Post on 18-Mar-2016
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R E V I S TA D E A G R O N O M A S O C I A L
N 0 d i c i e m b r e 2 0 1 1
Suma-Sarnaqaa Revista de Agronoma Social
Ao 0, N0 Diciembre 2011
www.ssq.com.uy/revista - ssq.revista@gmail.com
Es una publicitacin cuatrimestral que busca promover la
reflexin crtica y sistemtica por parte de diversos actores
comprometidos socio-polticamente con la transformacin de
las estructuras agrarias del pas. sta herramienta, apunta a
incluir la reflexin y el trabajo de todos aquellos que trabajan y
piensan desde y para los sectores populares del campo, desde
su insercin laboral o militante, desde el trabajo directo en el
medio rural, o en el trabajo intelectual y cientfico volcado a estos
sectores.
Los artculos firmados son de entera responsabilidad de sus
autores.
Invitamos a todos los lectores a que hagan circular los artculos
de la revista. Est permitida la reproduccin total o parcial de los
artculos, no olvide citar correctamente la fuente.
Integrantes activos del colectivo:
Consejo editor: Mariana Scarlato, Ignacio Paparamborda,
Carlos Brasesco y Ramn Gutirrez
Diseo y diagramacin: Ins Garaza
Foto (Imagen) de portada: Mariano Albistur
Aportes - diseo de tapa: Javier Stella
Impresin: Aragon Impresora SRL.
Pgina web: Federico Martin
Entrevistas: Gernimo Cardozo
Banco de Imgenes: Gustavo
Bentez
Evento lanzamiento:
Matilde Nauar
Imagen Suma
Sarnaqaa: Silvia
Scarlato
Asegurando y fortaleciendo el proyecto:
Se invita a todos los interesados a formar parte de este proyecto.
Las especificaciones para integrar el colectivo social as como
para realizar la suscripcin a la revista pueden encontrarse en la
pgina web.
Se incita fervorosamente a todos los lectores a realizar
contribuciones para las prximas ediciones de la revista. En la
pgina web podr encontrar un documento de sugerencia para la
redaccin de artculos as como los criterios que se utilizarn para
la evaluacin de los mismos.
Todos los aportes, dudas o sugerencias agradecemos hacerlos
llegar al correo electrnico de la revista ssq.revista@gmail.com
Banco de imgenes: Es una herramienta para enriquecer la
edicin de la revista. Todo compaero que desee colaborar con
el banco de imgenes enviando fotografas, deber hacerlo a
travs de un correo a ssq.imagenes@gmail.com La foto deber
contener la siguiente informacin: fotgrafo (o fuente original de la
imagen), temtica o ttulo de la foto que se enva para facilitar su
clasificacin dentro del Banco.
Entrevistas: Este espacio busca amplificar la voz de asalariados
y productores, recoger testimonios de los pobladores rurales,
recoger entrevistas a diversos actores realizadas por los
integrantes del colectivo social, aprovechando instancias
de formacin o intercambio a nivel nacional o en el exterior.
Animamos a los compaeros a realizar entrevistas enviando el clip
de sonido y la desgrabacin a ssq.entrevistas@gmail.com
Suma sarnaqaa significa en aimara saber
caminar y es uno de los componentes
del vivir bien (suma qamaa), que
los pueblos originarios de nuestra
Amrica estn impulsando como
nueva referencia paradigmtica,
frente al modelo hegemnico de
desarrollo, organizacin social
y relacin del hombre con la
naturaleza.
ndice
03........................ Editorial
06........................Bloques temticos que estructuran la revista
08....................... Al compaero Mario Costa
10........................ Mojones de un camino en
construccin - Miguel Soler
17........................ El campo pedaggico
Limber Elbio Santos
24........................ Hay lugar para un nuevo de-
sarrollo en la sociedad actual? Marcello Rachetti
29........................ Desde un rincn de
Florida.... - Gustavo F. Daz Gonzlez Gato
34........................ Colectivo social de Suma
Sarnaqaa
Contra tapa ........................ Sin msica
Daniel Viglietti
Con enorme emocin y sentido de responsabilidad, damos luz al primer nmero de la
Revista de agronoma social Suma Sarnaqaa, crtica y compromiso para el cambio social
rural. En esta nuestra primera editorial, queremos simplemente presentar la propuesta de
comunicacin e invitar a participar activamente en su construccin a todos los que se
identifiquen con la preocupacin central que nos motiva a militar para que este espacio
exista: la profundizacin de un modelo de desarrollo rural eminentemente concentrador
y extractivo, y la necesidad imperiosa de aunar esfuerzos y reflexiones para construir
alternativas al mismo. Al tiempo, iremos amplificando las experiencias de lucha, organizacin
y produccin alternativa existentes, para ir forjando caminos de superacin junto a los
sectores populares rurales.
Este espacio de comunicacin pretende ser una herramienta de participacin, reflexin
y compromiso con la accin transformadora de la realidad, orientado a incrementar las
capacidades organizativas y tcnicas de los sectores populares del campo para llevar
adelante sus intereses.
La revista no es el rgano oficial (u oficioso) de ninguna
organizacin especfica, ni poltica, ni social, ni cultural, ni de
ningn tipo, aunque entre en relacin de colaboracin o de
debate con alguna organizacin o institucin. Constituye
en s misma un espacio de participacin y debate abierto
a todos los que compartan sus finalidades. No obstante,
no es un espacio neutro en el debate contemporneo
por el desarrollo rural y la transformacin social agraria.
Asume como supuesto la necesidad y deseabilidad de
una transformacin profunda de las estructuras agrarias
y aportar a la construccin de modelos de desarrollo
rural ms soberanos, ms democrticos y saludables
en un vasto sentido del trmino.
edito
rial
S o l a n u m s i s i m b r i f o l i u m
Este espacio de comunicacin no busca unanimidades.
Estimular la reflexin, el debate y la polmica, siempre con una
certeza: que los compaeros que escriben lo hacen con los pies
en la realidad y su empeo puesto en el trabajo con y para los
sectores populares rurales.
La revista pretende llegar a una gama diversa de actores: docentes,
estudiantes y egresados universitarios, tcnicos agrarios, maestros
rurales, instituciones vinculadas al medio rural, productores
familiares y asalariados rurales. Procura desenclaustrar diversos
espacios de generacin de conocimiento, popular y acadmico,
para ponerlos a opinar sobre los temas que estructuran la realidad
rural. Para todos ellos el esfuerzo y a todos la invitacin a ser
parte activa en la construccin de este rinconcito de pensamiento
crtico dentro del debate rural.
Para este nmero fundacional invitamos a diversos compaeros
a escribir, de diferentes oficios, trayectorias e inserciones
geogrficas. La invitacin fue a realizar un artculo libre, que surgiera
del conocimiento de la propuesta de comunicacin en la que nos
embarcamos. Es as que podrn encontrar en las pginas de este
nmero, generosos aportes desde la educacin, la agronoma,
y la cultura. Vaya el agradecimiento a todos por abonar a este
primer paso de lo que esperamos sea un intrincado, pero lindo
camino de bsqueda y construccin colectiva.
Las razones para existir e invitar a tomar parte
Este proyecto pretende constituir una lnea de trabajo que
permita generar reflexin crtica y sistemtica por parte de
diversos actores comprometidos socio-polticamente con
la transformacin de las estructuras agrarias del pas. sta
herramienta, apunta a incluir la reflexin y el trabajo de
todos aquellos que trabajan y piensan desde y para los
sectores populares del campo, desde su insercin laboral
o militante, desde el trabajo directo en el medio rural, o en
el trabajo intelectual y cientfico volcado a estos sectores.
El trabajo en el medio rural es frecuentemente un factor de
dispersin, y suele encontrarnos aislados y con dificultades
para encontrar espacios de intercambio y discusin, donde
volcar preocupaciones e inseguridades, donde respaldar
nuestros actos en referencias colectivas, donde continuar
la bsqueda de caminos de mejora.
El Uruguay vivi y vive un particular momento, donde
encontramos que el retorno del estado al fortalecimiento
de la produccin familiar y su institucionalidad, a travs
de diferentes proyectos, as como el avance en los
derechos de los trabajadores rurales con la ley de 8 hs.,
ha ocurrido en paralelo a la profundizacin de un modelo
de concentracin y transnacionalizacin de los recursos
naturales del pas, de las cadenas agroindustriales y de la
apropiacin de la riqueza nacional, un modelo que amplia
la dependencia y la desigualdad. En este marco, es preciso
generar un instrumento que nos permita ampliar la mirada,
salir de la dinmica de trabajo cotidiano para volver sobre
los nudos problemticos que condicionan la realidad de
las grandes mayoras del medio rural y que estructuran el
proyecto de pas que se est construyendo.
Adems del compromiso de este espacio de comunicacin
con la transformacin social agraria, cabra agregar la
conviccin acerca de la politicidad inevitable de los
procesos de generacin, transferencia y aplicacin del
conocimiento y la tecnologa, y acerca de la necesidad
que tienen los procesos de cambio social agrario de unos
procesos de generacin y aplicacin de conocimientos
y tecnologas apropiadas que los acompaen
potencindolos cotidianamente, tanto en materia de
contenidos como de metodologas.
