Principios gobernantes

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PRINCIPIOS GOBERNANTES

DEL SACERDOCIOElder Boyd K. Packer

Octubre 1992

EL SACERDOCIO

El sacerdocio es la autoridad y el poder que Dios ha concedido al hombre para actuar por Él (ver JST, Gen. 14:28-31)

Cuando ejercitamos la autoridad del sacerdocio correctamente, hacemos lo que el Señor haría si

estuviera presente.

Cuando ejercitamos la autoridad del sacerdocio correctamente, hacemos lo que el Señor haría si

estuviera presente.

El orden patriarcal es parte del Sacerdocio de Melquisedec, el cual autoriza a hombres investidos y dignos a presidir sobre su posteridad por tiempo y eternidad.

“El segundo Sacerdocio es llamado el Sacerdocio de Aarón. Es llamado el sacerdocio menor... Porque es una dependencia del mayor o sea Sacerdocio de Melquisedec, y tiene el poder para administrar ordenanzas exteriores” (DyC 107:13-14)

El sacerdocio Levítico es un orden o una parte del Sacerdocio Aarónico.

LAS LLAVES DEL SACERDOCIO

Las llaves del sacerdocio son el derecho de presidir y dirigir los asuntos de la Iglesía dentro de una jurisdicción.

Todas las llaves están en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y no existen sobre la faz de la tierra otras llaves fuera de la Iglesia.

El Presidente de la Iglesia es la única persona sobre la faz de la tierra que tiene el derecho de ejercitar todas las llaves en su plenitud (DyC 132:7)

Las llaves se confieren sobre un hombre cuando este es apartado para ser un presidente, tal como presidente de una estaca, de un quórum o un obispo.

El sacerdocio es más que cualquiera de sus oficios

Un hombre puede ejercitar su sacerdocio de acuerdo con los derechos del oficio al cual ha sido ordenado o apartado.

Los oficios del sacerdocio Aarónico son:

DiáconoMaestro

PresbíteroEl obispo es el presidente del Sacerdocio Aarónico

Los oficios del sacerdocio mayor son:

Elder Sumo Sacerdote

PatriarcaSetentaApóstol

Existe un juramento y convenio

del sacerdocio. El convenio descansa en:

el hombre; el juramento en:

Dios (D&C 84)

El sacerdocio de Melquisedec se recibe por convenio. El convenio del hombre con Dios es: ser fiel y magnificar sus llamamientos en el sacerdocio (ver DyC 84:33, 34, 43, 44)

Hay dos formas de conferir autoridad en la Iglesia por:

Ordenación yApartamiento.

Las llaves para presidir y la autoridad de actuar en los llamamientos del sacerdocio se reciben por:

apartamiento.

Ya que las mujeres no son ordenadas al sacerdocio, cuando una hermana es apartada a un oficio, incluyendo el oficio de presidenta en una organización auxiliar, recibe autoridad, resposabilidad y bendiciones relacionadas con el oficio, pero no recibe llaves.

El sacerdocio siempre es dirigido por aquellos que poseen las llaves, y una ordenanza debe ser autorizada por la autoridad presidente, quien posee el sacerdocio y las llaves apropiadas.

La autoridad ligada a un oficio al cual se es apartado tiene límites, incluyendo límites geográfico. La autoridad de un hombre que ha sido apartado como presidente de estaca está limitada a los confines de su estaca.

Cuando un hombre es ordenado Obispo, tambien es apartado para presidir en un barrio específico, y no tiene autoridad fuera de sus límites (geográficos).

Cuando se ordena a un patriarca, él es apartado para dar bendiciones a miembros de su propia estaca o a aquellos que vengan de otra estaca recomendados apropiadamente por la autoridad de una estaca donde no haya patriarca.

El sacerdocio Aarónico se le confiere a un joven cuando se le ordena diácono a los doce años de edad o más. Cuando cumple catorce años, puede ser ordenado al oficio de maestro. Cuando cumple dieciséis, puede ser ordenado presbítero.

