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1.0 Introducción: Cambios y costumbres de la sociedad
de hoy en la alimentación
Definición de Globalización: “Proceso económico, tecnológico, social y
cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia
entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a
través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan
un carácter global.11
”
La Globalización, es una palabra que, en los últimos años, se encuentra en la
tele y en los periódicos, una palabra que hace algunos años se refería sólo al mercado,
a la economía y que hoy se refiere a cada ámbito de la vida y tiene por eso un
significado político, tecnológico, social. Hoy en día, junta a la crisis, la globalización
ha llegado a ser la responsable de los problemas y de la difícil situación que nuestra
sociedad está viviendo. La globalización es simplemente una ampliación de los
mercados y se aplica en varios campos, como por ejemplo en el de la alimentación.
Hace algunos años los productos que se encontraban en los supermercados eran
sobre todo productos de nuestro país o de los que están cerca de nosotros, mientras que
hoy tenemos la posibilidad de comprar productos que llegan de cualquier sitio del
mundo y durante todo el año.
La inmigración, por ejemplo, influye en nuestra voluntad de comer algunos
productos como fruta y hortaliza también en una temporada que no es suya. La
primera cosa que los inmigrados transmiten a los nuevos países donde quieren intentar
11 wikipedia es
una nueva vida es sus tradiciónes culinarias. Además en los últimos años viajar es cada
vez más simple, económico e interesante. Se conocen nuevos lugares, nuevas culturas
y nuevos gustos. Gustos que se quiere saborear aunque después que el viaje haya
terminado. Esto permite el éxito de los restaurantes japoneses, indios, mexicanos,
tailandeses y varios. Este fenómeno cambia el concepto de restaurante. El restaurante
era un lugar donde se podía
transcurrir una noche con
amigos o familia y gustar
unos platos de carne o
pescado u otro, pero hoy se
va a un restaurante
particularmente porque este
está de moda. Decoraciones meticulosas, personas importantes, y la voluntad de comer
allí porque es bello aunque no nos guste la comida que sirven.
Estos cambios se deben sobre todo a los medios de comunicación, a la
televisión en particular manera. Teníamos libros y sección de cocina mientras hoy
tenemos la posibilidad de ver programas dedicados sólo a la cocina, programas de
telerrealidad donde quien gana tiene la posibilidad de tener un restaurante propio o
algo parecido, y otros que se dedican sólo a la preparación de dulces o carne. ¿Por qué
estamos viviendo todo esto hoy? La sociedad ha cambiado, las costumbres han
cambiado y también las familias y los métodos de cocinar. Ya la mujer no transcurre
todo el día en casa, cocinando y preparando la comida, esperando que los hombres
llegan del trabajo. Hoy las mujeres trabajan porque es justo y necesario y el tiempo y
las capacidades de cocinar son pocas. También los solteros tienen que cocinar y siguen
los consejos de la televisión que en este caso se define como una Biblia. Cocinar es un
producto que no encuentra crisis y la televisión también. Por eso este conjunto tiene
siempre éxito gracias a nosotros que estamos interesados en lo que el chef nos
aconseja.
El chef, un personaje importante que hoy es el verdadero experto de la cocina.
No es compresible porque el chef se considera como un Dios de la cocina y un
cocinero que tiene una experiencia de veinte o treinta años, tenga menos valor y sobre
todo menos sueldo. Los chef estudian la teoría y la práctica de la gastronomía pero
cuando una comida es buena, cocinada con amor y pasión por su propio trabajo, no es
importante quien cocine, es importante que la comida nos guste. Nosotros somos los
culpables de esta diferencia de categorías, nosotros que queremos comer sólo si está
preparado por un chef con un título académico de gastronomía.
Otra cuestión que nuestra sociedad vive es saber hacer la compra. Los
supermercados son cada vez más
grandes. Estos no venden solo
comida sino también libros, piezas
de recambio para automóviles,
electrodomésticos, juguetes,
decoraciones para jardines y
medicamentos de libre venta.
Todo está perfectamente en orden y el carrito se llena sorprendentemente. En relación
a donde se encuentran los productos en los supermercados hay algunos elaborados
estudios sobre la psicología del ser humano. De hecho, los productos más comunes
que se utilizan todos los días como leche, pan y carne se encuentran siempre en la
parte trasera del supermercado. Así un paseo obligado por productos de los cuales no
conocemos la existencia y nuestro carrito se llena de cosas inútiles. Los productos, no
sólo los alimentos, se encuentran en posiciones estratégicas, así que puedan captar la
atención. De hecho la mayoría de los productos que se quiere vender, están a una
altitud que equivale a la altura media de las mujeres, así que puedan coger el producto
fácilmente y sin darse cuenta de los que hay arriba o abajo. El color también juega un
papel importante. Los colores que más llaman la atención como rojo, verde, amarillo,
son los colores de los productos que compramos, porque estos nos dan un impulso
psicológico para comprar. Hacer compras no es como hace algunos años, también
porque hoy existen una gran cantidad de productos y en varias confecciones. Hay la
confección para la familia, tan grande que una sola persona no puede consumarla y la
para los solteros, pequeña y útil. Hay el pan ya cortado, el jamón ya cortado y puesto
en un paquete y algunas comidas completas con condimento. Un cambio de la cultura,
de las costumbres de la sociedad y también una manera para no perder tiempo. La vida
y los días son cada vez más frenéticos y estresantes. Nunca se tiene tiempo para hacer
la cosas y la posibilidad de comprar todo en el mismo lugar, carne, pescado, libros,
medicamentos, es una oportunidad importante sobre todo si se puede decidir también
la cantidad justa necesaria según las necesitades de las personas.
Como la vida es cada vez siempre más estresante, también la pausa para comer
es muy breve. En Italia no se come en el restaurante durante la pausa del trabajo, se
pierde demasiado tiempo y dinero y hay algunos lugares donde comer es simple, fácil
y poco costoso. Un menú con dos o tres platos del día, pasta, ensalada u otro y el
almuerzo se acaba rápidamente. Otra idea más cómoda y particular es la que tienen
unos bares con un servicio a domicilio de ensaladas en las oficinas cercanas. Se puede
llamar y ordenar su propia ensalada, y esperar que te la traigan. Una idea que permite
no perder tiempo mientras se trabaja y ahorrar dinero porque el coste de estás no
supera los cuatro o cinco euros, agua incluida. La mejor idea es la que tienen pocas
oficinas, o sea la de utilizar un pequeño comedor con mesas, frigorífico y horno de
microondas. Todo lo necesario.
