Post on 28-Dec-2015
MARCO TEORICO
• PRIMERA ETAPA
La primera etapa del descubrimiento de los plaguicidas se dio en el siglo XIX,
cuando se descubrió accidentalmente la acción del plaguicida de algunos
elementos naturales como el azufre, cobre, arsénico, fosforo.
• SEGUNDA ETAPA
La segunda etapa de la historia de los plaguicidas, fue en 1922, cuando se emplearon
diferentes aceites insecticidas y más tarde los primeros productos sintéticos.
• TERCERA ETAPA
Müller en 9940 descubre las propiedades insecticidas del dicloro–difenil mayor
conocido como el DDT, es un nuevo compuesto se usó para la eliminación de algunos
paracitos como los piojos que transmiten enfermedades como el Fito.
1. DEFINICION DE PLAGUICIDAS
En la definición de plaga se incluyen insectos, hierbas, pájaros, mamíferos, moluscos,
peces, nematodos, o microbios que compiten con los humanos para conseguir
alimento, destruyen la propiedad, propagan enfermedades o son vectores de estas, o
causan molestias. Los plaguicidas no son necesariamente venenos, pero pueden ser
tóxicos para los humanos u otros animales.
Pero de acuerdo a la Convención de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos
persistentes, 9 de los 12 más peligrosos y persistentes compuestos orgánicos son
plaguicidas.
El término plaguicida está más ampliamente difundido que el nombre genérico exacto:
biosida (literalmente: matador de la vida). El término plaguicida sugiere que las plagas
pueden ser distinguidas de los organismos no nocivos, que los plaguicidas no lo
matarán, y que las plagas son totalmente indeseables.
Durante los años 1980, la aplicación masiva de plaguicidas fue considerada,
generalmente, como una revolución de la agricultura. Eran relativamente económicos
y altamente efectivos. Su aplicación llegó a ser una práctica común como medida
preventiva aun sin ningún ataque visible. Desde entonces, la experiencia ha
demostrado que este método no sólo perjudica el medio ambiente, sino que a la larga
es también ineficaz. Donde se han utilizado los plaguicidas de manera indiscriminada,
las especies de las plagas se han vuelto resistentes y difíciles o imposibles de controlar.
En algunos casos se ha creado resistencia en los vectores principales de las
enfermedades (p.ej. los mosquitos de la malaria), o han surgido nuevas plagas
agrícolas. Por ejemplo, todos los ácaros fueron fomentados por los plaguicidas, porque
no abundaban antes de su empleo. En base a esta experiencia, los especialistas en la
protección de cultivos han desarrollado un método más diversificado y duradero: el
manejo integrado de plagas.
Según la OMS, un pesticida o plaguicida es cualquier sustancia o mezclas de sustancias,
de carácter orgánico o inorgánico, que está destinada a combatir insectos, ácaros,
roedores y otras especies indeseables de plantas y animales que son perjudiciales para
el hombre o que interfieren de cualquier otra forma en la producción, elaboración,
almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos, producción de
alimentos, productos agrícolas, madera y productos de madera o alimentos para
animales, también aquellos que pueden administrarse a los animales para combatir
insectos arácnidos u otras plagas en o sobre sus cuerpos.
El artículo 2° del Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de
Plaguicidas (FAO, 1990) define los plaguicidas como «cualquier sustancia o mezcla de
sustancias destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier plaga, incluyendo los
vectores de enfermedades humanas o de los animales, las especies no deseadas de
plantas o animales que causan perjuicio o que interfieren de cualquier otra forma en la
producción, elaboración, almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos,
productos agrícolas, madera y productos de madera o alimentos para animales, o que
pueden administrarse a los animales para combatir insectos, arácnidos u otras plagas
en o sobre sus cuerpos. El término incluye las sustancias destinadas a utilizarse como
reguladoras del crecimiento de las plantas, defoliantes, desecantes, agentes para
reducir la densidad de fruta o agentes para evitar la caída prematura de la fruta, y las
sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para proteger el
producto contra la deterioración durante el almacenamiento y transporte».
2. DEFINICION DE PLAGA
El concepto de plaga ha evolucionado con el tiempo desde el significado tradicional
donde se consideraba plaga a cualquier animal que producía daños, típicamente a los
cultivos. Actualmente debe situarse al mismo nivel que el concepto de enfermedad de
forma que debe entenderse como plaga a una situación en la cual un animal produce
daños económicos, normalmente físicos, a intereses de las personas (salud, plantas
cultivadas, animales domésticos, materiales o medios naturales); de la misma forma
que la enfermedad no es el virus, bacteria, etc., sino la situación en la que un
organismo vivo (patógeno) ocasiona alteraciones fisiológicas en otro, normalmente
con síntomas visibles o daños económicos.
Este nuevo concepto permite separar la idea de plaga de la especie animal que la
produce, evitando establecer clasificaciones de especies 'buenas' y 'malas', y
facilitando la explicación de por qué una especie es beneficiosa en un lugar y
perjudicial en otro. Para explicar esto se puede poner el ejemplo del conejo
(Oryctolagus cuniculus) muy importante en Europa por ser parte fundamental del
ecosistema mediterráneo mientras que muy perjudicial en Australia; la plaga no es el
conejo per se sino la situación que se produce en cada una de las regiones y los daños
económicos que de ella derivan.
3. ¿COMO SE PRODUCE UNA PLAGA?
Cuando el equilibrio se rompe en la naturaleza, por la eliminación de depredadores o
vegetación natural, etc., muchas veces una planta, un insecto, un hongo, etc. Logra
reproducirse tanto que afecta los cultivos, la salud de los animales y del hombre.
4. CLASIFICACIONES MÁS IMPORTANTES DE LOS PLAGUICIDAS
SEGÚN SU CAPACIDAD DE PRODUCIR DAÑO
TOXICIDAD
Es la capacidad de una sustancia química de causar daños a los organismos vivos.
Esta depende de cantidad de la sustancia administrada o absorbida y del tiempo
expuesto a la misma. La correlación entre la exposición y la correlación entre la
exposición y la incidencia o el grado de severidad es llamada correlación-respuesta.
Los plaguicidas pueden afectar directamente a los organismos vivos causando la
muerte por su toxicidad aguda (se refiere a los efectos tóxicos observados con una
exposición única de corta duración menos de 24 horas en animales de laboratorio),
o afectando el crecimiento, la sobrevivencia por factores reproductivos u otras
funciones según su toxicidad crónica. Los plaguicidas pueden afectar
indirectamente a los organismos por alteración de otros que le sirven de alimento,
o por afectar la calidad del hábitat.
Es importante mencionar que el riesgo de efectos negativos para los organismos no
solamente depende de la toxicidad sino también de la exposición a los plaguicidas.
DOSIS O CONCENTRACIÓN LETAL 50 (DL50)
Es la cantidad de miligramos de ingrediente activo por kilogramo de peso,
requerido para matar al 50% de los animales de laboratorio expuestos. La DL50 en
el caso de los plaguicidas, debe determinarse para las diferentes rutas de
exposición (oral, dérmica y respiratoria) y en diferentes especies de animales.
CLASIFICACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado, sujeta a
actualizaciones periódicas, una clasificación según su peligrosidad, entendiendo
ésta como su capacidad de producir daño agudo a la salud cuando se da una o
múltiples exposiciones en un tiempo relativamente corto. Esta clasificación se basa
en la dosis letal media (DL50) aguda, por vía oral o dérmica de las ratas. Sin
embargo; un producto con un baja dosis letal media (DL50) puede causar efectos
crónicos por exposición prolongada.
Ia =Extremadamente Peligroso, Ib =Altamente Peligroso, II =Moderadamente
Peligroso, III = Ligeramente Peligroso
Cuadro Nro. 1
Además de estas categorías existen otros tres grupos de plaguicidas:
Grupo V: Incluye a aquellos productos que no implican un riesgo agudo cuando se
usan normalmente. Tienen un DL50 oral mayor o igual que 2000 mg/Kg en el caso
de los sólidos y mayor o igual a 3000 mg/Kg en el caso de líquidos. Grupo VI:
Aquellos productos a los que no se les asigna ninguna categoría por considerarlos
obsoletos o descontinuados. Grupo VII: Fumigantes gaseosos o volátiles. La
clasificación de la OMS no establece criterios para las concentraciones aéreas en
las cuales pueda basarse la clasificación. La mayoría de estos compuestos son de
muy alta toxicidad y existen recomendaciones sobre límites de exposición
ocupacional en muchos países.
TOXICIDAD DE LOS PLAGUICIDAS POR GRADO DE INHALACIÓN
En casos especiales como las preparaciones de aerosoles o fumigantes gaseosos o
volátiles (Bromuro de Metilo, fosfinas, acrilonitrilo), los valores de (DL50) oral y
dérmica no deben emplearse como base de clasificación, siendo necesario utilizar
otros criterios tales como los niveles de concentración en el aire.
Cuadro Nro. 2
CLASIFICACIÓN SEGÚN LA AGENCIA DE PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LOS
ESTADOS UNIDOS (EPA)
Cuadro Nro. 3
Cuadro Nro. 4
OTRAS CLASIFICACIONES
A los plaguicidas, como a muchas sustancias o grupos de sustancias, se les
puede clasificar en naturales y sintéticos. Aquí se tratarán principalmente los
plaguicidas de origen sintético, debido a la importancia actual de su
producción, uso y consumo; se mencionarán también los plaguicidas naturales
que tengan una importancia especial. En el siguiente cuadro se presentan
algunos ejemplos de ambos grupos de plaguicidas.
Otra forma común de clasificar a los plaguicidas se basa en la plaga a la que
atacan. Así, a las sustancias que impiden o retrasan el desarrollo de los hongos
se les llama fungicidas, a las que controlan o eliminan a los insectos,
insecticidas; a las que controlan a los ácaros, acaricidas, etc.
Pese a su popularidad, esta clasificación puede causar confusiones, ya que en
muchos casos una sustancia puede ser, por ejemplo, insecticida y nematicida a
la vez; además, esa clasificación no permite correlacionar la estructura de la
sustancia y sus efectos tóxicos, su mecanismo de acción, la prevención de
riesgos en su uso, el tratamiento médico, su comportamiento ambiental y otros
puntos igualmente importantes.
Los plaguicidas también se pueden clasificar de acuerdo con su presentación
comercial en: polvos, líquidos, gases y comprimidos. Esta clasificación es útil en
prácticas de aplicación, preparación de formulaciones o prevención de riesgos.
Por ejemplo, los polvos plaguicidas incluyen un vehículo o portador
higroscópico, que puede ser un talco; se aplican manualmente o con un equipo
especial; la contaminación del ambiente debido a ellos suele ser lenta y la
principal vía de intoxicación es la respiratoria. En cuanto a los plaguicidas que
se expanden y utilizan en forma líquida, la sustancia activa es aquélla con
acción insecticida, está disuelta en disolvente que, muy comúnmente, es un
derivado del petróleo, o bien, forma una suspensión coloidal. El equipo que se
utiliza para aplicar estas formulaciones suele ser la mochila de aspersión;
también se aplican mediante avionetas. Un plaguicida líquido afecta más
rápidamente al medio y su acción toxicológica es más intensa por las vías
dérmica y digestiva. Los plaguicidas que ese utilizan en forma de gases (que son
líquidos cuando están bajo presión, pero que gasifican al abrir el recipiente que
los contiene y llegar al equilibrio con la presión ambiental) también tienen un
efecto adverso inmediato sobre el ambiente; en este caso, la principal vía por la
que ocurren las intoxicaciones es la respiratoria. Los comprimidos de
plaguicidas suelen presentarse en forma de gránulos o de cebos, su aplicación
es manual y las intoxicaciones con ellos suelen ocurrir por vía digestiva. En este
caso, la contaminación el ambiente ocurre de manera relativamente lenta.
Otra forma de clasificar a los plaguicidas es con base en su persistencia en el
ambiente; así, hay plaguicidas no persistentes, moderadamente persistentes,
persistentes y permanentes. En el siguiente cuadro, se presenta un ejemplo de
cada uno de estos grupos y el correspondiente intervalo de vida media. Esta
clasificación es útil pero, para estudiar un grupo tan grande y diverso como los
plaguicidas – como ocurre con las anteriores clasificaciones- no permite
agrupar la información sobre una base concreta y uniforme, ya que cada grupo
incluye sustancias de muy diversa naturaleza química y de comportamiento
toxicológico y ambiental muy variado.
La toxicidad es otro parámetro útil para clasificar a los plaguicidas. Conforme a
ella los plaguicidas se agrupan en tres clases: los que tienen efectos a corto
plazo, a mediano y largo plazo. Esta clasificación es muy útil en el manejo y en
el seguimiento epidemiológico de las intoxicaciones con estos compuestos,
pero tiene las mismas deficiencias que las clasificaciones antes citadas. Una
clasificación derivada es la de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que
agrupa a los plaguicidas según su dosis letal media y los asigna a un grupo
específico conforme a su peligrosidad.
Los grupos de plaguicidas de mayor uso en el mundo se presentan clasificados
desde el punto de vista químico. La principal ventaja de esta clasificación es que
permite agrupar a los plaguicidas con un criterio uniforme y científico y
establecer una correlación entre estructura y actividad, estructura y toxicidad,
estructura y mecanismos de degradación, etc.
Si se toman como ejemplo dos plaguicidas:
p,p´–DDT cuya fórmula es:
y el malatión de fórmula:
En el primer caso, la estructura indica que se trata de una sustancia muy
estable químicamente y, por tanto, persistente. Esto se debe principalmente a
la deslocalización de la nube electrónica sobre los anillos bencénicos, en la cual
participan también las nubes electrónicas de los átomos de cloro. Por las
características aromáticas que esto le confiere y por su distribución de cargas,
esta molécula es lipofílica y soluble en disolventes no polares; por lo tanto, se
puede bioacumular y biomagnificar.
