1 2004 teo 1
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Cátedra: Alabarces
Materia: Seminario de Cultura popular y masiva.
Teórico 1: 31/03/2004
Profesor: Pablo Alabarces.
Bueno, si no se equivocaron de aula están acá para cursar el Seminario de Cultura
popular y masiva. Si alguno se equivocó de aula está a tiempo de irse. Mi nombre es Pablo
Alabarces, soy el titular de esta materia. Ustedes van a cursar con nosotros, somos una
cátedra bastante grande; conmigo, casi todos los teóricos, y con los ayudantes de prácticos
las clases de prácticos, que todas empiezan esta semana; varios de ustedes ya han tenido
clases, inclusive supongo que una buena cantidad viene de la comisión de 19 a 21hs. La
cátedra tiene algo así como 12 o 13 comisiones, todas repletas de gente. Entonces, una
primera observación es que por favor respeten el horario en el que ustedes se inscribieron,
porque todas las comisiones tiene muchísimos alumnos.
Varias cuestiones generales antes de entrar a los que nos viene a ocupar hoy, que es
inaugurar el curso, a qué se dedica la materia, y qué cosas vamos a discutir. En primer
lugar, ya tienen en la Secretaría de Apuntes los primeros materiales de bibliografía de la
cátedra. La organización de la bibliografía es la siguiente, ustedes van a tener una serie de
bibliografía de teóricos y una serie de bibliografía de prácticos. Ustedes tienen que cursar
tanto los teóricos como los prácticos. Cuando se inscribieron habrán visto que los teóricos
se consideran obligatorios. Y tenemos una bibliografía específica porque las cuestiones que
se discuten en los teóricos no son las que se discuten en los prácticos, y viceversa. Pero
además, ustedes van a tener una especie de tercer bloque de clases, que no la ponemos
obligatoria porque sabemos que el horario es medio insólito, y es algunos sábados a la
mañana, en los cuales se van a proyectar y debatir algunas películas que vamos a considerar
textos obligatorios. Esto es, todos ustedes en algún momento, sea cuando las exhibimos o
sea por su cuenta, van a tener que ver esas películas, que nosotros vamos a ofrecer ciertos
sábados a la mañana, y ahora les voy a contar cuáles son.
Pero la bibliografía es solamente, una serie de módulos de teóricos, y una serie de
módulos de prácticos. Van a tener 6 módulos de teóricos, van a tener 4 módulos de
prácticos. Todo eso lo va a editar el Centro de Estudiantes. No están editados, pero está
pautado el cronograma de edición. Lo que ya está disponible es el módulo 1 de teóricos y el
módulo 1 de prácticos. Los que ya tuvieron prácticos, ya les han indicado lecturas para la
semana que viene, ya se los voy advirtiendo, ya tienen disponible esa unidad. Está también
el primer módulo de teóricos, y lo que tienen en este módulo de teóricos es, además de tres
textos con los que vamos a trabajar a partir de hoy y la próxima clase de teóricos, tienen el
programa. Les pido que por favor, ya vean el programa, lo tengan revisado; está todo por
escrito, las fechas de las evaluaciones, las fechas en las que se proyectan las películas, la
bibliografía obligatoria. Esto para nosotros es un documento de trabajo, la idea es que lo
conozcan y lo tengan siempre como referencia. Además de los materiales impresos, ustedes
van a tener otro lugar al que les pedimos que consulten. Tenemos una página web. ¿Ustedes
conocen la página web de la facultad?: www.fsoc.uba.ar Van a la izquierda, por orden
alfabético, por nombre de la cátedra, por nombre de la materia; buscan o Alabarces, o
Seminario de Cultura popular y masiva, y nos van a encontrar ahí, en
www.fsoc.uba.ar/catedras/alabarces. En la página, que les ruego que usen, es donde vamos
a anunciar las novedades; donde hay algunos textos colgados; donde está puesto el
programa; donde vamos a poner las notas; donde podemos anunciar cuestiones de
emergencia tales como, y esta no es una cuestión de emergencia pero está en la página, que
la semana que viene, en un gesto que nos enaltece, no hay clase. Todos los años las cosas
cambian, entonces la toma de las Malvinas dejó de ser un 2 de abril y pasó a ser un 5 de
abril. Como tenemos esa semana insólita, con dos días hábiles, dimos por sentado que
martes y miércoles acá no va a aparecer ni el loro. Hay un concurso con la gente de la
facultad, que es: “encuentre un alumno martes y miércoles”. Por ejemplo, me imaginaba yo
dando clases el miércoles de 7 a 9hs, con 20 boludos mirando el reloj diciendo: “Se me va
el Estrella del Norte”. Entonces, decidimos no dar clase la semana que viene. Noticias
como estas son las que vamos a tener en la página. Hay un paro, entonces le ponemos la
posición de la cátedra al respecto. Sobre eso puedo hacer aclaraciones ahora. Haya paro o
no haya paro, para nosotros los paros son paros activos donde el docente tiene que venir al
curso a discutir con sus alumnos. Siempre hay clase, nuestros docentes vienen siempre.
El sistema de evaluación de la cátedra es el siguiente: ustedes van a tener 2 parciales y
un examen final. Esta materia tiene final obligatorio. Consejo adelantado, no dejen pasar
dos años; vienen los casos que dicen: “profesor, vengo a dar final, hoy se me vence”, y si
uno lo bocha dicen: “hoy se me vencía”. Traten de no hacerlo. Pero tienen que dar dos
parciales antes, cuyas fechas son: la semana del 15 de mayo el primer parcial, es un parcial
presencial que se toma en los horarios del práctico; y la semana del 12 de junio es el
segundo, ese parcial es largo, es un parcial domiciliario, se le van a entregar las consignas
esa semana y ustedes las van a devolver la semana siguiente. El único secreto de esto es que
tienen que sacarse más de 4 en ambos parciales, y no se recupera ningún parcial con aplazo.
Solamente va a haber recuperatorio de ausentes para el primer parcial. Esto es, aquel que
aplaza el primer parcial ya queda fuera de carrera, y aquel que pasa el primer parcial y
aplaza el segundo, también quedó fuera de carrera. El primer parcial es un parcial de
control de lectura, es un parcial que no se puede reprobar a esta altura de la carrera. Dije
que los teóricos son obligatorios, pero en realidad les mentí. Los teóricos dejaron de ser
obligatorios hace 15 minutos, cuando una vez más comprobamos que si la cátedra tiene 470
inscriptos y nos dan un aula en la que con suerte entran 250, no pueden ser obligatorios.
Pero sí son de conocimiento obligatorio, del contenido. Para eso, lo que sí va a haber es una
desgrabación de los teóricos. Los teóricos se desgraban y los corrijo. Ahora que no está la
desgrabadora, les cuento que me censura, me censura alguna mala palabra, me censura los
chistes, me censura lo que no entiende, me recorta. En general las desgrabaciones son más
o menos buenas, pueden tomarlas como referencia. Igual yo creo que nada suplanta al
teórico, por lo que yo les recomiendo la concurrencia. Sobre todo porque hay una cosa que
las nuevas tecnologías no han podido solucionar, y es que uno no puede hacerle preguntas a
un grabador. Este es el lugar en el que, por el contrario, las dudas se diluyen, se despeja la
incertidumbre, etc.
