0 - Lectura 1a4 Lengua en Word

108
Módulo 1 El texto, lugar de comprensión y producción de significados Materia: Lengua. Estrategias de producción y comprensión de textos Profesora: Dra. Marcela Farré [Escribir texto]

Transcript of 0 - Lectura 1a4 Lengua en Word

Módulo 1

El texto, lugar de comprensión y producción de significados

Materia: Lengua. Estrategias de producción y comprensión de textos

Profesora: Dra. Marcela Farré

[Escribir texto]

1.1- Qué es texto

Muchas veces se escucha usar la palabra texto con diferentes significados o aplicaciones. En la vida escolar, a veces se dice texto como sinónimo de manual o libro científico; también, el término suele ser sinónimo de publicación escrita.

Sin embargo, para la Lingüística el concepto de texto es mucho más amplio. Abarca toda producción que tenga sentido y finalidad comunicativa, que puede ser tanto verbal como no verbal (una obra pictórica puede ser considerada como texto). A la vez, se deben cumplir ciertos rasgos para que un texto sea estudiado como tal, como se verá.

Uno de los aspectos centrales para reconocer un texto es la unidad comunicativa; así, un conjunto de palabras o la sucesión de imágenes no conforma un texto. Puede haber yuxtaposición de fragmentos, pero si el destinatario no puede –en un contexto ideal- reconocer esa suma de elementos como un mensaje, o su enunciador no ha previsto una finalidad o sentido, no podemos hablar de texto.

Pensemos en una historieta: ¿qué pasaría si a lo largo de una tira cómica cada cuadro muestra un dibujo con personajes nuevos, se ve un diseño de tipografía diferente, o va cambiando de tema? Seguramente se trataría de un error de impresión: allí no hay comunicación. Lo mismo sucede si en un escrito –pongamos por ejemplo una respuesta de examen- cada frase está mal encadenada con la anterior, salta de tema, no retoma el concepto eje… entonces diríamos que es incoherente, que le falta unidad.

Precisamente, la coherencia es el rasgo que mejor define al texto, y está directamente vinculado al concepto de unidad comunicativa. Ser coherente significa avanzar en la comunicación según un eje, que asegura que cada elemento está al servicio del tema global.

La coherencia verbal se debe cumplir tanto en textos escritos como orales. Todos tenemos la experiencia de haber escuchado alguna vez una exposición imposible de seguir y de comprender, esa en la que el hablante avanza sin un hilo conductor generando un verdadero problema textual, la incoherencia.

Aparte de esa situación, que se hace confusa e incomprensible, sabemos que existen otras ocasiones en las que algunos no entienden nada mientras que otros participantes se muestran cómodos siguiendo la comunicación. ¿Por qué sucede esto? Porque el contexto ejerce un papel fundamental a la hora de completar el sentido del mensaje. El contexto es el entorno cultural en que se produce un texto, el marco espacial y temporal que aporta significados tanto a la hora de producir como de comprender un mensaje. El contexto estará teñido de unas maneras de ver el mundo en un momento determinado, para una comunidad que comparte una cultura (un modo de entender la sociedad, la economía, la religión, la ideología política, etc).

Así, una viñeta humorística de un periódico será claramente cómica o irónica para un lector que entiende las alusiones, mientras que un foráneo puede quedarse sin captar ninguna gracia en ella. Veamos dos ejemplos. El primero, del caricaturista cordobés Claudio Furnier (La Voz del Interior, 5/10/2011).

Lengua – Marcela Farré | 2

Lo primero que un lector se preguntará (imaginemos un extranjero o un niño) es qué es el Indec. Pero una vez conocido el dato, no será suficiente para entender la referencia crítica. Sólo participando del contexto podremos alcanzar el sentido completo del texto. Así, se trata de un mensaje que está inmerso en un espacio -la Argentina- caracterizado por la constante inflación. Por su parte, el tiempo nos ubica en el gobierno de la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el cual el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censo) está cuestionado por publicar índices inflacionarios que difieren de la experiencia real de los consumidores argentinos. Además de esto, el contexto aporta otros datos, como es la confrontación entre la vida real del ciudadano y las publicaciones textuales del gobierno en los medios. Ambas posiciones parecen encarnadas en los personajes, el ejecutivo (que repite el dato sin cuestionarlo) y el joven del bar, el comerciante, que lo rechaza.

El mensaje es una crítica a la falta de verdad, y en él su autor se compromete con los lectores al reconocer y denunciar su padecimiento real. Por eso, para entenderlo humorísticamente, debemos participar de otros rasgos contextuales más: información de actualidad y experiencia actual también; las ideologías políticas en juego; la función del escritor humorístico dentro de un medio gráfico; etc.

Veamos otro ejemplo, este de referencia transnacional (de Damián Pérez Santos, diario Los Andes, 22/9/2011).

En la viñeta el humor se enmarca en un contexto de conflictos en Libia. El espacio geográfico es el país árabe, pero incluye en ese espacio simbólico del texto a los países occidentales capitalistas. El tiempo de las acciones remite a la crisis del gobierno libio, que padece conflictos internos cuyo origen está en los intereses de países poderosos que aprovechan su máximo bien, el petróleo. Sólo conociendo esta información podemos entender el humor irónico de la historieta. En ella, todos los elementos (códigos lingüísticos e icónicos) activan esos saberes contextuales para poder inferir el mensaje. Frente al personaje libio, pequeño y solo, el camión se muestra poderoso y temible, con unos rasgos de fiera. La patente que lo identifica es la de la comunidad europea junto a la de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Se ve la contradicción lingüística entre el

Lengua – Marcela Farré | 3

trato explícito al “amigo” y el cambio brusco de tema que lleva al verdadero interés, su bien propio, el combustible. El personaje árabe muestra temor.

El texto de este periodista gráfico es, por tanto, crítico con la posición histórica de las grandes potencias occidentales y añade una información a los lectores: que la mediación “amistosa” de ellos en los recientes conflictos internos de Libia responde a intereses egoístas.

Algo más: esas referencias espaciales y temporales que se activan en los lectores son posibles gracias a ciertos mecanismos internos del texto, que mueven a buscar información en otro lugar, externo, contextual. Por ejemplo, las alusiones intertextuales (cuando un texto “cita” o alude a otro está trayendo a la mente todo su significado). En este caso, los colmillos “citan” a un animal salvaje; o el cartel a la conocida “Cuba libre”, dominada por Estados Unidos.

De este modo, se ve cómo la comprensión de los textos no está de ninguna manera garantizada por conocer el código (entender el idioma o los dibujos). El contexto es ineludible para completar el sentido de lo que se quiere comunicar. Por eso, cuantas más competencias o saberes culturales dominemos, estaremos mejor preparados para comprender textos complejos.

Estar mejor informados, conocer aspectos esenciales de las ciencias y del arte, tener mayor interés por las doctrinas de pensamiento de la historia y por personajes emblemáticos de nuestra cultura nacional y universal… todo esto facilita enormemente el objetivo de aprender y avanzar. Y esto ocurre en todos los campos.

Tus clases universitarias te colocan en un nuevo contexto. Es un ámbito de mayor formalidad, con un uso lingüístico de registro formal, no familiar, y además incorpora la jerga específica de tu área del saber. Estarás en relación con más personas y tus comunicaciones, por tanto, implicarán significados nuevos. Poner atención a todos estos mecanismos textuales te ayudará a meterte con éxito en todos ellos.

1.2- Textos escritos y orales. Rasgos diferenciales

Todo lo que hemos dicho como rasgos del texto se aplica tanto a las producciones escritas como orales. En ambas se emplea el código verbal con el objeto de establecer una comunicación, y en las dos este código apela a otros para completar su significado. Veamos, entonces, las diferencias de uso y de estrategias para poder comprender mejor cada mensaje que nos llega y para ser más eficaces nosotros también en nuestros intercambios.

DISCURSO ORAL DISCURSO ESCRITO

Es espontáneo Es reflexivo

Es simultáneo al pensamiento El pensamiento lo precede

Es imprevisible en su orden Permite un orden estratégico

Lengua – Marcela Farré | 4

El proceso puede inducir al hablante a cometer errores

Las ideas pueden precisarse antes de ser dichas

Posibilita corregir el mensaje durante el proceso de habla

No permite variaciones o precisiones una vez comunicado al lector

El mensaje se completa por diversos canales de comunicación

El mensaje se fija en la palabra y otros aspectos gráficos

El oyente participa de la construcción simultánea del mensaje

El lector reconstruye a partir de lo que ya ha sido fijado

Como puede verse, hay aspectos que favorecen al discurso escrito (como su posibilidad de emplear el tiempo para pensar y fijar del mejor modo los objetivos comunicacionales), pero otros que favorecen al discurso oral (el intercambio en el tiempo permite ir diseñando la estrategia a medida que confirma que su objetivo se está cumpliendo). En este módulo se verán en detalle estrategias para movernos eficazmente en los textos escritos, aprovechando sus ventajas y saliendo al cruce de sus desventajas.

1.3- Estrategias del discurso escrito

Dado que la escritura es tiempo –tiempo para pensar, para corregir, para leer o releer-, no hay excusas para hacerlo mal. En este apartado se ofrecen pautas sobre lo que conviene hacer para lograr una buena comunicación escrita.

1.3.1- Antes de escribir

En este momento, la estrategia es repasar mentalmente estas tres cosas:

- el tema del que se escribirá,

- el destinatario al que va dirigido y

- el objetivo que se desea lograr.

En todo ello influye, además, el contexto. Así, un examen escrito demanda formalidad y precisión; un informe exige método y orden, además de corrección. Por eso, también antes

Lengua – Marcela Farré | 5

de empezar a escribir, hay que tomarse un tiempo para pensar la organización de los contenidos, cómo empezar, qué debe estar presente.

1.3.2- Al escribir

En este momento, lo más importante es vigilar la corrección del lenguaje (normativa) como la adecuación del estilo (acorde a su finalidad, al destinatario y al contexto). El fin es que sea un texto aceptable y comprensible.

El texto escrito debe avanzar por partes o aspectos temáticos –cada uno corresponderá con sus párrafos- y hay que cuidar que este avance de información nueva esté bien conectada con lo ya dicho.

Una recomendación: que cada párrafo esté compuesto por más de una oración, ¡de otro modo habrá oraciones de cuatro o cinco renglones! Esta sencilla regla no garantiza la claridad, pero ayuda a organizar el pensamiento y las ideas.

Para vigilar la corrección, hay que recordar que existen las reglas de ortografía y puntuación. Abordaremos un repaso de las dudas habituales en el módulo III. Si un escritor sabe que tiene dificultades ortográficas, lo más sensato es consultar. Una herramienta clave y a mano es el diccionario en línea de la Real Academia Española (RAE.es).

Para vigilar la adecuación, hay que tener en claro el estilo apropiado para la relación comunicativa de que se trata. En general, un correo electrónico entre amigos o una nota dejada en casa no precisan que nos demoremos en estas consideraciones, pero cuando hablamos de un escrito universitario no pueden admitirse equivocaciones ni ideas confusas. Volveremos sobre estos temas y te daremos estrategias para estructurar tus escritos y no errar en el estilo1.

1.3.3- Después de escribir

Es el momento de revisar. Se debe asegurar que estén cumplidos los objetivos y que la presentación no tenga errores ni erratas. ¿Qué observar en nuestro escrito?

• Faltas de ortografía.

• El orden de las oraciones. Tratar de seguir la lógica de sujeto + predicado, cuya alteración puede hacer confusa la idea, como aquí: “Una llamada de atención es la luz roja”.

• Que no aparezcan errores sintácticos, como escribir doble el objeto directo (“Lo tomaron al examen”) o coordinar mal las preposiciones (“Entra y sale de la casa”: se entra en y se sale de).

• Asegurar que cada oración se lee por sí misma. De mayúscula a punto debe ser autónoma. Este ejemplo no cumple la norma: “El acto fue en el campus, después de la conferencia. Donde todos asistieron entusiasmados para recibir su credencial.” La segunda oración no tiene sentido si no está dentro de la anterior, por lo cual no va punto entre ellas.

1 Al final de este módulo, encontrarás ayuda para estructurar con claridad un texto escrito. Asimismo, en el módulo III, se amplían cuestiones de estilo y de normativa de la lengua. De ese modo, poco a poco, se espera que puedan incorporarse todas las bases para una escritura correcta y adecuada en tu vida universitaria.

Lengua – Marcela Farré | 6

• Al revisar, tachar todo lo que sobra, no ser redundante, eliminar lo que es accesorio, quitar lo que no es necesario para entender la frase… ¡Justamente lo contrario de lo que acabamos de leer!

• Que cada párrafo desarrolle una idea completa y que se encadenen hasta cerrar el tema.

1.4- Características del texto

Si un texto se define por su unidad y sentido, veremos qué elementos lingüísticos contribuyen a darle esas cualidades. Para ser coherente, el texto debe recordarnos que está hablando en torno al mismo tema y que la información nueva se vincula a él. Esta función se concreta en la redacción encadenada de las palabras y frases. Cuando esto ocurre, se dice que el texto está bien cohesionado.

1.4.1- Coherencia

Hemos visto que la coherencia es una propiedad fundamental de los textos, pues otorga unidad y sentido al total de las frases que lo componen. Hace que el texto no sea un conjunto de palabras sueltas sino un todo que responde a una finalidad comunicativa. La coherencia se vincula con el contenido semántico, el tema del texto.

Para lograr la coherencia, tanto en el texto escrito como oral, cada parte integrante debe contribuir a ese sentido y fin. Por eso, como decíamos antes, es importante tener claro cuál es el mensaje y contenido total antes de empezar a componer un texto.

La coherencia es una virtud y una condición del texto que se asienta en una adecuada selección de los contenidos y su correcta organización alrededor de un eje temático que no debe perderse de vista. Irse por las ramas, saltar de un tema a otro, introducir bruscamente un elemento sin explicar su relación con lo demás son todas formas de quebrar la coherencia textual. En este sentido, la coherencia se vincula estrechamente con la cohesión.

Comparemos dos propuestas de texto del mismo tema, para ver en qué medida el avance de información nueva se realiza de modo coherente y lógico con lo ya dicho.

TEXTO 1

GRAN ESCULTURA MÓVIL EN RECOLETA

Gracias a la donación del prestigioso arquitecto argentino que triunfó en los Estados Unidos, la plaza Naciones Unidas, en el barrio de la Recoleta, se verá distinta.

Lengua – Marcela Farré | 7

Esta será la primera escultura móvil que tendrá la ciudad y seguramente estará entre las obras más atractivas de Buenos Aires.

Dentro del pequeño lago artificial, se prevé la colocación de una particular escultura que diseñó Catalano: la gran flor de dieciocho metros de altura tendrá seis enormes pétalos y cuatro pistilos.

El arquitecto Eduardo Catalano donará una peculiar obra a la ciudad. Se trata de una flor gigante de dieciocho metros de altura; en forma hidráulica se abrirá de día y se cerrará por la noche.

Además, las superficies de los pétalos producirán efectos lumínicos por el reflejo de la luz natural y el agua sobre ellos.

(La Nación on line, 8 de mayo de 2000, fragmento adaptado.)

TEXTO 2

GRAN ESCULTURA MÓVIL EN RECOLETA

El arquitecto Eduardo Catalano donará una peculiar obra a la ciudad. Se trata de una flor gigante de dieciocho metros de altura, que en forma hidráulica se abrirá de día y se cerrará por la noche.

Gracias a la donación del prestigioso arquitecto argentino que triunfó en los Estados Unidos, la plaza Naciones Unidas, en el barrio de la Recoleta, se verá distinta.

Dentro del pequeño lago artificial, se prevé la colocación de la particular escultura que diseñó Catalano: la gran flor de dieciocho metros de altura tendrá seis enormes pétalos y cuatro pistilos.

Además, las superficies de los pétalos producirán efectos lumínicos por el reflejo de la luz natural y el agua sobre ellos.

Esta será la primera escultura móvil que tendrá la ciudad y seguramente estará entre las obras más atractivas de Buenos Aires.

(La Nación on line, 8 de mayo de 2000, fragmento adaptado.)

El título es el primer indicador del tema, es guía para comprender la lógica de la información que sigue. Sin embargo, no autoriza a dejar implícita la información del objeto del que habla: la escultura.

Como se ve en el texto 1, esta no aparece mencionada, sino que se la da por supuesta (“la donación” en el primer párrafo; “esta será la primera escultura”, en el segundo). Recién en el cuarto párrafo se presenta el objeto, la escultura, y también al arquitecto. Esta información, que es la base para avanzar con los detalles subsiguientes, está erróneamente colocada allí, pues dificulta que se comprenda lo que se va presentando.

Lengua – Marcela Farré | 8

Para aumentar la confusión, algunas palabras están incorrectamente usadas:

“Esta será la primera escultura”: el pronombre implica que se trata de una escultura ya mencionada. Si bien está en el título, el texto no ha presentado el tema central.

“(…) donará una peculiar obra a la ciudad”: esta frase, dicha cuando el texto ya acaba, mueve a confusión. Al decir “una peculiar obra”, como si todavía no hubiera hablado de ella, nos hace pensar en algo diferente, otra nueva obra.

Si releemos los dos ejemplos, veremos que el texto 2, en cambio, sí avanza con una lógica coherente en la información acerca del tema eje. Cada párrafo tiene su función al presentar el qué y el quién de la noticia.

1.4.2- Cohesión

Cuando las partes del texto están bien encadenadas, de modo que las palabras y frases se van sucediendo correctamente, se dice que el texto está bien cohesionado. La cohesión es, por tanto, una propiedad lingüística del texto, que se observa cuando hay una buena vinculación gramatical entre las partes. Leamos este ejemplo de La Voz del Interior (adaptado del escrito de Germán Pandolfi del 17/10/11):

Cruzar la Cruz Roja, una rutina peligrosa

Si existiera un ranking de las avenidas más peligrosas de la ciudad de Córdoba, la Cruz Roja Argentina estaría en el top five. En efecto, tiene un altísimo tránsito (especialmente a la mañana y al caer la tarde), tramos anchos donde se circula muy rápido, otros angostos con una acumulación increíble de vehículos y cruces riesgosos donde ocurren permanentes accidentes.

La Cruz Roja Argentina es la avenida que divide a los barrios del sur, y es vía de comunicación obligada para los residentes del sector. Su endemoniado tránsito en ambos sentidos se debe a varias razones: por una parte, porque en la zona sur vive mucha gente y se han creado nuevas urbanizaciones y, por otra parte, por el crecimiento del parque automotor.

Además, los pasos a nivel están señalizados con carteles, pero no hay barreras. Los sobreelevados no son fáciles de visualizar. La circulación de trenes es riesgosa: los maquinistas avisan a bocinazos y los guardas con señas. Según normas viales, debería existir una separación de entre 600 y 800 metros entre un paso a nivel y otro; sin embargo, en Cruz Roja esto no se cumple.

En este texto informativo, el título anticipa el tema con dos palabras clave: cruzar y peligro. Aunque no sepamos que la Cruz Roja es una avenida, las palabras nos hacen notar que se habla de tránsito.

Así, el nivel semántico (significado de las palabras) funciona para identificar el ámbito del que se habla. Por ejemplo, arteria reemplaza a “avenida”, la expresión “tramos” refiere a sectores de ella, o “doble sentido” habla del tipo de circulación que tienen las calles; en otros casos el texto articula las ideas y avanza con palabras que pertenecen al mismo campo semántico como tránsito, parque automotor, circulación, etc., y relacionado a ellas, desde el

Lengua – Marcela Farré | 9

título, están los conceptos de peligro, dificultad, riesgo. También se vinculan por relación semántica las palabras trenes, maquinistas, barreras y paso a nivel. Todas estas relaciones entre palabras se establecen por conocimiento del idioma y por la experiencia o conocimiento de mundo, como sucede con “ranking” y “top five”.

Existen, además, mecanismos en el nivel gramatical que van uniendo las frases. Cuando dice “Su endemoniado tránsito”, el pronombre “su” nos indica que se habla de un sustantivo nombrado justo en la frase anterior. También ayudan las reglas gramaticales de género y número, de modo que se enlazan correctamente “Los pasos a nivel” con “están señalizados”.

De este modo, la cohesión permite al texto avanzar con nueva información asegurando que lo nuevo remite a lo ya dicho. Esto se logra por diferentes mecanismos lingüísticos, unos semánticos (como el uso de sinónimos o palabras del mismo universo temático) y otros sintácticos, como el uso de pronombres (personales, demostrativos, posesivos, etc.). Los pronombres son la manera de evocar todo un contenido previo (por ejemplo si se dice “su mirada”, se está hablando de la persona recientemente nombrada).

Además, una vez que el tema queda expuesto, no es necesario volver a nombrarlo todo. El lector sabe que en la nueva información se puede estar hablando –sin mencionarlo- del mismo objeto. Por ejemplo, cuando en este texto se dice “tramos anchos; otros angostos”: entendemos que se “repite”, sin que esté presente, la palabra “tramos”.

1.4.2.1- Mecanismos de cohesión

A partir de lo analizado en el ejemplo, sintetizamos los siguientes mecanismos:

- Repetición. Esta puede ser literal, volviendo a nombrar la misma palabra (Cruz Roja, por ejemplo), o puede darse a través de sinónimos textuales, cuando se reitera lo ya dicho empleando expresiones equivalentes, como son “avenida” y “arteria”.

- Sustitución. Se sustituye la palabra por un pronombre. Por ejemplo en “tramos anchos donde se circula muy rápido”, el donde es un pronombre relativo que refiere al lugar nombrado. Este mecanismo es el más común, y se da a través de todos los pronombres:

Personales Yo, tú, él, nosotros, lo, le, se, etc. Demostrativos Este, ese, aquel y sus respectivos

femeninos y plurales. Indefinidos Mismo, algún/o, otro y sus respectivos

femeninos y plurales Posesivos Mi, tu, su, mío, tuyo, suyo y sus

respectivos femeninos y plurales Relativos Que, quien, cual, cuyo, donde y cuando Adverbiales Aquí, acá, allá, allí, etc.

Otro ejemplo: “La Cruz Roja Argentina es la avenida que divide a los barrios del sur”. El pronombre relativo que alude a la avenida Cruz Roja Argentina, ya nombrada.

Veamos ahora algunos errores que pueden cometerse con los pronombres. Los más frecuentes son dos: 1) aludir a un sujeto u objeto que no es el recientemente nombrado sino que está antes, con lo que se genera confusión; 2) cambiar sin darse cuenta la persona gramatical (pasar de “yo” a “nosotros” o a “ellos” sin introducir la información nueva), o cambiar el tiempo verbal. El lector se confundirá, porque no entiende si se ha pasado a otro tema.

Analizamos estos errores en un ejemplo:

Lengua – Marcela Farré | 10

Mateo, Vilma y yo recorríamos el lugar con cierta cautela, pues estaba oscuro. La alarma de su reloj, de repente, sonó. “Vamos a ver qué pasa ahora si nos escuchan”, dijo Vilma. La agarra del brazo y nos lleva detrás de un mueble. Lo tenía programado para el momento en que debíamos salir.

Aquí se ve cómo el texto empieza claramente hablando de un “nosotros” en pasado. Luego se refiere a uno solo, que no sabemos si es “él” o “ella” (al decir “su reloj”). Suponemos después que la queja de Vilma aclara que el reloj es de Mateo. Y esa tercera persona “la agarra” supone que se refiere a la acción de Mateo sobre Vilma. “Lo tenía programado” es ambiguo y confuso: ¿es el mueble? ¿Tenía programado llevarlos allí, o era el reloj el que estaba programado para sonar? Al quedar lejos en la oración, no puede asegurarse. Por lo menos, no es claro.