Es por ello que parece interesante rescatar la idea-fuerza
de la Agronoma Social, expuesta por A.V. Chayanov, all
por la dcada del 20 del siglo XX, en el marco del proceso
de transformacin agraria provocada por la Revolucin
Rusa, donde dio una formalizacin definitiva e insuperable
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de la teora de la economa campesina familiar, conceptos
sobre los cuales se han construido todas las nociones
actuales acerca de la agricultura familiar en el contexto
de procesos de modernizacin y explotacin (capitalista
o socialista). Chayanov entendi que la capa emergente
de los tcnicos agrarios seran un vector fundamental
en la modernizacin y el desarrollo de la produccin
campesina, mediante la integracin vertical de las unidades
familiares campesinas y sus comunas rurales tradicionales,
en un complejo sistema cooperativo de distribucin,
transformacin y comercializacin de la produccin agraria.
Era, en aquellos tiempos, la formulacin de un camino
alternativo al de la colectivizacin forzada del campesino,
y su integracin compulsiva en un sistema nacional
de expoliacin orientado a construir sobre la base del
subconsumo de una mayora campesina, la acumulacin
originaria socialista de la industrializacin y la urbanizacin
que caracteriz el modelo socialista a partir de la dcada
de los 30. El resto es historia conocida.
Pero ms all de estas circunstancias histricas y el debate
intelectual y poltico que supieron prohijar en su hora, es
interesante rescatar el rol estratgico que hoy tambin
cumple esa capa de intelectuales vinculados al agro
(tcnicos, maestros y profesionales de diversas disciplinas)
en la construccin de propuestas de transformacin social
agraria que integren los distintos elementos que se han
ido incorporando a los procesos de accin y reflexin
sobre las transformaciones agrarias (soberana alimentaria,
distribucin de la riqueza agropecuaria, reforma agraria y
colonizacin, ordenamiento del territorio, agroecologa,
educacin popular, extensin y comunicacin rural, etc.)
que nos permitan caminar hacia un modelo de desarrollo
rural asentado en los intereses, propuestas y expectativas
de los sectores populares del campo.
Se trata de contar con un medio participativo de
comunicacin y difusin de ideas, propuestas, reflexiones,
anlisis, vinculados a la orientacin antes mencionada. Se
busca generar el nexo necesario entre los compaeros
que trabajan y piensan, en y desde distintos mbitos y
ubicaciones sociales e institucionales, en la reforma de
las estructuras agrarias y de los modelos productivos en
Uruguay y los pases de la regin.
La idea es tener un espacio de referencia para ir
construyendo un pensamiento social agrario apropiado
a nuestra realidad, a los efectos de generar y proyectar
una perspectiva crtica del modelo de desarrollo rural y
agropecuario hegemnico, haciendo el hueco necesario
para el ensayo y la difusin pblica de experiencias
productivas y organizativas innovadoras en materia de
relaciones sociales de produccin y en la vinculacin de
los sistemas de produccin agropecuarios con el entorno
medio ambiental.
Con esto se podran capitalizar, visibilizar, tal vez potenciar
muchas de estas experiencias, y a su vez generar lazos
y sinergias entre muchas acciones y emprendimientos
de nivel micro (en el campo econmico, social, poltico
o cultural) en las cuales muchos de nosotros podemos
estar embarcados, generando la imprescindible elevacin
de miras, abriendo espacios de debate colectivo sobre
las polticas agropecuarias, las instituciones vinculadas
al desarrollo rural y su quehacer, desde una perspectiva
crtica que se encuentre arraigada en la accin concreta de
cada uno de los que forma parte de este espacio. Por eso
lo de crtica y compromiso.
La invitacin es entonces a construir un camino de
superacin social a travs de la comunicacin participativa
y la convocatoria a la accin transformadora. De ah parte
del nombre, SUMA SARNAQAA, saber caminar, uno de
los componentes del vivir bien suma qamaa-, que los
pueblos originarios de nuestra Amrica estn impulsando
como nueva referencia paradigmtica, frente al modelo
hegemnico de desarrollo.
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Bloques temticos que estructuran la revista
Con el objetivo de organizar y dar una idea de las temticas
de la revista, se han definido algunos bloques temticos.
Esta estructura orienta el envo de artculos y habla sobre
el perfil de la revista, a la vez que permite organizar los
contenidos en torno a algunas ideas fuerza que son la base
del proyecto de comunicacin.
De todas formas, estos bloques temticos son de carcter
orientativo, en la medida que podrn variar de acuerdo
a las sugerencias que puedan realizar los miembros del
colectivo, lectores o suscriptores de la revista.
La idea es que estas temticas inviten y estimulen a todo
aquel que se sienta identificado a aportar a la reflexin y
a la construccin colectiva, desde los espacios en el que
cada uno se encuentra y las visiones que cada uno tiene.
Espacio Solanum sisimbrifolium -editorial-: Esta seccin
est a cargo del consejo editor. Analizar aspectos de la
coyuntura, procurando atender el discurso dominante
en los medios de difusin masivos de comunicacin y
participar en la construccin crtica de la agenda meditica
en torno al medio rural. Solanum sisimbrifolium, nombre
cientfico del Revienta caballos, fue uno de los nombres
que tuvo la revista de la Asociacin de estudiantes de
agronoma AeA- hace ya varias dcadas.
Educadores populares tcnicos: Este bloque intenta
rescatar la dimensin tica y poltica del conocimiento,
de la tecnologa, del trabajo profesional y educativo. En
el entendido de que el trabajo hacia los intereses de
las mayoras, hacia los sectores populares, implica un
compromiso global con la transformacin de la realidad,
el respeto de su cultura y sus saberes, el compromiso
con la participacin, el dilogo y la organizacin. Bajo este
bloque se integrarn artculos relativos a: Papel de los
profesionales agrarios / Experiencias de intervencin en el
medio/ Educacin rural / Extensin y comunicacin rural /
Profesiones no agrarias en el medio rural / Interdisciplina
/ Papel del conocimiento y su institucionalidad en el
desarrollo rural y en la formacin.
Reforma agraria y soberana alimentaria: En tiempos
en que lo moderno aparece como bueno per se, como
a-poltico, neutro ante los intereses; cuando se plantean
los sucesos como trnsito natural, nico posible e
inmodificable por nuestra voluntad; cuando ese trnsito ha
desembocado en que la tierra est cada vez en menos
manos; nos parece imprescindible hacer referencia al viejo
concepto de reforma agraria y al ms reciente de soberana
alimentaria. Ambos conceptos servirn como disparadores
de las discusiones acerca de la estructura agraria nacional,
de las relaciones de poder existentes en el medio rural y el
papel de la poltica en el devenir nacional. Bajo este bloque
se integrarn artculos relativos a: Polticas agropecuarias
/ Colonizacin / Soberana alimentaria / Instituciones
vinculadas al desarrollo rural / Ordenamiento del territorio.
Agroecologa: Este espacio intenta dar lugar a la reflexin y
el rescate de diversas tecnologas y sistemas de produccin
que van hacindose su lugar dentro de un medio rural cada
vez ms homogneo y alejado de una visin integrada de
la produccin a la naturaleza, a la poblacin rural y a los
consumidores. Bajo este bloque se integrarn artculos
relativos a: Produccin orgnica / Produccin integrada
/ Sistemas de produccin / Tecnologas amigables /
Conservacin de la naturaleza / Seguridad alimentaria /
Salud / Alimentos.
Relaciones sociales alternativas: Existen en la regin
diversas experiencias de carcter local que construyen
formas alternativas de relacin social, solidarias, de
cooperacin, superadoras de la relaciones de dominacin
y explotacin; que pueden ser fuente de reflexin y
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construccin colectiva en este espacio. Bajo este bloque
se integrarn artculos relativos a: Asociativismo rural /
Sistema de fomento / Organizaciones de productores /
Cooperativas y grupos.
Organizacin de los sectores populares del campo:
Busca rescatar aqu trabajos en torno a lo gremial y sindical
a nivel rural, como espacios de organizacin y expresin
de los intereses de los sectores populares rurales. A modo
de ejemplo podrn ser trabajos referentes a: Asalariados
rurales / Sindicalismo rural / Productores familiares /
Sindicalismo agroindustrial.
Sectores populares rurales de Amrica Latina: Trata
de acercar experiencias de diversos sitios de Amrica,
conscientes de que el modelo actual de explotacin de los
recursos es un modelo presente en todo el continente, y
pese a las diferencias existentes, es posible crecer desde
el intercambio y el reconocimiento en la praxis que diversos
movimientos sociales y profesionales llevan adelante. Bajo
este bloque se integrarn artculos relativos a: Experiencias
de compaeros de distintos pases / experiencias
de uruguayos en otros pases / pueblos originarios /
movimientos sociales rurales.
Agronegocio: Este espacio apunta a conocer ms al
modelo de desarrollo hegemnico en la actualidad, quines
lo protagonizan, cules son sus efectos econmicos,
sociales y ambientales. Bajo este bloque se integrarn
artculos relativos a: Modelo hegemnico de desarrollo
rural / Energa / Acceso alimenticio / Comercio / Sistema
agroalimentario / Cadenas y complejos agroindustriales.
Cronologa del conflicto agrario: Es un pequeo
bloque, que a diferencia de los anteriores, tiene carcter
descriptivo. Enumera y presenta brevemente los distintos
conflictos rurales que se van sucediendo, de alcance local
o nacional. El perodo descrito ser el plazo entre nmero
y nmero de la revista. Dichos conflictos podrn tener
diversas expresiones, por cuestiones de derecho laboral,
salariales, ambientales, de acceso a recursos, etc.
Rincn cultural Jorge Salerno: Se pretende dar un espacio
a las diversas facetas de la cultura rural, constitutivas
tambin de la historia y la vida de los sectores populares
del campo. Escogimos homenajear al eterno compaero
de la AeA Jorge Salerno, quien fue entre tantas cosas, un
artista sensible, sembrador de esperanzas, un militante de
la poesa comprometida con los pobres del campo.
