3.- Curación de Un Leproso

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Tercera Exégesis Relato de Milagro en Lucas 1.- LECTIO 1.1 Texto 1.1.1 TEXTO EN ESPAÑOL 11 de enero o viernes después de la Epifanía Capítulo 5 12 Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» 13 El extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante le desapareció la lepra. 14 Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.» 15 Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. 16 Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba. 1.1.2 TEXTO EN GRIEGO 12 Καὶ ἐγένετο ἐν τῷ εἶναι αὐτὸν ἐν μιᾷ τῶν πόλεων καὶ ἰδοὺ ἀνὴρ πλήρης λέπρας· καὶ ἰδὼν τὸν Ἰησοῦν πεσὼν ἐπὶ πρόσωπον ἐδεήθη αὐτοῦ λέγων· Κύριε, ἐὰν θέλῃς δύνασαί με καθαρίσαι. 13 καὶ ἐκτείνας τὴν χεῖρα ἥψατο αὐτοῦ εἰπών· Θέλω, καθαρίσθητι· καὶ εὐθέως ἡ λέπρα ἀπῆλθεν ἀπ' αὐτοῦ. 14 καὶ αὐτὸς παρήγγειλεν αὐτῷ μηδενὶ εἰπεῖν, ἀλλὰ ἀπελθὼν δεῖξον σεαυτὸν τῷ ἱερεῖ, καὶ προσένεγκε περὶ τοῦ καθαρισμοῦ σου καθὼς προσέταξεν Μωϋσῆς εἰς μαρτύριον αὐτοῖς. 15 διήρχετο δὲ μᾶλλον ὁ λόγος περὶ αὐτοῦ, καὶ 1

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Exegesis

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Tercera Exgesis Relato de Milagro en Lucas1.- LECTIO1.1 Texto1.1.1 TEXTO EN ESPAOL11 de enero o viernes despus de la EpifanaCaptulo 512 Y sucedi que, estando en una ciudad, se present un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jess, se ech rostro en tierra, y le rog diciendo: Seor, si quieres, puedes limpiarme.13 El extendi la mano, le toc, y dijo: Quiero, queda limpio. Y al instante le desapareci la lepra.14 Y l le orden que no se lo dijera a nadie. Y aadi: Vete, mustrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificacin como prescribi Moiss para que les sirva de testimonio.15 Su fama se extenda cada vez ms y una numerosa multitud aflua para orle y ser curados de sus enfermedades.16 Pero l se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.

1.1.2 TEXTO EN GRIEGO12 , . 13 , ' . 14 , , . 15 , 16 .

1.2 EstructuraEl relato del milagro al curar al leproso se puede dividir de la siguiente manera: a) V. 12 el evangelista, primero refiere que estando en un pueblo, fue donde se le present un hombre que estaba enfermo de lepra, este al verlo se postr y rog, le limpiara de su mal.b) V. 13 ante la splica, Jess hace el gesto de extender la mano que a la vez lo toc; a esto aadi unas palabras, las cuales refieren la curacin.c) V. 14 terminado el milagro, Jess ordena que no contara a nadie lo sucedido; le aadi que se fuera a presentar al sacerdote y que hiciera la ofrenda por tal purificacin, segn lo prescrito en la ley mosaica, para que le sirviera de testimonio.d) V. 15 referente a su accin Jess hizo ms fama, por tanto lo segua ms gente y deseaban ser curados.e) V. 16 refiere el evangelista que ante esta situacin, l se retiraba a lugares solitarios, para orar.

1.3 ContextoIsabel Gmez Acebedo [footnoteRef:1].- Estamos ante un relato tpico de curacin cuyos paralelos en los otros sinpticos son Mc 1, 40-45 y Mt 8, 2-6. Todos los evangelistas colocan el relato al principio de la vida pblica, con la llamada al seguimiento de Lev acto seguido- Aunque Lucas sigue con bastante fidelidad el texto de Marcos, tambin introduce una serie de mejoras reaccinales que limitan las emociones que demuestra Jess, eliminan todos los elementos, negativos del relato como la desobediencia del leproso y presenta un final en el que Jess huye a sitios deshabitados para rezar. Marcos tambin lo aleja de la muchedumbre, pero por otro motivo, Jess no poda ir a las diversas ciudades, pues la gente se acumulaba en su entorno. Bovon sostiene que el relato originario que narra Marcos pudiera tener como marco una casa particular donde entra un leproso, un componente que puede dar razn del enfado de Jess, de su rechazo y posterior compasin del enfermo de ese evangelio. [1: Gmez Acebedo, Isabel, Lucas, Verbo Divino, 2008, p. 138.]

Josef Schmid [footnoteRef:2].- La determinacin local que falta en Marcos queda completada por Lucas en la forma general que le es caracterstica, y que al mismo tiempo le sirve de enlace con 4, 43s. En cambio suprime las expresiones de tipo emotivo humano en Jess (Mc 1, 41. 43) y la observacin de Marcos (1, 45), de que Jess intentaba ocultarse ante el pueblo. El pasaje de Mc1, 45, referido solo a la situacin de la curacin de aquel leproso, queda convertido por Lucas (v. 15s) en un relato de carcter general sobre la actividad de Jess. Caracterstica de Lucas es la referencia a la oracin de Jess en la soledad, aunque en este caso reproduce Mc 1, 35, pasaje que ha pasado antes por alto. [2: Cfr. SCHMID, Josef, El Evangelio segn San Lucas, Herder, Espaa, 1967, p. 178.]