- Elipsis. Es un mecanismo de cohesión que consiste en omitir la información que se está retomando, pero dando por supuesto que en el texto se puede inferir su presencia. Así, cuando se dice “La Cruz Roja”, sabemos que hay elipsis de la palabra “avenida”. O cuando aparece el sujeto tácito en “Tiene un altísimo tránsito”. En este otro ejemplo también se ve: “los maquinistas avisan a bocinazos y los guardas con señas”: hay elipsis del verbo para no repetir “avisan”. También hay elipsis en el título, que omite el verbo y sin embargo se puede inferir la información.

Con las elipsis hay que tener cuidado, porque estas son un recurso de cohesión solo cuando es evidente la información que se debe reponer. No es correcto, en cambio, dejar supuestos sin explicitar para que el lector haga lo que pueda y se quede pensando de qué se habla. Veamos un ejemplo de este tipo de uso incorrecto:

Ya nos habíamos escondido tras el mueble, cuando alguien entró. Parecía que nunca iba a levantarse. Murmuraba maldiciones y Vilma también. Los vi temblar y suspirar.

En este fragmento, la segunda oración da por supuesto que ese alguien se ha sentado en algo, pero no se explica. Hay elipsis de una acción. El verbo “murmuraba” de la tercera oración podría referirse al que habla (“yo”) o a Mateo (“el”), aunque también al sujeto que está sentado. Por proximidad, el lector supone que es éste último; aunque luego confunde que Vilma se una a la acción. ¿Quién murmuraba? “Los vi temblar y suspirar”: falta el verbo “oír”, que es lo correcto para el suspiro.

- Conectores. Son las expresiones que se emplean para vincular frases y párrafos, señalando la relación lógica que hay entre ellas. Esto permite al lector interpretar la información nueva en un sentido determinado. Por ejemplo, si alguien dice “estudié, pero…”, el conector adversativo pero indica que la información que viene tiene un sentido contrario a lo que se espera por haber estudiado.

Tipos de conectores

o Aditivos : señalan que la nueva información seguirá en el mismo sentido del tema que se viene exponiendo. Podemos encontrar los siguientes conectores aditivos: y, además, asimismo, también. Ejemplos del texto: “tramos anchos donde se circula muy rápido, otros angostos con una acumulación increíble de vehículos y cruces riesgosos donde ocurren permanentes accidentes”; “Además, los pasos a nivel están señalizados con carteles pero no hay barreras”.

o Disyuntivos y adversativos : marcan la oposición de las ideas. Tenemos: o, pero, sin embargo, a pesar de, no obstante. Un ejemplo sería el caso anterior “pero no hay barreras”, o en “debería existir una separación de entre 600 y 800 metros entre un paso a nivel y otro; sin embargo, en Cruz Roja esto no se cumple”.

o Causales y consecutivos : Indican que existe una relación de causa o de consecuencia entre las frases. Porque, por esto, ya que, a raíz de que, se debe a, etc. indican que lo expresado es una causa. Por su parte, en consecuencia, por eso, por lo tanto, por consiguiente, entre otros, señalan los efectos. “Su endemoniado tránsito en ambos sentidos se debe a varias razones”, es ejemplo

Lengua – Marcela Farré | 11

de que el conector indica que lo que sigue hablará de causas. Lo mismo en “por una parte, porque en la zona sur vive mucha gente”: que viva mucha gente es la causa del incremento del tránsito.

o Temporales y espaciales : Son las expresiones que organizan las ideas según criterios de tiempo (antes, en un principio, en primer lugar/en segundo lugar, finalmente) y criterios de lugar o espacio (por un lado/por el otro; por una parte/por la otra). En el texto encontramos un ejemplo de organización espacial cuando dice: “por una parte, porque en la zona sur vive mucha gente y se han creado nuevas urbanizaciones y, por otra parte, por el crecimiento del parque automotor”.

o Funcionales : Son los conectores que ejercen una función de aclarar el sentido de las partes del texto, por ejemplo: enfatizar (en efecto), o ejemplificar (por ejemplo, es decir, o sea). En el texto de La Voz del Interior encontramos un caso claro: “Si existiera un ranking de las avenidas más peligrosas de la ciudad de Córdoba, la Cruz Roja Argentina estaría en el top five. En efecto, tiene un altísimo tránsito (…)”. Este conector tiene la función de señalar con claridad al lector que lo que sigue es constatación de lo anterior. No añade algo nuevo o diferente al tema dicho (la peligrosidad de esa avenida), sino que es ejemplo o extensión de esa misma idea.

Como se ve, los mecanismos lingüísticos de la cohesión son de ayuda para la claridad y organización del contenido, dos cualidades fundamentales del texto. Colaboran, por tanto, con la coherencia. Por ejemplo si nos preocupamos por emplear conectores al elaborar nuestros escritos o cuando esquematizamos las ideas para una exposición orales, estaremos favoreciendo la comprensión de lectores y oyentes.

1.5- Funciones textuales

Los textos son producciones culturales, específicamente humanas, y siempre ancladas en un tiempo y lugar. Son creaciones que nacen con una finalidad comunicativa, según las características del contexto y los participantes del intercambio –oral o escrito-.

Por esto, en las comunicaciones cotidianas nos encontramos con distintos tipos de producciones que –aunque hablen del mismo tema- se organizan de modo diferente.

Tomemos un tema como ejemplo: los caminos y rutas de la Provincia. Podemos encontrarnos con un texto que tenga la finalidad de exponer el estado de situación para tomar decisiones sobre modos de mejorar esos caminos con obras civiles adecuadas. Pero podemos escuchar sobre el tema al Gobernador, hablando ante las cámaras de los logros y avances realizados al inaugurar un tramo de autopista. Tal vez nos encontremos, por qué no, con un poema sobre el caminante que transita estos senderos y los describe en función de un estado de ánimo… y así sucesivamente.

El tema permanece, pero la finalidad del texto cambia. Por ende, los rasgos textuales se modifican para adaptarse a su objetivo y contexto. Según su intencionalidad, el texto se apoya más en uno de los seis elementos comunicativos que en los otros, y así se pueden reconocer las diferentes funciones textuales:

Elemento comunicativo

Función textual

Lengua – Marcela Farré | 12

predominante

Emisor Expresiva

Receptor Apelativa

Referente Referencial

Mensaje Poética

Código Metalingüística

Canal Fática

En el ejemplo del gobernador que muestra su obra, la finalidad está puesta en llamar la atención del receptor, conseguir algo de éste: predomina la función apelativa. Si se trata del informe que presente un estado de situación y una propuesta para llevar adelante obras, el énfasis está puesto en el referente (el objeto del que se habla); será un texto de función referencial. El poeta del ejemplo citado, en cambio, se concentra en el modo de decir, en la creación del mensaje mismo como modo y lugar de comunicación: es la función poética del lenguaje.

Completemos los ejemplos para las demás funciones. Supongamos que un viajero regresa de las sierras lamentándose por el estado en que encuentra un camino, habla del riesgo por la falta de señales en determinados lugares, o se queja de la lenta circulación a causa de caminos estrechos y del precio del peaje, etc. Su texto se concentra en su sentir, su queja o lamento. No nos dice objetivamente cuál es la situación, sino que atrae la atención sobre lo que él piensa y siente. La función de su texto es expresiva. Otro caso: Dos viajeros comparten un trayecto en auto y, sin saber bien de qué hablar, el camino se nombra como modo de entrar en comunicación o de mantenerla, de este modo:

A- ¿Viste el estado de la ruta?

B- Mmm, sí.

A- Lo que quiero decir es que me parece que está mucho mejor.

B- Claro. Yo vine hace un mes y me parece que no había tantos carteles, es verdad.

1) Sí, está mejor.

Esa conversación, que no aporta ningún elemento de contenido, no tendría otra finalidad que la de mantener el contacto, asegurar que el otro está ahí. Es la función fática del lenguaje, que empleamos a menudo en todas nuestras conversaciones como una necesidad social.

Por último, la función metalingüística. Esta asoma cuando en un fragmento textual se hace referencia al código mismo, se vuelve sobre lo dicho para aclarar o corregir o definir. Se usa el lenguaje para hablar sobre el lenguaje: “La palabra camino no es la que mejor representa esto que estamos transitando. Si hablamos de ruta podemos ser más precisos.”

En conclusión, las funciones textuales nos muestran cómo la intencionalidad del emisor guía la forma de estructurar un texto, y además nos dan criterios de adecuación. Así, por ejemplo, si el objetivo es explicar conceptos (en un examen, pongamos por caso), estarán fuera de lugar todas las expresiones lingüísticas que se centren en la opinión subjetiva del que escribe. Por su importancia, precisamente, nos detendremos unas líneas más para hablar del tipo de texto referencial.

1.5.1- La función referencial

Lengua – Marcela Farré | 13

En el texto referencial, el lenguaje está al servicio del objeto del que habla, es decir, de informar. ¿Cuáles son los textos típicos de esta función? El informe, el examen, la clase, la exposición oral, el libro o apunte, el artículo periodístico o científico… Justamente, los textos con los que vas a encontrarte con mayor frecuencia en tu vida universitaria, en el contexto académico.

En ese sentido, se consideran errores o inadecuaciones todas las marcas de informalidad lingüística; por el contrario, se precisa un dominio del lenguaje que lo haga claro, sencillo, rico y adecuado al registro formal que le corresponde. Sintetizando, damos algunas pautas para ser correctos y adecuados en el uso de estos textos, orales o escritos.

1.5.1.1- Errores de los textos referenciales

Marcas de informalidad:

o Dirigirse explícitamente al interlocutor (por ejemplo, escribir en un examen: “Cuando vas al laboratorio te das cuenta de que la principal causa de…”).

o Usar de la primera persona (“Si tengo un texto apelativo, marco las palabras”; “me parece muy bueno”).

o Emplear términos familiares o coloquiales (“agarramos una lente”, “hay que hacer muchas cosas”, “un montón”). Se pide precisión.

Marcas de oralidad:

o Usar términos coloquiales, así como exageraciones, repeticiones y muletillas. Esto es típico del discurso oral. Ejemplo: “la cosa es que”, “el tema es que”, “o sea”, “por ahí parece que”, “Si tengo un texto apelativo, tengo que…”.

1.5.1.2- Aciertos de los textos referenciales

Empleo de vocabulario rico y variado, sobre todo en los verbos más comunes como “decir” y “hacer”, o en los sustantivos “cosa”, “tema”, etc.

Construcción de frases objetivas, donde no aparece la primera persona (ni “yo” ni “nosotros”). Se preferirá: “debe hacerse…” en lugar de “debo/debemos hacer”. Aparecen las definiciones y explicaciones, sin valorar o emitir juicios. La adjetivación no es lo usual en los escritos formales.

Uso de términos rigurosos, propios de la ciencia o disciplina que se estudia. En estos casos no da lo mismo “explicarlo con las propias palabras”, porque lo que se expone es un saber de un autor o una teoría.

Lengua – Marcela Farré | 14

1.6- Etapas en la producción del texto

Antes de empezar a escribir, el emisor debe tener claro su objetivo: ¿Qué espero de este escrito? ¿Qué imagen quiero dejar en el lector?, ¿qué tono adoptar para ello? Son las preguntas que orientarán para decidir qué tipo de texto se redactará. También debe tener claro el contenido completo. De esa manera se pueden organizar mejor las partes para que sea coherente.

Una buena producción escrita pasa por estas tres etapas: invención, disposición y redacción; y por último, la revisión. En la sección Herramientas se ofrecen técnicas para cumplir eficazmente estas etapas, que ahora se presentan brevemente.

1.6.1- La invención de las ideas

Consiste en pensar con profundidad el tema que se abordará, los ejes, con las ideas relacionadas. En esta etapa las ideas asoman de manera desordenada, pero luego serán estructuradas en el desarrollo del texto. Algunas técnicas ayudan para hacer esta parte del proceso, como veremos en el apartado 1.7.1.

1.6.2- La disposición de las ideasEs el momento previo a la escritura en que se aclara la organización del texto. Se prevé el orden que tendrán los temas según la importancia de cada idea. En esta etapa hay que pensar un esquema sobre cómo se desarrollará el escrito para ser coherente.

Cada idea corresponderá con un apartado o párrafo, y estos se irán sucediendo de manera lógica. Un ejercicio que se recomienda en esta etapa es decir oralmente lo que vamos a escribir: si lo hemos comprendido con claridad, podremos escribirlo. De todos modos, en la sección Herramientas encontrarás estrategias concretas para salir con éxito de esta etapa (1.7.2).

1.6.3- La expresión de las ideas

Corresponde a la redacción propiamente dicha. En este momento, el autor se lanza a escribir con las ideas claras, tanto en el contenido como en el orden. Cuida el armado de la frase, para que sea clara y concisa, y pone atención a la ortografía. Así, la atención recae en la escritura de la palabra precisa, la frase clara y el párrafo adecuado para expresar cada aspecto del tema. Aquí los mecanismos de cohesión son una herramienta fundamental.

Se puede añadir una cuarta etapa, necesaria en los textos formales: la revisión. Se trata de confirmar que el texto se ajusta a todo lo que nos propusimos, como ya se dijo antes: el tono

Lengua – Marcela Farré | 15

formal adecuado, la palabra bien escrita y las frases claras. Se recomienda leerlo en voz alta a otra persona, para confirmar que se ha incluido lo necesario y que la relación entre los elementos es lógica y clara.

En estas dos etapas, redacción y revisión, cobran protagonismo los conocimientos de normativa y estilo del idioma, que será objeto de estudio en el módulo III.

1.7- Herramientas

Esta sección propone métodos y técnicas que te serán de ayuda en el estudio de tu carrera, vinculadas a la producción y comprensión de textos. En este módulo, se han seleccionado cuatro herramientas destinadas, por una parte, a guiarte en la etapa de generar un texto escrito; y, por otra parte, a comprender mejor los textos de estudio.

1.7.1- Técnicas para generar ideasEn estas páginas se habló del proceso de producción de los textos, el cual tiene tres etapas: invención, disposición y redacción de las ideas. Alguna vez te tocará presentar un artículo o un comentario en una materia. O exponer un tema oralmente. Cuando, sentado frente al papel, no se sabe por dónde empezar, es el momento de la invención: convocar las ideas.

1.7.1.1- El torbellino de ideas

Es una técnica habitual (y muy útil), también conocida en su nombre inglés brainstorming. Se emplea con éxito en dos tipos de situaciones: cuando el emisor se siente “en blanco”, no se le ocurre nada para empezar y las ideas están confusas; o cuando se trata de un trabajo grupal, en que dos o más personas deben generar una propuesta nueva, original.

El principio de esta técnica es dejar fluir las ideas como vienen, sin importar el orden ni la corrección. Pueden ser palabras solas o frases, y no importa la puntuación ni la estructura de la frase en sí.

No hay que preocuparse si se pasa de una a otra idea sin haber completado los aspectos de la primera. Luego podrán aparecer esas ideas secundarias, que se anotarán también. Esta técnica funciona muy bien en grupo, porque todos contribuyen y se activan a partir de lo que escuchan de los demás, y así van surgiendo relaciones entre las ideas.

El torbellino tendrá, por tanto, una segunda etapa que es la de ordenar la información. Pero cuando eso suceda, el escritor no partirá de una mente en blanco, sino que está abarrotado de ideas en torno al tema y deberá decidir cuáles son las más importantes, las que marcarán el eje.

Pongamos un ejemplo. Un grupo de vecinos de un edificio quiere que se construya una rampa para acceder al ascensor porque ven la dificultad de uno de ellos, en silla de ruedas. Lo hablan en el pasillo, pero luego uno dice que hay que formular el pedido por escrito al administrador. ¿Por dónde empezar? Veamos qué saldría en un posible torbellino de ideas:

Lengua – Marcela Farré | 16

VECINO CON SILLA DE RUEDAS= nos puede pasar a todos

vimos un viejito entrar con andador

discapacidad

=la rampa soluciona un problema / la construcción no es algo caro

mujeres con cochecitos de bebé

personas con carro de supermercado

también los envíos a domicilio

cómo se paga / expensas … no debería repercutir mucho

vecinos que no quieren pedir presupuestos

son egoístas, les puede pasar

dejarles carteles en el ascensor para explicarles

¡conseguir firmas!

Lo que se ve aquí es un cúmulo de ideas con distintos tipos de tema. ¡Pero ya tenemos material para comenzar a pensar el escrito! Ese era el objetivo. ¿Cómo organizar las ideas en un texto coherente? Veremos luego ese aspecto. Por ahora, sigamos explorando maneras de convocar ideas antes de escribir.

1.7.1.2- Mapas y esquemas asociativos

En esta técnica se parte de un concepto eje, y desde él se generan todas las ideas asociadas. Igual que la técnica anterior, pueden salir todos los temas, pero la diferencia es que de cada uno se exploran las ideas que se relacionan con él y quedan reflejadas en el “mapa”, que se expresa gráficamente.

Un ejemplo, sobre el tránsito en Buenos Aires, podría verse así:

Lengua – Marcela Farré | 17

¿quién se hace cargo del proyecto?

En el mapa, las asociaciones se pueden expresar con flechas, viñetas, llaves o recuadros. Lo importante es explorar los temas que están vinculados con cada idea y en este proceso, igual que en el brainstorming, no intervienen principios lógicos de redacción de frases (como la puntuación o la necesidad de sujeto y predicado para cada idea).

Los mapas se caracterizan por representar gráficamente la idea central y sus relaciones (que pueden ser por analogía, por contrarios, por causa o consecuencia, por ejemplificación, por tipologías, etc.). El aspecto gráfico puede llegar a ser protagonista, como se aprecia en este mapa:

Lengua – Marcela Farré | 18

Tránsito en Bs. As.Peligros Soluciones.

Contaminación

Ruido

Causas

Accidentes

Consecuencias

LeyesPolicía

Imprudencia

Necesidad de rampa

Discapa-cidad

Por último, una posibilidad de expresar la asociación se advierte en este esquema o cuadro sinóptico, que es otra estrategia asociativa:

Gente en silla de rueda Personas con discapacidad Ancianos Gente con muletas etc.

cochecitos de bebé

Personas con movilidad reducida carro de compras por otras causas envío del súper etc.

Es una necesidad de todos solidaridad

La construcción El proyecto los presupuestos El costo formas de pago

Carta administración Comunicación Carta consorcistas ¿Carteles en el ascensor?

1.7.1.3- Palabras clave

Se escribe una frase donde se expone el tema general y se subrayan las palabras más importantes. De cada una de ellas se exploran las ideas asociadas, los subtemas asociados a esa palabra.

Supongamos que se te pide escribir una propuesta de un proyecto laboral y justificar tu elección. Se te ocurre que te gustaría emprender una agencia de turismo, o trabajar en una. ¿Cómo empezar? Ponemos la frase general y exploramos sus palabras clave para obtener ideas:

Trabajar en una empresa de turismo.

Empresa: organización, dinamismo, jerarquía...

Turismo: viajes, conocer gente, idiomas...

Tratamos luego de conectar las ideas, lo cual puede hacerse primero oralmente: “Trabajar en una empresa de turismo, me permite crecer en una organización dinámica y

Lengua – Marcela Farré | 19

Necesidad de rampa

relacionarme con bastantes personas. Algún día, podré ascender a un cargo gerencial. El tipo de trabajo me obliga a aprender idiomas y me da la posibilidad de conocer lugares interesantes y otra gente”.

De este modo, surge un plan para comenzar a pensar un texto. Como se dijo, la convocatoria de ideas o fase de invención necesita ahora de un momento de orden y estructuración.

1.7.2- Cómo organizar un texto

Estamos en la fase de disposición de las ideas, que es el armado del tema de manera coherente. Como ya se dijo, para lograrlo hay que tener la totalidad del contenido claro, en mente. Por eso, la organización es la etapa en que decidimos cuál es el tema eje y cuáles los aspectos incluidos. Volvamos al ejemplo primero, de la rampa para los vecinos del edificio. De las técnicas aplicadas, salen algunos ejes temáticos que se pueden organizar así, como un índice:

- Necesidad de una rampa: razones

a. Discapacidad, limitaciones motoras

b. Otras razones, que afectan a muchos más vecinos

- Cómo ejecutar el proyecto

a. La construcción, su costo.

b. El pago, el origen del dinero

c. Los que se oponen

- Solidaridad con los demás

a. Toma de conciencia de que les afecta a todos

b. El costo no debería ser un motivo

¡Ya están las herramientas para empezar a redactar la supuesta carta a la Administración del edificio! En la etapa de la disposición, se trata de tener clara la “arquitectura del texto”.

Estrategias para hacerlo correctamente:

1) Cada aspecto del tema se corresponde con un párrafo. Es decir, cada eje temático implicará cambiar de párrafo, incluso podría ser un apartado con subtítulo si se tratara de un escrito extenso.

2) El primer párrafo debe mencionar el tema y decir algo importante. No empezar con rodeos o frases secundarias.

3) Lo habitual es que cada párrafo contenga más de una oración: si un párrafo está formado enteramente por una oración de cuatro líneas, por ejemplo, seguro que la idea central se pierde y la redacción se hace confusa.

4) Los párrafos deberían ir bien enlazados entre sí, por medio de conectores (ver mecanismos de cohesión). Un párrafo que añade información en el mismo sentido de lo que se viene diciendo, irá precedido por “además”, o “asimismo”, u otros. Por el

Lengua – Marcela Farré | 20

contrario, si lo que continúa es información que se opone a la anterior, el conector adversativo dejará bien clara esa relación y será más legible para el lector. Veamos el ejemplo, donde se señalan todos los conectores (no sólo los que unen párrafos, que aquí aparecen subrayados y en negrita):

Construir una rampa en este edificio sería un modo de no discriminar a ningún vecino, pues permitiría a todos acceder por igual a los ascensores. En efecto, hay que considerar que aquí viven personas con sillas de ruedas.

Además, hay vecinos que emplean carritos para subir sus compras o familias que llegan con cochecitos de bebé. También están las personas allegadas que, sin vivir aquí, pueden tener la movilidad reducida por diferentes causas y la rampa sería una solución.

Sin embargo, algunos vecinos se oponen a construir esta rampa por diferentes motivos (…).

5) Los diferentes párrafos deberían tener una extensión proporcionada, y, en general, no deberían escribirse párrafos de una o dos líneas.

1.7.3- Resumir un texto: Párrafo, oración y palabra clave (ida y vuelta)

Este apartado es una herramienta para la comprensión de textos. Al contrario que lo expuesto antes, donde se buscaba encontrar ideas y palabras para, a partir de ellas, armar un escrito completo, ahora se trata de encontrar las ideas clave para estudiar.

En los apartados anteriores, has descubierto cómo se compone un texto. Por lo general, cada párrafo se corresponderá con un aspecto de un tema general y en él habrá una o dos palabras clave. Además, como venimos diciendo, todos los párrafos y apartados deberán dejar clara la vinculación con el tema eje, que no se debe perder de vista al estudiar.

De ese modo, la técnica recomendada aquí es la siguiente:

1) De cada párrafo, escribir una oración que lo resuma, o dos. En lo posible, usar las palabras del mismo texto.

2) De cada oración, remarcar la palabra central . Lo ideal es enfatizarla con un color, resaltador o círculo.

3) Armar un esquema (índice) con las oraciones obtenidas . Tendrás que asegurarte de que cada oración que conseguiste se encadene con las otras de modo coherente y sin apartarse del eje o tema del artículo, anunciado en el título.

Tu tarea luego será releer el texto completo para tener elementos de ampliación y explicación. Pero si has comprendido bien el contenido y las oraciones que formulaste como resumen, no te costará memorizarlas.