A UTAA en sus 50 aos
Hay temas molestos, que
son apartados una y otra
vez con desdn, y vuelven,
profiadamente, cada da ms
desafiantes. Uno es el de la
distribucin de la tierra, donde el
monopolio de un grupo de familias sobre un tercio de la
superficie del pas se ha venido a agregar, en los ltimos aos,
el acaparamiento por extranjeros de otra tajada, generalmente
fronteriza, que ya llega al 8 por ciento del territorio y sigue
creciendo.
Respecto al tema latifundio y reforma agraria, hace tiempo que
desapareci del repertorio de los polticos. Es que a medida
que decrece la poblacin rural (), decrecen los votos del
campo y, por consecuencia, la repercusin de sus problemas
en la mayora de los polticos.
Y en lo relativo a la extranjerizacin de la tierra, cuando surge
un grito aislado, (), la respuesta de la mayora fue casi de
mofa. Nuestro campo se pobl siempre con inmigrantes, dijo
Jorge Batlle, tratando de confundir a aquellos humildes colonos
que venan de Europa con un atado al hombro a trabajar, con
los actuales capitalistas que compran campos para especular.
Ral Sendic, 16 de setiembre de 1987
La tierra: Un tema tab
7SSQ
Al compaero Mario Costa
El pasado 3 de noviembre
recibimos la triste noticia
de su muerte. Conversando
con algunos compaeros y
compaeras coincidamos
en que slo nos era posible
recordarlo vivo. Y es que Mario
contagiaba energa vital, en la
reflexin serena y en la agitada
tarea con otros. Tambin
constatbamos, una vez ms,
que en sus diversos caminos de vida cosech su ms
porfiada siembra: el cario y el amor fraterno de quienes
compartimos con l.
A Mario llegamos (o Mario lleg a nosotros) desde diferentes
mbitos y espacios, trabajo, estudio, militancia la vida.
Muchos nos cruzamos con l en el camino de la Iglesia,
otros en la Facultad de Agronoma, otros en La Huella o
en Colol, y hasta en un alegre campamento veraniego
en Santa Teresa, y todos supimos enseguida que era un
camino a transitar en colectivo. Y ese caminar lo defini
en todo momento, la bsqueda esperanzada de utopas
ms solidarias y humanas, que expresaba en el aula
proponiendo y provocando a los estudiantes, en el campo
produciendo y viviendo con los paisanos, en la iglesia con
la cual se comprometi y fue crtico, y en la familia como
carioso padre y esposo.
En Mario se combin un ser humano extraordinario,
comprometido y jugado por los dems (en especial los
ms pobres y marginados de nuestra sociedad) con
una persona corriente (esposo y padre, productor rural,
cristiano, amigo), con sus defectos y virtudes. Mario
demostraba diariamente que es posible multiplicar la
energa afectiva, sin tener que dividirla. Que se puede vivir
un compromiso social profundo, sin perder la vida familiar.
Y esto seguramente debido a que el compromiso de Mario
no era personal, sino de pareja, no era de Mario, sino de
Mario y Laila.
A esa energa afectiva que alimenta el compromiso, Mario
le agreg un conocimiento de las realidades en las cuales
se involucr, construido desde la razn y la experiencia
vivencial, promoviendo que los procesos de extensin
rural estuvieran anclados en situaciones concretas. Un
conocimiento que parta de la humildad intelectual que
lo identific como un referente del pragmatismo de la
sinceridad que describa Vaz Ferreira.
Es as que Mario, desde la praxis cotidiana, fue uno de
los principales referentes en lo relacionado a la poltica y
prctica de la extensin en el campo. En donde estuvo,
su prioridad era la comunin con los estudiantes, con los
jvenes egresados, con productores y asalariados, con
muchos de los cuales construy un fuerte lazo afectivo e
ideolgico.
Durante su vida, signada por las dos grandes instituciones
en las que transit (Universidad e Iglesia) Mario respondi
enfticamente a las dos grandes preguntas que propone
el Gnesis: Dnde estas? Un da en La Huella, otro en
Colol, otro en Comisin Nacional de Fomento Rural, otro
en Facultad de Agronoma, otro en MEVIR, otro en Casup...
Cada da en un lugar diferente, con un compromiso
impostergable. Pero a la vez, cada da pudo responder a
la segunda pregunta de la misma manera: Dnde est tu
hermano? Ac, conmigo. Los gurises de la Huella, ac,
conmigo. Los productores familiares, ac, conmigo. Los
sin techo del campo, ac, conmigo.... Cada uno de ellos
ameritan una lucha de por vida.
Las opciones de vida, lo que somos, lo que queremos ser,
se definen con nuestras respuestas a esas dos preguntas
fundamentales.
Gracias compaero Mario, por haber estado con nosotros
y por haber estado siempre.
Extracto realizada por el consejo editor de Suma Sarnaqaa
a partir de Dnde ests? Dnde est tu hermano?- Tributo
a Mario Costa. 2011. Gustavo Cabrera, Gabriel Isola, Joaqun
Marqus, Walter Oreggioni y Valentn Picasso:
http://www.extension.edu.uy/articulos/5528
8SSQ
Las teoras en torno al desarrollo incurren frecuentemente en subversin de valores. Al hecho tcnico le atribuyen un significado teleolgico y de ese modo
convierten en fin lo que slo tiene categora de medio. Dentro de la misma
confusin subordinan el hombre a las exigencias del progreso
econmico. La expresin `recursos humanos, tan
frecuente en la jerga desarrollista, es algo ms que
un modo de decir, es la designacin que responde
al concepto del hombre transformado en medio.
Como consecuencia, la formacin de ste, o sea la
educacin, se convierte en actividad derivada o
condicionada, al servicio de las necesidades del
proceso econmico.
En el dualismo desarrollo-educacin, no participamos
del criterio de la subordinacin de la segunda
al primero. La educacin es, en esencia, parte
inseparable de la condicin humana y como tal tiene
vigencia, funciones y fines que le son propios. Creemos
s, que existe coincidencia natural entre la transformacin
de la economa y los cambios que experimenta el hombre que en
el concierto de sus relaciones vive. Pero en ningn momento
consideramos lcito el extremo de poner la educacin la
formacin del hombre al servicio de programas
concretos de naturaleza econmica.
Julio Castro, La alfabetizacin en el
desarrollo econmico del Per,
Informe a la UNESCO, 1966.
E d u c a d o r e s p o p u l a r e s t c n i c o s
Mojones de un camino en construccin
Larga ha sido y seguir
siendo la lucha por la tierra,
por su uso equitativo y
racional, por la dignidad y
bienestar de la familia rural,
por un pas que produzca
cada vez ms y distribuya los
resultados de ese esfuerzo
cada da con mayor justicia.
Saludo la aparicin de SUMA
SARNAQAA como herramienta difusora de un saber que
concilie las ciencias agronmicas con las necesidades del
pueblo todo. Y con la soberana nacional.
Educador de profesin, me permito transcribir textualmente
una seleccin de algunos (solamente unos pocos)
mojones de la larga marcha del magisterio y del pas
agrario, en la que el saber agropecuario y la educacin
se desconocieron o se apoyaron mutuamente. Estn
ordenados cronolgicamente y muestran grandes saltos
adelante, estancamientos, retrocesos, inmensos e injustos
contrastes, marchas y contramarchas de un pensamiento
que, hoy ms que nunca, est lejos de haber colocado el
ltimo mojn.
Miguel Soler Roca
1815. Artigas. Reglamento Provisorio de la Provincia
Oriental para el Fomento de la Campaa y Seguridad
de sus Hacendados: Art. 6: Por ahora el seor alcalde
provincial y dems subalternos se dedicarn a fomentar
con brazos tiles la poblacin de la campaa. Para ello
revisar cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los
terrenos disponibles, y los sujetos dignos de esta gracia
con prevencin que los ms infelices sern los ms privile-
giados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de
esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrn
ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y
hombra de bien propenden a su felicidad y a la de la pro-
vincia. Art. 7: Sern tambin agraciadas las viudas pobres
si tuvieren hijos. Sern igualmente preferidos los casados
a los americanos solteros, y estos a cualquier extranjero.
1874. Jos Pedro Varela, La Educacin del Pueblo:
Hay que aplicar a nuestra agricultura todos los adelantos
de la industria moderna: mquinas de arar, de sembrar,
de segar, de emparvar, de aventar; mquinas en vez de
hombres; hay que conocer y buscar la buena semilla; que
conocer y buscar la tierra buena, que abonar la que es po-
bre, que fatigar algo la que es demasiado rica, que plantar
en cada tierra la semilla que convenga, aqu trigo, all maz,
ms all rboles, ms ac legumbres; en una palabra, hay
que conocer aquellas de las ciencias naturales cuya apli-
cacin es diariamente reclamada por el trabajo del agricul-
tor inteligente.
1877. Decreto Ley de Educacin Comn (Reforma Va-
reliana): Artculo 17. Estas materias se distribuirn en el
respectivo programa de las escuelas de primero, segundo
y tercer grado, () debiendo hallarse incluidas en el pro-
grama de todas las escuelas de campaa, cualquiera que
sea su grado, las nociones de agricultura.
