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7/25/2019 - CS Algunos Conceptos Bsicos
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CIENCIAS SOCIALES:
Algunos conceptos bsicos
por
PABLO GONZLEZ CASANOVA
HIRA DE GORTARI RABIELA
HCTOR DAZ-POLANCO
ALBERTO AZIZ NASSIF
MARCOS ROITMAN ROSENMANN
coordinadopor
PABLO GONZLEZ CASANOVA
i;7CVI
s iglo
veintiuno
editores
-
7/25/2019 - CS Algunos Conceptos Bsicos
2/66
r
siglo veintiuno editores,t
s .a. de c.v.
CERRO DEL A61.1 /
12 4 8 D E L E G A C I N C O YO A C A N . 0 4 3 10 . M XI C O . D . F
siglo veintiuno
de espaa editores, s.a.
PRINCIPE DE VERGARA78 2
DCHA.
MADRID
E S P A A
V e
edicin a cargo de
clara elizabeth castillo
jos guadalupe gandarilla
portada de mara luisa mirtnez passarge
primera edicin, 1999
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
en coedicin con el centro de investigaciones interdisciplinarias
n ciencias y humanidades, una m
isbn
968-23-2179-4
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho
en mxico / printed and made in mxico
527 1
BIBLIOTECA APRENDER A APRENDER
Esta coleccin se propone transmitir a los lectores los conocimientos
necesarios para aprender una disciplina, una especialidad interdis-
ciplinaria o un tema o concepto determinado. La coleccin se propo-
ne dar los lineamientos actuales de la investigacin sobre la discipli-
na, especialidad o tema. Tambin se propone dar cuenta de las
"nuevas ciencias", vinculadas al creciente desarrollo del anlisis de
sistemas complejos y autorregulados que corresponden a una gran re,
volucin cientfica, tcnica y humanstica.
La revolucin cientfica y humanstica que vivimos, con cambios
de paradigmas de investigacin y reestructuracin de categoras y
conceptos, de mtodos y tcnicas de anlisis, interpretacin y accin,
abarca las ciencias de la materia, las ciencias de la vida y las ciencias
humanas. Su alcance y profundidad replantean los problemas de la
cultura general y la especialidad en todos los campos del pensamiento
y de la accin, de las ciencias y las humanidades. La coleccin busca
acercar al lector a sus temas y problemas y adiestrarlo en las artes y
mtodos de aprender a aprender nuevos conocimientos. Est desti-
nada a lectores con educacin media y superior, que quieran actuali-
zar sus conocimientos en las disciplinas que cultivan o en otras de su
inters.
Y
PABLO GONZLEZ C ASANOVA
a18l.IOiECA CEN1101
UN M
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NDICE
PALABRAS PRELIMINARES,
por
GUADALUPE VALENCIA GARCA
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES: HACIA UN
NUEVO PARADIGMA, por
PABLO GONZLEZ CASANOVA
La formacin de conceptos sociopolticos desde Amrica Latina, 6;
Heurstica y pedagoga de las ciencias sociales y de los movimientos so-
ciales: la construccin del nuevo paradigma, 18; Bibliografa, 23
3
EL USO DE CONCEPTOS Y MTODOS EN LA HISTORIOGRAFA
RECIENTE. UNA APROXIMACIN,
por
HIRA DE GORTARI RABIELA
6
Cambios en la disciplina yen los historiadores, 26; El contexto social, pol-
tico y cultural, 31;El uso de conceptos, 32; Los mtodos, 37; Bibliografa, 42
LA ANTROPOLOGA SOCIAL EN PERSPECTIVA,
por
HCTOR
DAZ-POLANCO
4
LA CIENCIA POLTICA: EMPIRISMO, FORTALEZA VACA,
HIBRIDACIN Y FRAGMENTOS,
por
ALBERTO AZIZ NASSIF
Introduccin. La poltica se mueve del centro, 67; Un mundo de certezas
empricas, 69; La fortaleza se vaca, 71; La hibridacin, 74; Ejemplos de
ciencia poltica: temas y autores, 76; Climas de reflexin para la poltica:
la polmica entre modernidad y posmodernidad, 81; Una rara sntesis de
construccin terica e investigacin emprica, 85; La ciencia poltica y la
teora poltica: un campo dividido, 86; Amrica Latina: los dilemas de una
poltica sin certidumbre, 88; Corolario, 90; Bibliografa, 91
LA SOCIOLOGA: DEL ESTUDIO DE LA REALIDAD SOCIAL AL
ANLISIS DE SISTEMAS,
por
MARCOS ROITMAN ROSENMANN
3
De la teora de la accin a la teora de sistemas, 107; Resumen, 113; Bi-
bliografa, 113
67
NDICE ONOMSTICO
15
NDICE ANALTICO
18
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PALABRAS PRELIMINARES
Las ciencias sociales viven hoy en una desmesura cercana a la catar-
sis. La multiplicidad de temas y problemas tratados, la diversificacin
de sus enfoques y mtodos, su fragmentacin en mltiples y variadas
especialidades y subdisciplinas constituyen un proceso que es, al mis-
mo tiempo, depurador y vigorizante. Las grandes certezas de la tra-
dicin entran en crisis; incluso, algunas antiguas verdades desapare-
cen. Pero la tradicin sobrevive, muta y se renueva.
Los linderos de las disciplinas sociales el espacio terico-cultural
de las fronteras han sido campo frtil para la novedad y la renova-
cin. En dicho espacio pueden tenderse puentes: se alcanzan los con-
tornos de otras ciencias, se acogen sus concepciones y, con ellas, se
ampla la visin de una realidad que, desde cualquier punto de vis-
ta, se encuentra en constante cambio.
La reestructuracin de las ciencias sociales se verifica en las diver-
sas disciplinas que la conforman, y que son abordadas en este texto.
Los anlisis que se brindan aqu sobre la sociologa, la poltica, la
antropologa y la historia dan cuenta de sus tradiciones y mudanzas;
de sus dilogos y de los procesos de hibridacin disciplinaria; de las
tensiones y retos que hoy enfrentan.
Ms all de la especificidad de cada una de las disciplinas anali-
zadas existe un paisaje terico comn y un horizonte intelectual que
parece tambin compartirse. Los autores registran los grandes cam-
bios que condujeron a la fragmentacin terica y disciplinaria. En
todos los casos se reconoce el acercamiento de la disciplina en cues-
tin a otras disciplinas de las ciencias sociales; algunas veces, incluso
a las ciencias de la materia y de la vida. Describen tambin la multi-
plicacin de teoras y mtodos de anlisis para abordar los viejos y
nuevos problemas.
La proliferacin de temas, problemas y enfoques se produce en un
clima intelectual que, en general, tiende a abandonar los metarrelatos
d fundacin de la disciplina, para acoger e impulsar la idea de di-
versidad. El posmodernismo y las tecnociencias, al amparo de la cri-
sis de los paradigmas, imponen un nuevo ambiente cultural alejado
de imperativos ticos y polticos. En l se conjugan pretensiones de
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ALABRAS PRELIMINARES
pluralidad cultural, de individualizacin y de comprensin sistmica
de lo social.
Pero el clima cultural de la diversidad tambin incluye otros hori-
zontes. Los que aqu se defienden aceptan una diversidad que no re-
nuncia a la poltica. Algunos, incluso, propugnan la construccin de un
nuevo paradigma: uno que corresponda a una sociedad hecha de
muchas sociedades no excluyen tes.
GUADALUPE VALENCIA G AR CA
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES:
HACIA UN NUEVO PARADIGMA
PABLO GONZLEZ
CASANOVA'
La actual reestructuracin de conceptos en ciencias y humanidades
plantea problemas de congruencia y rigor, que no son meros ejerci-
cios acadmicos. La inconsecuencia con los resultados de esta reestruc-
turacin afecta la vida acadmica y la accin poltica.
Atender lo nuevo de los conceptos
no slo permitir una mejor com-
prensin del mundo en que vivimos, sino una mejor construccin de
alternativas y una lucha ms eficaz para alcanzar objetivos. Las fuert
zas dominantes o emergentes van a pensar mal si siguen slo pen-
sando como en el pasado, pero tambin si se olvidan completamen-
te de l.
En efecto, se oye hablar cada vez ms de sistemas en parte orga-
nizados y en parte desbarajustados (lo que corresponde a un nuevo
concepto del caos que incluye la organizacin). Se oye hablar de sis-
temas complejos, con subsistemas autnomos articulados, y de siste-
mas disipativos, con comportamientos lineales limitados y compor-
tamientos no lineales envolventes. Se oye hablar de sistemas cercanos
y lejanos al equilibrio, unos y otros amenazados o vctimas de turbu-
lencias, con posibles bifurcaciones de tendencias en que tal vez se lle-
gue a imponer una, que no est predeterminada, sobre la que no cabe
hacer predicciones en trminos probables. Esa bifurcacin, se dice,
puede contribuir a la construccin de alternativas; o puede ser parte
de bifurcaciones hasta el infinito, y se es otro concepto de caos.
El problema consiste en que tras afirmar que tales conceptos son
los que ms ayudan a describir, predecir, explicar y construir el inun-
do, volvernos con el mayor desenfado a planteamientos en los que
oponemos tajantemente el orden al caos; o en los que buscamos el
equilibrio neoclsico; o en los que pensamos en trminos de un sis-
tema de estructuras predominantemente desarticuladas, no organi-
zadas; o en que privilegiamos las perspectivas y proyectos lineales has-
Director del Centro (te Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Huma-
nidades,
UNAM.
