García Pradas, José - Teníamos Que Perder [G. Del Toro, 1974]
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1. PRESENTACIÓN
Desde el momento en el que se nos explicó que teníamos que entregar un trabajo que
podía versar sobre una tendencia o sobre un artista o grupos de artistas, siguiendo una
serie de pasos, supe que quería hacerlo de Antoni Gaudí.
El porqué de elegir al gran arquitecto Gaudí da lugar a mi infancia, donde continuación
lo explicaré brevemente.
En mi colegio de primaria, cada una de las clases tenía un nombre que les simbolizaba.
En el curso 2002/2003 nuestra clase se llamaba “GAUDÍ”, durante ese curso
estudiamos la vida de Antoni Gaudí, sus obras, su participación en la catedral de Palma
de Mallorca etc. Desde entonces yo quise saber mucho más sobre él, quise ir a
Barcelona a ver todo lo que había hecho, también me regalaron libros donde se nos
explicaba toda su vida, sus problemas, su gran arte plasmado en sus arquitecturas
entre otras cosas. Lo que más me gusta de Gaudí es que en su momento fue un
arquitecto con un innato sentido de la geometría y el volumen. También algo que
siempre me ha llamado la atención, es su policromía, la gran capacidad de armonizar
los colores.
Y lo mejor de Antoni Gaudí es la creatividad y la imaginación, que hizo que el tuviera
los resultados que ha tenido a día de hoy.
A la hora de hacer el trabajo me surgió alguna que otra dificultad por ejemplo; Gaudí
no tiene una gran diversidad de obras, entonces no encontré 10 obras claras, y es
cuando he elegido 7 y he decidido que, “LA SAGRADA FAMÍLIA”, que es una de sus
obras más importantes por no decir la que más, tratarla mucho más que las otras y
explicar muy bien su famosa historia y sus orígenes.
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2. CONTEXTO HISTÓRICO
Antoni Gaudí i Cornet (Reus o Riudoms, 25 de junio de 1852 – Barcelona, 10 de junio de 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán. Hijo de una familia de caldereros - siempre reivindicó este oficio familiar como origen de su personal visión y comprensión del espacio -, fue a Barcelona en 1870 para estudiar arquitectura, lo que hizo a la vez que trabajaba en diferentes estudios de arquitectos y de maestros de obras.
Se puede dividir su producción - en
su mayor parte construida en
Barcelona- en cuatro etapas:
·La primera va desde 1878 - año que se tituló - hasta el 1882 y es marcada por la
comunión del arquitecto con el ideario cooperativista: todas las obras de aquellos años
son de carácter urbano y social; colaboró con José Fontserè en el parque de la
Ciudadela, proyectó farolas - como los dos de la plaza Real - y una parada de flores con
quiosco y urinario y construyó la fábrica y dos edificios de viviendas de todo un barrio
proyectado, la cooperativa la Obrera Mataronense.
·La etapa central desde 1883 - cuando entró a trabajar en el templo de la Sagrada
Familia- hasta aproximadamente el 1900, y es marcada por el esfuerzo de superar los
estilos históricos y conseguir una plástica y unas formas estructurales propias , los dos
aspectos básicos de lo que se puede definir como estilo gaudiniano , son los años de
intensa actividad que conoció Eusebi Güell i Bacigalupi y que construyó can Vicens
( 1883-85 ) , el Capricho de Comillas ( 1883-85 ) , los pabellones Cooperativa obrera
Mataronense, el palacio Güell ( 1886-91 ) , el palacio episcopal de Astorga ( 1887-94 ) ,
el colegio de las Teresianas ( 1888-90 ) , la Casa de los Botines en León ( 1891-94 ) , can
Calvet ( 1998/04 ) y Bellesguard .
Esta etapa se caracteriza por la utilización, tan libre y personal, que hace del arte
musulmán y de los estilos gótico o barroco- con especial desarrollo de todos los oficios
y las artes aplicadas - , la invención de una cantidad considerable de mecanismos, de
sistemas y de elementos arquitectónicos, la rigurosa ejecución material de los
proyectos y la terminación de los interiores.
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· Del 1900 al 1917 tiene lugar su época más creativa e innovadora , aquella en la que
desarrolla su estilo más propio : el parque Güell ( 1900-14 ) , la reforma de Can Batlló (
1904-06 ) , la iglesia de la colonia Güell ( construcción en 1908-15 ) , can Milán- la
Pedrera- ( 1906-10 ) y las escuelas de la Sagrada Familia .
·Del 1918 hasta su muerte, accidental - atropello por un tranvía - , se cerró en la
Sagrada Familia en la búsqueda de una síntesis figurativa estructural que, en forma de
un geometrismo superior, desarrolló en el cuarto proyecto de las naves del templo y
aplicó prácticamente a los acabados de las torres de la fachada del Nacimiento.
Hombre de una profunda e intensa religiosidad, hay que interpretar esta actitud como
una forma histórica de su voluntad de perfección absoluta Maqueta de la Sagrada
Familia como una forma de justificación trascendente de su trabajo y su obra,
entendidos, respectivamente, como una especie de sacerdocio de la arquitectura y
como una sacralización de su producto.
Junto a su religiosidad, puso de manifiesto un profundo civismo y un gran amor a su
pueblo ya su tierra, los cuales son muestra su encarcelamiento en ir a celebrar un Once
de Septiembre, el empeño en hablar catalán a muchos de los visitantes e ilustres de la
Sagrada Familia, entre los que Alfonso XIII, o la conciencia de construir la catedral de
Cataluña, que expresó en Prat de la Riba cuando éste le había propuesto que se
presentara para diputado. Figura capital dentro del complejo movimiento del
modernismo, ha sido, sin duda, el máximo arquitecto que nunca ha tenido Cataluña y
una de las primeras figuras mundiales del arte del siglo XIX.
Su misión histórica consistió , en términos generales , a poner fin a la arquitectura
historicista y ecléctica - manera de pensar la arquitectura y de hacer que duraba desde
el Renacimiento - , sin , Retrato de Antoni Gaudí, poder llegar , paralelamente , a la
formulación de la arquitectura del siglo XX , la cual ya no se planteaba en términos de
estilo , sino de nuevos contenidos , de nuevas formas de vida y de organización
sociales , y este era un mundo nuevo que él no podía entender , porque ya no era el
suyo.
La gran significación de su tarea, pero, queda incrementada por el hecho que la llevó a
cabo prácticamente solo, desconectado de las vanguardias artísticas, que, por otra
parte, prácticamente la ignoraban hasta la segunda posguerra europea ( gaudinismo )
2002 -2003 se celebró el año Gaudí . Este año el Vaticano inició el estudio de la
propuesta para la beatificación del arquitecto.
En 2005 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad cuatro obras de Gaudí: la
fachada del nacimiento y la cripta de la Sagrada Familia, la cripta de la Colonia Güell, la
casa Batlló y la casa Vicens.
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3. CARACTERISTICAS TÉCNICAS, TEMÁTICAS, FORMALES…
Antoni Gaudí fue un arquitecto atípico; pocas veces realizaba personalmente planos
detallados de sus obras. Imaginaba mentalmente el conjunto del proyecto, dibujaba
sus ideas y acababa plasmándolas en maquetas tridimensionales.
Son los arquitectos que trabajan con él y quienes se encargan de realizar y llevar a
cabo su trabajo. Esta forma de trabajar resulta aún más sorprendente si tenemos
en cuenta que durante los años en que estudió la carrera estuvo trabajando como
delineante -con el fin de pagarse sus estudios- por lo que debía de dominar el dibujo
técnico. Es posible que esa experiencia fuera de algún modo traumática y le generara
una aversión hacia esa clase de tareas o que, simplemente, considerase que era mejor
emplear su tiempo en la ideación para que otros la plasmaran en detalle.
La ideación mental de la estructura de un edificio,
de la forma de cumplir sus funciones e, incluso de su
decoración, sólo está alcance de un creador dotado
de un extraordinario sentido de la geometría y de
los volúmenes; alguien capaz de proponer formas y
soluciones técnicas no solamente bellas, sino
también viables desde la perspectiva constructiva y
de su ulterior mantenimiento.
La forma de trabajar de Gaudí era plenamente
holística, primando "el todo" sobre "las partes",
como la que pudiera practicar un escultor o un
ceramista, pero con una complejidad enormemente
superior por la gran cantidad de consideraciones técnicas y económicas que se
insertan en un gran proyecto de obra.
Minimizó las tareas secuenciales de escribir, dibujar, calcular y delinear -tareas
habituales en un arquitecto-.
Se considera que Gaudí realizó personalmente escasos escritos para lo habitual en un
arquitecto, aun teniendo en cuenta que su estudio fue saqueado durante la guerra civil
de 1936, y se perdió parte de su contenido. Tan sólo se conservan algunos informes
técnicos oficiales, algunas cartas a amigos y artículos periodísticos.
El escrito más valioso que se conserva es un diario de juventud, conocido como
el Manuscrito de Reus, dedicado a sus opiniones estéticas. Su frase favorita era "La
originalidad es volver a los orígenes" lo que llevaba a la práctica con el estudio de su
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pasado. En su juventud viajó por España estudiando el arte islámico de Andalucía y
el mudéjar de Aragón, que influyeron en algunos de sus proyectos. En esos años
también se interesó por el gótico, que había sido adoptado po el renacimiento cultural
catalanista, la renaixença como su "arte nacional”, lo que dio un fuerte impulso a la
construcción de templos neogóticos en esa región. Para Gaudí, algunas de las
soluciones técnicas del gótico, como lo contrafuertes, eran "muletas" en los edificios
y por ello los sustituyó por arcos de catenaria invertidos, que reducían las tensiones
que se creaban por el peso que soportan las columnas.
