3 Personajes Una Sola Historia de México
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Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
Uriel Vega Harmon – 637209
México Contemporáneo – Jesús Montiel
Fecha de Entrega: 10 de Septiembre de 2007
3 Personajes, una sola Historia de México
Introducción: Etapas que dejan Huella
Nuestro país a atravesado por distintas etapas que han marcado el rumbo de
nuestra historia hasta el presente y que, junto con este, conforman las bases para el
camino que tomará en el futuro, tanto próximo, como lejano. Y una nación en esta de
posguerra que busca la estabilidad, o un país que vive un fuerte reclamo social o un
pueblo quebrantado y decepcionado ante una falsa promesa de recuperación económica.
Tres gobiernos, tres etapas, aciertos y errores comunes. Miguel Alemán, Gustavo Díaz
Ordaz y José Lípez Portillo, fueron presidentes de la República Mexicana y dejaron una
huella inolvidable en la patria, huella que será analizada y contrastada en sus distintas
variables: Política, Economía y Sociedad.
Política: Autoritarismo, Despotismo y Medidas Drásticas
Si algo debiese analizarse como punto en común dentro de la política de estos
presidentes, o por lo menos en dos de ellos, es el autoritarismo y la mano dura que
ejercieron durante sus gobiernos. Tal es el caso de Miguel Alemán y su política
Alemanista, y Gustavo Díaz Ordaz con su Despotismo Presidencial. Alemán mantenía
una política dura que se concreto principalmente en tres líneas de acción: a)
Sometimiento de los gobernadores a la disciplina presidencia; b) Reorientación
ideológica, y c) Depuración de elementos comunistas en el PRI. El alemanisco era un
nuevo tipo de autoritarismo debido a que su poder dejaba de provenir directamente de la
coacción física militar. El militarismo había dejado de tener razón de ser, por lo cual eran
necesarias nuevas vías de control sobre el Estado. Uno de los actos que dieron muestra en
mayor medida del control ejercido, fueron justamente las medidas anticomunistas que
rigieron este gobierno; recién terminada la Segunda Guerra Mundial, el mundo se veía
consternado por el expansionismo comunista y el polo capitalista se encontraba en una
paranoia de dominación mundial, ocasionando que el gobierno mexicano buscase,
literalmente, eliminar a la izquierda política del país.
Por su parte, Gustavo Díaz Ordaz llevó dicho autoritarismo a un nuevo nivel: La
Masacre. Ante una guerra fría que cada vez amenazaba con volverse más caliente, las
superpotencias mundiales exigían que los gobiernos neutrales, de una u otra manera,
mostraran cierta inclinación hacia alguno de los polos. En este caso, el gobierno
mexicano, por su estrecha relación económica y geográfica con Estados Unidos,
inmediatamente tomó, tal como su antecesor Miguel Alemán, una actitud anticomunista.
Esto se vio fundamentado en el temor de que la influencia del comunismo soviético se
estuviera filtrando entre la juventud universitaria. Siendo un estrato de la sociedad que
había sido discriminado a la hora de de la participación activa en la política nacional, el
estudiantado comenzó a alzar la voz inspirados con ideas de índole socialista. Aunque si
bien es cierto que estudiantes con relaciones o ideas comunistas se encontraban entre los
protestantes, en realidad la mayoría eran sólo estudiantes que buscaban reformar al
gobierno, no derrocarle. Gustavo Díaz Ordaz se opuso a cualquier tipo de rebelión, a tal
grado que la mano dura sobre toda manifestación, aun fuese vía los medios de
comunicación, significaba una sentencia inmediata del silencio, y este silencio no fue
alcanzado sino que por medio de vías violentas.
