las cuales creemos aplicables también en el casoromano (1997: 550).

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Además de su función protectora, el yelmo es diseñado al mismo tiempo como un símbolode ostentación que define el estatuto del soldado tanto ante poblaciones amigas, en la vida civil,como ante sus adversarios. Para ello se utiliza tanto la decoración a base de relieves de diferentessignificados como el empleo de penachos o airones. Estos elementos añadidos se diseñan tambiénpensando en impresionar ya que hacen aparecer al combatiente como más alto y robusto (Que-sada Sanz, 1997: 550 y Feugère, 1994: 7). En definitiva, podemos decir que el casco tiene unvalor funcional, simbólico y psicológico.

CATÁLOGO DE LAS PIEZAS

Respecto al material identificado como militaria en Hispania, hasta el momento su presenciaen la bibliografía internacional es prácticamente inexistente y en los manuales clásicos se pone demanifiesto su escasez la cual contrasta con la abundancia de hallazgos proporcionados por las pro-vincias de Britannia, Germania superior y Germania inferior (Bishop & Coulston, 1993; Feugère1993). Por estos motivos esperamos que el catálogo de cascos, completos o fragmentados, ofreci-do a continuación contribuya a un mayor conocimiento de la presencia de los restos materialesdejados por los soldados romanos en Hispania a lo largo de su estancia.

1. Casco (Moro Boti n. 1, Cabrera, Islas Baleares) (Fig. 1)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Procede de los restos de un pecio que naufragó enaguas de Cabrera, la menor de las cinco islas principales del archipiélago balear. Este pecio deépoca romana (Pecio A) había sido descubierto junto con otro (Pecio B) que contenía materialesde época púnica (Veny & Cerdá, 1972). El pecio A apareció cerca del cabo de Moro Boti, al nortede la isla, flanqueando la entrada de la Cala Gandulf, por lo cual también es conocido con estenombre.

Descripción: El casco está formado por una delgada lámina de bronce de apenas 1 mm. deespesor. El capacete es redondeado y profundo. La mitad anterior posee paredes verticales que ter-minan en un reborde liso, mientras que la mitad posterior se prolonga formando un guardanucasemicircular con una ligera inclinación hacia abajo. Las dimensiones del capacete en sus ejes sonde 23 cm (anteroposterior) y 21 cm (transversal). El guardanuca tiene una anchura de 11, 7 cmEn la parte superior el yelmo posee una plaquita rectangular con unas dimensiones de 4 por 6cm y su función era la de sujetar el pie del portapenacho. En el borde del casco se conservan lasdos características muescas en la zona de las orejas. Sin embargo se han perdido las dos carrille-ras de las cuales sólo quedan fragmentos de la bisagra de sujeción de la pieza del lado derecho ylos remaches de su homóloga del lado izquierdo. La parte frontal cuenta con un refuerzo en arcode círculo macizo de sección rectangular de 2 cm de ancho por 0,6 cm de espesor que se encon-traba fijado a la altura de las sienes por dos remaches, conservándose tan sólo el del lado derecho.En su zona central este refuerzo posee una decoración a base de pequeños trazos incisos dispues-tos en diagonal. Asimismo, la parte frontal del casco posee la típica decoración en relieve a basede “cejas”2 arqueadas hacia arriba con 12 cm de cuerda y, en esta ocasión, no están onduladas enla habitual forma de S. En la línea de separación de las cejas se conserva una anilla de 2 cm de

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2 Sobre las diferentes variantes de la decoración a base de “cejas”, vid. Robinson (1975: 46, figs. 52-61).

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diámetro, cuya función sería la de contribuir al sistema de fijación del penacho. La zona occipi-tal está decorada por dos acanaladuras que, al mismo tiempo, servían para reducir los impactosde los golpes. El guardanuca tiene dos semicírculos concéntricos y en su zona central conserva unorificio circular de 0,5 cm de diámetro en el cual se fijaría un asa para sostener el casco. Desde elpunto de vista tipológico, este ejemplar se identifica con el modelo Weisenau3.

Fig. 1. Casco tipo Weisenau n. 1 procedente del naufragio de Moro Boti (Veny, 1979, fig. 1).

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3 Si se emplea la clasificación de Robinson se incluiría en la variante A del grupo “Imperial-Gallic” (Robinson, 1975: 45 ss.).

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Cronología: La homogeneidad del cargamento del pecio (lingotes de plomo con inscripcionesreferidas a sus propietarios, cerámica común, sigillata tipo 36 de Goudineau, ánforas de diversasvariantes del tipo Dressel 7, etc.) permiten datar este casco en el primer cuarto del siglo I d. C.

Paralelos: Entre los cascos con más similitudes podemos mencionar los ejemplares proceden-tes de Nijmegen ((Klumbach, 1974: n. 28; Robinson, 1975: láms. 100-103; Waurick, 1988: 337,fig. 3, 1, n. 2) y Valkenburg (Holanda) (Robinson, 1975: lám. 113 ss.; Waurick, 1988: 337, n.6), así como otro procedente del río Kupa (Croacia) (Robinson, 1975: lám. 107-110).

Paradero actual: Colección particular (Mallorca).Bibliografía de la pieza: Veny, 1979: 467, fig. I y lám. 1; Feugère, 1993: 2664.

2. Casco (Moro Boti n. 2, Cabrera, Islas Baleares) (Fig. 2)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): idem. Pieza 1.Descripción: Aunque ligeramente más pequeño que el casco anterior guarda muchas similitu-

des. Se encuentra deteriorado en la zona correspondiente a la región occipital del capacete tantoen el interior como en el exterior, asismismo también se aprecian daños en el guardanuca. Al igualque el otro ejemplar, el material empleado en su fabricación fue el bronce. Sus ejes miden 23,5cm (anteroposterior) y 18 cm (transversal), alcanzando la pieza una altura de 18 cm Por su parte,la máxima anchura del guardanuca es de 10 cm En la parte superior del capacete se conserva laplaquita rectangular utilizada para fijar el portapenacho. En la zona frontal vuelve a apreciarse elrefuerzo en arco de círculo con su ornamentación a base de trazos incisos en diagonal que se fijatambién en las sienes por medio de dos gruesos clavos. En la misma región se aprecia una deco-ración en relieve a base de “cejas” de sección rectangular, arqueadas hacia arriba y aguzadas en elextremo superior. En el centro de la decoración contamos de nuevo con una anilla que formaríaparte de los sistemas de fijación del penacho. Dos molduras en la región occipital contribuyen ala decoración y refuerzo del yelmo al igual que señalamos para el ejemplar anterior y el guarda-nuca posee otra vez los semicírculos concéntricos en relieve. En este yelmo vuelven a estar ausen-tes las carrilleras y, en la parte delantera de las escotaduras practicadas para las orejas, se aprecianrestos de los remaches que las unían al capacete. Este casco se identifica con el modelo Weisenau.

Cronología: idem. pieza 1.Paralelos: idem. pieza 1.Paradero actual: Colección particular (Mallorca), diferente a la del casco anteriormente ana-

lizado.Bibliografía de la pieza: Veny, 1979: 467-469, fig. II y lám. 2; Feugère, 1993: 266.