Esos arcos eliminan la verticalidad de las formas, ofrecen una mayor amplitud a los
volúmenes y constituyen un ejemplo de las formas curvas del singular
estilo modernista que desarrolló Gaudí.
Se denomina catenaria a la curva que adopta una cadena (cuerda o cable) ideal
perfectamente flexible, con masa distribuida uniformemente por unidad de longitud,
suspendida por sus extremos y sometida a la acción de un
campo gravitatorio uniforme. La mezcla de los motivos
históricos con soluciones estructurales y formas novedosas
son una de sus mayores aportaciones.
En el diseño de sus fachadas, techos e interiores se inspiró a
menudo en la naturaleza; especialmente en lo vegetal y lo animal. Así desarrolló una
variante estética del modernismo propia, original, y fácilmente identificable.
En cuanto a la técnica ornamental, aportó a las artes decorativas sus
famosos trencadis, una especie de mosaicos formados por fragmentos cerámicos
unidos por argamasa, con lo que recubría sus edificios. Esta solución decorativa se ha
convertido en una seña de identidad del modernismo catalán.
Entendía que su labor creativa debía de extenderse hasta el resultado final, incluyendo
todos los elementos decorativos del edificio: muebles, vidrieras, paneles, bancos,
verjas, balcones. Para ello diseñó y adquirió conocimientos sobre las distintas artes
decorativas, colaborando con artesanos de todas las clases: ebanistas, forjadores,
vidrieros, ceramistas y yeseros.
Durante la etapa de la Sagrada Familia se dedicó a diseñar las esculturas de la misma,
para lo cual antes realizaba profundos estudios anatómicos, acompañados de técnicas
propias de diseño, como la elaboración de muñecos de alambre para simular posturas,
realización de fotografías de los modelos y empleo de espejos para visualizar las
múltiples perspectivas de cada pieza; también realizaba moldes de yeso de las figuras;
es decir, un complejo proceso que acababa el artesano con la talla en piedra de lo que
Gaudí había diseñado.
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-Técnicas
Gaudí necesitaba ejecutar maquetas, trabajar con los materiales más heterogéneos,
pasar de las ideas a las tres dimensiones.
Un ejemplo de esto son las “funícules”, son un característico sistema de proyección y
construcción ideado por él. Este sistema consiste, de forma artesanal, en colgar unos
cordeles de los que pendían pequeños pesos que daban lugar a líneas alabeadas las
cuales invertía para la construcción de la obra. Gaudí calculaba con estas maquetas la
forma que debía tener cada arco para sostener el mismo peso a escala real. Una vez
construidos estas maquetas, llamadas estereofuniculares, polifuniculares o
estereoestáticas, las miraba en un espejo para ver la forma de su obra y el efecto de
conjunto. De este modo, la planta era resultante del alzado y se conseguían muros
perimetrales dibujando zigzag y los apoyos interiores aparecían dispersos.
Sus estudios con las maquetas estereofuniculares, la manipulación de las fotografías
invertidas y el dibujo sobre estas de los acabados constructivos nos demuestran que
para él la teoría y la práctica eran inseparables
-Materiales
Gaudí para sus obras utilizaba la piedra, el ladrillo, la cerámica esmaltada o natural, la
arcilla, el hierro y la madera.
Gaudí usó en sus obras el trencadís, es un sistema decorativo que consistía en el
recubrimiento de superficies mediante teselas o pedazos de cerámica irregulares, con
los que consiguió una gran belleza formal y cromática, y producía iridiscencia.
Para estos mosaicos usó materiales de carácter fragmentario y bruto que proporcionan
una imagen rupestre.
En el Parc Güell, Gaudí explotó al máximo el trencadís, sobretodo en el banco
ondulante sobre la plaza circular.
Gaudí supo utilizar la cerámica tanto en las partes estructurales como en las
decorativas de sus edificios. Por un lado convirtió las baldosas de cerámica en una
nueva forma de expresión de la decoración, por otro, utilizó los ladrillos de barro en las
estructuras de sus edificios.
Gaudí procedía de una familia de calderos, y de ahí surgió su amor hacia los oficios
artesanos que le llevó a conseguir fantásticas formas con el trabajo del hierro y la forja.
Gaudí también usaba cristal de botellas o piedras para crear sus composiciones.
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Estética gaudiniana
-Iconografía de la naturaleza
Gaudí fue un estudioso de la Naturaleza. En ella observó que no había la geometría
común de la arquitectura a base de cubos y prismas, formas elementales de los sólidos
regulares. En su observación encontró estructuras sólidas, resistentes y fibrosas: las
naturales, que componen superficies curvadas. En sus edificios buscó las formas de la
naturaleza.
La naturaleza en Gaudí es funcional: son formas, colores y texturas no estéticos sino
para el desarrollo de la vida y para usos concretos. Gaudí quiso lograr obras bellas
destruyendo las imágenes coherentes y estables de la arquitectura y basándose en las
leyes de la Naturaleza.
No trataba de hacer obras de arte, sino elementos que sirvieran para el crecimiento y
la reproducción de las especies.
La naturaleza se refleja en la arquitectura de Gaudí igual que los árboles en la
superficie de un lago.
La arquitectura de Gaudí tiene apariencias geológica, botánica y zoológica. Las razones
de esta semblanza cabe buscarlas en que Gaudí buscó la inspiración práctica en la
naturaleza y su forma de entender las construcciones se basaba en las mismas leyes
que siguen las plantas o los animales. Gaudí volvió la mirada hacia la naturaleza,
reconociéndola como maestra generosa y manteniendo un ánimo humilde ante ella,
para no pretender inventar nada sino descubrirlo todo.
La geometría reglada y las superficies alabeadas son la base compositiva en la obra de
Gaudí, que tomó ejemplo de la naturaleza.
El sistema constructivo de Gaudí se basaba en una sencilla observación del entorno
natural en el que encontraba estructuras funcionalmente perfectas y formas
decorativas de gran belleza estética.
Concluyó que las geometrías de la naturaleza se basaban en muchos casos en
superficies torcidas, es decir, curvas en el espacio pero compuestas de líneas rectas
que se pueden encontrar con gran frecuencia en las plantas, los seres vivos y en las
montañas. Todas esas formas naturales eran
policromadas, de colores brillantes y variados.
En la Casa Batlló y en La Pedrera no existe la línea
recta, como en la naturaleza. En la Sagrada Familia la
nave central se sostiene sobre estructuras
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arborescentes ya que Gaudí solía comparar las columnas con los árboles y los capiteles
con hojas.
Gaudí aprendió a contemplar la naturaleza sin prejuicios. Basándose en la teoría de la
geometría reglada, su gran aportación arquitectónica, definió cuatro superficies
distintas —helicoide, hiperboloide, conoide y paraboloide hiperbólico—, todas ellas
extraídas de la naturaleza y trasladadas por Gaudí a la arquitectura.
El helicoide es la forma del tronco del eucalipto y Gaudí lo utilizó en las columnas
torcidas del Colegio Teresiano. El hiperboloide es la forma del fémur y Gaudí lo usó en
las columnas de la Sagrada Familia. El paraboloide hiperbólico es la forma que adoptan
los tendones entre los dedos de una mano y Gaudí lo introdujo por primera vez en la
historia en las bóvedas de la Cripta de la Colonia Güell. Combinaba sabiamente su
dominio de la geometría y los cálculos matemáticos con métodos intuitivos y
elementales que aplicó a su arquitectura y le permitían lograr formas equilibradas muy
parecidas a las que brinda la Naturaleza.
Son innumerables las ocasiones en que Gaudí incorporó elementos vegetales en sus
edificios y proyectos. En la Casa Vicens utilizó por primera vez los girasoles cerámicos
como elemento decorativo. Para Gaudí significaba el alma, que volvió a aplicarla en el
Capricho de Comillas (Santander), todas sus paredes exteriores aparecen cubiertas con
este motivo.
Numerosas reproducciones florales jalonan los pabellones de entrada de la Finca Güell
en Pedralbes. Rosas y claveles pintados en los muros del picadero y un elemento muy
singular, la famosa entrada del dragón, uno de los mejores trabajos de forja del arte
catalán. Representa a Ladón, bestia mítica encadenada, guardián de las Hespérides.
Sobre él, en un pilar de ladrillo, encontramos el bello naranjo de antimonio, que Gaudí
simbolizó, por su combinación con el dragón, con el undécimo trabajo de Hércules en
su viaje al jardín de las Hespérides.
En la Casa Calvet hay un gran repertorio de especies vegetales en su rica fachada
escultórica. Salta a la vista el gran ciprés, símbolo de la hospitalidad, las cornucopias
repletas de uvas y otras frutas, las ramas de olivo como señal de paz. Lo más curioso
son las grandes reproducciones de setas comestibles del campo catalán,
inmortalizadas en honor del propietario, Pedro Calvet, que era micólogo.
En las Bodegas Güell levantó un edificio con la propia piedra del lugar que compagina
perfectamente con el entorno rocoso de la costa.
En el Parc Güell es donde más patente queda el concepto naturalista y paisajista de la
arquitectura de Gaudí. Ajustó las formas de las calles a la topografía del terreno,
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proyectó viaductos para no desmontar el terreno original y construyó con piedra del
lugar sin desbastar, aprovechando los derribos de una cueva, de donde sacó rocas de
distintos colores que distribuyó armónicamente por todo el recinto.
