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HISTORCINE HISTORCINE “El ejército y la política militar de los Austrias” 2016 2016 / 17 17 La leyenda del alcalde de Zalamea (1973) de Mario Camus M.ª Consuelo Amo Valcárcel

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HISTORCINEHISTORCINE

“El ejército y la política militar de los Austrias”

20162016 /1717

La leyenda del alcalde de Zalamea (1973) de Mario Camus

M.ª Consuelo Amo Valcárcel

8.- El Siglo de Oro del ejército: Los tercios

Los tercios: firmeza y lealtad, Rocroi, El Último Tercio

Fueron la pieza esencial de la hegemonía terrestre, y en ocasiones marítima del Imperio español de los Austrias. Considerados como el Renacimiento de la infantería en el campo de batalla y es comparado con las legiones romanas o las falanges de hoplitas macedónicas.

Activos desde 1534 hasta 1704 con la función de seguridad, control y defensa de la Monarquía hispánica.

8.- El Siglo de Oro del ejército: Los tercios

Fue el primer ejército moderno europeo formado por voluntarios profesionales, en lugar de las levas (o reclutamiento obligatorio) y/o la contratación de mercenarios para las contiendas.

La base de la mejor infantería: por mantener en las unidades un alto número de "viejos soldados" (o veteranos), su formación profesional y la personalidad de los orgullosos hidalgos de la baja nobleza.

Los primeros en mezclar de forma eficiente las picas (o lanzas) y las armas de fuego.

8.- Los tercios: Origen

Se le atribuye a Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar el Gran Capitán (1453-1515) al servicio de los Reyes Católicos de comandante durante la 1ª guerra en Italia (1494): Francia contra la Liga Venenciana (en la que participaba España). Se dispuso a las tropas en 3 clases: piqueros (lanceros), escudados (espadachines) y ballesteros mezclados con espingarderos y escopeteros (1as armas de fuego portátiles). Organizadas a su vez en coronelías que agrupaban a las capitanías. Busto del Gran Capitán

de Bellver

8.- Fernández de Córdoba: El Gran Capitán

Aparece distinguido en la batalla de Albuera (1479), contra los portugueses en las filas del maestre de la Orden de Santiago, Alonso de Cárdenas.

En la Guerra de Granada destaca como soldado de asalto en Antequera, Tájara e Íllora; y al mando del cuerpo en las plazas de Montefrío y Loja (que capturó al monarca nazarí Boabdil).

El sobrenombre de El Gran Capitán y el título de duque de Santángelo lo recibe tras la victoria de Italia (1498).

En el asalto a Montefrío. de José de Madrazo.

8.- Los tercios: Origen

Realmente será Carlos I quien, a partir de las tropas españolas estacionadas en Italia y con sus ordenanzas de 1534 y 1536, quien organizará el ejército en 3 tercios “Viejos”: 1º en el reino de Sicilia, 2º en el ducado de Milán (reino de Lombardía) y 3º en el reino de Nápoles.

En un principio cada localidad debía prestar 1 de cada 12 hombres para los servicios del rey si este los necesitaba para la guerra, aunque nunca faltaron voluntarios que desearan entrar.

Carlos V a caballo en Mühlberg', de Tiziano

8.- Los tercios: En las campañas Navales

Fresco de Niccolò Granello

(1553-1593):“Desembarco

de tercios españoles en la batalla de

la Isla Terceira”

(1582, Islas Azores), Sala de las batallas

en el Monasterio de

El Escorial.

8.- Los tercios: Características

Esta peculiar organización del ejército favoreció números éxitos en las contiendas de Flandes o guerra de los 80 años (1568-1648).

El mando del tercio y el de las compañías era directamente otorgado por el rey, por lo que las compañías se podían agregar o desvincular del mando del tercio según conviniera.

Mantuvo su carácter de unidad hasta mediados del siglo XVII, cuando empezaron a ser creados por los nobles a su costa, quienes nombraban a los capitanes y eran efectivos propietarios de las unidades.

8.- Los tercios: La guerra de Flandes

Enfrentó a las provincias de los Países Bajos contra sus soberanos, los reyes de España, desde Felipe II al IV; se inició en 1568 con la gobernadora Margarita de Parma (1522-86), hija extramatrimonial de Carlos I y de Johanna Maria van der Gheyns; y Finalizó en 1648 con el reconocimiento español de la independencia de las 7 Provincias Unidas (Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht y Zelanda).

Comenzó como una rebelión calvinista contra el catolicismo de Felipe II y terminó siendo una lucha por la hegemonía militar y comercial por todo el mundo. Al final los Países Bajos consiguieron su independencia y España certificó el fin de su época de esplendor como potencia mundial.