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ta cuando razonamos a la manera "dialctica". Esto ltimo ocurre al
pensar en espirales ascendentes que regresan al mismo punto de par-
tida aunque en niveles siempre superiores.
Por otra parte, pocas veces pensamos, y menos discutimos, en tr-
minos de "optimizaciones evolutivas" no lineales, de "estrategias de
autooptimizacin", de estrategias de "optimizacin de selecciones y
de valores de seleccin"; en trminos de "estrategias de aprendizaje",
que incluyan tambin los legados tiles del pasado, los que permitan
una accin eficaz en los procesos de autorreproducci-n y creacin.
Pocas veces logramos que predomine en nuestros razonamientos y ar-
gumentaciones la lgica por objetivos. Por ejemplo, en una organiza-
cin de la sociedad civil o de un partido, la gente no empieza preci-
sando los objetivos prioritarios para que a partir de ellos se discutan
los mejores medios que permitan alcanzarlos. La vaga discusin ideo-
lgica nubla las mentes de los ilusos.
Es ms, las transformaciones tecnocientficas ocurridas, rara vez
. se asocian a los antiguos conceptos sobre tendencias y estructuras con
el fin de analizar cmo subsisten y cmo se redefinen en los nuevos
conjuntos.
Nuestras formas tradicionales de pensar no estn en todo desca-
lificadas: hay realidades en las que predomina el orden; otras, que se
aproximan al equilibrio; hay tendencias lineales significativas con
desviaciones mnimas en su comportamiento probable; se dan turbu-
lencias sin bifurcaciones importantes. Es ms, en lo que se refiere al
comportamiento del sistema dominante, "la ley del sistema" que des-
cubri Marx sigue siendo vlida. No slo constituye una necesidad
histrica insoslayable como forma de acumulacin, sino una "restric-
cin lateral" con efectos "no deseados", que hasta cuando se quieren
impedir algo que no siempre ocurre aparecen en segundas y terce-
ras etapas o espacios.
En todo caso, si los nuevos descubrimientos y tcnicas deben ser
atendidos, su presencia no acaba con todos los conocimientos "anti-
guos". Nuevos y antiguos conceptos merecen nuestra atencin y de-
ben ser cernidos, des-cubiertos en sus interfaces, articulados al cono-
cimiento por objetivos.
En realidad, todo proceso de formacin cientfica retiene y rede-
fine los conceptos anteriores, los reestructura y acota. Si en los nue-
vos conceptos o realidades busca las formaciones que ayuden a com-
prenderlos, con los nuevos conceptos tambin reestructura y redefine
a sus predecesores y busca controlar el rango de su validez y alcance.
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Acometer tales tareas, con la mayor consecuencia y precisin, es tan-
to ms importante cuanto vivimos la tan trada y llevada crisis de
paradigmas.
Si por paradigma entendemos "una forma de plantear y resol-
ver problemas", la crisis de hoy abarca tanto los principales para-
digmas de la investigacin cientfica como los principales paradig-
mas de la accin poltica. A la crisis del estructural-funcionalismo y
a la de la filosofa empirista, de las filosofas de la
praxis
y de los m-
todos dialcticos se aaden las crisis del liberalismo, de la socialde-
mocracia, del comunismo, del nacionalismo-revolucionario y del
neoliberalismo.
Para colmo, los paradigmas cientficos y polticos emergentes to-
dava presentan muchos conceptos difusos y desarticulados. Las ms
positivas aportaciones de la filosofa "posmoderna" frecuentemente
se plantean separadas de las no menos importantes que correspon-
den al "constructivismo", y unas y otras no alcanzan para
construir el
nuevo paradigma de la investigacin
o modo de plantear y resolver pro-
blemas, ni alcanzarn para ese propsito mientras no se articulen
entre s, y tambin con el
paradigma alternativo emergente poltico-social
de una democracia
universalpostulado ste que planteamos por aho-
ra en forma axiomtica.
La articulacin de paradigmas mediante algunos de sus elemen-
tos fundamentales habr de vincular el nuevo anlisis de sistemas al
anlisis clsico, incluso al de origen marxista. Supondr, en general,
unir la reflexin posmoderna a las reflexiones y acciones modernas
subyacentes y a las situaciones concretas del pas en donde vivimos,
y de la regin del mundo en que pensamos y luchamos.
Pero para eso ser necesario preguntarse qu tipo de investigacin
de conceptos privilegiar de los tres que pueden ayudarnos. En efec-
to, existe la investigacin de conceptos orientada
por la teora;
existe
la investigacin de conceptos orientada
por los resultados empricos de
las investigaciones anteriores y por los
resultados de la confrontacin
entre la teora y la prctica, y existe la
investigacin orientada por los
conceptos
en su confrontacin con las experiencias de laboratorio y ob-
servacin, o con las experiencias de construccin y lucha. Nosotros
pensamos que esta investigacin es la ms promisoria y la que mejor
puede ayudarnos a la reestructuracin puntual, discursiva y terica,
de las filosofas y teoras posmodernistas y constructivistas, as como
a
la construccin de nuevos planteamientos tericos que necesaria-
mente tendrn que subsumir a los anteriores marxistas, keynesianos-
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CASANOVA
aunque no sea en forma lineal, equilibrada, organizada y articulada,
sino en medio de una verdadera "revolucin de paradigmas".
En todo caso, el propsito general de una investigacin sobre con-
ceptos puede tener muchos puntos de partida. Uno de ellos es que
busque la herencia, formacin y reestructuracin de los conceptos y
categoras que Amrica Latina ha formulado y reformado y que
constituyen su aportacin a las ciencias sociales de la regin y del
mundo. Partir de esa perspectiva regional-mundial es reconocer nues-
tra "posicin" de observacin, experimentacin, construccin y lucha.
Apunta aTa necesidad de sealar la posicin epistemolgica propia,
necesidad que hoy se reconoce no slo en ciencias de la vida sino en
ciencias de la materia, y que en nuestro caso se complementa con otra
posicin importante: la que propone el paradigma poltico-social al-
ternativo de un mundo ms democrtico, ms libre y menos injusto,
que para alcanzar sus objetivos sociales reestructura ya sus conceptos
cientficos y polticos.
LA FORMACIN DE CONCEPTOS SOCIOPOLTICOS
DESDE AMRICA LATINA
En el estudio de la estructuracin y reestructuracin de conceptos
siempre descubrimos tesis encontradas. El peligro consiste en soste-
ner que slo una de ellas corresponde al verdadero concepto; o en
caer en soluciones eclcticas, siempre superficiales. El mtodo que
vamos a emplear consistir en destacar las estructuraciones y reestruc-
turaciones que consideremos
significativas para
un conocimiento
orientado a la construccin de un paradigma cientfico-poltico til
al "inters general" y a una democracia universal no excluyente. Ese
mtodo nos impedir perdernos en debates sobre fidelidades o infi-
delidades tericas, o en otros a la usanza "cientificista", que con el
supuesto del "fin de las ideologas" ocultan su propia ideologa. En
cuanto a las intersecciones y mezclas conceptuales, las rearticularemos
con un criterio: integrar
todas aquellas
que aumenten las probabilida-
des de xito en la comprehensin y construccin de conceptos y rea-
lidades codiciadas. Integrar y adaptar
slo
aquellos conceptos que nos
acerquen a los fines y metas precisados y precisables.
El propsito es concentrarnos en un trabajo de "acumulacin te-
rica" relacionado con la actual reestructuracin de conceptos y con su
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES
formacin reciente, en funcin de objetivos o metas terico-prcticas
del paradigma alternativo de una democracia universal o "democra-
cia de todos". A ese conocimiento "teleonmico" aadiremos el de los
contextos en que ocurre y el de los obstculos que enfrenta, algunos
imposibles de vencer mientras no existan o no se construyan las con-
diciones y organizaciones necesarias y posibles.
Entre las preguntas ms significativas que surgen se encuentran las
siguientes: 1] Cules son los conceptos aportados por las ciencias
sor'ales que-hoy si rr uniendo validez? 2]
-Quzorluibucsdn
im-
portante para nosotros hicieron esos conceptos a la teora? 3] Cmo
se los debe redefinir y acotar en funcin de los ms recientes descu-
brimientos sobre sistemas? Cmo se los debe redefinir y acotar en re-
lacin con las reestructuraciones que el sistema dominante ha impues-
to, y que de hecho plantean la situacin de un sistema mundial lejano
al equilibrio, con contradicciones cuyo desenlace resulta impredeci-
ble y deja a la construccin de alternativas, atractores y fractales, un
futuro inmediato ms problemtico que "enigmtico", ms cuestiona-
ble que cuestionante?
Las aportaciones latinoamericanas a las ciencias sociales de la se-
gunda mitad del siglo xx merecen especial atencin, aunque hay al-
gunas de etapas anteriores que siguen teniendo fuerte peso. Las prin-
cipales aparecen en los siguientes conceptos: 1] Independencia
poltica. 2] Orden. 3] Progreso (y desarrollo). 4] Libertad. 5] Revolu-
cin. 6] Marginacin. 7] Centro-periferia (y relacin de intercambio).