En un último repaso, sólo las palabras clave de cada oración podrían funcionar como ayuda-memoria. El uso de colores o remarcados funcionará para activar tu memoria visual y tenerlas presente para recordar la oración y párrafo con el que se vincula cada palabra (por ejemplo, tener presente a qué parte del texto corresponde).

Por eso, estudiar un tema extenso tiene ese doble proceso: ir del escrito total a sus oraciones resumen, y de estas a la palabra clave; y vuelta: a partir de esas palabras, recuperar la idea

Lengua – Marcela Farré | 21

en una oración y poder ampliar las explicaciones. Para eso, no basta con una lectura del material.

1.7.4- El paratexto es tu guía

El paratexto está formado por elementos formales y gráficos que acompañan al texto de modo paralelo. (para, en griego, significa “junto a”). Esos elementos orientan al lector, pues señalan o ponen de evidencia la función o sentido de cada parte y le permiten anticiparse al sentido y mejorar la comprensión. Por tanto, la recomendación aquí es de estar atento a las señales del paratexto para aprovecharlas en beneficio de tu estudio.

Son componentes de paratexto:

1) Externos:

a. la tapa de un libro o apunte (contiene título, autor, editorial e imagen);

b. la contratapa (contiene datos que orientan sobre el contenido central, las circunstancias o contexto de producción, la intencionalidad del autor o el género).

2) Internos:

a. prólogo

b. índice

c. subtítulos y epígrafes

d. notas a pie y bibliografía

e. elementos icónicos:

i. fotografías, gráficos, cuadros

ii. el propio diseño textual: el modo de “repartir” el contenido también da indicios de su jerarquía y complejidad.

Todos ellos orientan al lector. Por ejemplo un subtítulo significa que se va a leer un aspecto secundario respecto del título mayor, y las viñetas indican enumeración de elementos del mismo valor.

A la hora de estudiar, una recomendación primera es inspeccionar los elementos paratextuales y hacer una “lectura” en ese nivel, antes de meterte en el contenido. Esto te dará un anticipo del tema, del enfoque y del alcance.

- El índice te aporta una visión global del asunto.

- La bibliografía te anticipa el campo científico dentro del que se mueve el libro o artículo.

- Los gráficos, si los hay, te aportan conclusiones parciales.

- El título es uno de los principales elementos paratextuales. Orienta al lector sobre el tema y también anticipa de algún modo una interpretación o enfoque.

Por ejemplo, leemos este título en el encabezado de un informe:

“Necesidad de remodelaciones en la entrada del edificio”

Lengua – Marcela Farré | 22

Damos un vistazo al paratexto y vemos que más adelante aparecen viñetas con enumeraciones que dicen: sillas de rueda, muletas, carritos; encontramos por allí también un gráfico con costos; y luego una nota a pie que cuenta el caso de un anciano… Así, ya sabemos de qué tratará el texto y hacia dónde apunta. Además, el mismo título contiene la conclusión (la palabra necesidad). Y por los demás elementos del paratexto que vemos, nos damos cuenta qué tipo de construcción es la que se pide y cuáles son los argumentos.

Lengua – Marcela Farré | 23

Módulo 2

Expresión oral en la vida académica y profesional

Materia: Lengua. Estrategias de producción y comprensión de textos

Profesora: Dra. Marcela Farré

Lengua – Marcela Farré | 24

2.1- Rasgos del discurso oral

En el Módulo I se estudiaron los principales rasgos que diferencian la escritura de la oralidad, sintetizadas con este cuadro:

DISCURSO ORAL DISCURSO ESCRITO

Es espontáneo. Es reflexivo.

Es simultáneo al pensamiento. El pensamiento lo precede.

Es imprevisible en su orden. Permite un orden estratégico.

El proceso puede inducir al hablante a cometer errores.

Las ideas pueden precisarse antes de ser dichas.

Posibilita corregir el mensaje durante el proceso de habla.

No permite variaciones o precisiones una vez comunicado al lector.

El mensaje se completa por diversos canales de comunicación.

El mensaje se fija en la palabra y otros aspectos gráficos.

El oyente participa de la construcción simultánea del mensaje.

El lector reconstruye a partir de lo que ya ha sido fijado.

Esta oposición permite señalar ventajas y desventajas de cada tipo de uso de la lengua, como ya se mostró respecto de la escritura en el anterior módulo teórico.

En el caso de la oralidad, el sesgo definitivo lo marca el hecho de que la construcción del mensaje se da en conjunto con el destinatario y de modo simultáneo. Es lo que genera nervios en algunos alumnos cuando tienen un examen oral, porque tienen delante al profesor que lo mira y evalúa con sus gestos; también porque esta modalidad exige un esfuerzo adicional para hablar de manera ordenada, algo que se debe lograr sobre la marcha.

Pero la oralidad le dará al mismo alumno la oportunidad de corregir, de guiarse por los gestos que devuelve el profesor, hacer añadidos de último momento y hasta recomenzar si el rumbo está confuso.

Es oportuno ahora enfatizar los aspectos que nos benefician al usar oralmente la lengua, para conseguir nuestros objetivos.

2.1.1- Componentes de la oralidad

Lengua – Marcela Farré | 25

En el uso oral, el lenguaje adopta características particulares. Dos factores condicionan sus rasgos:

Simultaneidad de pensamiento y palabra: el mensaje se construye a medida que se pronuncia.

Simultaneidad del decir y el escuchar: el mensaje se completa en presencia del interlocutor.

Lo primero provoca que el texto oral tenga características verbales diferentes del escrito, como un menor nivel de organización, repeticiones y pausas. Pero también, con fines estratégicos, pueden aprovecharse sus cualidades, entre ellas:

- La emotividad que se transmitirse en las palabras elegidas y en los modos de decir. El hablante es capaz de mostrar más compromiso con su mensaje y generar empatía con los oyentes.

- La claridad que se alcanza gracias a la posibilidad de repetir conceptos, redondear ideas y enfatizar lo importante.

El segundo factor, el hecho de construir el mensaje en presencia del oyente, puede aprovecharse en beneficio propio si aprendemos el significado de los códigos no verbales que participan en la elaboración del mensaje. Ellos son:

- Kinésica (movimientos y gestos corporales).

- Proxémica (la distancia o proximidad en que se colocan los interlocutores).

- La voz y los aspectos prosódicos (pronunciación).

- El entorno del discurso (contexto), con un aspecto que se destaca siempre: la imagen personal.

Trayendo a la memoria algunas clases a las que hayas asistido recientemente, podrás descubrir cómo funcionan estos aspectos. ¿Alguna vez tuviste un profesor que se dirigía al grupo mirando a cada uno y acercándose a los bancos? Tal vez hubo alguno al que apenas se le oía desde el fondo, y su voz era monótona… o quizás conozcas la experiencia contraria: el profesor que te sorprendía levantando de repente la voz y alentando al grupo con una propuesta insólita. ¡Si te tocó uno que no paraba de moverse, era imposible seguirle el tema! Ah, pero ningún compañero olvida aquel de corbata brillante y colorida…

Allí están. Son los códigos que acompañan al mensaje verbal. Podemos comprobar en la experiencia cómo influyen en el resultado de una comunicación. Ahora bien, cuando se trata de un discurso público, el habla de cada uno exige una preparación que haga conscientes estos elementos y los use de manera favorable. Por eso, la estrategia del discurso oral consiste en conocer bien los componentes verbales y no verbales que están en juego, para emplearlos a favor de los objetivos buscados.

2.2- Estrategias del lenguaje verbal

Lengua – Marcela Farré | 26

A partir de lo dicho, se resumen a continuación algunas ideas que ayudan a construir estratégicamente tu comunicación oral pública (exposiciones en clase, intercambios con profesores, exámenes, etc.), en el nivel verbal.

2.2.1 - La redundancia: ser recurrente

La oralidad es efímera. Por eso, el hablante debe prever modos de recordar al oyente el tema. Es bueno retomar, volver a mencionar lo que se expuso y referirse al propio discurso (“Antes hemos definido el texto. Dijimos que su rasgo esencial es la unidad, que está dada por la intención comunicativa. Ahora estamos viendo cómo se puede lograr esa unidad y vamos a dar unos ejemplos para analizar.”).

En el discurso oral, a diferencia del escrito, este tipo de redundancia es aconsejable y agradecida, sobre todo si el tema es muy extenso o complejo. Ser recurrente significa volver sobre los propios pasos del discurso antes de seguir avanzando.

2.2.2- Los conectores: destacar las relaciones

En el habla, las ideas no pueden avanzar sin que se indique con énfasis su relación, porque el oyente no tiene la posibilidad que da un texto escrito de volver unos párrafos atrás y entender el sentido de lo nuevo que acaba de escuchar. Por eso, el hablante debe esforzarse por utilizar conectores. No sólo es bueno reiterar las ideas previas, sino también explicitar cómo ellas se vinculan con lo que viene. En el ejemplo citado antes, aparecen destacados en negrita los enlaces o conectores.

2.2.3- Comienzos y finales: impactar

El modo de empezar marca el éxito o fracaso de una exposición. Puede sonar exagerado, pero un hablante que erró en la forma de tomar contacto con su público va a necesitar muchos minutos en remontar la situación. En este sentido, la imagen personal y la cualidad de la voz son cruciales, pero también lo son las palabras con las que elegimos abrir el contacto. El impacto de la entrada es muy importante.

¿Qué efecto queremos causar? Seguridad y entusiasmo son cualidades esenciales. Para conseguir lo deseado, jamás se debería empezar una exposición con rodeos, frases que se alejan o desvían del objeto central. Hay que entrar en tema cuanto antes. Una anécdota puede ser útil sólo si es breve e interesante y lleva directo al tema.

Para terminar tenemos que preguntarnos otra vez: ¿cuál es el objetivo buscado? Los minutos finales deben estar dedicados a conseguirlo. Por eso, en el cierre el hablante puede volver sobre lo dicho, retomar a modo de síntesis lo más importante, pero además lo tiene que expresar con convicción.

Lengua – Marcela Farré | 27

Debe hacerse con énfasis en el tono y repitiendo algunas de las palabras clave del tema. Esto es así también por el carácter efímero de lo oral. Dado que el oyente no va a retener todo el contenido, debemos asegurarnos de que al menos lo esencial permanezca en el recuerdo. Es normal que los oyentes se queden en la memoria sólo con la parte final, por tanto ¡hay que prepararla bien!

2.2.4 – La finalidad: asegurar el objetivo

A medida que la exposición oral avanza, el hablante tiene que asegurarse de que la comunicación es efectiva. Por eso, debemos estar bien preparados para mirar a la audiencia y “leer” los signos, decodificar sus gestos, su atención, su interés… y si no ocurren estas cosas, buscar modos de despertar ese contacto.

¿Qué maneras tenemos de asegurar los objetivos? El primer fin del diálogo es ser escuchado con interés: la función fática del lenguaje (estudiada en el Módulo I) es esencial en el intercambio oral. El segundo fin se refiere al contenido: además de que se nos atienda, debemos asegurar que se nos entienda.

- Estrategias para comprobar que la relación marcha correctamente:

Variar el tono de voz, pasar por ejemplo al rumor y de repente al tono de sorpresa y énfasis.

Lanzar sorpresivamente una pregunta general al grupo, mirando con interés a todos.

Interpelar a uno de los oyentes, pero de modo no insistente.

Intercalar súbitamente un ejemplo o anécdota. A la gente le encanta escuchar historias interesantes, y si viene al caso, será un buen recurso para generar conexión o volver a llamar la atención si esta ha decaído.

- Estrategias para ser mejor comprendidos:

Preguntar. Es el recurso ideal para calibrar la comprensión y diagnosticar el seguimiento: ¿me explico?, ¿se entiende? “¿qué hemos dicho hasta aquí sobre (…)”

Repetir. La exposición debería hacer una recapitulación cada tanto, sobre todo si es compleja. Cuando se pasa a un nuevo tema o momento de la exposición, lo mejor es sintetizar lo dicho y anticipar lo que sigue en relación con ello.

2.2.5 – Vocabulario: elegir bien las palabras

El discurso oral tiende al habla cotidiana, natural. Suelen elegirse las palabras llanas y se tolera más la repetición de vocablos, pero igualmente hay que evitar los usos coloquiales informales en una exposición de ámbito no familiar. Aquí se presentan unos consejos para acertar con la expresión que se requiere:

Lengua – Marcela Farré | 28

Identificar bien las palabras que deben estar en tu exposición: ellas corresponden al tema teórico que estás estudiando.

Seleccionar y remarcar por escrito las palabras clave vinculadas al eje temático, para recordarlas bien y que aparezcan en el discurso. Entre ellas, deben estar los términos propios de la materia o del tema. No da lo mismo decir “con mis palabras” algo que está bien precisado desde la disciplina que se estudia.

Pronunciar correctamente, que se entiendan los conceptos mencionados. Un rasgo característico de la lengua oral es la pronunciación más relajada, con una vocalización poco marcada. En exposiciones académicas, tendrás que esforzarte por hacer lo contrario: marcar con claridad tus expresiones, vocalizando correctamente.

Evitar las muletillas (o sea, es decir, bueno) y las palabras o sonidos de relleno (este, ehhh).

Enriquecer el lenguaje tratando de no caer en las palabras “baúl” o comodín: aquellas que valen para todos los casos y por eso se reiteran: cosa, tema, o los verbos decir, hacer, poner.

2.3- Estrategias del lenguaje no verbal

Aquí se verá cómo actúan los elementos no verbales para completar el sentido de un mensaje oral y podrás comprender su estrategia.

2.3.1- La kinésica

Es la disciplina de la comunicación no verbal que estudia los significados de los movimientos corporales. Kiné en griego significa movimiento. De ese modo, la kinésica estudia los gestos, posturas y movimientos faciales.

Cada cultura tiene un código gestual característico, así mientras que algunos pueblos parecen más inexpresivos, otros son efusivos. Pero también los contextos (más formales o

Lengua – Marcela Farré | 29

más familiares) marcan diferencias. Por eso, los movimientos se valoran a partir del ámbito en que se manifiestan y se deben analizar tanto en el emisor como en el oyente. Pongamos por caso una clase: si un alumno se mueve de manera inquieta y reiterada comunica desinterés. Hay movimientos que son inadecuados para ese contexto, como levantar los brazos y desperezarse o estirarse relajado en una silla.

Se analizará ahora el valor de la kinésica en contextos formales, académicos o profesionales, como estrategia de comunicación no verbal.

El cuerpo. Los movimientos corporales deben ser suaves, pausados y sin estridencias que llamen la atención. Si una alumna expone tocándose el pelo constantemente, distrae; igual ocurre con quien, al hablar, no para de hacer sonar el capuchón de su lapicera, por ejemplo.

Todo movimiento debe ser significativo, tener una finalidad. Si el expositor se mueve de un lado a otro sin sentido puede terminar por confundir o distraer.

Los gestos: Estos deben ser naturales, variados y concordantes con el mensaje. Hay distintos tipos de gestos:

o universales : entendidos por todos, conforman un verdadero lenguaje, como el “sí” y el “no”;

o ilustradores , los que cada hablante utiliza para enfatizar lo que está diciendo, por ejemplo en el uso de las manos para dar una orden, para indicar un lugar, etc;

o adaptadores : manifiestan un sesgo personal en una situación específica, como morderse las uñas, tocar al oyente para que preste atención o jugar con la birome.

o reguladores : dan indicios para desarrollar la comunicación, por ejemplo para tomar el turno de palabra, para indicar al otro que continúe o que repita, etc.

Es importante recordar que todos los gestos comunican: tienen un significado para el que recibe el mensaje. Cuidar y ejercitar los movimientos corporales y faciales es algo que se aprende. Así, los estudiosos han detectado que un rostro abierto es el ideal para un orador, y se caracteriza por la actitud animada de la cara que se observa en las líneas horizontales de la frente y las cejas elevadas cada tanto. Es un rostro expresivo.

2.3.2- La proxémica

Es el estudio de las distancias interpersonales y sus significados. Cada contexto y cultura desarrolla una noción de “territorialidad” propia y lo que es adecuado o no en cada contexto. Así, cualquier alteración de ese espacio en un entorno dado se interpreta como inadecuada. Existen diferentes tipos de distancia en el ámbito formal:

personal : la llamada “burbuja personal”, que es el espacio que se debe respetar en un intercambio persona a persona (de 40 a 60 cm según la cultura),

Lengua – Marcela Farré | 30

social : la del trabajo o de la clase (1 a 3 m),

pública : la de una conferencia o acto.

Los pueblos también se diferencian por su manejo de las distancias. Existen culturas “de contacto” (latinoamericanos, mediterráneos y árabes) y de “no contacto” (europeos del norte, americanos del norte, hindúes, chinos y japoneses). También las costumbres familiares influyen en el manejo de las distancias entre personas. En nuestra realidad en el aula, por ejemplo, si el profesor se acerca a los alumnos, incluso individualmente a ellos cuando les habla, generará mayor sentido de inclusión y compromiso. El oyente se siente interpelado, tenido en cuenta. Lo mismo ocurre al revés: la conducta del alumno en el aula puede ser señal de apoyo al profesor o no.

2.3.3- La voz y la prosodia

Las cualidades de la voz influyen en gran medida en la atracción que genera un hablante. Si bien la voz es una condición natural, también puede trabajarse y cuidarse. La buena voz es clara, fluida y melodiosa: sale sin carraspeos, no se entrecorta ni se jadea por falta de aire, lo que se logra con buenas técnicas de respiración.

2.3.3.1- Vicios en el uso de la voz

Son frecuentes y deben evitarse los vicios de pronunciación siguientes:

a. Juntar vocales (“lorganicé”)

b. Prolongar consonantes (“estannnn”, “vamos a hablarrr”).

c. No vocalizar, por no abrir bien la boca.

d. Omitir letras, especialmente las “s”.

e. Añadir consonantes, como el error gramatical que se comete en el verbo de segunda persona (“dijistes”, “comistes”).

Respecto de los demás elementos prosódicos (entonación, el acento, el ritmo, la velocidad y las pausas en la emisión de la voz) también hay que señalar estos errores:

- Que la exposición sea monocorde, pues aburrirá al oyente.

- Que se hable demasiado rápido, pues perjudicará la comprensión.

Es bueno hacer cambios de velocidad para variar y mantener la atención. Las pausas o silencios tienen un significado para el que escucha, por lo que todo esto debe tenerse en cuenta al hablar en un ámbito formal. Es como un suspenso, un anuncio de algo importante.

Lengua – Marcela Farré | 31

Por eso las pausas son efectivas para introducir un concepto central o antes de concluir. No deben ser, por tanto, espacios huecos y sin sentido.

2.3.4- El entorno: la imagen personal

La ropa que llevamos, el modo de peinarnos y los adornos comunican rasgos de personalidad a quien nos rodea. Hasta el propio medio físico en que nos movemos “dice” cosas de nosotros, por ejemplo los objetos de nuestra habitación. De este modo, quien expone frente a un grupo de personas deberá cuidar su apariencia y todos los aspectos que colaboran con el mensaje que quiere dejar de sí mismo.

En la actualidad, cuando se da tanta importancia a la imagen personal, una indumentaria equivocada puede provocar un prejuicio, aunque no sea correcto. El aspecto exterior desempeña un papel importante para fijar y mantener una imagen de nosotros mismos y tiene un peso considerable de cara a la autoestima y al sentimiento de seguridad en la propia persona.

En el intercambio oral, las personas tienden a concentrarse en:

1. Primero, lo que ven (raza, sexo, aspecto, vestimenta, gestos).

2. Segundo, lo que oyen (voz).

3. Tercero, el significado de las palabras.

En cuestión de segundos, el oyente valora al otro por lo que ve, y esto puede generar atracción o rechazo. Igual que el rayo precede al trueno, la vista se centra en la imagen antes que el oído en lo que se dice.

No hay recetas de vestimenta o aspecto, pero sabemos por experiencia cómo los detalles pueden distraer la atención, causar un impacto no deseado, o por el contrario, pueden contribuir a generar interacción según sea el contexto. Una comunicación formal, por ejemplo, demanda una imagen acorde, sin elementos llamativos.

2.4- Etapas para preparar una correcta exposición

Lengua – Marcela Farré | 32

Igual que para presentar un buen escrito, quien tiene que desempeñarse oralmente en público (clase, conferencia, exposición) se tiene que preparar. La oratoria, que se conoce como el estudio del “buen decir”, diferencia clásicamente tres momentos o etapas en la preparación de un texto para ser dicho: la invención (inventio), la disposición (dispositio) y la elocución (elocutio). Estas tres etapas se corresponden, en gran parte, con el proceso de la escritura que ya vimos en el Módulo I.

Es decir: primero, pensar bien qué temas vamos a incluir; segundo, en qué orden; por último, la propia exposición, con todos sus aspectos verbales y paraverbales puestos en juego.

2.4.1- Invención

Si te toca exponer un tema, sea individualmente o en grupo; sea un tema asignado o investigado por tu cuenta, el primer paso será precisar el alcance de lo que se va a contar: de qué vas a hablar exactamente. Este tema y lo que se decida incluir va a depender de ciertas variables:

- El contexto (aula, auditorio, programa televisivo, etc.).

- Los oyentes (el profesor, los compañeros, alumnos de otras facultades, padres, etc.).

- El objetivo (mostrar un saber, entretener, persuadir acerca de una causa, etc.).

- El tiempo del que se disponga, porque lo que se diga debe cumplir su objetivo en el tiempo asignado o razonable. Si lo que debo conseguir es una nota que me apruebe el examen, debo asegurarme de ser convincente e incluir los aspectos fundamentales, con la terminología precisa, en el menor tiempo posible.

Un segundo paso en la inventio consiste en investigar el tema a partir de diversas fuentes: experiencia personal, entrevistas, bibliografía. Pongamos un ejemplo. En un grupo de voluntariado se les pide investigar sobre los diferentes programas de alimentación que existen en la ciudad de Córdoba para niños carenciados. Comedores, escuelas, ONGs, etcétera. Llegado el momento, deberán exponer esa realidad ante el público de la Universidad, donde estarán también los familiares de los alumnos, en un acto central. Será un momento en el escenario con el fin de dar a conocer lo aprendido y persuadir al público de que es necesaria la acción social de todos. En particular, mostrarán al público la importancia de lo que están haciendo en el voluntariado sobre este tema (por ejemplo, recaudar cartones de leche).

¿De qué fuentes vendrá la información que se cuente? ¿Qué datos son necesarios? Claramente, la experiencia personal será vital en la persuasión. Un hablante que no está comprometido con su tema, no podrá entusiasmar a nadie, ni de la verdad ni de la necesidad de lo que cuenta. Pero además, tendrán que aportar datos para dar credibilidad: cantidad de lugares donde los niños se alimentan, cuántos niños, mostrar imágenes… Y también datos sociológicos, psicológicos y médicos sobre la importancia de la alimentación. Habrá fuentes médicas, de la Municipalidad de Córdoba, encargados de comedores…

Por lo tanto, para precisar el tema y su alcance hay que tener en cuenta:

Lengua – Marcela Farré | 33

a) que lo que se diga parta de las creencias y experiencias del orador,

b) que se apele a autoridades en el tema (fuentes); y

c) que se plantee a través de evidencias que lo hagan creíble (datos).

Al igual que vimos para la escritura, aquí se pueden usar las mismas técnicas de generación de ideas (brainstorming¸ mapas asociativos, palabras clave, etc.).

2.4.2- Disposición

En la dispositio, es decir, en la organización de los materiales recopilados, habrá que emplear técnicas de argumentación para que se pueda convencer al auditorio. El tema se tiene que ir articulando de modo de llegar a cumplir su función cuando llegue el fin.