8.- Los tercios: La guerra de Flandes

Durante 80 años -incluyendo una tregua de 12 años (1609 y 1621) la guerra fue una obsesión para los reyes españoles y un costosísimo conflicto militar.

La paz acabó con la partición de los territorios de los Países Bajos entre un norte independiente y calvinista, y un sur católico (la futura Bélgica).

8.- Los tercios: Organigrama

La estructura del ejército, se dividía cada tercio en 10 capitanías o 10 compañías: 8 de piqueros y 2 arcabuceros, de 300 hombres cada capitanía.

La compañía tenía: 1 capitán, 1 alférez, 1 sargento (cada 10 cabos) y varios auxiliares: oficial de intendencia o furriel, capellán, músicos, paje del capitán, barberos, curanderos...

8.- Los tercios: Organización

Se presentaban en el campo de batalla agrupando a los piqueros en el centro de la formación y escoltados por los arcabuceros, salvo unos pocos o mangas, que se encargaban de hostigar y molestar al enemigo.

Homenaje de Playmovil a los Tercios de Flandes (2015)

El ascenso en el ejército se debía a la aptitud y los méritos, la antigüedad y el rango social.

8.- Los tercios: la técnica

Fue bautizada por los españoles como «arte de escuadronar», y los tratados de la época están llenos de fórmulas y tablas para componer escuadrones de hasta 8.000 hombres.

Los oficiales y los soldados distinguidos disponían de caballos para las marchas largas, pero combatían “pie a tierra”, integrados en grandes formaciones cuadradas o rectangulares, con una disciplina estrictamente impuesta en movimientos de alineación y maniobra. Durante los trayectos, de un lugar a otro las tropas viajaban siempre en columna.

8.- Los tercios: la vestimenta

El equipo más habitual comprendía una ropilla (vestidura corta sobre el jubón), unos calzones, 2 camisas, un jubón, 2 medias calzas, un sombrero de ala ancha y un par de zapatos, pero cada hombre podía vestir como quisiera si se lo pagaba de su bolsillo.

En cuanto a las armas, los soldados recibían las que les daba el rey (Munición Real), que se descontaban de futuras pagas, pero además podían adquirir y utilizar cualquier otra que les conviniera: espadas, picas, mosquetones, arcabuces, etc. y así se ejercitaban a base de destreza y mucha práctica.

8.- Los tercios: costumbres

Todo soldado podía llevarse los mozos y criados que pudiera costear para su posición social y recursos. Eran una especie de escuderos que aprendían de sus superiores el arte de la guerra y el cuidado de las armas y los caballos.

Un gran número de protegidos y de no combatientes acompañaba al ejército de Tercios en su marcha, desde mochileros para llevar los equipajes hasta comerciantes con carros de comestibles y bebida, cantineros, sirvientes ...y hasta prostitutas; que no podían pernoctar con la tropa porque se debían respetar cierto límite de medidas de control del orden, por lo que debían marcharse del campamento al caer la tarde.

8.- Los tercios: costumbres

No tenían reservada la plaza; ya que si se disolvían compañías ("reformaban") para cubrir las plazas en las demás. En este caso los capitanes se podían verse reducidos al papel de soldados, si bien de élite. Debido a esto, su estructura nunca fue rígida, sino más bien muy adaptable a las circunstancias del momento.

Muchas de las acciones de guerra no eran grandes batallas, si no una sucesión de golpes de mano, escaramuzas, pequeñas batallas y asedios. En todos estos casos, los Tercios resultaron muy eficientes. Especialmente en los ataques por sorpresa (o encamisadas).

Uniformes de alférez, mosquetero, arcabucero y piquero. siglo XVII según Serafín María de Sotto.

8.- Los tercios: la crisis final

La última victoria sería en la batalla de Valenciennes (1656) frente a los franceses. Felipe IV (1605-65) regaló una medalla y un sable de oro al francés Luis II de Borbón príncipe de Condé por su ayuda a España.

El declive militar con los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV, Carlos II) se sucedió a consecuencia de la falta de recursos (una tropa muy cara) y el no replanteamiento de su estructura y de instrucción; quedándose obsoletos ante los nuevos armamentos introducidos por Francia,Holanda o Inglaterra.

8.- Los tercios: La crisis final

España tenía frentes abiertos con: franceses, ingleses, holandeses, protestantes alemanes y suecos. Los banqueros genoveses y los soldados mercenarios cada vez exigían prestaciones más elevadas; a las que se añadían el gran despilfarro de la Corte, la falta de visión política, la incompetencia de los validos, etc. Terminaron por hundir del todo el imperio de los Austrias.

La Paz de los Pirineos (1569) supuso ya la pérdida de los territorios al sur y al este de Bélgica.