3. Casco (Moro Boti n. 3, Cabrera, Islas Baleares)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): idem. pieza 1.Descripción: La información sobre el tercero de los cascos procedentes del naufragio es míni-

ma. El autor del estudio de los materiales aparecidos en el naufragio sólo pudo ver una fotogra-

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4 Feugère en su relación de naufragios del Mediterráneo proporciona dos datos erróneos acerca de los cascos números 1(pieza 1 de nuestro catálogo) y 2 (pieza 2, vid. infra) de Moro Boti. Por un lado dice que son de hierro, cuando en realidadestán fabricados en bronce, y, por otro, indica una cronología en torno a 50-100 d. C., cuando el material asociado parecereflejar un período anterior (Feugère, 1993: 266).

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fía de mala calidad que no permitía apreciar los detalles morfológicos del yelmo, no obstante seveía muy deteriorado. Quizás estuviera hecho en bronce y fuera similar a los dos anteriores.

Cronología: idem Pieza 1.Paralelos: ¿idem Pieza 1?.Paradero actual: desconocido.Bibliografía de la pieza: Veny, 1979: 467.

Fig. 2. Casco tipo Weisenau n. 2 procedente del naufragio de Moro Boti (Veny, 1979, fig. 2).

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4. Fragmento de casco nº 1 (Condeixa-a-Velha/Conimbriga, Portugal) (Fig. 5, 5)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): A pesar de su estatuto civil, esta pieza fue descubier-ta en la ciudad de Conimbriga aunque en un contexto que presenta serias dificultades interpreta-tivas5.

Descripción: Se trata de un fragmento de placa de bronce que coronaba la visera de un cascomodelo Weisenau. Posee una decoración moldeada constituida por dos cintas onduladas entrela-zadas delimitadas por líneas de perlas y líneas en forma de hélice. En su estado actual conservauna longitud de 5, 2 cm., una anchura de 3 cm y un espesor de 1 mm.

Cronología: Las armas y piezas de equipamiento militar encontradas en Conimbriga en sumayoría aparecen en capas superficiales por lo cual atribuirles una datación segura no siempre esfactible. Pese a todo los excavadores del yacimiento han podido diferenciar dos grupos principa-les en consonancia con la historia política de la ciudad y la región: el primero de ellos no sobre-pasaría la primera mitad del siglo I d. C. y el segundo podría fecharse en torno a los siglos IV yV d. C. Esta pieza se incluiría por contexto y tipología en el primero de los grupos (Alarcão etalii, 1979: 87).

Paralelos: Rheingönheim (Robinson, 1975: fig.82), Weisenau (Robinson, 1975: lám. 111-112), Aislingen (Ulbert, 1959: fig. 25, 15) y Burghöfen (Ulbert, 1959: fig. 51, 22), Idria (Aus-tria) (Robinson, 1975: lám. 117) y Colchester (Hawkes & Hull, 1947: 336, fig. 62).

Paradero actual: Museu Monografico de Conimbriga (Portugal), Nº de inventario 65201.Bibliografía de la pieza: Alarcão et alii, 1979: 95,100 y lám. XX, 57; Moutinho Alarcão & Da

Ponte, 1984: 107, n. 429, 3.

5. Fragmento de casco nº 2 (Condeixa-a-Velha/Conimbriga, Portugal)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): idem. pieza 4.Descripción: Solamente sabemos de su existencia por una mención de los estudiosos del yaci-

miento que en la publicación de los materiales recuperados ni la describen ni presentan material grá-fico que ayude a su análisis aunque, eso sí, indican que es un fragmento similar a nuestra pieza 4.

Cronología: idem. pieza 4.Paralelos: Carecemos de elementos de juicio para buscar similitudes.Paradero actual: Se encuentra en los fondos depositados en el Museu Monografico de Conim-

briga (Portugal).Bibliografía de la pieza: Alarcão et alii, 1977: 95.

6. Asa de casco (Condeixa-a-Velha/Conimbriga, Portugal) (Fig. 5, 4).

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): idem. pieza 4.Descripción: Se trata de un asa de casco, probablemente Weisenau, fabricada en bronce que

se utilizaba para su transporte. Estaría fijada en el guardanuca del yelmo por medio de remachesde los cuales conserva uno en un extremo. Presenta las extremidades replegadas y molduradas enforma de balaustre. Esta elaboración simple es característica de asas similares del siglo I y comien-zos del siglo II d. de C. ya que en épocas más tardías son más elaboradas y poseen remates en cola

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5 Sobre la presencia de material militar en ámbitos civiles, vid. infra.

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de delfín. Conserva una longitud de 5 cm y una altura en el arco de 3 cm La identificación deeste tipo de objetos suele ser problemática y, en ocasiones, pueden confundirse con manillas decajones de pequeños muebles o con asas de vasos metálicos; no obstante, dada su similitud conotras piezas atribuibles a cascos y su aparición junto con otras piezas de equipamiento militar, nosinclinan a catalogar este ejemplar como un elemento perteneciente a un yelmo6.

Cronología: Esta pieza apareció en un nivel de ocupación bárbaro en la zona de las termasaunque en nivel estratigráfico claramente alterado que no resulta válido para su datación. Suscaracterísticas morfológicas nos llevan a situar la pieza preferentemente en la segunda mitad delsiglo I d. de C.

Fig. 3. Carrillera de casco procedente del campamento de Rosinos de Vidriales (Zamora) (Balil, 1985).

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6 Las asas para sujeción y transporte se conservan fijadas en muchas ocasiones en cascos tanto del tipo Weisenau comoen los modelos Haguenau o Niederbieber. En el caso concreto de los yelmos Weisenau podemos citar diversos ejemplares pro-cedentes del Rhin en las inmediaciones de Mainz, de Niedermörmter (Robinson, 1975: láms. 128, 136-139, 140, 166-169,179-182; Waurick, 1988: fig. .4, 3 y 5, 3). Asimismo, Robinson (1975: figs. 76-80) identifica piezas similares a la nuestraprocedentes de Mülheim, Cordbridge y del Rhin en Mainz como asas de casco. Por su parte, Alarcão et alii (1979: 95), parael hallazgo de Conimbriga, y Gil Zubillaga (1990: 159), para otro realizado en Iruña (Álava), también son partidarios de iden-tificar estos objetos como asas de cascos.

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Paralelos: Existen múltiples asas similares a la nuestra aunque como más evidentes podemosdestacar los siguientes: Heddernheim (Fischer, 1973: fig. 17,5 y 8, esp. fig. 18, 1) Hod Hill(Brailsford, 1962: 16, lám. XI, 136) y Corbridge (Robinson, 1975: fig. 80, lám. 89, 138 y 262;Bedoyère 1989: 20, fig. 3c).

Paradero actual: Museu Monografico de Conimbriga (Portugal), Nº de inventario 68.653.Bibliografía de la pieza: Alarcão et alii, 1979: 95, 100 y lám. XX, 56; Moutinho Alarcão &

Da Ponte, 1984: 107, n. 429, 1.

7. Asa de casco (Condeixa-a-Velha/Conimbriga, Portugal)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): idem. pieza 4.Descripción: Es idéntica a la pieza analizada anteriormente. Igualmente estaríamos ante un asa

de casco, probablemente Weisenau, también fabricada en bronce. En este caso la pieza tiene unalongitud de 4 cm y una altura en el arco de 3, 1 cm

Cronología: Como su homóloga también se dataría en la segunda mitad del siglo I d. de C.Paralelos: Serían los mismos que los indicados para la pieza 6.Paradero actual: Museu Monografico de Conimbriga (Portugal), n. inv. A.110.Bibliografía de la pieza: Moutinho Alarcão & Da Ponte, 1984:107, n. 429, 2.