No hay otra prueba más grande de Despotismo en el señalado gobierno que los
sucesos que acontecieron durante el año de 1968. Bajo un contexto de inequidad y falta
de apoyo al sector educativo. Y no se entrarán en detalles acerca de la evolución del
conflicto estudiantil que nació y murió, literalmente hablando, durante los meses de Julio
y Octubre. Sin embargo, vale la pena mencionar que fueron tres los principales sectores
que componían en el movimiento estudiantil del 68: 1 – La base estudiantil radical
alumnos de preparatorias, vocacionales, y escuelas de educación superior. Éste era el
núcleo del movimiento. 2 – La Izquierda universitaria y estudiantil, así como algunos
pequeños grupos del sector juvenil del Partido Comunista. 3 – Un grupo profesional
compuesto por profesores e intelectuales procedentes del ala humanista de la Universidad
y de algunas escuelas del Politécnico; la misma administración universitaria tomó parte
en el movimiento. La participación de este sector muestra el malestar de las nuevas
generaciones de profesionales.
El cierre de este movimiento es bien conocido por todos: El 2 de Octubre de 1968,
en la plaza de las Tres Culturas, cuando un orador anunciaba la suspensión de una de las
marchas, un helicóptero lanzó bengalas y los primeros disparos se dieron origen,
pareciendo provenir del edificio Chihuahua. Fue el escuadrón Olimpia, policíacos
vestidos de civil que llevaban en la mano izquierda un guante blanco como contraseña y
portaban ametralladoras, quienes iniciaron el fuego, confundiendo a los militares quienes,
ignorantes de la existencia de dicho escuadrón, levantaron fuego contra los estudiantes.
La noche se volvió roja, el resto ya es Historia. Desde ese entonces de algo no cabe duda,
la política jamás ha vuelto a ser la misma en el país, la imagen que la sociedad tenía del
estado sucumbió desquebrajada ante la masacre.
Pero no sólo Alemán y Ordaz fueron quienes tomaron medidas drásticas, así
también lo hizo, aunque en menor medida, López Portillo. Es válido caracterizar de
autoritarias, pese a la naturaleza exonerada que les busca dar su ejecutor, a las acciones
tomadas ante la crisis económica que se vivió a finales de su sexenio. Es decir, de manera
más específica, la Nacionalización de la Banca. Necio y apasionado en su discurso, aún
hoy en día se cuestiona la eficacia de los actos jactados como medidas de emergencia
durante su gobierno, pues al final de cuenta, no dejaron de ser una imposición arbitraria,
aun su catalogación como “necesarias”
Economía: En sus marcas, ¿listos? ¡Crisis!
El contraste en el manejo de la economía es aún más notorio entre las tres
administraciones de lo que puede ser en la política misma. Una industrialización
prometedora y un proteccionismo naciente, un sistema proteccionista decadente y que
daba sus últimos logros a la luz, y finalmente, una crisis de gran magnitud y el fin
definitivo de la sustitución de importaciones.
Ante la situación de una balanza comercial desfavorable a causa del fin de la
guerra y un gran número de importaciones estadounidenses, Miguel Alemán implemento
un sistema Proteccionista en la producción industrial y la agrícola, es decir, estableció
una sustitución de importaciones. Sin embargo, a principios del sexenio, la situación fue
difícil: La devaluación del peso fue necesaria como medida contra la inflación y la
búsqueda del capital extranjero indispensable.
La economía del país se vio afectada en gran medida, aunque en general, de
manera positiva generando un notable desarrollo económico. La industrialización
comenzada en el sexenio pasado siguió su marcha durante este gobierno. Dicho gobierno
se caracterizó por una modernización en las obras públicas, principalmente en las del
área comunicaciones y transporte; en la infraestructura urbana y turística, y sin duda en la
educación.
Unas de las frases históricas de Alemán fue que quería que “todos los mexicanos
tuviera un Cadillac, un puro y un boleto para los toros.” El gobierno alemanista realizó un
cambio en la escala de la economía, beneficiando a muchos mexicanos con ello. Se dotó
la industria de infraestructura eléctrica, energética, e comunicaciones y transportes. En
aquella época, los negocios medianos se volvieron grandes y los pequeños, medianos
Pese a la devaluación, la economía comenzó a notarse estable, y la fuerza
industrializadota siguió su rumbo trayendo a su lado crecimiento económico. Mas no
todo pintó de la misma manera un par de sexenios después, durante la estancia en el
poder de Gustavo Díaz Ordaz. El Desarrollo Estabilizador que se había mantenido como
factor común entre los últimos gobiernos fue también parte de la política económica
implantada por el Presidente Díaz Ordaz. Sin embargo, este modelo económico
presentaría un agotamiento que lo llevaría a su final en este sexenio.