La exposición oral está precedida de una guía escrita. Casi todos los oradores se presentan frente al público con un papel, que no debe leerse sino funcionar como recordatorio del orden de los temas. Esto es lo que debo pensar en el momento de la dispositio: ¿en qué orden me conviene presentar los temas? De ese modo, garantizo que esté completo y que se cumpla el objetivo.

Toda exposición tiene tres partes:

a) Introducción

b) Desarrollo

c) Cierre o conclusión

2.4.2.1- IntroducciónTambién llamada exordio en la oratoria clásica, es la apertura del discurso oral. Tiene que estar perfectamente preparada ya que de esa primera impresión depende captar el interés del espectador. Los objetivos de esta primera parte son:

- captar la atención;

- construir la imagen que queremos dar de nosotros mismos;

- entrar en tema. No es bueno demorar para decir de qué vamos a hablar, incluso es positivo anticipar conclusiones y objetivos.

Se recomienda pensar lo que se dirá en el exordio al final de toda la preparación, porque entonces se tiene una visión global de lo que haremos.

Existen diferentes modos de comenzar: referirse al tema directamente, referirse a la audiencia, a la ocasión o a uno mismo; también se puede nombrar un hecho reciente conocido por el público, o dar un ejemplo, hacer una cita, etc. En cualquier caso, estas cosas deben llevar rápidamente al tema.

2.4.2.2- Desarrollo

Lengua – Marcela Farré | 34

Es el cuerpo de la exposición oral. En esta parte, deben estar todos los datos, la información necesaria sobre el tema. Y deben estar de manera lógica, coherente.

El desarrollo tiene que guardar tres cualidades:

- unidad (evitar digresiones, detalles innecesarios, redundancias);

- orden (los argumentos lógicamente encadenados);

- progresión (no pasar abruptamente de un tema a otro sino enlazarlos).

En definitiva, organizar la dispositio es un momento importantísimo. Redactar un plan o esquema básico de la exposición oral servirá para jerarquizar elementos, para no olvidarse de un punto importante, facilitará la unidad y la claridad. En ese papel con el esquema, habrá que anotar frases cortas y jerarquizar las ideas con diferente tipografía o con una numeración, así será de verdadera ayuda a la hora de estar frente a los demás.

2.4.2.3- CierreEl final debe esforzarse por dejar claros los puntos fundamentales y dejar una buena imagen. Puede darse de diferentes maneras: con una cita, con un desafío, con una llamada a la acción, con un resumen, con un ejemplo, con una información que sorprenda, con humor. Ahora bien, hay que tener cuidado con el uso del humor, que solo es efectivo si aparece de modo oportuno y natural.

Un buen final de discurso oral tendrá en cuenta estas reglas:

- terminar en el tiempo previsto,

- cerrar con convicción (tono de voz alto, contundente),

- volver a mencionar el objetivo inicial, comprobando que se ha cumplido.

Una estrategia: cuando se encara el momento del cierre, es efectivo decirle al público que uno está terminando y cumplir: ¡terminar enseguida!

2.4.3- La exposición

Hemos llegado al momento de hablar, la elocución. Es lo que en la oratoria clásica se llama elocutio. Estamos frente a la audiencia, que puede ser el profesor, los compañeros, otros estudiantes o un espacio más amplio y heterogéneo donde nos toque hacer valer nuestros conocimientos con algún fin.

La elocución pone en juego todo lo que aprendimos al comienzo de este módulo sobre las estrategias discursivas de la oralidad, lo verbal y lo no verbal: un buen uso del lenguaje (términos variados y precisos), una voz clara y fluida (cuidada), una presencia adecuada, un buen manejo de nuestro cuerpo (gestos, mirada, movimientos)… ¿Cómo conseguir que todo esto sea armónico y efectivo? ¿Cómo ser competente para la comunicación oral?

No hay otra receta que practicar. Exponer a pesar de toda resistencia. Es una práctica muy buena en la universidad la de pasar por situaciones en las que el habla formal sea una exigencia. La primera vez que expongas, por ejemplo en un examen final, seguramente te

Lengua – Marcela Farré | 35

encontrarás frente a tus errores, tu ansiedad y hasta equivocaciones que en general no cometerías. Es normal que suceda, por eso cuanto más te “expongas”, mejor; después de todo, la vida profesional te exigirá desempeñarte con éxito en una cantidad de situaciones donde todas esas competencias (lingüísticas y no lingüísticas) están en juego.

Una buena exposición implica haber practicado, por ejemplo frente al espejo, ante amigos, o filmarla. Sólo así se podrá evaluar si se conoce el tema, si se respetan los tiempos o si hay algún aspecto para modificar, como pueden ser las muletillas o los tics con el cuerpo (tocarse el pelo, poner la mano en el bolsillo y tantos otros que son inconscientes hasta que los detectamos).

El éxito del objetivo dependerá de varios factores:

1. Empatía con el tema. Que el expositor muestre el tema como algo cercano a los sentimientos y experiencias de los que escuchan. Para el ejemplo citado, el de la necesidad de ayudar a organizaciones que da alimento a los chicos, habrá que empezar por mostrar esa necesidad como algo real, cercano, urgente.

2. Conocimiento. El expositor tendrá que dominar su tema, no puede vacilar.

3. Credibilidad. Poco conseguirá un alumno que es conocido por su frialdad o insolidaridad, que tiene una división en su vida entre la frivolidad propia y la supuesta acción social de la que habla. La credibilidad también se consigue mostrando un gran dominio del tema, el saber.

4. Expresión correcta. Una exposición de lenguaje y voz agradable será más atractiva y acompañará al tema del mismo modo, haciéndolo interesante y positivo.

5. Expresión adecuada. Un hablante entusiasta, seguro y convencido consigue sus fines. En esto los aspectos no verbales son un apoyo fundamental. Por ejemplo, un buen uso de las manos –enfatizando lo importante-, de los gestos –el movimiento facial, arqueando las cejas para mostrar el compromiso-, la mirada –que busca abarcar, y comprometer, a todos-, etc.

6. Apoyos visuales. La exposición de las ideas puede estar muy bien ayudada y dirigida por herramientas audiovisuales. Estas son un apoyo: jamás deben reemplazar el discurso oral y el contacto con los oyentes. Los oradores que leen al pie las diapositivas de power point, que están llenas de texto, resultan aburridos y monótonos, además de reemplazables.

La función de las ayudas visuales son: impactar al público, simplificar ideas, concretar algún concepto demasiado abstracto, mostrar relaciones, reforzar la memorización. Esta última es una de las razones más importantes, pues con las ayudas audiovisuales se mejora notablemente la retención.

2.5- El miedo escénico

Lengua – Marcela Farré | 36

Ya lo conocemos. Es ese sentimiento de temor, de ansiedad, de inseguridad…, de “estar en blanco” -y hasta sudar- cuando tenemos que hablar frente al público. Conocido como “pánico escénico” o “miedo oratorio”, le ocurre a casi el 80% de los oradores, y hasta los actores experimentados lo conocen.

Hay que distinguir entre una sensación de nervios que puede dominarse y el verdadero “pánico escénico”, que se define como una función síquica paralizante, un estado de nerviosidad patológica. Los signos externos que lo demuestran son: transpiración en las manos y en los pies, pulso acelerado, sequedad de la boca, temblor de las manos o de una pierna, tartamudez, subida de presión arterial, contractura muscular.

Puede afectar a expertos y a novatos. Por eso, lo que importa es conocer su origen, la raíz, y tratar de enfrentarlo. Gran parte del estrés oratorio surge de pensar que los oyentes tendrán una actitud crítica o que algún detalle salga mal y todo termine en fracaso.

Las causas del miedo oratorio son variadas: complejo de inferioridad, miedo al fracaso, falta de preparación del texto, reacción natural a lo inhabitual. En el fondo, se trata de un sentimiento de inseguridad, que se supera cuando se conoce muy bien el tema y entonces uno es capaz de olvidarse de sí mismo y su propio aspecto para centrarse en el referente.

Por eso, quien experimenta este tipo de estrés, antes de trabajar los aspectos persuasivos y paraverbales, tendrá que conseguir exponer al menos el contenido de modo claro, sin titubeos. La mejor forma de hacerlo es dominando el tema. Tendrá que preparar y conocer el doble de lo que efectivamente va a decir, porque esta reserva de material dará más seguridad. Hay que repasar siempre la exposición unos minutos antes de decirla, pensando con convicción que el tema es importante: sólo si uno siente entusiasmo podrá contagiarlo a los demás. Si no creemos en el valor de lo que decimos, mal podremos transmitirlo a los otros.

Se empezará con el tono natural de la voz pero aumentado en volumen, y se debe cuidar mucho la vestimenta, para que no sea un factor de distracción ni de malestar. Una clave: sonreír. Es como una especie de control mental, en el que la acción provoca el sentimiento. Si actúo como valiente, me siento valiente.

2.5.1- Cómo superar el miedo escénico

Lo principal es tener una actitud positiva de confianza en uno mismo. Esto supone saber que tengo la posibilidad de elegir entre dos emociones: la angustia o la confianza; puedo elegir entre disfrutar el momento o sufrir.

¿Qué hacer si la mente se queda en blanco? Lo más indicado es reconocerlo con humor y no intentar que no se note. Entonces, ¿cómo salir de la situación? Distintas maneras de hacerlo son resumir lo que se venía exponiendo, repetir con otras palabras lo último que se dijo o saltarse esa parte y continuar con otra.

Lengua – Marcela Farré | 37

Aquí se resumen, a modo de técnicas, consejos para superar el sentimiento de miedo escénico antes de exponer:

1. Alguna vez ir a escuchar en vivo una conferencia. Será la ocasión para examinarla de otro modo, viendo que los demás también pasan por las mismas situaciones y las superan. Si no se da la ocasión, observar una clase que te guste desde ese punto de vista.

2. Conocer a fondo el tema y ensayar.

3. Usar la acción corporal para sentir confianza con uno mismo y con la audiencia: moverse para quitar la ansiedad, usar las manos, etc.

4. Tener claro que los demás quieren que nos salga bien; no están allí para cuestionarnos.

5. Practicar algún ejercicio de relajación antes de hablar. Un ejercicio es provocarse el bostezo, unos cuantos, antes de la exposición: ¡No se puede estar tenso cuando se bosteza!

6. Reírse un poco antes de empezar ya que la risa descarga las tensiones.

7. Acallar cualquier pensamiento de posibles problemas (del tipo: “y si...algo sale mal”).

8. No pretender gustarles a todos: si alguno me critica, no pasa nada.

2.6- Herramientas

En esta sección te dejamos consejos y técnicas que pueden ser de utilidad en tu vida como estudiante.

2.6.1- Cómo tomar apuntes Lo que vimos en este módulo acerca de las características de una exposición oral puede llevarse ahora al terreno de quien escucha. En concreto, tu participación como alumno en una clase o asistente a una charla.

El profesor o la profesora preparan cada clase con mayor o menor estructuración, pero siempre guiados por un programa y con un objetivo. El contenido no reemplaza la bibliografía teórica de la materia, pero debe considerarse con estricto seguimiento, porque siempre es una guía del temario y de lo que el tutor considera importante.

La respuesta a la pregunta sobre cómo tomar apuntes ante una exposición oral, cabe fijarse en dos aspectos:

Lengua – Marcela Farré | 38

a) Por un lado, cómo interpretar cuál es el contenido fundamental, lo que debemos anotar.

b) Por otro lado, cómo hacer las anotaciones para que sean claras y permitan recuperar el contenido de la clase.

2.6.1.1- Estrategia para interpretar el contenido útilEl hablante –profesor o profesora- introduce su clase y nos cuenta unos sucesos. No sabemos entonces si lo que narra es parte del tema o una anécdota para introducirnos en él. O un caso que luego llevará a teorizaciones. Sin embargo, en cuanto aparecen ciertos signos sabemos que hay que empezar a anotar: la exposición se hace más enfática, toma más velocidad, se desarrollan definiciones… Es lo primero que te toca hacer: estar atento al momento en que empieza el tema y hay que tomar apuntes.

Como alumno es indispensable que sigas muy de cerca el programa de la materia, saber en qué punto de éste se encuentra el dictado y cuáles son los ejes temáticos de esa unidad. Si hay dudas, no dejar de preguntarlo.

Por lo general, el profesor anuncia en la clase el título o tema que tratará ese día. Ese es el eje al que deberás volver cada vez que asome un aspecto que te parece nuevo: preguntarse: ¿cómo se vincula con el tema general? ¿Es un apartado general o un subtema de otro que se viene hablando?

Además, en el desarrollo de su exposición, escucharás palabras que se repiten: conceptos teóricos, términos técnicos, a veces nuevos. Siempre que aparezca un concepto así, hay que anotarlo y asegurarse de comprenderlo. Si es necesario, pedir que se repita la definición o que se explique más ampliamente. A veces un ejemplo es útil para fijarlo. Además, la repetición es un mecanismo de cohesión, por eso podrás tomar los conceptos repetidos como clave del tema eje. Desde el punto de vista paraverbal, esos conceptos imporantes irán señalados por movimientos de manos y gestos faciales que indiquen énfasis; lo mismo ayudará el cambio de entonación.

Durante el desarrollo del tema, habrá transiciones. Cada una, señalada por un nuevo “título” o expresión teórica, estará marcada por elementos verbales como los enlaces o conectores y por elementos paraverbales que tendrás que “captar”: en general, al introducir un tema el hablante realiza una pausa -lo que en un escrito sería el espacio de un apartado-. Los signos no verbales relativos a la voz, como la pausa y el cambio de tono, son una guía para entender cuándo comienza un nuevo subtema.

Aquí se resumen algunas estrategias que pueden ayudarte a captar lo más importante del contenido, guiados por las características de la lengua hablada:

- Tratar de diferenciar bien las tres partes de la exposición: apertura, desarrollo y cierre.

- Centrarte en el desarrollo, que en toda exposición es el lugar donde avanzan los contenidos teóricos, conceptos, definiciones o razonamientos.

- No confundir las ideas secundarias con lo esencial. Los ejemplos, citas y casos pueden ayudar a retener los temas, pero no son imprescindibles.

- Aprovechar el rasgo redundante de la oralidad, ese que favorece la retención y asegura que, como alumno, termines de captar el tema completamente. Pero una vez

Lengua – Marcela Farré | 39

que has comprendido la cuestión, bastará con una anotación breve, sin reiteraciones.

- Desechar todos los rasgos propios de la oralidad que se explican por la simultaneidad: el desorden, las muletillas, las frases incompletas, etc. El alumno debe reponer el orden y completar las oraciones o conectarlas correctamente, una vez que se ha captado el contenido en su contexto.

2.6.1.2- Técnicas para redactar apuntesVas captando claramente el contenido en orden. Pero ¿cómo conviene apuntarlo? Aquí se enumeran algunas estrategias que son útiles, y que tal vez ya estés utilizando. No viene mal repasar su sentido:

a) Aprovechar los recursos del espacio textual. Usar el espacio de la hoja de modo generoso. No abarrotar las frases en párrafos, sino más bien dejar lugares espaciados. Esto te permitirá completar alguna idea si en el desarrollo de su exposición el profesor añade algo vinculado a lo que anotaste, como el nombre de un autor clave, un libro para buscar, un ejemplo o un término.

b) Escribir las frases completas pero breves. Sujeto y predicado. Sin adjetivaciones. Debajo de ella, y con un margen subordinado, anotar las ideas secundarias (los complementos, los desarrollos complementarios).

c) Usar flechas para vincular contenidos.

d) Usar llaves para englobar conjuntos de ideas.

e) Enumerar ideas de la misma jerarquía con alguna señal icónica (viñeta, asterisco, punto) y colocarlas con el mismo margen, para captar a golpe de vista su relación.

f) Organizar la hoja con un espacio esquemático, como un índice, de modo que sea legible el orden y la jerarquía de los temas.

g) Emplear colores para resaltar términos técnicos en las definiciones o para los recursos icónicos que se quieran.

2.6.2- Cómo actuar ante un examen oral Cualquier exposición oral, como hemos visto en esta lectura, requiere una preparación de distintos aspectos que van más allá de conocer el contenido. Lo mismo ocurre ante un examen o evaluación oral. En este apartado queremos incidir en lo siguiente: no se trata sólo de estudiar sino de tener una actuación correcta y adecuada, lo cual implica poner en juego las competencias comunicativas propias del discurso oral, por un lado, y los requerimientos de la situación de examen en sí misma, por el otro.

Vamos a considerar, entonces, qué factores hay que considerar antes de que llegue ese momento.

2.6.2.1- Preparar el examen

Lengua – Marcela Farré | 40

Prepararse bien significa dos cosas: adquirir el saber (estudiar) y ser competente para el discurso oral. Tendrás que ensayar o exponer los temas frente a otros, poniendo atención e interés en tu conducta no verbal:

- Tratar de ver al profesor en consultas previas, pues esto anticipa y disminuye las tensiones propias del encuentro examinador.

- Hacer un esquema (como un índice) del tema, con oraciones que resuman la idea central de cada apartado. En ese papel, es conveniente resaltar con color palabras clave, que accionen la memoria del resto.

- Para cada tema, prever cómo vas a introducirlo.

- En el desarrollo, anotar y memorizar palabras clave y términos técnicos propios de la disciplina.

- Prever un ejemplo para ilustrar las ideas.

- Tomar conciencia de las muletillas habituales (esteee, o sea, mmm) y ensayar de nuevo poniendo atención en no decirlas.

- Verificar que somos capaces de mover las manos y hacer gestos de interés, que acompañen el desarrollo del tema.

- Asegurar que no caemos en los tics que distraen como jugar con la lapicera o tocarse el pelo.

- Cuidar la apariencia, que tendría que denotar que se trata de una situación más formal, diferente de la clase habitual.

Al estudiar, hay que asegurarse de comprender el tema central de cada punto. Por ejemplo, si se trata de un artículo o capítulo, hay que identificar la tesis general del autor a lo largo del texto, más allá de haber estudiado algunas clasificaciones o definiciones internas. ¿De qué trata este artículo? ¿Cuál es la idea a la que se apunta a lo largo de él? Esto será tu guía para aprender los contenidos parciales.

2.6.2.2- La relación con el interlocutorLlega el momento de la evaluación. Los protagonistas de la situación son el profesor -o mesa examinadora- y el alumno. Aunque en el contexto se encuentren otras personas, la comunicación se baraja entre los protagonistas. A partir del momento en que comienza la evaluación no cabe que el alumno se dirija a sus compañeros que están en el aula, ni se gire para mirarlos.

El examen es una situación formal, y esto se debe ver también en el trato con el profesor y hasta el modo de saludar al comienzo de la comunicación. Nada impide que exista cordialidad, incluso un trato amistoso fuera de ese escenario, pero el examen no es una charla entre amigos. La misma formalidad marca que las posturas y movimientos sean sobrios y adecuados. Respecto de la mirada, el alumno debe abarcar a todos los examinadores (si hay más de uno).

En la exposición, debería predominar una actitud de entusiasmo, aunque signifique un esfuerzo disimular el cansancio. El profesor valora positivamente al alumno que se muestra expresivo y atento. Y esto, incluso, aunque el examen termine mal: el alumno puede estar disgustado consigo mismo, pero no puede dar muestras de enojo ante la mesa.

Lengua – Marcela Farré | 41

2.6.2.3- Estructurar el temaTanto si es escrito como oral, el contenido se ha de exponer de manera organizada. Siempre se tiene que hacer una introducción, que en el caso oral podría ser decir brevemente de qué se va a hablar (qué aspectos se van a considerar, en qué orden se van a exponer).

Lo ideal es que, ante una pregunta, el alumno responda de modo completo y no sea necesario repreguntar, pedir que siga, que amplíe, etc. Asimismo, la respuesta tiene que desarrollarse con un orden lógico y no irse por las ramas, lo cual a veces se da por falta de estudio. Debe preverse (antes de empezar a hablar) un orden, que si el profesor lo permite, puede llevarse en un breve esquema escrito. Al responder, se espera que el alumno exprese oraciones asertivas y no con tono de duda, como si estuviera suponiendo o esperando a ver la cara del profesor para asegurarse.

Si el alumno se queda en blanco, no debe caer en expresiones como: “lo sé pero no me sale”, “me matan los nervios”, “ay, me trabé”. Tenemos que dominarnos y enfrentar la situación de los modos que hemos visto antes (apartado 2.4.1).

Al mencionar un artículo o apunte, hay que citar la fuente (autor o título). No puede repetirse la muletilla “dice”, sin identificar al emisor; o “dice la fotocopia o el apunte”.

Una buena práctica es el uso del ejemplo, que aparece para ampliar, explicar, confirmar, demostrando cómo se relaciona el caso citado con la teoría. Por ejemplo, citar un caso a continuación de una definición, y hacerlo sin necesidad de que el profesor lo solicite. Los profesores valoran la búsqueda y aplicación personal de ejemplos.

2.6.2.3- El lenguaje En relación con la formalidad que supone este momento, se dejan las siguientes indicaciones:

- Dejar fuera del examen las expresiones coloquiales (“agarro y digo”, “un montón”, “qué sé yo” y otras).

- Evitar los vicios de la oralidad familiar o coloquial (“por ai”, “es como que”, “tipo”).

- Detectar las propias muletillas y tratar de quitárselas de encima; al principio cuesta y nos puede trabar, pero al final se logra erradicar el hábito. Las más comunes son: “o sea”, “esteee”, “es decir”, “bueno”, “digamos”, “después” (para dar paso a otro tema).

- No dirigirse al profesor tuteándolo, algo común cuando se quiere concretar una definición: “por ejemplo, si tomás este autor, te das cuenta…”, “cuando querés describir”, “si dividís los capítulos”, etc. Hay que ser capaz de abstraer, usando la tercera persona: “si se toma este autor”, “cuando se quiere describir”; etc.

- Procurar que aparezcan en la exposición los términos propios de la disciplina que se evalúa, sobre todo los conceptos nuevos.

- Expresarse de manera correcta y precisa (no “una idea aproximada”, que “es más o menos lo mismo”). La lectura de los textos académicos te mostrará la pauta de qué se espera en tu exposición.

Lengua – Marcela Farré | 42

Módulo 3

Normativa y estilo

Materia: Lengua. Estrategias de producción y comprensión de textos

Profesora: Dra. Marcela Farré

Lengua – Marcela Farré | 43

3.1- Normativa de la lengua: ¿Para qué sirve?

La normativa del español es el conjunto de reglas lingüísticas que surgen como resultado del uso y la tradición. Cada lengua tiene una historia cultural que determina las formas admitidas y compartidas. Gracias a las normas o reglas se puede asegurar no sólo la continuidad de un idioma sino también la comunicación de todos sus hablantes en el mundo.

Dos datos curiosos: el español es la segunda lengua más hablada del mundo (detrás del chino mandarín), con más de 400 millones de hablantes2; y es la tercera lengua más empleada en internet (detrás del inglés, que concentra el 80% de las entradas, y del chino)3. Estos datos hablan de la importancia de nuestro idioma, que sigue aumentando en prestigio, dato que se ve por su creciente presencia como segunda lengua en congresos internacionales y publicaciones científicas de relevancia4.

La continuidad de un idioma, la unidad de sus hablantes y el aumento de su prestigio sólo se puede lograr si las personas que lo usan lo valoran y respetan. Cuidar la ortografía, preocuparse por la mejor puntuación de unas frases, preguntar por la forma de expresar una idea o incluso dudar de cómo se dice o se escribe una palabra son todas maneras de empezar a valorar nuestro idioma.