Con base en esta estructura y en los estudios toxicológicos, se puede afirmar
que –excepto en grandes dosis- este producto no causará intoxicaciones
agudas. Sin embargo, debido a su estabilidad y a su lipofilicidad, es de
esperarse que cause efectos adversos a mediano y largo plazo sobre el
ambiente y la salud, lo cual se ha comprobado en gran número de estudios.
Partiendo de sus características químicas, se pueden concluir que este no es un
insecticida sistémico, ya que no es hidrosoluble. Igualmente es fácil deducir que
los puntos débiles de esta molécula se encuentran en su parte central, lo que
ha sido corroborado en los estudios de biodegradación y degradación por
factores físicos. Todos los compuestos como el p,p' –DDT, que pertenecen al
grupo de los plaguicidas organoclorados, presentan muchas de estas
características.
El caso del malatión (inciso b) es completamente diferente; se puede observan
que su estructura no incluye ningún anillo bencénico, pero sí muchos puntos
débiles, como dobles enlaces, que fácilmente se rompen. Esta molécula no es
estable y por tanto no puede ser persistente, por lo que no presenta
características de bioacumulación ni biomagnificación. Por su gran número de
grupos polares (ester, éter y átomos de azufre), es más soluble en disolventes
polares que la molécula anterior, con las respectivas consecuencias ecológicas y
de acción. Al contrario de los plaguicidas organoclorados, los plaguicidas
organofosforados pueden causar intoxicaciones agudas en dosis más bajas que
la que requiere un plaguicida organoclorado, y aunque no causen efectos
crónicos debidos a la acumulación del plaguicida en los tejidos de los seres
vivos, si pueden ocasionar daños crónicos por acumulación del efecto repetido
causado por pequeñas dosis que ingresen continua o repetidamente a un
organismo. El malation es un ejemplo de los plaguicidas organofosforados, los
que comparten con él características químicas, toxicológicas, de
comportamiento ambiental, etc. or todo lo anterior, se consideró más
adecuado estudiar a los plaguicidas bajo un criterio químico, para de ésta
manera correlacionar y agrupar la información tan variada y abundante que
existe sobre ellos.
5. VIAS DE PENETRACION DE LOS PLAGUICIDAS EN EL CUERPO HUMANO
Es importante conocer cómo se entra en contacto con los plaguicidas y las posibles vías
o puertas por las que pueden penetrar, para saber mejor cuáles son las medidas de
protección más adecuadas para evitarlo.
Existen tres vías por las que un plaguicida puede entrar en el organismo:
VÍA DIGESTIVA
Cuando el plaguicida entra por la boca, es la ingestión. Puede suceder durante
el trabajo:
Al comer, beber o fumar cuando se está manipulando plaguicidas y se
tienen las manos o los guantes
Al llevar a la boca objetos contaminados, como ocurre cuando se obstruye
la boquilla y se intenta desobstruir Ilevándola a los labios y soplando.
Es la vía más importante por la que los plaguicidas pueden llegar a toda la
población, a través de los residuos en aguas y alimentos.
LA VÍA CUTÁNEA Y MUCOSAS
La piel actúa como una barrera que aísla el cuerpo humano y lo protege del
exterior. No se comporta así frente a muchos plaguicidas que, al entrar en
contacto con ella, la atraviesan pudiendo dañar la salud.
Hay zonas de la piel que son más permeables, son las mucosas (el
recubrimiento de los labios, de las fosas nasales, de los ojos, y los genitales). En
estos sitios el contacto con plaguicidas es todavía más peligroso al ser la
absorción mucho mayor que por la piel.
Otro caso especial lo constituyen las heridas y otras lesiones donde se haya
roto la piel y el aislamiento se hayan perdido. Por ellas pueden penetrar los
plaguicidas, de forma directa.
A través de la piel penetra plaguicida cuando:
Trabajando se moja cualquier parte del cuerpo, y mientras no se elimine
por el lavado con agua y jabón.
Salpicadura del producto
La ropa que se está utilizando está mojada por el producto, o está seca, por
no haber sido lavada desde la última vez que se utilizó.
Se toca cualquier objeto que esté mojado por el producto, o aunque esté
seco si no se ha limpiado previamente, al menos con agua.
LA VÍA RESPIRATORIA
Algunos productos que entran por la nariz y la boca con el aire respirando se
absorben, en parte allí mismo. El resto continúa por todo el aparato
respiratorio, pasando desde los pulmones a la sangre a través de la "barrera"
de separación mínima que forman los alveolos pulmonares. Desde la sangre
llegará al cerebro y a gran parte de los órgano antes de pasar por el hígado
(órgano que transforma en menos tóxicos a muchos de estos productos). Si a
todo ello se añade que la superficie pulmonar es varias veces superior a la de la
piel, podrá entenderse mejor la importancia que tiene la vía respiratoria
cuando se trabaja con estos productos, sobre todo cuando pueden entrar con
el aire en forma de vapores o partículas muy pequeñas que no son visibles.
Esto ocurre:
Al respirar durante el trabajo (mezclas, aplicaciones,...) y cuando se
descansa (almuerzo,...) en el mismo campo o lugar de trabajo(tienda,
almacén,...), porque el aire estará contaminado.
Al asomarse sin protección para ver la cantidad de producto que queda en
el tanque, con la consiguiente inhalación de las emanaciones.
En cualquier campo tratado mientras el plaguicida no esté totalmente
asentado.
Por tanto, favorecen la entrada de plaguicidas por la vía respiratoria:
El tamaño de las partículas: cuando más pequeñas sean (por ejemplo en la
atomización), tanto más rápidamente pasan a los pulmones.
La dirección y velocidad del viento: cuando se pulveriza contra el viento
éste empuja el plaguicida hacia la nariz y la boca con lo que puede penetrar
más cantidad.
La fatiga física: el cansancio y el calor hacen que se respire más, y puede
entrar más plaguicida en nuestros pulmones.
Conocer la vía de entrada es fundamental para aplicar los ejemplos
comentados en el trabajo cotidiano, evitando la penetración del tóxico en
cualquiera de las situaciones descritas.
6. PRINCIPALES USOS DE LOS PLAGUICIDAS
El uso dado a los plaguicidas es múltiple y variado, como se recoge en la siguiente
tabla, lo que explica su ubicuidad. La agricultura es la actividad que más emplea este
tipo compuestos, consumiendo el 85% de la producción mundial, con el fin de
controlar químicamente las diversas plagas que merman la cantidad y calidad de las
cosechas de alimentos y de otros vegetales.
Un 10% de la producción total de los plaguicidas se utiliza en actividades de salud
pública para el control de enfermedades de Chagas o el dengue, entre otras. Además,
se usan para el control de roedores, en la potabilización del agua y en la erradicación
de cultivos cuyos productos finales sean drogas ilícitas.