Cuando el trabajo termina, los italianos no
regresan a su casa para comer. Los italianos se
van de tapa. El aperitivo es el momento más
esperado del día. Una manera para conocer a
gente y encontrarse con los amigos. Se crean
noches con temas particulares como la noche
sushi, fruta o el aperitivo sólo mojito, con
veinte varios tipos de mojito, hasta leche y
chocolate. Un bueno entretenimiento y a parte del cóctel también se puede comer. En
este caso hay otro acontecimiento, la hora feliz, donde se puede beber libremente y
sobre todo comer todo lo que el bar o pub ofrece. Entre las 18:00 y las 22:00, horario
justo o sea cuando se termina de trabajar y cuando se tiene que comer. A los italianos
le gusta mucho la hora feliz, es cómoda, es buena, es poco costosa y sobre todo está de
moda.
Fenómenos que los italianos viven y que demuestran los cambios de costumbre
que la sociedad está viviendo. Un cambio que los italianos no aceptan o casi, es lo del
café. A los italianos y no solo a ellos les gusta particularmente café expreso o
capuchino. Pero hoy la “Accademia Italiana Maestri del Caffé”, o sea la academia
italiana de los maestros del café, tiene cursos con posibilidad de preparar café de
avellana con nata batida, café al pistacho o con el sabor de castaña. Estos son sólo
algunos ejemplos y a veces los italianos los saborean. En los cursos de la academia, se
estudia la teoría y la práctica y se crean unos barman del café. Estás son variaciones
que en Italia no se encuentran fácilmente, al contrario de Estados Unidos o Inglaterra,
pero difícilmente los italianos darán espacio a estos tipos de café prefiriendo como
siempre el clásico expreso o capuchino.
Es importante que la comida tenga una buena forma y un color intenso para que
se pueda definir buena. No siempre si la comida parece perfecta, significa que esta sea
también buena. Por ejemplo la fruta natural o la biológica, no tiene una forma muy
bonita, pero su sabor es intenso y óptimo. La forma de un producto es importante. Los
productores de comida, tienen centros de investigación y desarrollo donde se estudian
los diseños que una comida tiene que tener. Cuando se crean productos como
bombones o helados, se estudia la forma justa, creando sus características según el
color y el aspecto. Se estudia cómo un producto de una forma puede ser más
interesante que otro y se estudia el color. El color permite al producto de ser
comprado. Nosotros hacemos una distinción entre comida buena y no según el color.
Considerando un color como el rojo, se piensa en algo bueno como tomates, fresas y
cerezas. Si una comida fuera negra, sería difícil aceptarla, por ejemplo ver una patata
negra nos deja pensar que no es buena pero no es así, es solo un bloqueo psicológico
que tenemos y que los productores de comida utilizan. Pensando en un helado al gusto
de vainilla, se piensa en un helado amarillo, pero nadie nunca piensa que la vainilla es
negra. Pero comer un helado negro a parte del chocolate, sabiendo que el ingrediente
ha siempre sido amarillo, no es simple. También la forma tiene su parte de
importancia. Se comen huevos de chocolate, chorizos y salchichas de Frankfurt que
tienen formas fálicas y se piensa sea normal. Pero cuando en los países asiáticos se
comen penes de animales, parece una cosa repugnante. Solo no es parte de la cultura
occidental. Forma y color de un producto, estos son los primos pasos en la creación de
un nuevo alimento. Después se crea el sabor, porque hoy en día el aspecto exterior de
las cosas es más importante del gusto. La gente hoy se expresa a través de lo que come
y por desgracia, casi nunca se sabe el verdadero gusto de los productos porque
comemos más con los ojos que con la boca.
2.0 Sushi Global y La Pesca Asesina
El sushi es la nueva moda
culinaria. Con sushi entendemos toda
la comida japonesa pero el sushi es
solo un elemento. El sushi es una
pelota de arroz junto a un pedazo de
pescado. El sashimi es simplemente
pescado crudo. No existe solo
pescado crudo en estos restaurantes, hay varios platos que hacen parte de una tradición
que tiene más de mil años. Hoy comer sushi es “chic”. Los restaurantes están muy
bien decorados, también gente importante y famosa come el sushi y por eso todos
quieren formar parte de este mundo fantástico que es el sushi. A finales de los años
Ochenta el sushi se ha vuelto famoso en los Estados Unidos gracias a los actores de
Hollywood. En solo quince años el sushi ha invadido el planeta. Londres, Nueva York,
París, Moscú, cada grande ciudad tiene casi dos mil restaurantes de sushi. Un nuevo
estilo de vida, pero ¿cuánto podrá durar?
El mercado de pescado de Tokio es el
más grande del mundo. Cada día se
venden casi 2000 toneladas de pescado,
solo 50 de estas son de atún rojo. El
80% de los atunes del mundo pasa por Japón. Los precios de venta son variables. Para
un atún de 260 kilogramos el coste es de 18.800 €, pero el récord ha sido un atún rojo
del peso de 200 kilogramos vendido por 150.000 €. Este precio para un pez. Para los
japoneses la del pescado es una obsesión. Cada año solo en Japón se comen 400.000
toneladas de atún en 35.000 bares de sushi.
El modelo de atún que se utiliza es el del Mediterráneo, porque los japoneses y
los australianos gracias a una sobrepesca, han matado y terminado todos los atunes de
sus mares. El medio más utilizado para capturarlos es la pesca de arrastre. La pesca de
arrastre se hace con una red que barre el fondo del mar capturando todo lo que se
encuentra. En esa manera se destruye todo el hábitat marino incluido a los corales que
necesitan cien años para formarse.