8] Dependencia (con bsqueda de la independencia econmica, so-
cial y cultural, o con un nacionalismo superado y el reconocimiento
de un capitalismo global). 9] Colonialismo interno. lo] Revolucin so-
cialista y revolucin moral. 11] Sistemas polticos y sistemas de poder.
12] Sociedad informal y formalismo autoritario, y el de sociedad in-
formal neoliberal. 13] Explotacin. 14] Pedagoga del oprimido y pe-
dagoga colectiva (con lectura de textos y del inundo). 15] Teologa
de la liberacin (respeto a la fe y opcin por los pobres). 16] Demo-
cracia. 17] Posmodernismo radical y construccin del mundo (con lu-
cha y negociacin; con autonomas y redes). Se centra en el concep-
to de "Democracia de todos" e incluye las etnias y la sociedad civil. La
construccin del poder. El "Mandar obedeciendo". El "Todo para
todos; para.nosotros nada". La dignidad.
En algunos casos esos conceptos han sido formulados hasta volver-
se paradigmticos y de uso general n Amrica Latina y en Indoarn-
rica, y hasta en otras regiones del inundo. En otros, vinieron de En-
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ropa o Norteamrica, y fueron redefinidos o enriquecidos en Lati-
noamrica y en Indoamrica registrando experiencias de la Regin
que no se dieron en aquellos continentes.
Nunca el ir y venir de las ideas y de las experiencias fue importante
cuando se qued en puras elucubraciones o modos "europeizantes"
y "agringados", y no alcanz concreciones que incluyeran tambin lo
universal, desde lo provinciano, tnico, aldeano o nacional.
Fue siempre la articulacin del pensar occidental y continental con
la vida y los movimientos socialesy tnicos
de
"nuestra_Amai
ca
lo
vieron para entender y cambiar lo global y lo local, o lo nacional. As
cambiaron la provincia a que uno perteneca, la aldea donde uno vi-
va, la universidad donde uno enseaba. El cambio desde las etnias
fue el ms lento y difcil: ni siquiera Maritegui capto la contribucin
de las etnias al conjunto mundial. Esa contribucin slo se hizo ma-
nifiesta con la junta de los "revolucionarios de los sesenta" y los in-
dios mayas de Mxico; con l cambio del paradigma revolucionario
y de la resistencia maya en los noventa.
Los conceptos anteriores a la "sociologa profesional" fueron parte
de grandes ideologas movilizadoras. Sus reestructuraciones contie-
nen elementos de acumulacin terica que hoy mismo no podemos
ignorar. La "Independencia" se concibi originalmente como "pol-
tica" como
independencia poltica;
slo la experiencia del neoco-
lonialismo, que apareci en los pases formalmente "independientes",
llev ms tarde a postular tambin la necesidad de la
independencia
cultural y econmica.
El "Orden" se concibi con medidas legales de un
constitucionalismo que a menudo se qued en las formas y las metas
de una sociedad ideal, mientras
el orden real
era duramente impues-
to
por el
caudillaje y las oligarquas, y stos slo se revestan de las for-
mas simblicas para sacralizarse. El "Progreso" se concibi relaciona-
do con la tecnologa, la ciencia y la empresa; tambin con un avance
que inclua los proyectos de libertad, igualdad y fraternidad. La di-
fusin de esos valores fue objeto de prcticas, avances y mitos a los que
se asociaron los hombres ms notables. Una cultura de la falsedad
"progresista" y despus "desarrollista" acostumbr al "comn" a pen-
sar por separado en "el pas formal" y en "el pas real", o en el "pro-
greso ideal" y en el "progreso real" con las combinaciones de las for-
mas tradicionales de vida y los procesos colonialistas, neocolonialistas,
imperialistas y globalizadores ms o menos velados. En el pensamien-
to histrico-poltico del Progreso y el Desarrollo, reapareci y reapa-
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES
rece la idea de que se trabaja en un proceso de cambio ascendente. La
importancia que se dio a la educacin en sus distintos niveles
y
a la
poltica de la lengua castellana o nacional fue una de las manifesta-
ciones ms originales
e
influyentes del concepto de Progreso. Otras
se asociaron a la expansin y desarrollo real del capitalismo ingls,
nativo y norteamericano.
La "Libertad", vinculada al pensamiento y a la expresin, apare-
ci como tolerancia obligada o como derecho reconocido. El concepto
se ii
l ft di como valor soclalmucll
o ms que en otras regiones del
mundo. Alcanz formas jurdicas que se convirtieron en objetivos frus-
trados; pero tambin
en
banderas contra los dictadores oligrquicos.
La "Revolucin necesaria" se enriqueci con las experiencias de
movimientos legales y polticos que por las buenas no lograban nada,
que con la ley no cambiaban nada. A ese aprendizaje universal se aa-
di el de los pases de origen colonial que fueron descubriendo que
"la revolucin" no poda ser slo poltica sino social, econmica y cul-
tural. Aun eso sera insuficiente. En la vaga teora de las revoluciones
nacionalistas que se asociaron al marxismo-leninismo, Mxico fue
pionero e influyente en el nivel mundial. Contribuy ala formulacin
de una nueva teora del Estado-coalicin, al "principio de no inter-
vencin" y "libre autodeterminacin de los pueblos", al concepto de
propiedad nacional de los energticos y de otros recursos, a los de pro-
piedad agraria de comunidades, a los de derechos obreros y sindica-
les, al de propiedad mixta pblica y privada, el de expropiacin por
inters nacional o pblico, y al derecho de amparo, ms rico que el
de
habeas corpus.
A fines del
siglo xx, Mxico es tambin pionero en
el proyecto de una revolucin democrtica y pluritnica que antepo-
ne la construccin del mundo desde la sociedad civil, y que coloca la
dignidad en el primer frente de la lucha.
No cabe duda de que los conceptos o preconceptos sealados es-
tn en el trasfondo de las ciencias sociales que se desarrollaron en
Amrica Latina hasta hoy. Muchos destacan como aportaciones de
alcance internacional. Contribuyen a precisar fenmenos, metas y
medios en situaciones concretas, con actitudes crticas, con experien-
cias pensadas y repensadas. Se trata de conceptos confirmados, o "no
disconfirmados", en situaciones y periodos distintos; de conceptos
acotados en espacios varios. Son, por eso, base de redes conceptua-
les que no se pueden eludir si se quiere hablar con un mnimo de ri-
gor. El no reparar
en
ellos nos impedira construir o reestructurar los
nuevos conceptos o discursos, permitindonos libertades que llevan
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PABLO GONZLEZ
CASANOVA
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES
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a decir con arbitrariedad lo que a uno se le ocurra. Ni por moda ni
por pretensiones, supuestamente acadmicas o pseudocientficas,
podemos ocultarnos el carcter acumulativo de los conceptos anterio-
res, y su necesaria articulacin a los conceptos vivos, estructurantes de
la reflexin y de la accin. Qu pas con la "independencia", con el
progreso
,
con el "desarrollo", con la "revolucin necesaria"? Tener
presentes esos conceptos a fines del siglo xx y principios del.cxi ser
til para poner en su lugar a quienes como socilogos y economistas,
tecnocientficos o filsofos conservadores_pretendan
imponerun_
pensamiento dizque "autnticamente cientfico" y "actualizado". Ser-
vir para articular legados y experiencias, aprovechando la difcil y
rica construccin conceptual que ha existido y existe en la regin la-
tinoamericana, una parte de la cual no slo ha sido adoptada en la in-
vestigacin cientfica que se realiza mundialmente, sino que corres-
ponde a experiencias vivas, que permiten
acciones intercomunicativas de'
grandes colectividades.
De pocas ms recientes hay otros conceptos que, viniendo en ge-
neral del campo profesional, se han incorporado al campo poltico y
al lenguaje comn. Son fundamentales para acercarse a la actual re-
estructuracin de conceptos en ciencias sociales.
La "marginalidad", o el "marginalismo", 'es un concepto que for-
mul el argentino Gino Germani. Con l, registr un hecho muy im-
portante en el desarrollo piel neocapitalismo en nuestros pases. A la
estratificacin y movilidad social de los pases "industriales" y "mo-
dernos , tan significativas en el desarrollo del neocapitalismo y en las
mediaciones que alteran la lucha de clases, se aade en la poca
"desarrollista", sobre todo en los pases de la periferia, una categora
fundamental para la comprensin de los fenmenos sociales, cultu-
rales, polticos y econmicos: la de los marginados-de-los-beneficios-
del-desarrollo. Los errores en la interpretacin y formulacin de esa
categora no le quitan el enorme potencial explicativo con puntos de
quiebre innegables entre "los participantes" y "los marginados".
Otra ca te g o ra de a lcance y d i fus in mundia l fue la que lanz Ral
Prebisch desde la
CEPAL,
con su concepto de "Centro-periferia". Esa
categora fue ms tarde enriquecida por Paul Baran para el anlisis
del "excedente" mundial y su distribucin. La categora de "Centro-
periferia" permiti encontrar un punto de quiebre tanto en el nivel
mundial como en el interior de las distintas regiones del mundo: hoy
se piensa y se analiza, con razn, en trminos de centros-que-tienen-
periferias y de periferias-que-tienen-centros. La categora no slo es
co mpre h e ns iva de la s ca te g o ras ms ant ig uas so b re la s d i fe re ncias e n-
tre ciudad y campo, o imperios y colonias, sino tambin de las ms
recientes sobre las estructuras y relaciones o interfaces de la globa-
lidad, sus nichos y contextos.