Se usan también para el control de plagas en grandes estructuras como centros
comerciales, edificios, aviones, trenes y barcos. Se aplican en áreas verdes
ornamentales y de recreo como parques y jardines, para controlar la proliferación de
insectos, hongos y el crecimiento de hierba y maleza. Con el mismo fin, se esparcen a
lo largo de autopistas, vías férreas y torres con líneas de corriente de alta tensión.
En reservas naturales o artificiales de agua los plaguicidas se emplean para prevenir el
crecimiento de hierbas, algas, hongos y bacterias. En la industria se utilizan
profusamente en la fabricación de equipos electrónicos, neveras, pinturas, tapices,
papel, cartón y materiales para embalaje de alimentos entre otros. Para evitar en estos
productos el desarrollo de bacterias, algas, hongos, levaduras o que sean dañados por
plagas de insectos y/o roedores.
El hogar es un ámbito de especial interés: el 90% de los hogares en EE.UU. usan
plaguicidas y un 83% del total utilizado es aplicado dentro de la casa, el resto en áreas
circundantes. Esta práctica generalizada en el mundo creced básicamente a partir del
uso específico de insecticidas puesto que, de los 14 plaguicidas de mayor consumo, 12
son insecticidas. Por otra parte, es común el uso velado de los plaguicidas, ya que sin
estar citados en la etiqueta reglamentaria del producto y sin advertir al consumidor
sobre las precauciones de uso, son incorporados en productos como cosméticos y
champús para preservarlos del desarrollo de hongos y bacterias, en repelentes de
insectos y también en productos destinados al cuidado de mascotas y plantas para
atacar o prevenir infestaciones por insectos.
A continuación se presenta un cuadro resumen donde se muestra los diferentes usos
que se le dan a los plaguicidas.
AGRICULTURA Control de múltiples plagas que afectan las cosechas en cualquiera de sus etapas.
SALUD PÚBLICA Control de vectores de enfermedades como malaria, dengue, enfermedades de Chagas, oncocercosis, peste amarilla, filariasis, tripanosomiasis, esquitosomiasis, leishmantiasis y tifo.
Control de plagas (roedores) y erradicación de plantaciones cuyo producto final sea droga ilícita.
GANADERÍA Y CUIDADO DE ANIMALES DOMÉSTICOS
Es la desinfecciónde ganado ovino y de animales domésticos como perros y gatos.
TRATAMIENTO DE ESTRUCTURAS
Tratamiento de edificios públicos y privados, oficinas , hospitales, hoteles, cines, teatros, restaurantes, escuelas, supermercados, tiendas de departamentos, instalaciones deportivas, bodegas de almacenamiento de alimentos y en la industria ferroviaria y de navegación marítima y aérea.
MANTENIMIENTO DE ÁREAS VERDES
Tratamiento de parques, jardines, áreas de recreo, campos de golf y autopistas, vías férreas, andenes, torres con líneas de alta tensión y postes.
MANTENIMIENTO DE RESERVAS DE AGUA
Tratamiento de grandes reservas de agua, naturales o artificiales, presas, embalses, diques, depósitos, estanques piscícolas, canales, albercas y piscinas.
INDUSTRIA En la fabricación de neveras, equipos eléctricos, pinturas, resinas,
pegamentos, pastas, ceras, líquidos limpiametales, tiendas de campaña, velas para navegación, redes para deporte, tapetes, alfombras y tapices, en la industria de madera, materiales para embalaje de alimentos, cartón y múltiples productos de papel. En la industria de alimentación, para la preservación de alimentos frescos como carnes, pescados, etc.
HOGAR Incorporados en productos como cosméticos, champús, jabones y repelentes de insectos. Se usan en el lavado y secado de alfombras, en desinfectantes caseros y en productos para el cuidado de mascotas y plantas, además del uso de insecticidas.
7. TIPO DE EFECTOS DE LOS PLAGUICIDAS
INTOXICACIÓN AGUDA:
Son aquellos que se producen en forma inmediata o en un período corto
después de la exposición a dosis tóxicas (menor a 24 horas) y sus
manifestaciones clínicas estarán en estrecha relación con el tipo de plaguicida,
grupo químico y mecanismo de acción toxicológica.
Las siguiente lista muestra las manifestaciones clínicas -más características que
se pueden presentar en un envenenamiento agudo según el plaguicida.
Excesiva sudoración.
Irritación de la piel.
Mareos, confusión.
Desmayos.
Visión borrosa.
Escozor y ardor en los ojos.
Dificultades respiratorias.
Excesiva salivación.
Vómito.
Dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.
Dolor de cabeza, etc.
INTOXICACIÓN CRÓNICA:Son aquellos que se producen en un período de tiempo prolongado, en días,
semanas, meses o incluso años, después de la exposición continua o repetida a
dosis tóxicas bajas y que pueden manifestarse de forma diversa en uno o varios
aparatos o sistemas. Algunos ejemplos son:
Anorexia o pérdida del apetito.
Alteraciones del sueño.
Depresión.
Temblor.
Impotencia sexual.
Cáncer o tumores malignos en próstata, huesos y en las mujeres en
mama, ovarios y útero.
Cefalea (dolores de cabeza), migrañas.
Astenia, desánimo.
Esterilidad en el hombre.
Formación de cataratas, etc.
8. FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA CONTAMINACION AMBIENTAL POR PLAGUICIDAS
PERSISTENCIA:
Se denomina persistencia al tiempo que permanece el plaguicida en el suelo
manteniendo su actividad biológica (T1/2). El tiempo de degradación se
mide en vida media que es el tiempo que tiene que transcurrir para que se
desactiva la mitad del plaguicida. Las consecuencias de la persistencia
pueden ser muy importantes, dependiendo de la toxicidad del plaguicida y
de su biodisponibilidad. Los plaguicidas modernos suelen tener vida -
mitades breves, que reflejan el período durante el cual la plaga debe ser
controlada.
LIPOSOLUBILIDAD:
Son liposolubles con baja solubilidad en agua y elevada solubilidad en la
mayoría de los disolventes orgánicos. Tienen estructura cíclica, en general,
poseen baja presión de vapor, una alta estabilidad química, una notable
resistencia al ataque de los microorganismos y tienden a acumularse en el
tejido graso de los organismos vivos, acumulándose en el suelo y las napas
subterráneas.
MOVILIDAD AMBIENTAL:
El destino ambiental (comportamiento) de un plaguicida depende de la
afinidad natural del producto químico con respecto de uno de los cuatro
compartimentos ambientales: materia sólida (materia mineral y carbono
orgánico en partículas), líquido (solubilidad en aguas superficiales y aguas
del suelo), forma gaseosa (volatilización) y biota (conjunto de especies
de plantas, animales y otros organismos que ocupan un área dada).
TOXICIDAD:
Es la capacidad de una sustancia química de causar daños a los organismos
vivos. Esta depende de cantidad de la sustancia administrada o absorbida y
del tiempo expuesto a la misma. La correlación entre la exposición y la
correlación entre la exposición y la incidencia o el grado de severidad es
llamada correlación-respuesta.