8.- Los tercios: La crisis final

En el reinado de Carlos II el Hechizado (1661-1700) continuaron los ataques franceses para acabar con lo poco que quedaba del Flandes hispánico. Mediante la Paz de Aquisgrán (1668), España volvía a perder plazas.

La Paz de Nimega (1678) volvió a mermar los dominios en Flandes; desapareciendo con la Paz de Utrecht (1713-15): que ponía fin a la Guerra de Sucesión Española entre Felipe V de Anjou y el archiduque Carlos de Austria por el trono español.

La firma de la paz Nimega entre Francia y España de Henri Gascard).

8.- Los tercios: la leyenda negra

La fama de desorden y saqueo brutal, sanguinarios y sádicos, empeñados en torturar y acompañado de crueles matanzas forma parte inseparable de la historiografía anglosajona y francesa difundida para perjudicar la imagen de los reyes de España. Tuvo mucho que ver Thierry de Bry (1528-98) orfebre

y grabador que publicó la historia de las “Indias occidentales españolas” (1565) acusando de los españoles y rápidamente traducido al latín, francés, alemán y holandés; manteniéndose hasta hoy día esta mala fama de la actuación.

8.- Los tercios: El legado

El patronazgo de la infantería tiene su origen en el llamado Milagro de Empel: episodio ocurrido el 7 de diciembre de 1585 en la contienda del Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla (la isla de Bommel), acorralado sin víveres por el Almirante holandés Holak.

Ante la negativa de capitulación, se abrieron diques de los ríos Mosa y Waal para inundar el campamento español; salvados éstos en el único lugar de tierra firme; un montecillo donde se halló una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

El milagro de A. Ferrer-Dalmau (2015).

8.- Los tercios: El legado

Expresiones directamente relacionadas con los Tercios y las guerras de Flandes que han perdurado en lengua española gracias a la literatura del Siglo de Oro:

-“Se armó (o se armará) la de San Quintín” (victoria contra Francia en S. Lorenzo (10 de agosto de 1557).

-“Poner una pica en Flandes” (sinónimo de algo sumamente dificultoso o costoso).

-“Me importa un pito” (se refiere al poco dinero que recibía el pífano que tocaba en el ejército).

-“Irse a la porra” (arresto de los reos junto al sargento -con porra- en las paradas de descanso de los tercios).

8.- Los tercios: En la literatura

Además de Calderón de la Barca (1600-1681) o Duque de Rivas (1791-1865), otros autores, que nacieron en los siglos que estuvieron activos los tercios o autores del siglo XX también escribieron poemas sobre esta unidad militar del ejército español:

España mi natura,Italia mi ventura,¡Flandes mi sepultura!

Esta estrofa anónima de tres versos, aunque corta, se hizo muy popular entre los soldados españoles en la segunda mitad del siglo XVI. “Flandes era su sepultura, pero seguían yendo, porque así se lo pedía su honor”

8.- Los tercios: En la literatura

Allende nuestros mares,allende nuestras olas:¡El mundo fue una selvade lanzas españolas!

Esta cuarteta, anónima, nos resume el espíritu de los siglos XVI y XVII que quisieron revivir nuestros divisionarios.

Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), que sirvió en el Tercio de don Miguel de Moncada (en Lepanto, 1571) como soldado, también abordó el tema de los Tercios a la poesía. Y se inspiró en su vida de cautiverio de Argel para narrar la historia del cautivo en la 1ª parte de El Quijote, cap. 40.

Desa mesma manera le sé yo –dijo el cautivo.–Pues el del fuerte, si mal no me acuerdo –dijo el caballero–, dice así:

Soneto de Cervantes incluido en la Primera Parte de El Quijote (1605), cap. 40

Francisco de Quevedo (1580-1645), que también sirvió en los tercios de infantería, se inspiró también en estas unidades para realizar una serie de poemas en las que alababa el poderío de los tercios. En este poema, llamado “Al rey Felipe III”, sin embargo, engrandece el poderío del monarca y alaba sus ordenes y actuaciones en cuanto al Tercio:

8.- Los tercios: En la literatura

Además de ser dramaturgo y sacerdote, fue soldado, alistándose en los tercios con 40 años de edad en el Regimiento de “Órdenes Militares” para hacer frente al levantamiento secesionista de Cataluña (que se adhirió a Francia de 1640 a 1652).

8.- Los tercios: Calderón de la Barca (1600-81)

La situación histórica que le tocó vivir y la variedad de registros de su excepcional obra teatral sintetiza contradictorio siglo XVII. Testigo de 3 reinados (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) y vivió la Europa del pacifismo y de la Guerra de los Treinta Años y la del nuevo orden internacional, simultáneo al lento declinar de la monarquía. Es decir, el Siglo de Oro de las letras, las artes y de los Tercios.