3.1.1- Lo correcto y lo aceptable

¿Se dice “la mayoría de la gente está conforme”, o “la mayoría de la gente están conformes”? Según la norma, el sujeto y el predicado deben concordar en número, por tanto, si el núcleo del sujeto es “la mayoría”, el verbo estará en singular. Como vemos, la norma nos limita: señala algunos usos como correctos y deja fuera otras posibilidades. Así ocurre desde que aprendemos el idioma: el niño dice “escribido” y se lo corrige. Un hablante dice “comistes” y

2 http://elespanolenelmundo.blogspot.com/2011/05/la-extension-del-espanol_02.html Visitado en noviembre de 2011.

3 http://www.europapress.es/portaltic/internet/noticia-espanol-tercera-lengua-mas-utilizada-internet-20111103150201.html

4 http://www.eumed.net/rev/cccss/05/jrz.htm

Lengua – Marcela Farré | 44

este uso es identificado como erróneo, señal de falta de formación. Es un error morfológico del verbo.

Existen normas fuertes en nuestro idioma, como se observa en la gramática (sintaxis de la frase y morfología de las palabras). Sin embargo, también es verdad que las leyes funcionan en un tiempo y lugar determinados, para unos hablantes, y si estas reglas dejan de ser útiles para la mayoría, pueden cambiar.

De este modo, se aceptan usos que se alejan de la norma originaria, pero que no se corrigen ni se juzgan, sino que se los valora como propios de una determinada comunidad. Esto es evidente en las diferencias de uso aceptables que se escuchan en los países hispanohablantes y que responden a la tradición culta de cada uno.

Por ejemplo, en Cataluña (España) es norma el uso “la mayoría de niños asiste a la escuela pública” (en lugar de “la mayoría de los niños”); y esto está instalado en la escritura formal. ¿Y en Córdoba? Decimos: “Le digamos que venga”, cuando la norma indica que el pronombre de objeto indirecto “le” va al final del verbo: “Digámosle”. Es un uso aceptable aquí, pero que llama la atención en otros lugares. También podemos llegar a escuchar la pronunciación “digamoslé” (que en realidad, por morfología verbal, debe ser esdrújula). De modo que conviven las diferentes formas, una que sigue la norma culta y la otra que funciona según lo aceptable, y que dentro de ese contexto es correcto.

Sin embargo, cuando los hablantes se disponen a usar su lengua en contextos formales y que trascienden la frontera de su comunidad (sea Córdoba o sea Argentina), deben tender al uso de una norma general. Por eso es conveniente conocer esas reglas y procurar adoptarlas siempre en el uso cotidiano también.

Por último, existen casos donde es correcta la forma que se aleja de la norma gramatical. Veamos esta frase: “La mayoría de los alumnos esperan ansiosos los resultados.” La norma indica que el núcleo “mayoría” se completa con la forma “espera ansiosa”, pero esto resulta chocante para el oyente, por el femenino. El sentido y el uso señalan como aceptable y correcta la opción masculina y plural, y verdaderamente, es la mejor opción.

Tenemos, entonces, el caso de usos aceptables, tomados como correctos, aunque gramaticalmente no existan:

Aceptabilidad por el sentido: Es el caso del ejemplo anterior. La norma aplicada se llama “coherencia ad sensum”, es decir, por el sentido. La frase “Una gran parte de los chicos dijo que estaba contenta” sonaría extraño.

Aceptabilidad dentro del contexto profesional (y su jerga). Hasta hace unos pocos meses, la palabra “bancarizar” no estaba reconocida por el Diccionario de la Lengua Española; acaba de incorporarse en su versión en internet y se aclara que es un adelanto de lo que será admitido en la próxima edición (23ª) del Diccionario. Muchas palabras propias de las disciplinas nuevas (como el management) provienen del inglés y se las “castellaniza”; otras asumen una forma propia según las desinencias de nuestro idioma, como “mercadólogo”, que no está reconocida en el diccionario. Son usos aceptables dentro de esos contextos.

Usos inexistentes que se generan por su valor estilístico, para provocar connotaciones: “chaucito” (en el uso familiar), “la mar miraba con ojos grandes” (en el uso literario), “esa chica está equivocada mal” (jerga adolescente), etc.

Lengua – Marcela Farré | 45

En conclusión, la aceptabilidad se refiere a usos que se consideran correctos en ciertos contextos lingüísticos o sociales, mientras que lo correcto se refiere a los usos que responden a la norma de la lengua. Conocerla y respetarla es imprescindible, sobre todo en el contexto académico y profesional para el que esta asignatura pretende ser de ayuda.

3.1.2- ¿Y por casa, cómo andamos?

Antes de entrar en las reglas, aquí tenemos un ejercicio para un diagnóstico personal. En estas oraciones que siguen, ¿qué errores se descubren?

a) El área de Recursos humanos está en el segundo piso, los alumnos tienen que subir por esa escalera.

b) El 50% de los balances corresponden al primer cuatrimestre.

c) ¿El aula está cerrado? ¿Este aula?

d) Elena llegó con Tomás y Marta, vino con Pablo.

e) Los formularios conteniendo datos confidenciales deben guardarse en el armario.

f) Estaban convencidos que la tarea era más fácil.

g) De acuerdo a lo hablado, mando aquí mi resúmen.

h) Los participantes absorvieron todos los datos.

i) Me dió la impresión que no nos conocían.

j) Podemos irnos cuando querramos.

Soluciones:

a) Los nombres de áreas, disciplinas o ciencias van con mayúscula: Recursos Humanos, Tecnología, Ministerio de Trabajo. Además, la coma es incorrecta: se trata de dos oraciones o proposiciones, cada una con su sujeto y predicado. Entre ellas va punto (o punto y coma), o si no se pone la conjunción “y” para unirlas. Pero la coma tiene otros usos, como se verá en el apartado correspondiente.

b) El verbo tiene que ir en singular, porque modifica a “El 50%”, no a los balances.

c) Aula es un sustantivo femenino, pero al comenzar con “a” tónica (con golpe de acentuación), por una razón de sonido, la norma indica poner los artículos en masculino: “el aula” o “un aula”. Por eso se dirá: “el aula está cerrada”, en femenino. La regla solo vale para los artículos, no para pronombres. Por eso se dice “Esta aula”.

d) El error está en la puntuación. No va coma entre el sujeto y el verbo: “Marta vino con Pablo”.

e) En esta oración hay un gerundio (conteniendo), y es un error común usarlos como adjetivo (“cajas conteniendo”). Lo correcto es: “cajas que contienen”.

Lengua – Marcela Farré | 46

f) Por temor a caer en el vicio del “dequeísmo” (*pienso de que, cree de que), muchos hablantes sacan la preposición “de” siempre. Sin embargo, hay verbos que la exigen como “estar convencidos de” o “estar seguros de”. Por tanto, en el ejemplo, la expresión correcta es: “Estaban convencidos de que la tarea (…).” No poner la preposición lleva a cometer el error contrario, que se llama “queísmo”. Se trata de un error en el nivel sintáctico.

g) En esta oración hay dos errores. La expresión “de acuerdo a” es incorrecta, porque las personas estamos de acuerdo con otras personas o situaciones. Además, resumen no lleva acento: es palabra grave terminada en n.

h) La palabra correcta es “absorber”, que viene de “sorbo-sorber”. Escribirla con “v” es un error derivado de asociarla con “observar”.

i) Dos errores hay en este caso: “dio” es un monosílabo, y por tanto no lleva tilde. Además, hay un queísmo. La forma correcta es “dar la impresión de que”.

j) Existe en esta oración un error morfológico del verbo. Se dice “queramos”.

3.2- Un paseo por las principales reglas ortográficas

El ejercicio anterior muestra un pantallazo de la situación en que está cada uno frente a ciertas reglas del idioma. Tal vez en algunas de ellas convenga hacer un repaso… Vamos a empezar por la ortografía (acentuación, puntuación y escritura de palabras) y luego, en otro apartado, veremos cuestiones morfológicas y sintácticas. Después nos centraremos en pulir el estilo.

En el módulo I se habló de la importancia de organizar los textos con claridad y coherencia. Ahora se trata de conocer las reglas que se deben respetar en un escrito formal. Puntuación, acentos (tildes) y ortografía de las palabras tienen que ser impecables en todas las presentaciones escritas en la universidad. El objetivo aquí no es memorizar las reglas, sino adoptar una nueva actitud ante el idioma: dudar, revisar, consultar y ¡corregir!

3.2.1- Acentuación

La acentuación es un aspecto fundamental de la ortografía. Veamos un listado de palabras que suelen aparecer mal acentuadas, pero que aquí presentamos en su forma correcta:

Matrícula

Exámenes

Libido

Examen

Joven

Dio

Lengua – Marcela Farré | 47

Fue

Líder

Licua

Sáquenselo

Ascensor

Veintidós

Hincapié

Fui

Pie

Caída

Acentúa

Evacuen

Regímenes

Reunión

Huida

Lengua – Marcela Farré | 48

Revisemos las reglas que justifican la acentuación correcta de las palabras anteriores:

- Las esdrújulas y sobreesdrújulas siempre llevan la tilde: exámenes, sáquenselo, matrícula, regímenes.

- Las palabras graves (que tienen el golpe de acento en la penúltima sílaba, como “Carmen”) sólo llevan tilde si no terminan en n, s o vocal. Por eso, “Carmen”, “joven” o “examen” no la tienen. En cambio “líder” sí. Con respecto a “libido”, es un error pronunciarlo de manera esdrújula (“líbido”). Esto surge por confusión con otra palabra, el adjetivo “lívido” (pálido, mortecino).

La palabra “huida” es grave, pues se considera que el grupo “ui” forma diptongo. Lo mismo sucede con “jesuita” o “distribuida”. A pesar de que mucha gente tiende a pronunciarlas con hiato (dis-tri-bu-i-da), se trata de diptongo y no deben separarse las dos vocales. “Jesuítica” sí lleva acento porque es esdrújula.

- Las agudas (que tienen el acento en la última sílaba, como “pizarrón”), llevan tilde cuando terminan en n, s o vocal. Por eso la tienen “veintidós”, “hincapié” y “reunión”, y no la tiene “ascensor”.

3.2.1.1- Casos especiales

a) Los monosílabos no llevan tilde por norma general. Es un error común ponerle tilde a fue, fui, vio, dio, ti. Pero hay excepciones: cuando dos monosílabos se escriben igual pero tienen distinto significado, uno de ellos lleva una tilde diacrítica o diferenciadora. Ejemplos:

Sé que se estaba duchando.

¿Te vas a servir té?

Lo mismo ocurre con los pronombres “él/el”, “tú/tu”, “mí/mi” y con otros casos comunes: “aún” (todavía)/ “aun” (sinónimo de “aunque”).

b) Las palabras con hiato: casos en que la pronunciación divide dos vocales que hubieran formado diptongo; entonces, es necesario colocar la tilde aunque no respete la regla. Por ejemplo la palabra “María” es grave terminada en vocal, y según la regla no debería llevar tilde. Pero si no la ponemos, la pronunciaríamos “Ma-ria”, con acento en la primera “a”. También hay hiato en las palabras de la lista “acentúa” y “caída”.

c) Los verbos que vienen de los infinitivos terminados en “cuar” y “guar” no hacen hiato, son diptongo: “averiguo”, “licuo”, “evacuen”.

Se suele cometer el error de acentuarlos y formar hiato (por ejemplo, la palabra “licúo” o “evacúan”), por contagio con las formas que vienen de los verbos terminados en “tuar” y “suar” (“acentúa”, “consensúo”).

d) Palabras compuestas:

Cuando se unen dos sustantivos en una sola palabra, predomina el acento (golpe de pronunciación) de la segunda, y la escritura sigue la regla general: decimosexto,

[Escribir texto]

decimoséptimo, veintidós, hincapié (en este caso, por ejemplo, se trata de una aguda terminada en vocal, por eso lleva tilde).

Si dos sustantivos se unen por un guión para expresar un término compuesto, cada palabra conserva su tilde original: teórico-práctico; económico-social.

Los adverbios terminados en mente (“mágicamente”, “ciertamente”) mantienen la acentuación del adjetivo original (“mágica”, “cierta”).

e) Las letras mayúsculas llevan el acento que le corresponde a la palabra, siempre. “Índice”, “INTRODUCCIÓN”, etc.

3.2.2- Puntuación

Los signos de puntuación son necesarios en la escritura porque sin ellos podría resultar dudoso y oscuro el significado de las partes de una oración o de un texto. Se repasarán aquí los más corrientes:

3.2.2.1- El puntoEs la mayor pausa sintáctica que la ortografía señala. Se usa cuando el período termina su sentido completo y se puede pasar a otra idea nueva, con su sujeto y su predicado.

Existen el “punto y seguido” (otra oración continúa junto a él), el “punto y aparte” (se pasa a otro párrafo) y el “punto final” (marca el fin del texto).

Últimamente se observa el error frecuente de reemplazar el punto por coma, de modo que varias cláusulas con sentido completo aparecen como enumeradas, cuando en realidad debería ir punto. Ejemplo incorrecto: *“Las dos estuvieron leyendo toda la tarde, el vecino las vio dese su ventana, se preguntó qué clase de libros serían esos”. Las comas no son correctas pues son oraciones diferentes. Puede usarse punto, punto y coma; o la conjunción “y” para unir dos cláusulas: “Estuvieron leyendo toda la tarde. El vecino las vio desde su ventana y se preguntó (…)”.

3.2.2.2- La coma

- Se usa para separar el vocativo (al nombrar al interlocutor): “Chicos, pongan los bancos en círculo”; “Por favor, Inés, traé tu carpeta”.

- En las enumeraciones de términos de igual valor, excepto si aparece una conjunción (y, o, ni): “Roberto, Rubén y Pedro”; “Vino, tomó un café y se fue”. 5

- Cuando se inserta una aclaración explicativa (una aposición) o la mención de una fuente: “La esperanza, dice el refrán popular, es lo último que se debe perder”; “Los

5 Cuando en una sucesión el último término no participa del mismo nivel de elementos de la enumeración, se coloca la coma delante de la “y”. Ej: “Vino, tomó un café, y yo me quedé pensando en su conducta”.

Lengua – Marcela Farré | 50

vientos del sur, que en aquellas regiones son muy frecuentes, ponen en peligro a los viajeros”.

- También se separan con coma los conectores siguientes: esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente, sin embargo, no obstante, y otros del mismo tipo. Ejemplo: “Anoche, sin embargo, el cielo comenzó a nublarse”.

- Cuando se invierte el orden regular de las oraciones, adelantando lo que había de ir después: Aunque después de muchas conversaciones había llegado a la conclusión de que debía irse, no se lo dijo. Cabe notar que si la parte que se antepone es corta y bien notoria, no hace falta la coma: “Este fin de semana fui al recital”.

3.2.2.3- El punto y coma- Se usa cuando en una enumeración cada elemento contiene ya dentro alguna coma, por tanto se separan los términos con punto y coma: “Organizaciones cuyo objetivo primordial no es la venta de productos también desarrollan el marketing directo, aunque con otros objetivos: para ganar socios, porque esto les permitiría ampliar su negocio; para conocer la percepción de su marca que tiene el público y para formar opinión.

- Antes de los conectores que después llevarán coma: “La administración de los procesos permite asegurar que estos cumplan con estándares de calidad establecidos; en definitiva, sólo la información diaria de los procesos permite identificar posibles ineficiencias en ellos”. Notemos que en lugar del punto y coma podría haber ido un punto.

- Cuando en una misma oración se enlazan dos ideas o proposiciones independientes, de modo que podría ir un punto también, pero hay estrecha relación entre ellas: “Por definición, la Historia comienza cuando aparecen los registros escritos; los restos de la cultura humana antes de la escritura constituye el ámbito de la Prehistoria.” Como se ve, el punto y coma señala la relación y continuidad que hay entre las dos proposiciones, pero el escritor también hubiera podido poner un punto. Sólo que este implicaría una pausa y distancia mayor.

3.2.2.4- Los dos puntos- Cuando se expone una idea general y en seguida se la demuestra o explica se ponen dos puntos para anticipar esa explicación. “El teléfono inteligente –smartpohone- es un celular que ofrece más aplicaciones que un teléfono común: descarga de programas, acceso a redes sociales, pantalla táctil, etc.

- Para anticipar un ejemplo (como se ve en el siguiente punto).

- Para anunciar una cita textual: “Al ser consultado, el presidente de la Asociación dijo: “Vamos a necesitar el apoyo de todos”.

Después de los dos puntos se escribe con letra mayúscula si la idea que continúa constituye una oración independiente, un tema nuevo. No es el caso del primer uso citado arriba.

3.2.2.5- Los puntos suspensivos- Se utilizan cuando la idea queda deliberadamente incompleta, con sentido de suspenso. Una aclaración: no importa cuánto suspenso haya, ¡los puntos son siempre tres!

Lengua – Marcela Farré | 51

- También se usan si en una frase se desea dejar una pausa con sentido de temor o duda, o para sorprender al lector. “El Rector nos convocó a los cuarenta profesores del área, y allí fuimos… sólo cinco de nosotros.”

- En citas textuales en las que no es necesario copiar íntegros algunos pasajes. Se dejan los tres puntos entre paréntesis, lo cual indica que en ese lugar se ha omitido una parte.

3.2.2.6- Interrogación y admiraciónEn nuestro idioma estos signos de pregunta y exclamación se abren y se cierran. Es una costumbre tomada del inglés emplearlos al final únicamente, pero esto es incorrecto en español.

Al cerrar una oración con uno de esos signos, no se debe poner punto (es un error escribir: *“¿Vas a venir?.”) A continuación se escribirá con mayúscula, pues el signo funciona como punto de cierre. La excepción es que se trate de una enumeración: “¿Se fueron todos?, ¿también Pablo y Miguel?”

Con fines enfáticos o emotivos se suelen multiplicar (¡¡¡ ¡!!), aunque este uso es familiar y connotativo, indicio de subjetividad. No se emplea en la lengua formal.

El signo se debe colocar cuando realmente comienza su sentido, que no es necesariamente al principio de la oración: “Si ellos estaban sentados, ¿cómo era posible que nos vieran?”

En este apartado recordamos que los pronombres “qué”, “quién”, “dónde”, “cómo”, “cuándo” y “por qué” que se usan en las interrogaciones y exclamaciones van siempre acentuados.

Por último, aprovechamos para aclarar la ortografía de las exclamaciones de sorpresa habituales “¡Oh!”, “¿Eh?”, “¡Ah!” y “¡Ay!”. Es frecuente cambiar el lugar de la “h” (o confundir, en el último caso, con “hay”).

3.3- ¿Cómo se escribe? Palabras y expresiones que suelen presentar duda

Veamos algunos casos que suelen provocar confusión:

- haya/halla (la primera es del verbo “haber”, la segunda de “hallar”, encontrar).

- prever/proveer (por error se suele escribir “preveer”, cuando este uso se toma del verbo “ver” (con anticipación –“pre”-). Por tanto, se conjuga como ese verbo. Ejemplo: “previó”, “preverán”.

Lengua – Marcela Farré | 52

- va a haber/ va a ver (es un error escribir la segunda opción cuando se quiere decir la primera, y se origina en anotar lo que se escucha, sin pensar en el significado).

- verbos irregulares, como: satisfizo, dedujo, yerro, cupo.

- plurales especiales: curriculum; menú; alelí; sofá. Los plurales respectivos son: currículos; menús; alelíes; sofás.

- Vicerrector, contrarrevolución. Cuando se unen dos sustantivos y el segundo lleva “r”, esta se duplica para respetar la pronunciación debida.

- Eslógan, estatus. Los usos castellanizados se rigen por las reglas del idioma. Si se escriben en su forma inglesa, no llevan tilde y se ponen en cursiva o entre comillas: “slogan”, “status”.

Ahora se analizarán errores morfológicos de algunas palabras6. También veremos errores sintácticos, es decir los que se cometen al formar frases y expresiones.

Revisemos primero los errores y vicios de este texto, así tenemos una idea de lo que se encontrará en las páginas que siguen:

La primer vez que participaron del voto electrónico, los ciudadanos se encontraron con problemáticas vinculadas a la identificación personal, sobretodo en los comicios de Marzo. Así, y a los fines de continuar con su aplicación, se efectuó una revisión del mecanismo.

Los votantes expresaron que, al emitir su voto, delante suyo aparecía una leyenda diciendo “error 4455”. Deducieron entonces que el voto no sería contabilizado, en base a lo que se les había explicado antes.

Está plagado de errores de distinto tipo en la morfología de las palabras y en el estilo. Vamos por tipo de problema:

1) El adjetivo “primer” debe concordar en género y número con el sustantivo al que acompaña, por tanto se dirá “primera vez”.

2) La expresión “sobre todo” es enfática y expresa una prioridad espacial: encima de todo, por delante. Por eso se basa en la preposición “sobre”. No tiene nada que ver con el abrigo, ¡el “sobretodo”!

3) El adverbio “delante” (igual que encima, detrás, arriba, debajo, etc.) van siempre con la preposición “de”: encima de, detrás de, etc. Por eso es un error escribir “delante suyo” (sería “delante de ellos”).

4) “Leyenda diciendo”: aquí tenemos otra vez el gerundio actuando de adjetivo. Es incorrecto. Se debe decir: “leyenda que decía”.

5) “Deducieron”: es una forma incorrecta del verbo irregular deducir. En pasado se conjuga “dedujeron” (y en presente es “yo deduzco”, igual que para conducir).

6) “En base a”: se trata de una expresión muy extendida, copiada del inglés (on the basis of), y que sin embargo no tiene sentido en nuestro idioma. Las cosas no están “a base”, sino sobre una base, se basan en algo. Se reemplazaría por: “sobre la base de”, “con base en”, o también –en este ejemplo- “a partir de”, “según”.

Otro tipo de error que se observa en este lamentable texto reside en el estilo. Está escrito de modo que las palabras elegidas son rebuscadas y confusas, también las oraciones:

6 La Morfología es la parte de la Gramática que estudia las normas de formación de palabras, según su tipo (sustantivo, adjetivo, adverbio, verbo, preposición, etc.).

Lengua – Marcela Farré | 53

1) participaron del voto electrónico: ¿Puede decirse de modo más simple? “votaron electrónicamente”.

2) problemáticas vinculadas a la identificación personal: la palabra problemática no es correcta. Se trataba de un problema, nada más. Y toda esa frase se puede abreviar y aclarar con esta redacción: “problemas para identificarse”.

3) a los fines de: mejor “para”.

4) se efectuó una revisión: “se revisó”.

5) contabilizado: en realidad, sólo fue “contado” o sumado.

Luego de este pequeño ejercicio diagnóstico, estamos listos para lanzarnos a buscar respuestas.

3.4- Morfología

3.4.1- Sustantivos Existen, como ya vimos al comienzo del módulo, palabras femeninas con artículo

en masculino (el/un) por una cuestión de cacofonía (suena mal decir “la-agua”). Así, se dice: “El agua es clara”, “el ansia era extrema”. Pero se dice: “Esta agua es clara”, “esa ansia era extrema”.

La mayoría de los sustantivos tiene un solo género admitido; sin embargo, algunas veces dudamos de cuál es:

- Índole, agravante y hambre son todos femeninos. Calor es masculino (no se dice “la calor”. En cambio, se dice “el/un hambre tremenda”.

Hay palabras que al cambiar de género cambian de significado:

- el/un editorial (comentario) / la editorial (la empresa)

- el orden / la orden

- el cólera (enfermedad) / la cólera (ira)

Es normal dudar al formar algunos plurales, sobre todo si los sustantivos provienen de voces extranjeras (déficit/los déficit; fax/los fax; memorándum/memorandos).