Los plaguicidas pueden afectar directamente a los organismos vivos
causando la muerte por su toxicidad aguda o afectando el crecimiento, la
sobrevivencia por factores reproductivos u otras funciones según su
toxicidad crónica. Los plaguicidas pueden afectar indirectamente a los
organismos por alteración de otros que le sirven de alimento, o por afectar
la calidad del hábitat.
9. CONSECUENCIAS DE LA CONTAMINACION AMBIENTAL
BIOMAGNIFICACION:
La biomagnificación es un proceso de bioacumulación de una sustancia
tóxica (como por ejemplo el plaguicida DDT). Ésta se presenta en bajas
concentraciones en organismos al principio de la cadena trófica y en mayor
proporción a medida que se asciende en la cadena trófica. Esto significa que
las presas tienen menor concentración de sustancias tóxicas que el
predador.
BIOACUMULACION:
Los productos químicos dispersos en el medio ambiente acaban siendo
almacenados en el tejido graso de los organismos vivos. La bioacumulación
se produce cuando estos productos son trasmitidos a lo largo de la cadena
alimenticia, por lo que acaban siendo acumulados, llegando a producirse
concentraciones miles de veces superiores a la cantidad inicial que se
encontraba en el ambiente. Por ello, el ser humano, que se alimenta de
otros seres que se encuentran por debajo suyo en la cadena alimenticia y
que han acumulado en sus organismos estas sustancias, absorbe grandes
concentraciones de productos que tardan años en disolverse y que pueden
conllevar graves riesgos para la salud
BIOCONCENTRACIÓN:
Se trata del movimiento de un producto químico desde el medio
circundante hasta el interior de un organismo. El principal "sumidero" de
algunos plaguicidas es el tejido graso ("lípidos"). Algunos plaguicidas, como
el DDT, son "lipofílicos", lo que quiere decir que son solubles y se acumulan
en el tejido graso, como el tejido comestible de los peces y el tejido graso
humano. Otros plaguicidas, como el glifosato, se metabolizan y eliminan a
través de las excreciones.
10. DEGRADACION AMBIENTAL:
Los plaguicidas producen graves daños al medio ambiente debido a las propiedades de
toxicidad, estabilidad y persistencia. Estas propiedades son las que facilitan la
contaminación de agua, suelo y aire unida a otros factores como los propiciados por el
hombre en su afán de dominio de la naturaleza e industrialización; tal como ocurre en
las siguientes formas de contaminación:
CONTAMINACION DEL AGUA:
Puede producirse por la aplicación directa de plaguicidas a fin de
utilizarlas como sebo de peces, descarga de líquidos remanentes de la
aplicación, desecho de envases vacíos, inundación o desborde de ríos
que alcanzan los lugares de almacenamiento, desplazamiento de
plaguicidas arrastrados por las lluvias hacia los cauces, aplicaciones
aéreas cercanas a los ríos y lagos y descarga de residuos industriales.
Esta contaminación ocasiona la pérdida de la flora y fauna acuática, del
recurso como fuente de agua y alimento y es causa de intoxicaciones
humanas y de animales
CONTAMINACION DEL SUELO:
Por aplicación directa de plaguicidas en el suelo, goteo desde el vegetal,
caída desde el equipo aplicador, desecho de envases vacíos, arrastre por
las gotas de lluvia, derrame por accidente, contaminación de fuentes de
agua, fitotoxicidad y por cadenas alimentarias. La evaluación del grado
de contaminación del suelo por plaguicidas es de particular importancia,
debido a la transferencia de estos contaminantes a los alimentos.
En el caso de la ganadería, los residuos de plaguicidas organoclorados
pasan del suelo al forraje y finalmente son absorbidos por los animales,
depositándose en su grasa, aumentando así las concentraciones de
residuos en la carne y la leche.
Muchos plaguicidas son persistentes y poco degradables lo que les
permite permanecer por muchos años en el suelo. Esta contaminación
afecta los microorganismos del suelo, disminuye la descomposición de
la materia orgánica, modifica la estructura de los suelos, disminuye la
fertilidad y finalmente favorece la erosión.
CONTAMINACION DEL AIRE:
Se produce por la aplicación aérea no controlada, pérdidas durante el
transporte y durante la aplicación y por la evaporación de aguas
contaminadas (ríos, lagos, etc.). El movimiento del aire puede desplazar
los contaminantes atmosféricos desde sus sitios de origen a largas
distancias, como las altas concentraciones de insecticidas
organoclorados y de PCB encontradas en animales árticos y antárticos,
procedentes de Centroamérica.
Los plaguicidas se volatilizan con facilidad durante la operación o
inmediatamente después de ella. La aplicación aérea no controlada
puede ocasionar la contaminación del aire de poblados próximos a
zonas agrícolas y causar intoxicaciones en las poblaciones expuestas.
DESECHOS DE ENVASES Y PRODUCTOS REMANENTES:
Entre los destinos de los envases hallamos:
Reciclado, a fin de utilizarlos para acumular agua o alimentos: Si son de
vidrio o plástico suelen utilizarse para el acopio de agua, querosén o
bebidas; Si son de metal, para calentar o guardar agua; si son de
aluminio se los funde para ser reutilizados. En todos los casos producen
intoxicaciones.
Acumulación en pozos.
Incineración a cielo abierto, puede provocar aún inconvenientes
mayores que la sola acumulación. Algunos productos, expuestos al calor
desprenden dioxinas cuyo poder tóxico es ampliamente superior al
producto natural.
Depósito en basurales.
11. ¿QUÉ HACER EN CASO DE INTOXICACION?
Si en cualquier momento, la persona que utiliza plaguicidas comienza a notar algún
tipo de molestias (mareos, náuseas, hormigueos, pérdidas de fuerza, dolor de
cabeza...) debe acudir al Centro de Salud, explicando el tipo de trabajo que realiza y los
productos que utiliza (llevar las etiquetas o los envases). Su malestar puede ser debido
a los plaguicidas y haber empezado a intoxicarse.
Ningún aplicador debiera trabajar solo, porque si sufre una intoxicación aguda en el
campo sería muy importante que recibiera asistencia. Asistencia urgente o primeros
auxilios que, dependerán del tipo y naturaleza del producto que le ha ocasionado la
intoxicación, pero en general, la pauta a seguir puede esquematizarse en las llamadas
"tres reglas de oro de tratamiento antitóxico", que son:
- Evitar que se produzca mayor absorción del tóxico.
- Neutralizarlo, bloquearlo o volverlo inocuo.
- Favorecer su eliminación.
11.1. Primeros auxilios
Como para muchos de los plaguicidas utilizados actualmente no existen los llamados
contravenenos o "antídotos" (productos que neutralicen o bloqueen el tóxico por
mecanismos físicos o químicos), en caso de intoxicación aguda grave son
fundamentales los primeros auxilios:
- Retirar a la persona de la zona contaminada para evitar que continúe en contacto con
el tóxico. De lo contrario, el plaguicida puede seguir llegándole con el aire que respira.
- Actuar con calma. Mantener al intoxicado tranquilo.
- Quitarle toda la ropa. Suele estar contaminada y, si se deja puesta, a través de la piel
continuará absorbiendo plaguicida.