1917. Programa para las Escuelas Primarias Rurales:
Agricultura: El objeto de este programa al introducir en l
la prctica de industrias afines, es despertar el inters del
10SSQ
chacras necesarias de la extensin y tipo que corresponda
a la zona rural de que se trate. Esas cuarenta escuelas
granjas estarn encargadas, si salimos triunfantes de la ex-
periencia, de acreditar la utilidad prctica del conocimiento
agrario.
1944. Resoluciones del Congreso Nacional de Maes-
tros sobre Escuela Rural (primera etapa). Montevideo:
El Congreso, en momentos en que lucha por la reforma y
racionalizacin de la Escuela Rural, declara ante la opinin
pblica que la accin de la escuela no adquirir su verda-
dera significacin ni alcanzar las proyecciones ambicio-
nadas por los maestros, mientras no se realice la Reforma
Agraria que transforme nuestro actual rgimen econmico.
En la actualidad esta organizacin, basada esencialmente
en los privilegios del gran latifundio, contrarresta la influen-
cia benfica y progresista de la Escuela Rural, siendo en
el fondo el verdadero obstculo a la consecucin de sus
fines.
1945. Resoluciones del Congreso Nacional de Maes-
tros sobre Escuela Rural (segunda etapa). Montevideo:
Manteniendo los fines esenciales, universales de la edu-
cacin, la Escuela Rural debe realizar una enseanza es-
pecficamente activa. El jardn, la huerta, la chacra son, con
el apiario, el taller, el parque de juego, etc., material vivo
e indispensable con que debe contar toda Escuela Rural
para el ejercicio pleno de la educacin. En su organizacin,
debe considerarse las caractersticas sociales, econmi-
cas y culturales de las distintas zonas del pas.
1945. Julio Castro, Semanario MARCHA, artculos so-
bre la misin socio pedaggica a Caraguat: Aqu vivi-
mos en un mundo de merengue; batimos y rebatimos claras
de huevo y azcar. Cuando hemos llegado a soluciones,
ellas son espuma. Y como espuma que son, sirven slo de
adorno, o se pierden en la nada. Con los rancheros, con la
reforma agraria, con los desalojos rurales, con los crditos
agrcolas ha pasado y pasar lo mismo. Todava estamos
campesino por todo lo que pueda serle til y presentar ante
sus ojos la realizacin feliz de lo que l crea imposible. Es
hacerlo capaz de amar su propia tierra, de hacerla produc-
tiva, de ensearle a explotar el capital propio. La ensean-
za escolar de la Agricultura y de la Economa Domstica
prcticas es absolutamente necesaria, es obra patritica y
humanitaria, y todos los maestros deben sentirlo as. Sera
preciso que cada escuela fuera una pequea granja mo-
delo que sirviera de ejemplo y estmulo, que hiciera surgir
a su influjo grandes granjas que la rodearan, que hiciera
del distrito antes impasible y desidioso un medio activo y
emprendedor: el que mejor lo consiga, ese ser el mejor
maestro.
1944. Concentracin de Maestros Rurales en Tacua-
remb. Declaraciones y conclusiones: Es aspiracin de
los maestros lograr la democracia poltica y econmica,
a cuyo fin es preciso determinar que la tierra debe per-
tenecer a quien la trabaja y la hace producir, debiendo el
Estado defender econmicamente al pequeo productor,
a quien debe ilustrarse tcnicamente para el logro de una
mayor eficiencia. Como una solucin inmediata de este
problema, aspiramos a la rpida sancin de la Ley de Re-
forma Agraria.
1944. Maestro Agustn Ferreiro, Acerca de las Escuelas
Granjas: La desercin escolar est actualmente en rela-
cin directa con la eficacia docente y social del estableci-
miento de que se trate. Si ahora es as, tenemos derecho
a pensar que en las escuelas granjas habr pocos deser-
tores y que, al contrario, aseguraremos la permanencia de
los alumnos, especialmente de las alumnas, en un alto por
ciento, hasta la edad de dieciocho aos. Pensamos dentro
de nuestros sueos que estas escuelas podran tener otros
desarrollos. Por ejemplo, podran desde ya conectarse con
algn pensamiento sobre poltica agraria y hacer que las
instituciones de crdito agrcola y colonizacin, que ya
existen, den a los alumnos que hagan los cursos de en-
seanza y tengan vocacin por las tareas de la tierra, las
11SSQ
en la etapa de la psitacosis: hablamos de un problema y lo
damos por resuelto. Pero en los hechos, en lo concreto,
NO HACEMOS NADA. El mrito de la misin pedaggica
est en su condicin de cosa prctica. Los muchachos no
discutieron, ni escribieron: fueron a trabajar y a ver. Los
resultados, pocos o muchos, buenos o malos, fueron fruto
de una experiencia vivida. Para lograrlos pasaron fro, ca-
minaron leguas, supieron lo que era la mugre en su propia
piel. Y esto es lo que tiene valor.
1945. Conclusiones del Primer Congreso Nacional de
Colonizacin. Paysand: El Primer Congreso Nacional
de Colonizacin aspira a: Que debiendo tener toda poltica
de colonizacin como finalidad principal la defensa de los
valores humanos, se apoye la accin que realiza la Escue-
la Pblica, que debe preparar al alumno para permitir su
ingreso a la Enseanza Secundaria, Industrial o Agraria,
crendose la Escuela simultneamente con la fundacin
de toda Colonia y dotndola del rea tcnicamente nece-
saria y de los medios para realizar su misin. Que es de
imperiosa necesidad ofrecer al adolescente campesino en
cursos post escolares las oportunidades para ampliar su
cultura, para realizar su capacitacin respetando sus apti-
tudes y para solucionar su
problema econmico. Que
siendo de fundamental im-
portancia elevar la moral
familiar y social por medio
de la cultura de la mujer, se
creen en todas las colonias
escuelas del hogar agrario,
que amplen su accin con
jornadas culturales, reali-
zadas en el hogar del co-
lono. Que para despertar
en las colonias un espritu
de alegra y de fervor en el
trabajo, funcione dentro del
Instituto de Colonizacin a
crearse un departamento de accin social y cultural que,
por distintos medios, ofrezca al colono sanos esparcimien-
tos, realizando una accin cultural que favorezca la soli-
daridad humana, coordinando para tal fin la accin de los
organismos culturales afines.
1946. Primera Convencin de la Federacin Uruguaya
del Magisterio, Reforma Agraria. Montevideo: El lati-
fundio constituye la base econmica sobre la que se asien-
ta la actual organizacin nacional. Por ello, al determinar
condiciones econmico sociales semifeudales, de esclavi-
zacin del hombre, que sealan un enorme estancamiento
de la nacin, el latifundio resulta el mximo oponente del
progreso y bienestar colectivo. () El maestro debe unirse
a los campesinos del radio a fin de que, en la accin y la
palabra, el hombre del campo vea en l un verdadero alia-
do de la lucha que sostiene desde hace tantos aos, sin
haber logrado cristalizar an sus mnimas aspiraciones.
1948: Ley 11.029, creacin del Instituto Nacional de
Colonizacin: Art. 1.- A los efectos de esta ley, por co-
lonizacin se entiende el conjunto de medidas a adoptarse
de acuerdo con ella para promover una racional subdivi-
12SSQ
para su explotacin directa. () Art. 89.- Sin perjuicio de
poderlo hacer directamente, el Instituto de Colonizacin
colaborar con los Ministerios y organismos competentes
en la implantacin dentro de las colonias o zonas adya-
centes, de escuelas o cursos destinados a la enseanza
agraria, general o especializada, y en la preparacin de los
colonos o sus hijos para los trabajos y oficios necesarios
para el desarrollo normal de las actividades. Con los mis-
mos fines podr gestionar de la Universidad del Trabajo,
y aun conceder becas para estudiar en las Escuelas In-
dustriales de especializacin, debiendo, asimismo, facilitar
a los hijos de los colonos las oportunidades de ampliar
su cultura respetando su vocacin y aptitudes. El Instituto
podr tambin establecer un sistema de becas y bolsas
de viaje para el perfeccionamiento de los colonos y de los
funcionarios tcnicos y administrativos en los centros de
enseanza y de trabajo del extranjero.
1949. Palabras de Don Antonio Rubio, Presidente del
Instituto Nacional de Colonizacin, segn el Informe del
Congreso de Maestros Rurales de Piripolis: El Sr. Ru-
bio () indic que los maestros rurales podran aportar un
invalorable servicio denunciando todos aquellos campos
que, por la forma en que son explotados, por ausentismo
de sus propietarios, por otras causas detalladas en la ley
y que el Sr. Rubio enumer, son pasibles de inmediata
expropiacin. () Enfocando diversos aspectos de la ley,
el Sr. Rubio mencion el artculo 138 de la misma que es-
tablece la designacin por el Ejecutivo de una Comisin
encargada de realizar un plan para la coordinacin y ajuste
de los servicios de enseanza agraria oficiales, lamentan-
do que muy a pesar suyo, no se hubiese integrado con
un maestro. Explic que en este asunto prim el criterio
tcnico () y no tuvo xito su proposicin.