Las casas Batlló fueron el punto culminante de su arquitectura naturalista. La primera,
revestida de pedazos de cristales de colores y rematada con formas orgánicas de
cerámica vidriada, y la segunda, con su aspecto de acantilado, parecen sendos
símbolos del mar y de la tierra.
Otras muestras de esta manera de proceder se hallan en las vidrieras de la catedral de
Mallorca, en la Resurrección de Cristo en la montaña de Montserrat y en otras obras
menores.
Pero la representación más importante de elementos vegetales en piedra está en la
fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia, un gigantesco friso escultural donde se
reproducen hasta 80 especies vegetales de Cataluña y Tierra Santa. Olivos, laureles,
almendros, cerezos, azucenas o gladiolos conviven con cabezas de toro, erizos de mar,
reptiles, salamandras, caracolas o algas marinas, en una copia exacta de la naturaleza.
-El bestiario gaudiano
El catálogo de animales que aparecen en la decoración
de los edificios de Gaudí es tan amplio que bastaría
para definir un “bestiario gaudiniano”. Pelícanos,
palomas, tortugas, camellos y también serpientes, salamandras, lagartos y dragones.
En muchos de ellos se ha querido ver una simbología masónica pues existen teorías de
que Gaudí, a pesar de su catolicismo extremo, estuvo conectado con esa sociedad
secreta.
El Parc Güell concentra muchos de estos animales de características míticas y gran
simbolismo. En la escalinata central colocó Gaudí las esculturas en brillante trencadís
de tres bestias fabulosas: la serpiente, la salamandra y el dragón.
El banco multicolor hecho con trencadís es un gigantesco rompecabezas donde se
puede descubrir centenares de imágenes; hay conchas y mariposas, calamares,
estrellas fugaces, constelaciones crecientes,medusas, lunas, estrellas y flores
abstractas, etc.
El Parc Güell expresa magníficamente la original percepción que tenía Gaudí de la
naturaleza y su voluntad de transformarla en arquitectura.
-Iconografía religiosa
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La religiosidad es otro rasgo propio de su personalidad, fue católico de oración diaria,
siempre incluyó en sus obras figuras religiosas y amenazó con abandonar algunos
proyectos cuando sus clientes no aceptaban sus propuestas en ese sentido.
Otro rasgo típico de la personalidad de Gaudí fue su austeridad; vivía sabiamente con
lo justo para evitar que el espíritu se dejara vencer por los atractivos de la posesión y la
materia. Aunque vivía rodeado de gente poderosa y rica, el arquitecto prefirió la
simplicidad de un lecho de hierro en su casa del Park Güell y, en sus últimos años, la
modestia de su taller de la Sagrada Familia.
Gaudí se debatía en un eclecticismo que se inspiraba en los clasicismos grecolatinos, lo
medieval, lo mudéjar y lo barroco, lo que se pone de manifiesto en sus primeros
edificios (el Capricho de Comillas, el Palacio episcopal de Astorga, la primera etapa de
la Sagrada Familia).
El catolicismo está muy presente en la obra gaudiniana: en los grupos escultóricos de
la Sagrada Familia, en la cruz de la puerta de la Finca Miralles y en el Ángel portador de
la mitra, escultura del Palacio Episcopal de Astorga que demuestran su respeto hacia la
jerarquía eclesiástica.
De Dios aprendió Gaudí que las piernas separadas sostienen mejor que unidas. De ahí
las columnas inclinadas. De Dios aprendió que la línea recta no existe en la naturaleza y
descubrió la potencialidad constructiva de las paraboloides helicoidales. De Dios
aprendió la resistencia y levedad de los huesos de los pájaros, las líneas de fuerza por
las que un tronco se descompone en gruesas ramas. De ahí la ausencia de
contrafuertes en la Sagrada Familia.
Que Gaudí fue católico practicante y devoto no cabe la menor duda y que algunos de
los símbolos utilizados por el genial arquitecto son, sin más, cristianos.(M de María,
cruces, etc.). Pero, existen otros símbolos en su obra que exceden el ámbito de la
simbología católica y su explicación no puede reducirse estrictamente a ella. Lo que
realmente sorprende es que una personalidad católica ortodoxa como la suya, en
principio, utilizase símbolos que tenían significados muy concretos fuera del
cristianismo y carecían de ellos en el interior de la ortodoxia romana.
Así pues, podría decirse que Gaudí experimentó una vía autónoma en el terreno de la
espiritualidad, situada dentro de la ortodoxia católica, pero con una práctica que iba
más allá del catolicismo. Y es que en las construcciones gaudinianas abundan signos y
símbolos que son patrimonio de determinadas sociedades secretas.
En su obra hay símbolos masónicos como el pelícano, la salamandra, el lagarto , la X, la
cruz en seis direcciones entre otras.
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Gaudí extrajo los elementos tradicionales catalanes de estilos
como el gótico tardío, el barroco, el mudéjar e incluso la
geología de Montserrat.
El modernismo catalán se basaba en un fuerte nacionalismo
con raíces en la tradición autóctona y además, la recuperación
del gótico llevaba a reforzar los ideales de las culturas genuinas
como identidad de los pueblos.
En épocas de persecución, Gaudí se negaba a abandonar el uso
de la lengua catalana aún a costa de pasar una noche dentro de un calabozo y cuando,
después de años de censura, el sentimiento catalanista reivindica sus derechos, él
seguía de cerca los eventos nacionalistas como lo muestra su ingreso a la "Associació
Catalanista d'Excursions Científiques". La participación en esta asociación le permitió
aumentar su conocimiento de la histórica arquitectura catalana.
Este sentimiento "catalán" se muestra en muchos de sus edificios donde se aprecian
escudos con las cuatro barras o esculturas en honor a Sant Jordi, patrón de Cataluña.
-Artes menores
Gaudí de la práctica artesanal, en la que se inició junto a su padre, aprendió la
disciplina del oficio, el perfeccionismo técnico y el gusto por lo manual. Esta
identificación con la cultura artesanal la llevó a las últimas consecuencias cuando
trabajaba en los más prestigiosos talleres de forja, fundición, ebanistería o cerámica de
la época del modernismo en Barcelona.
Gaudí fundió la estructura y la decoración, buscando la funcionalidad además de la
belleza estética y para ello rodeó sus estructuras de complementos decorativos.
Sus primeras obras no fueron edificios, sino objetos.
Los muebles y objetos decorativos de Gaudí no pueden ser considerados como piezas
sueltas o aisladas de su contexto. Todos ellos fueron creados para formar parte de un
conjunto y responden a la misma lógica, a las mismas exigencias y a las mismas reglas
proyectuales que sus edificios, sus arquitecturas son como diseños objetuales y sus
diseños de objetos como arquitecturas de escala reducida. Donde mejor se ponen de
manifiesto la claridad estructural, la nitidez constructiva y el control del lenguaje
formal es en los pequeños objetos y las maquetas, de una forma quizá más clara que
en la arquitectura.
Gaudí realizó con esmero una inmensa variedad de objetos que, por su riqueza,
configuran un repertorio realmente impresionante: armarios, mesas, sillas, bancos,
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reclinatorios, biombos, vidrieras, ventanas, postigos, pomos, puertas, mirillas, rejas,
cabinas de ascensor y lámparas, entre otros.
Gaudí tiene dos grandes momentos o dos etapas diferenciales en la evolución de su
mobiliario:
La primera recoge aún la herencia del último s.XIX, con sus estilismos eclectizantes,
como se puede comprobar en los muebles de la capilla de los marqueses de Comillas o
en los del Palau Güell de Barcelona. a medida que Gaudí se hace más sintético y
analítico y su personalidad se define, va abandonando los estilismos neoclásicos, con
tics medievales, para proyectar una obra más austera, funcional, que se ajusta a las
características físicas del cuerpo humano. En esta segunda etapa, las abarrocadas y
ostentosas formas iniciales dejan paso a otras más simples, de inspiración organicista y
que resultan más cómodas para el usuario.
En ambos períodos se evidencia que Gaudí nunca separa proyecto y construcción. El
encaje no es aleatorio en las diferentes partes que componen sus muebles. El modo de
ensamblar los brazos de una silla con el respaldo o éste con el asiento y la articulación
con las patas siempre está solucionado gracias a un gran conocimiento del oficio, pero
con nuevas fórmulas constructivas que escapan de la tradición del mueble de asiento.
Gaudí se permite algunas innovaciones, mal vistas en el gremio de ebanistas, como
incorporar el hierro como elemento de sujeción u ornamentación.
Gaudí se aleja del historicismo y el decorativo esteticista, floral o japonizante, para
replantear estructural y formalmente el mueble.
Algunos muebles, como el despacho de la Casa Calvet, el comedor de la Casa Batlló y
los grandes sillones de la Casa Milà, rompen con la tradición formal de los muebles de
ebanista y plantean un tipo de asiento, inédito hasta el momento, que busca las
formas alabeadas. Con esto, evita las aristas, suaviza los cantos y hace que todas las
partes que tienen una relación directa con el cuerpo se ajusten a la morfología
humana.