El cuarto milagro que hizo el Seor desde que vino a Cafarnaum fue sanar al leproso. Si en el principio alumbr el da cuarto por medio del sol, y le hizo ms claro que los dems, debemos considerar que este cuarto milagro es ms evidente que los otros, del cual se dice: y aconteci que estando en una de aquellas ciudades, vino un hombre cubierto de lepra, etc. No se expresa el lugar donde fue curado el leproso, para demostrar que no un solo pueblo de una ciudad particular, sino que todos los pueblos haban sido sanados. (San Atanasio, in Cat. Grec Paternum). Ador el leproso al Seor Dios, subsistente en un cuerpo; y ni por la carne crey que el verbo de Dios fuese criatura, ni porque era Verbo despreci la carne que vesta, sino por el contrario, se postra contra tierra adorando en un templo creado al Creador de todas las cosas; pues sigue: Y viendo a Jess, se prostr, el rostro contra tierra, y le suplic. (San Ambrosio). El acto de arrodillarse delante del Seor da a entender su humildad y su pudor, con el fin de que cada uno se avergence de los pecados de su vida; pero la vergenza no detuvo su confesin, sino que mostr su herida y pidi su curacin, diciendo: Seor, si quieres puedes limpiarme. No dud de la bondad del Seor, porque desconocer su gran caridad, sino que, conociendo e su iniquidad, no presumi: pues rica es de religin y de fe de la confesin, que se entrega a la voluntad de Dios. (San Cirilo)[footnoteRef:3]. [3: Santo Toms de Aquino, Catena Aurea, Cap. V, v. 12-16, San Lucas.]

1.4 Personajes que intervienenJess: Es el portador de la buena nueva, manifestada en los milagros, porque estn estrechamente ligados con su actividad y misin, que no pueden arrancarse sin violencia, arrancarse de su biografa[footnoteRef:4]. [4: Cfr. HAAG-VAN DEN BORN-DE AUSEJO, Jess, Diccionario de la Biblia, Herder, Espaa, 2000, p. 994]

Hombre cubierto de lepra: (Lepra) Se refiere a la enfermedad que se menciona en el AT, se llama lepras la misma que conocemos con el mismo nombre; de todas formas sera extrao que entre las enfermedades de la piel, consideradas como azote de Dios y como impureza no figurar la lepra tan conocida y extendida en el antiguo oriente[footnoteRef:5]. [5: Ibid. sacerdote, p. 1749.]

En el NT se refiere a la misma enfermedad que el AT llama sraat.Sacerdote: Es sorprendente que el NT nunca se hable de sacerdote fuera de los sacerdotes judos y de Cristo, en Heb 7,15, y de los cristianos en Ap (1, 6 5, 10 20, 6) como sacerdotes. Jess reconoce la autoridad de los sacerdotes judos. Lc critica una vez de modo directo a sacerdotes y levitas, pero cuenta tambin que muchos sacerdotes se sometieron a la fe; en el resto del NT se habla de sumos sacerdotes y de doctores de la ley o escribas que de sacerdotes en general.Moiss: El nombre hebreo de Moiss, meh, se vuelve a encontrar en la familia levtica de m. En tiempo de Filn y de Josefo se deriva del copto (m= agua, ueh=salvar), lo cual correspondera a la etimologa popular que la biblia pone en boca de la hija del faran. La moderna egiptologa, a partir de Brugshc, desecha esta solucin[footnoteRef:6]. [6: Ibid. Moiss, p. 1278.]

Multitud: Representa un papel muy importante en los relatos evanglicos. Los trminos griegos son demasiado vagos para facilitarnos alguna nocin sobre la multitud que rodea a Jess: plthos, oklos, o simplemente polis, muchos, una multitud. Sin embargo si se mira esa multitud ms de cerca, veremos que se trata de gente llana, sencilla, sin grandes recursos materiales, entre la que se encuentran a menudo dolencias (fsicas o morales). Parece que el motivo que atrae a esa muchedumbre hacia Jess es el alivio de la miseria, pero quiz tambin la liberacin del ocupante romano. No obstante para Jess la curacin corporal debe conducir a la curacin espiritual. Con todo lo que se refleja en Jess[footnoteRef:7]. [7: PIERRE-MAURICE y otros, Multitud, Diccionario Enciclopdico de la Biblia, Herder, Espaa, 1993, p. 1060.]

1.5 Acciones Relevantesa) Hombre (Leproso): Cubierto este verbo refiere a que aquel hombre estaba lleno (refiriendo a su cuerpo), de aquella enfermedad llamada lepra, que hacia ser repugnante ante la sociedad a quin lo posea. (v. 12). Ver lo refiere al momento en el que Jess pasaba por ah, cerca de donde estaba este hombre. (v. 12). Ech el hombre al verlo su reaccin fue de splica y humillacin, por eso se ech, o tir a la tierra, o mejor dicho se postr, ante Jess. (v. 12). Rog si este se acerc a Jess fue para pedir un favor, por lo que se dedic a rogar, o suplicar que le curar de tan grave enfermedad. (v. 12). Puedes en la frase de la splica de este hombre, va un reto a la voluntad de Jess, si quieres, y le agrega la peticin puedes curarme. (v. 12).