Mitsubishi, Sojitzu, Maruha, Nihon Marine, Tokyo Seafoods, estas son las
grandes multinacionales que controlan el mercado del pescado. Sólo Mitsubishi tiene
el 60% del poder del mercado mundial del pescado y sus métodos de pesca y de
trabajo son secretos, no está permitido hacer entrevistas con ellos, así que nadie sepa
nada. La única cosa que se sabe es que cada uno de estas sociedades, poseen cámaras
frigoríficas enormes donde tienen 52.000 toneladas de atún congelado y que según la
demanda utilizan. Hoy en el mundo hay el doble de los buques de pesca y en los mares
la mitad del pescado. Los hombres están matando el mar y a toda su población. Un
ejemplo es el emperador, una especie que necesita treinta años para empezar la
reproducción. Hace diez años se ha hecho una pesca asesina que ha totalmente
diezmado este tipo de pez.
No solo los japoneses tienen esqueletos en el armario. Los noruegos, pescan y
engordan en Chile el 50% de los salmones que venden como salmón de Noruega.
Salmón de Noruega, en Chile.
Comer pescado era solo una prerrogativa de las personas que tenían dinero,
pero hoy los japoneses han inventado también una manera de comer pescado de una
forma poco cara, la comida rápida del sushi. En Japón hay ya 200 restaurantes de este
tipo. A los niños les gusta mucho porque es un lugar para toda la familia, como
McDonald's. La
gente espera dos
horas para comer
allí. ¿Qué tiene de
especial? El precio.
Se define sushi low
cost. Pero comer
sushi o lo que sea
low cost, ¿no es un
riesgo para nuestra salud?
¿Quiénes son los responsables de esta situación y de este homicidio? No hay excusas,
nosotros somos los culpables.
3.0 McDonald's y la Comida de las Multinacionales
Estadounidenses
McDonald's es la más grande cadena de restaurantes de comida rápida con
treinta mil restaurantes en todo el mundo y casi dos mil nuevos cada año. McDonald's
no es solo un restaurante, hoy es una cadena riquísima y muy poderosa gracias a su
enorme franquicia y también es la empresa más criticada por sus métodos, desde cómo
se manipula la comida hasta la seguridad alimenticia. Casi todas personas en el mundo
por lo menos una vez han comido en un McDonald's y todos los niños conocen al
famoso tío Ronald McDonald, la mascota de la cadena. De hecho éste es el segundo
personaje de fantasía más conocido, el primero es Papá Noel. Un personaje que llama
la atención de inocentes niños que por eso quieren comer allí. Además McDonald's
tiene respuestas a las acusaciones que sufre. Una
es la Fundación Infantil Ronald McDonald, que
tiene como objetivo el de donar casas o ayudar a
los niños necesitados. Otra es la campaña para un
medio ambiente más limpio y de sensibilización
hacia el medio ambiente. Campañas en las cuales
se invierten millones de dólares pero hay quien
afirma que estas son solo maneras para ocultar los
errores hechos y que sigue haciendo.
McDonald's tiene a tantos clientes cuantos a enemigos. Uno de los mayores
acusadores de comida rápida es Morgan Spurlock, director y protagonista de la
película documental Super Size Me. En su experimento Spurlock por un mes come
siempre en un McDonald's y en las tres comidas principales del día, desayuno,
almuerzo y cena. Su prerrogativa es la de ordenar siempre el menú Super Size, o sea la
porción más grande que hay. Las bebidas del McDonald's varían desde 35 cl hasta 120
cl pero la del menú Super Size es de 180 cl, es decir dos litros de Coca-Cola o de lo
que sea. Las calorías que hay en esta bebida son 600 u 800, según cuanto hielo se
pone. Para una porción de patatas fritas hay el mismo numero de calorías mientras en
un sólo bocadillo hay seis rebanadas de pan. En su proyecto Spurlock engorda muy
fácilmente y tiene varios efectos secundarios, cambios de humor imprevistos, carencia
y abundancia de testosterona repentína. La única sentencia favorable de su
experimento ha sido que McDonald's eliminó el menú Super Size.
Pero McDonald's sigue haciendo su trabajo y pensando siempre en la ganancia
sin preocuparse de la seguridad alimentaria.
Solamente cuatros multinacionales tienen el 80% del mercado de la carne
estadounidense. McDonald's es el mayor comprador de carne de buey, de cerdo y de
patatas en Estados Unidos, el segundo de carne de pollo, tomates, ensalada y
manzanas. Todo para crear un menú “perfecto”. La producción de estos alimentos es
diferente de los otros. Por ejemplo las vacas, animales omnívoros, no comen hierba
como tendrían que hacer sino maíz. Con esta alimentación las vacas engordan más
fácilmente. Hace cincuenta años, para que las vacas llegaron a pesar 350 kilogramos
necesitaban de un determinado tiempo, hoy en un tiempo más breve pueden pesar
hasta 450 kilogramos. Además se suministran unas hormonas que no se pueden
individuar con análisis científicas, para que engorden más fácilmente. Comiendo sólo
maíz las vacas desarrollan un virus llamado Escherichia coli 0157:H7, lo que mató a
un niño de dos años después que comió una hamburguesa y que infectó a cien
personas. Según los expertos hace falta de seis días de alimentación solo con hierba
para eliminar el virus del
interior del cuerpo de las
vacas, pero seis días en el
proceso de producción es
demasiado. McDonald's
prefiere pagar a abogados
para las causas judiciales
que vender la carne con seis días de retraso.
No sólo las vacas viven en condiciones terribles. Por lo que concierne a los
pollos es lo mismo. Las multinacionales pagan los ganaderos para que críen pollos
según sus reglas. Construir un gallinero cuesta entre 240.000 y 300.000 dólares. Un
ganadero gana 18.000 dólares al año. La decisión está entre cultivar según los criterios
de las multinacionales y ganar poco dinero o no criar los animales según sus reglas y
no ganar nada porque el poder está en sus manos y no hay posibilidades de vender. Los
pollos viven en la obscuridad dentro de los gallineros. No deben ver la luz. Hace
veinticinco años un pollo necesitaba de 72 días para crecer, hoy comiendo solo maíz,
necesita solo 49 días. En EE.UU. todo se hace con maíz, como por ejemplo cátchup,
queso, baterías, crema de cacahuete, Coca-Cola, gelatina, dulcificantes, condimentos
varios, almíbares, carbón, pañales y la carne de las comidas rápidas.