- Lavar inmediatamente la piel de todo el cuerpo, incluida la cabeza, con mucha agua y
jabón u otros productos si así lo indicara la etiqueta. Los ojos lavarlos sólo con agua.
Secarlo bien y taparlo.
- Vigilar la respiración. Si está inconsciente, comprobar, abriéndole la boca, que no hay
nada que obstruya el paso del aire. Hacer la respiración artificial si fuera necesario.
- Mantener al intoxicado siempre (incluso durante el traslado) tumbado sobre el
costado, o bien, boca abajo con la cabeza de lado, para que si vomita, el contenido del
vómito no le impida respirar, podría asfixiarse.
- Si el producto ha sido tragado, lo más conveniente sería hacer un lavado de
estómago. Pero de forma inmediata, y más si se trata de un producto tóxico o muy
tóxico, es recomendable dar carbón activado para neutralizarlo, o mucha agua para
intentar diluirlo antes de hacerle vomitar (sólo si está consciente), metiéndole los
dedos en la boca hasta el fondo. En este último caso, el agua con sal también puede
ayudar a provocar el vómito.
- No dar nunca a un intoxicado con plaguicida leche, alcohol o purgantes oleosos
(aceite de ricino, etc.), ni otras sustancias que contengan grasas, pues potencian la
toxicidad de muchos de los productos, al hacer que se absorban más rápidamente si su
vía de entrada ha sido la digestiva. Si está consciente y tiene sed puede tomar agua. En
la actualidad es una idea errónea el tomar leche después del trabajo con plaguicidas
pensando que se va a neutralizar el tóxico, porque ni la leche sirve como neutralizante
para la mayoría de los plaguicidas que se usan, ni éstos se localizan en el estómago, al
entrar, por la piel y la vía respiratoria.
- Acudir al Centro Sanitario más próximo, llevando siempre la etiqueta del producto. La
información que ésta suministra puede serie muy útil, contiene las indicaciones para el
tratamiento.
11.2. Continuación del tratamiento
En muchos casos de intoxicación por plaguicidas no se acude al médico con la etiqueta,
los síntomas que han aparecido no son específicos de intoxicación por una sustancia
concreta, se estaba trabajando con mezclas de productos diferentes, de períodos de
latencia distintos, no existe antídoto,... En estas ocasiones sólo se puede realizar un
tratamiento sintomático, que básicamente suele consistir en mantener las funciones
vitales y combatir los síntomas más graves con medicamentos.
De estos tratamientos, los más conocidos son lo que se realizan en las intoxicaciones
por plaguicidas órgano-fosforados y carbamatos, en las que se utiliza sulfato de
atropina, que sólo sirve para el tratamiento de las intoxicaciones causadas por
plaguicidas pertenecientes a los dos grupos citados, no para los demás. Esto, añadido a
la dificultad de hacer un diagnóstico seguro y una dosificación y administración
adecuadas, hace que no sea recomendable su utilización nada más que en los Centros
Sanitarios. Su administración sin las garantías suficientes, como puede ser en el campo
entre los propios compañeros de trabajo, no debe hacerse, porque las consecuencias
pueden llegar a ser muy graves.
11.3. Recomendaciones a seguir después de haber sufrido una intoxicación por plaguicidas.
Evitar cualquier posibilidad de nuevo contacto con los plaguicidas hasta la
recuperación definitiva, no realizando actividad laboral alguna que pueda estar
relacionada con estos productos. Si eso no es posible, entonces deben tomarse las
siguientes precauciones:
- No entrar en ningún área o campo tratado ni en sus inmediaciones, hasta que el
producto esté seco y asentado.
- Evitar permanecer en locales, vehículos,... que contengan o se estén manipulando
estos productos químicos.
- No utilizar la misma ropa u otros objetos que se habían usado cuando se aplicaba
plaguicidas sin que antes hayan sido lavados convenientemente.
12. EQUIPO DE SEGURIDAD QUE DEBE UTILIZAR EL APLICADOR DE PLAGUICIDA
Este documento describe diversos artículos de equipo de protección personal (EPP) que
se usan para proteger el cuerpo humano del contacto con pesticidas o residuos de
pesticidas. El EPP incluye elementos tales como overoles o trajes protectores, calzado,
guantes, delantales, mascarillas, gafas y sombreros.
Los pesticidas pueden representar peligros para los seres humanos. El riesgo depende
de la toxicidad del producto y la duración de la exposición. La gravedad de un
envenenamiento por pesticidas depende de la composición química del pesticida y su
formulación, su ruta de acceso en el cuerpo, la cantidad que entra en el cuerpo, y la
duración de la exposición. Usando equipos de protección personal puede reducir la
posibilidad de inhalación dérmica, ocular, y la exposición oral, y de ese modo reducir
significativamente las posibilidades de un envenenamiento por pesticidas, pero no
necesariamente lo elimina.
Todos los manipuladores de pesticidas (aplicadores, mezcladores/cargadores,
abanderados y personas de entrada temprana a lugar aplicado) tienen la obligación
legal de seguir todas las instrucciones del EPP que aparecen en la etiqueta del
producto. Una etiqueta del pesticida indica el mínimo EPP que una persona debe usar
en el desempeño de las actividades de manipulación o para aquellas actividades que
requieran una entrada temprana al lugar aplicado. Entrada temprana se refiere cuando
un trabajador tiene que ingresar a un lugar aplicado antes del período establecido por
la etiqueta del pesticida.
Ropa resistente a productos químicos
El término resistente a productos químicos significa que ningún movimiento medible
del pesticida a través del material ocurre durante el período de uso. Algunos EPP son
resistentes al agua solamente. Los EPP que son resistentes al agua evitan que una
pequeña cantidad de partículas de aerosol fino o pequeñas salpicaduras de líquidos
penetren en la ropa y lleguen a la piel. Los materiales resistentes al agua (a prueba de
líquidos) mantienen fuera materiales solubles en agua, pero no necesariamente
mantiene fuera productos en base de aceite. Materiales impermeables incluyen
artículos hechos de plástico o de goma. La resistencia química de un material es una
indicación de la fuerza con que resiste la penetración química producida por productos
plaguicidas durante su uso.
Proteja su piel
De acuerdo con un informe de la EPA, la mayoría de los incidentes de envenenamiento
por pesticidas ocurren a través del contacto con la piel. EPP protege sólo cuando se usa
correctamente. Si el pesticida entra dentro EPP junto a la piel, el EPP ya no protegerá
al usuario. Por el contrario, mantendrá el pesticida en contacto con la piel mientras se
lleva puesto, aumentando en lugar de disminuir la probabilidad de lesión por contacto
o absorción por la piel y la lesión sistémica.