Una categora tambin famosa en la sociologa mundial fue la de
"Dependencia", formulada por el brasileo Fernando Henrique
Cardoso y el chileno Enzo Faletto. La aportacin principal que hicie-
ro n co n e sa ca te g o ra (y que sub s i s te h as ta h o y) co ns i s t i e n re ve lar l a s
falsas bases -tebr-i-e y estructurales
que
llace i uug aLo rib
-
c alquier
nacionalismo o lucha por la independencia que ignore el carcter
mundial del desarrollo capitalista, y los obstculos estructurales ne-
ce sar io s y s i s tmico s a lo s que se e nfre nta cua lquie r pro ye cto de co ns-
truccin de estados-nacin cada vez ms justos e industrializados. La
categora de la "Dependencia" marc en el terreno intelectual la cdi-,
sis del nacionalismo populista del tercer mundo. Pero ni las interpr-
taciones conservadoras y conformistas a que dio lugar, ni las estruc-
turalistas que se hicieron a partir de planteamientos de un marxismo
cosificador y ligero en sus mediaciones, le quitan validez hasta hoy.
Sigue vigente su significado principal que se refiere al sistema-mun-
do o capitalismo-mundo como un conjunto en el que no podemos
dejar de pensar para comprender y actuar en los subconjuntos que lo
integran.
El Colonialismo interno es otra categora que tiene validez hasta
hoy. Habiendo sido sistematizada en Amrica Latina se aplic tam-
b in e n nume ro sas inve s t ig ac io ne s de Afr ica y As ia , a s co m o de Aus-
tralia, Estados Unidos, Canad y la ex Unin Sovitica. En esta lti-
ma fue execrada por quienes se decan descendientes de Lenin y
practicaban de nuevo -desde los sesenta- relaciones de explotacin
y dominacin a costa de "las nacionalidades". La validez explicativa
del "Colonialismo interno" en los fenmenos de discriminacin, ra-
cismo, depredacin, parasitismo y expoliacin de las etnias conquis-
tadas y reconquistadas es fundamental para un planteamiento
alter-
nativo en
favo r de la s auto no mas tnicas y p lur itn icas so b re la s que
Hctor Daz Polanco ha hecho importantes aportaciones. La articu-
lacin ele las luchas por las autonomas con las de los pueblos es par-
ticularmente til para enfrentar los fenmenos de dominacin y ex-
plotacin y para enriquecer las alternativas democrticas de los
pueblos. Sirve para especificar las luchas en nuestros pases y para
plantear tambin alternativas de autonomas personales, familiares,
comunales y municipales que no slo conciernen a las etnias y pue-
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PABLO GONZLEZ CASANOVA
REESTRUCTURACIN
DE LAS CIENCIAS SOCIALES
1 3
blos sino tambin a numerosas organizaciones de los gobiernos, las
empresas y la sociedad civil.
En los grandes movimientos de la Revolucin cubana y de la Uni-
dad Popular en Chile, los cientficos sociales y los intelectuales hicie-
ron contribuciones muy importantes sobre los conceptos de la revo-
lucin y la moral, el poder y la poltica. La Revolucin cubana rompi
con los conceptos de un marxismo determinista caracterstico del
neostalinismo y de los planteamientos ms conservadores de la de-
pendencia. La R evolucin cubana estableci fuertes vncu1osentre
1
superacin del conformismo, del posibilismo y del aventurerismo a
partir de planteamientos morales e ideolgicos que venan de Mart,
y mediante propuestas polticas e ideolgicas relacionadas con la ar-
ticulacin renovada de los grupos y las masas, de los focos y las me-
diaciones, de las vanguardias y las bases; esas propuestas venan de
Balio y Mella, y fueron vigorosamente innovadas. Las articulaciones
de la poltica, la moral y las masas permitieron utilizar las ideologas,
estrategias y tcticas con una flexibilidad que no olvid los objetivos
generales de la independencia, la justicia y la libertad. Los "rebeldes"
cubanos representaron un enfrentamiento terico-prctico al volun-
tarismo "foquista", que falsamente les atribuy Debray, y al determi-
nismo de los "modos de produccin" del radicalismo acadmico su-
perficial. Sus planteamientos ms profundos abrieron el camino de
una revolucin y de una resistencia que se hacen realmente con el
pueblo y.
que con l abordan la cuestin nacional y social, as como la
estructuracin general del poder. La teora y la prctica de la resisten-
cia nacional y de la defensa de los sistemas de estructuras sociales
cobraron un especial relieve en Cuba tras el triunfo del neoliberalismo
y la disolucin de la Unin Sovitica.
En cuanto a la Unidad Popular, en Chile, fue el primer proyecto
mundial en que un gobierno electo busc efectivamente construir una
democracia socialista. Su legado conceptual ms importante es el que
permite distinguir claramente entre el poder poltico y el poder del
Estado, en los que es necesario reestructurar no slo aparatos y bases
de gobierno, civiles y militares, ideolgicas y sociales, sino tambin a
un mercado controlado por los intereses dominantes nacionales e in-
ternacionales que manejan distintas fuerzas para alentar y desalentar
polticas. El concepto de "desestabilizacin", o el de "gobernabilidad
democrtica" de un gobierno elegido por el pueblo con un progra-
ma de justicia social encuentra en la literatura chilena de la poca ele-
mentos que no es posible ignorar. Problemas parecidos surgen hoy en
los gobiernos municipales y locales que estn triunfando por la va
electoral en varias regiones de Amrica Latina y del mundo. Constitu-
yen parte de un proceso de transicin a la "democracia de todos", o
a la "democracia no excluyente", sobre el que la elaboracin terica
del pasado puede revelarse muy til aunque requiera ser notablemen-
te enriquecida.
Tambin fue en Chile donde el neoliberalismo, hoy reinante en el
planeta, dio sus primeros pasos con el golpe de Estado y la dictadu-
ra
dePinoe e-t, esc pioneraoe
n la reconversin e integracin detEs-
tado a la Globalidad hayeckiana y friedmaniana. Un grupo de inves-
tigadores chilenos muy importante asociado a los
Chicago Boys
formul el escenario conceptual, experimental, tcnico y represivo de
la "liberacin de los mercados".
Otro concepto fundamental que viene del medio acadmico es el
que la sociloga mexicano-chilena Larissa Lomnitz Adler elabor so-
bre "la Sociedad informal". Con base en textos y fuentes originales
rusas, Lomnitz Adler refornul la dinmica del "Pas real" "Pas for-
mal" que utilizaran algunos pensadores del siglo xix, como Justo Sie
rra. Redescubri y precis la dinmica en que operan las contradic-
ciones en cualquier pas donde la clase poltica no slo dice luchar por
la justicia sino haber alcanzado la justicia, y no slo sostiene semejante
tesis en forma autoritaria o totalitaria, sino que al mismo tiempo
participa en procesos de corrupcin y acumulacin ilegal. Los proyec-
tos de justicia social con recursos escasos, grandes necesidades y prc-
ticas copulares, populistas y clientelistas generan un mundo informal
y real, cuidadosa y cruelmente negado.
A ese concepto de "Sociedad informal", o "economa informal",
Vctor E. Tokman argentino aadi otro que, con la misma termi-
nologa, se refiere a un fenmeno no menos importante de la poca
del neoliberalismo. El concepto sobre la "economa informal" de
Tokman corresponde a un proceso por el cual crecen el desempleo y
el subempleo, y se pasa de fenmenos de marginacin del desarrollo
a fenmenos de exclusin de quienes ya haban alcanzado derechos
y seguridad en el campo del trabajo y de los servicios. El elogio de la
"economa informal" por algunos economistas y publicistas neolibe-
rales se combina con la utilizacin de las contradicciones que se dan
en el interior de la misma pai a apoyar a los empresarios pauprrimos
y para hacer de ellos una especie de intermediarios en la subcontra-
tacin y control de trabajadores informales empobrecidos y extrema-
damente empobrecidos. Tambin se lo utiliza en una nueva poltica
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A B L O
GONZLEZ CASANOVA
para el manejo de poblaciones informales. Tokman fue uno de los
primeros en formular un planteamiento crtico de este fenmeno. El
empobrecimiento y la des-participacin o "exclusin" de los sectores
sociales y de los trabajadores manuales, que antes se encontraban en
el mundo formal de los salarios mnimos, la seguridad social, la edu-
cacin gratuita y universal, parece alcanzar proporciones crecientes,
algunas incontrolables o no funcionales al "sistema".
El concepto de "Explotacin" cobra hoy particular relieve cuan-
do la "prdida de centralidad de la clase obrera" y las mediaciones
y mediatizaciones de la lucha de clases que se dieron en la socie-
dad industrial han sido subsumidas por complejas luchas sociales y
polticas que determinan la apropiacin del excedente. El concep-
to de "Explotacin" permite analizar la apropiacin del excedente
no slo por vas salariales, tributarias, comerciales, monetarias y fi-
nancieras, sino tambin por polticas gubernamentales, estatales y
empresariales. Es ms, permite .estudiar los modelos histrico-po-
i lticos en los que la actual explotacin rehace su comportamiento
en el conjunto del sistema central y perifrico, y en los subsistemas
del mismo, aplicando distintos patrones de mediacin, represin y
exclusin social, cultural, poltica y econmica. El "principio de dis-
tribucin" de Polanyi, con estratos altos, medies y bajos; el de "par-
ticipantes" y "marginados"; el de "incluidos" y "excluidos", el de
nichos y redes con "reservaciones" y "zonas de desastre" perfeccio-
nan la modelacin de sistemas poltico-sociales y optimizan la toma
de decisiones en formas prcticas funcionales a la "ley del sistema"
y a la explotacin.