Vamos a tener un ciclo, que no es paralelo sino complementario, que va a funcionar los
sábados de 10 a 13hs, y arranca este sábado. Este sábado no se proyecta nada, es
simplemente una reunión introductoria. Son 9 reuniones, en las que se van a proyectar una
serie de películas que complementan el dictado de las clases teóricas. Además se produce
una discusión y una lectura guiada, de alguna manera. Esto es, la docente que está a cargo
de este ciclo, Miriam Goldstein, no sólo proyecta sino que discute la película. Esas
reuniones las tienen en el programa. El 3 de abril, este sábado es una pequeña introducción;
y luego, el 24 de abril proyectamos Los hijos de Fierro de Pino Solanas, el 8 de mayo Los
tres berretines del año ‘33; el 22 de mayo Las aguas bajan turbias de Hugo del Carril del
año ’51; el 29 de mayo Gatica, el mono de Favio del ’91; el 5 de junio Tire dié de Fernando
Birri del ’58; el sábado 12 de junio La hora de los hornos del año 68 de Solanas; el 26 de
junio Tiempo de revancha de Aristarain del año ’81; y el 3 de julio proyectamos Dársena
Sur de Pablo Reyero del año ’97. Nosotros vamos a dar por sentado que estas películas todo
el mundo las vio. Entonces, vamos a hacer preguntas sobre ellas, van a aparecer en los
parciales; pero nosotros las fijamos en esta fecha y en este horario. Como sabemos que no
todo el mundo puede, todas las películas están disponibles en la videoteca, y en los buenos
videoclubes se consiguen.
Bien, además de todo esto, como si esto fuera poco, ustedes van a tener que leer cuatro
libros por su cuenta; de los cuales suponemos que tres ya los leyeron. El primero de todos
es un cuento largo / novela corta, que es El matadero; ¿quién no tiene El matadero en su
casa?. El matadero no lo vamos a reproducir, pero por las dudas está en nuestra página
web. El segundo libro es El Martín Fierro, ¿quién no ha leído El Martín Fierro?, ¿quién no
tiene una edición bilingüe argentino-armenio?; pero por las dudas, en nuestra página tienen
un link que los manda a una edición on line del Martín Fierro. Ambos textos los tienen que
tener leídos más o menos para el 26 de abril. Hacia el 7 de junio, damos por descontado que
ustedes ya leyeron Operación Masacre. El último libro que tienen que conseguir, que
seguramente no lo leyó nadie, se llama Fútbol y patria y es mío. El libro está en biblioteca
y además ya el año pasado también lo dimos, por lo tanto ya debe estar en el mercado
negro. Todo esto está en el programa, y es aquello con lo que vamos a trabajar en el
cuatrimestre. Aclaro que en realidad, el trabajo de prácticos era más, pero por pedido, por
algunas críticas y sugerencias, decidimos hacer algunos recortes. Pero el secreto es que
buena parte de los que van a ver en las clases teóricas son textos ficcionales. Es decir, que
lo que van a encontrar son poesías, cuentos, historietas. Esto no significa que vayan a tomar
un curso de literatura o de historia de cine, sino que estos textos nos van a responder ciertas
preguntas que nos interesan respecto a la cursada. Van a arrancar leyendo textos
gauchescos y le van a pasar por encima a Cortázar, a Borges, a David Viñas, a Walsh, a
Rozenmacher, a Jorge Asís. Buena parte de los textos que van a leer se trata de ficción, es
buena literatura. Por lo tanto, la observación de: “es mucho para leer”; cuatro cuentos de
Cortázar se leen en una hora; y eso en caso que no los hayan leído.
Algo que nunca está demás recordar, es cierto contrato tácito que ustedes establecen con
la institución dentro de la cual están. Ustedes están ejerciendo un derecho fundamental que
es el derecho de estudiar gratuitamente en la Argentina, los felicito por eso. Pero les
recuerdo que esto cuesta un huevo. Aún con estar en lugares espantosos como éste, aún con
malos salarios docentes, aún con las pésimas condiciones edilicias, éste es un lugar caro
para la sociedad. Por lo tanto al mismo tiempo que ejercen su derecho, están también
ostentando un privilegio. En consecuencia, ese contrato más o menos de compromiso y
responsabilidad con la universidad pública consiste en que no vengan a zafar. La gran
mayoría de ustedes sabe que entró a una cátedra y a una materia donde la pueden llegar a
pasar bastante bien durante todo el cuatrimestre, y sin embargo en el final, van a sufrir. En
los parciales van a sufrir. ¿Por qué ese sufrimiento? Porque lo que les vamos a pedir es el
cumplimiento de ese contrato. Nosotros no faltamos, tratamos de dar buenas clases, nos
rompemos el orto para trabajar más o menos bien, y esperamos nada menos que lo mismo.
Es decir, roturas de orto masivas. La rápida sería decir: “o se lo rompen ustedes, o se lo
rompemos nosotros”. Pero para no entrar en cuestiones escatológicas y levemente
homofóbicas, digo, esta materia no funciona o funciona levemente si ustedes no tienen el
contrato al día. Esto es, si llegan a una clase y hablan de cosas que ustedes no tienen ni la
menor idea, simplemente porque ustedes no se molestaron en leer el texto antes, pueden
volverse, si no aburridas, por lo menos bastante inútiles. Porque evita la discusión, evita el
debate, que son cosas que nosotros queremos fomentar. En general, creemos que nuestra
clase tienen mucho de eso. Vamos a tocar puntos problemáticos para debatir, para
engancharse con buenas discusiones. Ahora bien, esas discusiones o debates no existen si
no tienen ustedes antes, una mínima idea de lo que estamos hablando, y eso pasa por los
textos. Entonces les pido, por favor, que traten de llevar la lectura al día. Tanto en teóricos
como prácticos ustedes van a tener, con anticipación, indicado para tal fecha, por ejemplo:
hacia el 26 de abril a El matadero y al Martín Fierro téngale echada una ojeada. Porque si
no vamos a hacer afirmaciones que caen en el vacío, sobre las cuales ninguno de ustedes va
a poder discutir, polemizar, irritarse, enojarse con la cátedra; cosa a la que no sólo no nos
oponemos, sino que fomentamos.
Bueno... éstas son las boludeces más o menos básicas. Y ahora, ¿y con esto qué?, ¿qué
es esta materia?, ¿de qué se va a hablar? Es una muy buena pregunta que hace rato estamos
tratando de develar. Esta materia se llama misteriosamente Seminario de Cultura popular y
Cultura masiva. Debe ser la materia con el nombre más largo de toda la carrera, y es al
mismo tiempo uno de los nombres más arcanos, más misteriosos. ¿Qué quiere decir eso?
En los prácticos, seguramente, la primera entrada va a ser qué esperan ver en la materia. El
nombre nos dice o mucho, o nada; diría que las dos cosas al mismo tiempo, nos dice mucho
y no dice nada. Un texto que van a leer en las próximas semanas en los prácticos, de Stuart
Hall, dice: “Tengo tantos problemas con el término cultura como con el término popular”.
Uno podría decir que tenemos problemas hasta con el término seminario, porque un
seminario normalmente es un grupo reducido, no más de 30 personas, ustedes son 470. Esto
de seminario no tiene absolutamente nada, es el único término con el que estamos
drásticamente en desacuerdo en el título de la materia. Pero el resto es una acumulación
indigesta: dos veces la palabra cultura, con dos adjetivos. Si tengo, parafraseando a Hall,
tantos problemas con el término cultura con el término cultura como con el término
popular; los mismos los tengo con masiva, que encima es un término feo. Se ha hablado
de cultura de masas, ¿pero cultura masiva? Yo no sé a quién se le ocurrió el nombre de la
materia, pero lo cierto es que quedó. Y en parte, el nombre de la materia es cierto contrato,
tengo que hablar de algo que tenga que ver con lo que dice el título de la materia. Pero acá
empiezan todas las dudas, el nombre de la materia parecería describir todo, pero parece que
hay algo que no está incluido. Si tenemos cultura popular, cultura masiva, ¿qué falta?