Los procedimientos de la producción son muy particulares. En la carne de las
hamburguesas se hace una escisión entre la carne y el grasiento. Después se une así
que las hamburguesas tengan la misma cantidad de carne y grasiento y que el sabor sea
único como McDonald's. El queso que se utiliza en los bocadillos se trata con
productos químicos y colorantes para permitir que también éste sea único en su forma
y gusto. También la ensalada de McDonald's tiene secretos. Se utiliza un modelo
llamado iceberg que es famoso por ser crocante, como el estilo McDonald's quiere.
Ésta según la multinacional después de la recogida, se corta y se lava en cuatro horas y
en solo cuarenta y ocho horas ya está disponible en los restaurantes. Hay algunas
varias opiniones sobre la ensalada. Expertos afirman que McDonald's utiliza un
colorante de manera que la ensalada sea verde en la misma manera en todos los
restaurantes McDonald's del mundo. Otros afirman que esta no es fresca sino
congelada. Las patatas fritas también tienen un secreto. Los estadounidenses las comen
todos los días y se pueden encontrar en el 57 % de los restaurantes del mundo. Las
patatas después de la recogida y de la peladura tienen que ser cortadas. Un
procedimiento por el cual McDonald's prohibe la publicación. No se puede saber cómo
las patatas tienen todas la misma forma y sabor. Además se blanquean de manera que
todas tengan mismo color. Éste tipo de comida ha sido objeto de estudios. De hecho en
las patatas y otros alimentos de comida rápida se usan aditivos para que sean más
sabrosos. Pero estos alimentos crean casi una dependencia y actuan como una droga en
las personas. Las patatas de McDonald's tienen un gusto particular y se saborean como
si fueran diferentes de la otras, o mejor, son diferentes. Científicos afirman que estos
aditivos estimulan nuestro cerebro para que se coman alimentos de este tipo y no
comer otros naturales porque sin sabor.
Los alimentos que tienen más aditivos son:
Platos preparados: Algunos tienen demasiado sal, un porcentaje del 99% de la ración
cotidiana.
Yogur: Tantos aromatizantes y no fruta en su interior.
Homogeneizados: Se aconseja para un niño con una edad inferior a un año comer
1 gramo en un día, mientras estos tienen 0,75 gramos.
Zumos de fruta para niños: Tienen tanto azúcar y dulcificantes que los niños los
prefieren a la fruta.
Alimentos de comida rápida: Una pizza tiene tres gramos de sal, una hamburguesa
seis.
Morgan Spurlock ha hecho otro experimento. Él ha puesto en unos tarros una patatas
fritas clásicas o mejor dicho normales y en otros las del McDonald's. Después de
algunos días las patatas normales se han deformado y se han enmohecido mientras las
otras no. Después de un periodo de ochos meses las patatas fritas de McDonald's
estaban como el primer día, como si las recién hibiera compradas. Spurlock estaba
incrédulo. Ningún mal olor, ningún moho, ninguna deformación. Cuando se pide una
porción de patatas fritas, siempre se piensa que acaban de ser fritas, pero puede no
serlo siempre. El cátchup es simplemente una salsa de tomate pero con productos
químicos que le dan el sabor. Los tomates se hacen evaporar para reducir el porcentaje
de agua que es en su interior desde el 95% hasta el 15%. Todos los alimentos de
McDonald's suben este procedimiento. Se elimina el agua que la comida tiene así que
cuando se termina de comerla, todavía se tiene hambre.
La cuestión de los Estados Unidos es preocupante. Ellos no tienen una cultura
alimenticia y el riesgo para su salud es muy grave. Carbohidratos refinados y azúcar en
general son dos elementos básicos de su alimentación y las calorías que estos aportan
son más que las que el cuerpo necesita. Ésta es la motivación por la cual uno de cada
tres americanos tiene diabetes, y en los últimos veinte años, el número de los niños
diabéticos se ha duplicado. Siguiendo de esa manera el diabetes será la enfermedad
más letal en el mundo, sobrepasando al humo. Investigaciones estadounidenses
afirman que la presencia de supermercados está relacionada con un bajo porcentaje de
obesidad. Por eso cuando es posible encontrar comida sana, el consumo de fruta y
hortalizas crece. Pero otras investigaciones demuestran como en la locación de los
supermercados hay decisiones determinadas a la población local y a su posibilidades
económicas. En efecto en las zonas donde la mayoría de la población es gente de color
no hay supermercados. Teniendo una limitación en la distribución de fruta, hortalizas y
comida sana, los habitantes de estas zonas tienen que comer productos congelados,
hamburguesas, salchichas de Frankfurt y alimentos parecidos.
Incluso un país como India, notoriamente desnutrida por su pobreza, en sólo
diez años se ha vuelto en el País con el número más alto de diabéticos. La mayoría de
los que tienen esta enfermedad son niños. Este ha pasado después de que el Gobierno
ha permitido entrar en su economía a las multinacionales de la comida y a los
productores de bebidas sin alcohol.
Hace algunos años ser gordo era una consecuencia de la riqueza. Hoy ya no es
así, al contrario es símbolo de una alimentación errónea. México, que se define un país
en vías de desarrollo, con una renta per cápita que equivale a 6000 dólares, nunca ha
tenido el porcentaje de niños obesos que hoy en día tiene. La motivación es la pobreza
y la errónea alimentación debida a las pocas posibilidades económicas pero sobre todo,
a la cercanía con Estados Unidos. Una familia que vive en proximidad de EE.UU.
toma sus costumbres en la comida y sus niños estarán gordos independientemente de
su posibilidades económicas.
Estos productos tienen un buen sabor, cuestan poco y la gente los prefiere a
otros más caros. En EE.UU. las estaciones de servicio venden más caramelos y
bebidas que gasolina. Las multinacionales dan publicidad donde quieran. El 95% de la
publicidad en la tele, radio y prensa tiene como objectivo bebidas, dulces y comida
rápida. McDonald's sólo gasta 1.4 mil millones de dólares en publicidad y los
resultados son seguros. “En 1970, los americanos gastaron $6 billones en comida
rápida, y en el 2000, $110 billones.”12
Hoy en día gastan en comida rápida una cifra
superior que para la educación, computadoras y automóviles. Gastan más dinero para
la comida rápida que para libros, revistas, periódicos, DVDs y música, todo junto. Una
cultura errónea que necesita cambiar a partir de la educación que los jóvenes reciben.