Ropa de trabajo
Camisas ordinarias, pantalones, zapatos y otras prendas de trabajo generalmente no
se consideran EPP, a pesar de que las etiquetas de los plaguicidas a menudo indican
que los elementos específicos de la ropa de trabajo se deberían usar durante ciertas
actividades. La ropa de trabajo debe ser de un material resistente y debe estar libre de
agujeros y desgarros. El cuello de las camisas debe ser completamente apretado para
proteger la parte inferior del cuello. Cuanto más apretado el tejido de la tela, mejor es
la protección. En algunos casos, la etiqueta del producto requiere el uso de un overol,
un traje resistente a productos químicos, o un delantal resistente a productos químicos
sobre la ropa de trabajo.
Overoles
La protección ofrecida por la ropa resistente químicamente depende de la tela, y en las
características de diseño tales como solapas sobre cremalleras, elásticos en las
muñecas y los tobillos, y las costuras que se enlazan y se sellan. Los overoles deben ser
de un material resistente, como algodón, poliéster, una mezcla de algodón y material
sintético, mezclilla, o una tela no tejida tal como Tyvek® (Figuras 4-6). Cuando se usa
un overol, la abertura debe ser cerrada de forma segura para que todo el cuerpo
(excepto los pies, las manos, el cuello y la cabeza) este cubierto. Con trajes de dos
piezas, la camisa o chaqueta no deben estar metidas en la cintura, más bien la camisa
debe extenderse muy por debajo de la cintura y en forma floja alrededor de las
caderas. Los overoles bien diseñados que ofrecen protección contra los pesticidas son
construidos relativamente apretados, tienen costuras selladas y ajustadas, la
superposición de los cierres no permite huecos y no se desabrochan fácilmente. Por
ejemplo, muchos overoles tienen cremalleras que están cubiertas por las solapas para
mayor protección. Algunos overoles, tales como los hechos de Tyvek® son resistentes
al agua y desechables.
Figure 4. Overol de material sintético.
Figure 5. Overol de algodón.
Figure 6. Overol de Tyvek®.
Traje resistente a productos químicos
Algunas etiquetas de productos requieren que el manipulador use un traje resistente a
productos químicos. Esto suele indicar que el pesticida es muy peligroso debido a
cualquiera de los efectos agudos o retardados. Los trajes resistentes a productos
químicos fabricados en caucho o en plástico se venden como overoles de una sola
pieza o como conjuntos de dos piezas compuestos por una chaqueta colocada sobre
los overoles. Los trajes resistentes a productos químicos hechos de material recubierto
(no tejido) generalmente se venden como overoles de una sola pieza. El mayor
inconveniente de trajes resistentes a sustancias químicas es que hacen que el cuerpo
se caliente demasiado. En el clima de la Florida, el estrés por calor se convierte en un
problema importante.
Delantal resistente a productos químicos
Un delantal protege de salpicaduras y derrames, y protege overoles u otra ropa. Los
delantales deben considerarse siempre que se manejen plaguicidas concentrados. La
etiqueta del pesticida puede requerir el uso de un delantal resistente a productos
químicos durante la mezcla o la carga de un plaguicida o la limpieza del equipo de
aplicación. Algunos delantales están fuertemente construidos, pero delantales ligeros
desechables también están disponibles comercialmente (Figuras 7-8).
Un delantal puede suponer un peligro para la seguridad cuando se trabaja alrededor
de equipo con partes móviles. En esa situación, un traje resistente a productos
químicos sería una mejor elección.
Figure 7. Algunas etiquetas indican que un delantal resistente a productos químicos
deben ser usados durante la limpieza del equipo de aplicación.
Figure 8. Algunos delantales son muy ligeros y desechables.
Guantes
Las partes del cuerpo que tienen la máxima exposición a plaguicidas son las manos y
los antebrazos. Una investigación ha demostrado que los trabajadores que mezclan
plaguicidas recibieron un 85 por ciento de la exposición total en las manos y 13 por
ciento en los antebrazos. El mismo estudio mostró que usando guantes se redujo la
exposición en al menos un 98 por ciento en los aplicadores que tuvieron derrames
durante la mezcla o la aplicación de pesticidas (Tabla 2). Como resultado, la mayoría de
las etiquetas de los productos requieren el uso de guantes impermeables o resistentes
a productos químicos durante la manipulación y mezcla. Los guantes deben ser usados
en cualquier situación donde los pesticidas puedan entrar en contacto con las manos,
como cuando se trabaja alrededor de equipo contaminado o superficies (Figura 9).
Figure 9. Se deben usar guantes al lavar el equipo de aplicación contaminado.
Figure 10. Guantes laminados de barrera.
Figure 11. Guantes de hule butílico.
Figure 12. Guantes de nitrilo.
Figure 13. Guante de goma de neopreno en dos estilos: el superior tiene una superficie texturizada para mejor agarre.
Figure 14. Guantes de caucho natural.
Figure 15. Guantes de cloruro de polivinilo.
Los polímeros utilizados para los guantes resistentes a productos químicos (Figuras 10-
15) están incluidos en los materiales enumerados en la Tabla 1. Estos materiales se
utilizan de forma individual o en diversas combinaciones en guantes disponibles
comercialmente. Guantes de lona y cuero no protege contra la exposición a los
pesticidas debido a que estos materiales absorben pesticidas fácilmente y no pueden
ser descontaminados.
Los guantes resistentes a productos químicos se fabrican de dos tipos. El primero tipo
es el de silueta de la mano. Este guante está hecho por troquelado a partir de un
esquema de dos dimensiones de una mano de una película de plástico. Dos de estas
formas de mano planas se sueldan alrededor de los bordes para formar un guante. La
mayoría de los guantes fabricados en polietileno se construyen de esta manera. Los
guantes de silueta de la mano pueden ser ineficaces debido a un mal ajuste, pérdida
de destreza, y dificultad de mantener los guantes en las manos. El segundo tipo y más
común, son guantes resistentes a productos químicos hechos por moldeo por
inmersión, es decir, por la inmersión de un molde de la mano en un líquido que
contiene el polímero. En este tipo de guantes se diferencian la mano derecha de la
izquierda y están dimensionados. Estos guantes proporcionan un mejor ajuste y
destreza. Algunos de los guantes sumergidos cuentan con los dedos curvos, que
proporcionan un confort adicional.
Espesor del guante se describe en unidades de milésimas de pulgada (1 mil = 0,001
pulgadas). En general, la eficacia de la barrera, y su resistencia a la rotura y la punción,
aumentan con el espesor del guante. Los guantes disponibles comercialmente varían
en espesor de 1 a 60 milésimas de pulgada. Los más utilizados son entre 12 y 22 mils.
Calzado
Manipuladores de pesticidas pueden contaminarse de pesticidas en los pies. Los
zapatos y los calcetines son a menudo suficientes para proteger los pies durante las
actividades de manipulación. Cuando se manejan ciertos pesticidas, los zapatos de
lona y cuero no ofrecen protección suficiente por la misma razón que los guantes
hechos de estos materiales no son protectores. Las etiquetas de los productos de estos
plaguicidas requieren el uso de calzado a prueba de agua o resistente a productos
químicos, lo que podría significar usar cubre zapatos (Figura 16) o botas.