1949. Palabras del Maestro Abner Prada segn el In-
forme del Congreso de Maestros Rurales de Piripolis:
El Sr. Abner Prada manifest su profunda desilusin al en-
sin de la tierra y su adecuada explotacin, procurando
el aumento y mejora de la produccin agropecuaria y la
radicacin y bienestar del trabajador rural.() Art. 48.- Al
proyectarse las colonias se prevern los espacios necesa-
rios para la instalacin de los servicios de inters colectivo:
escuelas, cooperativas, plantas industriales, local para es-
pectculos pblicos y reuniones, plazas de deportes, ofi-
cinas pblicas, servicios sanitarios, viveros, silos, servicios
de reproductores, parque forestal, etc. Art. 49.- Cuando
las colonias no contaren con escuelas de enseanza pri-
maria en un radio conveniente, el Instituto gestionar del
Consejo de Enseanza Primaria y Normal la construccin
y habilitacin de las que se reputaren necesarias. () Asi-
mismo, el Instituto prestar su atencin a la cultura de la
mujer y a su preparacin para el hogar; a la fundacin de
clubes de nios y jvenes, bibliotecas, etc., procurando
ofrecer a los colonos medios de superacin espiritual y
sanos esparcimientos. () Art. 67.- () Los ingenieros
agrnomos, veterinarios, capataces rurales y los alumnos
de las escuelas agrarias que hubieran terminado sus cur-
sos con buena calificacin, podrn adquirir hasta dos lotes
13SSQ
terarse del desconocimiento que de la obra de la Escuela
Rural representa la no inclusin de un representante del
magisterio rural en la Comisin Asesora sobre problemas
educacionales. Se refiri al aporte de los maestros en la
lucha pro reforma agraria. Indic las estrechas vinculacio-
nes entre el Instituto Nacional de Colonizacin y la Escue-
la Rural. Recalc que numerosas escuelas rurales son el
centro de todas las actividades sociales y culturales de
la zona, tales como Sociedades de Fomento Rural, clu-
bes de criadores, cooperativas, etc. Record el aporte en
las cruzadas sanitarias, censos, campaas culturales, etc.
Mencion lo realizado por las Escuelas Granjas con sus
cursos post-escolares, del hogar agrario y de capacitacin
agronmica. Finalmente, manifest que a su juicio la herra-
mienta ms eficaz, de uso ms inmediato, quiz la nica
con que contar por muchos aos el Instituto Nacional de
Colonizacin para realizar sus planes de ndole cultural y
social, es la Escuela Rural.
1949. Programa para escuelas rurales; fines sociales:
La Escuela intervendr activamente en la vida que la ro-
dea. Para ello debe: () c) Crear entre el vecindario la idea
de que la Escuela es del Pueblo, PORQUE ES LA CASA DE
LOS HIJOS DEL PUEBLO. () h) Jerarquizar la vida rural a
fin de evitar la huida del hombre del campo y su emigra-
cin a las ciudades, contribuyendo a crear modos de vida
que resuelvan sus necesidades sin que se sienta impulsa-
do a abandonar su medio. () Actividades agronmicas:
Los trabajos correspondientes a este programa pueden
convertirse, si se sabe orientar la labor, en el motivo central
de la actividad escolar. Las actividades de huerta y taller no
solo permiten la adquisicin de tcnicas que se proyecta-
rn luego a la vida post-escolar; ms importante que esto
es el campo que abren al conocimiento de la naturaleza
y sus fenmenos. En los trabajos de cultivo y cra el nio
tiene seres vivos, animales y vegetales, al alcance de su
mano. Los cultiva, los cuida, los comprende. Aprende a
amarlos y a desentraar su significado. Los estudia; llega
a conocerlos profundamente. Inclusive se autodisciplina
en el tratamiento con ellos. En el taller se ennoblece con
el trabajo manual; disciplina sus movimientos, aprende a
manejar sus manos, domina herramientas. Hace trabajos
tiles y se reconoce a s mismo como un creador.
1960. XVI Convencin de la Federacin Uruguaya del
Magisterio. Escuela rural y analfabetismo: Un medio rural
con estas caractersticas generales de pobreza no poda
generar otro tipo de escuela que la que resulta comn en
nuestros campos, esto es, aquella en que se une la po-
breza del edificio, la precariedad de los recursos pedag-
gicos y la transitoriedad del maestro. En tales condiciones
la escuela, por la estrechez de su campo de accin, est
expuesta, junto con la comunidad, a un proceso de involu-
cin que la va llevando a la inefectividad de su trabajo. ()
La Escuela Rural no puede seguir en su posicin de sim-
ple alfabetizadora, sino que debe tomar conciencia de las
responsabilidades que le corresponden en presente como
nica institucin educativa del Estado en la casi totalidad
de estos medios rurales, y por ende, el compromiso de
influir en el mejoramiento del medio en que acta, propi-
ciando una correcta conexin con los dems organismos
pblicos que tienen que ver con el bienestar de las zonas
rurales.
1961. Maestro Miguel Soler, Nota de renuncia a la Di-
reccin del Ncleo Escolar de La Mina presentada al
Consejo de Enseanza Primaria: () Los maestros de
muchas zonas campesinas hemos visto a nios de vientre
hinchado por la malnutricin, afiebrados sobre cojinillos,
separados del mdico por muchas leguas de mal cami-
no. Hemos visto a las madres envejecidas prematuramen-
te, con el rostro endurecido por la ansiedad, privadas de
sociabilidad y esperanza. Hemos visto a muchos jvenes
valiosos huir del trabajo escaso y mal pagado para refugiar
su hambre de seguridad en los cuarteles. Hemos visto a
hombres maduros, perdida ya la ilusin de la lucha creado-
ra, levantando como parias ranchos cada vez ms pobres,
para terminar en la triste condicin de pensionistas o de
14SSQ
s/f. Maestro Henry Ruiz, Reflexiones en torno a las fun-
ciones de la escuela en el campo: Los planteamientos
que hagamos sobre educacin rural deben significar un
salto cualitativo, ubicando a la educacin en un contexto
de transformacin del medio rural como proceso perma-
nente del individuo y del grupo. Encarar su desarrollo con la
participacin del pueblo, dndole a participacin el verda-
dero sentido de ejercicio del poder. Ello significa re-crear
procesos de vivencia y ejercicio democrtico, nica forma
de que nuestro pueblo desarrolle sus potencialidades, la
confianza en el poder del grupo, cerrando toda posibilidad
a las soluciones mesinicas y no tolerando paternalismos
paralizantes.
2005. 2 Encuentro de Maestros Rurales. Montevideo:
Se discute acerca del rol que debe cumplir la escuela
rural en el desarrollo econmico y social del pas, ya que
somos el nico nexo con las comunidades estancadas,
aisladas y excluidas, que no tienen forma de avanzar sin
que se las organice. El maestro rural debe promover la
agrupacin de la comunidad y tender a su desarrollo y para
habitantes de un suburbio a donde nunca hubieran ido a
parar con los suyos si la buena tierra les hubiera ofrecido
pan y esperanza. () Durante aos gritamos, luego discu-
timos, hoy sencillamente trabajamos. Y todo el que ha que-
rido tener ojos y odos sabe que la escuela rural se ha afir-
mado, ao tras ao, en esta conviccin: o se inicia donde
haga falta una accin educativa recuperadora, o nuestras
gentes humildes del campo seguirn deslizndose hacia
una definitiva frustracin. Este es asunto de clara compe-
tencia del Consejo Nacional de Enseanza Primaria y Nor-
mal, porque sin perjuicio de reconocer en qu gran medida
es tambin un problema que atae a todos los rganos
del gobierno y a todos los ciudadanos de la Repblica, sin
duda la educacin debe cumplir en tales casos su funcin
primaria y transmitir al hombre las conquistas del hombre,
entre las que estn tanto aquellas que se refieren a la
vida material como las que tocan a la espiritualidad. Los
maestros del campo reclamamos un puesto de trabajo en
el esfuerzo nacional por liberar del miedo y la incertidumbre
a buena parte de la poblacin rural y no daremos un paso
atrs en nuestra ya vieja resolucin de hacer de nuestras
escuelas centros de vida y esperanza.
15SSQ
esto es necesario una formacin social y ciudadana. Debe
ser un agente promotor de cambios, lo que redunda en la
jerarquizacin de su tarea (). Somos conscientes de que
la escuela sola no puede provocar el cambio social y pro-
ductivo, por lo que solicitamos que no se pida a la escuela
ms de lo que la escuela puede y debe dar; entendemos
que su accin solo es posible en el marco de un modelo
poltico econmico, que impulse la reactivacin productiva
y el desarrollo de la sociedad rural.
2008. Seminario Internacional Formacin de Formado-
res para el Desarrollo Rural. Montevideo-Tacuaremb.
Acta de Proceso y Compromiso: () Cmo hacer de los
centros educativos y de la formacin de profesores y otros
agentes sociales, nacionales y locales, un espacio clave
del desarrollo de las comunidades? () Quienes hemos
participado en este Seminario Internacional convenimos
y nos comprometemos a impulsar los siguientes puntos:
1.- Que los productos de este Seminario Internacional con-
tribuyan a situar la formacin de formadores para el desa-
rrollo rural en la agenda de las instituciones organizadoras
y en la de todos los participantes del evento, promoviendo
una nueva etapa de reflexin individual y colectiva sobre el
valor y sentido de lo que hacemos, comprometindonos
para continuar trabajando en profundidad para producir
propuestas alternativas que verdaderamente conduzcan
a estrategias de desarrollo sustentable y que mejoren las
condiciones de vida con y para la poblacin rural. () 4.-
Reivindicamos la necesidad del sinceramiento y humildad
institucional, profesional y personal al pretender desarrollar
procesos de cambio que valoren, respeten y promuevan
el desarrollo libre de las comunidades de nuestros pases,
conscientes de que solo sern verdaderos si ocurren pri-
mero en cada uno de nosotros.