b) Jess: Extendi ante la splica del leproso, Jess extiende la mano, en respuesta a su peticin. (v. 13). Toc la accin curativa de Jess primero viene al tocarlo, aunque no especifica el lugar de su cuerpo en el que lo toc. (v. 13). Quiero en respuesta a aquel reto a su voluntad, Jess responde, quiero, y al instante queda limpio. (v. 13). Desapareci esto refiere que, ante la accin y palabra de Jess, la enfermedad desapareci. (v. 13). Orden como Jess no deseaba ser molestado, pidi con carcter de orden, no dijera nada a nadie de lo ocurrido. (v. 14). Vete al terminar de curarlo y de darle una orden, le pide irse, sin antes no darle instrucciones sobre la ley mosaica. (v. 14) Retiraba ante tal gento, Jess prefera retirarse a lugares lejanos, donde estuviera solo. Orar lo que ms le agradaba hacer a Jess fue, orar, y prefera hacerlo a solas.b) Multitud: Aflua ante tal milagro su fama se extendi, por tanto mucha gente se acerc, o se junt, para orle y ser curados. (v. 15).

1.6 Sentido de cada Versculo

Vv. 12-13 Jess acta en una de las ciudades que visita en su viaje de misin (4, 44). El leproso se le present6a en una ciudad. Los leprosos no deban acercarse a las ciudades. El leproso, manchado de lepra, llevar rasgada sus vestiduras, desnuda su cabeza, y cubrir su barba, e ir clamando: Inmundo, inmundo! Todo el tiempo que le dure la lepra ser inmundo Es impuro y habitar solo; fuera del campamento tendr su morada (Lev 13, 45s). Estaba cubierto de lepra: as lo hace constar Lucas, el mdico. La lepra era incurable. l se vea atacado por la enfermedad, era tenido por muerto.El pobre hombre, en medio de su afliccin, no se cuida de la ley, del ostracismo a que est condenado ni de la amarga experiencia de la incurabilidad. El poder de Jess significa para l ms que la ley y que la muerte. Postrndose confiesa su misericordia, con su suplica expresa su confianza. Hace su profesin de fe: cree que en Jess acta la fuerza de Dios. Puedes dejarme limpio. Implora la compasin de Jess: Si quieres:.. Jess es la esperanza de su vida. De su voluntad depende su existencia: en comunin con Dios, con los hombres en la vidaJess obra con compasin. Extiende la mano y lo toca, con lo cual pasa por encima de la ley, pero practica la misericordia. Tocndolo lo introduce en comunin, en la comunin con los hombres, en la comunin con Dios. Se apropia las palabras de la splica y se identifica con la solicitud del leproso. Su voluntad lo limpia de la lepra y con ello lo restituye a la comunin con Dios y al culto.Por la palabra de Jess queda limpio el leproso y es declarado tal. Jess posee el poder del profeta Eliseo, que cur al leproso Naamn; posee tambin la autoridad de los sacerdotes de Israel que declaran limpios a los leprosos. Jess les es superior, puesto que su sola palabra limpia y declara limpio[footnoteRef:8]. [8: Stger, Alois, El Evangelio Segn San Lucas, T I, HERDER, Barcelona, 1975, p. 154.]

Palabras clave: La mano: En hebreo, la locucin en su mano quiere decir en oposicin suya. La expresin llenar la mano, que significa la investidura de un sacerdote, originalmente recordaba el sueldo pagado al encargado del santuario, mientras que el rito de la imposicin de manos representaba un papel importante en el ritual. Con su movimiento la mano puede manifestar sentimientos como pena o vergenza[footnoteRef:9]. [9: PIERRE-MAURICE y otros, Multitud, Op. Cit., p. 957.]

Vv. 14- 16 Jess no hace los milagros con fines lucrativos ni buscando la propia gloria. Pas haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con l.Segn prescriba la ley, el leproso sanado deba presentarse al sacerdote para ser declarado limpio (Lev 13, 49) y ofrecer el sacrificio por la purificacin (Lev 14, 1-32).Jess quiere que se cumpla la ley; l mismo era obediente a la ley. Los sacerdotes tenan que recibir un testimonio de que se haba iniciado el tiempo de la salvacin, puesto que el profeta haba anunciado que el tiempo de la salud aportara curacin de las enfermedades. La fama de Jess y de su accin salvfica se va extendiendo cada vez ms. Jess prohibi hablar al leproso, lo cual no impidi que se propagara la noticia. La palabra lleva en s una fuerza que la mueve a extenderse progresivamente. Atrae a multitudes de pueblo cada vez mayores, que quieren participar de la palabra y de la obra salvadora de Jess.Jess se retira a la soledad, a orar. Su accin procede de la comunin con su padre en la oracin. Jess acta porque Dios est con l. Su comunin en la oracin remite a una comunin ms profunda[footnoteRef:10]. [10: Stger, Alois, Op. Cit., p. 156.]

Palabras clave: Ofrenda: (Oblacin). En el sentido tcnico del pueblo, la ofrenda es una ofrenda de harina y de torta de aceite, junto con incienso, o tambin de los primeros productos del campo (cereales molidos) amasados con aceite y acompaados con aceite y acompaados con incienso. El sacerdote deba quemar parte de esta ofrenda en el altar, y el resto deba consumirlo l en el santuario[footnoteRef:11]. [11: . HAAG-VAN DEN BORN-DE AUSEJO, Oblacin, Op. Cit. p. 1353.]