En medio de enormes cambios, subsiste la relacin social de explo-
tacin bajo nuevas y viejas formas salariales y tributarias, de trabajo
libre y forzado. Al mismo tiempo, se reestructuran las transferencias
del excedente con los antiguos fenmenos de dominacin, depreda-
cin y parasitismo, y se reformulan las propias mediaciones polticas,
sociales e ideolgicas de la cultura tradicional, de la cultura de ma-
sas y de la cultura focaliiada combinadas con las estructuras de repre-
sin y cooptacin de individuos y colectividades.
El anlisis de las relaciones de explotacin-dominacin contiene
un potencial de investigacin a la vez estructural y poltico superior
al de los "modos de produccin", y al mero anlisis de la acumulacin
capitalista: stos tienden a un determinismo cosificador slo supera-
ble por una historia poltica y estructural de la relacin social de ex-
plotacin,. que d una gran importancia a las mediaciones de las lu-
REESTRUCTURACION DE LAS
CIENCIAS SOCIALES
5
chas polticas y por el poder en la sociedad civil y el Estado. La inves-
tigacin de la explotacin global o de la "globalizacin de la explo-
tacin" lleva hoy a des-cubrir lo nuevo en la dialctica del "sistema-
mundo" y permite pasar de los modelos estructuralistas a los que
buscan
construir las relaciones de las estructuras y el sistema, de los
subsistemas y los contextos.
El futuro de la categora de la explotacin va a acompaar de una
manera probable y necesaria a la categora ms conocida y aceptada
de "la dominacin". En 1-a construccin y lucha por un mundo md-s
libre, justo y democrtico, las resistencias conservadoras del poder
establecido y sus polticas de "desestabilizacin" aparecern claramen-
te vinculadas a las de la explotacin y a las de dominacin
por
el mer
-
cado y no slo por el Estado;
por
el Estado y no slo por el sistema
poltico. En todos esos casos la "apropiacin" del excedente y de los
medios de produccin adquirira el carcter de una categora ms
comprehensiva y compleja de lo que se consider en el pasado.
Un concepto de difusin mundial creciente es el de la
Pedagoga del
oprimido
de Paulo Freire. El arte de ensear a leer el mundo, el modo
para aprender a actuar en el mundo desde la posicin en que uno
vive, constituye la forma ms enriquecedora de la pedagoga univer-
sal
incluyente
del esclavo, del marginado y del excluido. La alfabetiza-
cin cobr con Freire el carcter de la palabra-acto para la mayora de
la humanidad. Con posterioridad se han desarrollado conceptos y tc-
nicas que corresponden a la educacin de colectividades como colec-
tividades, con "rboles del conocimiento colectivo" en los que se or-
ganizan "talleres de enseanza-aprendizaje" a cargo de las propias
colectividades. En ellos se forjan articulaciones de distintos saberes y
haceres.
La
Teologa de la liberacin
es
el mximo
esfuerzo de desacralizacin
del poder establecido y de sus prcticas de legitimarse con las creen-
cias y la fe de los pueblos. Exige el respeto al dogma; tambin al de-
recho a la "opcin por los pobres" por parte de sacerdotes y creyen-
tes. En el terreno de la reflexin teolgica y de la epistemologa, exige
considerar en trminos puramente cientficos la validez y aplica-
bilidad de las teoras sociales, incluidas las marxistas. Objeto de fuer-
tes persecuciones por las altas jerarquas eclesisticas aliadas al poder
establecido y a los intereses dominantes, la teologa de la liberacin
ha contado tambin con fuertes apoyos en gran nmero de obispos
y pastores. Indirectamente ha influido en el conjunto de la Iglesia pos-
conciliar, que coloca a la religin catlica entre las ms avanzadas de
I
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PABLO GONZLEZ
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REESTRUCTURACIN DE; LAS CIENCIAS SOCIALES
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las religiones universales para la defensa del ecumenismo con respeto
a la pluralidad de creencias.
Ni la teologa ni el arte de la guerra son ajenos a las ciencias so-
ciales. Este ltimo tiene en Amrica Latina una fuente de experien-
cias revolucionarias y contrarrevolucionarias tan poco sistematizadas
y actualizadas como la de intervenciones extranjeras y sus nuevos con-
ceptos de "guerra interna", de "accin cvica" de los propios milita-
res y de "guerra de baja intensidad". El reto que plantean es tanto ms
grande cuanto que la guerra actual, y la futura, como han escrito con
razn AIvin y Heide Toffler, est a cargo de los "guerreros del cono-
cimiento".
El concepto de "democracia de todos" es muy superior al de las
llamadas "democracias populares" y al de las "democracias socialis-
tas" que preconizaron el nacionalismo revolucionario y el comunis-
mo. Combina la necesidad de participacin de los pueblos en la toma
de decisiones con una defensa del pluralismo ideolgico, cultural,
tico, poltico y religioso, as como con la lucha por distintas formas
de autonomas y equilibrios de poderes en las regiones, las culturas
y las instituciones. Heredero de la gran tradicin del liberalismo
decirnonnico (vinculada a las luchas nacionales y populares con
Jurez y Mart, y a los movimientos del nacionalismo antiimperialista,
socialista e incluso comunista), el concepto de
democracia no excluyen-
te
corresponde sobre todo a los planteamientos de la "Nueva izquier-
da", que surgi despus de la Revolucin cubana, y en especial a los
grandes movimientos estudiantiles y populares del 68. Comprende,
en sus versiones ms avanzadas, las innovaciones tericas y meto-
dolgicas de las llamadas "nuevas ciencias", que corresponden al
anlisis de sistemas autorregulados y complejos. Su profundizacin
con las contradicciones de la "lgica de la seguridad" y la "lgica de
la democracia" es todava muy precaria o no ha sido explcita.
En todo caso, el planteamiento de un nuevo proyecto histrico de
la democracia no slo se enriquece hoy con los descubrimientos cr-
ticos de la revolucin cientfica de la segunda mitad del siglo xx. Tam-
bin se abre a un nuevo concepto del humanismo en el que la
plura-
lidad como
plural
es muy importante. Propone el problema de un
humanismo hecho de muchos humanismos, pueblos y etnias; cultu-
ras, civilizaciones y creencias. En su reestructuracin conceptual in-
fluye de manera decisiva lo que podramos llamar un posmodernismo
radical que apunta a una "revolucin
para
a revolucin", esto es, a la
construccin de un mundo alternativo "hecho de muchos mundos",
y cuyo primer objetivo consiste desde ahora en cambiar a quienes
quieren cambiar el mundo, para que cultiven un respeto poltico-
moral a la dignidad propia y a la de los otros, que norme las conduc-
tas con las personas, las instituciones y los pueblos.
En el nuevo movimiento se reafirma aquella reflexin crtica del
poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragn cuando dijo que "La
disyuntiva es reaccionaria". De una manera casi automtica, aunque
sujeta a prueba, el nuevo pensamiento defiende como necesaria la
lgica de la combinacin y la conjuncin, en que "estoy tambin esto"
superan las viejas dualidades dogmticas del "esto o aquello".
El cambio inscribe el pensar de los pueblos en la nueva revolucin
cientfica. Con tales elementos, formula el problema de la justicia so-
sial como un problema de poder democrtico en el control-construc-
- cin de la sociedad, el mercado y el Estado. Lejos de regresar a ros
viejos planteamientos del
lVelfareSlale
o a los explcitos del socialismo,
los subsume, dando mayor peso que aqullos a la organizacin del
poder en la sociedad civil y sus componentes. Aunque las articulacio-
nes entre ese poder democrtico de la sociedad civil y el del Estado no
son precisas, y menos an las del movimiento por la democracia de los
pueblos y los sistemas de acumulacin, explotacin y distribucin del
excedente, el nfasis en la necesidad de una democracia con poder, de
un poder con autonomas y de una poltica con dignidad constituye
una importante aportacin que tiene una de sus fuentes terico-prc-
ticas ms significativas en el movimiento de los indios mayas del sur
de Mxico, conocido como Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional.
Su lema "Para todos todo; nada para nosotros" es como una crtica a
las estructuras clientelistas, corporativistas, y populistas del pasado y
del presente: convoca tambin a un lucha contra los nuevos privilegios,
base de un poder que no sea "paternalista" ni "liberal", "privilegiado",
"ventajoso" o "cmplice".
En este terreno es donde un mnimo de rigor exige pensar en los
conceptos que corresponden a un conocimiento acumulado, y en los
que van ms-all-de-las-herencias-sin-renunciar-a-ellas. El rigor para
preservar el conocimiento acumulado es tan importante como el que
requieren la nueva heurstica o creacin de sentido y la nueva pe-
dagoga. La indispensable vinculacin atae tanto a las ciencias so-
ciales como a los movimientos sociales en cualquier tiempo, pero ms
hoy, con la crisis de los paradigmas sociopolticos y tecnocientficos.