Cuando un joven cumple dieciocho años, puede recibir el Sacerdociode Melquisedec y ser ordenado elder.

En la Iglesia, no asumimos la autoridad que corresponde a un oficio o llamamiento. Debemos ser llamados a una posición y ser sostenidos, ordenados o apartados y recibir autoridad.

Cada elder debe saber que un llamamiento es más que una invitación o petición, es aún más que una asignación.

Es mas correcto decir:

“No se me ha pedido, sino que se me ha llamado a que sirva como consejero”

Bajo circunstancias normales, no rechazamos un llamamiento; tampoco pedimos un relevo, pero podemos traer a la atención de oficial presidente circunstancias que tal vez exigirían un relevo.

Los sacerdocios de Aarón o Melquisedec no se confieren ni se ordena o aparta a un hombre a un oficio del sacerdocio a menos de que tal esté dispuesto a vivir las normas de dignidad. Tales normas incluyen la pureza moral, el pago de diezmos, guardar la Palabra de Sabiduría y las normas generales de conducta cristiana.

Existen dos requisitos:Primero, debemos recibir

autoridad de alguien que la tenga y que haya sido ordenado por los líderes de la Iglesia.

Segundo, la Iglesia debe saber que esta persona tiene autoridad.

Se pide a la congregación que apruebe una ordenación al levantar la mano derecha o, si se oponen a la ordenación, deben manifestarlo con la misma señal.

En una emergencia, por ejemplo, si un joven sale para la misión y no ha sido ordenado élder, la presidencia de estaca debe presentar su nombre para que sea sostenido en la reunión sacramental de su propio barrio. Luego, la ordenación debe presentarse para ser ratificada en la primera reunión de estaca apropiada. Este proceso se seguirá únicamente en una emergencia. De lo contrario está fuera de orden.

A pesar de que el obispo puede recomendar a un hombre para que sea ordenado élder o sumo sacerdote y verificar su dignidad, la aprobación y ordenación de este hombre están están bajo la dirección de la presidencia de estaca.

Un obispo no llama ni releva a la presidencia del quórum de élderes; esto se hace bajo la dirección de la presidencia de estaca.

El Señor nos aconsejó que “aprenda todo varón su deber, asi como a obrar con toda diligencia al oficio al cual fuere nombrado” (DyC 107:99)

Los poseedores del sacerdocio deben evitar pasar la línea de autoridad para hablar con una autoridad más alta suponiendo que recibirán mejor consejo, más sabiduría, espiritualidad o autoridad. Es mejor respetar los llamamientos de aquellos sobre quienes presidimos y los llamamientos de que aquellos que presiden sobre nosotros.

En vez de decir “la Iglesia Mormona”, debemos llamar a la Iglesia por su nombre -La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días- (DyC 115:3-4)

Cuando oficiamos en el sacerdocio, siempre lo hacemos en el nombre del Señor (ver 3 Nefi:1-10)

El señor le dijo a un hombre que estaba siendo apartado para predicar el evangelio:

“ y pondre sobre ti mi mano por conducto de las de mi siervo Signey Rigdon” (DyC 36:2)

Siempre se hacen registros apropiados de las ordenanzas y apartamientos en la Iglesia (ver DyC 20:63-64)

“Así que, en sus ordenanzas se manifiesta el poder de Dios. Y sin sus ordenanzas la autoridad del sacerdocio, el poder de Dios no se manifiesta a los hombres en la carne (DyC 84:19-22)

“ Y tambien todos los que reciben este Sacerdocio, a mi me reciben dice el Señor;

“Porque el que recibe a mis siervos me recibe a mí;

“ Y el que me recibe a mí, recibe a mi Padre;

“Y el que recibe a mi Padre, recibe el reino de mi Padre, por tanto, todo lo que mi Padre tiene le será dado” (DyC 84:33-38)