Purificacin: Desaparicin de una impureza ritual. Consigues por medio de abluciones, por aspersiones con sangre, por contacto con carbn ardiente, y por sacrificio purificador. Vasijas de barro que se han hecho impuras deben ser destrozadas, las de metal deben ser frotadas y fregadas con agua (Lev 15, 12). Las piezas de metal, procedentes de botn que aguantan el fuego han de purificarse en el fuego; otras, con agua (Num 31, 20ss)[footnoteRef:12]. [12: Ibid. Purificacin,]

Purificacin: Desaparicin

1.7 Mensaje que Quera Comunicar a las Personas de su Tiempo(San Ambrosio) Dice, pues, quiero, a causa de Fotino: manda, a causa de Arrio; toca, a causa de Maniqueo. No hay distancia alguna entre la obra de Dios y su mandato, para que conozcas el afecto del que cura y el poder de la obra. Y prosigue: "Y luego desapareci de l la lepra". Y para que la lepra no pueda pasar a otra cosa, cada uno debe tomar ejemplo en la humildad del Salvador, para evitar la vanagloria; porque sigue: "Y le mand que no lo dijese a ninguno", ensendonos que no debemos divulgar nuestros beneficios; sino que debemos abstenernos no solamente de obtener la recompensa del dinero, sino tambin la de la gracia. Puede que le mandase el silencio, porque estima que los que creen con una fe espontnea son mejores que los que creen por la esperanza de los beneficios.(San Cirilo) Aun callando el leproso, bastaba la voz del acontecimiento para contar a todos los que lo conocan el poder del que le haba curado.(Crisistomo, hom. 26, in Matth) Y como de ordinario cuando los hombres estn enfermos se acuerdan ms de Dios, y cuando se curan ya se olvidan de l, manda que tenga siempre presente a Dios, dndole gloria. Y prosigue: "Ms ve, mustrate al sacerdote", para que el leproso, una vez curado, se presentase al sacerdote, y as, por medio del certificado de aqul, fuese contado entre los sanos.(San Ambrosio) Y para que el sacerdote entendiese tambin que aquel hombre no haba sido curado en virtud de la ley, sino por la gracia del Seor que est sobre la ley. Ordenando ofrecer el sacrificio prescrito por Moiss, el Seor mostr que no disolva la ley sino que la cumpla, de donde sigue: "Y ofrece por tu limpieza, como mand Moiss".(San Agustn, de quae. evang. 2, 3) Parece que aqu aprueba el sacrificio establecido por Moiss, a pesar de que la Iglesia no lo acepta. Se entiende que lo ha mandado, porque el sacrificio del santo de los santos, que es Su Cuerpo, no haba empezado an; pues los sacrificios figurativos no deban ser abolidos antes que Aquel que figuraban no se estableciese por el testimonio de la predicacin de los apstoles y por la fe de los pueblos fieles.(San Ambrosio) Tambin puede decirse que como la ley era espiritual, deba establecer un sacrificio espiritual. Y por esto dice: "Como mand Moiss". Y a continuacin aade: "En testimonio a ellos".

2.- MEDITATIO2.1 Relacin de este Texto con la Seccin a la que Pertenezca: SinpticosMateo 8, 1-4: 40 Se le acerca un leproso suplicndole y, puesto de rodillas, le dice: Si quieres, puedes limpiarme.41 Compadecido de l, extendi su mano, le toc y le dijo: Quiero; queda limpio.42 Y al instante, le desapareci la lepra y qued limpio.43 Le despidi al instante prohibindole severamente:44 Mira, no digas nada a nadie, sino vete, mustrate al sacerdote y haz por tu purificacin la ofrenda que prescribi Moiss para que les sirva de testimonio.45 Pero l, as que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no poda Jess presentarse en pblico en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudan a l de todas partes.

Marcos 1, 40-45: 40 Se le acerca un leproso suplicndole y, puesto de rodillas, le dice: Si quieres, puedes limpiarme.41 Compadecido de l, extendi su mano, le toc y le dijo: Quiero; queda limpio.42 Y al instante, le desapareci la lepra y qued limpio.43 Le despidi al instante prohibindole severamente:44 Mira, no digas nada a nadie, sino vete, mustrate al sacerdote y haz por tu purificacin la ofrenda que prescribi Moiss para que les sirva de testimonio.45 Pero l, as que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no poda Jess presentarse en pblico en