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REESTRUCTURACIN
DE LAS
CIENCIAS SOCIALES
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HEURSTICA Y PEDAGOGA I)E [AS CIENCIAS SOCIALES
Y DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES: LA CONSTRUCCIN
I)EL NUEVO PARADIGMA
La crisis de paradigmas, teoras, ideologas y sistemas poltico-sociales
no nos autoriza a pensar con "volubilidad" posmoderna. Las peque-
as opresiones de los espritus ingeniosos deben ser descartadas. Los
argumentos posmodernistas de tipo nihilista impiden descubrir lo
verdaderamente nuevo del posmodernismo. Lo mismo pasa con la
falta de rigor al buscar el significado de las "nuevas ciencias" y su senti-
do ms profundo para el periodo histrico en que vivimos. Buena par-
te del posmodernismo sobre todo el conformista, como buena parte
de las nuevas polticas tecnocientficas, se inscribe efectivamente en
la preservacin de los intereses particulares. Pero numerosas reflexio-
nes y expresiones del posmodernismo apuntan a problemas y solucio-
nes de un paradigma alternativo. En cuanto a las tecnociencias, reve-
lan estructuras y funciones efectivas del sistema dominante. No se las
puede ignorar: alteran la dialctica en que vivimos. Turban al conjun-
to de la humanidad con una nueva historia en la que las organizacio-
nes alcanzan un peso sin precedente. El "nuevo orden mundial" de
Bush corresponde a un "orden establecido" que se articula a un "des-
orden establecido". En l se abren nuevos campos a leyes histricas
de sistemas lejanos al equilibrio y a comportamientos no lineales. En
sus centros dominantes se construyen mega-organizaciones auto-
rreguladas y "disipativas" que tratan al resto del mundo como su "con-
texto".
El paradigma de un mundo alternativo no se har sin la compre-
hensin y el dominio de los nuevos significados globales que captan,
expresan y alientan el posmodernismo y las tecnociencias. El proble-
ma consiste en descubrir el nuevo sentido del mundo a construir
desde el punto de vista de los "intereses generales" y con ellos. Radica
en descubrir el
nuevo sentido d e la historia construible
y el papel que des-
empean en ella las categoras antes inexistentes o menos significa-
tivas, como las megaorganizaciones y sus "tecncratas colectivos".
Supone precisar cmo el mundo organizado redefine al resto del
mundo y cmo se redefine a s mismo en funcin del nuevo sentido
general de la organizacin del orden y del desorden.
El paradigma de un mundo alternativo investigar y aprovecha-
r las teleonomas "deliberadas" y los "efectos laterales"
(side effects)
que el sistema dominante produce y que no puede impedir, debido
a los intereses particulares que lo constrien. Analizar las nuevas
"contradicciones" como
otras
contradicciones y corno
las mismas;
ace-
char las neguentropas del sistema dominante, sus posibilidades y sus
lmites. Pero no se detendr all. Al revs, todo eso va a ser secunda-
rio frente al problema bsico: investigar y construir las propias me-
diaciones del "inters general", investigar y, adems, aprovechar y
construir las circunstancias y las organizaciones de lo posible. Slo as
se podr contribuir a la creacin de un paradigma social alternativo).
Este'requerir del dominio del conocimiento cientfico dominante y
del crtico.
Concretamente, el problema consiste de nuevo en unir el conoci-
miento cientfico al humanstico, y en ste el conocimiento poltico,
el moral y el social como claves de una heurstica del "inters gene-
ral" hecho de muchos "intereses generales", cuyas polticas de coin-
cidencias o "sinergias" crecientes desconocemos tanto en el interior
de nuestras naciones o de nuestra regin, como, por supuesto, en lo
que se refiere a los proyectos mundiales de una poltica alternativa,
esto es, a la construccin de las organizaciones y estructuras para un
mundo hecho de muchas
democracias no excluyen tes.
El reto consiste en acabar con los nuevos universales metafsicos
yen no quedarse en la atomizacin del pensamiento sobre las nuevas
y viejas categoras. Parece as necesario precisar las estructuraciones
ms significativas de un proyecto alternativo mundial, que supere los
conceptos dominantes de la "totalidad" como "globalidad", en tan-
to stos no comprendan las "fragmentaciones" y "exclusiones", y me-
nos an las relaciones de dominacin ligadas a las relaciones de ex-
plotacin y parasitarias.
Las
Global Sciences,
que estudian el ecosistema, los "sistemas de
sobrevivencia" y las medidas de "alcance global"
(global reach),
en ge-
neral no se preguntan sobre aquellas medidas
necesarias
para resolver
los problemas humanos, que de aplicarse afectarn las relaciones so-
ciales de explotacin de la sociedad y la naturaleza y a los beneficia-
rios de las mismas. Los conceptos del "sistema-mundo capitalista"
estn abiertos a las preguntas prohibidas. Nos llevan a plantear los
problemas de las desestructuraciones y reestructuraciones, de las
"desclasificaciones" y "reclasificaciones" de las relaciones sociales, tan-
to en el sistema-mundo como en los subsistemas que lo integran. Son
fuente de una problemtica fundamental que vincula la heurstica y
la poltica de lo incierto a la "ley del sistema" y a la lucha por las me-
diaciones para construir un mundo ms libre
y menos desigual con
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respeto a las diferencias y asedio a las inequidades. Pero el enfoque
de los intereses generales frente a la explotacin (o las explotaciones)
aparece mediado por la opresin (o las opresiones) y frente a ellas
genera sus propias mediaciones con un concepto articulador del nue-
vo paradigma: el de las democracias con todos y para todos.
Plantear como los zapatistas de Mxico una revolucin que se
aboque a la organizacin de la sociedad civil "sin la toma del poder"
y plantear el proyecto en plural en las sociedades civiles en el nivel
mundial abre el paso a una problemtica de conflictos y negociado-
_ nes, de seguridad y democracia sobre el que conocernos muy poco.
Esa problemtica obliga a reorganizar los conceptos en torno a lo que
no exista
antes:
la idea directriz de una democracia universal no ex-
. cluyente, de una democracia con unidad en la diversidad. Los muchos
problemas reales a que apunta esta novedad poltico-epistemolgica
ameritan un conocimiento de especialistas y de colectividades. Exi-
gen la profundizacin y difusin de una nueva heurstica en el sen-
tido en que Richard Rorty la define corno un "discurso anormal", que
se sale del discurrir acostumbrado y repara en los fenmenos de crea-
cin buscando "el sentido de lo que est pasando" y construyendo ese
sentido entre "imprevisibles" (Rorty, 1989:316).
`
La difusin de esa "heurstica" tendr necesariamente un carcter
interactivo, intercomunicativo, en el que el dilogo respetuoso, crea-
dor y universal ayudar a los procesos de aprendizaje y enseanza, de
descubrimiento, de "toma de conciencia" y de "conversin", con fuer-
tes y cada vez ms profundos contactos entre lo que hasta ahora se ha
distinguido como cultura de especialistas y cultura general.
Las ciencias sociales, en tanto heurstica y pedagoga de pequeos
grupos y de grandes poblaciones, habrn de plantear los problemas
de la intercomunicacin racional y emocional corno construccin del
proyecto central y plural de las democracias con todos y por todos, y
a travs de ella plantearn los problemas del "para todos", tan dif-
ciles de resolver en sociedades autoritarias y excluyen tes; pero he-
rederas tambin de luchas libertarias cuyos smbolos y prcticas de
cohesin son plenamente utilizables. Entre las preguntas que mere-
ceran una respuesta profunda y nueva se encuentran las siguientes:
Qu ensear en esta poca de la guerra del conocimiento? A qui-
nes? A cuntos? Cmo? Con qu y con quines? Con qu acento?
Con qu nfasis? Con qu precisin? Con qu relacin del cono-
cimiento y la personalidad, del carcter, la voluntad, la esperanza, la
dignidad? En qu formas de freno a la exclusin, de luchas por la li-
REESTRUCTURACIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES
1
bertad, por las autonomas? Con qu dominio de la relacin entre
el conocer y el producir, el poder y el deber? Con qu prcticas de
las palabras-acto, de los discursos-acto en que se junten conocimien-
to, produccin, poder y dignidad? Cmo y qu recordar de la historia
con sus legados narrativos? Qu variaciones alcanzar entre el saber
de lo general y lo especfico? Cmo unir lo idiomtico y lo nomot-
tico, lo particular y lo general? Cmo
perder el miedo a ensear a todos
la llamada cultura "superior", cientfica y humanstica, haciendo de
las ciencias sociales las ciencias de la "construccin de lo social"? C-
mo redefinir la cultura general y las especialidades variables? Cmo
alcanzarla necesaria vinculacin entre las ciencias y la literatura, entre
la literatura y la expresin, entre la poltica, la historia y la accin?
Cmo juntar la inteligencia, los sentimientos y el carcter en condi-
ciones de incertidumbre? Estos son algunos de los problemas a apren-t
der y a ensear en las ciencias sociales participativas.