8. Carrillera de casco (Rosinos de Vidriales/Petavonium, Zamora) (Fig. 3)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Se encontró en uno de los campamentos romanosde Rosinos de Vidriales (Zamora) durante la campaña arqueológica de 1982. Aquí se localizarondos recintos militares superpuestos levantados en un importante nudo de comunicaciones. Unocorresponde a una fortaleza legionaria ocupada por la legio X gemina que llegó en un momentoposterior a 20/15 a.C. y el otro a un campamento auxiliar sede del ala II Flavia desde finales delsiglo I o principios del siglo II hasta mediados del siglo III. Asimismo, durante la estancia del alade caballería, surge un núcleo civil paralelo en el cual se ubicaría una de las mansiones de la víaXVII del Itinerario de Antonino que unía Bracara Augusta con Asturica Augusta (CarreteroVaquero & Romero Carnicero, 1996; Romero Carnicero & Carretero Vaquero, 1998).

Descripción: Los fragmentos recuperados, más o menos dos tercios de la pieza, correspondena la carrillera derecha de un yelmo de infantería de tipo Weisenau que se encuentra en mal esta-do de conservación. Sus dimensiones serían 18 cm de altura por 14 cm de anchura. En la partesuperior se distinguen restos de dos bisagras con sendos remaches visibles en las dos caras pormedio de los cuales se unía al casco. En el interior se han recuperado restos de materia orgánica,posiblemente resina o masilla, que servirían para fijar al dorso un forro de cuero junto con variospasadores, tres de los cuales conservan sus fundas. El forro del yelmo serviría para amortiguar losgolpes y, a pesar de ser un material duradero, presentaba algunos inconvenientes: no era un mate-rial cómodo cuando se mojaba y, para resistir al agua, debía ser engrasado porque sino se volvíaduro y quebradizo. En otras ocasiones los revestimientos interiores eran de tela o fieltro7. La piezacarece de toda decoración aunque un rebaje en todo su contorno le proporciona cierto relieve.Existen evidencias de los remaches que bordeaban el rebaje marginal con el fin de sujetar la doblez

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7 Sobre los forros internos de los cascos, vid. Gansser-Burckhardt (1948-49), Robinson (1975: 144) y Feugère (1993:120). La identificación arqueológica de revestimientos interiores para los cascos puede contrastarse con las noticias dadas porautores clásicos como Amiano Marcelino (Hist. XIX, 8) o Vegecio (Epit. rei mil. I, 20).

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de la chapa. Los análisis metalográficos efectuados a esta buccula nos muestran un bronce com-puesto por una aleación de cobre (84, 96%) y estaño (13, 97%). Este tipo de bronce se caracte-riza por su facilidad para el laminado en frío necesaria como conviene al caso.

Cronología: Según el análisis estratigráfico de las excavaciones realizadas, la pieza se fecha den-tro del siglo II d. C. (Martín Valls & Delibes de Castro, 1990: 162).

Paralelos: Se han encontrado carrilleras de este tipo tanto aisladas (Gurzuf Pass, Crimea,Ukrania) (Treister, 1994: 96, fig. 3a-c) o Nijmegen (Robinson, 1975: láms. 100-103 y 149),como unidas mediante bisagras a sus respectivos capacetes (Nijmegen), Weisenau (Robinson,1975: láms. 100-103, 112 y 149), Besançon (Robinson, 1975: láms. 118-119) o Windisch (Unz& Deschler-Erb, 1997: lám. 27, n. 573-574).

Paradero actual: Museo de Zamora, n. inv. 86/4/19.Bibliografía de la pieza: Balil, 1985: 36-38; Martín Valls & Delibes de Castro, 1990:

158,163-164 y fig. 2; García Rozas & Abásolo, 1990:177, lám II; VVAA, 1990: ficha n. 72 (sinfotografía); Rovira Llorens, 1990: 198-199; Carretero Vaquero & Romero Carnicero, 1996: 42,fig. 32; Luik 1997: 255, fig. 33.

Fig. 4. Carrillera de casco con decoración procedente del campamento de Rosinos de Vidriales (Zamo-ra) (Balil, 1985).

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9. Carrillera decorada de casco (Rosinos de Vidriales/Petavonium, Zamora) (Fig. 4)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Apareció en el mismo nivel estratigráfico junto a laotra carrillera (pieza 8) en el campamento romano de Rosinos de Vidriales/Petavonium (Zamo-ra) durante la campaña arqueológica de 1982 (vid. supra).

Descripción: Nos encontramos ante los fragmentos de la carrillera derecha de un casco decaballería del tipo Guisborough8 y, por el momento, se trata del único testimonio de la presenciade este modelo en Hispania. Sus dimensiones originales eran de 16 cm de altura y 13 cm deanchura. Su estado de conservación es bastante precario. Esta pieza se unía al casco por medio debisagras en la parte superior. En la zona delantera dos salientes protegían la zona de la cara y delos ojos. En la cara interna poseía también un forro de cuero reforzado por pasadores de hierrode cuyos remaches, ocultos por sombreretes de bronce, se aprecian huellas en el anverso. Poseeuna variada decoración en relieve: un reborde repujado liso y otro sogueado bordeando la carri-llera, una representación naturalista de la oreja y dos relieves de tema militar separados tambiénmediante un sogueado. En dichos relieves se han identificado a un Pegaso y a un águila respecti-vamente. Es factible que, en origen, el águila sujetara con sus garras un rayo. Los análisis meta-lográficos nos muestran un bronce ternario compuesto por cobre (87, 60%), estaño (7, 88%) yzinc (2, 43%) que también se caracteriza por la facilidad del laminado en frío. La presencia deesa pequeña cantidad de cinc podría deberse bien a la refundición de chatarra, entre la cual seencontraría accidentalmente alguna pieza de latón, o bien a una aleación intencionada buscandoel efecto cromático del oricalco.

Cronología: Teniendo en cuenta que apareció en el mismo estrato que la carrillera anterior detipo Weisenau, este ejemplar también se data en el siglo II d. C. (Martín Valls & Delibes de Cas-tro, 1990: 162).

Paralelos: Podemos citar las bucculae procedentes de Cordbridge (Robinson, 1975: 134 ss.,lám. 402; Garbsch, 1978: 75, O73), Brough (Robinson, 1975: 134, lám. 401; Garbsch, 1978:75, O71), Gloucester (Robinson, 1975: 134, lám. 406; Garbsch, 1978: 75, O67) y Londres(Chapman, 1978), Ijzendorn (Robinson, 1975: 132, lám. 399; Garbsch, 1978: 75, 072), Frank-furt-Heddernheim (Waurick, 1988: 343, nota 78), Regensburg-Kumpfmül (Garbsch, 1978: 76-78, O78, lám. 33) y Wells (Garbsch, 1978: 75, O69, lám. 33), Petronell (Austria) y GradisteaMuncelului (Rumanía).