2011. Gabriel Oyhantabal e Ignacio Narbondo, Ra-
diografa del Agronegocio Sojero: La sojizacin le ha
dado un nuevo nfasis a la extranjerizacin de la tierra. Si
bien histricamente este fenmeno no super el 10% del
territorio y sola involucrar principalmente a extranjeros re-
sidentes en el pas, en los ltimos aos se han registrado
cambios importantes de la mano del avance de los agro-
negocios en diferentes ramas de la actividad agropecuaria
(forestacin, soja, ganadera, arroz). Informacin reciente
(DIEA, 2008) indica que entre 2000 y 2007, 1,7 millones de
hectreas pasaron a manos de sociedades annimas, por
regla general extranjeras, y que esa misma superficie dej
de estar en manos de uruguayos. En la actualidad se es-
tima que ms del 25% del territorio est extranjerizado. En
paralelo al avance de produccin de soja, la concentracin
y extranjerizacin de la tierra han confluido, lo que ha gene-
rado un escenario en el que la distribucin de los recursos,
principalmente la tierra y la riqueza que se obtiene de ella,
es extremadamente desigual en la agricultura.
2011. Segundo Seminario Internacional: Formacin de
Formadores para el Desarrollo Rural. Montevideo. Sn-
tesis del taller La visin de las organizaciones: () Es
indispensable pensar en una dimensin tico-poltica en la
formacin, no considerando el rol de los formadores como
un papel cercano a la neutralidad. La experiencia de los
movimientos sociales campesinos latinoamericanos nos
muestra caminos relacionados con una educacin com-
prometida con los objetivos de estos sujetos colectivos
del medio rural. El taller constata, con satisfaccin, que
algunos estratos y modalidades de la educacin formal ofi-
cial experimentan actualmente en este mbito un proce-
so de revisin conceptual, en procura de que docentes y
tcnicos tengan una mayor familiaridad con la realidad del
medio rural y dominen los aspectos tericos, prcticos y
ticos del trabajo de promocin de la organizacin comu-
nitaria para la socializacin del conocimiento, el ejercicio
de los derechos humanos y ciudadanos y la participacin
protagnica de la poblacin en la necesaria transformacin
social.
16SSQ
El campo pedaggico
Maestro Limber Elbio Santos
Director del Departamento de Educacin para el
Medio Rural, Consejo de Educacin Inicial y Primaria,
Administracin Nacional de Educacin Pblica.
Docente e Investigador del Departamento de Historia y
Filosofa de la Educacin, Instituto de Educacin,
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin,
Universidad de la Repblica.
Cuando analizamos el rol de la escuela rural en la sociedad
actual hacemos referencia inevitablemente a los elementos
que conformaron una escena fundante de construccin
pedaggica. El medio rural de la dcada de 1930 dio lugar
a un pensamiento, a una generacin y a una produccin
intelectual de maestros que en ese momento estaban
trabajando en el medio y que, como producto de ese
proceso, construyeron una pedagoga rural. Una escena
fundante en la que la visualizacin del rol de la escuela
rural estuvo, en principio, muy de la mano de lo que
constitua el estrecho vnculo que la escuela rural tena
con las comunidades, con las familias, con el entorno y
con la sociedad rural en la cual estaba inserta. Sin duda
que aquella sociedad rural gener el pensamiento de los
maestros de la dcada de 1940 y que luego claramente
se visualiza en algunos productos de aquel proceso como
son los fundamentos, conceptos y fines que estuvieron
presentes en la estructura curricular que se construy
y que estuvo vigente en la educacin primaria rural en
trminos formales hasta 2008. All hay conceptos que han
sobrevivido hasta la actualidad porque son bastante ms
profundos que el marco curricular en el cual se incluyeron.
En esa escena fundante la escuela rural estaba ubicada
en un contexto caracterizado, sobre todo, por la presencia
de los rancheros rurales, de los cuales daba cuenta Julio
Castro. All la escuela era la nica institucin pblica, la
nica presencia del Estado, ubicada en el marco de esa
conformacin social con tantos problemas e identificada
en ese momento con tantas realidades a lo largo y
ancho del pas. Lo que se comienza a estructurar como
pensamiento en torno al rol de la escuela rural es un
discurso que a partir de la dcada de 1930 se comienza
a desarrollar en forma de denuncia. Denuncia de parte de
los maestros acerca de las condiciones de las escuelas
rurales ubicadas en ese contexto. De ah aquella expresin
del maestro Pedro Ferrari en 1933, que se refera a la
casucha destartalada que haca las veces de escuela y
que casi no se diferenciaba del medio que la rodeaba. Era
la denuncia de las condiciones reales y concretas de vida
que los uruguayos sufran dentro de los rancheros rurales.
De algn modo, el magisterio rural tuvo un papel muy
importante, en tanto puso sobre la mesa la discusin
acerca de ese Uruguay que desde Montevideo sobre
todo en el Uruguay de la dcada de 1940, de la posguerra
y aletargado por la bonanza econmica de ese perodono
se vea o no se quera ver. Julio Castro fue claro al regresar
de la misin sociopedaggica de 1945 a Caraguat al
denunciar con crudeza lo que era un ranchero rural desde
adentro y cmo era ese Uruguay donde no solo vivan los
habitantes de Caraguat, sino 130.000 uruguayos ms
en varios departamentos del interior. La denuncia de los
maestros y de los estudiantes magisteriales en 1945 en las
contratapas del semanario Marcha entre julio y agosto de
17SSQ
ese ao, durante la misin y a su regreso de Caraguat,
tuvo un fuerte impacto. Vino a acelerar un proceso que
ya se haba iniciado por parte del magisterio en 1933,
poniendo sobre la mesa el tema de lo rural y el papel
que deba cumplir la escuela en ese entorno. Eso supuso
abrir una discusin que dentro del magisterio ya se vena
dando y tena un proceso de casi 15 aos de trabajo, de
procesamiento, de instancias de discusin y de produccin
intelectual que circulaba entre los maestros a travs de
los rganos de difusin, gran parte de ellos oficiales. El
hecho de ubicar el tema en la prensa, ubicarlo en el debate
pblico y en la opinin pblica, presion sobre los poderes
polticos para que se tomaran algunas decisiones acerca
de ese Uruguay. La generacin del producto pedaggico
de ese proceso fueron los fundamentos, concepto y
fines de la escuela rural en el Programa de 1949. Una
estructura curricular pensada especficamente para las
escuelas rurales, que si bien tena una especificidad
curricular desde 1917, en 1949 viene a contemplar la
especificidad para tomar lo mejor de s y aprovechar el
potencial existente en la escuela y en el medio rural, para
que eso jugara a favor y no se considerara como un mal
necesario o como una situacin carente para la cual se
ofreca una educacin de menor calidad. A partir de 1949
se llega a un consenso con respecto al lugar que deba
tener la escuela en relacin a las comunidades rurales, con
efectos concretos entre los propios maestros organizados
y las autoridades de la educacin del momento. Esto no
fue casual, fue producto de esa presin que los propios
maestros ejercieron sobre el poder poltico para que se
tomaran decisiones acerca de la situacin del medio rural
y la situacin de la escuela en ese medio.
Todo lo que se genera despus, en la dcada de 1950,
se corresponde con ese pensamiento. Hubo una etapa,
corta en el largo perodo de la historia de la educacin
pblica uruguaya, pero muy potente, simblicamente muy
importante, cuyos efectos se sienten todava hoy como
herencia de esas acciones. Fueron acciones que se
correspondieron con el pensamiento de la impronta social
muy fuerte de la escuela rural, el pensamiento de construir
una pedagoga que tuviera elementos de lo educativo pero
tambin de lo social, al mismo nivel. Pensamiento que deriv
en el concepto de escuela productiva como la escuela que
generara productos educativa y socialmente tiles, que
para el magisterio rural est muy naturalizado pero que, sin
embargo, era un concepto muy potente a fines de la dcada
de 1940, cuando se equiparaba la funcin educativa y la
funcin social en torno a los productos que la escuela rural
pudiese generar. La cuestin del rol en relacin a lo social
de la escuela rural era un componente muy fuerte de esa
pedagoga y, de algn modo, constitua la identidad propia
y caracterstica de ese proceso de discusin.
All haba una tensin. La atribucin del rol vinculado con lo
social a la escuela rural, basado en su especificidad social,
en tanto nica institucin fsicamente presente en la mayor
parte de las comunidades rurales, determinaba un rol que
estaba en ese Programa de 1949 bajo la forma de fines
sociales. Fines sociales que eran revolucionarios: atribuir
a la escuela el fin social de ser el centro de la comunidad,
ser la casa del pueblo porque es al casa de los hijos del
pueblo, en palabras de Julio Castro; constituirse en el
lugar de confluencia de las acciones para el mejoramiento
de la sociedad rural. Un objetivo extremadamente
ambicioso que, sin embargo, luego se llev a la prctica
en experiencias como las del maestro Soler en La Mina,
donde precisamente el gran objetivo era ayudar a vivir
mejor. Ubicar ese objetivo como parte de lo que deba
hacer la escuela era algo ambicioso. Y all estaba instalada
una tensin que no era nueva, que ya se haba iniciado en
1933 en el pensamiento de los maestros y que tena que
ver con el rol que deba ocupar la escuela en la sociedad
rural. La tensin estaba ubicada en cmo la escuela como
institucin educativa poda contribuir al cumplimiento de
fines tan ambiciosos como ayudar a vivir mejor y ayudar a
transformar la sociedad rural. Los maestros rurales fueron
muy claros en ese momento y lo han sido a lo largo de
18SSQ
toda la historia. No as las polticas educativas que han
tenido distintas etapas: a aquella etapa de coincidencia en
1949 luego le sobrevinieron otras etapas de discrepancia y
hasta de contraposicin con el pensamiento del magisterio
respecto a este punto.