Pese a ser de madera, son extraordinariamente confortables y de fácil manipulación,
pues aunque sean pesados, tienen unos puntos de sujeción, adaptados a las
concavidades de los dedos, que los hacen manejables. Así, ninguno de estos muebles
será construido con planos verticales y horizontales, a la manera de los neoplasticistas,
sino que sus modelos estructurales y formales provienen del mundo orgánico y las
configuraciones óseas y por ello se adaptan a dedos, manos, brazos, espalda, caderas,
nalgas y piernas
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La preocupación por el mundo orgánico se trasluce también en el repertorio de
manijas de puertas y ventanas, pomos, tiradores o mirillas diseñado para las casas
Calvet, Batlló o Milà; son piezas fundidas en metal, modeladas en yeso y trabajadas
con los dedos y las manos.
Las creaciones de Gaudí en el ámbito del mobiliario durante los primeros años del siglo
XX son radicales, y que produjeron en su tiempo un gran impacto.
Para llevar a cabo este prodigioso mundo de objetos, Gaudí se valió de todos los oficios
y recursos técnicos, la forja y la fundición, la ebanistería y la construcción de muebles,
la cerámica, el cristal, etc.
-Formas y colores
Formas
A partir de referencias heterogéneas (mediterráneas y árabes, góticas academicistas,
naturalistas y barrocas) el modernismo de Gaudí fue creando su propio lenguaje de
síntesis. Gaudí hacía unas formas inusuales y audaces.
Su arquitectura destacaba por determinados rasgos: edificios con una estructura
tradicional, que se desarrollan en volúmenes con referencias organicistas e
historicistas; profusión decorativa, basada en el detalle menudo de la fábrica de
ladrillos y los elementos cerámicos y en el fomento de los retranqueros, la luz y las
sombras; y énfasis en la pequeña escala y la resolución de los problemas esenciales
desde cada detalle.
Gaudí utilizó los paraboloides, los hiperboloides y helicoides para hacer sus obras y
también las curvas alabeadas.
También inclinó apoyos y eliminó elementos decorativos creando un ambiente
desgarrado entre naturalista y expresionista.
Colores
La arquitectura de Gaudí se caracteriza por el color. Gaudí decía que el color es la señal
de la vida. Por eso, toda su arquitectura es íntegramente cromática. Gaudí entendía
que el color es el efecto de la reflexión de la luz sobre los objetos.
Gaudí para sus obras quería colores intensos, vivos y brillantes porque daban
expresividad a sus obras. Por eso, Gaudí utilizaba la cerámica esmaltada porque ofrecía
colores muy vivos. Gaudí daba color, total o parcialmente, a todos los miembros
arquitectónicos.
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4. OBRAS
PARQUE GÜELL
El Parque Güell es un enorme jardín con peculiares elementos arquitectónicos realizados por el singular arquitecto Antonio Gaudí.
El parque debe su nombre a Eusebi Güell, un rico empresario apasionado por las obras
de Gaudí que actuó como su principal mecenas. Aunque la idea principal era la
construcción de un conjunto residencial de lujo, con el paso de los años esta idea fue
abandonada y en su lugar se construyó un parque digno del escenario de un cuento.
El parque fue inaugurado en 1922 y desde entonces se ha convertido en uno de los principales lugares de interés turístico de la ciudad. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Con una extensión de más de 17 hectáreas, el Parque Güell está cubierto por formas onduladas, columnas con aspecto de árboles, figuras de animales y formas geométricas. La mayor parte de las superficies están decoradas con mosaicos realizados con trocitos de cerámica de colores.
El arquitecto, inspirado en las formas de la naturaleza, dotó al parque de una impresionante creación ornamental en la que no existen la rigidez ni el clasicismo. Todas las sinuosas y coloridas formas de los elementos del parque poseen un importante simbolismo, tanto político como religioso.
El artista aprovechó el desnivel de 60 metros de la montaña para crear un camino de elevación espiritual, en cuya cima planeaba construir una capilla que finalmente fue sustituida por el Monumento al Calvario, un promontorio situado en la parte más alta del parque desde el que se obtienen las mejores vistas de la ciudad.
El punto central del parque es una gran plaza en la que se encuentra un enorme banco de 110 metros de longitud, con apariencia de serpiente recubierta por pequeñas piezas de cerámica.
En el recinto del parque se encuentra la Casa Museo Gaudí, en la que residió el arquitecto entre 1906 y 1925, donde en la actualidad se expone una colección de obras del arquitecto - sinceramente, no muy interesante -.
Junto a la entrada principal del parque se encuentran dos casitas que parecen sacadas de un cuento de hadas. Una de ellas funciona como tienda mientras que la otra, la Casa del Guarda, alberga exposiciones audiovisuales sobre el pasado del parque.
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LA CASA BATLLÓ
El edificio fue construido en 1875 por Emili Sala Cortés (1841-1920), un arquitecto autor de varios edificios en Barcelona y provincia. Fue uno de los maestros de Gaudí, al que empleó ocasionalmente como delineante.
La fachada se hizo con piedra arenisca de Montjuïc, tallada según superficies regladas en forma alabeada. Las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales. La carpintería es igualmente de superficies curvas, y las ventanas son de vidrios de colores de formas circulares. Gaudí conservó la forma rectangular de los balcones del edificio anterior, añadiendo unas barandillas de hierro con forma de antifaz, y dando al resto de la fachada una forma ondulada en sentido ascendente. Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores (su famoso trencadís).Recuerda el oleaje del Mar Mediterráneo o bien las sinuosas formas de la montaña de Montserrat.
Del conjunto de la fachada destaca la tribuna del piso principal que se extiende por los laterales hasta el primer piso, alcanzando 10 metros de altura. Presenta cinco vanos cubiertos con vidrieras policromas, y sostenidos por ocho columnas de forma ósea. Para su construcción Gaudí demolió toda la parte baja de la fachada, sosteniendo el resto con unos puntales de madera. El friso de la tribuna está rematado con motivos escultóricos de forma vegetal, aunque en el conjunto de la forma que adquiere la tribuna algunos estudiosos creen ver la forma de un murciélago.
Otro elemento característico de la fachada es su revestimiento con vidrios y cerámica de vivos colores, que crean diversos efectos visuales según la luz que incide en ellos. Para su confección, picó el anterior muro y lo recubrió de mortero de cal, sobre el que colocó los vidrios del taller Pelegrí, combinados en diferentes tonalidades; sobre estos vidrios esparció a todo lo largo de la fachada una serie de discos de cerámica (un total de 330) fabricados de forma manual en Mallorca.
Otra de las singularidades de la fachada son sus balcones, realizados con hierro fundido y pintado de carbonato de plomo para evitar su oxidación, circunstancia que les otorga un color marfileño. Están colocados sobre peanas de piedra con forma de concha marina. Hay un total de nueve balcones, además de las cuatro terrazas situadas sobre la tribuna.
Culmina la fachada una bóveda formada por arcos catenarios cubiertos con dos capas de ladrillo, recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas en tonos rojo, verde y azul, que recuerda el lomo de un dragón. En la parte izquierda hay una torre cilíndrica de forma bulbosa, y rematada con la típica cruz gaudiniana de cuatro brazos, orientada a los puntos cardinales.24
El edificio presenta una fachada posterior que da al patio interior de la manzana, de igual forma ondulante y recubierta de trencadís de cerámica. El piso principal tiene un patio que sobresale del cuerpo del edificio. La parte más destacada es la del desván, realizada con cerámica de vivos colores, con motivos florales y geométricos.
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Para el interior del edificio Gaudí diseñó unos accesos en la planta baja bien diferenciados, con tres portales: uno de acceso a las viviendas, otro para la tienda y otro para las cocheras, siendo el primero de hierro y vidrio y los otros dos de madera.
En la parte central del edificio se ubica el patio de luces, que fue ampliado por Gaudí para conseguir una mayor iluminación y ventilación. Este patio se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por una estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenarios, y fue igualmente revestido de azulejos. Tiene un total de 32 ventanas, con un doble diseño, una parte superior para la entrada de luz y unas rendijas inferiores para la ventilación. El sistema de plantas del edificio arranca del sótano, presenta un conjunto de diez columnas de soporte, que junto a los muros de carga sostienen el edificio.
El resto de plantas, destinadas a viviendas, fueron diseñadas por Gaudí con el mismo esmero que la parte exterior del edificio, combinando las diversas artes industriales y decorativas(escultura, forja, vidriería, ebanistería, cerámica) para conseguir un conjunto armónico y estético, donde, como en el resto del edificio, predominan las líneas curvas. La decoración fue elaborada enteramente por Gaudí, que diseñó tanto el mobiliario como los diversos elementos decorativos que jalonaban la vivienda. El espacio más relevante era el salón principal, con un techo en forma de cielo raso de formas helicoidales en relieve, y donde destacaba el gran ventanal de la tribuna que daba al Paseo de Gracia, decorado con vidrieras en forma de disco de diferentes colores. Este salón incluía un oratorio, decorado con un retablo de la Sagrada Familia de Josep Llimona (actualmente conservado en la cripta de la Sagrada Familia), un Cristo de bronce de Carles Mani y unos candelabros de Josep Maria Jujol. El mobiliario original de Gaudí se conserva actualmente en la Casa-Museo Gaudí del Parque Güell.
Otros espacios destacados del piso principal son: el recibidor, al que se accede por el vestíbulo privado de la planta baja a través de una escalera cuya forma recuerda la columna vertebral de un animal, y que algunos estudiosos interpretan como la cola del dragón de la fachada; la sala de la chimenea comunica el recibidor con el salón principal, y presenta una chimenea situada en una concavidad con forma de seta y recubierta de losas de material refractario.