Alumna: Cultura alta.
P.A: Cultura alta, también se dice cultura culta, letrada.
Alumno: Cultura obrera.
P.A: ¡Esaaa!, no falta una sola cosa, podría faltar otra. Podría ser cultura obrera, cultura
trabajadora. Podríamos tener otra serie de sintagmas, cultura local, cultura global, cultura
nacional.
Uno podría dar muchos adjetivos, pero en términos de popular y masiva, el término que
me está faltando sería alta, culta, letrada, oficial. De oficial ¿el paradigma cuál sería?
Alternativa, resistente, transgresora. En principio uno diría que tenemos popular, tenemos,
masiva; nos falta la otra, la buena, la cultura culta, la “Kurtura” y el “arte con H”, como
decía Cortázar. Parece que de eso no vamos a hablar. El problema es que si no hablamos de
eso, ¿de qué no hablamos?, ¿de qué no tienen ganas de hablar?
Alumno: De música clásica.
P.A: Ahí está, no vamos a hablar de Bartok. ¿Sonó eso? Bartok, músico húngaro,
primera mitad del S XX. En una época, en Argentina era un hombre famoso porque un gran
escritor argentino dijo: “Me voy porque los bombos no me dejan escuchar a Bartok”.
¿Quién dijo eso?
Alumno: Cortázar.
P.A: Cortázar dijo esto, en 1951. Una frase perfecta, maravillosa. Está hablando de las
cosas que ocupan esta materia. “Los bombos no me dejan escuchar a Bartok”, ¿qué está
queriendo decir?. Lo popular opaca, desplaza, silencia lo culto. Bien, no vamos a hablar de
Bartok, ¿qué mas?
Alumno: Arte de vanguardia.
P.A: Arte de vanguardia. Aunque uno podría preguntarse qué ha hecho el arte de
vanguardia a comienzos del S XX, y especialmente en los años ’60, inventando el pop.
Andy Warhol inventa el pop reproduciendo latas de sopa Campbell. ¿Se imaginan a Andy
Warhol, más o menos lo tienen en la cabeza?
Digo, somos gente culta acá, ¿o no somos gente culta?, ¿somos universitarios o no
somos?, ¿quién es del pueblo acá?. Ahí hay uno que es del pueblo, ¿lo podés afirmar
categóricamente?
Alumno: No
P.A: ¿Cuál es tu nombre?
Alumno: Carlos
P.A: Carlos cree que es del pueblo. A ver vos, ¿sos gente o sos del pueblo?
Alumna: Gente soy, y obviamente soy del pueblo.
P.A: ah, caramba, ¿sos gente y sos pueblo?
Alumna: Sí, como personas somos gente.
P.A: Ah, la gente son las personas, ¿y el pueblo?
Alumna: Y el pueblo está constituido por personas.
P.A: Está constituido por personas que son gente, pero hay gente que son personas, que
son pueblo... me perdí. A ver alguien que la tenga más clara por favor. Vos, ¿sos gente o
sos pueblo?
Alumno: Soy pueblo, porque no me gustaría ser gente, porque gente es todos y no es
nadie.
P.A: Dice la famosa epistemóloga argentina Susana Giménez, en abril del 2003,
diplomada en París 8 en Estudios culturales; le pregunta Walter Domínguez de la redacción
de Clarín: “¿qué te decidió a volver?”. Esto es justo antes de volviera Hola Susana. Y
responde Susana: “Sobre todo, la gente. La gente, la gente, la gente, la gente. Aunque te
parezca mentira en la calle me corren y me dicen que quieren esa alegría, quieren esa hora
de estar con una sonrisa. Está todo muy bravo en la Argentina, muy crítica, muy mierda,
muy política. Olvidate del tema de la guerra que atañe al mundo; y es lógico que la gente
quiera saber, pero estaba todo como muy triste el año pasado según la gente, y los ratings
bajaron muchísimo”. Walter Domínguez, que no es ningún boludo, le pregunta: “¿dónde
tenés contacto con la gente?”. Y ella responde: “Por la calle”. “¿Qué salís, caminás?”. Y
Susana responde: “En los Estados Unidos, todo el tiempo”. Y Walter Domínguez, se
imaginan, con una sonrisa irónica dice: “Claro, hay muchos argentinos en Miami”.
Bien... la gente, ¿qué es la gente?. Podemos consultar a otro famoso antropólogo, Nito
Artaza, que el 2 de abril del 2003, sale una nota en Página 12, respecto del futuro político
de Nito Artaza. Y él dice que rechazó propuestas de partidos políticos porque estaba
intentando construir su Partido de la gente. ¿Por qué? Porqué el no tiene compromiso con
las estructuras partidarias, sino con la gente. Evidentemente, Nito Artaza no es del pueblo,
él tiene un compromiso con la gente. A Susana Giménez no le pide que vuelva el pueblo, se
lo pide la gente. ¿Entonces?, ¿qué no es la gente?, o ¿qué no es el pueblo?. ¿Hay alguien
que sea de la gente acá?, así hacemos más fácil. Porque tenemos al compañero que dice:
“no, gente no”; a la compañera que el pueblo, la gente, el género humano. ¿Alguien que la
tenga más clara?. Acá tenemos un berenjenal epistemológico. Esta materia se llama cultura
popular, entonces no podemos hablar de cultura de la gente. No sé si se entiende lo que
quiero decir.
Alumno: Según lo que dice Susana, veo que gente es una calificación despectiva para
diferenciarse del pueblo.
P.A: ¿Despectiva? ¿Te parece despectiva?
Alumna: Gente se usa mucho en los medios de comunicación. Yo creo que gente o
pueblo depende mucho de quién lo califica de afuera.
P.A: Eso es interesante. En general cuando uno encuentra en el lenguaje de los medios,
la calificación de gente, se aplica a una tercera persona. Se habla de la gente en tercera
persona. Es muy raro que se diga: “Nosotros la gente”.
Alumna: Se dice: “gente como uno”.
P.A: Claro, pero “gente como uno” es un viejo término. En realidad patentado por
Landrú en los años ’60, que decía: “gente como uno, viste”. No es tan sencillo. “Gente
como uno” remite a “los que estamos en la pomada, con ciertas posibilidades de
consumo”... los que estamos en la pomada es un término más viejo.
Alumno: Yo capaz que meto la pata, pero me parece que gente es un término más
aséptico, como un puente vacío en el que cualquiera puede estar adentro. En cambio, ser
parte del pueblo es estar relacionado con los intereses de las clases subalternas.
P.A: Cagamos, clases subalternas. Estamos jodidos con pueblo y con gente, y vos metés
clases subalternas. Entonces vamos sumando categorías y todas nos remiten a universos
distintos.
Alumno: ¿Puede ser que tenga que ver con un consumo cultural?
Alumno: Es como la gente en la universidad y el pueblo en las calles.
P.A: A ver... voy a dar una cita para aclarar un poco, o no. Dice un famoso pensador
salteño, Mario Teruel. ¿Quién es?
Alumnos: El de Los Nocheros.