La pedagoga de las ciencias sociales y de los movimientos socia-
les que darn forma a un mundo alternativo tendr que desestruc-
turar y reestructurar sus conceptos acerca de: 1] Las estructuras (en-
tre quines). 2] Las teoras (de quines). 3] Las mediaciones (de
quines). 4] Los lderes (de quines) y las negociaciones (entre qui-
nes). 5] Las funciones (al servicio de quines). 6] Las estrategias (de
las mayoras y' sus opositores). 7] Las alternativas (de las mayoras y
sus opositores). 8] Las circunstancias y organizaciones variantes de lo
posible y lo necesario. 9] Las leyes y las necesidades histrico-sist-
micas como obstculos y caminos a la construccin de un mundo al-
ternativo (su causalidad, sus tendencias, su control).
1 0]
Los discur-
sos-actos y los dilogos-consensos para la construccin (la inteligencia
tica que es tambin emocional, tcnica y poltica). No slo se plan-
tear el problema de la generalizacin
en
ciencias sociales, sino el de
la generalizacin
de
las ciencias sociales.
Como ha observado Paulo Cesar Alves (1997) , de la Universidad
de Baha: las teoras "tradicionales" estn sometidas a una crtica
interna que permita incorporar nuevas modalidades tericas y emp-
ricas para estudiar en qu medida la prdida de centralidad del su-
jeto de una creacin histrico-social implica la composicin-recom-
posicin de sujetos que establezcan nuevos puentes entre s y con
diferentes "mundos sociales", as como puentes entre sus conciencias
ysus
objetividades.
Ese autor alude a la prdida de centralidad de la cla-
se obrera, y a la
construccin de un protagonista de la sociedad civil
que la incluya, o incluya a los proletarios y a los pueblos en un pro-
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7/25/2019 - CS Algunos Conceptos Bsicos
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PABLO GONZLEZ
CASANOVA
REESTRUCTURACION DH: LAS
CIENCIAS SOCIALES
23
grama comn. Al respecto, destaca algunos problemas metodolgicos
tiles para redactar un intertexto de palabras-actos. Entre ellos se en-
cuentra la necesidad de distinguir los mtodos que corresponden a
l os
procesos de produccin (latu sensu)
y a l o s
actos de produccin.
Distin-
guir unos de otros se hace tanto ms necesario cuanto la nueva teo-
ra del caos confirma la existencia de un mundo en que el caos pre-
cede y sucede a la organizacin y a la construccin, en formas que
requieren, en el mundo histrico-poltico, la articulacin del conoci-
miento explicativo e instrumental en un encuentro de los conceptos
fundamentales de las ciencias y las humanidades que vienen del es-
tructural-funcionalismo y del materialismo histrico, ambos rebasa-
dos como sistemas o paradigmas por una realidad y un paradigma a
los que se acercan de manera importante pero tambin incompleta-
;
ma de las ciencias sociales habr de subsumir al marxismo-leninismo
y a l e s tructura l - funcio na l i smo , a s co mo a l l e g a do te r ico de la s so c ia l -
democracias y de los movimientos de liberacin del tercer mundo, al
posmodernismo radical y a las "nuevas ciencias". Lo har en torno a
las memorias concretas de los pueblos, de los polticos y los intelec-
tuales, y mirando sobre todo hacia un porvenir de democracia univer-
sal que devuelva su sentido a las palabras, pra que algunas, por lo
menos, se vuelvan palabras-actos.
La problemtica y la pedagoga ms prometedoras para la cons-
truccin de un mundo alternativo requieren de la bsqueda de los
conceptos fundamentales de las teoras heredadas y actuales a fin de
insertarlos en la categora que parece orientarla comprehensin y la
accin de una sociedad hecha de muchas sociedades: una democra-
cia de to do s , no e xcluye nte , capaz de o rg an izarse e ntre s impatas y d i -
ferencias inmersa en procesos de "caos limitado", de construccin y
luch a . Co n la u to pa y e l camino , l a de mo crac ia de to do s se pre se nta
como el problema central del paradigma emergente de las ciencias
sociales, y como el que da un sentido profundo a las ciberciencias y a
las ciencias de la incertidumbre al vincularlas a un mundo en el que
los problemas de
dominacin
no pueden desligarse de los fenmenos
de
apropiacin
y de
explotacin,
ni los problemas de la democracia y la
libertad pueden aislarse de la toma de decisiones por las mayoras en
las soluciones que conciernen a "la cuestin social".
-
7/25/2019 - CS Algunos Conceptos Bsicos
16/66
24
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REES'IRucrvRACIcN DE 1 AS CIENCIAS SOCIALES
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17/66
EL USO DE CONCEPTOS Y MTODOS
EN LA HISTORIOGRAFA RECIENTE. UNA APROXIMACIN
HIPA DE GORTARI RABIELA
*
Es difcil, por no decir imposible, abordar en un ensayo breve los
conceptos y mtodos utilizados en la historiografa reciente; por lo
tanto, pretendo ilustrar y explicar el porqu de su uso, as como men-
cionar algunos de los ms difundidos. Para esto, es indispensable
tomar en cuenta en primer lugar a los historiadores y a los cambios
que han ocurrido, por lo menos desde la posguerra, en la disciplina
histrica. Otro asunto, no menos relevante, se refiere a las ciencias
sociales desde una perspectiva de mayor apertura e inters por la
historiografa. Por otra parte, el contexto cultural, poltico y social en
el cual se escribe la historiografa ha cambiado de manera diversa y
compleja en los cuatro ltimos decenios de este siglo (Barraclough,
1980, y Stone, 1986b). A continuacin los revisar someramente.
CAMBIOS EN LA DISCIPLINA Y EN LOS HISTORIADORES
Cules son algunos de los cambios ms importantes ocurridos en los
decenios recientes?, cmo influyen en la historiografa? Durante el
casi extinto siglo Xx, la labor historiogrfica se ha visto, afortunada-
mente, envuelta en numerosas mutaciones y cuestionamientos que
han permitido ampliar el horizonte y hacer del oficio, en sus diferen-
tes aspectos, un trabajo ms complejo. Revisemos algunas de ellas y
tratemos de explicar su sentido profundo. Empecemos por el histo-
riador y la historiografa, enumerando y describiendo algunas de las
facetas ms significativas:
11 Se ha abandonado el supuesto de considerar al historiador
como un
agente neutral del conocimiento, simple recolector mi-
nucioso y ordenado de la documentacin, ajeno a las posibles in-
terpretacioues. Tambin se elimin el empirismo, que rehua el uso
' Director del Instituto Jos Mara Luis Mora.
126 1
EL USO DE CONCEPTOS Y MTODOS EN IA
HISTORIOGRAr1A RECIENTE
7
de conceptos o negaba que los usaba. De un positivismo atento al
documento, se ha pasado a una historia ms razonada.
Ahora, por el contrario, grupos importantes de historiadores acep-
tan y practican su oficio no slo como recolectores documentales, ya
que han abierto los ojos buscando enriquecer el anlisis de sus hallaz-
gos. Desde hace arios, el historiador forma parte activa y comprome-
tida de aquello que conoce, pues no es una simple correa de transmi-
sin de su circunstancia. Por este camino, la visin con la que se
escruta el pasado y lo que se busca seleccionar y retener dependern
en importante medida del historiador que se vale de diversos mto-
dos y conceptos que ocupan un lugar importante.
2 ]
Los historiadores parecen convencidos de que en su campo el
planteamiento de problemas es vlido e indispensable. El acercamien-
to con el pasado, esencialmente llevado a cabo con testimonios cada
vez ms diversos requiere preguntas. As, cobra forma la historia como
problema. Problema que se quiere resolver. El pasado puede ser ex-
plicado. Ya no es slo un conjunto de informacin sistematizado
segn los cnones de la organizacin documental. Se acepta que para
su estudio se requieren explicaciones formuladas y establecidas por
medio de conceptos.
3 ]
Si se acepta entonces que la historiografa contempornea plan-
tea problemas y busca resolverlos, se llega a una cuestin que tiene y
ha tenido grandes implicaciones: los historiadores crean su objeto y,
al creado, delimitan y precisan un terreno; adems, conciben un ob-
jeto ce conocimiento con el objetivo primordial
de
estudiar a las so-
ciedades en el pasado (l..epetit, 199215-28).
4]
El convencimiento de que la historiografa deja cle interesarse
exclusivamente por lo singular, lo particular
e
irrebatible. Esto tam-
bin ha significado cambios importantes, en la medida en que el es-
tudio de lo regular, lo general y las permanencias ocupan un lugar
fundamental en el quehacer de los historiadores. Lo que no ha sig-
nificado tampoco adoptar un objetivismo que poco contribuye a la
interpretacin historiogrfica.
5]
Es importante el proceso de medir los fenmenos sociales en
cuanto a precios e ingresos, los niveles de fortuna y la distribucin de
las profesiones, nacimientos y muertes. Dichos ndices tienen en co-
mn el inters de abstraer de los documentos en bruto signos y mues-
tras del comportamiento de los seres humanos en el pasado.
6]
En la historiografa contempornea ha cobrado cada vez mayor
vigor la diversificacin de campos y la consiguiente especializacin de
-
7/25/2019 - CS Algunos Conceptos Bsicos
18/66
2 8
HIRA DE GORTARI RABIEL.A
los historiadores. Basta revisar las historiografas de diversos pases
para constatarlo. La historia general ha perdido fuerza. Estamos fren-
te a una nueva realidad historiogrfica, la cual, incluso, preocupa a
algunos por (lo que consideran) el fraccionamiento excesivo de la
materia de estudio. Pero ms all de dudas, es palpable la multipli-
cidad de los objetos de estudio de los historiadores en los ltimos de-
cenios. Sirva de ejemplo la aparicin en los aos setenta, 1974 para
ser exactos, de un conjunto de trabajos de historiadores franceses
identificados con la revista
Annales.