Paradero actual: Museo de Zamora, n. inv. 86/4/18.Bibliografía de la pieza: Balil, 1985: 38-40; Martín Valls & Delibes de Castro, 1990: 156-

158,162-163; García Rozas & Abásolo, 1990: 177, lám. II; VVAA, 1990: ficha n. 72 (con foto-grafía); Rovira Llorens, 1990: 198-199; Junkelmann, 1990: fig. 260 y 271 (pieza original yreconstrucción moderna); Feugère, 1994: 116 (mapa); Carretero Vaquero & Romero Carnicero,1996: 42, fig. 32; Luik, 1997: 255, fig.34.

10. Placa para fijación de un portapenacho (Herrera de Pisuerga, Palencia) (Fig. 5, 1)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Esta pieza fue encontrada durante una de las cam-pañas de excavaciones arqueológicas en el asentamiento militar de Herrera de Pisuerga. Apareció

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8 Dentro de su clasificación tipológica, Robinson incluye a los cascos Guisborough en el grupo I de los cascos de para-da (Robinson, 1975:133-135).

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junto con otros materiales9 en un vertedero supuestamente en el perímetro del campamento conuna cronología que se sitúa entre la mitad del siglo I y principios del siglo II d. de C. En dichovertedero también se localizaron tégulas e ímbrices con inscripción mencionando al ala Partho-rum, unidad auxiliar que ocuparía el lugar de la legio IIII Macedonica unos años después del aban-dono de este asentamiento (Pérez González, 1996).

Descripción: Según nuestras informaciones, por el momento, sólo se ha publicado un dibujode esta pieza (Pérez González, 1997: fig. 5) junto con otros objetos metálicos encuadrados bajoel epígrafe genérico de “fragmentos de lórica, cíngula y colgantes de arnés de caballería”. Se tratade una pieza de bronce ligeramente rectangular con cuatro orificios destinados a remaches parapermitir su fijación en la parte superior del casco. Dichos orificios se disponen enfrentados y para-lelos dos a dos. Esta singular característica, así como un ligero abombamiento central en sentidolongitudinal, nos sirve para identificar esta plaquita metálica como un elemento necesario parasostener en posición vertical el portapenacho del yelmo de tipo Weisenau. En dicha placa seengancharía una pieza en forma de horquilla similar a la encontrada en Baños de Bande/AquaQuerquennae (vid. infra Pieza 11).

Cronología: Esta pieza podría fecharse entre mediados del siglo I y principios del siglo II d. C.

Fig. 5. Fragmentos de cascos.1. Herrera de Pisuerga (Pérez González, 1997, fig. 3); 2. Aquae Querquen-nae (Rodríguez Colmenero & Vega Avelaira, 1996, fig. 3, 3); Iruña (Gil Zubillaga, 1990, fig. 4, 1); 4 y5. Conimbriga (Alarcão et alii, 1979, lám. XX, 56-57).

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9 Hasta el momento ya se han sacado a la luz varios estudios sobre elementos metálicos identificables con equipamien-to militar, como por ejemplo los de Fernández Ibáñez (2002) o Illarregui & Pérez González (2000). Quisiera agradecer a Car-melo Fernández Ibáñez las informaciones proporcionadas acerca del material militar recuperado en Herrera de Pisuerga.

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Paralelos: Piezas similares fijadas en sus respectivos cascos aparecen en ejemplares proceden-tes del río Kupa (Robinson, 1975: láms. 107-110 y 125), Valkenburg (Robinson, 1975: láms.113-116), Besançon (Robinson, 1975: láms. 118-119), Colchester (Robinson, 1975: láms. 107-110, 113-116, 118-119, 125-127, fig. 85) y Mainz. Por otro lado, piezas aisladas se han encon-trado en Rheingönheim (Ulbert, 1969: lám. 30, n. 15-16; Robinson, 1975: figs. 62-63), Win-disch (Unz & Deschler-Erb, 1997: 27-28 y lám. 28, n. 580-581) y Augst (Deschler-Erb, 1999:32, 138-139 y lám. 11, n. 150-151).

Paradero actual: En curso de estudio por el equipo que está excavando el yacimiento.Bibliografía de la pieza: Pérez González, 1996: fig. 5.

11. Portapenacho de casco (Baños de Bande/Aquae Querquennae, Ourense) (Fig. 5, 2)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Esta pieza procede del campamento auxiliar deBaños de Bande/Aquae Querquennae (Ourense) que estuvo ocupado por la cohors I Gallica o poruna vexillatio de la legio VII gemina. Este recinto militar fue establecido para construcción y vigi-lancia de la vía XVIII del Itinerario de Antonino que unía Bracara Augusta y Asturica Augusta y,en sus inmediaciones, se construyó una mansio viaria (Rodríguez Colmenero et alii, 1998, Rodrí-guez Colmenero, 2002; Vega Avelaira, 1997).

Descripción: Se trata de un portapenacho (apex) de hierro perteneciente a un casco del mode-lo Weisenau. Esta pieza que conserva una longitud de 5, 9 cm posee forma de horquilla y no estácompleta. Originalmente tendría un pie en forma de L por el cual se engancharía a una plaquitarectangular (vid. la pieza 10 de nuestro catálogo) situada en la parte superior del casco y, así,podría sostener un penacho transversal (crista transversa)10. La presencia de un penacho en elyelmo de un oficial servía para resaltar su estatus y su condición social formando parte de los dis-tintivos (insignia) que lo distinguían. Autores como Vegecio (Epit. rei mil. II, 13 y 16) dan aentender que dichos penachos se empleaban durante la batalla ya que facilitaban la identificaciónde los oficiales y, de esta manera, la transmisión de las órdenes se volvía más eficaz. Sin embargo,la evidencia figurativa parece mostrar lo contrario (Bishop, 1990).

Cronología: El material recuperado del campamento de Baños de Bande se data en un lapsotemporal bastante reducido que abarca desde comienzos de la época flavia (69-79 d. C.) hasta laconclusión del reinado de Adriano (138 d. C.).

Paralelos: Piezas semejantes a la nuestra se han encontrado en Theilenhofen, Straubing,(Robinson, 1975: figs. 65 y 71), Rheingönheim (Ulbert, 1969: 42-43 y lám. 30; Robinson,1975: fig. 69) y Kalkriese (Schlüter et alii, 1992: 361-362, fig. 6, 1), Valkenburg (Robinson,1975: figs. 67-68), Windisch y Baden (Unz, 1973: 19, fig. 6, 29; Hartmann, 1982; Unz & Des-chler-Erb, 1997: 28, lám. 29, n. 600-607), Volubilis, Thamusida y Sala (Boube-Piccot, 1994: 35-41, lám. 1 y 51, 1-3,5).

Paradero actual: Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense.Bibliografía de la pieza: Rodríguez Colmenero & Vega Avelaira, 1997: 27-28, fig. 3.3; Vega

Avelaira, 2002: 404, fig. 3.3; 2004-05: 231, fig. 2, 3.

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10 Reproducciones modernas de cascos Weisenau con penachos han sido elaboradas, entre otros grupos arqueológicos,por L’Ermine Street Guard (Feugère, 1994: 90). Asimismo, un ejemplar se expone en el National Museum of Wales (Cardiff )(Robinson, 1975: lám. 125).