P.A: El de Los Nocheros, muy bien. Dice: “Me enteré que un periodista de los
intelectuales habló bien de nosotros en una nota y lo tacharon, porque escribe para el grupo
de los intelectuales amigos que escuchan Chick Corea y Miles Davis. No puedo creer que
cuando el gordo Salinas tocó en Tobago para 100 personas tuvo una crítica excelente y
cuando llevó el último espectáculo al Coliseo le pegaron, en dos notas hechas por el mismo
crítico, ¿qué es lo que les molesta? ¿que los artistas metan gente? ¿que se hagan
populares?”. Acá ya tenemos más cosas, tenemos artistas, tenemos gente, tenemos popular,
y tenemos un tema que está fuera de todo esto, intelectuales. Según este pensador salteño
habría varias categorías, pero hay una que está fuera de todas las demás, los intelectuales no
son pueblo, no son artistas y no son gente. Sigue la cita, pero éste es Quique Teruel:
“Después sale el Chango Farías Gómez a decir que somos una versión aggiornada de los
Tucu Tucu. El Chango es un capo, pero ha estado más cerca del flamenco que de Los
Chalchareros. No sé si está muy autorizado para hablar. No nos estamos criticando, ni es un
intercambio de opiniones, el Chango dice que nos parecemos a Los Tucu Tucu, yo digo que
nunca vendió un disco y punto.” A ver, alguien que me desarme esta frase.
Alumna: Es la vida interna del folclore.
P.A: Correcto, pero al mismo tiempo, tratar de seguir ordenando en este sistema de
clasificaciones. ¿Qué es lo que diferencia al Chango de Los Nocheros?. Ésta es una nota
vieja, del 2001. Pero después el Chango terminó con Macri, tampoco la pavada. No es que
es un adalid del progresismo de izquierda.
Decía, lo que tenemos acá es un nuevo sistema de clasificaciones muy complejo, donde
por un lado tenemos al Chango por un lado, a los Nocheros por el otro. Donde el Chango
aparecería junto a los intelectuales, Miles Davis, Chick Corea y el flamenco; y del otro lado
tenemos a los artistas, a Los Chalchareros, obviamente a Los Nocheros, a los Tucu Tucu.
Alumna: Pero los que venden discos.
P.A: Ahí está, ésa es la clave. Dice más adelante: “Otra cosa que molesta es que nuestra
música es simple y sencilla, no hay pasajes de Jazz y Afrofusión. Nosotros no sabemos
hacer cosas elaboradas, tenemos nuestras limitaciones y somos conscientes de ello, y
además podríamos llamar a mejores arregladores y hacerlo, pero no es lo que sentimos.
tampoco creemos que empezar con una zamba, hacer un pasaje de jazz, otro de flamenco,”
(dale con el flamenco) “irse a Arabia Saudita y volver con una chacarera, sea
necesariamente hacer algo grosso. Nuestros discos son dignos, sanos, románticos, con
mucha fuerza, pero sobre todo folclóricos”. Carajo, subordinación y valor.
Esto complica la cosa entonces, porque tenemos que de este lado están las cosas
elaboradas, de este lado las cosas sencillitas y románticas. De este lado tenemos un
aglomerado que empieza con la zamba, sigue con el jazz, el Afrofusión, que no sé que
carajo será el Afrofusión; y por otro lado, “nuestras limitaciones”. Pero lo más divertido es
que tenemos nuestras limitaciones, somos concientes de ellas, podríamos hacerlo, pero no
se nos canta el culo, ¿y qué? Eso es lo que están diciendo los representantes de los
Nocheros. Y acá nos trasladamos. Por este lado tendríamos el campo de lo popular y lo
masivo; de este lado tendríamos rápidamente lo culto, lo elaborado, la Kurtura. Y sin
embargo fíjense, que de este lado, de lo elaborado, lo culto, no está Bartok, está el
flamenco. ¿Desde cuándo el flamenco pertenece a una tradición que no es de la música
popular? Está el jazz. El jazz pertenece a una tradición de la música popular. Pregúntenle a
Adorno, si no. ¿Conocen los textos de Adorno sobre el jazz?, ¿no los leyeron en
Comunicación I? Lo que pasa es que en Comunicación I todavía lo quieren mucho a
Adorno. Entonces, mostrar ese texto sobre el jazz obligaría a hablar muy mal de Don
Theodor; porque ese texto sobre el jazz habla mucho peor del que lo escribió, que del jazz.
Adorno dice que el jazz es todo igual, es una basura. Claro, Adorno venía de la vanguardia
estética, por eso el jazz le parecía una cagada. Ahora fíjense cómo pasa el tiempo, y
nuestros famosos pensadores salteños colocan el jazz en la serie cultura alta. Acá tenemos
dos posibilidades y lo más probable es que las dos sean correctas. Uno, que los hermanos
Teruel sean dos boludos, esto es muy factible. Aclaro para todo el mundo, soy de hacer
juicios muy categóricos, especialmente en lo que respecta a la cultura de masas, después
voy a hablar de Los Roldán inclusive. Pero la segunda, además, es un enorme
desplazamiento de lo cultural. Transformaciones muy profundas de lo que podemos llamar
una economía de lo simbólico, que produce estos desplazamientos de componentes que han
pertenecido a una clasificación y hoy están en otra.
Alumna: También en ese artículo hay otra cosa que está buena, que ponen quién es apto
o no para opinar sobre.
P.A: ¿Quién tiene derecho a opinar?. La vieja legitimidad de: “si sabe hable, si no sabe
que se calle”, ha sido desplazada por: “si vende puede hablar, si no que no rompa las
pelotas”.
Hay otra opción de argumentación sofística, digamos, con la cultura, que es “yo estoy
más cercano a la gente”. Típico de los periodistas de Clarín. Todos los periodistas de
Clarín saben lo que le gusta a la gente. Y a los que no les gusta lo que le gusta a la gente es
porque son intelectuales, estrechos, etc.
Alumna: A mí me parece que había un complejo medio de inferioridad al decir:
“nosotros somos lo simple. Y todo lo que viene de afuera, como el jazz, tiene que ver con
otro mundo. Y nosotros nos quedamos acá, y hablo de lo romanticón, donde te late el
corazón”.
P.A: Lo que le gusta a la gente, que le late el corazón, hablás de las cosas lindas, del
amor. Un negro vuelve a su casa después de laburar 18 horas y vos le querés hablar del ser,
de la nada, de la inmortalidad del cangrejo. No, hablale de las cosas simples, una linda
familia, como la de cualquiera. ¿Quién no tiene un hermano travesti?, ¿o una cuñada que se
lo quiere coger? Es una cosa de todos los días, a cualquiera de nosotros nos puede pasar.
Mañana se te muere tu vecina, te deja una empresa como herencia. Habla de las cosas que
nos pasan todos los días.