El modelo de sustitución de importaciones fue profundizado, la economía de
México tuvo uno de los periodos de mayor crecimiento bajo la política proteccionista.
Para lograr el crecimiento económico, se necesitó establecer un sector económico con
dinamismo. Debido a ello, la inversión pública federal fomentó la producción y
cantidades de gasto social, siendo estas las mayores vistas hasta ese momento y
usualmente ligado a una mera intención de compensar los acontecimientos del 68.
Lamentablemente, a medida que la inversión pública aumentaba, también lo hacía el
déficit de las finanzas públicas y la necesidad de préstamos fue indudable: La deuda
interna y externa se vio aumentada.
El modelo económico se veía debilitado y los principales factores del
debilitamiento del modelo de la sustitución de importaciones fueron: la pérdida de la
competitividad en la industria, el rezago del sector agropecuario, la creciente dependencia
financiera del exterior, y la explosión, debido a la inminente industrialización del país,
demográfica urbana.
Pese a todo, se siguió con una cierta estabilidad y no fue presentado ningún tipo
de devaluación, contrastando así con el gobierno Alemanista, y en una manera mucho
más notable, con el gobierno Portillista.
Uno de los primeros proyectos de la política económica de López Portillo fue
utilizar la exportación petrolera como base primordial de la reactivación económica.
Portillo catalogó al petróleo como el “pivote de la economía nacional”, asegurando que la
crisis económica había terminado y que el petróleo jugaría un papel fundamental en el
futuro desarrollo económico del país.
En el ámbito industrial hubo un importante esfuerzo por sacar adelante al Plan
Nacional de Desarrollo Industrial. . Sin embargo, el proceso de desarrollo económico,
sustentado en la exportación de hidrocarburos, presentó una fuerte tendencia hacia la
desustitución de importaciones en el sector industrial. Esto último pese a los esfuerzos
del gobierno de intentar mantener una política de sustitución de productos.
La economía mexicana se terminó por volver completamente dependiente de las
exportaciones de petróleo Ésta dependencia a un producto que nos ayudaría a crecer, la
que irónicamente promovió la situación de crisis. En 1981, el precio del petróleo
Comenzó a descender, causa de ello fue la sobreproducción y la saturación mundial del
petróleo. El Gobierno mexicano amenazó a sus clientes con suspender las ventas futuras
de petróleo si no se mantenía la demanda dentro de los niveles anteriores. Tal valoración
errónea del panorama internacional, ocasionó que se creyera que la caída de la demanda
era meramente un suceso temporal
En el gobierno existió un incumplimiento de las etapas de estabilización y
crecimiento que tanto mencionaba José López Portillo, y se ocasionó un desequilibrio de
las finanzas públicas. Todo esto por la dependencia de exportaciones petroleras y el
impacto de la caída de los precios internacionales, los cual, aunado al aumento del crédito
externo para explotación de yacimientos petroleros, ocasionó un deterioro y
sobrevaluación del peso mexicano que trajeron consigo, posteriormente, todos aquellos
hechos ya antes mencionados.
Contraste entre sustitución y desustitución, devaluación y un periodo de cierta
estabilidad. En definitiva, los contrastes económicos son grandes, los errores muchos y
los aciertos también. Sin embargo, algunos de estos errores, no han sido todavía
suficientemente tomados en cuenta para aplicarlos en el presente, el país, aunque en
relativa estabilidad, sigue en crisis: Antes hundirse en un pantano, el primer paso es el
estancarse, y es donde nos comenzamos a colocar.
Sociedad: Continuo Confianza-Temor-Desconfianza-Decepción.