3.4.2- Adjetivos Se debe respetar la concordancia de género y número con el sustantivo al que

modifican, como en estos ejemplos:

- Primer día/ primera semana

Lengua – Marcela Farré | 54

- Veintiuna palabras

- Veintiún mil palabras

- Lo espera con toda el ansia del mundo (*no se dice “todo el ansia”).

Algunos ejemplos para distinguir:

- Bimensual (dos veces por mes)/bimestral (cada dos meses).

- Bianual (dos veces por año)/bienal (cada dos años).

3.4.3- Verbos Dentro de los verbos irregulares, se pueden encontrar algunas conjugaciones

“extrañas”:

- Digerir: él digirió (no digerió).

- Errar: yo yerro (no erro).

- Mecer: yo mezo (no mezco).

Existen algunos participios con doble posibilidad de escritura, a veces con variación de significado:

- Electo y elegido: el primero es el calificativo y el segundo es resultado de la acción realizada por alguien.

- Lo mismo sucede con “frito/ freído”, o “impreso/ imprimido”. Se dirá: “He imprimido las copias para todos”. Mientras que “tengo el material impreso” se usará para caracterizarlo, adjetivar el tipo de material conseguido.

El gerundio es una de las formas no personales del verbo (junto al infinitivo y al participio) que necesita un pequeño repaso:

- Es correcto cuando se refiere a una acción contemporánea a otra (“vi a tu padre escalando”). Ver y escalar se dan a la vez, y en la misma persona.

- En cambio, es incorrecto usarlo cuando:

o se refiere a una acción posterior: *”Los persiguieron, siendo apresados más tarde”; “Tomaron la salida 7, desviándose por la circunvalación”.

o Cuando se utiliza como adjetivo: * “una caja conteniendo municiones”.

3.4.4- PreposicionesEstas son palabras que acompañan y modifican a otras, pero por sí mismas tienen poca densidad semántica (“a” aporta poco significado; “desde”, en cambio, indica procedencia, pero “de” puede tener variedad de aplicaciones). Por eso a veces se las emplea mal, se cambia una por otra, como sucede en estos ejemplos:

- *A la mayor brevedad (se dice: Con la mayor brevedad).

Lengua – Marcela Farré | 55

- *Al objeto de (Con el objeto de= para)

- *Bajo su punto de vista (Desde su punto de vista)

- *De acuerdo a (De acuerdo con)

- *En base a (Sobre la base de, según, de acuerdo con)

El régimen preposicional es la exigencia de que solo cierta preposición acompaña a un verbo, como en estos ejemplos: acordarse de, asegurarse de, entrar en y salir de, acordar con, acordarse de, etc.

- En esta regla se inscriben los casos de dequeísmo (poner la preposición “de” cuando no va: “*creen de que serán exceptuados del examen”) y queísmo, que es el error contrario (se quita la “de” cuando corresponde, como se ve en estos ejemplos: *“estaban seguros que vendrían”, “a pesar que”).

3.5- El estilo. Cualidades de un texto escrito

La mayor virtud de un texto es la claridad. Y, además, si se trata de un escrito formal, se suman la concisión y la sencillez. La regla para captar el interés del lector es esta: una correcta organización de los datos y un lenguaje rico y variado, que emplee los términos precisos. De todas esas cualidades nos vamos a ocupar aquí.

Comparemos dos textos, uno claro y uno confuso, del mismo tema. Se trata de un informe de auditoría contable que se presenta ante un cliente, la empresa.

TEXTO 1

Objeto de la revisión

La revisión efectuada se enfocó analíticamente en los principales aspectos laborales y previsionales de la Empresa, respecto del período comprendido entre el mes de enero de 2010 al mes de diciembre de 2010, ambos inclusive.

Alcance de la tarea

La tarea fue realizada sobre la base de pruebas selectivas que, respondiendo a métodos y programas de trabajo acordes al volumen y tipo de actividad de la Empresa, tuvieron por objeto verificar el grado de cumplimiento por parte de ésta de las principales obligaciones a su cargo, en función de la aplicación de las normas involucradas vigentes. Entre otros aspectos, han sido objeto de la revisión los siguientes: aplicación de Convenios Colectivos de Trabajo, cálculo de sueldos, vacaciones, licencias, etcétera.

Lengua – Marcela Farré | 56

A los efectos de cumplir la tarea prevista, hemos llevado a cabo los procedimientos habituales en este tipo de tareas. Aquí se detallan:

- xxx

- xxx

TEXTO 2

I. Objeto de la revisión

Se analizaron los principales aspectos laborales y previsionales de la Empresa en el período comprendido entre enero y diciembre de 2010, ambos inclusive.

II. Alcance de la tarea

Para el análisis, se seleccionaron casos representativos según el tipo y volumen de actividad de la Empresa, para comprobar si se aplicaban las normativas laborales vigentes.

Entre otros aspectos, se revisaron los siguientes:

Aplicación de Convenios Colectivos de Trabajo.

Cálculo de sueldos, vacaciones y licencias.

Concesión de permisos especiales.

III. Procedimientos

Para realizar el análisis fijado, se siguieron ciertos pasos:

- xxx

- xxx

Al comparar los textos 1 y 2, es fácil determinar cuál es el más comprensible. La organización del espacio y la distribución de los apartados es un aspecto importante, aunque lo fundamental reside en la redacción de las frases. Notemos algunos problemas que tiene el primer texto:

- Frases muy extensas (hasta de cinco líneas).

- Repeticiones (el primer párrafo reitera lo que ya anticipa el título, y se repite sin necesidad las formas “mes” y “2010”; o la palabra “tarea” en todo el texto).

- Preferencia por palabras largas y complicadas (“analíticamente”).

Lengua – Marcela Farré | 57

- Expresiones que dicen de modo complejo lo que puede escribirse con sencillez (“La revisión efectuada se enfocó analíticamente en” puede resumirse en: “se analizó”, o “A los efectos de”, reemplazable por “para”).

- Giros con errores lingüísticos (“comprendido entre el mes de enero de 2010 al mes de diciembre”).

Entonces, ¿cuáles son las principales cualidades de un escrito?

- La claridad. Es la virtud del texto que permite al lector comprenderlo fácilmente. Para alcanzarla el escritor deberá usar una escritura de frases cortas y directas, con un lenguaje preciso. Es decir, la lengua debe buscar decir exactamente lo que se desea, y en un orden lógico, de modo que el tema vaya avanzando de manera natural.

- La concisión. Es la capacidad de decir la mayor información en el menor espacio. Implica comunicar sin rodeos.

- La sencillez. Implica apelar al lenguaje natural, no rebuscado. Preferir la palabra de uso general en lugar del término extraño, a menudo inexistente (como “liberalizar”).

- La organización de los datos. Es el trabajo que consiste en lograr una exposición ordenada, que avance de manera lógica. Esto es posible si se parte de un esquema o planificación previa de las partes que tendrá el escrito. La mejor estrategia para un escrito organizado es tener presente la totalidad del contenido antes de empezar.

- El lenguaje rico y variado. Es otra cualidad del estilo formal. Emplear un lenguaje rico no significa basarse en una terminología rebuscada (por ejemplo decir “temporada estival” en lugar de verano).

Se trata de no caer en los usos fáciles y comunes (como el verbo decir o el sustantivo cosa) o las frases hechas y generalistas que no aportan nada al texto (por ejemplo escribir “un gran día”). Buscar, en cambio, el término preciso más adecuado y apelar a sinónimos para no repetir es la estrategia que consigue un texto de agradable lectura.

3.6- La legibilidad

Se dice que un texto es legible cuando tiene la cualidad de que se lo comprende fácil y rápidamente. La legibilidad se construye en dos niveles: en el texto y en el paratexto (ver “Herramientas” en el módulo I).

3.6.1- La legibilidad textualApunta a asegurar la comprensión del texto en el nivel lingüístico. Para lograrla, se debe conocer bien el tema. Sin embargo, eso no basta: un texto es legible si los contenidos están bien contados, de modo ordenado y con una sintaxis clara y sencilla. La elección del

Lengua – Marcela Farré | 58

vocabulario también puede hacer que un texto sea más comprensible o más confuso, como se vio en el ejercicio del punto 3.3.

Aquí se exponen algunos consejos para favorecer la legibilidad de los escritos:

3.6.1.1- Errores que hay que evitar

Empezar las oraciones por la idea secundaria, y seguir añadiendo otras subordinadas y comas, antes de apuntar a lo central: “Cuando el procedimiento está terminado, una vez que hemos colocado las sustancias químicas adecuadas, porque hay que tener cuidado de no confundir algunas de ellas, tenemos que esperar a que haga efecto.”

o Propuesta legible: “Cuando el procedimiento está terminado, tenemos que esperar a que haga efecto. Para ello, habrá que asegurarse de que hemos colocado las sustancias químicas adecuadas, cuidando de no confundirlas.”

Usar palabras largas y formas rebuscadas en lugar de la forma directa y natural.

Sobre este segundo error, que cae en una escritura ampulosa, se ofrecen a continuación unos ejemplos.

3.6.1.2- Cómo favorecer la legibilidad

- ¿Cuál palabra ayuda a la legibilidad? Influir antes que “influenciar”; recibir antes que “recepcionar”; concretar antes que “concretizar”; banco antes que “institución bancaria”.

- ¿Cuál expresión favorece la claridad? ¡Siempre la más directa! En lugar de “tener conocimiento de”, digamos “conocer”. Y lo mismo con los giros “estar en condiciones de” (poder); llevar a cabo (efectuar), etc.

Recomendaciones

- Seguir el orden lógico al escribir la oración: sujeto + verbo + complementos. Ejemplos:

- Uso correcto: “El alumno que hizo el curso de Lengua consiguió una marcada diferencia de puntaje.”

- Uso incorrecto (el sujeto está en segundo lugar): “Una marcada diferencia de puntaje consiguió el alumno que hizo el curso de lengua.”

- Uso incorrecto (cuando se separa el término de la palabra a la que modifica): “Una marcada diferencia consiguió de puntaje el alumno que hizo el curso de lengua”.

- Utilizar conectores para enlazar ideas o párrafos: sin embargo, asimismo, por un lado/por otro lado.

- Escribir oraciones cortas (unas treinta-cuarenta palabras por oración, aproximadamente).

Lengua – Marcela Farré | 59

3.6.2- La legibilidad paratextual

Un texto se hace más legible cuando los recursos tipográficos y de composición orientan la lectura de manera organizada; cuando la página está bien distribuida y el lector encuentra en los recursos gráficos una ayuda para captar más rápido el significado.

En tu experiencia de lectura, seguramente habrás agradecido encontrarte con textos bien diseñados, que distribuían armoniosamente los espacios en la página, que con letra en negrita te orientaron en los subtemas. Son más fáciles de leer, porque todos esos subcódigos textuales van guiando el recorrido del tema.

La palabra paratexto retoma el prefijo “para” del griego, que significa que se da a la vez, en paralelo. Así, los recursos señalados acompañan el texto colaborando con él, como se vio en la sección Herramientas del primer módulo. Aquí se comparan dos textos, para valorar la legibilidad de uno de ellos, el 2.

Texto 1 Texto 2

Lo que vimos en Guadalajara fue una linda lucha ante una rival muy difícil y salió como la habíamos planificado, ya que aun en ventaja, siempre hay que ir por más: “Ahí está la gracia del deporte”, dijo en declaraciones a TyC Sports la argentina de 25 años que sumó una medalla dorada a los bronces conseguidos en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. El logro conseguido por Pareto tiene un valor agregado, ya que la yudoca arribó a Guadalajara sin recuperarse totalmente de una hernia cervical, lesión que le había impedido estar en el Mundial que se realizó en París del 23 al 28 de agosto último y que había puesto en duda su presencia en estos Juegos. Antes de la presea dorada obtenida en Guadalajara, Pareto había conseguido el oro en la Copa del Mundo que se desarrolló el año pasado en

Lo que vimos en Guadalajara fue una linda lucha ante una rival muy difícil y salió como la habíamos planificado. Aun en ventaja, hay que ir por más: “Ahí está la gracia del deporte”, dijo en declaraciones a TyC Sports la argentina de 25 años, que sumó una medalla dorada a los bronces conseguidos en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

El logro de Pareto tiene un valor agregado, ya que la yudoca llegó a Guadalajara sin recuperarse totalmente de una hernia cervical, lesión que le había impedido estar en el Mundial de París en agosto pasado, y que había puesto en duda su presencia en estos Juegos.

Antes de esta presea dorada, Pareto había conseguido el oro en la Copa del Mundo del año pasado, en Venezuela.

Lengua – Marcela Farré | 60

Venezuela.

3.7- HerramientasEsta sección está dedicada a ofrecer algunas técnicas para mejorar la comprensión y producción de textos durante la vida universitaria. Son sencillas y prácticas, pero esperamos que sean de ayuda en algún momento.

3.7.1- Cómo ayuda la puntuación en el estudioEn este módulo III se hizo un repaso del sistema de puntuación de nuestro idioma. Básicamente, los signos empleados sirven para indicar por escrito las pausas que se realizan en la lengua hablada. No sólo se trata de “tiempos” de silencio –mayor o menor, desde el punto a la coma-, sino también de significados. Por ejemplo: suspenso (los tres puntos), anuncio de declaración (dos puntos), identificación de la voz de otro (las comillas), idea secundaria (los paréntesis), explicación (cláusula entre comas), etc.

Por eso, este apartado se concentra en esos significados y en cómo aparecen los signos respectivos en los apuntes y artículos con que podrías encontrarte en las materias de la carrera.

Recordamos:

1) Los puntos son la mayor pausa que existe e indica que lo que está contenido dentro de la cláusula posee unidad de sentido completo.

Recomendación: al estudiar debes empezar por concentrarte en los “puntos y aparte”, es decir aquellos que delimitan párrafos. Cada párrafo suele expresar un aspecto completo del tema general. Lo mejor es identificar cada uno de ellos al ir leyendo el texto de estudio.

2) Las comas tienen diferentes usos. Uno de los más habituales sirve para la incorporación de cláusulas o proposiciones dentro de una oración, por ejemplo:

Recomendación: Identificar los núcleos de la oración (sujeto y verbo), dejando momentáneamente en suspenso lo que está dentro de las comas. Si es una explicación que “interrumpe” para aclarar o añadir algo importante, se puede leer después de haber identificado la idea central. Será más claro. “Toda persona ajena a la institución, aunque esté en proceso de ser reconocida como integrante y de recibir, por tanto, su identificación, deberá aguardar en el pasillo central.”

3) Lo mismo ocurre con las cláusulas que están entre guiones o entre paréntesis, pues estos signos sirven para incorporar un inciso de menor relevancia todavía. “El año pasado –si bien no existen estudios cuantitativos todavía- se incrementó el préstamos de libros en Biblioteca.” La menor relevancia es indicada por el paréntesis: “La isla Margarita fue por un largo período (tres meses) escenario de filmación de la película”.

Lengua – Marcela Farré | 61

4) Las comas, una vez más. Son los signos más usados (y a veces de modo incorrecto), por lo que conviene conocerlos bien para aprovecharlos en el estudio. Cuando aparecen enumeraciones de términos, estos suelen ser ejemplos.

Recomendación: Concentrarse en la idea general que reúne a todos los términos de la enumeración, sin pretender recordarlos todos, y anotar en tus resúmenes la idea general. “La Sociología examina las expresiones de la estructura social: clases, sexo, edad, raza, ocupación, etc., así como las formas de institucionalización que adquieren a través del gobierno, la política, economía, religión, cultura”7.

5) Los dos puntos. Al estudiar, es importante identificar con qué sentido se los usa. Uno de ellos es para anticipar una cita textual. Ejemplo:

Tras mucho tiempo dedicada a estudiar los aspectos patológicos del ser humano, la Psicología ha comenzado a centrarse también en lo positivo. Como expresa Gonzalo Hervás, de la Universidad Complutense de Madrid: “El estudio del bienestar y la felicidad fue, hasta finales del siglo XX, un lujo prohibitivo dentro del mundo científico” (Hervás, 2009, p. 45).

La recomendación es decidir cuánto valor tiene para el objeto de estudio, guiado por el eje del tema. A veces, en los textos académicos, la cita es un refuerzo de una idea expuesta y tiene el valor de autoridad, que da verosimilitud a lo que se lee, pero no añade algo nuevo. Si es así, puede decidirse no tomarla en cuenta.

3.7.2- Estrategias para un estilo claro. Evitar la ambigüedad

Uno de los peores enemigos de la claridad del texto es la ambigüedad. Esta se produce de dos maneras:

a) Por el uso de una palabra que tiene más de un significado (ambigüedad semántica). Ejemplos:

-“Se produjo una gran conmoción cuando la estrella apareció”.

- “Ella tira las cartas.”

Este tipo de confusiones se resuelve aclarando el contexto en que suceden los hechos.

b) Por defecto en la colocación de las partes de una oración (ambigüedad sintáctica).

- “Vieron al ministro bajando del avión.”

-“El funcionario se entrevistó con el periodista en su auto.”

7 Santamaria, S. “Sociología de la comunicación”, en Monografías.com. http://www.monografias.com/trabajos30/sociologia-educacion/sociologia-educacion.shtml

Lengua – Marcela Farré | 62

Este tipo de ambigüedad precisa de una buena formación lingüística, para ser capaz de detectarla y de “darle la vuelta” a la oración. Propuestas de cambio:

-“Vieron al ministro cuando este bajaba del avión.”

-“El funcionario se entrevistó con el periodista en el auto de este último.” (o, si es al revés, se cambia el orden de los individuos).

3.7.3- Pulir el texto: recursos para revisar tu escrito

Antes de entregar un escrito formal, hay que revisar que no se hayan pasado errores inaceptables en este contexto, como las incorrecciones de la normativa.

Existen distintos recursos disponibles, pero de diferente confiabilidad:

La propia intuición no es confiable, si somos escritores en proceso de formación o perfeccionamiento…

Un lector amigo nos puede ayudar a confirmar si el escrito es claro y si la idea global ha quedado expresada. Pero los errores de normativa sólo pueden ser solucionados por un hablante con alto nivel de formación lingüística.

El corrector de la computadora: este es incapaz de distinguir entre el uso correcto de “echo/hecho”, por ejemplo, porque ambas formas son correctas, claro que cada cual con su significado… “Yo echo cloro en la pileta” no es lo mismo que “Ya lo he hecho”.

Existen diccionarios en línea. Se sugiere tener abierta una ventana en RAE.es, donde figuran dos tipos de diccionario: el ya conocido por todos, con las últimas actualizaciones y avances para la edición 23ª que está por salir; y el “Diccionario Panhispánico de Dudas” (DPD) que incorpora la explicación de palabras que son usadas en todos los países que hablan español y resuelve algunas dudas habituales. Por ejmplo, resuelve problemas ante el régimen preposicional de algunos verbos:

percatarse. ‘Darse cuenta de algo’. Rige un complemento con de: «Jean Leroy se percató DE que le temblaban las manos» (Montero Trenza [Cuba 1987]). Debe evitarse, en el habla esmerada, omitir la preposición (→ QUEÍSMO , 1a):

Se percató que...

(El uso en rojo de la cruz señala siempre una forma incorrecta).

- Un buen repaso y estudio de las normas principales te permitirá incorporar una escritura correcta y un buen estilo. Podrás revisar vos mismo, releyendo, tu escrito. ¿Qué mirar?

- Primero, la estructura y distribución del tema en párrafos, para asegurar la coherencia y controlar que cada párrafo tenga un sentido en sí mismo, un tema completo.

Lengua – Marcela Farré | 63

- Segundo, la sintaxis. Procurar que cada oración no exceda las 30-40 palabras y que no estén llenas de incisos con comas dentro.

- Tercero: que en cada oración sea fácil de identificar el sujeto y el verbo núcleo. En lo posible, respetar ese orden lógico. Y si se antepone una cláusula modificadora, ponerle la coma correspondiente.

- Cuarto: controlar el uso de la puntuación. ¡Cuidado especialmente con el abuso de las comas! Hay que asegurarse de que están puestas según su función, y en todo caso comprobar si en su lugar hubiera sido necesario un punto (a veces rearmando la oración).

- Quinto, y último, asegurarse de la escritura ortográfica de las palabras empleadas.

Todos estos recursos son básicos y no te eximen de aplicar otros; sobre todo, no garantizan que tu escrito esté excelente, pero si ya estás preocupado por entregar un buen trabajo, ¡el 50% de los objetivos está logrado!

Módulo 4

El texto académico

Lengua – Marcela Farré | 64

Materia: Lengua. Estrategias de producción y comprensión de textos

Profesor: Dra. Marcela Farré

Lengua – Marcela Farré | 65

4.1- Tipos de textos

Nuestros mensajes cambian de sentido según cómo y dónde los digamos. Cada situación demanda no sólo un modo de expresarse sino también una selección de contenidos y una correcta organización de la forma. Todo ello influirá en lo que interprete el destinatario, y es el emisor quien debe saber hacer los ajustes textuales que se esperan. Esto es tener “competencia comunicativa”.

Por ejemplo, supongamos que se plantea una pregunta en un examen. Diferentes respuestas se esperarán según se diga: describa, justifique, explique o narre… el descubrimiento de América. Seguramente todas incluirán las palabras Colón, carabelas, llegar, Indias, 1492; pero para cada una de esas preguntas, habrá respuestas muy diferentes en su estructura. Serán diferentes “tipos de texto”.

Intentar realizar una clasificación estricta de los textos es una tarea ineficaz, ya que todas nuestras comunicaciones combinan rasgos de uno y otro tipo. Por ejemplo, las narraciones tienen algo de descripción (y al revés también); o los textos explicativos (como una tesis o un informe) conllevan parte de argumentación. En el ejemplo citado: si se quiere explicar por qué Colón llega a América, deberemos describir la situación de la Corona española en ese momento histórico. Pero ¿puede decirse que se trata de un texto descriptivo? No, porque la caracterización histórica está al servicio de otra función: la de explicar.

La clasificación textual se realiza a partir de la modalidad que predomina en el texto. Las bases predominantes en un texto son:

Narrativa Relato cronológico de un hecho. Predominio de verbos de acción. En una narración “pasa algo”.

Descriptiva Enunciación organizada de las partes de un todo; representación de un objeto. Predominio de verbos de estado y adjetivos. En una descripción “algo es de una manera”.

Explicativa Establecimiento de relaciones (lógicas, causales, de analogía, etc.) entre dos elementos. En una explicación “hay unos motivos para que las cosas sean así”.

Argumentativa Desarrollo de una idea con el objetivo de lograr la adhesión del lector (convencimiento o persuasión). En una argumentación, “se dicen cosas para conseguir algo”.

Lengua – Marcela Farré | 66

Veamos un ejemplo de cada tipo:

1) Texto de base narrativa:

La empresa Aguas de Murcia, premiada por un proyecto

Aguas de Murcia ha sido galardonada por su proyecto de Microsectorización de la red de abastecimiento dentro de los European Project Innovation Award, un prestigioso concurso internacional organizado por la International Water Association.

El galardón lo recogió el director general de Aguas de Murcia, José Albaladejo; y la teniente alcalde delegada de Personal y Prevención y Extinción de Incendios, Pilar Megía, que asistió en calidad de miembro del Consejo de Administración de la empresa municipal.

(Diario Qué, 19/5/2010)

Aquí se cuentan acciones, hechos que ocurrieron en un tiempo y lugar, protagonizados por unos sujetos (individuos o instituciones, o grupos). En una narración siempre “pasa algo”, por lo tanto hay cambios. Una situación inicial se transforma por la acción de alguien.