Pero si los padres compran hamburguesas a niños de dos o tres años y si en las
escuelas se comen estas comidas, cambiar es muy difícil. Las multinacionales tienen
poder también en la distribución de comida en las escuelas y, de hecho hay solamente
hamburguesas, comidas fritas y comida empaquetada, casi sin fruta y hortaliza. Los
niños comen solo grasientos, carbohidratos y azúcar, sin las necesarias proteínas y
vitaminas.
12 Erich Schlosser, Fast Food Nation
Es un problema muy grave por lo cual los estadounidenses y el Gobierno
también tienen que hacer algo importante para dar un ejemplo, para enseñar, para crear
unas bases y después una cultura alimenticia. Siguiendo de esta manera no se dará
importancia a fruta y hortaliza, se comerán sólo hamburguesas y no otros tipos de
carne y se comerán sólo comidas fritas. Estados Unidos tienen que hacer algo. Hoy es
un problema de pocas personas, mañana podrá ser un problema de toda la población
estadounidense y no sólo.
4.0 Comida “Hecha en Italia” y Comida Italiana
Contrahecha
Italia siempre ha sido famosa por su historia, su arte y sobre todo por su
productos que exporta con éxito en todo el mundo como automóviles, vestuario y
alimentos. Lo que los distingue de otros es la precisión y la perfección con las cuales
los italianos hacen las cosas y un producto que esté bien hecho, siempre llega a
resultados importantes. Pero hoy, con el periodo de crisis que nuestra sociedad está
viviendo, también unos productos como los italianos viven un momento difícil. Lo que
preocupa es que si la gente prefiere comprar otros coches con respecto a los coches
italianos, o vestuario diferente, de toda manera se compran productos de buena
calidad, sobre todo con los coches. Pero con la alimentación es diferente, comprar
comida poco costosa significa que tiene poca calidad, poca seguridad alimentaria y
riesgo para la salud de las personas.
A parte del riesgo para la
salud es un riesgo importante
también para la economía de
Italia. Solo en el Norteamérica,
entre Estados Unidos y Canadá
los productos italianos
falsificados se venden tres veces más que los originales y en Europa, Alemania es el
primer exportador de estos productos. De esa manera es posible comer espaguetis
chilenos, queso alemán, jamón chino y parmesano que se llama Parmesan, pero no es
el mismo. Éste crea tres efectos dañosos a Italia:
Daño a la economía italiana: Italia pierde 60 mil millones de euros cada año.
Una cifra muy elevada que podría dar riqueza y también trabajo.
Imagen italiana: La gente come productos de escasa calidad y los consumidores
pueden pensar que producto italiano significa baja calidad.
Peligro para la salud: No se sabe lo que hay en estos productos, los reales
ingredientes.
Los productos italianos falsificados no son sólo mozzarella o jamón sino que se
pueden comprar queso de oveja chino con un diseño de una vaca lechera en la
confección, Barbera de Rumanía de color blanco y una “palenta” o sea la polenta. Este
es un daño a la imagen italiana en el mundo que tiene sus bases en la agricultura.
¿Por qué es posible producir productos falsos y llamarlos con el mismo nombre
que los originales como jamón, mozzarella y parmesano? La motivación es que por
desgracia todavía no hay una reglamentación a nivel internacional. Desde 2001, 153
países están intentando encontrar un punto que ponga todos de acuerdo. El éxito de los
falsos productos italianos se debe al éxito de estos tratados. Se venden tres de cada
cuatro productos italianos falsificados por la falta de una ley válida. A nivel europeo,
hay las denominaciones de origen que la Comunidad Europea valoriza, pero a nivel
internacional es casi imposible obstaculizar la venta de estos productos. Las
principales etiquetas para determinar el valor y la importancia del producto son:
DOP: Denominación de Origen Protegida
IGP: Indicación Geográfica Protegida
ETG: Especialidades Tradicionales Garantizadas
No solo hay etiquetas sino reglamentaciones de producción que permiten que un
producto sea bueno y seguro. Las etiquetas solas pero no son suficientes. Europa
prohíbe la etiqueta para la leche y sus derivados mientras es obligatoria sólo para la
leche fresca. Italia produce 11 millones de litros (de varios tipos) y se exportan 8, y no
se puede distinguir su leche y otros productos con los importados.
Sin duda los alimentos más falsificados son el jamón y el parmesano. Se
producen casi 10.000
toneladas de parmesano y
solo los EE.UU. producen
70.000 del mismo queso
falsificado. Por lo que
concierne al jamón se
producen casi 9 millones en
un año y 2 millones sólo
para los países extranjeros, un numero bajo que permite la producción de jamón falso
porque la demanda del mercado es más grande. Pero la situación más critica o
simpática, porque es tanto increíble cuanto irreal, es la de Canadá. Una empresa ha
registrado la marca “Prosciutto di Parma” como privada y por eso el verdadero jamón
italiano no se puede vender en Canadá porque la marca existe y el Gobierno del país
autoriza sólo a estos propietarios para que lo vendan. Así los canadienses nunca podrán
gustarse el verdadero “Prosciutto di Parma”. Otra situación es la del pesto. La región
donde ha nacido, Liguria, ha oficialmente pedido a la Unión Europea la etiqueta IGP
pero la UE no ha dado sentencia favorable en cuanto es sólo una salsa. El verdadero
pesto hoy se encuentra sólo en el 2% del mercado mundial y en todos los otros pestos
se encuentran productos que no son los de la receta original. Prácticamente en todo el
mundo se come pesto llamado genovés que pero no lo es.
Después de la encefalopatía espongiforme bovina ahora los italianos están
tranquilos. Los italianos comen 92 kilogramos de carne por cabeza al año, un número
más alto que Alemania, Holanda y Reino Unido. Hoy cada bovino italiano tiene su
documento de identidad, de hecho la carne bovina es la más segura en el mundo. En
los próximos años la demanda de carne bovina italiana aumentará y por eso es
importante desarrollar nuevos métodos hoy.