En cuanto al resto de plantas, destinadas a alquiler, Gaudí se limitó únicamente a redistribuir los espacios, sin modificar su estructura. Había un total de ocho viviendas de unos 200 m2, distribuidas en cuatro plantas, que gozaban de todos los adelantos y comodidades para la época, desde calefacción y agua caliente hasta electricidad, sin descuidar el diseño y la estética.
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LA CASA VICENS
La casa Vicens está estructurada en cuatro niveles o plantas, correspondientes a un subterráneo para ser utilizado como bodega, dos plantas con destino a vivienda y unas buhardillas para uso del servicio. El abundante uso de cerámica en la fachada dota a la edificación de un fuerte colorido, siendo una de las características esenciales de la construcción. Ello le otorga un aire peculiar, que recuerda, a decir de algunos, las construcciones árabes.
Gaudí proyectó el inmueble adosado a la pared medianera de un convento vecino (Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl), logrando de este modo obtener un jardín amplio y espacioso, otorgando tres fachadas a la casa. Al otro lado del jardín diseñó una fuente monumental de ladrillo de obra vista, formada por un arco parabólico encima del cual había un paso entre columnas. El agua se almacenaba en dos depósitos emplazados en cada uno de los pilares extremos de la fuente. Esta fuente fue demolida en 1946 con motivo de la venta de esta parte del terreno. La casa se cerraba con un muro de cerca con una reja de hierro colado, decorada con hojas de palmito, obra de Llorenç Matamala.
Los muros de la casa son de mampostería alternada con filas de azulejo, que reproduce unas flores amarillas propias de la zona (clavelones de la India o tagetes erecta);5 la casa se remata con chimeneas y unas torres en forma de templetes. En la fachada principal había una tribuna -más tarde remodelada- que se cerraba con unos paneles de celosía de madera; en el centro se encontraba una antigua pila renacentista con una reja metálica en forma de tela de araña, sobre la que saltaba el agua, que, con el sol, formaba los colores del arco iris.
En el interior destacan los techos de vigas de madera policromada, adornados con temas florales de papier maché; los muros tienen esgrafiados de motivos vegetales, así como pinturas obra de Josep Torrescasana; por último, el suelo es de mosaicoromano de opus tesselatum. Gaudí diseñó igualmente el mobiliario de la casa. Una de las estancias más originales es el fumador, donde destaca el techo en forma de cielo raso decorado con mucarnas árabes, que recuerdan el Generalife de laAlhambra de Granada.
En el friso de la tribuna figuraban diversas frases de cuentos populares catalanes: sol, solet, vine'm a veure que tinc fred ; oh, l'ombra de l'estiu («oh, sombra de verano»); de la llar lo foc, visca lo foc de l'amor.
En 1899 la viuda de Manuel Vicens, Dolors Giralt, vendió la casa a Antoni Jover i Puig. En 1925 se realizó una reforma de la casa, a cargo de Joan Baptista Serra Martínez, que construyó también un templete en el jardín, con una fuente llamada de Santa Rita, en la esquina con la Avenida Príncipe de Asturias; derribado en 1962, en la actualidad los antiguos jardines están ocupados por edificios de viviendas. Varias secciones de la reja de palmito se encuentran en la puerta de acceso al Parque Güell, así como en la Casa-Museo Gaudí.
Este año la familia Herrero Jover vendió la Casa Vicens al banco andorrano MoraBanc, tiene previsto convertir el inmueble en una casa-museo y abrirlo al público, tras una remodelación.
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LA PEDRERA
Construida por el arquitecto Antoni Gaudí i Cornet (1852-1926), situada en el Paseo de Gracia nº 92, de Barcelona, cuyo proyecto está fechado en el 1905 y el final de las obras en el 1910. Colaboraron con Gaudí el arquitecto Josep M. Jujol, los hermanos Badía en la forja, la Foneria Mañach en la cerrajería, E.F. Escofet en los pavimentos, Joan Beltran en el modelismo y el constructor Josep Bayó.
Esta casa de pisos está situada en una esquina del Ensanche barcelonés, en el cruce de Paseo de Gracia con la calle Provenza. El lugar es estratégico y relevante por distintos motivos: el paseo de Gracia se iba consolidando como el eje fundamental de la derecha del Ensanche. El encargo fue realizado por Pere Milà i Camps, aconsejada por Josep Batlló. En septiembre de 1905 se pidieron al Ayuntamiento los permisos de demolición de una antigua construcción de tres pisos, y el 2 de febrero de 1906 se presentó el permiso de obras firmado por Gaudí. Su sistema constructivo es de una gran complejidad estructural, ya que no tiene paredes de carga, sino que todo el edificio se apoya en columnas de piedra o de ladrillo y un entramado metálico.
Desaparece, pues, el concepto de fachada al estilo tradicional. Sin embargo, a pesar de las anticipaciones -soporte sobre columnas y edificio antifachada con planta libre, no consiguió fijar un modelo o prototipo de residencia. El método de trabajo consistía en la elaboración de maquetas de yeso en distintas escalas. Cada planta es distinta; no hay más muro que las fachadas y los cierres de los patios. La fachada se hizo con piedra de Garraf en la parte baja, y de Vilafranca, en la de arriba, con talla de grano grueso, sin pulir. La fachada no es un recubrimiento, sino una estructura de pórticos superpuestos que se podría aguantar por sí misma; está unida al resto del edificio por unas vigas de hierro empotradas en la piedra.
Las complejas y expresivas rejas de los balcones son de hierro de forja elaboradas en los talleres de los hermanos Badía; el nivel de las terrazas es un poco más bajo que el de las habitaciones, y de esta manera las rejas no impiden la vista libre de la calle. La escalera principal tiene forma de serpiente, seguramente para aprovechar la luz natural y solucionar el problema del montante de escalera, que cruza y corta algunas ventanas. La puerta principal, de cristales irregulares, es de acero de forja y las aperturas mayores están en la parte de arriba, que es donde hay más penumbra.
Los subterráneos están concebidos como caballerizas y almacenes, pero los automóviles empezaban a desplazar a los coches de caballos, y los subterráneos fueron habilitados como garajes (el fabricante Feliu, propietario de un gran rolls, obligó a modificar una pilastra para que el chofer pudiese aparcarlo). Alrededor de los subterráneos y por debajo de la calle, hay un túnel que rodea todo el edificio, por el que se extienden todas las canalizaciones de servicios, tanto los desagües como las cañerías de gas y los cables eléctricos.
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Su techo es una estructura metálica que recuerda los sistemas de sostén de los techos de las criptas góticas, con una gran clave de bóveda central. La azotea está construida sobre un desván formado con arcos parabólicos de distintas alturas, y esto se traduce en pequeñas terrazas unidas por escaleras. De esta manera, al constar de superficies pequeñas, se evita que se produzcan grietas en la azotea, a causa de la dilatación y contracción. A la azotea se puede acceder por ocho tragaluces de interior troncocónico y escalera de caracol. Los voladizos de la fachada responden a la necesidad de crear sombras para protegerse del sol. La fachada está rematada por una línea cóncavo-convexa, y para darle más expresividad, esta línea se recorta sobre el cuerpo del desván, que acaba con otra línea ondulada sobre la que destacan el juego fantástico de los tragaluces y las chimeneas. De esta manera, las ondulaciones de la fachada están subrayadas por una última ola obtenida por la línea de coronación del desván.
En el friso del último piso se lee la invocación del Angelus: Ave gratia plena Dominus tecum, y en el lugar donde debería estar la palabra María está ocupado por una rosa que hubiese quedado a los pies de la imagen que debía esculpir Carles Mani. La casa, pues, estaba pensada como pedestal de la imagen de la Virgen. En conjunto son elementos que demuestran la importancia que los elementos naturales (la luz, el sonido, el efecto visual) y la religiosidad tenían para Gaudí en el momento de concebir su arquitectura.
Este edificio es, de hecho, un gesto de afirmación social y personal: tenía que marcar la diferencia y Gaudí creó la casa más espectacular de Barcelona (fue declarada, en 1909, de carácter monumental, lo que le eximió de adaptar su volumen a la normativa vigente). Algunos dibujos publicados por la prensa la ridiculizaron como un garaje para dirigibles o como una mona de Pascua. El político francés Georges Clemenceau la consideró aberrante. Recordemos el nombre de "manzana de la discordia" con el que se conoce la del paseo de Gracia donde se encuentra la Casa Batlló de Gaudí.
Ante este edificio podemos formular diversas interpretaciones: es como una montaña rocosa, o como un acantilado sometido a la erosión del mar; unos hablan de ola petrificada, otros de perfil montañoso de Montserrat. Es el edificio que cierra el proceso arquitectónico iniciado con el Renacimiento y es la obra que sintetiza la sabiduría científica de Gaudí, su capacidad expresiva y creativa, así como los conocimientos que tenía de arquitectura.
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LA CASA CALVET
El edificio está situado en L’Eixample de Barcelona, la misma zona donde se encuentran la Casa Milà y la Casa Batllo, obras de Gaudí. Se trata de un edificio de filiación barroca que marca la transición entre dos etapas de la obra del arquitecto: la primera, todavía basada en la reinterpretación personal de los estilos históricos, y la segunda, totalmente libre de condicionantes
Destaca en esta obra el diseño de la fachada. En su trabajo artesanal colaboraron Lluís Badia en el hierro forjado y el carpintero Casas i Bardé en la madera. Su composición se basa en los ejes que marcan las aberturas de los balcones. En la abertura central de la planta principal (en primer piso), una tribuna barroca con barandillas de hierro forjado, configura el relieve más sobresaliente de la fachada. La ménsula de grandes proporciones que sostiene la tribuna contiene esculpidos en la parte inferior la letra “C”, inicial del apellido del propietario, junto con el escudo de Cataluña y un ciprés, símbolo de hospitalidad. La tribuna está profusamente ornamentada y rematada con un conjunto escultórico compuesto por dos cuernos de la abundancia y por diferentes clases de setas, a cuya recolección era aficionado el señor Calvet.