Si existe la posibilidad que un pesticida haga contacto con las piernas o pies es
necesario usar botas resistentes a productos químicos que se extiendan más allá de los
tobillos y menos de la mitad de la rodilla. Use botas impermeables al entrar o caminar
por las zonas tratadas recientemente como por ejemplo en el césped antes de que el
producto se haya secado.
Figure 16. Cubre zapatos diseñados para su uso durante la manipulación de los plaguicidas.
Use guantes y calzado correctamente
Guantes y calzado resistentes a productos químicos no se deben utilizar para la
manipulación ciertos fumigantes, como el bromuro de metilo. Los guantes y el calzado
pueden atrapar el gas fumigante cerca de la piel y causar quemaduras (Figura 17). Al
igual que otros plaguicidas, las etiquetas de los productos fumigantes especifican el
apropiado EPP requerido para proteger al aplicador de la exposición.
Figure 17. Ampollas en la piel provocadas por la exposición de bromuro de metilo en el pie.
Si se pretende quitar los guantes no desechables durante una actividad de
manipulación, los guantes deben lavarse cuidadosamente antes de retirarlos. Para los
trabajos donde los brazos estén bajos, las mangas deben ser colocadas fuera de los
guantes para evitar que los pesticidas corran por dentro de los guantes y en la piel de
las manos. Para trabajos en que los abrazos estén levantados, los guantes deben
permanecer fuera de las mangas. Del mismo modo, las mismas precauciones deben
ser tomadas con los pantalones y las botas. Los parte baja de los pantalones deben
estar fuera de las botas para evitar que los pesticidas corran hacia adentro de las botas
(Figura 18).
Figure 18. La parte baja de los pantalones debe estar fuera, no dentro como en esta foto, de las botas para evitar que los pesticidas entren en las botas.
Para la exposición de la parte superior de la cabeza o la exposición a partículas en el
aire, hay varias opciones de EPP. Un sombrero de plástico tipo safari con sudaderas de
plástico es una buena opción cuando hace calor. Sombreros más flexibles y capuchas
también están disponibles en materiales resistentes a químicos (Figura 19).
Figure 19. Sombrero flexible, ligero y resistente a productos químicos.
Sombreros no deben contener material absorbente como algodón, cuero o paja.
Muchas chaquetas u overoles resistentes a sustancias químicas pueden comprarse con
capuchas o cobertores de protección.
Proteja sus ojos
Los ojos son muy sensibles a las sustancias químicas contenidas en algunas
formulaciones de plaguicidas, especialmente concentrados. Gafas, máscaras y lentes
de seguridad con protecciones en ambos lados de la frente son ejemplos de gafas de
protección (Figuras 20-22).
Figure 20. Gafas.
Figure 21. Mascara de cobertura completa.
Figure 22. Lentes ajustados de seguridad.
Lentes ajustados de seguridad y máscaras de cobertura completa son buenas opciones
en muchas situaciones de manejo, ya que son relativamente cómodas, no causan el
empañamiento o la sudoración y proporcionan una buena protección para los ojos. Si
se usa anteojos, la opción más cómoda son los materiales de policarbonato que ha
sido protegido con deflectores de aire para evitar el empañamiento. Tanto los lentes o
gafas de seguridad se puede usar con un respirador de media cara (Figura 23).
Figure 23. El uso de gafas con un respirador de media cara.
Si el Estándar de Protección al Trabajador aplica y si la etiqueta especifica gafas para
proteger los ojos, entonces los reglamentos relativos a la descontaminación del lavado
de ojos entran en vigor.
13. ¿QUÉ HACER ANTES DE USAR UN PLAGUICIDA?
• Lo más recomendable es NO UTILIZAR PLAGUICIDAS DOMÉSTICOS. Muchas
situaciones de plaga sólo pueden ser abordadas con seguridad y eficacia por los
profesionales especializados.
• Habitualmente, las plagas aparecen cuando los insectos, roedores, etc.,
encuentran lugares donde esconderse, reproducirse y alimentarse.
Disponibilidad de agua, alimento y refugio son el origen del problema y la clave
de la solución eficaz.
• Los locales públicos requieren asistencia de empresas especializadas y
expresamente autorizadas para el control de plagas por las Comunidades
Autónomas correspondientes.
• Por regla general, con pequeñas obras y/o medidas físicas adecuadas: controlar
los restos de alimentos, limpieza adecuada de la zona, etc., podremos prevenir
y –en su caso- erradicar la plaga con seguridad y sin riesgos
14. VIGILANCIA BIOLÓGICA Y EPIDEMIÓLOGICA
14.1. CONTROL BIOLÓGICO.
El control biológico es un método de control de plagas, enfermedades y malezas que
consiste en utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro
organismo.
Hay que tener en cuenta que su uso ha tenido significados diferentes a lo largo del
tiempo; así, los fitopatólogos han tendido a usar el término para denotar métodos de
control que incluyen rotación de cultivos, alteraciones del pH del suelo, uso de
enmiendas orgánicas, etc. (Baker, 1985; Schrot & Hancock, 1985); otros investigadores
diferencian un control biológico clásico del control biológico moderno donde se
incluyen las técnicas de control por interferencia. Sin embargo, la definición más
aceptada en la actualidad es la que han utilizado tradicionalmente los entomólogos: Es
un método agrícola de control de plagas (insectos, ácaros, malezas, enfermedades de
las plantas, etc.) que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros medios
naturales. Puede ser un componente importante del control integrado de plagas y es
de gran importancia económica para la agricultura.
14.2. SISTEMA NACIONAL DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA.
La vigilancia epidemiológica en salud pública es un proceso continuo y sistemático de
colección, análisis e interpretación de datos de las enfermedades o daños sujetos a
notificación obligatoria en el País, para conocer su tendencia, evolución, identificar las
regiones geográficas y los grupos poblacionales más comprometidos, conocer el
estado de salud actual de la población, identificar precozmente los brotes o epidemias
para su oportuna intervención y control. Finalmente, evaluar los resultados de las
medidas de prevención y control que realiza el sector salud.
Las funciones que le competen a la Dirección General de Epidemiología son:
a. Diseñar el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica en Salud Pública, así
como los subsistemas de Vigilancia Epidemiológica en Salud Pública de las
enfermedades transmisibles, no transmisibles, y otros daños o eventos de
importancia en Salud Pública.
b. Proponer e implementar las normas de Vigilancia Epidemiológica en Salud
Pública para estandarizar los procesos en el ámbito nacional.
c. Monitorear y evaluar los procesos de Vigilancia Epidemiológica en Salud
Pública.
d. Procesar, analizar y difundir permanentemente información sobre la situación
epidemiológica y los determinantes de las enfermedades y otros eventos
sujetos a vigilancia epidemiológica en Salud Pública.
e. Articular y coordinar los sistemas de información necesarios, para el desarrollo
de la Vigilancia Epidemiológica en Salud Pública.
f. Normar y conducir el sistema de Vigilancia Epidemiológica hospitalaria.
15. Referencia Bibliográfica & Enlaces de interés.
http://www.alu.ua.es/l/lmv5/INTOX.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Control_biol%C3%B3gico