Los italianos conocen bien la calidad de sus productos, por eso cuando van de
compras, siempre eligen productos italianos. Pero cuando los italianos viajan, saborean
los productos locales y no quieren los italianos. Además Italia exporta varios alimentos
y también los importa, por eso si los productos son de calidad, no importa de donde
lleguen. Un ejemplo son las naranjas españolas, que todos los italianos compran y
comen. Con su cultura y tradición, los italianos no aceptan comprar productos
extranjeros. La cuestión
importante no es aceptar
productos italianos
falsificados sino productos
extranjeros típicos. En la
selección que los italianos
hacen hay una forma de
nacionalismo. Esta es la
prueba que tienen una tradición culinaria y una educación alimentaria que se hace
creciendo, comiendo productos italianos y preferiéndolos a todo el resto. Los
pedagogos afirman que el rechazo de los alimentos extranjeros, se debe a la memoria
alimentaria que tienen y a unos gustos que el cerebro no acepta cambiar. Los italianos
afirman que serían disponibles en poner aranceles para los productos alimenticios. Una
provocación pero también una demostración de cuanto tengan a sus propios productos.
Según recientes sondeos los italianos creen que los productos italianos tienen un valor
dos veces superiores a los otros y los que prefieren son sobre todo los de origen
controlada y protegida y los biológicos. Por lo que concierne comprar productos
extranjeros los italianos no tienen problemas con el vestuario, los coches, los
electrodomésticos, mobiliario, productos de belleza y de electrónica, pero el porcentaje
de los que prefieren que los alimentos sean italianos es del 92%. La motivación es
siempre la misma, un coche italiano o extranjero tiene que ser seguro
indipendientemente del país de producción, una computadora tiene su garantía
mientras la comida si no es segura, el riesgo verdadero es para nuestra salud.
El problema real es lo de un mercado de productos falsificados que está
superando lo de los originales. Varias empresas tienen mercadería no vendida porque
otras han ocupados sus partes del mercado. Si Italia gana su lucha contra el falso
italiano, ¿será posible producir todos los jamónes o todo el parmesano que se
necesitan? Probablemente no o seguramente no, pero la voluntad del Estado italiano y
de sus asociaciones es la de poder vender un producto original y si esto no es
suficiente, los otros están libres de vender sus productos, pero productos símiles y
sobre todo con un nombre diferente. El consumidor podrá elegir lo que quiere,
consciente de la diferencia entre uno y otro. Así se puede defender al consumidor y
sobre todo a los productores que sufren realmente de esta situación que Italia está
viviendo. Bien pensando en un producto y su gusto, si la mozzarella estadounidense o
china tendría otro nombre, ¿qué preferirían los consumidores?
La del “hecho en Italia” es una batalla que ha llegado a una confiscación de
542,3 mil millones de euros de mercancía falsificada. Los italianos ahora compran más
veces en una semana directamente del productor y la comida biológica también tiene
un aumento del 8%.
Intentando unir la tradición italiana con los gustos modernos, el ex ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación Luca Zaia, ha estipulado un acuerdo con la
multinacional de la
comida, McDonald's,
creando un bocadillo
100% italiano, el
McItaly. Una decisión
casi obligatoria: intentar
explicar a los jóvenes
que comer sólo hamburguesas no es sano. Así los jovenes las pueden comer porque
tienen productos sanos y frescos. Esta hamburguesa tiene carne italiana, aceite de oliva
extra virgen, queso Aciago DOP, Bresaola de la Valtellina IGP, panceta, trigo
sarraceno, cebollas de Tropea y crema de alcachofas a la romana.
“La hamburguesa Mc Italy nos permite vender en un mes mil toneladas de
productos agrícolas italianos certificados y de calidad por un valor de tres millones y
medio de euros”, afirma el ministro de Agricultura. “Además, esperamos poder a
través de esa hamburguesa convencer a los jóvenes a abandonar la comida basura a
favor de una alimentación más sana”13
. El bocadillo se presentó en el mes de enero
2010 en un McDonald's en el centro de Roma. El objetivo es lo de no dar importancia
al fast food y darla al good food. Zaia ha agregado: “La propuesta está diseñada para
'promover el sabor de Italia' particularmente entre la gente joven. Estamos decididos
a defender nuestra identidad y la marca 'Hecho en Italia', queremos darles una
muestra de los sabores italianos a nuestros jóvenes". Una idea nueva, diferente. No
sólo una finalidad comercial para la multinacional estadounidense pero una invitación
por parte de Zaia que en su periodo como ministro ha trabajado mucho por la defensa
del “Hecho en Italia”, las tradiciones y la cultura de la comida italiana como buena y
sana. Sin duda hay tantas críticas también por un bocadillo. En primer lugar no es
admisible que el gobierno italiano haga acuerdos con una multinacional
estadounidense. Además expertos afirman que los ingredientes no son sanos y que es
sólo mala publicidad. La hamburguesa tiene 715 calorías, o sea el 36% de lo que
necesita una mujer en un día, con 3,3 gramos de sal. La Organización Mundial de la
Salud aconseja utilizar un máximo de 5 al día. Se dice que otras hamburguesas de
McDonald's como el BigMac tengan menos calorías y sal que el McItaly y que la
verdadera motivación por la cual se ha creado es completamente diferente de la
explicada. El crítico gastronómico Matthew Fort que escribe por el Guardian, ha
acusado al gobierno italiano definiéndolo sólo como un movimiento político y
afirmando que: “Los escarceos del presidente con mujeres jóvenes, las acusaciones de
13 elmundo.es
oscuras conexiones y todo tipo de arreglos cutres no son nada comparados con este
monstruoso acto de traición nacional”. “Para muchos italianos”, explica Fort, “su
identidad reside en la comida, no sólo en la de la región en la que nacieron, sino en la
ciudad, el pueblo o incluso la casa. Y sostienen la superioridad de su producto y sus
platos locales con pasión. Es por eso que comer para Italia es una delicia continua. El
placer está en la diversidad, no en la homogeneidad. Y es ese tipo de idiotizante
igualdad global y de mediocridad la que representa McDonald’s”14
. Cualquiera
persona ha creado blogs en la Red, artículos contra el bocadillo, pero nadie ha hecho la
cosa más importante, comerlo. Pero unos intelectuales nunca podrían hacer una cosa
de este nivel. McDonald's Italia es muy diferente de McDonald's USA y bien sabe que
los consumidores conocen y tienen una cultura, una tradición y una base culinaria, al
contrario de los americanos. Sus decisiones están bien ponderadas porque los italianos
no juegan con la comida. Por eso, a quien afirmaba que el dejar de vender de la
hamburguesa era un fracaso de toda la idea McItaly, desde el primer día, McDonald's
ha contestado con unos datos, tres millones de hamburguesas en un periodo de cinco
meses. Además existía un comunicado de prensa en el cual se decía que la duración del
proyecto era de ocho semanas, pues ha sido ampliada. En el mes de septiembre 2010
hará un nuevo menú con productos italianos y gracias a McItaly Italia ha exportado
150 toneladas de “Parmigiano Reggiano DOP” en los McDonald's de Francia. En
Alemania se venderá una hamburguesa con “Parmigiano Reggiano DOP” y panceta
italiana, como ya se ha hecho en Suiza y Portugal. Después de las varias explicaciones
que McDonald's ha publicado, se ha añadido una nota al final del artículo incriminado,
donde la redacción del sitio Internet no compartía la idea del autor y que las
14 ondakin.com
informaciones del artículo, son solo varias informaciones y noticias de la Red y no
oficiales. Por eso el sitio rechazando todas responsabilidades subrayó la estupidez del
autor.