En el acceso posee una enorme puerta de madera con un curioso picaporte, un detalle de forja de gran dificultad de ejecución, que representa una cruz que golpea a un chinche, símbolo del mal.
En la parte superior se encuentran tres pisos con idéntica tipología de balconeras y balcones. Los balcones que quedan a ambos lados de la tribuna, tienen mayor voladizo y su losa es trilobulada. Marcan dos ejes que corresponden con los hastíales de la parte superior de la fachada. Estos están agujereados, dejando paso a dos balconcillos con las grúas para subir los muebles.
La parte con mayor movimiento de la fachada es el frontón superior. En lo alto de los hastíales hay dos bolas del mundo sobre peanas con la inscripción grabada “Any 1899”, que indica la fecha de finalización de las obras. Encima de ellas, se puede ver dos cruces de cuatro brazos de hierro forjado, un símbolo siempre presente en las obras de Gaudí.
Por último, a cada lado y al centro de la fachada, aparecen tres bustos que representan a San Pedro Mártir, patrón del señor Calvet, y San Ginés notario y San Ginés histrión, patrones de su pueblo natal, Vilassar de Dalt.
La fachada posterior (no visible desde la calle) es muy interesante y funcional. Está compuesta de balcones y tribunas con motivos florales. Destaca la pequeña terraza de la planta principal decorada con dos tiestos de piedra artificial de formas extrañas y barrocas.
El arquitecto diseñó también el mobiliario para las oficinas la vivienda de los propietarios.
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La fachada principal es de sillería parcialmente desbastada de piedra arenisca de Montjuïc, una montaña de Barcelona. La fachada posterior es de ladrillo y piedra artificial.
Destaca también la decoración de interiores. El conjunto de ascensor y escalera se apoya en unas columnas salomónicas de granito que, al mismo tiempo, sostienen una esbelta barandilla de forja y madera, elementos empleados también en el enmarcado de las puertas de los distintos pisos. La estructura está formada por paredes de carga sobre las que se apoyan jácenas y vigas en celosía de hierro, en planta sótano y planta baja, y viguetas de madera en el resto de forjados.
EL CAPRICHO
Gaudí había sido ayudante de Joan Martorell en el Palacio de Sobrellano del marqués de Comillas, donde había proyectado el mobiliario de la capilla de palacio. Por ello recibió el encargo de un hotelito anexo al palacio, El Capricho. Gaudí realizó un proyecto de estilo orientalizante, en paralelo a su obra contemporánea en la Casa Vicens de Barcelona; probablemente se inspiró en un proyecto para un embarcadero que había hecho durante sus estudios universitarios, en 1876.
El Capricho tiene planta alargada, con una superficie de 15 x 36 metros; contiene sótano, planta y desván, con una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica. El acceso presenta cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmito, como en la Casa Vicens. El salón principal destaca por un amplio ventanal con ventanas de guillotina, y dispone de un fumadero cubierto por falsas bóvedas de estuco de estilo árabe.
En la decoración repite el tema del girasol y se combinan la sillería, el ladrillo, el hierro y la cerámica con las formas lúdicas y orgánicas que caracterizan al arquitecto catalán. Cabe destacar el vivo colorido que Gaudí aplicó al Capricho, combinando la cerámica verde con la piedra y el ladrillo en tonos rojos y amarillos.
En 1977 se efectuó una restauración, en la que se sustituyeron las tejas árabes por placas de fibrocemento.
El edificio fue declarado Bien de interés cultural en 1969, se convirtió en restaurante en 1985 y en 1992 fue comprado por el grupo japonés Mido Development, su actual propietario. En diciembre de 2009 el restaurante cerró sus puertas.
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LAS BODEGAS DEL GARRAF
Gaudí recibió el encargo para esta obra en 1882 de parte de su gran mecenas, Eusebi Güell.Éste había conocido la obra de Gaudí en la Exposición Universal de París de 1878, fecha en la que empezó una larga amistad y un gran número de encargos como el Palacio Güell, los Pabellones Güell de Pedralbes, el Parque Güell y la Cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló.
El encargo de Güell consistía en una bodega y unos pabellones de caza, pero estos últimos no llegaron a construirse. El conjunto se situó en la finca La Cuadra en Garraf, Sitges, propiedad del conde Güell. Las bodegas finalmente se construyeron entre 1895 y 1897, bajo la dirección de Francesc Berenguer, colaborador de Gaudí.
Las bodegas tienen un perfil frontal triangular, con cubiertas de gran verticalidad con pronunciadas pendientes de losas de piedra, rematadas por un juego de chimeneas y dos puentes que la unen al antiguo edificio. Tiene tres plantas: la baja para cochera, la vivienda y una capilla cubierta con bóveda catenaria, con el altar en el centro. El conjunto se completa con un pabellón portería, donde destaca la puerta de forja, con forma de red de pesca.
El conde Güell producía en Garraf un vino denominado de las Bodegas Güell, que se servía en los barcos de la Compañía Trasatlántica y se exportaba a Cuba; al no tener mucho éxito, en 1936 dejó de producirse.
Actualmente, las Bodegas Güell alojan un restaurante.
PARTICIPACIÓN EN LA SEU
El célebre arquitecto Antoni Gaudí dejó su huella arquitectónica en Palma hace cien
años. En 1902 viajó hasta la isla para iniciar la reforma de La Seu, que se alargó durante
13 años. La estampa del artista quedó latente al reestructurar una catedral oscura con
vitrales ciegos para convertirla en un espacio luminoso y amplio. En 1915 Gaudí acabó
su reforma de La Seu y el 23 de febrero de ese año murió el gran defensor e impulsor
de este proyecto, el prelado Pere-Joan Campins, por lo que el Capítulo de la Catedral
ha organizado numerosas actividades, desde conciertos, exposiciones, publicaciones,
visitas guiadas, un documental y hasta ejercicios espirituales con la temática del
simbolismodeGaudí.
La Seu de Palma ofrecerá multitud de actos relacionadas en torno al arquitecto y al
obispo responsable de las reformas del emblemático
monumento histórico.
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LA SAGRADA FAMILIA
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una iglesia monumental iniciada el 19 de
marzo de 1882 a partir del proyecto del arquitecto diocesano Francisco de Paula del
Villar (1828-1901). A finales de 1883, se encargó a Gaudí la continuación de las obras,
labor que no abandonó hasta su muerte, en 1926. A partir de entonces, varios
arquitectos han continuado la obra siguiendo la idea original de Gaudí.
El edificio está situado en el centro de Barcelona, y con los años se ha convertido en
uno de los signos de identidad más universales de la ciudad y del país. Anualmente es
visitado por millones de personas, y también son muchas las que estudian su
contenido arquitectónico y religioso.
El templo siempre ha sido expiatorio; es decir, desde sus inicios, hace ahora más de
132 años, se construye a partir de donativos. En este sentido, el propio Gaudí dijo: "El
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia lo hace el pueblo y
se refleja en él. Es una obra que está en las manos de Dios
y en la voluntad del pueblo. "La construcción continúa y se
podría terminar durante el primer tercio del siglo XXI.
Los orígenes del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia se
remontan a 1866, año en que Josep Maria Bocabella
Verdaguer funda la Asociación Espiritual de Devotos de San
José, que a partir de 1874 promueve la construcción de un
templo expiatorio dedicado a la Sagrada Familia. En 1881, y
gracias a varios donativos, la Asociación compra una
parcela de terreno de 12.800m² entre las calles de Marina,
Provença, Sardenya y Mallorca para construir allí el templo.
La primera piedra se pone el 19 de marzo de 1882, festividad de San José, en un acto
solemne que preside el obispo de la ciudad, Josep Urquinaona. A partir de entonces se
inicia la construcción, que empieza por la cripta situada debajo del ábside, según un
diseño neogótico del arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano. Éste, poco
tiempo después y por discrepancias con los promotores, abandona la dirección de la
obra, y el encargo pasa a manos de Antoni Gaudí.
Tras asumir el proyecto en 1883, Gaudí construye la cripta, que termina en 1889.
Mientras inicia las obras del ábside (y del claustro), los trabajos siguen a buen ritmo
gracias a los donativos recibidos. Cuando se recibe un importante donativo anónimo,
Gaudí se plantea hacer una obra distinta y mayor: desestima el antiguo proyecto
neogótico y propone otro nuevo, más monumental e innovador, tanto en lo que se
refiere a las formas y las estructuras como a la construcción. El proyecto de Gaudí
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consiste en una iglesia de grandes dimensiones, con planta de cruz latina y torres de
gran altura; y concentra una importante carga simbólica, tanto enforma arquitectónica
como escultórica, con el objetivo final de ser una explicación catequística de las
enseñanzas de los Evangelios y de la Iglesia.
En 1892 empieza los cimientos para la fachada del Nacimiento porque, según
manifiesta el propio Gaudí: "Si en vez de hacer esta fachada decorada, ornamentada y
turgente, hubiera empezado por la de la Pasión, dura, pelada y hecha como de huesos,
la gente se habría retraído". En 1894 queda terminada la fachada del ábside y en 1899
el portal del Rosario, uno de los accesos al claustro del Nacimiento.