La “superestructura” (estructura formal o esquemática) de la narración tiene tres grandes partes: introducción –planteo de la situación-, desarrollo –donde aparece la sucesión de acciones principales, hasta el clímax mismo- y desenlace.

2) Texto de base descriptiva:

El agua en Murcia

Si hubiese que buscar un rasgo geográfico característico para la región de Murcia, este podría ser el de la aridez. Murcia se encuentra enclavada en el sureste de la península ibérica, precisamente la región europea donde la escasez de lluvias se presenta con mayor severidad.

Sin embargo, ha sido precisamente este rasgo adverso el que ha actuado como acicate para que nuestros paisanos intentaran, desde los confines de nuestra historia, superar esta dificultad con todo tipo de actuaciones tendentes a sacar el máximo partido de los raquíticos caudales disponibles.

(De “Murcia y el agua, historia de una pasión”. Laverdad.es)

Las descripciones son tipos de texto que acompañan muchas veces a otros tipos de texto. En ellos, la parte o secuencia descriptiva tendrá la función de caracterizar un elemento, un personaje o a veces una situación misma. La clave de la descripción es la respuesta a “cómo es” algo, y puede estar en función de otra cosa: por ejemplo, conocer los rasgos de algo puede servir para entender por qué ocurrió un hecho, o para argumentar a favor o en contra de una idea a partir de ese conocimiento.

Lengua – Marcela Farré | 67

Como tipo de texto, la descripción tiene una superestructura que debe ser respetada para ser más clara: en primer lugar, una caracterización general del todo (presentación global); en segundo lugar, se procede a detallar los aspectos particulares (partes, facetas) o las funciones de ese todo. En último lugar, se cierra con una nueva mención al todo, una vez conocidos los elementos.

3) Texto de base explicativa:

La desalación como proceso para obtener agua potable del mar

Se entiende por desalación el proceso físico de separación de sales de una disolución acuosa para utilizar el agua del mar en las zonas costeras con escasez de agua potable.

La desalación puede obtenerse por distintos mecanismos; uno de ellos consiste en evaporar agua para conseguir vapor que no contiene sales (éstas son volátiles a partir de 300º C): el vapor se condensa posteriormente en el interior ó exterior de los tubos de la instalación.

Los sistemas desaladores suelen funcionar por debajo de la presión atmosférica, por lo que necesitan un sistema de vacío (bombas ó eyectores), además de extracción del aire y gases no condensables.

(Fuente: Acuamed.es)

La explicación busca justificar por qué algo es de esa manera. Por lo tanto, es un texto interpretativo. No se trata de una mera opinión, porque en la explicación deben darse razones. Se procede de manera sistemática y se ofrece evidencia. Es el texto científico por excelencia.

4) Texto de base argumentativa:

 

La desalación no garantiza, a priori, el suministro de agua, pero tiene un valor estratégico muy importante. De hecho, es imprescindible para la tercera parte de las comunidades españolas. La desalación es un recurso muy competitivo cuando se producen problemas graves de sequía y escasez. La gran ventaja que tiene es que ofrece una total seguridad de suministro, lo que es fundamental para el abastecimiento urbano y económico. En contra, tiene los elevados de sus costes.

(Ing. Adrián Baltanás, en La Opinión, junio 2011).

Las argumentaciones son textos subjetivos, pues apuntan a convencer al destinatario de una opinión. No necesitan mostrar evidencias de modo metodológico, pero no deben faltar los argumentos o razones para llegar a la idea que se quiere sostener. La eficacia de la argumentación dependerá, en gran medida, de las estrategias persuasivas que adopte el emisor, pero también de su conocimiento del tema. Será más creíble si logra mostrar que sus razones son firmes.

Lengua – Marcela Farré | 68

La diferencia con el tipo anterior, es el objetivo: aquí se trata de conseguir un cambio en la creencia del otro. Si nos fijamos en este texto de arriba, veremos que los argumentos se sostienen con expresiones subjetivas como: “tiene valor estratégico”, “es imprescindible”, “es muy competitivo”, “problemas graves de sequía”, “es fundamental”. Es decir, está lleno de calificaciones que no necesita demostrar científicamente. Basta con que sea capaz de convencer al otro de su verdad. (Por cierto, hay detractores de este sistema de abastecimiento de agua por razones también ecológicas).

4.2- Las características del texto académico

En la vida universitaria encontramos con mayor frecuencia textos en los que predomina la necesidad de explicar relaciones y realidades, dar razones de ciertas teorías, justificando las afirmaciones que se hacen en ellas. En este tipo de texto, explicativo, sobresale la función referencial del lenguaje, pues se habla de un referente externo, con el fin de comprenderlo y razonar a partir de él. Monografías, informes, trabajos de tesis, etcétera… son producciones de este tipo. Además de tener unos rasgos estructurales más o menos reconocibles, tienen un sesgo diferencial: son textos académicos.

Desde una perspectiva socio-cultural, se considera texto académico al que se produce dentro de “academias” -organizaciones vinculadas al conocimiento científico y humanístico-, tales como universidades y centros de investigación. Al ser producido dentro de ellas y con fines específicos, los textos académicos responden a patrones comunicativos precisos, regulados y fuertemente estructurados; muy diferentes a patrones comunicativos ordinarios, informales o domésticos. No cualquier explicación científica constituye una “monografía”. Y si te encargan un “informe académico”, se esperará de tu texto que tenga unas determinadas secciones.

¿Qué hace que un texto sea considerado académico? Se considera como tal a cualquiera de las producciones orales o escritas que surgen dentro del marco de actividades científicas y universitarias, cuyo objetivo es producir o transmitir conocimiento. Su base predominante es la explicativa, aunque puede haber secuencias de otros tipos, fundamentalmente descriptivas y argumentativas.

Son textos académicos los siguientes escritos:

- Tesis

- Informes

Lengua – Marcela Farré | 69

- Ensayos

- Monografías

- Artículos en revistas especializadas de una disciplina (Journals)

- Respuestas de exámenes

- Etcétera.

Asimismo, dentro de los textos académicos orales se encuentran:

- Ponencias

- Clases magistrales

- Videos documentales sobre hechos bajo estudio

- Etcétera

En cambio, no son considerados “académicos” textos como los artículos de opinión, las noticias, los sondeos de opinión ni las obras literarias. Tampoco artículos que puedan aparecer en páginas escolares o blogs particulares, por ejemplo.

El texto académico es propio del ámbito universitario; es decir que circula dentro de una comunidad científica, lo que presupone un tipo de destinatario específico, interesado por la temática que en él se desarrolla. El tipo de conocimiento que transmiten estos textos también es específico: es un saber sistemático y de alcance social.

Es sistemático porque se desarrolla según ciertas normas de procedimiento, con el fin de validar las ideas o hipótesis. Esto se logra a través de los métodos científicos de cada disciplina, y luego es comunicado de manera formal. Un científico o intelectual podrá tener ideas e intuiciones sobre algunos temas, pero hasta que no pueda demostrarlos a través de métodos específicos de su disciplina (argumentación, análisis, pruebas, etc.).

Es imprescindible que el conocimiento (saber) se convierta en discurso (decir). Es el modo en que un saber alcanza validez dentro de su comunidad.

Es de alcance social porque implica un conocimiento relevante para la sociedad. Las notas personales en un diario no poseen interés social, aunque puedan usarse como disparadores para la producción científica. Para alcanzar este objetivo social, el conocimiento académico se transmite a través de textos con rasgos específicos; de allí la importancia de conocer las características de su escritura.

4.3- Camino a la escritura: Investigar

Lengua – Marcela Farré | 70

No existe texto académico sin un trabajo previo de investigación. No podemos lanzarnos a pensar en cómo organizar un tipo de escrito sin antes reflexionar sobre cómo vamos a producir el conocimiento que habrá que comunicar después. Porque eso es investigar: producir conocimiento.

Puede partirse de unos datos, una evidencia; también podemos empezar por la propia producción de datos, al indagar en las relaciones entre distintos objetos. Lo que no debe faltar es profundización, novedad e interés (o relevancia). No investigamos si nos limitamos a “copiar y pegar” lo encontrado y darle un orden.

Será una producción científica sólo si en ese camino de búsqueda de distintas fuentes hallamos, por fin, un aspecto original y diferente, algo nuevo para la comunidad académica. Por pequeño que pueda parecer el hallazgo, su interés estará en ese aspecto novedoso y original, que deviene de explorar a fondo, en profundidad y con métodos apropiados, un tema de relevancia.

Resumimos así los rasgos de un proceso de investigación:

- Exploración y profundización

- Novedad

- Originalidad

- Interés social (relevancia)

- Método para la indagación

- Forma estructurada para la exposición

Nos ocuparemos después del aspecto de la escritura, es decir, de cómo se explican los hallazgos de la investigación. Ahora nos centraremos en un aspecto clave para iniciar el proceso: la exploración y profundización. En esta etapa es esencial la búsqueda de fuentes de distinto tipo. ¿Por dónde empezar?

4.3.1- La búsqueda bibliográfica

En el lenguaje cotidiano usamos la palabra “investigar” para referirnos a la acción de hacer gestiones para averiguar algo o el comportamiento de alguien (por ejemplo: “la justicia investiga el accionar de una persona sospechosa de cometer un acto ilegal”; “investigó sus contactos en facebook”).

En el ámbito académico, investigar es “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia” (Diccionario de la Real Academia Española). Dado que el propósito de toda actividad investigadora es ampliar la red de saberes de una disciplina, esto es, elaborar un nuevo conocimiento, es imprescindible que conozcamos los ya existentes.

En cualquier disciplina, la investigación requiere de un momento inicial de rastreo y análisis bibliográfico: es a través del conocimiento de esa red que sabremos dónde existen agujeros, vacíos a través de los cuales es posible descubrir nuevos horizontes. De allí la

Lengua – Marcela Farré | 71

importancia de la búsqueda bibliográfica. Los textos guardan los saberes que conforman una disciplina.

Cuando tenemos que realizar una investigación para una determinada asignatura universitaria, el primer lugar de rastreo es la bibliografía propuesta por la cátedra en sus programas. Este listado de obras es el que los docentes a cargo consideran fundamentales para el estudio de su disciplina, y por lo tanto es material de consulta obligado para los estudiantes.

Una vez consultada esa bibliografía general, ¿por dónde seguir? En una biblioteca adecuadamente sistematizada, pueden encontrarse catálogos en donde realizar búsquedas temáticas a través del uso de palabras clave. También el personal especializado puede ser de gran ayuda.

Otro recurso son las revistas especializadas. Son los llamados Journals. Contienen información actualizada sobre investigaciones recientes, e incluyen referencias bibliográficas que pueden conducirnos a otros textos, y estos a otros más. De este modo, completamos un camino bibliográfico que resume lo central de un saber científico, en un momento determinado.

A veces, las búsquedas parecen infinitas; otras, tenemos la sensación de que nuestra lista bibliográfica es incompleta o pobre. Afortunadamente, los engorrosos rastreos bibliográficos han sido radicalmente simplificados en la actualidad gracias a los buscadores de Internet. Una vez que hayamos definido el área temática de nuestra investigación, estaremos en condiciones de encontrar una amplia red asociativa de textos que pueden estar disponibles en el ciberespacio o que nos remitirán, a través de citas, a publicaciones en papel.

4.3.2- Búsquedas en internet

En esa infinita red de textos conocida como hipertexto, ¿cómo seleccionar aquellos textos que sean relevantes para nuestra investigación? Se proporcionan aquí algunos criterios para seleccionar fuentes adecuadas para una investigación universitaria.

- Buscar fuentes especializadas.

Si el objetivo es producir un texto académico, el primer filtro será, justamente, el ámbito del que procede la fuente. La recomendación es consultar páginas, textos y autores especializados, y no de divulgación general como diarios, revistas y sitios escolares. Estos no tratan los temas con la profundidad adecuada para una investigación académica; incluyen reduccionismos, generalizaciones y simplificaciones porque su público no es especializado. Además, el objetivo de estos discursos es “divulgativo” (o sea popularizar los hallazgos) y no producir conocimiento.

- Acudir a fuentes objetivas.

La recomendación es no confiar en sitios comerciales. Aunque la página de un producto o empresa pueda servirnos para conocer algo sobre nuestro trabajo, deberemos contrastar los datos y asegurarnos de que no haya contradicciones u omisiones de información. La objetividad en la información es uno de los requisitos

Lengua – Marcela Farré | 72

del texto académico. Esto no significa que exista una única versión; lo que se quiere decir es que hay que cuidar que la información obtenida no responda a fines personales o desviados del interés por encontrar la verdad.

- Buscar fuentes con un referente fiable.

Esto, en general, implicará tener una institución académica por detrás. La recomendación es dejar de lado aquellas páginas donde no pueden reconocerse las fuentes, ya que pierden credibilidad. Un buen lugar de búsqueda será el sitio web de algún autor incluido en la bibliografía de la cátedra, de una universidad o de una revista científica. Ellos están revestidos por una legitimidad académica que no tienen sitios anónimos o de construcción colectiva como los wikis.

Muchas universidades disponen de bases de datos y motores de búsqueda para el mundo académico, como por ejemplo JSTORE. Estas bases de datos incluyen textos académicos o referencias no siempre disponibles en la web abierta al público en general. De hecho, algunas necesitan claves de acceso que las bibliotecas universitarias ofrecen a sus usuarios.

- Tener en cuenta el criterio temporal.

La recomendación es cerciorarse sobre la actualidad de los datos, para estar seguros de que nos manejamos con hallazgos recientes en lugar de creer que estamos superando un saber que hace tiempo ha progresado.

En resumen, manejar información adecuada y fiable es primordial para cualquier investigación académica. A través de ella se podrá conformar un saber válido, que siempre deberá mostrar algo nuevo. En nuestro texto deberemos reelaborar toda la información hallada e incluirla en una propuesta original, con todas las características textuales de los escritos académicos. Por supuesto, también debemos cuidar que nuestro texto sea claro y coherente, correcto y adecuado.

Difícilmente logremos coherencia y cohesión en un texto conformado por fragmentos cortados y pegados de otros textos. Debemos crear una línea de desarrollo que integre toda esa información, analizando desde nuestro punto de vista y sacando nuestras propias conclusiones, siendo extremadamente rigurosos a la hora de citar otros textos (ver punto 5).

4.3.3- Resumen y síntesis de fuentes

Como mencionábamos más arriba, un texto académico se inserta dentro de una red de conocimientos ya establecidos, con el fin de ampliarla. Por lo tanto, son escritos que remiten a otros textos ya aceptados como válidos dentro de su disciplina, por eso aluden a otros autores y se basan en citas. Nuestro trabajo implica reformular ideas y conceptos reconocidos, que funcionan como base para la producción de una nueva idea.

Para lograr construir un nuevo saber en imprescindible sistematizar nuestras lecturas académicas tras un proceso de resumen y síntesis. “Fichamos textos” porque es imposible recordar todas y cada una de las ideas que leemos, en todos los numerosos textos que leemos cuando hacemos una investigación. ¿Cómo recordar dónde encontramos una idea

Lengua – Marcela Farré | 73

reveladora, o un ejemplo clarificador? La confección de resúmenes es una herramienta primordial para consolidar conocimientos de forma precisa y utilizarlos luego en nuestros trabajos.

La síntesis es un escrito que reformula con palabras propias las ideas preexistentes, pero siempre reconociendo la fuente. El resumen exige el respeto por la palabra del texto original. Al fichar los textos, debemos emplear ambas estrategias, porque en el escrito que elaboremos será imprescindible mencionar el lugar donde encontramos una idea o concepto. Un resumen se puede usar de manera confiable sólo si al escribirlo respetamos al máximo las palabras, el estilo y las ideas del autor.

Resumir no es una tarea sencilla, ya que primero debemos comprender el texto para después producir uno nuevo, el resumen. Este es necesario porque supone seleccionar y jerarquizar la información que leemos. En todo resumen deben incluirse citas textuales entre comillas con la página exacta de donde fue extraída. De ese modo podremos redactar nuestro escrito a partir de los resúmenes, con las citas exigidas.

4.3.3.1- Estructuras textuales Resumir un texto implica reconocer su información básica. Ahora bien, sabemos que en un texto es tan importante lo que se dice como la forma en que se lo hace. Identificar la estructura es una forma de saber de qué tipo de texto se trata, y por lo tanto, nos dará información de su objetivo, destinatario y contexto. Ya hemos visto cómo el mismo contenido se expone en diversas formas esquemáticas según esos factores.

Así, podemos reconocer en un texto dos planos de análisis: la superestrutura y la macroestructura.

a. Macroestructura: Es el contenido semántico del texto, su sentido global o general, que convencionalmente llamamos tema. La macroestructura de un texto se desarrolla en secuencias temáticas lógicas: serían las ideas principales encadenadas. Es lo que busca expresar, justamente, el resumen.

b. Superestructura: es la forma en que se presenta la información del texto, la estructura esquemática, independientemente del contenido. Es el esqueleto que sostiene la información y que conforma y distingue los géneros, entre los que se encuentran los textos académicos.

Pongamos por ejemplo un suceso, un robo. La macroestructura mostrará de forma lógica los datos del suceso: los actores implicados (ladrón, víctima, policías, etc.), los hechos (entrar, amenazar, sustraer, etc), las circunstancias (de noche, lugar semivacío, etc.), las consecuencias (sin heridos, dinero robado, ladrón detenido, etc.).

El esquema en que esos datos se vuelquen será diferente según sea el tipo de texto. Por ejemplo, en un acta judicial los hechos tendrán una superestructura muy específica, organizada a través del testimonio de cada uno de los actores). Si estos mismos hechos son publicados en el periódico, la superestructura será la propia de la noticia: título, copete, un primer párrafo resumen y el resto de la información organizada por orden de importancia.

4.3.3.2- Reglas para resumirAl resumir un texto, debemos extraer su sentido global, es decir, reconocer la macroestructura del mismo. Para ello existen ciertos procedimientos llamados

Lengua – Marcela Farré | 74

“macrorreglas”, que se aplican en gran parte de modo inconsciente. Conviene, sin embargo, conocerlas para aplicarlas correctamente al resumir. Las macrorreglas son:

Supresión u omisión: En una secuencia de frases o proposiciones, se suprime aquella que no es relevante para interpretar lo que sigue en el texto. Por ejemplo, en la frase: “Julia caminaba por el parque, vestida de negro, y se encontró con Mariano”, la información “vestida de negro” no es relevante para comprender el sentido de “se encontró con Mariano”, por lo tanto, no estará presente en la macroestructura del texto (resumen de ideas).

Selección: Se extrae la información relevante del sentido global del texto. En el texto anterior, se seleccionarán las frases “Julia caminaba por el parque” y “se encontró con Mariano”.

Generalización: es el procedimiento que expone en una nueva expresión sintética las características particulares de objetos, personas, lugares o conceptos expuestos en el texto. Por ejemplo, en la descripción: “A la izquierda había una niña con una muñeca, frente a ella cinco chicos jugaban al fútbol; más allá un grupo de chicas saltaba la soga”; puede generalizarse en la frase “Había chicos jugando.”

Integración o construcción: Se funden en una sola frase dos o más conceptos. Se los integra en una sola gracias a nuestro conocimiento del mundo, porque este permite dar por supuesta otra información contenida en esa frase. Por ejemplo: “Fui a la biblioteca. Busqué el libro. Me senté. Abrí el libro y lo leí. Es muy interesante”, puede resumirse en “Leí un libro interesante en la biblioteca”, que presupone las acciones anteriores.

4.4- Estructura de los textos académicos

Como expusimos más arriba (punto 4.2.) existen diferentes tipos de textos académicos. Además de su modalidad oral o escrita, estos textos pueden ser agrupados desde otros criterios de clasificación, como pueden ser sus destinatarios (colegas, público en general, profesores o tribunal de evaluación y/o selección); o su exigencia institucional, es decir, textos que son requeridos en diferentes instancias organizacionales: una tesis de doctorado, un trabajo final de carrera, o un texto producido para aprobar una asignatura, etcétera.

Durante el cursado de una carrera universitaria, en numerosas oportunidades nos enfrentamos a la escritura de trabajos de este último tipo, cuyo destinatario es el profesor de la asignatura.

En este módulo nos enfocaremos a aquellos tipos más requeridos en la universidad: monografías, ensayos e informes. Formalmente, esos textos responden a una superestructura bastante semejante, que parte de la división en secciones.

En principio, existe una primera separación de lo escrito en dos ámbitos de redacción: paratexto y texto.

Lengua – Marcela Farré | 75

- En el paratexto preliminar se organizan de un modo muy regulado los datos sobre la presentación de la obra (título, autor, organización, etc.). El orden fijado es el siguiente:

Portada (o carátula). Debe contener en primer lugar el título del trabajo, la cátedra para la que se presenta y el autor. En segundo lugar van los datos contextuales (universidad, fecha, etc.).

Índice

Agradecimientos (opcional)

Epígrafe (opcional)

Texto (la investigación, con su introducción, desarrollo y conclusiones)

Bibliografía (referencias bibliográficas correctamente citadas)

Anexo/s (cuadros, gráficos, entrevistas pasadas por escrito, imágenes, etc.). Los anexos siempre se colocan al final.

- En el texto académico en sí mismo se estructura el contenido, como se vio recién, en tres partes básicas:

I. Introducción:

Aunque el orden puede variar de acuerdo con lo que se considere comunicativamente apropiado, está claro que lo primero que debe presentarse es el tema o problema. Tendremos:

a. Objeto de estudio o problema: explica la cuestión sobre la que tratará el trabajo, el qué al cual resuelve la investigación. (Por ejemplo, “el uso del lenguaje escrito en la generación de los nativos digitales”). Puede incluir aquí o al final una fundamentación sobre por qué interesa el tema o por qué se decidió enfrentarlo.

b. Recorte y método de investigación: informa el cómo de la investigación. Se acota el alcance del tema (por ejemplo: “estudiar el uso del lenguaje escrito a través de la tecnología digital en un grupo de estudiantes de 17 años de tres escuelas municipales”), y desde qué perspectiva se lo estudiará (sociolinguística, psicología evolutiva de la adolescencia, etc.).

c. Objetivos: desarrollará el para qué del trabajo. Puede plantearse un o varios objetivos. Para mayor claridad, se plantean en infinitivo, en frases afirmativas y cortas (“evidenciar las marcas de oralidad en los mensajes de texto”)

II. Desarrollo:

Comprende la exposición del trabajo de investigación. Incluye la descripción de los conocimientos preexistentes relevantes (marco teórico), los nuevos datos o conocimientos obtenidos y el análisis de esos nuevos saberes.

III. Conclusión:

Lengua – Marcela Farré | 76

Deben retomarse los problemas y objetivos planteados, extraer las conclusiones generales y puntuales obtenidas, y puede proponer nuevas preguntas a partir de la investigación realizada.

Estas tres divisiones no deben llevar necesariamente esos nombres como título. En los trabajos largos –como tesis y monografías- y también en los informes sí se espera un título que diga “introducción” y otro, “conclusión”. Sin embargo, el “Desarrollo” no suele titularse de ese modo sino con subtítulos que correspondan al eje temático.

4.4.1- MonografíaComo su nombre nos sugiere, este tipo de texto es la expresión escrita de una idea (mono: único, uno). No es una investigación exhaustiva de un problema científico (como podría ser una tesis), sino la investigación sobre un pequeño aspecto o aspectos superficiales de un objeto de estudio. Tiene como objetivo divulgar conocimientos, informar y explicar. La monografía organiza datos y conocimientos ya existentes, extraídos de diversas fuentes, a lo largo de un hilo conductor preciso y limitado.