Los trabajos fueron agrupados
bajo el sugestivo ttulo de
Faire de l'histoire
(Le Goff y Nora, 1974), en
donde se pretenda hacer una revisin de varias temticas. Una, los
llamados problemas, es la operacin histrica, lo cuantitativo, los con-
ceptos, la aculturacin, el regI $ del acontecimiento. Otra, acerca de
nuevas aproximaciones, tales cmo la arqueologa, la economa y las
crisis econmicas, la demografa, la religin, la literatura, el arte, las
ciencias y la poltica. Por ltimo, tambin los nuevos objetos, tales
como el clima, el inconsciente, las mentalidades, el libro, el cuerpo,
la opinin pblica y la fiesta. Los trabajos antes mencionados eran
significativos y mostraban lo que haba ocurrido en el campo de la
historiografa. Estbamos frente a una revisin, entre otras, del uso de
conceptos, pero tambin frente a la apertura a las ciencias sociales y
adems al reconocimiento de los ms variados objetos de estudio.
Como
t
se seal, si se revisan las historiografas de diversos pases,
pueden constatar preocupaciones que convergen hacia una reno-
vacin de la historiografa que no impiden reconocer las resistencias
y dudas frente a nuevos cuestionamientos. Lo que no obsta para pres-
tar atencin a las diferentes tradiciones nacionales, regionales y con-
tinentales.
En Mxico, por ejemplo, la especializacin y apertura a nuevos
caminos estimulados por el contacto con las ciencias sociales se ha
ciado en diversos campos de la historiografa. As, lo que ha ocurri-
do en la historiografa mexicanista es ilustrativo. Si recordamos, en
la reunin de historiadores mexicanos y estadunidenses de 1969,
dedicada a la historiografa mexicana, se perfilaban nuevos campos
y sobre todo empezaba a aceptarse en algunos sectores la existencia
de diversas historiografas, ya fueran la de la poltica, la de las ideas,
la econmica, la social, la biogrfica y la regional. Todas ellas supo-
nan enfoques distintos y, adems, fuentes de informacin especficas.
Es decir, la especializacin estaba acompaada de la profesionali-
zacin de la historia, el gremio
creca
y haba necesidad ele ternas y de
EL USO DE CONCEPTOS Y MTODOS EN LA HISTORIOGRAFA RECIENTE
9
una justificacin para entrar en l
(Investigaciones contemporneas,
1971). Casi 20 aos despus, en 1988, en una segunda reunin tam-
bin sobre historiografa, se pudo observar cmo la especializacin
era ya un camino sin retorno
(Memorias del sfrnpsiuna,
1990).
7]
El acercamiento y el contacto con las ciencias sociales ha con-
tribuido a que los mtodos y conceptos de otras disciplinas, como la
geografa, la economa, la sociologa, la antropologa, el derecho, la
ciencia poltica, la estadstica, la psicologa o la lingstica, se vuelvan
familiares para muchos historiadores, y han incidido en cuanto al
planteamiento de nuevos problemas o a la reformulacin de viejas
preguntas, pero tambin han fomentado el uso de una informacin
distinta o a revalorar materiales antes usados con otros propsitos.
8]
Sobre este ltimo asunto han ocurrido cambios que no se pue-
den dejar de mencionar. Nos referimos a lo que algunos han deno-
minado una revolucin tanto tecnolgica como documental. Ambas
en proceso y con sorpresas continuas. Sus repercusiones, particular-
mente en el procesamiento de la informacin en el campo historio-
grfico son enormes. As, en los ltimos decenios hemos contemplado
drsticos cambios en el uso de las fuentes y un incremento sustancial
de la informacin. Sus efectos son an impredecibles, aunque ya se
pueden apreciar cambios cualitativos y cuantitativos. Por ejemplo,
contribuyen al ahorro de esfuerzos en investigaciones que anterior-
mente requeran de un trabajo descomunal en la preparacin de la in-
formacin y su sistematizacin. Sin duda, contribuirn a precisar la
mirada en trminos cualitativos, pero tambin permitirn manejar
grandes volmenes de informacin necesarios para el anlisis
en cam-
pos como la historiografa econmica, demogrfica, electoral y mu-
chos otros. El reto es saberlas utilizar y no perder de vista lo ms sim-
ple, pero al mismo tiempo ms complejo: cules son nuestras
preguntas?, y tambin con qu herramientas metodolgicas empren-
deremos su anlisis?, y adems, como las conceptualizaremos? (Le
Goff, 1991 y 1989) .
9]
El planteamiento de nuevas preguntas, corno el acercamiento
a las ciencias sociales, y tuna mayor informacin han contribuido a
darle una mayor importancia a los mtodos. Al respecto, debe sea-
larse que en la tradicin historiogrfica, particularmente del siglo
pasado y aun durante el siglo xx, se subraya la problemtica de las
fuentes, particularmente en cuanto a su validez y rigor. Estbamos en
el terreno de las tcnicas de investigacin. Suficiente durante mucho
tiempo, porque curo de los terrenos ms privilegiados por los profe-
-
7/25/2019 - CS Algunos Conceptos Bsicos
19/66
IIIRA DE GORTARI RAIELA
sionales de la historia fue la historiografa referente a la poltica de los
estados, sus dirigentes y el mbito diplomtico. Ante nuevos objetos
de investigacin y tipos de informacin y su utilizacin, las mencio-
nadas tcnicas fueron insuficientes. Por ello, se hizo indispensable,
ante los nuevos desafos, usar mtodos y conceptos que fue necesario
importar de otros campos del conocimiento. Es all, precisamente,
donde se inicia un vnculo estrecho con diversas disciplinas sociales.
La historia de esta relacin es compleja. En cada pas, el acercamiento
de la historiografa con las ciencias sociales es diverso. En Francia, es
quiz uno de los ms fructferos. Lo que se puede decir es que en
mayor o menor grado dicho acercamiento es una de las caractersti-
cas de la historiografa contempornea, en algunos casos de manera
velada y en otras abiertamente (en otros ha sido ms difcil). Pero,
hasta la fecha, sera casi imposible no encontrar inters por las disci-
plinas vecinas en la mayor parte de las historiografas de un nmero '
significativo de pases (Sainaran, 1973).
1 0 ]
El acercamiento de la historiografa a otras disciplinas socia-
les ha temido como contrapartida cierta historizacin de aquellas que
han mostrado una mayor curiosidad por el pasado como un terreno
necesario en sus explicaciones. Esta disposicin de los ltimos dece-
nios contrasta con el desinters que prevaleci durante muchos aos.
1 1 ]
El:marxismo no ideologizado y la historiografa francesa en
particular la agrupada en torno a la revista A
nnales
en sus diferentes
generaciones han sido importantes para la difusin del uso de
conceptos adems de las provenientes de las propias disciplinas so-
ciales al inspirar una historiografa preocupada por el estudio de
procesos sociales y econmicos que comprenden las condiciones ma-
teriales, la tcnica y el inters por grupos amplios, as como transmitir
una inquietud por entender la dinmica de las sociedades en el pa-
sado (Hobsbawm, 1972; Dosse, 1987, y Burke, 1996).
1 2 ]
El uso de conceptos y el acercamiento de la historiografa a las
ciencias sociales tambin ha suscitado reacciones encontradas. En un
artculo muy conocido, Lawrence Stone sealaba la importancia que
ha vuelto a adquirir la historia narrativa. Historiografa en la cual el
estilo y'la calidad de la escritura rivalizan podra decirse, con la lite-
ratura, adems de que los objetos de estudio se prestan a tales alar-
des, como podra ser el gnero biogrfico. Este resurgimiento de la
historia narrativa tiene tambin su explicacin en los excesos y pro-
blemas de comunicacin de muchos de los trabajos que adoptaron
modas y.cubrieron su falta de calidad con trminos y conceptos mal
Et. USO DE
CONCEPTOS
Y MF1ODOS EN LA HISTORIOGRAFA RECIENTE
1
utilizados, porque, sin duda, la claridad y precisin de la escritura no
es un asunto que pueda discutirse (Stone, 1986a).
F.I.
CONTEXTO
SOCIAL,
POLTICO
Y CULTURAL
Tema vasto este, con mltiples implicaciones, por lo que slo me re-
ferir a los ambientes que han influido de manera importante en la
historiografa. Empecemos por la posguerra. El decenio de los cin-
cuenta fue un periodo de intolerancia, por lo que la renovacin
historiogrfica sufri las consecuencias. La guerra fra fue un muro
de contencin y trajo consigo la desconfianza y el temor a nuevas
ideas, afectando, por ende, la vida acadmica. Se privilegi en forma
desmedida el anlisis de lo singular y de lo irrepetible. Fuertes dosis`
de individualismo exacerbado contribuyeron postular la incapaci-
dad de un conocimiento acumulable. A las disciplinas sociales se las
contemplaba como lejanas e inoperantes para el estudio del pasado,
y, a su vez, stas no mostraban que hubiera mayor inters en l.
Aos ms tarde, en el decenio de los sesenta, se modific la situa-
cin. El desarrollo de las ciencias sociales y la apertura de la historio-
grafa en diversos pases contribuyeron a impulsar