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12. Asa de casco (Iruña/Veleia, Álava) (Fig. 5, 3)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Este asa apareció en un asentamiento urbano degran relevancia en el poblamiento del norte peninsular en época romana, cuya máxima expansióncoincide con el período flavio y el ascenso al poder de los primeros antoninos. Aquí también estu-vo ubicada una mansión correspondiente a la calzada que unía Astorga con Burdeos. En épocabajoimperial se produce el último gran impulso urbano y se amuralla el emplazamiento y, porotra parte, se constata la presencia de una unidad militar: la cohors I Gallica (Notitia DignitatumOcc. XLII, 32) (Gil Zubillaga, 1990 y 1990b).

Descripción: Se trata de un asa de bronce, probablemente de un yelmo modelo Weisenau, quepresenta una sección romboidal en el centro y circular en los extremos. Como suele ser habituallos extremos están vueltos hacia arriba. Sus dimensiones son 10, 2 cm de longitud, 5, 7 cm deanchura y 7 mm. de espesor.

Cronología: Por sus características morfológicas este accesorio podría datarse en algúnmomento entre el siglo I y principios del siglo III.

Paralelos: Similares a los propuestos para las asas procedentes de Conimbriga (piezas 6 y 7).Paradero actual: Museo de Arqueología de Álava.Bibliografía de la pieza: Gil Zubillaga, 1990: 149,159 y fig. 4, 1.

13. Carrillera de casco (Uralde, Álava) (Fig. 6)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Procede de un yacimiento situado en las inmedia-ciones de la ermita de Nuestra Señora de Uralde (Condado de Treviño, Álava). En este lugar sehan identificado dos zonas: un hábitat rural tipo villa y un área perimetral correspondiente abasureros si nos atenemos a los restos identificados (materiales de construcción, elementos metá-licos, líticos y óseos, vidrio, restos de fauna, etc.). La primera fase se desarrollaría a lo largo de lasegunda mitad del siglo I y durante el siglo II, pudiendo penetrar en los primeros años del sigloIII. La segunda fase se iniciaría en el siglo III, abarcando el siglo IV e introduciéndose residual-mente en el siglo V (Gil Zubillaga & Filloy Nieva, 1991; Filloy Nieva & Gil Zubillaga, 1993).

Descripción: Nos encontramos ante la carrillera derecha de un yelmo que se identificó a tra-vés de los restos de una chapa de hierro cuya superficie interior es cóncava. Presenta restos de unalámina de cuero y pequeños orificios en alguno de los cuales aún pueden observarse los remachesde bronce utilizados para fijarla en la parte interna del casco11.

Cronología: Al aparecer en el basurero de la segunda fase de ocupación, la carrillera se fecha-ría genéricamente en época bajoimperial.

Paralelos: Los fragmentos recuperados no son lo suficientemente significativos para buscarelementos de comparación.

Paradero actual: No se especifica en la bibliografía.Bibliografía de la pieza: Filloy Nieva & Gil Zubillaga, 1993: 323, fig. 142, n. 1127; Gil Zubi-

llaga, 2002: 269-270.

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11 En Richborough (Inglaterra), se ha constatado el empleo de forros internos en yelmos de época tardía (Lyne, 1994).Sobre la utilización del cuero como revestimiento interno de la carrillera, véase lo dicho para más arriba para nuestra Pieza 8procedente de Rosinos de Vidriales.

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14. Casco (Saint Jordi, Mallorca)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Procede de los restos de un naufragio identificadoen aguas de la colonia de Saint Jordi, al sur de una de las Islas Baleares, concretamente Mallorca.Los restos de este naufragio fueron expoliados ilegalmente ya que aparecieron a muy poca pro-fundidad y, en el momento de publicarse la noticia, el pecio había desaparecido (Mascaró Pasa-rius, 1968).

Fig. 6. Carrillera de casco incompleta procedente del basurero de Uralde (Condado de Treviño, Álava)(Gil Zubillaga, 1993, fig. 18).

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Descripción: Solamente sabemos que el casco se fabricó en hierro y apareció junto a unas ánfo-ras. La fotografía publicada por Mascaró Pasarius es de muy baja calidad y no permite obtenerningún tipo de conclusión al respecto (Mascaró Pasarius, 1968: 201 y fig. 4).

Cronología: Carecemos de elementos de juicio para fechar este yelmo. Feugère (1993: 266) loincluye en su lista de naufragios localizados en el Mediterráneo y, entre interrogantes, lo data enépoca altoimperial.

Paralelos: No podemos establecerlos por falta de información.Paradero actual: Se desconoce.Bibliografía de la pieza: Mascaró Pasarius, 1968; Feugère, 1993: 266.

15. Casco (Ses Salines, Mallorca)

Lugar del hallazgo (contexto arqueológico): Procede de los restos de un naufragio identificadocon ciertas reservas al sur de la isla de Mallorca. Los restos del naufragio una vez más fueronsaqueados. (Parker 1978). Sabemos que entre los restos del barco había otros objetos de hierro(una espada fragmentada y parte de un ancla), así como ánforas de los tipos Dressel 7 y 20, yunos cincuenta lingotes de plomo estampillados y datados en época de Vespasiano.

Descripción: Con certeza sólo puede decirse que el material empleado en la elaboración delcasco fue el hierro.

Cronología: El cargamento del pecio permite datar el naufragio en la 2ª mitad del siglo II d. C.Paralelos: No podemos establecerlos por falta de información.Paradero actual: Se desconoce.Bibliografía de la pieza: Parker, 1978; Feugère, 1993: 266.Como complemento del catálogo realizado, quisiéramos hacer mención a dos cascos de

época altoimperial que, a pesar de no proceder de terrritorio hispano, se hallan expuestos en elMuseo Arqueológico Nacional (Madrid)12. Ambos yelmos pertenecen tipológicamente al tipoWeisenau y están fabricados uno en bronce y otro en hierro. Estos ejemplares fueron adquiridospor compra en el mercado de antiguedades inglés el 6 de septiembre de 2002 y formaban partede la colección Axel Guttmann quien, tras la Segunda Guerra Mundial, formó una gran colec-ción de armas antiguas, datables entre el segundo milenio a.C. y el final de la época romana(VV.AA. 2004).

ANÁLISIS TIPOLÓGICO

A la hora de establecer nuestro catálogo nos hemos inclinado por seguir la llamada tipologíacontinental la cual se basa en una serie de hallazgos epónimos propuesta en su día por Couissin(1926) y seguida actualmente por investigadores como Waurick (1988) o Feugère (1994). Noobstante, otro grupo de investigadores emplean la llamada británica o de las islas elaborada porRobinson (1975) que sigue un esquema demasiado rígido. Al coexistir ambas clasificaciones en

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12 Estos cascos figuran en el MAN con los números de inventario 2002/125/2 y 2002/125/3. Sobre ambos se encuen-tra también información en internet en la siguiente dirección: http://www.man.es/archivos/actividades/pm_anteriores/piezadel mes_noviembre 2003.pdf (última fecha de consulta: 1/10/2004). En dicha dirección los dos yelmos son presentados porIgor Ochoa como Pieza del Mes dentro del ciclo “Las armas: defensa, prestigio y poder”.

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los estudios actuales, los estudios sobre el yelmo están más entorpecidos que potenciados a la horade establecer líneas de investigación comunes13.

Como acabamos de ver en el inventario efectuado la mayor parte de los cascos y piezas recu-peradas se identifican con el modelo Weisenau. Asimismo, también se puede distinguir una carri-llera perteneciente a un yelmo del tipo Guisborough, modelo escasamente representado, por lomenos hasta la fecha, en los territorios sometidos bajo el yugo romano. Además de estos ejempla-res disponemos de una carrillera atribuible a un casco bajoimperial sin que podamos ser másexplícitos. Por desgracia las vagas noticias respecto a yelmos procedentes de diversos naufragiosno nos permiten atribuirles ninguna tipología.