Vincular tan fuertemente a la escuela con el cumplimiento
de fines sociales estaba en 1933 ya ubicado en el justo
lugar por parte de los maestros cuando rechazaban la idea
de que la escuela por s sola poda transformar la sociedad
rural. Ese ao los maestros fueron convocados para discutir
una problemtica que ya preocupaba: la emigracin del
campo a la ciudad. Se conform una comisin de trabajo
para discutir qu puede hacer la escuela para evitar la
despoblacin del campo. La respuesta de los maestros
pas por la posibilidad de contribuir a los procesos de
cambio, pero sin dejar a la escuela en solitario para que
resolvira un problema de ndole estructural y multicausal
en el que deben intervenir otras esferas del Estado y
de lo pblico para que, en conjunto con la escuela,
puedan actuar en esa problemtica. Y el emblema que
simblicamente surge de 1933 es la escuela sola no
puede. Esa misma idea es la que est presente en el final
de ese proceso en 1949 y que da lugar a una nueva etapa
en la dcada de 1950. En el Programa de 1949 ese rol
atribuido a la escuela desde lo social va de la mano de la
explicitacin de los lmites de la educacin. Las referencias
al potencial de lo educativo, el enfoque vareliano del poder
de la educacin, aparecen junto a referencias acerca de
los lmites de la educacin. En este sentido, Julio Castro
es claro: creer que una reforma educativa como la que se
estaba queriendo procesar en el medio rural va a cambiar
la sociedad y su estructura es antinatural y antihistrico.
La educacin est condicionada por otros hechos que
la determinan, de orden poltico y econmico y, por lo
tanto, puede y debe contribuir, pero en conjunto con otras
instituciones.
Eso es lo que se plasma en el Ncleo Escolar Experimental
de La Mina, que es el ejemplo prctico que ms se
identifica con el planteamiento terico de 1949. Ayudar a
vivir mejor es el gran objetivo. Sin embargo, ese objetivo
no se puede lograr si la escuela no acta en conjunto con
otras instituciones y es claro que la experiencia implicaba
la intervencin de distintas instituciones, actuando en lo
que a cada una le corresponda, teniendo a la escuela rural
como punto de confluencia. All estaba la resolucin de esa
tensin, que no desaparece, pero que se resolva negando
la idea de que la escuela se deba encargar de todo y
que el maestro deba hacerlo todo. La escuela es una
institucin educativa, y en ella y en la figura del maestro
confluye un esfuerzo interinstitucional.
Sin duda que aquel marco en el que se ubica ese rol
particular de la escuela rural con respecto a lo social tena
dos conceptos fuertes en esa pedagoga. Uno de ello
era el concepto de medio. Un concepto simple pero muy
potente. Est presente en esa pedagoga como el medio
enseante, el medio con el cual la institucin educativa
interacta de dos maneras: extrayendo de ese medio lo
que el ste tiene para incorporarlo a la propuesta de la
escuela, pero en una tensin que implica tambin que la
escuela cumpla un papel especfico para compensar los
dficits que ese medio posee. De algn modo, tener en
cuenta los elementos del medio como punto de partida
implicaba tambin trascenderlos y ofrecer aquello que el
medio no poda ofrecer, en una relacin de dilogo de igual
a igual. Ese concepto de medio, muy diluido en las ltimas
dcadas, ha sido asimilado a otros conceptos como el
de contexto, de connotaciones absolutamente distintas,
siempre vinculado a un contexto crtico no enseante y
del cual hay que defenderse, distancindose bastante de
aquella vieja concepcin.
El segundo concepto, el de escuela productiva1, implicaba
1 En el texto del Programa para Escuelas Rurales que los maestros rurales
elaboraron en 1949 se planteaba el concepto de Escuela Productiva en
estos trminos: La Escuela no ser productiva si la produccin se entiende
como exclusiva creacin de bienes econmicos. Ser productiva, en cam-
19SSQ
que los dos grandes requisitos para los productos de
la escuela, ubicados de igual a igual, el estrictamente
educativo y el social, estuviesen presentes como signo de
la labor cotidiana de la escuela.
El maestro Miguel Soler, en el Primer Coloquio de
Educacin Rural en Montevideo (2009)2, observaba cmo
la diversidad enorme de experiencias actuales que se
expusieron por parte del equipo del Departamento de
Educacin para el Medio Rural, representativas de
todos los departamentos del pas sencillas pero muy
potentes, emanadas de la vida cotidiana de las escuelas
rurales actuales, refieren a acciones que ya se hicieron
antes. Acciones que, con la excepcin del Plan Ceibal,
en algn momento en el pas tuvieron lugar, se dejaron
de hacer y l vea con beneplcito cmo ahora se estaba
retomando ese camino. Y haba varios ejemplos de eso en
las experiencias que se compartieron en el Coloquio. El
magisterio rural nunca abandon la matriz pedaggica que
gener aquel movimiento. Se han registrado etapas muy
duras, en dictadura pero tambin en democracia, durante
las cuales los maestros rurales han resistido por distintos
mecanismos. En la dcada de 1960, con la creacin del
Instituto Cooperativo de Educacin Rural (ICER), para
seguir reivindicando por parte de los propios protagonistas
de aquel movimiento de la dcada de 1950 lo que
constitua aquella pedagoga. En tiempos ms recientes,
en la dcada de 1990, creando instancias propias de
definicin de la posicin poltica, tcnica y pedaggica
del magisterio rural, explicitada a travs del Congreso de
Maestros Rurales de 2005 y los Encuentros de Maestros
bio, si la produccin se entiende como trabajo educativa y socialmente til,
que pueda crear beneficios materiales para los alumnos.
2 En diciembre de 2009 se realiz en Montevideo el Primer Coloquio de
Educacin Rural, organizado por el Departamento de Educacin para el Me-
dio Rural del Consejo de Educacin Inicial y Primaria, que luego tuviera una
segunda edicin en Cruz de los Caminos, en diciembre de 2010. Se trat
de instancias de difusin de experiencias educativas en escuelas rurales de
todo el pas, en lo tcnico docente, lo socio comunitario y la coordinacin
interinstitucional.
Rurales de las Asambleas Tcnico Docentes de 2003 y
2005. En esas expresiones nunca se abandon la matriz
pedaggica de aquellos aos, actualizndola a la luz de la
realidad actual.
Ese es el desafo. El desafo pasa por seguir comprometidos
con una matriz en la que los maestros se siguen sintiendo
representados, pero utilizndola como categora de
anlisis para leer la realidad de hoy, bien distinta a la
realidad de 1949. Una realidad para la cual aquellas
categoras conceptuales siguen siendo tiles. Durante el
referido Coloquio y en las mltiples instancias de formacin
y reflexin sobre las prcticas, los maestros uruguayos
siguen sosteniendo que aquellas categoras ayudan a
identificar los problemas que hoy se presentan, as como
el potencial que hoy se manifiesta en el medio y la escuela
rural.
Se ha producido, sin embargo, un proceso de decantacin
en el que finalmente, por la va de los hechos, se ha
materializado aquella cuestin de la escuela sola no
puede, aquella cuestin de la escuela actuando en
conjunto con otras instituciones. En las experiencias
compartidas en los coloquios, en todos los casos, siempre
se dio cuenta de una enorme cantidad de instituciones que,
trabajando en conjunto con la escuela, han hecho posible
esas experiencias. Ninguna experiencia se desarrolla con
la escuela trabajando en solitario, desconectada de otras
instituciones que, aunque no estn fsicamente, lo estn
de todos modos. Es claro cmo las redes institucionales,
de las cuales tanto se habla pero a veces tan difcil es
concretarlas en la prctica, operan detrs de esas
experiencias. La escuela, al igual que en aquel concepto
de 1949, al igual que lo que se llev a la prctica en La Mina,
era y es el centro de confluencia, el centro que coordina
ese esfuerzo interinstitucional, el centro de referencia. All
s la escuela tiene el deber de incidir sobre la comunidad.
En los coloquios se not cmo lo social incidi en todas las
20SSQ
experiencias, aun en aquellas excesivamente tcnicas o en
las estrictamente didcticas.
La ruralidad de hoy es algo que se ha complejizado.
Entender qu es lo rural hoy no es tan sencillo porque, sin
duda, no hay una ruralidad sino mltiples ruralidades. No
hay una escuela rural, hay mltiples escuelas rurales. Ya
en 1944, Julio Castro en La Escuela rural en el Uruguay
sealaba las diferencias que existan entre el medio rural
ganadero del norte y el medio rural agrcola del sur, y
cmo la idiosincrasia y la lgica de las escuelas rurales
enclavadas en uno y otro medio eran bien diferentes. Ya
en ese momento no se hablaba de una sola ruralidad. Hoy
que se ha complejizado el medio rural, se hace ms difcil
caracterizarlo, pero tambin se hace ms difcil identificar
al medio rural como separado del medio urbano. Las
fronteras, los lmites, se desdibujan. Hoy en
da se producen procesos de ruralizacin de
los medios urbanos y de urbanizacin de los
medios rurales. Hay fenmenos, producto de los
procesos demogrficos, productivos y culturales,
que tienen como efecto, trabajadores rurales
que no viven en el medio rural y se desplazan
hacia all desde el pueblo. Tambin hay lgicas
de funcionamiento en las que los pequeos
pueblos tienen una impronta rural, aunque
puedan ser catalogados demogrficamente
como medios urbanos. Hay una penetracin
por los medios de comunicacin y transporte
de pautas culturales y sociales de lo urbano en
el medio rural. Las fronteras se han desdibujado
y eso tiene que ver con una realidad de la cual
hay que dar cuenta. Y all est la escuela rural,
ubicada en esa tensin.