2.2 Relacin de este Texto con otros Textos del Antiguo TestamentoLevtico 14, 1-32:1 Yahveh habl a Moiss diciendo:2 Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el da de su purificacin. Se le conducir al sacerdote, 3 y el sacerdote saldr fuera del campamento; si, tras de haberlo examinado, comprueba que el leproso est ya curado de la llaga de lepra, 4 el sacerdote mandar traer para el que ha de ser purificado dos pjaros vivos y puros, madera de cedro, prpura escarlata e hisopo. 5 Despus mandar inmolar uno de los pjaros sobre una vasija de barro con agua viva. 6 Tomar luego el pjaro vivo, la madera de cedro, la prpura escarlata y el hisopo, los mojar, juntamente con el pjaro vivo, en la sangre del pjaro inmolado sobre el agua viva, 7 y rociar siete veces al que ha de ser purificado de la lepra. Y, tras de declararlo puro, soltar en el campo el pjaro vivo. 8 El que se purifica lavar sus vestidos, se afeitar todo su pelo, se baar en agua, y quedar limpio. Despus podr entrar en el campamento; pero durante siete das ha de habitar fuera de su tienda. 9 El da sptimo se afeitar todo su pelo, su cabellera, su barba, sus cejas, es decir, se afeitar todo su pelo, lavar tambin sus vestidos, baar su cuerpo en agua y quedar limpio. 10 El da octavo tomar dos corderos sin defecto y una cordera de un ao sin defecto; y como oblacin, tres dcimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo de aceite. 11 El sacerdote que hace la purificacin presentar ante Yahveh, junto con todas esas cosas, al hombre que ha de purificarse, a la entrada de la Tienda del Encuentro. 12 El sacerdote tomar uno de los corderos para ofrecerlo como sacrificio de reparacin, adems del cuartillo de aceite, y lo mecer como ofrenda ante Yahveh. 13 Luego inmolar el cordero en el lugar donde se inmola el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar sagrado; porque, tanto en el sacrificio por el pecado como en el sacrificio de reparacin, la vctima pertenece al sacerdote; es cosa sacratsima 14 Despus el sacerdote tomar sangre de la vctima de reparacin y mojar el lbulo de la oreja derecha del que se est purificando, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho 15 Y, tomando del cuartillo de aceite, el sacerdote echar parte de l sobre la palma de su mano izquierda. 16 Despus untar un dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda, y con su dedo har siete aspersiones de aceite delante de Yahveh. 17 Con el aceite restante que tiene en su mano el sacerdote untar el lbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho sobre la sangre de la vctima de reparacin. 18 El resto del aceite que quede en la mano del sacerdote, se echar sobre la cabeza del que se purifica. El sacerdote expiar as por l ante Yahveh. 19 El sacerdote ofrecer el sacrificio por el pecado y har expiacin por el que se purifica de su impureza; despus inmolar el holocausto. 20 Y ofrecer sobre el altar el holocausto y la oblacin. De esta manera el sacerdote har expiacin por l y quedar limpio. 21 Si es pobre y no tiene suficientes recursos, tomar un cordero como sacrificio de reparacin, como ofrenda mecida, para hacer expiacin por l, y adems, como oblacin, una dcima de flor de harina amasada con aceite, un cuartillo de aceite, 22 y dos trtolas o dos pichones, segn sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto. 23 Al octavo da, los llevar al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro para su purificacin delante de Yahveh. 24 El sacerdote tomar el cordero del sacrificio de reparacin y el cuartillo de aceite, y los mecer como ofrenda ante Yahveh. 25 Despus de haber inmolado el cordero del sacrificio de reparacin, el sacerdote tomar sangre de la vctima de reparacin y mojar el lbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. 26 Luego derramar parte del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27 con un dedo de su mano derecha har ante Yahveh siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda, 28 untar con el aceite que tiene en su mano el lbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la vctima de reparacin. 29 Derramar el resto del aceite que le quede en la mano sobre la cabeza del que se purifica, haciendo expiacin por l ante Yahveh. 30 Luego ofrecer, conforme a los recursos suyos, una de las trtolas o de los pichones, 31 es decir, lo que alcanzan sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto, adems de la oblacin. De este modo el sacerdote har expiacin ante Yahveh por aquel que se purifica. 32 Esta es la ley de purificacin para aquel que tiene llaga de lepra y cuyos recursos son limitados.

Hay relacin de este texto del Levtico con esta narracin, porque Jess manda al leproso a que cumpla lo prescrito por Moiss, y era que se presentara ante al sacerdote, para que l decidiera si estaba sano, si lo estaba deba hacer una inmolacin para purificar al que haba padecido lepra.

2.3 Relacin de este Texto con JuanJuan 11, 49-52:49 Pero uno de ellos, Caifs, que era el Sumo Sacerdote de aquel ao, les dijo: Vosotros no sabis nada, 50 ni cais en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nacin. 51 Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel ao, profetiz que Jess iba a morir por la nacin 52 - y no slo por la nacin, sino tambin para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.Juan 3,16:16 Porque tanto am Dios al mundo que dio a su Hijo nico, para que todo el que crea en l no perezca, sino que tenga vida eterna.

La implicacin de Jess con los leprosos, su proximidad y cercana a ellos, refleja el propsito de Dios de sanar a los pecadores. Jess morira, segn trminos bblicos, por los pecados del pueblo (Juan 11, 49-52), para que todo aquel que confiase en su sacrificio, fuese limpio, no ya de la lepra, sino de su pecado (Juan 3,16).

2.4 Realidades personales a las cuales la palabra puede iluminar.1. Jesucristo es el medico por excelencia, el nico que puede curar dolencias del alma, el nico que puede librar de aquella podredumbre que envuelve el alma. Cuando la persona se est en pecado, es una persona que est envuelta en una enfermedad que es la lepra, que irradia repugnancia ante quienes la rodean, por tanto tienden a alejarse de ella, por el mal olor a pecado, hedor de maldad. Al contrario, cuando un alma est limpia, pura, sin mancha, significa que est rodeada de Dios, su olor es delicioso, quienes estn cerca de ella, quieren estar siempre as, porque disfrutan su presencia y su buen olor a Dios.Por eso es necesario que la persona que est en pecado, debe acudir a aquel que representa a Cristo, al sacerdote, quien puede librarla de esa enfermedad, que le provoca incomodo consigo misma. Para que una vez sanada de tan horrible enfermedad, pueda seguir adelante con su vida ordinaria.

2. Hemos de aprender de este leproso: con su sinceridad se pone delante del Seor, ehincndose de rodillas reconoce su enfermedad y pide que le cure. Un primer paso para la conversin es reconocerse pecador, pero delante de Dios, para que l cur tal dolencia. No es necesario que todo mundo vea tus acciones de arrepentimiento, basta que lo hagas frente a Dios, y que los efectos de tal arrepentimiento dejen ver tu conversin. La sinceridad en las acciones siempre sern espontaneas, nada planeadas, por eso son ms loables ante Dios, porque las haces por amor a Dios, manifestadas a tu prjimo.