Yo sabía que tenía que empezar este curso y las últimas semanas me interné a mirar
televisión. No cambiamos nada... Vamos con otro texto. Éste es un texto maravilloso que
tengo desde julio del 2001 y siempre lo cito porque es una cosa espectacular. Otra graduada
de la Sorbona, en este caso en sociología, Marcela Tinayre. Le pregunta la periodista de
Clarín, Fernanda Iglesias: “Vivís en una casa super paqueta, sos una mujer fina, ¿de dónde
te sale ese costado reo que mostrás en la tele”. Y ella responde: “Soy así. Es cierto que
tengo un gusto innato por la decoración y por la forma de vestir que tiene que ver con mi
historia y mi educación, pero adoro las cosas populares. Soy muy mal hablada, tengo mi
platea en la Bombonera, toda la vida fui así, es algo que tengo incorporado en parte a mi
personalidad. Me divierto mucho conmigo misma, necesito estar al borde”. ¿Se acuerdan de
ese chiste?: “estamos al borde del abismo, hemos dado un paso adelante”. Vieron que
además empezó la moda de tirarse por el balcón. Uno piensa en Marcela Tinayre al borde y
dice: “Tirate, tirate”... Está al borde, concepto que no es menor, y no lo digo en términos
psicoanalíticos, es una border. Pero piénsenlo en términos topológicos, está en el límite,
“me gusta estar en el límite”. Y enuncia la ausencia de ese límite: “tengo un gusto innato
por la decoración, mi historia, mi educación, soy fina; pero también adoro las cosas
populares”. ¿Qué significan las cosas populares? Ser mal hablado y tener una platea en la
Bombonera.
Alumna: Una platea.
P.A: Por supuesto. ¿Se la imaginan a Marcelita en la segunda bandeja?
Dice Diego Fischerman, en un artículo en Página 12, también hace un par de años, sin
conocer este texto de Marcela Tinayre: “¿Es qué los poderosos abandonaron la cultura culta
a su suerte, al encontrar que una platea en la cancha de Boca era un signo de distinción
mucho más evidente?”. Pero entonces en qué quedamos. Ser de Boca ¿es ser del pueblo o
ser de la gente?.
Alumna: Hace que la gente parezca del pueblo.
P.A: Hace que la gente parezca del pueblo. Pero cómo, ¿los de boca no son todos una
manga de negros de mierda, bolivianos, paraguayos? En serio, ¿no son negros, bolitas y
putos? Y en una de esas judíos, vaya uno a saber...
Alumna: Pero Macri es el presidente de Boca.
P.A: En realidad, si uno analiza la historia de Boca, nunca tuvo presidentes que no
fueran como Macri. Algunos más de derecha, otros más de izquierda. La dirigencia de los
clubes en general no tienen mucho que ver con su tradición de clase. Las tradiciones de
clase de Boca, era “la mitad más uno” y un montón de definiciones que significaban
clásicamente lo popular en la Argentina. De pronto, hoy estamos en que ser de Boca viste,
sienta bien, está bien ser de Boca.
Alumno: Como el caso de Giordano.
P.A: “No me peguen soy Giordano”. Por eso le pegaron. Es que es fashion ser Boca.
Alumno: Lo pasa es que quizás la yuxtaposición con la barra brava los haga pensar que
son populares, pero tener un palco los deslinda de la masa.
P.A: Lo pasa que quizás la yuxtaposición con la barra brava los hace pensar que son
populares, ¿por qué, la barra brava sí es popular?
Alumno: Porqué es la imagen más caricaturesca del hincha. El gordo que va a la cancha.
P.A: Es una buena imagen, lo que pasa es que 30 años atrás te hubieran colgado de las
bolas por afirmar esto. Y la verdad, imagínenselo al Gitano Landri, o a Rafael Di Zeo, los
líderes de la barra brava; en cueros, gordos, colgados del paraavalancha, en medio de la
tribuna. Eso es una imagen caricaturesca de lo popular. ¿Y qué hace Marcela Tinayre ahí?
Imagínense a Marcela Tinayre en bolas, colgada...
Dice Diego Fischerman en ese artículo: “Hoy los ricos son en general más ricos, y los
que eran más o menos pobres ahora lo son del todo. Pero en algo la sociedad se ha hecho
más igualitaria, Bartok no conquistó a las barriadas populares; pero en cambio la música
que en la casa de buenas familias otrora escuchaban las sirvientas, se ganó sin dificultades
el favor de rugbiers, jóvenes yuppies, encantadoras modelos. Mozart y Beethoven no
llegaron a las villas, pero la bailanta se apropió de los casamientos de San Isidro, y de las
fiestas de graduación en los colegios de Belgrano.” O como dijo una vez un informante de
la hinchada de Racing: “la cumbia lo pudrió todo”. ¿Cuál es el género musical por
excelencia en Argentina? La cumbia. Vende el 75% de la venta de discos en Argentina.
Uno puede separar cumbia villera, incluyo el cuarteto dentro de esto; pero acéptenme esto,
que Magenta y otros sellos llaman “tropical”. Donde entra cuarteto, cumbia, incluso el
término bailanta es interesante. Porque bailanta designaba antes un lugar, y luego pasó a
designar un género. Entonces, al decir bailanta se suprime la diferencia de género entre el
cuarteto y la cumbia, que no incluye otros géneros tropicales. No incluye un son o una
salsa, ésos son de las clases medias ilustrados. Entonces, acá tenemos cumbia y cuarteto
rápidamente, es el género musical de la Argentina. ¿Alguna duda sobre eso? La cumbia lo
igualó todo, la cumbia democratizó los géneros musicales. Hoy somos todos cumbieros y
podemos cantar las letras de Rodrigo y Yerba Brava, sin demasiados problemas.
Alumno: Algunos consumen ese tipo de música como un exotismo snob, o en alguna
fiesta; pero hay mucha gente a la que no le gusta y lo hace por seguir a la masa, es un
consumo crítico.
P.A: ¿Es un consumo crítico?
Alumno: O sea, cuando uno escucha cumbia en una fiesta no es que lo disfruta.
P.A: Cuando vos decís: “uno escucha cumbia en una fiesta”, ¿qué quiere decir, ellos,
nosotros, o vos escuchás cumbia?
Alumno: No, no voy a fiestas cumbieras.
P.A: Levante la mano al que le gusta la cumbia.
Alumno: Lo que pasa es que hay que diferenciar. En un boliche o en una fiesta, por ahí
la pasas bien con algún tema de cumbia; pero no lo vas a escuchar en tu casa.
P.A: ¿Por qué?
Alumno: Porqué a mí no me gusta.
Alumna: Yo escucho Dalila, La Base, y a mí me gusta.
P.A: ¡Vos sos pobre!
Alumna: Sí, soy pobre.
P.A: ¿Quién más es pobre?, ¿qué hacen acá? Ésta es la universidad, es la cuna del
pensamiento crítico, es el lugar de la cultura, todos tenemos que hablar en francés y en
inglés, leemos a Bourdieu, leemos a Adorno, somos gente culta ¡carajo!. ¿Qué hacen acá?
Alumna: Que Marcela Tinayre sea de Boca y vaya a la cancha, la hace popular; pero
seguramente tampoco escucha Beethoven, ni lee nada que esté dentro de la Kurtura, como
Susana Giménez.
P.A: Les voy a contar una anécdota, de cuando Daniel Tinayre filma La Mary, en el año
’73 o ’74, con Susana Giménez y Carlos Monzón. Tanto fingir que cogen en la película,
terminaron cogiendo, romance, tapa de todas las revistas. ¿Saben cuál era la historia ahí?
Que Susana lo ilustraba a Monzón. Era... ¿conocen el mito de Pigmalión? El mito de
Pigmalión es aquel que forja al otro a su imagen y semejanza. Que es un viejo mito clásico,
recuperado por Bernard Shaw para una obra de teatro. Que luego fue una famosa comedia
musical, My Fair Lady, con Rex Harrison y Audrey Hepburn. Bueno, Susana Giménez
cumple el mito de Pigmalión, lo educaba al pobre Carlos. La onda era que Carlos era un
animalito y ella le daba cosas para leer. Entonces, Susana Giménez era culta, en relación
con el pobre Carlos, que en paz descanse.