Cuánto hablar por una hamburguesa. Quien quiere la come, quien no, es libre de
comer otro. Pero cuando se polemiza con el “Hecho en Italia”, la tradición y la cultura
italiana, todo el país hace una revolución porque como occurre para la nacional de
fútbol y el “amor” para los franceses, también cuando se trata de comida todos se
sienten hermanos y nacionalistas.
5.0 Asociaciónes del gusto y vuelta a las orígenes
En 1989 en Italia nace Slow Food, en oposición a la comida rápida y a las
multinacionales que las administran con el objetivo de descubrir y vivir con gusto las
tradiciones, encontrando el placer de comer con un estilo de vida menos frenético.
Slow Food propone gustar la comida, sentarse a la mesa también con unos comensales,
rechazando lo que la sociedad y la globalización de hoy nos imponen y prefiriendo los
placeres de la vida y el respeto por la comida. En todo el mundo Slow Food promueve
y defiende las tradiciones agrícolas y gastronómicas y lucha contra las multinacionales
de la comida rápida. La misión es muy grande, importante y cuando se creió Slow
Food, se escribió un
manifiesto en el cual se
afirmaba: “ Este nuestro
siglo, que ha nacido y
crecido bajo el signo de la
civilización industrial, ha inventado primero la máquina y luego la ha transformado
en su propio modelo de vida. La velocidad nos ha encadenado, todos somos presos del
mismo virus: la “Fast-Life”, que conmociona nuestros hábitos, invade nuestros
hogares, y nos obliga a nutrirnos con el “Fast-Food” […] “Comencemos desde la
mesa con el “Slow-Food”, contra el aplanamiento producido por el “Fast-Food”, y
redescubramos la riqueza y los aromas de la cocina local. Si la “Fast-Life”, en
nombre de la productividad, ha modificado nuestra vida y amenaza el ambiente y el
paisaje, “Slow-Food” es hoy la respuesta de vanguardia. Y está aquí, en el desarrollo
del gusto y no en su empobrecimiento, la verdadera cultura, es aquí donde puede
comenzar el progreso con un intercambio internacional en la historia, en los
conocimientos y proyectos.“Slow-Food” asegura un porvenir mejor.”15
Un movimiento cultural que quiere su derecho en el poder elegir los alimentos y
gustarlos en manera justa o sea, salvaguardando la biodiversidad, enseñando a los
jóvenes lo que significa gusto, promoviendo un diferente estilo de vida, un estilo slow,
no solo en oposición a la vida frenética pero también al respeto de los tiempos
naturales del medio ambiente y de la agricultura. Con estos ideales Slow Food ha
suscitado el interés de varias personas y hoy tiene 83.000 socios con filiales en 100
países y 800 “convivia” es decir las sedes donde se puede degustar la comida. Una
defensa del lugar en el cual se come y de sus productos típicos. Un producto local
permite también una mejor relación con el productor. Las reglas tienen que ser
respetadas y compartidas. Los creadores y los socios de la asociación se han dado un
sobrenombre, “los soldados del gusto”, como prueba que aunque sea pacífica la misión
es una lucha verdadera. En los últimos años la asociación ha llegado a ser muy
importante y ahora es una casa editorial que publica guías gastronómicas, ensayos y la
revista de Slow Food, presente en 30.000 copias. En esta se pueden leer noticias de
agricultura, alimentación, comidas varias y todos los argumentos que interesan a los
socios. La última idea ha sido la de crear la Universidad de Ciencias Gastronómicas de
Bra, que cuenta dos sedes, una en Pollenzo (Cuneo) y otra en Colorno (Parma). Hace
algunos meses que en Génova es posible inscribirse a un curso de licenciatura en el
sector pesquero. Pero no es una Universidad para todos. El coste es muy alto, de hecho
la enseñanza para ellos es como la comida que defienden, cara. Un ejemplo es el
15 slowfood.es
“banco del vino”, una bodega en los subterráneos de la Universidad con 50.000
botellas por un valor de 4 millones de euros. Se sabe dónde pueden encontrar dinero si
tendrán problemas financieros.
Slow Food era un suplemento del periódico italiano “Il Manifesto”,
políticamente conocido por sus ideales de izquierda. De hecho el público era sólo
gente de izquierda y quien escribía eran intelectuales de izquierda, contra las
multinacionales y Estados Unidos en general. Fortunatamente las cosas con el tiempo
han cambiado y sobre todo los extranjeros no han tomado en consideración la cosa.
Hoy es un movimiento importante y de alto nivel, por eso también sufre de críticas.