3. La lepra, se interpretaba como un castigo de Dios por sus pecados. Considerar a Dios como un juez recio, es falta de amor a Dios, y sobre todo falta de experiencia con Dios, ya que quienes hemos experimentado el amor de Dios, podemos dar testimonio de que Dios es siempre justo; primero que respeta la libertad de cada uno de sus hijos, en seguida que l solo interviene cuando t lo permites; as que Dios, por tanto si ocurre algo malo en tu vida es consecuencia de t mala administracin de tus actos, por ejemplo, si bebes alcohol, y conduces en ese estado, es evidente que en un 99% tendrs un accidente y no es que Dios lo haya permitido, sino que t al no hacer un buen uso de los bienes terrenales, te provocas males. Si tu actas bien, seguramente los efectos sern buenos, y si por alguna circunstancia ocurre algo no muy grato, no es efecto de tus buenas acciones, sino que son pruebas que debes superar, adems de que si amas a Dios, aquellos males que pudieran presentarse, no del todo los tomaras como males. As que la clave de la felicidad ser amar a Dios.

2.5 Realidades sociales a las cuales la palabra puede iluminar.1. Cree con todo el corazn en la bondad del Maestro. La fe siempre ser el elemento esencial para aquel encuentro con el buen Dios, ya que una persona sin fe, podramos llamarlo ateo, porque no cree en Dios, no tiene fe; pero est fe es de confianza, de seguridad, de estar seguro que Dios puede hacer algo bueno por nosotros, esta fe que el hombre con lepra posea, es necesaria que la tengan, quienes sufren enfermedades graves, para aquellos que pasan graves situaciones econmicas, quienes viven un duelo, porque solo la bondad del Maestro podr aliviar este dolor, pero sino se confa se cae en un desprecio de Dios, acusndolo de ser culpable de esa situacin.Es necesario revalorizar la fe, una fe que puede hacer que quienes creen a Dios, sean curados de esas enfermedades espirituales o fsicas.

2. En aquel contacto entre la mano de Jess y el leproso, fue derribada toda barrera entre Dios y la impureza humana, entre lo sagrado y su opuesto, no para negar el mal y su fuerza negativa, sino para demostrar que el amor de Dios es ms fuerte que cualquier mal, incluso de lo ms contagioso y horrible. Por tanto es necesario creerle a Dios; quiz no ser l el que venga a poner las manos, como lo hizo con este hombre, pero hay mediadores que pueden hacerlo, y ellos son sus sacerdotes, porque l lo dejo dicho: les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades (Lc 9, 1), por tanto quien le cree a Dios, si se acerca al sacerdote en confesin, o para la uncin, puede curarse, si tiene fe como aquel hombre, que se abandon a la voluntad de Jess.

3. La pobreza de nuestra condicin humana. Nosotros la experimentamos y nos la topamos a diario: las asperezas de nuestro carcter que dificultan nuestras relaciones con los dems; la dificultad y la inconstancia en la oracin; la debilidad de nuestra voluntad, que aun teniendo buenos propsitos se ve abatida por el egosmo, la sensualidad, la soberbia... Triste condicin si estuviramos destinados a vivir bajo el yugo de nuestra miseria humana. Sin embargo, el caso del leproso nos muestra otra realidad que sobrepasa la frontera de nuestras limitaciones humanas: Cristo.

El leproso es consciente de su limitacin y sufre por ella, como nosotros con las nuestras, pero al aparecer Cristo se soluciona todo. Cristo conoce su situacin y no se siente ajeno a ella, ms an se enternece, como lo hace la mejor de las madres. Quiz nosotros mismos lo hemos visto de cerca. Cuando una madre tiene a su hijo enfermo es cuando ms cuidados le brinda, pasa ms tiempo con l, le ofrece ms cario, se desvela por l, etc. As ocurre con Cristo. Y este evangelio nos lo demuestra; el leproso no es despreciado ni se va defraudado, sino que recibe de Cristo lo que necesita y se va feliz, compartiendo a los dems lo que el amor de Dios tiene preparado para sus hijos. Pongamos con sinceridad nuestra vida en manos de Dios con sus mritos y flaquezas para arrancar de su bondad las gracias que necesitamos[footnoteRef:13]. [13: http://es.catholic.net/op/articulos/12300/curacin-de-un-leproso.html]

2.6 Realidades eclesiales a las cuales la palabra puede iluminar. Comisin para la Pastoral Proftica:Departamento de Catecumenado:Se trata de ir a l y presentarse con fe. El primer paso siempre tendr que ser nuestro. Dios Padre nos conceder aquella gracia solicitada si para pedirla damos este primer paso y creemos que ya la hemos conseguido. Eso basta, hacer lo que podemos, lo que est en nuestras manosEl resto debemos dejrselo a l, que habr de responder:Quiero, queda limpio.Recordemos que para Dios no hay nada imposibleNada! El gran problema, el gran obstculo es nuestra falta de Fe. La fe requiere de nosotros que pongamos manos a la obra en la misma direccin, es decir, disponernos a hacer nuestro mejor esfuerzo, con todo lo que tenemos y somos, en la misma direccin a la que el Seor nos llama. Cul es esta direccin? Es la del Bien, la Luz, la Verdad, la Justicia y el Amor. Es por este Camino que quiere Dios que transitemos, porque es el nico que nos lleva a la Felicidad Eterna. Si estamos dispuestos y damos el primer paso, basta que se lo pidamos, que lo conseguiremos. Quiero, queda limpio[footnoteRef:14]. [14: http://www.aqplink.com/roguemos/2013/01/lucas-5-12-16-queda-limpio/]