Bueno, ¿dónde están las clasificaciones?, ¿quién es culto acá? Muchos de ustedes
probablemente no vengan de familias profesionales, que el papá sea abogado, licenciado en
comunicación, algo más digno, sociólogo por ejemplo. Hay un síndrome que es fantástico,
que es cuando tu viejo te dice: “¡ufa!, no rompás las bolas con eso que aprendés en la
facultad”. El momento en el cual uno le critica a los viejos los consumos culturales. No
hablo de enfrentamientos generacionales, que ya casi no existen. Hablo del momento en el
cual uno les dice: “Papá, no podés ver eso”, o “vieja, dejá de escuchar esa radio”. ¿Les
pasó? Entonces, ¿quién se considera culto porque ha pasado por eso?, quién le ha dicho a la
vieja: “apagá Los Roldán y poné La aventura del hombre”. ¿Ya no existe más, no? La
aventura del hombre era el lugar común de todas las maestritas cuando querían hablar bien
o mal de la televisión, que decían: “los chicos ven mierda pero no ven La aventura del
hombre”. Pero pongámosle que hoy le dijeran a la vieja: “vieja, apagá Los Roldán y poné el
History Channel, Film and arts, Europa Europa”. ¿Quién ha pasado por eso? Son pocos,
¿y el resto qué carajo es?, ¿son populares?. Digo, si estamos hablando de una clasificación
es central.
Alumno: Yo tengo amigos que escuchan cumbia...
P.A: Mirá, la familia no se elige, los amigos sí. Yo no tengo amigos que escuchen
cumbia. En realidad, uno de mis mejores amigos tuvo la desgracia de casarse con una
chaqueña. Y a la chaqueña claro, como es una groncha, le copan más las cosas cumbieras.
Por favor, está claro que todo esto que estoy diciendo es en tono de joda. Ya me veo
mañana un afiche de Oktubre: “Alabarces es un racista...”. Hay que elegir mejor a los
amigos, ésa es la conclusión.
Bueno, si tenemos que hablar de la cultura popular, cómo hacemos si no sabemos dónde
termina. Esto es, Marcela Tinayre no tiene las cosas claras, hay un problema de borde, hay
un problema de frontera, de límite. El problema es que esta materia no hubiera tenido
dificultad hace treinta años. Hace treinta años se hubiera llamado cultura popular y hubiera
dicho, esto es lo popular, esto es lo resistente, esto es hegemónico, esto es alternativo, esto
es oficial. Discépolo es bueno, Borges es malísimo. ¿Entienden lo que quiero decir?
Entonces, 30 años atrás las clasificaciones eran armadas fundamentalmente en torno a ejes
políticos. En estos últimos 30 años lo que le ha pasado a la cultura es un poco lo que le ha
pasado al mundo, tiene cierto reordenamiento, cruces. Como diría el celebérrimo texto de
García Canclini: “un proceso de descolección”. García Canclini allá en los ’90, patentó para
esto el término “culturas híbridas”. ¿Todos lo conocen no?. A esta altura de la carrera todos
leímos a Canclini. Todo se descolecciona. En realidad, él dice que lo que hay son aparatos
decoleccionadores. Me acuerdo que en el libro dice: “En la videocasetera yo puedo grabar
un fragmento de una ópera, y luego grabar un recital de Caetano Veloso, y luego una
película de Fellini”. Mentira, ¿quién graba eso? Grabamos Argentina-Ecuador en un casete,
en otro casete Los Roldán de ayer para no perderme la secuencia. Acéptemoslo, pobre,
Nestor García Canclini ha tenido una producción frondosa y muy discutible, pero
aceptemos que se ha producido un proceso de descolección. No del tipo que él preferiría,
porque las mezclas que plantea García Canclini son siempre mezclas cultas. Son “arranco
con una zamba, paso por Afrofusión y termino con una chacarera”. Esa es la fusión, la
mezcla y el hibridismo de García Canclini. Las descolecciones, las mezclas reales son
Marcela Tinayre, no la videocasetera de García Canclini. Pero se produce un enorme
proceso de mezcla, de ruptura de lo límites, que nos lleva a preguntarnos, parafraseando a
Canclini: “¿de qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular?”. Afirmar que existía
lo popular implicaba que existía o que existe algo evidentemente no popular. A la inversa,
afirmar que existía lo culto, significaba que existía algo por fuera de esa clasificación.
Como lo van a ver en sus trabajos prácticos, cuando se inventa el término cultura, no resiste
ningún adjetivo; luego hará falta inventar un adjetivo llamado popular para designar lo otro,
lo distinto, aquello que es expulsado de la clasificación legítima, de la clasificación oficial.
Existe una cultura, y luego siglos más tarde se les ocurre que podría hablarse de una cultura
popular, que sí recibe el adjetivo. Cuando se dice “cultura popular”, en realidad se está
queriendo decir “esto no es cultura”. Es algo distinto, es algo a lo cual le sobra el adjetivo o
le falta lo culto, lo prestigioso, la versión hegemónica.
Ahora bien, a eso que era más o menos claro, le pasa por encima un proceso fenomenal
de cambios. Que son económicos, políticos, ampliamente culturales, sociales, etc. Piensen
en nuestro país. La pregunta por la extracción de clase de todos ustedes, hace 30 años nos
hubiera remitido a un buen porcentaje de hijos de la clase obrera. Ahora ya no. Y ahora
vuelve la chicana, ¿quién es hijo de la clase obrera? Levanten la mano por favor. Serán 12
digamos. 30 años atrás hubiera sido absolutamente elevado. En la Argentina hubo mucha
movilidad social, mucho desplazamiento vertical, y entonces estos sistemas clasificatorios
que eran centrales se han rearmado, se han resignificado. Hoy nos cuesta reconocer lo
culto, hoy nos cuesta reconocer lo popular, cuesta reconocer lo masivo. Pero
fundamentalmente, no sabemos si estas clasificaciones aún tienen sentido. Y por eso
arranqué con lo del pueblo y lo de la gente. El adjetivo popular significa algo que tiene que
ver con el pueblo, ¿concuerdan con eso? Popular remite, como adjetivo, a un sustantivo
llamado pueblo. No hay popular sin pueblo, no existe. Pero lo que ha aparecido en los
últimos años, lo que ha aparecido es esta nueva categoría, este desplazamiento categorial,
que es el término gente. Yo en un momento les decía, de la gente o del pueblo siempre se
habla en tercera persona. De la gente se habla en tercera persona; la gente esto, la gente lo
otro, la gente siente esto, la gente opina esto, “la gente quiere que vuelva” dice Susana
Giménez. Sin embargo la palabra pueblo, solía afirmarse en primera. ¿Cuál es la frase por
excelencia? “Si éste no es el pueblo ¿el pueblo donde está?” Yo cuento la misma anécdota
porque siempre me pareció magnífica. En lo que fue históricamente el primer piquete,
aunque no se lo llamó piquete, fue en Cutral-có, en 1996. A este primer piquete se los llamó
fogoneros. Hay una escena que no me voy a olvidar más. Un famoso periodista porteño,
Julio Bazán, ¿lo ubican? Julio Bazán corría al estilo José de Zer y decía: “y ahora, la gente
hace barricadas, y la gente quema gomas, y la gente resiste a la gendarmería”, y de fondo
se escuchaba “si éste no es el pueblo, el pueblo donde está”. Y el pelotudo de Bazán no lo
oía. Los sujetos le solucionaban la vida a este pobre periodista, se nombraban a sí mismos.