Paralelamente a estos trabajos, en el ángulo sudoeste del templo, en 1909 Gaudí
construye las Escuelas Provisionales de la Sagrada Familia, destinadas a los hijos de los
trabajadores de la Sagrada Familia y a los niños del barrio que forman parte de su
parroquia. Al año siguiente, en 1910, una maqueta de la fachada del Nacimiento se
exhibe en el Grand Palais de París con ocasión de una exposición sobre la obra de
Gaudí, impulsada por su amigo y mecenas Eusebi Güell.
Desde 1914, Gaudí de dedica exclusivamente a construir el
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, lo que explica que
no haya otros trabajos suyos importantes en los últimos
años de su vida. Se implica tanto en ello, que en los últimos
meses llega a residir junto a su obrador, en un espacio
situado al lado del ábside, dedicado a taller de maquetas a
escala, elaboración de planos y dibujos, realización de
diseños, estudio de esculturas y tomas fotográficas, entre
otras cosas.
En 1911 proyecta la fachada de la Pasión y en 1923 la solución definitiva de las naves y
cubiertas. Pero las obras avanzan despacio, y sobre ello Gaudí dice: "No hay que
lamentar que yo no pueda terminar el templo. Yo me haré viejo, pero otros vendrán
detrás de mí. Lo que hay que conservar siempre es el espíritu de la obra, pero su
vida tiene que depender de las generaciones que se la transmiten y con las que vive y
se encarna".
El 30 de noviembre de 1925, se termina la construcción del primer campanario de
la fachada del Nacimiento, dedicado a san Bernabé, de 100 m de altura. Éste es el
único que Gaudí ve construido, ya que el 10 de junio de 1926 muere debido a un
trágico accidente ocurrido tres días antes, al ser atropellado por un tranvía. El día 12 es
enterrado en la capilla del Carmen de la cripta del Templo Expiatorio de la Sagrada
Familia, donde aún hoy descansan sus restos.
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Durante todos aquellos años, para poder ejecutar el proyecto, había colaborado con
Gaudí un nutrido grupo de arquitectos, dibujantes, escultores y modelistas. Entre los
arquitectos destacan Francesc Berenguer, Joan Rubió, Domènec Sugrañes,
Josep Maria Jujol, Josep Canaleta, Francesc de Paula Quintana Vidal, Josep Francesc
Ràfols, Cèsar Martinell, Isidre Puig Boada, Lluís Bonet Garí, Francesc Folguera y Joan
Bergós. En cuanto a los dibujantes, estaba Ricard Opios; y en relación con la escultura,
Llorenç Matamala, Joan Flotats, Joan Matamala, Carles Mani y Pau Badia. Entre los
constructores, hay que destacar a Agustí Massip Brassó; de la cerrajería, se ocupaba
Oñós; de los elementos cerámicos, la empresa Pujol i Bausis de Esplugues de Llobregat;
de la carpintería, Jaume Munné; y de la forja, los hermanos Badia.
Al morir Gaudí, asume la dirección de las obras su estrecho colaborador Domènec
Sugrañes, hasta 1938. Después lo hacen Francesc de Paula Quintana Vidal, Isidre Puig
Boada y Lluís Bonet Garí, colaboradores de Gaudí, personas que conocieron al maestro
y que hasta 1983 dirigieron la obra. Posteriormente fueron sus directores Francesc de
Paula Cardoner Blanch, Jordi Bonet Armengol y Jordi
Faulí Oller, quien ocupa el cargo actualmente, desde el
2012
En 1930 se terminan los campanarios de la fachada del
Nacimiento y en 1933 quedan finalizados el portal de la
fe y el ciprés central.
En julio de 1936, a raíz del levantamiento militar y la
Guerra Civil Española, unos revolucionarios incendian la
cripta, queman las Escuelas Provisionales de la Sagrada
Familia y destruyen el obrador. En aquellos momentos,
se pierden los planos, los dibujos y las fotografías originales, y algunas de sus maquetas
de yeso a escala queda hechas añicos. Pero hay que resaltar que desde la intervención
de Gaudí en 1883, y pese a aquellos actos vandálicos, la construcción del tiempo no se
ha detenido y siempre ha respetado la voluntad de la idea original del arquitecto.
Después de la Guerra Civil Española, se reanuda la construcción del Templo Expiatorio
de la Sagrada Familia, que se sigue levantando lentamente. Entre 1939 y 1940, el
arquitecto Francesc de Paula Quintana Vidal, colaborador de Gaudí desde 1919,
restaura la cripta quemada y recompone muchas de las maquetas dañadas, que sirven
de modelos para continuar la construcción según la idea original de Gaudí.
En 1952 tiene lugar en Barcelona el XXXV Congreso Eucarístico Internacional, y por ello
se celebran varios actos en el templo. Aquel mismo año se construye la escalinata del
Nacimiento y se procede por primera vez a la iluminación de la fachada, que desde
1964 será permanente por voluntad del Ayuntamiento de Barcelona.
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Los trabajos continúan con fuerza en 1954, cuando se inician los
cimientos para construir la fachada de la Pasión, sobre la base de
los múltiples estudios hechos por Gaudí entre 1892 y 1917.
Después de los cimientos, se construye la cripta, donde en 1961
se instala un museo para explicar a los visitantes los aspectos
históricos, técnicos, artísticos y simbólicos del templo. Esta
fachada verá levantados los cuatro terminales de los
campanarios en 1976, que quedan acabados el año siguiente.
Un momento importante es el año 1955, cuando se lleva a cabo la primera "colecta":
un día entero dedicado a recoger fondos para pagar las obras. Esta iniciativa se
mantendrá en los años siguientes, hasta hoy, como una forma de participación de la
sociedad en la construcción del templo.
El 19 de marzo de 1958, festividad de San José, se coloca el conjunto escultórico que
representa a la Sagrada Familia, realizado por Jaume Busquets, en la fachada del
Nacimiento.
A partir de 1978, se construyen los cimientos de la nave y el crucero, y se levantan las
columnas, las bóvedas y las fachadas de la nave principal y los transeptos.
Desde 1986, el escultor Josep Maria Subirachs es el encargado de llevar a cabo la obra
escultórica de la fachada de la Pasión, que ha ido ejecutando según su estilo personal a
lo largo de veinte años.
En el año 2000 se construyen las bóvedas de la nave central y las del transepto, y al
mismo tiempo se empiezan los cimientos de la fachada de la Gloria. Aquel año, con
ocasión del cambio de milenio, se celebra una misa en el interior del templo que
permite apreciar la grandiosidad de la obra.
En 2001 se completa el ventanal central de la fachada de la Pasión y se coloca un vitral
dedicado a la Resurrección, obra de Joan Vila-Grau. También se terminan las cuatro
columnas del centro del crucero.
La figura y la obra Gaudí son recordadas especialmente en 2002, cuando el
Ayuntamiento de Barcelona impulsa el Año Internacional Gaudí con motivo del 150
aniversario de su nacimiento. El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia participa con
diferentes actividades, como la restauración, el traslado y la apertura de las Escuelas
Provisionales de la Sagrada Familia como nuevo espacio expositivo, y la celebración de
la "Noche de luz y fuego", un espectáculo que tiene lugar el 1 de junio y que, mediante
una iluminación especial y unos impresionantes fuegos artificiales, se convierte en el
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punto culminante de la conmemoración.
A lo largo de 2002, el escultor Josep Maria Subirachsrealiza el proyecto del muro de los
patriarcas y los profetas que Gaudí sitúa en el porche de la fachada de la Pasión, y en
2005 se coloca la escultura de la Ascensión entre las torres de esta fachada.
Paralelamente, se sitúan en los ventanales de la nave central los símbolos eucarísticos
del pan y el vino, realizados por el escultor japonés Etsuro Sotoo.
En 2006 se construye el coro de la fachada de la Gloria según los modelos de Gaudí.
Las bóvedas del deambulatorio del ábside se terminan en 2008. Entre 2008 y 2010 se
finalizaron las bóvedas del crucero y del ábside, sobre las que tienen que levantarse la
torre del cimborio central, coronada con una cruz a 170 m de altura, y la del ábside,
dedicada a la Virgen María. La torre central estará rodeada por otras cuatro torres,
dedicadas a los evangelistas.
-ELEMENTOS
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una iglesia de cinco naves con crucero de
tres, que forman una cruz latina. Sus dimensiones
interiores son: nave y ábside, 90 m; crucero, 60 m;
anchura de la nave central, 15 m; naves laterales, 7,5 m
cada una (la nave principal en total, 45 m); anchura del
crucero, 30 m.
Ábside: La cabecera del templo tiene forma semicircular
y está formada por siete capillas distribuidas alrededor de un deambulatorio y del
espacio central, donde se encuentran el altar y el presbiterio. Hay dos escaleras de
caracol, una en cada extremo. Estará coronado por una torre.
Claustro: El claustro, situado perimetralmente alrededor del templo, constituye un
espacio de comunicación entre las fachadas, las sacristías y las capillas.
Crucero y transepto: La nave transversal que une la fachada del Nacimiento con la de
la Pasión está dividida en tres espacios: los transeptos, que conectan directamente con
las dos fachadas, y el crucero, que es el ámbito central y está coronado por cinco
torres.