Los consumidores afirman que Slow Food no piensa en ellos, porque da publicidad a
la buena comida y a productos que tienen un costo muy alto. Carlo Petrini, uno de los
fundadores del movimiento afirma que no se da la justa importancia a la comida, que
la comida tendría que ser más cara y que si se gasta dinero para un móvil, tenemos que
gastarlo también para un queso. Probablemente este es el error que cometen “los
soldados del gusto”, porque con la difícil situación económica que estamos pasando,
siguen teniendo una visión utópica de la vida y del mundo.
Slow Food no hace solamente publicidad y lecciones de comida sino que crea
unas “centilas” que se ocupan de cultivar y curar semillas y productos que están
desapareciendo. En Francia por ejemplo un pequeño pueblo ha empezado cultivando
una semilla de lenteja que había casi desaparecido y ahora se produce y se vende en
los supermercados de Francia y Suiza.
Otra asociación que colabora con Slow Food es Eataly, con sedes en Italia,
Estados Unidos y Japón y organiza también degustaciones, exposiciones, cursos de
cocina y otras iniciativas. Esta tiene
varios centros comerciales donde se
pueden encontrar todos los
productos italianos, fruta y
hortalizas según la temporada y
panadería, carnicería, pescadería,
especias, vinería, pizzería
napolitana, restaurantes temáticos, una librería y un centro docente culinario. Una
asociación diferente que pone en su objetivo el amor para la comida sin política y
críticas gratuitas.
El mejor amigo de Slow Food pero es otro. Se llama Terra Madre y defiende los
derechos de ganaderos, campesinos y pescadores. Terra Madre es también una cumbre
que desde 2004 se organiza en Italia donde campesinos de todo el mundo tienen la
posibilidad de hablar y promover sus iniciativas. La idea es interesante y ayudar a los
campesinos es justo.
No es justo que algunos campesinos cuando protestan en defensa de sus
derechos cometen actos de vandalismo. El más famoso es José Bové, ganadero francés
y productor del queso roquefort. El 12 de agosto de 1999 junto a otros ganaderos
demolieron un McDonald's de su ciudad. El objetivo no era el de asaltar a la
multinacional sino lo de boicotear la “comida asquerosa”. Él y otros activistas como
João Pedro son la referencia de Via Campesina, la federación internacional de
cultivadores que organiza guerrillas combatiendo contra el poder de las instituciones.
Colabora con asociaciones de todo el mundo y está globalizada tanto cuanto los
organismos que combate. Una manera equivocada de manifestar su propia opinión. No
es normal ver a campesinos que luchan y que cometen actos de vandalismo. Pero se
sabe que los campesinos no tienen una gran cultura y no saben resolver los problemas
con el medio más eficaz, hablar.
En el mundo hay
varias asociaciones con
varias finalidades. Lo más
importante es proteger las
tradiciones, sin el uso de la
fuerza. Por desgracia países
como Estados Unidos no
tienen una cultura y una
tradición alimentaria. De
hecho es un país que se ha
desarrollado gracias a los
inmigrados y como platos
nacionales dice de tener
pasta o otros platos, típicos
de otros países. Ellos no entienden cómo para Italia, España, Grecia, Francia las
tradiciones y la comida de su propio país tengan un valor parecido a lo de la familia.
La dieta mediterránea es la alimentación básica de estos países y es también una
alimentación sana y que previene las enfermedades gracias a sus ingredientes.
Las generaciones futuras tienen que saber la historia y la cultura de la comida,
no tienen que comer gustos estandarizados e intentar conocer siempre nuevas comidas,
estudiar la conservación de los alimentos y conocer la temporada en la cual hay una
fruta u otra. Más responsabilidad, más conocimientos y más respeto y la seguridad
alimentaria será posible.
6.0 Conclusión
Todo ha cambiado, las costumbres, las necesidades, las modas, las personas y
los gustos también. Estamos viviendo en una época en la cual se cree que la comida
nunca se pueda acabar, pero también los ricos árabes creían que el petróleo nunca
podía terminar, pero hoy
had decidido invertir
dinero en otro. Hace 50
años tirar papeles en la
calle no era un problema,
hoy sí. Preocuparse de la
alimentación hoy puede
significar tener un mejor
futuro. Aquí unos consejos útiles sobre lo que hay que hacer:
Enseñar y aprender: Hacer preguntas, conocer los productos locales y sus
estaciones.
Cultivar sólos: Intentar hacerse un huerto en casa o en el balcón.
Unirse: Ayudar a los campesinos.
Cambiar menú: Utilizar productos locales y típicos. Preferir fruta, hortaliza y
cereales, mejor si biológicos.
Comprar con la cabeza: Leer las etiquetas y verificar los ingredientes.
Tener su propia idea: Estar informados, tener una idea y no dar la culpa a los
demás de nuestras decisiones.
Estos son solo consejos y no pueden resolver todos los problemas del mundo pero
pueden ayudar. En las ciudades el estilo de vida y las posibilidades de hacer una vida
tranquila con su propio huerto no es fácil pero se puede intentar.
En estos capítulos se ha analizado cómo la gente ha cambiado su manera de
comer, de comprar la comida, de cultivar, de cocinarla, y sobre todo de venderla.
Nuestra salud puede encontrar riesgos si no se pone atención a la comida. La comida
es un mercado con intereses económicos increíbles. Hay quien lucha para demostrar
que una hamburguesa es sana y quien lucha para los productos de su tierra. Nosotros
somos los verdaderos culpables. No se puede resolver la cuestión con una revolución,
porque esta casi nunca ha llegado a éxitos favorables. Tenemos que dejar las cosas así,
cambiar las costumbres y el cambio verdadero pasará. El gusto es de todos. Si
cualquiera persona prefiere comer hamburguesas y beber Coca-Cola es libre, pero no
tiene que inculpar a otros si su hígado no está bien. Tenemos la posibilidad de elegir
que comer, tenemos la posibilidad de gastar el dinero que queremos para comer,
tenemos la posibilidad de viajar y conocer culturas y gustos, tenemos la posibilidad de
conocer nuestra cultura y tenemos que reconocer nuestras responsabilidades, no somos
puros e inocentes. Aceptándolo o no:
“Somos lo que comemos”.