Tras estas consideraciones, a continuación, pasaremos a describir las características esencialesde los tipos identificados.

El casco Weisenau14, asociado a tropas de infantería, recibe su nombre de una localidad alema-na ubicada en la ribera del río Mainz, donde fue descubierto un casco de hierro que sirvió al inves-tigador francés P. Couissin como tipo para definir una serie (1936: 331 ss.). En la tipología deRobinson se identifica con todos los modelos conocidos como “Imperial-Gallic” y con algunos delos denominados “Imperial-Italic” (1975: 5 ss.). Este yelmo es el heredero directo de los cascos cél-ticos de tipo Port característicos del período de La Tène Final (Connolly, 1989; Waurick, 1988:354; Feugère, 1994: 75-76, 88 y 91) y era producido en serie en talleres independientes, como ocu-rría con otros tipos altoimperiales (Haguenau o Niederbieber), pero especializados en la elaboraciónde equipamiento militar (Feugère, 1994: 87). Generalmente se fabricaban en hierro aunque seconocen algunos ejemplares en bronce. La elección preferente del hierro como materia prima pare-ce ser debida a la tradición céltica. A tenor de los últimos hallazgos publicados procedentes de MoroBoti (España), Eich (Alzey-Worms, Alemania) y Sochi (Rusia) deben efectuarse dos puntualizacio-nes en torno a la utilización del bronce como materia prima en los cascos Weisenau. En primerlugar, el bronce debió de emplearse con más frecuencia de la que se pensaba y, en segundo lugar, suutilización se remontaría a épocas muy tempranas y no sería, pues, como señalan algunos autores(Feugère, 1994: 88), un material característico de los cascos Weisenau de cronología tardía15.

A diferencia de lo que ocurría con el tipo Port, ahora el capacete y el guardanuca están fabri-cados en una sola pieza, teniendo en cuenta en el diseño que este yelmo debía proteger la cabeza,la cara y el cuello sin estorbar la visión ni el oido. Asimismo, gracias a su bajo guardanuca los hom-bros también podían resguardarse de las armas del enemigo (Feugère, 1994: 94-95). En ocasionesel capacete estaba guarnecido en su borde inferior por un ribete de latón en ocasiones decoradocon motivos como el sogueado. Generalmente, el guardanuca es oblicuo y muy desarrollado conuna decoración a base de acanaladuras. Ambas características servían para aumentar la protecciónante el eventual impacto de golpes de espada. El desarrollo del guardanuca supuso un cambio enlas técnicas de combate cuerpo a cuerpo. El soldado de infantería lanzaba su acometida empuñan-do la espada con la punta hacia adelante, flexionando una pierna y llevando la cabeza ligeramente

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13 V. al respecto la crítica de Bishop & Coulston (1993: 45 ss. y 93).14 Para la identificación de los cascos del modelo Weisenau, véanse los trabajos de Couissin (1926: 331 ss.;, Klumbach,

1961; Robinson, 1975: 45-81; Waurick, 1988: 333-338; Bishop & Coulston, 1993: 94; Feugère, 1993: 118 ss. y 1994: 88-97. A la hora de estudiar este modelo de yelmo, resultan de especial interés las reconstrucciones basadas en hallazgos comolos de Mainz y Augsburgo (Alemania), Nijmegen (Holanda) o Colchester (Inglaterra) realizadas por Robinson (1975: láms.98-99, 129 y 134-135). Además, podemos citar la reconstrucción de un casco con penacho y airones realizada por los com-ponentes de la Ermine Street Guard publicada en Feugère (1994: 90).

15 Moro Boti (Veny, 1979), Eich (Oldenstein, 1990) y Sochi (Treister, 1994).

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echada hacia atrás (Connolly, 1991: 301 ss., fig. 68.9). En el borde del guardanuca suele colocar-se un asa articulada cuya función era la de facilitar la sujeción del casco con la mano. Este peque-ño apéndice aparece con más frecuencia a partir de época flavia (Feugère, 1994: 89).

Un refuerzo metálico frontal en arco de círculo estaba fijado a la altura de las sienes por dosremaches, como también ocurría con otro casco contemporáneo, el modelo Haguenau. Esta pro-tección frontal y las acanaladuras del guardanuca probablemente fueron diseñadas para detener,o al menos dificultar, los golpes de tajo que se dan hacia abajo, mientras que el guardanuca pro-tegía la parte posterior de la cabeza y los hombros (Bishop & Coulston, 1993: 93). Por otro ladola parte frontal del capacete con frecuencia dispone de una decoración en relieve a base de “cejas”.

En los laterales, se disponen dos grandes carrilleras (bucculae) con dos anchas escotaduras omuescas en su parte delantera a la altura de la boca y de los ojos. Estas piezas se unían al capace-te mediante bisagras y, a veces, se decoraban con tachones de latón, cobre rojo, plata e inclusoesmalte. En la parte trasera de estas paragnátides, se practicaba en el capacete una abertura paralas orejas en forma de S reforzada por una banda remachada (nueva diferencia con el tipo Port).

A menudo, en la cúspide del capacete se conservan una pequeña plaquita rectangular y unapéndice (apex) en forma de horquilla que servían para fijar un penacho o cimera (crista).

Algunos ejemplares conservan la inscripción esgrafiada o punzada que menciona a su propie-tario e, incluso, a la unidad a la cual pertenecía.

Este modelo de casco aparece representado con frecuencia en los bajorrelieves de la Colum-na Trajana (Roma, Italia) y en las metopas del monumento de Adamklissi (Rumanía).

En cuanto a los aspectos cronológicos se acepta comúnmente su aparición a fines del reina-do del emperador Augusto perdurando hasta los tiempos del emperador Adriano (Waurick,1988: 337). Sin embargo, el análisis de una inscripción procedente de un yelmo de Niedermörm-ter conservado en el Museo de Bonn, lleva a autores como Feugère a ampliar la perduración deeste modelo hasta principios del siglo III (Feugère, 1994: 92 ss.)16.

Los hallazgos pertenecientes a este modelo de casco se identifican de un extremo a otro delImperio romano. En 1988, Waurick mencionaba la existencia de 40 yelmos completos o en granparte conservados procedentes de Holanda, Francia, Alemania, Yugoslavia, Rumanía, Hungría,Suiza, Israel y Argelia (Waurick, 1988: 336). A lo largo de los últimos años, se han incorporadonuevos ejemplares al catálogo, tanto cascos más o menos completos como fragmentos en formade portapenachos o carrilleras. Así, podemos citar los cascos de Sochi (Treister, 1994: 95 ss. y fig.2, lám. 1), Kops Plateau (Enckvort & Willems, 1994: 126-127 y fig. 3), Eich, Alzey-Worms(Oldenstein, 1990: 27-32, figs 1-4) y Moro Boti (Veny, 1979), las carrilleras de Gurzuf Pass(Treister, 1994: 96 y fig. 3a-c) o los soportes de penacho procedentes de Kalkriese (Schlüter etalii, 1992: 126-127; fig. 3), de Volubilis, Tahmusida y Sala (Boube-Piccot, 1994: 35-41, lám. 1y 51) o de Augst (Deschler-Erb, 1999: 32 y 138, lám. 10, n. 139-143, lám. 11, n. 144-147), porcitar algunos hallazgos de reciente publicación.