La sociedad es siempre la parte más sensible de una nación y es en ella donde se
reflejan de manera importante todos los acontecimientos económicos y políticos de un
país. Durante estos tres gobiernos, fueron diversas las reacciones sociales: Desde cierta
estabilidad, hasta el temor y desconfianza, llegando a una verdadera decepción. Véase a
continuación un pequeño resumen de las principales reacciones presentadas durante estos
tres gobiernos, sustraídas de análisis anteriores:
Durante la administración Alemanista, la industrialización trajo consigo un
cambio en el modo de vida de las personas. Fue una sociedad que, según la propia
palabra de quienes vivieron dentro de ella en aquella época, era conocida porque “había
paz, había tranquilidad, había fuentes de trabajo.” También fue una sociedad con
progreso en los Derechos Humanos y Sociales, representado por la presencia primera de
Electorado femenino en las elecciones municipales. Sin embargo, no todos salieron
beneficiados de las políticas alemanistas de la época: La Persecución de la Izquierda
comunista, tomó un rol importante. Cientos de comunistas fueron rezagados, arrestados,
exiliados y aún dentro de los partidos políticos fueron retirados.
Durante la administración de Díaz Ordaz, no cabe duda que el sector que tuvo un
mayor impacto durante este sexenio fue la sociedad misma en su totalidad. Los
movimiento sociales presentados en la época, fruto de la resistencia a un autoritarismo
con tintes despóticos, fueron diversos y, sin embargo, todos fueron sometidos con una
mano rígida que generó una imagen tiránica del Estado y un pueblo con horror a éste.
El choque ideológico fue catastrófico: Sólo cabe mencionar como ejemplo la
masacre del 68 o simplemente los actos autoritarios de la administración. El costo por
aquellos actos provenientes del poder presidencial que se sintieron en la población, trajo
consigo consecuencias que perduran hasta hoy. Fueron dichos actos la gota que derramó
el vaso, y es posible decir, sin temor a la equivocación, que los hechos ocurridos durante
ese sexenio fueron la gota que derramo el vaso para que la ciudadanía perdiera, de
manera abrupta, la confianza en el sistema político mexicano.
Y es finalmente, durante el gobierno Portillista, que la sociedad se vio marcada de
manera inminente por todos los sucesos políticos y económicos de la época. Primero, la
gran confianza que se vivió a nivel nacional de que México se había vuelto un país de
riqueza ilimitada gracias al petróleo, para después caer en una rotunda situación de duda,
temor e incertidumbre a causa del restablecimiento de la crisis. Sin embargo hubo otros
sucesos que afectaron de alguna manera a la sociedad.
La sociedad se ha ido decepcionando poco a poco de la política mexicana. La
discriminación ideológica durante los primeros dos gobiernos analizados, la desconfianza
inminente generada por los últimos dos. En México se vive una crisis de confianza del
sistema político, el cual si no se atiende de la manera correcta y a tiempo, sólo provocará
una crisis mayor tarde o temprano. Tarea difícil para el actuar y posteriores gobiernos,
mas indispensable para alcanzar un verdadero cambio. Todavía la sociedad se siente
salpicada de sangre de los estudiantes del 68 y hasta la fecha sienten que su bolsillo está
roto. Se necesitan medidas urgentes.
Conclusión:
La historia jamás se repite, mas los sucesos tienden a ser cíclicos y asemejarse. Si
no se aprende del pasado, el futuro se encargará de azotarnos una y otra vez contra la
realidad para que nos demos cuenta de las lecciones a aprender. Tres gobiernos distintos,
tres épocas distintas, pero todos formando parte de una historia en común, la mexicana.
No queda más que ver hacia el futuro y luchar por recuperar la perdida confianza en el
gobierno, pero ganarla nuevamente será difícil. Tenemos una bandera que limpiar, pues
la franja roja se ha corrido y manchado la blanca y la verde, la sangre ha sido derramada,
de manera directa o indirectamente. El verdadero equilibrio está lejos, mas imposibles no
existen, sólo verdaderas intenciones y esfuerzos en conjunto por lograr el verdadero
cambio.
Delgado de Cantú, Gloria M. “Gobierno de Miguel Alemán Valdés” Historia de
México: Legado Histórico y Pasado reciente. México: Pearson Educación. 2004.