Le explicaban al periodista bajo qué sujeto se habían incorporado, y el tipo como buen
periodista de Canal 13, hacía oídos sordos y decía: “Ésta es la gente”. Y esta gente decía:
“somos el pueblo”.
Decía entonces, este cambio, este desplazamiento, esta enunciación en primera persona
de un grupo que se llama a sí mismo pueblo, es una posición política. El término pueblo
remite, en nuestras tradiciones culturales, a una tradición política. La primera vez que en la
historia cultural argentina se habló de pueblo ¿cuándo fue?
Alumno: El 17 de octubre de 1945
P.A: No todo lo inventó el peronismo, quédense tranquilos.
Alumno: En la Constitución.
P.A: Nos, los representantes del pueblo argentino...
Alumnos: El 25 de mayo.
P.A: La señorita nos enseñó en primer grado que la multitud reunida junto al Cabildo
dijo: “el pueblo quiere saber de qué se trata”. ¿Lo recuerdan? Pero es una enunciación
puramente política. El término pueblo se enuncia políticamente en la historia argentina. Y
esto es algo que vamos a retomar durante todo el curso. El término pueblo nos remite a una
serie de interpretación política. Por fuera de la política parece que el pueblo no significa.
Alumna: Que la gente por debajo diga que es pueblo no implica que Julio Bazán tenga
que decir “el pueblo está levantando barricadas”.
P.A: ¿Por qué?
Alumna: Porqué para mí pueblo es una representación.
P.A: Pará, pueblo es una representación, claro que sí. En realidad, toda palabra es una
representación. Significado, significante, significación ¿sí?, ¿están de acuerdo? El término
pueblo es una representación, ¿el término gente no?, ¿es una representación universal? Uno
diría que como la señorita confusa... ¿de dónde sos?
Alumna: De Devoto
P.A: Confusa de Devoto afirmaba: “yo soy de la gente, también del pueblo”. La gente es
humanidad, el género humano. Nadie puede quedar excluido de esa definición. ¿Sí? Es más
que sencillo ¿estamos de acuerdo? ¿Qué es la gente? Gente es todo. Es el descriptor más
universal posible. Y sin embargo siempre se habla de gente en tercera persona o de gente y
otra cosa. Si hay un Partido de la gente, es porque hay otros partidos que no son de la
gente. Esto señala que en otros lados hay otras posibilidades, por ejemplo los intelectuales.
Alumna: Me parece que si Bazán hubiera dicho: “acá está el pueblo”, hubiera tenido él
una carga en su frase. Porque para mí tiene una connotación de identidad.
P.A: Una connotación de identidad y encima política. Pero este tipo es tan pelotudo que
ni siquiera se le ocurre decir el “pueblo de Cutral-có”, habla de la gente. Ahora, si gente es
un descriptor es universal, es porque hay otra cosa que no es gente. A ver, vos, el de remera
azul ¿sos gente o sos famoso?. Yo soy famoso: salí en Clarín, y ese día, todo el edificio en
el que vivía supo mi nombre. “Ahora entendemos a qué te dedicabas”, “era eso, estabas
escribiendo un libro”. Y un día fui a América, me invitaron a un programa de interés
general. Fue hace muchos años, era más joven, mucho más narcisista, y mucho más boludo.
Cuando salgo me encuentro con un amigo que era técnico del canal, salimos charlando y
me encara una mina a la salida: “ay señor, ¿usted no estaba en el programa?”. “Sí”, le digo.
“Yo lo vi por la tele”. O sea, que yo soy famoso en serio. ¿No hay ninguno acá que haya
estado en un reality? ¿Qué son los reality? Son los ritos de pasaje que separan a la gente de
los famosos, o que le permiten a la gente convertirse en famosa. Pero entonces ahí tenemos
otra clasificación, gente por un lado, famoso por el otro. Lean el lenguaje cotidiano, ¿no es
así? Hay gente por un lado y famosos por el otro. Hay una tercera categoría, ¿cuál es?
Alumna: Políticos.
P.A: Exactamente. “Los políticos no piensan en la gente”. Los políticos, por lo tanto, no
son gente. Entonces, el famoso el famoso descriptor universal que a la confusa de Devoto le
causó tantos problemas; un descriptor tan poderoso como ése, sin embargo ofrece montones
de subclasificaciones. La gente y los políticos, la gente y los famosos, gente e intelectuales.
Esos son los peores, básicamente los intelectuales no entienden a la gente, están en otra.
Han leído tanto que no comparten el gusto de la gente. Por ejemplo, ¿a quién no le gustan
las telenovelas de Suar?. Un periodista de Clarín dirá: “A lo sumo, a los que nos les gustan
las telenovelas de Suar, es a los intelectuales”. ¿Quién no considera que La vida es bella es
la película más importante del cine mundial en los últimos 15 años? La vida es bella es una
mierda, es una película berreta, manipuladora, jodida, racista, pelotuda, escapista, y sin
embargo “Roberto Begnini es el artista del S XXI”, ¿por qué? Por que sabe tocar los
sentimientos de la gente, y a los únicos a los que no les gusta son intelectuales. Todos los
que levantaron la mano son intelectuales, entonces.
El desplazamiento de pueblo a gente no es simplemente un reemplazo, es un cambio de
visión. Si queremos seguir esta materia no podemos hablar de gente, necesariamente no
podemos hablar de gente. Porque cuando desaparece el sujeto, sin pueblo no hay cultura
popular. Pero fundamentalmente lo que queda desplazado, lo que queda suprimido, es
aquello que designa la palabra pueblo, no sólo la dimensión política. La palabra
pueblo significa un desnivel, designa un clivaje, una diferencia, una ruptura, una
distancia. La distancia que separa lo que es pueblo de lo que no es pueblo, es una
distancia básicamente política. Y podría pensarse como distancia de clase, podría
pensarse como distancia de una relación, de dominante y dominado, de hegemónico y
subalterno. Cuando yo reemplazo la palabra pueblo por la palabra gente, lo que
suprimo, es nada más y nada menos que el conflicto, la diferencia, la desigualdad,
aquello que designa a “lo otro”. Es decir, es la utopía de una sociedad sin jerarquías,
escondiendo una sociedad puramente jerarquizada. Cuando se habla de la gente, se cumple
el sueño de una sociedad sin clases en un momento en el que nuestras sociedades
radicalizan las divisiones de clase. Está bien: “pobres habrá siempre”, dijo el famoso
epistemólogo riojano que ahora está mal del brazo. Uno podría agregar que en la Argentina
“pobres habrá siempre”, pero que nunca hubo tantos; y sin embargo, las palabras tienden a
escamotear este nivel. Es un nivel duramente de clase, duramente económico, y duramente
cultural y político. La palabra gente escamotea todo eso, suprime todo eso. No sólo no nos
permite hablar de cultura popular, no nos permite hablar absolutamente de nada. Esta idea,
esta utopía de una sociedad sin clases, es por el contrario una sociedad de clases duramente
jerarquizada, que es indefendible sociológicamente, es indefendible políticamente, y lo que
es claro, es puro sentido común hegemónico.
