Preparando los Ejercicios Espirituales 2012

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Procura vencer la pereza y la desgana. No te contentes con oír: trabaja tú personalmente en hacer los Ejercicios, bien persuadido de que si no meditas tu, si no piensas seriamente en lo que oyes, si no reflexionas sobre ti mismo, será todo

inútil para ti.

Cuanto más pienses, medites y reflexiones, tanto mejor harás Ejercicios.

Cuanto más te apropies lo que oyes y mejor lo asimiles, tanto mayor fruto sacarás de los Ejercicios.

Cuanto más te dejes empapar de los sentimientos de cada meditación y mejor te pongas a tono con las materias que vayas meditando, tanto mayor efecto producirán en ti. Cuanto más pidas a Dios y más íntimamente tecomuniques con El, tanto mayores serán las maravillas que se obraran en tu alma.

Meditación. Procura, sobre todo, aprovechar bien todo el tiempo que el programa señala para orar y meditar. Es el acto más importante de los Ejercicios, el del trabajo personal, el de la asimilación de las verdades mediante la reflexión profunda.

Meditación. No te contentes con oír: piensa, reflexiona, medita. Junta la meditación con la oración: pide a Dios con insistencia las gracias que necesites.

Te podrías dar por satisfecho si salieras de los Ejercicios habiendo aprendido a hacer oración.

Seriedad. Entra de lleno en los Ejercicios. Entra en ellos bien desde el principio.

Empiézalos con gran ánimo y generosidad, dispuesto a no negar a Dios nada de lo que te pida.

Seriedad. Son pocos días, dedícate seriamente a pensar en las cosas de tu alma. De eso depende quizá tu salvación eterna y la de otras muchas personas.

Tu consigna durante los Ejercicios:

SILENCIO... como ambientación necesaria. REFLEXIÓN... como elemento principal.

ORACIÓN... como condición esencial.

 Apuntes. Después de cada meditación, toma nota de lo que te haya impresionado.

Conviene que escribas, es una manera sencilla de meditar: ir escribiendo lo que más te interesa recordar y lo que más te puede servir el día de mañana.

"El silencio te habla”. Encuéntrate a ti mismo en el silencio. Ponte en marcha, al encuentro del silencio.

Quien dice silencio, dice Ejercicios en retiro: calma, alto en el camino.

El silencio pacifica el alma, tonifica los nervios, sosiega el espíritu.

El altavoz de Dios es el silencio. A eso vienes: a pasar unos días a solas contigo mismo y con Dios. A hacer Ejercicios.

No temas esperar demasiado de los Ejercicios. No temas una decepción.

Trabaja animosamente por tu parte, y sobre todo, pide constantemente a Dios que te ilumine y te ayude.

Emprende con valentía la solución del problema de tu vida. Tienes que salir de Ejercicios orientado, decidido, transformado.

Vienes quizás como llego San Ignacio a su casa

después de la derrota de Pamplona: herido y

enfermo. Tienes que salir como salió él algún tiempo

después: resuelto a ser un verdadero cristiano, un apóstol y un santo, como te lo pide Don

Bosco.

Silencio. De él depende en gran parte el fruto de los Ejercicios. Entra en un profundo silencio. No hables nunca sin necesidad. Para oír la voz de Dios. Para escuchar la voz de tu conciencia.

Silencio. Para no estorbar a tus compañeros. Para crear un ambiente de recogimiento y oración. Dios y tú; nadie más en el mundo. Ni una sola palabra inútil; aunque no te vea nadie.

Confesión. No te preocupes de ella con exceso, ni tengas afán de confesarte demasiado pronto, sino cuando el Director espiritual indique que es el momento oportuno.

Confesión. Si dudas si te conviene hacer confesión general, consulta con el Director espiritual.

Procura prepararte sin dejarlo para última hora.

Hacer Ejercicios: es emprender una aventura espiritual de trascendencia para toda la vida. Hacer Ejercicios: es una de las cosas más serias y más importantes que se pueden hacer. Vale la pena de que lo tomes en serio y que lo pruebes muy a fondo

Procura darte cuenta ahora, al principio:

¿cómo vengo yo a los Ejercicios?, ¿qué

problema traigo?”

Sacrificio. Busca las gracias que tanto necesitas. Para alcanzar la resurrección Jesús pasó por la cruz.Sé generoso con Dios, ofrécele el sacrificio que suponen estos días: retiro, silencio, obediencia.

Sacrificio. Sigue exactamente el programa: en el levantarte, acostarte, tiempo de lectura, meditación en privado...

Cuando más te sacrifiques, mayor fruto sacarás de los Ejercicios.

Tiempos libres: Cada cual los dedica a lo que le convenga para sacar el mayor fruto posible de los Ejercicios: * cumplir la tarea que en cada momento te indica la Guía. * preparar la confesión y el plan de vida. * tomar apuntes de lo que tienes más interés en que no se te olvide. * contestar por escrito a los cuestionarios.•visitar a Nuestro Señor Sacramentado. •Encontrarte con María Auxiliadora.

Pero sobre todo, estos días dedícate mucho a orar. La oración es un elemento esencial en los Ejercicios. Cuanta más oración hagas, mayor fruto sacarás. Ora constantemente con fervor.