Comisin para la Pastoral Social:Dimensin de Pastoral Social-Caritas:Es nuestra ceguera espiritual y nuestra falta de fe el primer obstculo a superar. Y es que persistimos en buscar argumentos que nos convenzan, antes de dar el primer paso. Ocurre que en verdad no nos fiamos y estamos tan aferrados a los bienes materiales, a las comodidades o a los conceptos que hemos convertido en el centro de nuestras vidas, en nuestros tesoros, que nos cuesta demasiado descentrarnos y dejarlos. Tememos que al alejarnos un milmetro de aquello que hemos hecho nuestro centro, todo se venga abajo, perdiendo nuestro prestigio, nuestro dinero, nuestras posesiones, nuestra comodidad. Tememos arriesgar! Y la verdad es que no nos fiamos ni de Dios. Tenemos o sentimos que tenemos tanto que perder, que no nos atrevemos a arriesgar. Preferimos fiarnos de todo esto que tenemos, que nos parece tangible, antes que de Dios, que se nos antoja gaseoso, amorfo e indigestoPor dnde lo cogemos? Cmo lo tragamos?Se nos viene a la mente aquel pasaje del evangelio en el que Jess se encuentra con un joven rico, que era muy, pero muy buenopero tena tanto que le era imposible seguir a JessTena muchas cosas que hacer y atender. Cuntos de nosotros reeditamos esa historia da a da? Tenemos tantoestamos tan aferrados a nuestra visin, a nuestros conceptos, a nuestra manera de ver y atender las cosas, que no podemos aceptar la que nos propone DiosSomos ciegos para ella. Nuestro racionalismo nos ha cegado. Hemos armado un sistema, nuestro propio sistema, que se sostienen por una serie de conceptos que en realidad son prejuicios, que constituyen barreras que nos impiden seguir a Jess. Por eso nuestra vida es estril y somos incapaces de alcanzar las promesas de Cristo. Dejamos en sus labios la respuesta a esa plegaria que no llegamos a pronunciar: Quiero, queda limpio[footnoteRef:15]. [15: Ibid.]

Comisin para la Pastoral Social:Dimensin de la Movilidad Humana:Tal vez sea nuestra vida cmoda, nuestra vida muelle nuestro principal obstculo. Es pues esta sociedad del bienestar, en la que muchos vivimos sumidos, la que nos impide ver que millones no podrn alcanzarla, si nosotros mismos no somos capaces de sacrificar algo por ellos. Es preciso que salgamos de nosotros, que nos incomodemos, que veamos un poco ms all y que seamos solidarios para entonces caer en cuenta que no somos el centro del universo, que existen otros cuyos sufrimientos podramos aliviar, si furamos tan solo capaces de descentrarnos y mirar a nuestro alrededor; si hiciramos el esfuerzo por desprendernos y dar de nosotros, sacrificando lo que fuera necesario con tal de aliviar al que sufre, al que ignora, al que padecePor eso debemos orar y nuestra oracin debe empezar pidiendo luz, para que Dios nos quite esta miopa, esta ceguera que nos impide ver, que mantiene nuestros corazones y nuestras cabezas embotadasPara or de sus labios: Quiero, queda limpio[footnoteRef:16]. [16: Ibid.]

Comisin para Vocaciones y Ministerios:Departamento de Ministros extraordinarios:La curacin del leproso nos deja ver lo que Dios anhela hacer con el hombre. l quiere tener una relacin personal con nosotros, desea que le expongamos todas nuestras necesidades y que nos acerquemos constantemente a l por la oracin y el dilogo confiado. San Lucas nos dice que Jess extendi su mano y el leproso qued limpio. En ese gesto del Seor vemos reflejada la voluntad de Dios. l desea que tengamos una vida plena y feliz. Jesucristo es como la mano de Dios que se extiende hasta nosotros para sacarnos de la enfermedad del pecado, de la mediocridad y del egosmo. Nosotros debemos tambin hacer lo mismo que Jess. Nuestro bautismo nos ha hecho hermanos de todos los cristianos. Hemos de vivir segn la dinmica de la caridad, del servicio y de la benedicencia. Para seguir a Jesucristo necesitamos todos los das extender nuestras manos hacia los dems para salir al paso de sus necesidades. Antes de terminar nuestra oracin preguntmonos si realmente nos inspiramos en nuestro actuar diario por la caridad. El servicio a los dems es ese extender la mano, ayudar con tu servicio a los dems[footnoteRef:17]. [17: http://www.homiletica.org/legionarios/legionariosdecristoD0901.htm]