Cuando uno utiliza este término tan poderoso como es el término gente, lo que está
haciendo es participar de un sentido común hegemónico. “Y ma’ sí, si todo el mundo habla
de gente, ¿por qué no puedo yo hablar de gente?”. A veces se me va la mano con esto, mis
ex alumnos joden con que no pueden volver a decir la palabra gente después de cursar esta
materia, sin sentir un cierto escalofrío, cierto escozor. Y nosotros en cierta forma
apuntamos a eso.
Alumno: A veces con pueblo también se trata de tomar distancia.
P.A: Por supuesto, le vamos a dedicar un bloque al peronismo, para que cuando digamos
la palabra peronismo también sintamos un poco de escalofríos. Digo, ahora volvió el
peronismo y ha vuelto la felicidad... La idea es que a lo largo del curso sepamos de qué
estamos hablando cuando decimos populismo. Vamos a problematizar las categorías. Pero
acá está el punto, no puede arrancar esta materia sin problematizar las categorías que nos
permiten hablar de los sujetos de esta materia. Ese es el punto de partida. ¿Qué significa
decir popular? ¿qué significa decir pueblo? Y alternativamente ¿qué significa decir gente?.
Usar gente, como tantas otras barbaridades, como por ejemplo, afirmar que La vida es bella
es la mejor película de los últimos 20 años; como por ejemplo, afirmar que Los nocheros
son el mejor grupo de música popular de los últimos años; como por ejemplo, afirmar que
Los Roldán es el mejor producto de la televisión de los últimos tiempos en Argentina; como
por ejemplo, que como decía la revista Viva cuando salió Gasoleros: “El más fiel retrato de
una familia ni muy pobre, ni muy rica; es decir, como todas”. Ayer lo que sale es que
todavía el 57% de la Argentina es pobre, por lo cual no es como todas. Cuestionar este tipo
de afirmaciones, este tipo de enunciados, significa cuestionar un sentido común
hegemónico. Y el punto central es ¿para qué venimos acá?, sirve para cuestionarnos el
sentido común hegemónico. A ver, ¿para qué vienen acá? ¿para ser periodistas? ¿para ser
comunicólogos, comunicadores? No vienen para ver sociólogos, los felicito, es una buena
decisión. ¿Para qué vienen acá? ¿para poder seguir diferenciándose de sus padres? “Apagá
la Radio 10 y escuchá a Bartok”, por ejemplo. “Vieja, dejá de escuchar La Mega”. Claro,
porque encima sus viejas deben tener ahora 45, 50 años, o sea que son de las que
escucharon Almendra, que se pegan a la Mega para escuchar a Banana Pueyrredón. ¿No
vienen para eso? Para ser más cultos, mas educados, ¿no vienen para eso? ¿para qué
vienen? Para seguir diciendo gente, para escuchar La Mega, para escuchar Radio 10, para
poder ver a Suar, para creer que Mariano Closs es un tipo progresista, para pensar que
Fernando Niembro es inteligente, para escuchar cumbia. ¿Para qué vienen acá? ¿qué los
diferencia de sus padres? Haciendo de cuenta que la mayoría de sus padres no son
profesionales ni intelectuales, ¿qué los diferencia? Yo siempre digo que lo que me
diferencia de mi vieja, además de los años y el sexo, es que mi vieja tiene gustos
hegemónicos, “nene, no digas eso, a mí me gusta”. Lo que me diferencia de mi vieja es que
en principio, yo sobre el “a mí me gusta”, puedo decir por qué me gusta, partir de las
razones, qué implicancias políticas tiene determinado consumo cultural. Eso no me
convierte en un pelotudo que como un robot sólo escucha Bartok, me muero. Pero lo que
me diferencia de mi vieja es saber entender qué significa esto de sentido común
hegemónico. Qué significa un enunciado de sentido común, poder desarmarlo, por ejemplo
cómo usar el término gente en contextos muy limitados. Por ejemplo, “la gente que está acá
adentro”. ¿No estamos acá para someter a crítica todas las afirmaciones, aún aquellas de las
que estamos convencidos?. Una de las ventajas que tenemos de estar acá es, teóricamente,
poder desmontar los sentidos comunes hegemónicos, aquellos que nos dicen que la cumbia
lo igualó todo, que la cumbia villera es buena, sigue la lista. Estos son los objetivos del
curso, provocarlos. Aunque dentro de tres meses sigan pensando lo mismo. Pero tratar de
provocarlos. Por eso les digo que voy a producir enunciados muy categóricos y de ser
posible, muy provocativos. Pero es que necesitamos desmontar esos sentidos comunes.
Porque poder cuestionar esos sentidos comunes es, en principio, lo que nos diferencia de
nuestras madres, lo que nos coloca en otro lugar. Y es indudable que acá adentro, es el
lugar de la academia, el lugar del intelecto, les guste o no. No estamos acá para ser gente ni
para ser pueblo, estamos para ser algo mucho peor, intelectuales. Y eso significa poder
cuestionar el sentido hegemónico, poder criticar, y hasta inclusive pasarnos de rosca con la
crítica. ¿Por qué si no, saben en qué nos transformamos? En Susana Giménez. “¿Por qué te
gusta eso? Porque le gusta a la gente”.
Yo siempre hago dos concursos en la cátedra. El primero se los digo con mucha
anticipación, es el premio al mejor chiste gorila. Últimamente, como el peronismo estaba a
nivel bajo, como que no se le daba mucha bola. Ahora que tenemos un nuevo peronismo,
fuerte, vigoroso, triunfador; tenemos nueva producción de chistes gorilas. Entonces, para el
17 de mayo se larga el concurso de chistes gorilas. Ustedes tienen una dirección de correo,
que está en la página, a esa dirección tienen que mandar los chistes. El otro concurso que
queda abierto hoy, se llamó el premio “Hadad”, también se llamó premio “Susana
Giménez”, se llamó premio consuelo “Julio Bazán”, se llamó premio consuelo “ahorrista
Nito Artaza”, se llamó “Multimedios Clarín”. Pero yo creo que este cuatrimestre debe
llamarse premio de honor “Eduardo Feinman”, cuyas candidaturas deben mandar a
[email protected], es al uso más truculento y perverso del término
gente en la prensa, la política, etc. Ustedes tienen que transformarse en ágiles y agudos
escuchas que puedan capturar usos perversos del término gente. ¿Qué significa esto? No,
por ejemplo, decir, la gente de esta clase, la gente de la facultad; sino a utilizaciones del
término gente que remitan a éste como disolución del conflicto, como sentido común
hegemónico. Entonces el jurado todas las semanas va a elegir el premio de honor “Eduardo
Feinman”. Esos son los dos concursos que vamos a tener.
Dos minutos más, para terminar. Ustedes van a leer para la próxima clase los tres
primeros textos del módulo de teóricos. Un autor francés al que van a leer mucho en la
cursada, lo van a leer para teóricos y para prácticos, que se llama La belleza del muerto.
Luego un texto de Beatriz Sarlo, que se llama Ni esencia ni sustancia. Y por último, un
texto de Pierre Bourdieu, que se llama Los usos del pueblo. Estos tres textos son los que
nos van a llevar a la discusión la próxima clase. Y por favor les pido que los lean. Va a
pasar lo mismo en los prácticos, no estamos en clase para repetir lo que dicen los textos.
Para repetir lo que dicen los textos no damos clases. El texto es una excusa o un disparador,
por lo tanto, por favor vayan llevando una lectura al tiempo.
Me despido con dos cosas. Recuerden que no hay clase la semana que viene, ni prácticos
ni teóricos. La última: “felices pascuas, la casa está en orden”. Chau.
Versión corregida
P.A.