Con respecto a los cascos de caballería, solamente se ha identificado por el momento unacarrillera (buccula) perteneciente a un yelmo tipo Guisborough17. Aunque César a mediados del

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16 En un trabajo previo, el propio Feugère proporcionaba un arco cronológico para este modelo que iba desde finales delemperador Augusto a las primeras décadas del siglo II (Feugère, 1993: 118 y 278). Por su parte, Oldenstein señala que hubouna transición fluida del tipo Haguenau al Weisenau (Oldenstein, 1990: 36).

17 Sobre el modelo de casco Guisborough, vid. Waurick (1988: 341-345), Bishop & Coulston (1993: 93 ss.), Feugère(1993: 181-184; 1994: 110-117) y Southern & Dixon (2003: 17-19).

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siglo I a. C. establecía una distinción entre el casco de caballería (cassis) y el de infantería (galea)18;sin embargo, la arqueología no permite reconocer un modelo específico para las tropas montadasantes de mediados del siglo I d. C. y éste sólo ha sido identificado en fechas recientes a través delanálisis de las estelas funerarias. El empleo de un modelo diferente al de los infantes sería debidoa los distintos modos de combatir.

Debido a la escasez de ejemplares recuperados, suele incluirse dentro de la familiaWeiler/Guisborough (Waurick, 1988: 341-345) a dos modelos muy diferentes (Feugère, 1994:104). El modelo Weiler aparece a principios del Principado y ya no está en uso en el siglo II d.de C. Dada su fragilidad será sustituido por el tipo Guisborough hacia la época de Claudio y,sobre todo, en la segunda mitad del siglo I d. de C. La presencia de este casco en el siglo II seatestigua perfectamente (Feugère, 1994: 113)19.

El modelo Guisborough20 se fabrica totalmente en bronce y su utilización permitía llevar acabo complejas decoraciones tanto en la calota como en las carrilleras. El capacete se extendía ver-ticalmente por la parte posterior hasta la base del cuello disponiendo de un guardanuca poco des-arrollado y perpendicular al casco. Las carrilleras cubrían completamente las orejas del portadory solían tener una decoración naturalista de las mismas al tiempo que se adornaban con relievesde tema militar (representaciones de Marte, Minerva, Victoria, Águila, Pegaso, etc.). Dichas buc-culae se fijaban al casco mediante bisagras. En el ejemplar epónimo, uno de los más simples de laserie, se observa una especie de diadema vertical que prolonga la frente. La parte superior de ladiadema está acentuada por dos serpientes emergiendo de las rosetas colocadas sobre las sienes.Dichas rosetas recuerdan a los cascos griegos áticos de ahí que, en ocasiones, los ejemplares deesta serie se denominen “pseudo-áticos”. Algunos especímenes como los de Worthing o Theilen-hofen estaban coronados por grandes crestas de águila. Por último señalaremos que a la altura delas orejas estos yelmos también presentaban un recorte reforzado por una banda metálica.

En su aspecto estos yelmos presentan ciertas similitudes con los cascos con rostro empleadosen las paradas militares (“casques à visage”, “Gesichtshelmen”) (Waurick, 1988: 360; Feugère,1993: 182). Sin embargo, como ocurre con los componentes del grupo Weiler, la presencia decarrilleras móviles nos permite excluirlos de esta categoría21.

Como en ya vimos en el caso del tipo Weisenau, en los modelos Guisborough también apa-recen con frecuencia inscripciones mencionando al propietario y a su unidad de pertenencia.Además en ocasiones se ha identificado el nombre del artesano que lo fabricó. Estas inscripcio-nes suelen aparecer en el guardanuca.

A pesar de que, por el momento, los hallazgos referentes al tipo Guisborough son más bienescasos podemos constatar su empleo de un confín al otro de los territorios ocupados por Roma,desde las islas británicas hasta Siria22. Así, se han recuperado cascos en Guisborough (Robinson,1975: 132 ss., láms. 391-393; Garbsch, 1978: 73, O59, lám. 31; Waurick, 1988: lám. 8, 3), Wor-thing y Stanwix (Robinson, 1975: 130 ss., láms. 384-386; Garbsch, 1978: 74, 061, lám. 30),

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18 Sobre la diferente denominación latina de los cascos de infantería y caballería, vid. Waurick (1988: 360 y n. 148) yFeugère (1993: 181; 1994: 101).

19 Un trabajo reciente prolonga su utilización a lo largo del siglo III (Stephenson & Dixon, 2003: 19).20 Este modelo de casco es denominado “pseudo-ático” por Garbsch (1978 :7).21 Sobre los cascos de parada resultan fundamentales los trabajos de Robinson (1975: 309 ss.), Garbsch (1978) y Feugè-

re (1993: 192-195; 1994: 123-140). Respecto al empleo de carrilleras móviles como elemento diferenciador respecto a los yel-mos de parada, vid. Fairon & Moreau-Maréchal (1983: 559).

22 Sobre la distribución de estos hallazgos véase el mapa de distribución ofrecido por Feugère (1994: 116).

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Chalon-sur-Saône (Garbsch, 1978: 73-74, O60, lám. 31; Feugère, 1990: 112, fig. 97), Theilen-hofen (Klumbach & Wamser, 1976-1977; Garbsch, 1978: 55-56, F1; Waurick, 1988: 343, fig.8, 4), Bratislava-Ruvsoce (Eslovaquia), Cetate-Razboieni (Rumanía) y Oum-Hauran (Siria)(Abdul-Hak, 1954-55: 163-168; Waurick, 1988: 343, fig. 12, 4.). Y, por otro lado, se han iden-tificado carrilleras en Cordbridge, Brough, Gloucester y London (Inglaterra), Ijzendorn (Holan-da), Frankfurt-Heddernheim, Regensburg-Kumpfmühl y Wells (Alemania), Petronell (Austria) yGradistea Muncelului (Rumanía)23.

CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

Una vez analizadas las principales características de los modelos identificados, Weisenau yGuisborough, examinaremos a continuación los contextos en los cuales aparecieron los diferen-tes ejemplares. El material hispano procede de campamentos, naufragios, basureros y asentamien-tos civiles y, a diferencia de otros territorios, no se ha encontrado ningún material procedente decampos de batalla, tumbas militares, ocultamientos intencionados, santuarios y/o depósitos voti-vos24.

Contrariamente a lo que pudiera pensarse en un principio, los campamentos romanos pro-porcionan una cantidad de material muy exigua por diversas razones. Antes del abandono de unafortaleza, se procedía a su limpieza (Bishop & Coulston, 1993: 34 y nota 6) y , por lo general,las piezas encontradas estarían destinadas a una reparación y, tal vez, habría algunas de pequeñotamaño perdidas de modo accidental. El soldado ponía especial interés en la custodia del arma-mento no sólo porque era vital en caso de lucha sino también porque tras enrolarse en el ejérci-to una parte de su viaticum era deducida para pagar las armas y este dinero lo recuperaban unavez licenciados cuando su unidad se las recompraba (Breeze & Dobson, 1976). Por otro lado, seaplicaban severos castigos (transferencia de un cuerpo a otro, torturas o pena de muerte) cuando,en el período de servicio, las armas eran robadas, perdidas o vendidas (Digesta 49, 16, 3, 13-14 y49, 16, 14, 1). Esto explicaría los escasos materiales proporcionados por los campamentos deBaños de Bande/Aquae Querquennae, Rosinos de Vidriales y Herrera de Pisuerga25.