Comisin para la Pastoral Social:Dimensin de Pastoral Penitenciaria:Un leproso reintegrado en la sociedadCuntos beneficios ha aportado la mirada de la fe a la ciudad de los hombres para contribuir a su vida comn! Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad nica de cada persona, que no era tan evidente en el mundo antiguo. En el siglo II, el pagano Celso reprochaba a los cristianos lo que le pareca una ilusin y un engao: pensar que Dios hubiera creado el mundo para el hombre, ponindolo en la cima de todo el cosmos En el centro de la fe bblica est el amor de Dios, su solicitud concreta por cada persona, su designio de salvacin que abraza a la humanidad entera y a toda la creacin, y que alcanza su cspide en la encarnacin, muerte y resurreccin de Jesucristo. Cuando se oscurece esta realidad, falta el criterio para distinguir lo que hace preciosa y nica la vida del hombre. ste pierde su puesto en el universo, se pierde en la naturaleza, renunciando a su responsabilidad moral, o bien pretende ser rbitro absoluto, atribuyndose un poder de manipulacin sin lmites.La fe, adems, revelndonos el amor de Dios, nos hace respetar ms la naturaleza, pues nos hace reconocer en ella una gramtica escrita por l y una morada que nos ha confiado para cultivarla y salvaguardarla; nos invita a buscar modelos de desarrollo que no se basen slo en la utilidad y el provecho, sino que consideren la creacin como un don del que todos somos deudores[footnoteRef:18]. [18: Encclica Lumen Fidei / La Luz de la fe, 54-55.]

3.- ORATIO3.1 La oratio compuctionis (oracin de arrepentimiento)Seor, si T quieres esta meditacin puede hacer la diferencia en mi da, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tcame y sname de todas mis iniquidades, de mi egosmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.

3.2 La oratio petitionis (oracin de peticin)Jess, cunto podras hacer conmigo si me dejara transformar por Ti! Sera un instrumento que T podras usar para comunicar a los hombres tus tesoros y tus gracias! Jess, aydame a vivir tu Evangelio y a sentir el apremio de cumplir con tu mandato misionero.

1.3 La oratio Eucarstica:Seor, al acercarme a ti, para recibirte sacramentalmente, lmpiame de mis males espirituales, as como lo hiciste con el leproso, que al tenerte confianza lo libraste de su mal fsico, as a m, que te amo y deseo recibirte sacramentalmente limpia mi alma de todo mal.

3.4 La oratio Laudis (oracin de alabanza):Celebra a Yahv, Jerusaln,alaba a tu Dios, Sin!,que refuerza los cerrojos de tus puertasy bendice en tu interior a tus hijos.

4.- CONTEMPLATIO -CONTEMPLACIN4.1 Qu conversin de la mente, del corazn y de la vida pide el Seor?Pide un cambio de actitudes y de intencin ante la vida que se vive, ya que en acciones somos indiferentes ante nuestras mismas necesidades, tratamos de buscar solucin en lo humano o mundano, pero no levantamos la mirada al cielo para implorar su ayuda, pecamos de pedantera, ya que pensamos que sin l podemos vivir; en pensamiento, tener fe, la fe debe inundar todo nuestro ser.

4.2 Qu don recibo y que fruto espiritual doy?Son dos dones que se pueden percibir en esta lectura, uno es la fe por parte del leproso, que se confa en Jess para curarlo, y la caridad por parte de Jess al tratarlo con tanta dignidad.Y el fruto espiritual que puedo dar es mirar a quienes estn cerca de m con caridad, sean menos pecadores o ms que yo, adems de que quiz muchos me miren con caridad a pesar de que soy un pecador.

4.3 Acciones de la vida personal, social, eclesial que nos hablan de que esa palabra se hecho realidad ya.Que mejor ejemplo de caridad cristiana que el mismo Papa Francisco, que en toda accin que realiza va inundada de caridad, sobre todo para con los enfermos fsicamente; los medios de comunicacin nos ha dado a conocer que l ha abrazado, besado, tocado a todo tipo de enfermos.Adems hay casos concretos de laicos comprometidos, que se desviven con la pastoral social, sobre todo quienes estn en Caritas, ofrecen su tiempo, su dinero, su vida, para el servicio de los dems.

5.- ACTIO - ACCION5.1 Acciones personales que ayudaran a vivir esta Palabra La actividad pastoral debe realizarse en miras de ser un Cristo viviente, donde aquellos que buscan ser amados por Dios, se sientan amados por m. La fe ha sido punto clave en mi espiritualidad, as que debo reforzarla, aceptando los mandatos de Cristo, porque as como le dio uno a este leproso y fue para bien, as me da muchos. Buscar en Dios la cura espiritual de mi alma, porque las enfermedades ms graves son las del ama, porque est en juego la vida eterna.5.2 Acciones comunitarias que ayudaran a vivir esta Palabra Dimensin para la Pastoral de la Catequesis: Educar a los nios en la fe en Dios, amarlo incondicionalmente, sin esperar algo a cambio. Dimensin de Pastoral Bblica: Amar la Palabra, porque en l encontramos salud espiritual, y quiz hasta la de cuerpo. Dimensin de Pastoral de la Misin: Aliviar las penas de quienes no han tenido ese encuentro cercano con Cristo. Dimensin de Pastoral de la Cultura: Suscitar la toma de conciencia de que el Reino de Dios est presente en todas las culturas, ya que quien estn enfermos del alma no aman el Reino. Dimensin de Pastoral del Trabajo: Animar a los obreros, campesinos y dems trabajadores a no perder la mira hacia ese Dios compasivo, que pide una actitud de fe para aliviar cualquier dolencia que haya. Dimensin de Pastoral Vocacional: Formar la conciencia vocacional, para que quienes no han tenido un encuentro personal con Cristo, vayan en su busca y le digan seor cura mi alma, que a ti te necesita. Dimensin de Familia: Fomentar en los padres de familia su papel primordial de sembrar la semilla del amor de Cristo en cada uno de sus hijos.20