La principal dificultad reside a veces en recortar ese tema, aunque normalmente podemos comenzar a investigar un gran tema y luego descubrimos qué es lo que podemos llegar a exponer en unas páginas (generalmente limitadas por el profesor). Por ejemplo, un tema como “La construcción de puentes” sería un tema demasiado amplio para una monografía, y podría recortarse y abordarlo desde uno de estos aspectos: los tipos de puentes, la época o tipo de terreno en donde fueron construidos, los puentes realizados por un arquitecto en particular, etc.

Como se dijo más arriba, para que la monografía sea considerada académica, además de reunir una serie de conocimientos preexistentes en determinada disciplina, debe hacer un nuevo aporte, decir algo inédito sobre esos hechos o conceptos. Queda en evidencia nuevamente la necesidad de conocer profundamente el tema sobre el que hablamos, para no incurrir en repeticiones y, básicamente, porque a partir del conocimiento ya establecido es más fácil comprender qué falta por estudiar. Esta necesidad puede quedar planteada en la conclusión, como novedad o aporte.

Por otra parte, al referirnos a conocimientos ya existentes, que permitan sostener o refutar las ideas expuestas, nuestro texto se integra al universo del saber de una disciplina. La experiencia previa es aprovechada para avanzar en el conocimiento y ese puede ser el aporte de nuestra monografía.

Este tipo de texto requiere un uso formal del lenguaje; tal como fue desarrollado en los Módulos 1 y 3. Además, se deben utilizar términos específicos (no confundir, por ejemplo, “artículo” con “libro”, “realidad” con “realismo”, etc.) y tener en cuenta que hará falta definir algunos términos o conceptos básicos (“Se analizará el lenguaje de señas, entendiendo por lenguaje …”).

4.4.2- EnsayoEl concepto de “ensayo” proviene del verbo ensayar, que contiene la idea de probar o intentar algo. Ésa es la idea del ensayo, el más libre y subjetivo de los tipos de texto

Lengua – Marcela Farré | 77

académicos tratados en este Módulo. En general, el ensayo parte de ciertos conocimientos establecidos con el objeto de ponerlos en cuestión y así plantear una nueva hipótesis.

Es que a través del ensayo intentamos comunicar una opinión, el desarrollo de nuestro pensamiento, la relación entre algunas ideas o conceptos sin la estricta sistematización que nos exigen los demás tipos textuales académicos. Pero cuidado: existen ensayos literarios escritos por el simple placer de desarrollar una idea, pero el ensayo académico sigue siendo un texto producido dentro de un ámbito y con propósitos específicos, y por lo tanto sigue ciertas reglas. En ellos es imprescindible mostrar saber, evidencias relevantes para la comunidad académica; y por eso, su tema debe ser acotado. Por ejemplo, un ensayo sobre “la posmodernidad en la música urbana”; y deberá contener alusiones a estudios de autores universitarios (filósofos, antropólogos, sociólogos) sobre estos temas.

El ensayo une a la finalidad de transmitir conocimientos, el interés en la forma de expresarlos: no tan atada a los rigurosos métodos científicos, se liga al placer de la lectura, de argumentar y debatir, descubrir el conocimiento o evidenciar las imposibilidades de hacerlo. Puede incluir notas de de humor, ironías, apreciaciones estéticas o expresiones de sentimientos.

En el ensayo, se prioriza el carácter didáctico: comprender una idea no tanto a través del método científico sino a través de la narración, las comparaciones con fenómenos similares, etcétera. Un ejemplo de ello lo aporta Diego Golombek, Doctor en Ciencias Biológicas, cuando explica el porqué del efecto contagioso del bostezo:

“(En él) pueden estar involucradas las famosas neuronas espejo, que se activan al imitar un movimiento y hay quienes las acusan de ser responsables de la empatía entre humanos. Así es la ciencia: nos lleva de paseo desde los orígenes del bostezo hasta la esencia misma de lo que nos hace humanos. A bostezar, que se acaba el mundo.” (Golombek, 2011).

El ensayo utiliza los recursos específicos la escritura académica (como citas de autoridad, ejemplificaciones, tecnicismos, etc.) pero también incorpora otros, más cercanos al discurso literario, tales como metáforas, preguntas retóricas, imágenes sensoriales, etc.

Pero cabe destacar que todas las características citadas anteriormente no implican que el investigador deje de lado los objetivos generales de los textos académicos: para que un texto sea académico debe cumplir con ciertas normas, de lo contrario será literario. El esfuerzo por afirmar la hipótesis a partir de datos relevantes es uno de esos rasgos.

4.4.3- InformeComo lo evidencia su nombre, este tipo de texto tiene como objeto informar a un destinatario concreto sobre un tema puntual: puede ser el resumen o los avances de una investigación, los datos estadísticos sobre los exámenes de ingreso universitario, los resultados de una encuesta o la información sobre el clima. Es un tipo de texto muy funcional, en general utilizado para tomar decisiones posteriores a su lectura (la continuidad de una investigación, el diseño de un proyecto, una inversión económica, un viaje, etc.).

En el caso del informe académico, el tema que trata no surge de la iniciativa personal del alumno sino que es solicitado puntualmente por el docente; así, el informe es la respuesta concreta a ese requerimiento. Como otros tipos de informes (estadísticos, de calidad, laborales, etc.) el informe académico muestra los conocimientos resultantes de una investigación; pero a diferencia de éstos también incluye la descripción de los

Lengua – Marcela Farré | 78

procedimientos utilizados para llegar al mismo. No obstante, esta descripción del proceso debe hacerse de una manera simple y concisa.

Dentro de los textos académicos, el informe es el más referencial y objetivo; sin embargo, al igual que en todos estos tipos textuales, debe incluir un planteo y unas conclusiones originales, no es sólo una recopilación de datos. Por esto incluye una conclusión explícitamente personal a partir de la información planteada, e incluso puede incluir una propuesta de acción.

Concretamente el informe se constituye como una investigación documental o a partir de la experiencia documentada. La importancia que reviste la documentación en este tipo textual hace necesario poner en práctica un conjunto de habilidades sobre la información preexistente:

Selección

Síntesis

Análisis

Organización

Sistematización

Antes de escribir el informe debemos estar en condiciones de realizar un mapa conceptual con la totalidad de los contenidos: de esta forma lograremos mayor claridad expositiva. La estructuración del informe es vital para transmitir la información de manera concisa. A fin de que esos contenidos se relacionen lógica y linealmente pueden organizarse en apartados y subapartados (1; 1.a.; 1.b; 2; etc.).

El informe académico sigue la estructura del género (desarrollada más arriba); aunque prioriza los contenidos informativos sobre otros. Por eso, en el desarrollo del texto se muestran los hechos o datos sin valorarlos más allá de su función (relevante o irrelevante para determinado objetivo). Por ejemplo: “El cuestionario de la encuesta fue diseñado en español, aunque los entrevistadores fueron seleccionados a partir del requisito de dominar alguno de los idiomas nativos con que cuenta ese país para poder desempeñarse adecuadamente”.

Al final del informe académico, de manera conjunta a las conclusiones, debe incluirse la valoración de la información, su interpretación y proyección; pudiendo incluir, como mencionábamos más arriba, una propuesta de acción.

Por su mismo sentido funcional, antes de la introducción se puede incluir un pequeño resumen de la investigación, a modo de avance de lo que se leerá en el informe.

Este tipo de texto intenta alcanzar la mayor objetividad posible, y por eso se incluyen imágenes, gráficos y cuadros que remiten a una realidad externa y cuantificable. Esto le da el carácter referencial propio del informe.

Se transmite lo investigado de forma directa y clara, en párrafos cortos, con un lenguaje específico y registro formal e impersonal. El lenguaje usado para tal fin es simple, sin repeticiones ni metáforas. No se busca atraer por medio del estilo porque es un texto muy funcional: la información debe ser precisa y rápidamente comprensible.

Lengua – Marcela Farré | 79

4.4.4- A modo de síntesis

En los tres tipos de texto desarrollados encontramos características comunes: predomina una base explicativa que incluye argumentación y descripción; se incluyen en una red de conocimientos previos que debemos demostrar; utilizan un lenguaje formal y preciso.

No obstante, como pudo verse a lo largo de este punto, cada uno de ellos presenta ciertas diferencias que resumimos en el siguiente cuadro a modo de breve síntesis:

Tipo de texto

Privilegia el punto de vista

Bases predominantes

Lenguaje

Informe Objetivo Expositiva Claro, preciso, nada ambiguo ni metafórico

Monografía Analítico Expositiva - Argumentativa

Preciso, se definen palabras clave

Ensayo Subjetivo Expositiva - Argumentativa

Creativo. El uso de algunos recursos literarios están permitidos

4.5- Las citas

De acuerdo con las primeras acepciones del Diccionario de la Real Academia Española, una cita es la reunión o encuentro entre dos o más personas, previamente acordado.

Dentro del ámbito académico, una cita es la introducción al texto de ideas, conceptos, descubrimientos o datos elaborados previamente por otros autores. El texto académico es el lugar de encuentro de la palabra de dos o más personas; es la introducción de la palabra de otro en nuestro discurso.

Se distingue este uso académico de la nota al pie, que se emplea para realizar ampliaciones o aclaraciones sobre lo dicho en el texto. Según las normas actuales, no se citan las referencias bibliográficas al pie.

Lengua – Marcela Farré | 80

4.5.1- Importancia de citarTal como venimos recalcando a lo largo de todo el Módulo, el conocimiento académico se construye a través de un sistema de saberes avalados y aceptados por la academia. Cuando investigamos, usamos la información preexistente y la reelaboramos para conformar nueva información, o un nuevo punto de vista, o una nueva aplicación de esa información.

Dado que el resultado de la investigación es el texto, establecer relaciones con los textos ya aceptados no sólo se constituye como punto de partida para pensar nuevos horizontes, sino que a su vez valida lo que decimos. Nuestros textos se revisten de mayor legitimidad cuando avanzamos hacia un nuevo conocimiento a través de las bases establecidas por autores reconocidos dentro de cada disciplina.

Es importante poder seleccionar adecuadamente las citas: nuestro trabajo no será mejor por estar plagado de citas, sino cuando estas sean necesarias para confirmar la validez de lo que decimos.

¿Cuándo citar? Podemos decir que existen dos factores que hacen imperiosa la necesidad de citas en la investigación académica. El primero es la necesidad de avalar lo que decimos; el otro factor es la necesidad de admitir el origen de nuestras afirmaciones, pues no podemos hacer pasar como propias ideas o conceptos que pensaron otros antes. Se trata de una razón ética.

Vamos al primer motivo: la cita fundamenta nuestras afirmaciones. Por ejemplo, la discutible afirmación: “No es cierto que los sistemas de salud privados sean mejores que los públicos” cambia si agregamos “De acuerdo con el informe mundial 2010 de la OMS”. La Organización Mundial de la Salud es una fuente de calidad, poco cuestionable, para hacer generalizaciones sobre el estado de la salud en el mundo. Ya se vio en el apartado 4.3.2 sobre cómo hacer una adecuada selección de las fuentes. No es lo mismo citar a reconocidos autores, publicaciones especializadas que citar de una anónima página de Internet.

El segundo motivo para citar reside en la dimensión ética de reconocer la propiedad intelectual de otro. De lo contrario incurrimos en un delito denominado plagio, penado académica y legalmente (incurrir en él puede acarrear ser expulsados de una institución y, en ámbitos profesionales, implicarse en un proceso judicial).

La ley 1.723, conocida como “Ley de Propiedad Intelectual” establece que:

Art. 9°. — Nadie tiene derecho a publicar, sin permiso de los autores o de sus derechohabientes, una producción científica, literaria, artística o musical que se haya anotado o copiado durante su lectura, ejecución o exposición públicas o privadas

Así, es esencial el permiso del autor, aunque para el caso de los textos académicos existe una excepción parcial a este principio general, al tratarse de obras con fines didácticos o científicos:

Art. 10. — Cualquiera puede publicar con fines didácticos o científicos, comentarios, críticas o notas referentes a las obras intelectuales, incluyendo hasta mil palabras de obras literarias o científicas u ocho compases en las musicales y en todos los casos sólo las partes del texto indispensables a ese efecto.

Quedan comprendidas en esta disposición las obras docentes, de enseñanza, colecciones, antologías y otras semejantes.

Lengua – Marcela Farré | 81

4.5.2- Tipos de cita

Las citas dentro de un texto académico pueden ser directas o indirectas.

a. Citas directas o textuales: son fragmentos de textos de terceros, introducidos en nuestro texto de idéntica forma a las que fueron escritos por el autor. Reproducen fielmente el texto original. Se transcriben en un formato específico para resaltar dónde comienza el texto citado.

b. Citas indirectas o de referencia: Se hacen cuando incorporamos a nuestro texto ideas de otro autor, parafraseando su texto, reelaborando lo expuesto en el texto fuente. No reproduce fielmente las palabras, sino el concepto general.

En trabajos académicos se prefieren las citas de referencia o indirectas, porque no implican una interrupción; mientras que las directas o textuales deberán utilizarse cuando no haya otra forma mejor de decir lo expuesto por el autor. En ese caso, no deben exceder la extensión del párrafo: no son admisibles citas que ocupan la página entera.

Para hacer más fácil y reconocible una cita, los textos académicos deben seguir una serie de normas comunes, aceptadas por numerosas disciplinas a nivel internacional. El Manual de Publicaciones de la American Psychological Association (APA) propone una forma muy sencilla de citación que desarrollaremos a continuación.

El sistema requiere explicitar, luego de introducir la cita directa o indirecta, dos datos básicos: el apellido del autor y el año de publicación de su obra. Esta información debe consignar entre paréntesis, de este modo: (Pérez, 2011). Esta es la información mínima requerida, aunque varía de acuerdo al tipo de citas. Veamos qué ocurre en cada caso, empezando por las indirectas que son más sencillas:

4.5.2.1- Cita indirecta. Casos:

- Al final del párrafo o de la oración que contiene las ideas expresadas anteriormente. Ejemplo:

En la actualidad, ha quedado demostrado el impacto de los medios audiovisuales sobre el comportamiento de los niños (López, 2008).

Esta forma coloca al final de la idea completa el dato de la referencia; no sería correcto interrumpir con este paréntesis en medio de la frase, que está puesta en boca del investigador (“ha quedado demostrado que”).

- Incorporada dentro de la redacción:

López (2008) ha demostrado que el comportamiento de los niños…

A diferencia del caso anterior, aquí debe mencionarse la obra junto a la mención del autor, puesto que este es el enunciador de la idea (“López ha demostrado”).

- Citas de referencia de varios autores en el mismo párrafo u oración: A veces, una idea que explicamos ha sido utilizada por varios autores, por lo que deberemos

Lengua – Marcela Farré | 82

citarlos a todos, en orden alfabético, dentro de un mismo paréntesis, separando a cada autor con un punto y coma:

El género de la novela histórica ha sido estudiado profundamente por críticos literarios de todo el mundo (Aínsa, 1998; Menton, 1989; Pons, 2000).

4.5.2.2- Cita directa. Casos:

Se trata de la reproducción textual de las palabras de otro. No siempre se usan comillas, como se verá según el caso:

- Citas menores de 40 palabras: se citan dentro del párrafo, destacando entre comillas el texto fuente incorporado, e indicando el número de página de la siguiente manera:

Es importante destacar que ya “no hay discusiones sobre el hecho de que un buen entorno favorecerá la eficacia del tratamiento” (Mónaco, 2010, p.32); de allí que (…).

- Citas mayores de 40 palabras: después de la última palabra de nuestro párrafo, se colocan dos puntos y el bloque seleccionado en un párrafo aparte, sin comillas y con sangría en todo el texto, de modo que se destace del resto y sea fácilmente identificado como cita. Por ejemplo:

Como ya señalaba Ávalos (1999), la lingüística ha demostrado que:

las distintas divisiones que las sociedades establecen en el campo social se ven representadas en el lenguaje; y que esas palabras que las personas usan (y las que no usan) para cada caso implican descripciones cargadas de sentido interpretativo, no neutral (p. 152).

- Otro caso de cita:

Cuando no hay un autor explícito, como en el caso de noticias y algunos sitios de Internet, se cita el título o sus primeras palabras si éste fuera muy extenso. Dicho título va entrecomillado, y en cursiva el título de la publicación:

La ciudad ha invertido más de 20 millones de pesos en transporte público (La Voz del interior, 2011).

4.7- Las referencias bibliográficas

Lengua – Marcela Farré | 83

Al final de nuestro texto, deben incluirse en la sección “Bibliografía” aquellas obras utilizadas para desarrollar el trabajo. Esta lista se convertirá en una importante fuente de información para quien se haya interesado en el tema y quiera ampliar sus conocimientos en él, a la vez que es la referencia que valida las citas incluidas en el texto.

4.7.1- Libros

Los datos genéricos que deben incluirse son los siguientes, en el formato ejemplificado (observar uso de mayúsculas e itálicas):

Apellido, inicial(es) del Nombre(s) Propio(s) del autor(es). (Año de publicación entre paréntesis). Título del libro en cursiva. Ciudad y País donde se publicó: Editorial.

Algunos ejemplos:

Melvin, M. E., González, L., y Rodríguez, M. S. (2006). Objetos de diseño en el mundo andino. Distrito Federal, México: Trillas.

Hudson, T. (2008). Books and Society. Rotterdam, Holanda: Sense Publishing.

4.7.2- Artículos publicados en libros

En muchas ocasiones, sólo utilizamos un artículo incluido en un libro, o el texto de una ponencia en las actas de un congreso. En ese caso, las referencias deben seguir este formato:

Apellido, inicial(es) del Nombre(s) Propio(s) del autor(es) del capítulo. (Año de publicación entre paréntesis). Título del capítulo en letra normal. En Inicial(es) de Nombre(s) Propio(s) Apellido(s) de cada editor (Ed. o Eds. entre paréntesis), Título del libro en cursiva (pp. número de la página donde empieza el artículo - número de la página donde termina el artículo entre paréntesis). Ciudad y País donde se publicó: Editorial.

Por ejemplo:

Datta, M., y Beker, S. (2007). La medicina en Lima colonial. En T. Iparraguirre (Ed.), Historia de la medicina en América (pp. 213-219). Distrito Federal, México: Fondo Editorial para el Desarrollo.

Lengua – Marcela Farré | 84

4.7.3- Recursos electrónicos

En la medida de lo posible, las referencias deben hacer constar, al menos: título del artículo, fecha de publicación o acceso al sitio, y la dirección URL. Es óptimo que tengan el nombre del autor. El formato básico es el siguiente:

Autor de la página. (Fecha de publicación o revisión de la página, si esta disponible). Título de la página o lugar. Recuperado (Fecha de acceso), de (URL-dirección)

Por ejemplo:

Hernández, J. (junio, 2010) Laparoscopía. Recuperado el 12 de agosto de 2011, de http://online.sfsu.edu/%7Erone/GE/GLaparoscopía.html

4.8- Herramientas

4.8.1- Cómo fichar y hacer resúmenes

La confección de fichas y resúmenes es una herramienta fundamental en la vida académica. Exámenes, exposiciones y, claro, textos académicos, ponen a prueba nuestra capacidad para realizar este tipo de texto.

A continuación, algunos otros consejos para que los resúmenes sean exitosos:

En primer lugar, cuando nos disponemos a resumir un texto relevante para nuestro trabajo de investigación no debemos olvidarnos de tomar nota de los datos bibliográficos. A veces consultamos un libro de alguna biblioteca o visitamos un sitio web que luego no se encuentran disponibles cuando tenemos que incluirlos en las referencias bibliográficas. Evitemos esta dificultad registrando los datos en el comienzo del trabajo.

Hemos explicado, en el punto 4.1.2. , las estrategias que deben ponerse en práctica a la hora de elaborar un resumen. Al aplicarlas, debemos recordar que el resumen debe ser fiel al texto original, es decir, que no debemos incluir ideas, conceptos o prejuicios personales al texto fuente.

Pero por otra parte, durante o después de los procesos de selección, omisión, generalización y condensación, probablemente vayamos estableciendo relaciones con otros textos ya leídos, o extrayendo nuestras propias conclusiones. Es recomendable tomar nota de nuestras ideas a medida que se nos vayan ocurriendo, ya que quizás al momento de escribirlas no podamos recordarlas. Así que podemos incluir comentarios y apuntes personales dentro del resumen, siempre diferenciándolos del texto fuente para no incurrir en interpretaciones incorrectas.

Lengua – Marcela Farré | 85

Durante la conformación del texto resumido debemos realizar una tarea de condensación; pero a veces encontramos párrafos o frases en donde el mismo autor ya ha realizado esta tarea, o bien encontramos una frase que permite comprender gran parte de la información brindada por el autor. En estos casos, podemos prever que esa frase o párrafo también serviré a los lectores de nuestro trabajo y que será muy útil citarla. En esos casos es conveniente extraer citas y adjuntarlas en nuestro resumen, incluyendo ya el número de página que necesitaremos para citarla. Eso evitará largas búsquedas de frases que recordamos perfectas pero que no podemos volver a encontrar.

4.8.2- Cómo explicar y argumentar

Hemos considerado la superestructura del texto expositivo (introducción – desarrollo – conclusión), estructura que predomina en los textos académicos. Sin embargo, también hemos reconocido que incluyen aspectos explicativos y argumentativos: los textos académicos se construyen a partir de afirmaciones comprobables, limitadas y adecuadas a las ideas que queremos demostrar. Así, frases como: “El consumo de cereales es importante por varias razones”, deben limitarse en tema y comentarse con precisión, como por ejemplo: “El consumo de avena reduce el riesgo de cáncer gracias a la presencia de oligoelementos, de acuerdo con un estudio de la Organización X”.

Este tipo de textos, básicamente, plantea como punto de partida una pregunta (o tesis) que intentará responderse o defenderse a lo largo del texto. Para validar esa respuesta, los textos académicos necesitan demostrar una serie de conocimientos que nos permiten llegar a la conclusión final.

Al momento de escribir, podemos utilizar un esquema como el siguiente para organizar nuestra secuencia argumentativa:

Tesis que se intenta defender:

_________________________________________________

Argumentos a favor Argumentos en contra

Conclusión/es:

¿Puede demostrarse la tesis? ¿Total o parcialmente? ¿Qué nuevas preguntas presupone la conclusión?

Es muy importante considerar los posibles argumentos contrarios a nuestra idea, su análisis nos permitirá buscar los argumentos para rebatirlos y adelantarnos a las posibles críticas que pudiera hacer nuestro lector; y así hacer más convincente nuestro texto.

Lengua – Marcela Farré | 86

Cada uno de los pasos que nos permiten justificar nuestra tesis para llegar a la conclusión final necesita ser mostrado y justificado por su autor. De allí la importancia de establecer una secuencia organizativa lógica en el texto, que no necesariamente repite la secuencia de investigación. En el caso de la argumentación las secuencias lógicas más utilizadas son las de comparación o contraste y causa- efecto.

A continuación brindamos una serie de expresiones y vocabulario útiles al momento de pasar por escrito esas secuencias lógicas.

Hacer comparaciones o contrastes

a diferencia de

al contrario

al igual que

asemejarse a

parecerse a

diferenciarse de

en cambio,

en contraste con

ser diferente de

ser distinto de

más/menos (adjetivo) que

no obstante,

sin embargo,

compartir las mismas características que

de la misma manera

del mismo modo

lo mismo que

tan/tanto como

tener algo en común

Relacionar causas y efectos

a causa de que

debido a que

así que

causar, desencadenar, producir, provocar, originar

como consecuencia/resultado/producto

implicar

por consiguiente/ eso/ este motivo/ lo tanto

porque

puesto que

ya que

responsabilizar

el resultado

resulta de

proceder de

resultar en

deberse a

Lengua – Marcela Farré | 87