1.la indumentaria de 1868 a 1914
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• En este periodo vamos a constatar dos hechos:
a) La evolución análoga del traje de tipo europeo en los
países del Viejo y Nuevo Mundo.
b) La moda francesa dominará esta evolución y se
consagrará a nivel mundial.
• En la época del colonialismo se da un periodo de
estabilidad en la indumentaria, salvo puntuales
evoluciones. Una sociedad con una intensa vida social.
• Se caracterizará por una amplitud de las formas,
sobrecarga de la ornamentación, variedad de tejidos y
reglamentación de maneras de llevar la indumentaria.
• Las escasas tentativas de un cambio en la indumentaria
procedieron:
a) De intentos más ideológicos que prácticos en este
sentido, como el movimiento sufragista.
b) El desarrollo de la práctica deportiva por parte de las
clases acomodadas.
• En el mundo de la sociedad de la época, los estrenos
teatrales eran también lugares que marcaban la
tendencia. Los modistos de la época convirtieron a las
actrices en iconos de la moda
• Las influencias exteriores se vieron favorecidas por el
desarrollo de las relaciones internacionales en el marco
de las Exposiciones Internacionales y el fenómeno del
colonialismo.
• Al lado de los vestidos complicados de los grandes
modistos, aparecen los grandes almacenes que
introducen, para el uso cotidiano, unas prendas de
vestir sobrias y practicas, cuya simplicidad no excluye
la elegancia.
• La influencia de esta moda de los grandes almacenes, en
base a la generalización de la publicidad, llegará a las
casas de los grandes modistos del periodo.
• En el periodo analizado se dio paralelamente un
aumento de la producción de textiles de manera
constante hasta el comienzo de la IGM.
• Lo anterior, junto con el perfeccionamiento de la
maquinaria, de entre la que destacaremos el telar
automático de Northrop en 1889, contribuyeron a un
descenso de los precios.
• Ello será causa y consecuencia también del desarrollo
de los grandes almacenes a partir sobre todo de la
década de los 70´s del XIX.
• La sociedad del periodo de la Paz Armada (1870-1914)
para satisfacer su gusto por la elegancia se encontró a
merced de los grandes creadores de moda.
• La antigua aristocracia, la burguesía que habían creado
su fortuna en las finanzas, el ambiente optimista y
especulador del periodo, contribuían a un crecimiento
del gasto en la alta costura.
• Worth había sido el maestro indiscutible de la moda
durante el II Imperio francés.
• Fue un símbolo de elegancia casi hasta su muerte en
1897, pero en este periodo le crece paulatinamente la
competencia.
• Así aparecen figuras como Redfern, un sastre inglés
que se estableció entre Londres y París y al que
debemos la introducción del traje sastre después de
1885. Y a inicios del s. XX el costume trotteur o traje de
caminar. Y el abrigo sastre, inspirado en el corte del
masculino.
• Sus diseños tuvieron gran popularidad en EE.UU.
Francia e Inglaterra.
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• Redfern continuó como marca a su muerte.
• Siguió vistiendo a las mujeres de clase alta de dos
continentes.
• En la década de los 30´s creó incluso una línea de
perfumes.
• Trató de adaptar sus diseños a los nuevos tiempos, sin
perder el estilo de la marca.
• Otro de los grandes modistos será Jacques Doucet, el
modisto que mejor supo sacar partido a la prenda
femenina explotando esa femineidad.
• Gusto por los vestidos refinados y vaporosos, en los que
los encajes hacían juego sobre crespones de seda de
matices suaves.
• Vistió a grandes actrices y damas de la sociedad
francesa.
• En su casa entró como modelista Madeleine Vionnet,
que planteaba ya para el vestido la técnica del corte al
bies, que triunfará pasada la IGM.
• Vionnet ya desde su primera colección en la casa
Doucet fue revolucionaria, presentando sus maniquíes
descalzas y sin corsé.
• Se instaló por cuenta propia en 1912.
• Creó unos modelos cuyos pliegues oblicuos
proporcionaban una caída sorprendente que mantenía
la línea del cuerpo pese al movimiento.
• Se convertirá en el periodo de 1918-1939 en uno de los
referentes de la moda parisina por sus conocimientos y
aportaciones técnicas y por crear conjuntos armónicos
mediante el equilibrio de proporciones.
• En los primeros años de siglo las pieles adquieren una
gran importancia.
• Dejan de ser un adorno para adquirir carácter propio.
• Desaparecen los polisones y posteriormente las mangas
globo.
• Esto permitirá la aparición de chalecos y abrigos
innovaciones de Revillón, que se variaron y
perfeccionaron desde entonces.
• En París, después de haber trabajado en la casa Worth,
y después como jefe del departamento de sastrería, para
Jacques Doucet, abre en 1904 Paul Poiret su propia
casa de costura.
• Según James Laver, aportaba la originalidad del color
en la búsqueda de un vestido personal.
• Sustituyó los tonos pálidos y difuminados por el violeta
oscuro, el rojo brillante, el verde, el anaranjado, azules
vivos.
• Con sus diseños contribuyó a la liberación de la mujer y
a crear la estética que marcaría todo el siglo XX.
• A Poiret debemos también el turbante a la oriental, los
vestidos de bajo estrecho, las túnicas suntuosas, los
pesados mantos cubiertos de borlas y flecos, los
penachos de plumas multicolores, los entorchados de
perlas que colgaban debajo de echarpes de zorro
blanco.
• También acabó por desterrar el incómodo corsé en sus
diseños, siguiendo el camino trazado por Madeleine
Vionnet.
• Poiret inventó el primer perfume de modisto y fundó
en 1911 su propia casa de perfumes: Rosine.
• Junto a estos grandes creadores tenemos a otros que no
aportaron innovaciones tan resonantes, pero no por ello
menos importantes.
• Nos referimos a modistas como Madam Paquín, a la
que le gustaba, como a Worth, los vestidos suntuosos, y
que sin embargo fue la primera en mandar a las
carreras a modelos con el mismo vestido.
• Las hermanas Callot, que introdujeron en la moda los
bordados con hojuelas metálicas y siempre lograban
realzar cada clase de tejido.
• Jeanne Lanvin con un estilo muy personal y
ornamental, con brocados, tejidos de oro y plata,
incrustaciones y bordados.
• Caroline Reboux, con creaciones cargadas de buen
gusto.
• En definitiva, un nuevo orientalismo era el que
dominaba el vestido en los momentos previos a la Gran
Guerra.
• Cubría el cuerpo de la mujer con un vestido estrecho,
recto y flexible; coronaba su cabello, cubierto de laca,
con turbantes y copete de plumas.