Respecto a la recuperación de cascos procedentes naufragios marítimos (Moro Boti, SaintJordi o Ses Salines), debemos hacer hincapié en que no han sido recuperados de forma científicani han podido en su mayoría ser publicados con detalle. Por otro lado, el hallazgo de armas enestas circunstancias es relativamente frecuente en el Mediterráneo Occidental. En casos aisladospueden documentarse hallazgos fechables entre los siglos VI y III a. C., siendo mucho más abun-dantes a partir del siglo II a. C. y declinando antes de finales del siglo I d. C. Entre las armasromanas descubiertas destaca la presencia de cascos y, en menor medida, de espadas26. Salvo elcaso de Albenga, donde aparecen no menos de 7 cascos, por lo general sólo suelen aparecer unao dos armas. A la hora de explicar su presencia en estos navíos, varias hipótesis han sido formu-

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23 Para bibliografía de las carrilleras del tipo Guisborough, vid. supra, p. 479.24 Sobre los diferentes contextos en los cuales aparece el equipamiento militar, véase Feugère (1993: 31-38) y Bishop &

Coulston (1993: 33-38).25 En ocasiones se han localizado escondrijos de material abandonado por razones desconcidas (Cordbridge, Inglaterra),

así como restos de equipamiento procedentes de talleres o fabricae (Kunzing, Alemania) o de los niveles de destrucción delrecinto militar (Niederbieber, Alemania) (Feugère, 1993: 31).

26 Una lista de los naufragios descubiertos en el Mediterráneo puede consultarse en Feugère (1993: 266).

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ladas. Según autores como Lamboglia y Gianfrotta, se trataría de armas pertenecientes a soldadosque viajaban en los barcos como retén de defensa y serían la respuesta de los capitanes de navíoa la creciente inseguridad debida a los piratas que por aquellos tiempos surcaban el Mediterráneo(Lamboglia, 1952: 187 y Gianfrotta, 1981). Sin embargo, para Feugère (1993: 267-268; 1994:12) ello se explica mal porque los hallazgos están con frecuencia aislados y ha propuesto ver enestas armas el testimonio de la presencia efectiva de militares, tratándose bien de la escolta depasajeros o de mercancías importantes o bien de mensajeros; además, subraya el hecho de que pordesgracia todavía no ha sido identificado ningún naufragio correspondiente a un navío de gue-rra, incluso ni de transporte de tropas, cuando ejércitos enteros han recorrido el Mediterráneo ennavíos militares o civiles.

El hallazgo de material militar en ámbitos civiles (Conimbriga, Iruña o Uralde) puede serdebido a múltiples causas: la presencia de soldados de paso, la instalación de veteranos, el esta-cionamiento ocasional de destacamentos de tropas con motivo de una protección puntual o delejercicio de labores de escolta, la existencia de milicias armadas con funciones de policía, la par-ticipación de soldados en trabajos edilicios o, incluso, el acuartelamiento de tropas en las inme-diaciones27. En el caso concreto de Uralde, los fragmentos de la carrillera descubierta procedendel basurero de un asentamiento tipo villa datado en época bajoimperial.

A diferencia de lo que ocurre en otros territorios antaño ocupados por las fuerzas romanas,hasta la fecha en el ámbito hispano de época imperial no se han recuperado cascos (o fragmen-tos) en cauces fluviales28, campos de batallas, tumbas militares o santuarios29.

CONCLUSIÓN

Al realizar una valoración final del catálogo de cascos en Hispania vemos que no representanun número significativo de piezas aunque aparecen en contextos muy diferentes (naufragios,campamentos, ámbitos civiles). Merece la pena resaltar que todos los cascos conocidos práctica-mente completos fueron recuperados de las profundidades marinas en las inmediaciones delarchipiélago balear (naufragios de Moro Boti, Saint Jordi y Ses Salines). Desgraciadamente de loscinco yelmos recuperados sólo dos de ellos han sido adecuadamente publicados (ejemplares deMoro Boti) y de los otros tres solamente tenemos vagas noticias. La situación se agrava para losinvestigadores ya que aquellos localizados se exhiben en colecciones privadas.

Se han inventariado en territorio hispano a través de la bibliografía existente 15 yelmos más omenos completos: 5 cascos (Moro Boti, Ses Salines y Saint Jordi), 3 carrilleras (Rosinos de Vidria-les y Uralde), un portapenacho (Aquae Querquennae), una plaquita para fijación del portapenacho

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27 Véanse al respecto las interpretaciones propuestas para los objetos militares encontrados en los yacimientos suizos deAvenches (Voirol, 2000: 7, 41-42; 2001: 38-39) y Augst (Deschler-Erb, 1999: 104).

28 Según los estudios realizados por Klumbach (1961 y 1974) y Robinson (1975), el 80% de los cascos descubiertos pro-cedían de depósitos fluviales, especialmente de los cursos del Rhin y del Danubio. Los hallazgos de armas en estos contextoshan recibido diversas interpretaciones: ofrendas votivas o pérdidas accidentales durante travesías de puentes o de lugares devado -recuérdese la escena de la Columna Trajana en la cual se ve a un soldado cruzar un río con sus pertenencias, armasincluidas, llevadas con los brazos en alto-, así como restos fruto de combates o naufragios fluviales. En otras ocasiones proce-derían de tumbas y hábitats ubicados en las riberas que, con el paso del tiempo, han sido erosionadas por la acción de los ríos(Oldenstein, 1990, Feugère, 1990; 1993: 37; 1994b: 12-15; Bishop & Coulston, 1993: 37-38; Thiel & Zanier, 1994).

29 Campos de batalla (Schlüter et alii,. 1992; Feugère, 1993: 32-34); tumbas militares (Feugère, 1993: 34-36; Fairon &Moreau-Maréchal, 1983); santuarios (Feugère, 1993: 36-38).

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(Herrera de Pisuerga), dos fragmentos de capacetes (Conimbriga) y, por último, dos asas para suje-ción y transporte del casco (Iruña y Conimbriga). Excepto los fragmentos de la carrillera de Ural-de, todo el material restante se data en época altoimperial, habiéndose podido identificar la pre-sencia de dos modelos de casco: Weisenau y Guisborough. Asimismo, hemos mencionado depasada dos yelmos expuestos en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid) procedentes de lasubasta de una colección privada (Axel Guttmann Samlung) y adquiridos en fechas recientes.

Como punto final de este trabajo quisiéramos señalar que el futuro de la investigación de loscascos, al igual que el de otros objetos identificables como militaria, pasa por revisar materialesde antiguas excavaciones depositados en diversos museos arqueológicos españoles y portugueses,en localizar y recuperar piezas en manos particulares procedentes de saqueos indiscriminados deyacimientos y esperar los resultados que futuras excavaciones y prospecciones de campamentos,tanto legionarios como auxiliares, y de campos de batallas nos puedan proporcionar, sin descar-tar posibles identificaciones futuras de material en otros contextos como los anteriormente men-cionados: santuarios, cauces fluviales, tumbas militares, etc.

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