Cripta: Planta subterránea que ocupa el espacio de debajo del ábside y que, por lo
tanto, comparte la misma estructura.
Fachada de la Gloria: Fachada principal del templo, orientada al Sur, de cara al mar,
formada por cuatro torres que quedan unidas por un gran pórtico o nártex.
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Fachada del Nacimiento: Fachada del transepto orientada al Este y formada por cuatro
torres y tres portales. Está dedicada al nacimiento de Jesús y fue la primera que se
construyó, con la intervención directa de Gaudí.
Fachada de la Pasión: Fachada del transepto orientada al Oeste, formada por cuatro
torres unidas por un gran porche, dedicada a la pasión, muerte y resurrección de
Cristo.
El templo tendrá 18 torres, cuatro en cada una de las tres puertas haciendo un total de
12 por los apóstoles, en el centro la torre cimborrio dedicada a Jesús, de 170 metros
de altura, otras cuatro de los evangelistas alrededor de la torre cimborrio, y sobre el
ábside otro cimborrio dedicado a la Virgen. Las torres tienen perfil parabólico, y
disponen de unas escaleras helicoidales que dejan la parte central hueca para situar
allí unas campanas tubulares dispuestas como carillón. Gaudí concibió el interior de la
Sagrada Familia como si fuese la estructura de un bosque, con un conjunto de
columnas arborescentes divididas en diversas ramas para sustentar una estructura de
bóvedas de hiperboloides entrelazados. Las columnas las inclinó para recibir mejor las
presiones perpendiculares a su sección; consiguió una sencilla forma de soportar el
peso de las bóvedas sin necesidad de contrafuertes exteriores. Los materiales
utilizados son piedra y hormigón en bóvedas y fachadas y los remates superiores de las
torres son dorados y esmaltados con brillantes colores de cerámica de Murano. En el
alzado destaca la verticalidad marcada por las altas torres y las vidrieras que rasgan sus
muros y crean una sensación lumínica de diafanidad resaltando las audaces formas
constructivas.
No hay que olvidar la incorporación del sonido, las torres en sí mismas ya son
elementos acústicos (las escamas se colocan de manera adecuada para que suene el
viento) pero también se integran en la arquitectura un gran órgano y las campanas.
- Lenguaje estilístico
El Modernismo convive con otras corrientes arquitectónicas: la arquitectura del hierro
y la escuela de Chicago. En las artes figurativas se desarrollan el impresionismo y post
impresionismo y las primeras vanguardias históricas (expresionismo, fauvismo,
cubismo).
El Modernismo (1880-1910) tiene diversas denominaciones según los países: en
Francia Art Nouveau, en Inglaterra Modern Style, Secession en Austria o Jugendstil en
Alemania, Modernismo en España. Tiene en común, en todos los países, que rompió
con la tradición histórica y aprovechó las ventajas de la tecnología y de la industria. Es
un arte que dio respuesta a las necesidades de una burguesía enriquecida con la
industria y el comercio. En Francia, España y Bélgica predominaron las líneas
ondulantes y los motivos orgánicos, con referencias a la naturaleza; todos sus
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elementos están dotados de una gran plasticidad y dinamismo, con especial
predilección por la línea curva, tanto en lo estructural como en lo decorativo (motivos
vegetales, figuras femeninas de largos cabellos y sinuosas vestimentas). Sus figuras
más destacadas fueron el belga Víctor Horta y el catalán Antoni Gaudí. En Gran
Bretaña, Austria y Alemania predominó un Modernismo de formas más rectilíneas, que
enlaza con el racionalismo del siglo XX. Su concepción más severa, se basa en la línea
recta y en una decoración de carácter geométrico. Una de sus figuras más
sobresalientes fue el escocés Charles Rennie Mackintosh.
Entre las características generales del Modernismo destacan:
- Este estilo se desarrolló no sólo en la arquitectura sino también en la pintura y en las
artes decorativas. Los artistas modernistas deseaban unificar las artes y por eso no
sólo diseñan el edificio sino también lo que contiene: muebles, lámparas…
- Se utilizan y combinan materiales tradicionales (piedra, ladrillo) y nuevos (hierro,
acero, vidrio), que se aplican indistintamente, según la conveniencia, a los elementos
constructivos y a los decorativos.
- Las estructuras metálicas sostienen el edificio y con frecuencia
quedan a la vista.
- La decoración, muy variada y rica en colores, es abundante,
pero no trata de ocultar la estructura del edificio, que se nos
muestra de forma abierta. Es más, los elementos constructivos,
incluidos los elaborados con los nuevos materiales, a menudo
cumplen también una función decorativa: columnas de
fundición con formas de tallos, vanos y cubiertas con vidrieras policromadas.
- El espacio interior adopta plantas libres, que huyen de la simetría.
- La luz adquiere un gran protagonismo, penetrando a través de las ventanas,
miradores, vidrieras y claraboyas.
- El aspecto exterior presenta la misma libertad de volúmenes y formas, en un deseo
de transmitir el entorno urbano una sensación de alegría y variedad.
Otros arquitectos importantes en Cataluña, también modernistas, son Domenech i
Muntaner y Puig i Cadafalch, aunque a Gaudí hay que considerarlo como un artista
único, un genio.
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- Función y significado
Para Gaudí, la Sagrada Familia era un himno de alabanza a Dios, en que cada piedra era
una estrofa. El exterior del templo representa a la Iglesia, a través de los apóstoles, los
evangelistas, la Virgen y Jesús, cuya torre principal simboliza el triunfo de la Iglesia; el
interior alude a la Iglesia universal, y el crucero a la Jerusalén Celestial, símbolo místico
de la paz.[ Gaudí diseñó personalmente muchas de las esculturas.
Fachada del Nacimiento: Al estar dedicada al acontecimiento gozoso del nacimiento de
Jesús, esta fachada presenta una decoración exultante donde todos los elementos son
evocadores de la vida. Se centra en la faceta más humana y familiar de Jesús, con una
amplia profusión de elementos populares, como herramientas y animales domésticos.
Pórtico de la Caridad: Es el mayor de los tres, y está dedicado a Jesús. Simulando ser el
Portal de Belén desarrolla una serie de escenas sobre el nacimiento de Jesús: la
Anunciación, la Adoración de los Reyes, la Adoración de los pastores y la Coronación
de María.
Pórtico de la Esperanza: Dedicado a San José, encontramos las escenas de los
Esponsales de la Virgen María y San José, la Familia de Jesús (con San Joaquín y Santa
Ana), la Muerte de los Santos Inocentes, La huida a Egipto y La barca de San José.
Pórtico de la Fe: Dedicado a la Virgen María, percibimos las escenas de la Inmaculada
Concepción, la Visitación, Jesús en brazos de Simeón, Jesús trabajando de carpintero o
El hallazgo de Jesús en el templo.
Fachada de la Pasión: Dedicada a la Pasión de Jesús pretende reflejar el sufrimiento de
Cristo en su crucifixión, como redención de los pecados del hombre. Por ello concibió
una fachada más austera y simplificada, sin ornamentación, donde destacase la
desnudez de la piedra, semejando un esqueleto reducido a las líneas simples de sus
huesos. Tan sólo figuran los grupos escultóricos del ciclo pasional de Jesús, obra de
Josep Maria Subirachs, que ideó un conjunto simple y esquemático, con formas
angulosas que provocan un mayor efecto dramático.
Fachada de la Gloria: La fachada de la Gloria será la más grande y monumental; es la
fachada principal, la que da acceso a la nave central. Las obras comenzaron en 2002.
Dedicada a la Gloria celestial de Jesús, representa el camino ascensional a Dios: la
Muerte, el Juicio Final y la Gloria, así como el Infierno, para todo aquel que se aparta
del dictado de Dios.[]
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5. CONCLUSIÓN PERSONAL
En definitiva Antoni Gaudí fue un arquitecto con
un sentido innato de la geometría y del volumen. A
la misma vez fue el máximo representante del
modernismo catalán.
A la hora de elaborar este trabajo he ampliado mis
conocimientos respeto a Gaudí y es algo que me
gratifica por el hecho de que tanto su vida como
sus obras me entusiasman desde hace mucho
tiempo.
Cuando investigaba sobre él, me impresionaron algunos aspectos de su vida y también
de su obra, y está claro que lo que más me gusta es su gran capacidad de imaginación y
creatividad.
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6. BIBLIOGRAFIA
http://www.parkguell.es/ca/biografia-gaudi
http://www.google.es/imgres?imgurl=http%3A%2F%2Fwww.gaudiclub.com%2Fingles
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http://es.wikipedia.org/wiki/Antoni_Gaud%C3%AD
http://www.modernismo98y14.com/obras-antoni-gaudi.html
http://www.conocerbarcelona.com/parque-guell
http://listas.eleconomista.es/arteycultura
http://es.wikipedia.org/wiki/Casa_Batll%C3%B3
http://es.wikipedia.org/wiki/Capricho_de_Gaud%C3%AD
http://es.wikipedia.org/wiki/Casa_Vicens
http://www.diariodemallorca.es/sociedad-cultura/2014/03/11/seu-inicia-ano-
campins-gaudi/916926.html
http://www.sagradafamilia.cat/sf-cast/docs_instit/historia1_f.php
LIBROS:
CASA BATLLÓ GAUDÍ: JUAN JOSÉ HUERTA
LA PEDRERA GAUDÍ I LA SEVA OBRA: FUNDACIÓ LA CAIXA CATALUNYA
ESPAIS SAGRATS DE GAUDÍ: LUNWERG
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