Visualizar el rol de la escuela rural en este marco
de la complejidad del mundo actual implica
sostener algunas cuestiones de las cuales hay
cierta conviccin, mnimas pero potentes, que
son producto de la herencia pedaggica y que est a flor
de piel en los maestros de todo el pas.
Aun cuando el magisterio rural ha pasado por una etapa
crtica de la cual se quiere restablecer y a partir de la cual
reconstruir el terreno perdido. En esa etapa los maestros
han tenido una formacin especfica muy desdibujada.
La formacin inicial de los maestros se ha diluido en una
generalidad, no reconocindose por parte de las polticas
educativas, la especificidad rural que los docentes nunca
dejaron de defender. Pero aun con esas condicionantes,
en el magisterio rural fluye por los poros esa herencia que
est presente y no puede dejar de estarlo. Sobre la base
de esa herencia, sobre los conceptos que implica, es que
se puede construir la lectura de estos tiempos e imaginar
escenarios futuros posibles.
21SSQ
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22SSQ
En un balance de prioridades, tal vez lo ms urgente fuera
contener la emigracin del campo a las ciudades. Porque es
un desplazamiento sin objeto, que en definitiva nada resuelve.
Slo traslada de un lugar a otro el mismo problema sin
solucin. Ese objetivo puede cumplirse mediante la reforma
agraria si su aplicacin se realiza integralmente y
con carcter de recuperacin social ().
No es posible llevar a buen xito una
reforma agraria sin la intervencin
directa de los campesinos
(). All donde se aplique la
Reforma Agraria o se promueva
una actividad industrial que
suponga cambios
en las condiciones
de vida, se hace
inmediatamente
necesaria la accin educativa
que coadyuve a la paralela transformacin del
hombre.
Julio Castro, La alfabetizacin en el
desarrollo econmico del Per,
Informe a la UNESCO, 1966.
R e f o r m a a g r a r i a
S o b e r a n a a l i m e n t a r i a
Hay lugar para un nuevo desarrollo
en la sociedad actual?
Marcello Rachetti
chelorachetti @ yahoo.com.ar
Marcello Rachetti Canessa es Ingeniero Agrnomo, reside desde
el ao 2007 en La Paloma (Dpto. de Rocha), y es integrante del
Dpto. de Promocin y Desarrollo de la Comisin Nacional de
Fomento Rural, donde desempea actividades de extensin con
las organizaciones de agricultores familiares vinculadas al Sistema
de Fomento Rural de la regin este del pas.
Desde los tiempos de la Revolucin Industrial, el concepto
de desarrollo se ha ligado de manera casi inseparable al
progreso o crecimiento econmico. La visin predominante
entre los ciudadanos alude a que un pas no se desarrolla
o no progresa si no lo hace su economa, pensamiento que
tiende a hacerse ms fuerte durante los perodos en que se
atraviesan crisis o dificultades de ndole econmica.
Muchas veces, durante las situaciones crticas, o a la
inversa, cuando surgen perodos de bonanza de la
economa, pasan a cobrar visibilidad en la discusin
poltica, otras aristas ligadas al concepto de desarrollo,
especialmente aquellas relacionadas con la calidad de vida
de la poblacin y la calidad de los bienes naturales (bienes,
no recursos) que sostienen la vida en el planeta y que a
su vez, proveen de recursos a un sistema econmico y
productivo que atraviesa una crisis global sin precedentes,
comprometiendo el futuro y la supervivencia de la civilizacin
humana en el planeta.
Si bien en los tiempos actuales, desde el espectro poltico
se barajan datos aludiendo a cifras record de desempeo
de la economa del pas, se ha incrementado la desigualdad
en la propiedad, tenencia y disponibilidad de los medios
de produccin y de vida: se ha concentrado la tenencia
de los factores de produccin (con la tierra y las cadenas
agroindustriales como abanderadas del proceso), se asiste
a un fenmeno de degradacin cultural consecuencia del
avance del consumismo superfluo, y se agudiza un proceso
que parece ser el ms delicado de nuestros tiempos: la
degradacin y destruccin de la naturaleza, que persiste
y en cierto modo se agudiza, como consecuencia de un
modelo de desarrollo que tiene como premisa central el
crecimiento econmico.
Cmo se explica que el conjunto de la sociedad
permanezca en una actitud cuasi pasiva ante las
consecuencias negativas del actual modelo de desarrollo?
Recuperaremos como civilizacin el amor a la naturaleza
y a lo que somos, la esencia? Qu otras pruebas hacen
falta para que se genere el despertar de la conciencia
colectiva?
La dimensin econmica como motor del desarrollo vigente: el paradigma
dominante
Si bien el concepto de desarrollo est vinculado
estrechamente con la calidad de vida y el bienestar de la
sociedad, en la etapa actual de la civilizacin humana, se
ha desnaturalizado de hecho. A nivel conceptual, se le ha
acompaado de adjetivos correctamente planteados como
el de sostenible, con tres dimensiones identificadas como
soporte o sostn: la ecolgica, la social y la econmica.
Pero es en la va de los hechos, en la realidad actual y
presente, donde es posible observar claramente la fuerza
real con que cada una de las tres dimensiones o patas
(cuan trpode) sostienen los procesos de desarrollo. En
la sociedad actual del capitalismo globalizado, todo est
sumiso a la dimensin econmica. Especialmente las
dimensiones social y ambiental. El afn por el crecimiento
de la economa como objetivo central de la actividad
24SSQ
humana, en definitiva es lo que determina la existencia de
impactos colaterales en las dimensiones social y ambiental,
pero tambin en lo cultural y en lo poltico.
El modelo neoliberal dominante no ataca la raz del
problema (el modelo es de por s, insostenible), no se
previenen los conflictos derivados de la expansin ilimitada
de los procesos productivos que movilizan la economa y
promueven su crecimiento. Lo que se hace es dar luz verde
a la inversin, a los megaproyectos, y slo cuando los
impactos son tan notorios que pasan a ser innegables (hay
una tendencia general a negar o minimizar la ocurrencia de
impactos negativos del desarrollo econmico), se pone en
funcionamiento la maquinaria diseada para atender estos
problemas, inspirando la confianza de la ciudadana de que
todo est bien, que no hay nada grave, que se arregla. Y
es la economa la que asignar los recursos para paliar
estos impactos, generalmente una vez que los hechos ya
estn consumados y los daos producidos. Ejemplos de
esto sobran en el pas y en el mundo. Que el lector se
encargue por si mismo de identificarlos. Se recomienda la
lectura de los artculos del Soc. Andrs Nuez Leites La
negacin progresista partes I, II y III, publicados en los
nmeros 6, 7 y 8 de Ariel, revista de filosofa (disponibles
en http://arielenlinea.wordpress.com).
La institucionalidad del desarrollo: paliativos ante la incapacidad de hacer
frente a un modelo insostenible
La creacin del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) en
2005 como institucin responsable de las polticas sociales
a nivel nacional; y la ms reciente creacin de la Direccin
General de Desarrollo Rural (DGDR) en la rbita del MGAP,
son mas que seales, hechos concretos percibidos como
un esfuerzo estatal por generar polticas especficas y
diferenciadas a favor de los sectores socialmente mas
vulnerables (tanto en el medio urbano como en el rural)
frente al avasallamiento del modelo econmico neoliberal
imperante. La revalorizacin del rol del Instituto Nacional
de Colonizacin (INC) como herramienta clave en una
concepcin de la tierra como bien social, va en el mismo
sentido.
Anteriormente, en la dcada de 1990, se constituy el
Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio
Ambiente, y mas recientemente se han creado en su
seno nuevas instituciones, entre los que se destacan la
Direccin Nacional de Aguas, la Direccin Nacional de
Ordenamiento Territorial, y el Sistema Nacional de reas
Protegidas (SNAP) integrado en la Direccin Nacional de
Medio Ambiente.
Si adems se consideran una serie de iniciativas legales
y constitucionales de vigencia relativamente reciente
(Reforma Constitucional del Agua, Ley de Ordenamiento
Territorial y Desarrollo Sostenible y su reglamentacin,
regulacin de la Ley de Manejo y Conservacin de Suelos,
entre otras), puede presuponerse que el pas presenta
una estructura institucional slida y capaz de garantizar
un desarrollo armnico y sustentable, y en definitiva, una
25SSQ
mejor calidad de vida para toda la poblacin.
Toda esta institucionalidad que ha sido creada o
revalorizada, son herramientas para la atencin de
situaciones que han sido generadas por las debilidades del
modelo de desarrollo, como la proliferacin de la pobreza
y la indigencia, la desaparicin de unidades productivas
familiares en el campo y de PYMES en las ciudades, la
formacin de asentamientos precarios en las periferias
urbanas, y la afectacin de los bienes naturales del pas:
aguas, suelos, biodiversidad, paisajes y ecosistemas
frgiles o de gran singularidad.
Si bien algunos sectores polticos de nuestra sociedad se
han opuesto a la existencia de algunas de las instituciones
aludidas, la sociedad en general parece valorarlas
positivamente. Sin embargo, los datos de la realidad
parecen demostrar que esta institucionalidad es dbil y con
una escasa capacidad de revertir los impactos negativos
del modelo de desarrollo imperante, simplemente porque
no apunt