Post on 21-Jan-2018
REPORTAJE DE INVESTIGACIÓN
• Ni de aquí Ni de allá . . . . . . . . . .pág. 3
ARTÍCULOS:
• Plagas en los reportajes . . . . . . . . . .pág. 6
• De a . . . . . . . . . .pág. 9
• Ataques a la prensa en 1999 . . . . . . . . . .pág. 12
COLUMNA
• Hasta pronto a Periodistas de investigación . . . . . . . . . .pág. 14
DE PESCA . . . . . . . . . .pág. 15
CALENDARIO DE EVENTOS . . . . . . . . . .pág. 16
ANUNCIOS . . . . . .pág. 15, 18
QUÉ HAY DE NUEVO . . . . . . . . . .pág. 19
LA REDde Periodistas de InvestigaciónMarzo-Abril 2000 número 18
Carta del Editor
PERIODISTAS DE INVESTIGACIÓNDirector: Pedro Enrique Armendares
Coordinadora de Información: Alma Delia FuentesCoordinadora de Administración: Jacqueline L’Hoist
Página Electrónica/Relaciones Públicas: Alejandro CárdenasAsistente Administrativa: Claudia Rodríguez
es una publicación bimestral del Centro de Periodistas de Investigación, asociación profesional sin fines de lucro, afiliada a (IRE). La afiliación a Periodistas de Investigación está abierta a todos los profesionistas residentes en México y en otros
países de América Latina, y tiene un costo anual de $300.00 pesos o su equivalente en dólares estadunidenses. Esta cuota incluye la suscripciónal boletín , así como descuentos o entrada gratuita a los cursos y conferencias organizados
por Periodistas de Investigación e IRE, y ac ceso al creciente acervo de recursos de nuestra organización.Editor: Pedro Enrique Armendares. Asistente Editorial: Blanca Juárez.
Arte: Carmen Nieto. Ilustración: Francisco Cárdenas. Impresión: Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C.V.Para enviar comentarios, sugerencias e ideas a dirigirse a Gamma #1, despacho 1,
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Hace un par de semanas, durante una conferencia en la que participaron los candidatos presidenciales de los tres principales par-
tidos mexicanos, preguntamos a uno de ellos si piensa que la sociedad tiene derecho a un acceso eficaz y transparente a la infor-
mación y si como Presidente estaría dispuesto a proponer una ley al respecto. La pregunta pareció tomar por sorpresa al candi-
dato, quien a pesar de que se trataba de una conferencia sobre prensa y democracia hasta ese momento no había dicho una sola
palabra sobre este tema. Al responder a nuestra pregunta, dijo que sí apoyaría una iniciativa que garantice realmente el derecho a la informa-
ción pero sugirió también que, “tal como en otros países”, esa información tendría que irse administrando gradualmente para no poner en
riesgo la seguridad del país. La respuesta le llevó tan solo unas palabras y no volvió a tocar el tema, pero resulta sintomático que hiciera una
asociación casi automática entre acceso a la información y riesgos.
Conocemos de sobra la cultura política tradicional que persiste en América Latina, en la que los políticos y burócratas consideran a la inform a -
ción pública como un recurso personal y asumen el derecho de compartirla o no con la prensa y con la sociedad en general. En países como México
las autoridades saben que hay poco que temer por parte de una la ley de acceso a la información ambigua y casi inútil, mientras que en países con
un pasado autoritario reciente las restricciones ilegítimas con frecuencia se disfrazan como “consideraciones seguridad nacional”.
Lo curioso en este caso es que fuera un político mexicano el que se dijera preocupado por los posibles riesgos a la seguridad que supues-
tamente conlleva el acceso a la información. Cabe recordar que la pregunta no se refería a secretos de Estado o documentos confidenciales,
sino tan solo a el establecimiento de un mecanismo para hacer más transparente el acceso a la información pública.
¿Cuáles son entonces las perspectivas para nosotros durante el próximo gobierno? Si nos atenemos a lo que dijeron los tres candidatos en
la conferencia, nada halagadoras ya que los otros dos ni siquiera tocaron el tema. Y en cuanto a la transparencia que podemos esperar de sus
gobiernos, uno de los candidatos de oposición se negó a mencionar los nombres de los empresarios que contribuyen a sus gastos de campa-
ña. Ese tipo de información debe ser normal en un régimen democrático, admitió, pero según él México no lo es y por ello esas revelaciones
pueden resultar perjudiciales para sus simpatizantes. Otra vez, la información que debe ser pública es considerada peligrosa por quienes de-
sean gobernarnos.
Lo que olvidan nuestros gobernantes y quienes aspiran a serlo es que la libertad de expresión y el acceso a la información no son gracia
que puedan otorgarse a cuentagotas ni premios para cuando seamos democráticos, sino garantías que los gobiernos latinoamericanos se han
comprometido a cumplir, por escrito y ante la comunidad internacional. Ahí están, por ejemplo, el artículo 19 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, la Convención de Derechos Humanos de la OEA, y la Declaración de Chapultepec.
Por eso resulta especialmente importante el proyecto de Medios y Libertad de Expresión lanzado por el Centro Internacional para Pe-
riodistas (ver Qué hay de nuevo, en este número). Uno de los objetivos del proyecto es, precisamente, trabajar con los colegas latinoameri-
cano para conocer y utilizar los instrumentos legales y posibles estrategias para mejorar el acceso a la información en los países latinoamerica-
nos. Quién sabe, quizás podríamos invitar a nuestros candidatos a alguno de esos talleres.
Saludos, y hasta la próxima.
La principal lacra de nuestro periodismo es la imprecisión. Sus
raíces están entreveradas –más que en los errores finales de
edición, más que en los desvíos éticos, más que en la expan-
sión del marketing– en la esencia misma del periodismo: en
la indagación y en los reportajes.
Este texto pretende provocar algunas reflexiones sobre la mane-
ra como estamos haciendo nuestros reportajes y pensar en caminos
que nos ayuden a que las noticias que escribimos sean más confia-
bles para nuestros lectores. Son reflexiones reunidas a partir de la ex-
periencia de un reportero que en los últimos trece años ha tenido va-
rios cargos de dirección, casi siempre ligados a las áreas de re p o r t a j e s
especiales y a los programas de perfeccionamiento profesional.
Cuando pienso en el desarrollo de los reportajes, pienso también
en las plagas que impiden que aumente su calidad. Plagas como el
uso acrítico de declaraciones, la falta de persistencia en los asuntos
de interés, la falta de independencia de los periódicos, la dificultad
que tienen las redacciones para hacerse autocrítica, el uso abusivo
del teléfono, la pereza, el inmediatismo, la falta de planeación y or-
ganización (que se reflejan en la presión desordenada a la hora del
cierre)... ¿qué mas?
Podríamos hacer una extensa lista de los problemas que afectan
la calidad de nuestras indagaciones y, por lo tanto, de los reportajes.
Voy a limitarme, sin embargo, sólo a dos puntos que dependen ex-
clusivamente de nosotros, los periodistas y empresas periodísticas.
P r i m e ro, la principal desviación del periodismo investigativo, el d e n u n -
cismo. Así se convino en llamar a este fenómeno que en los últimos
diez años frecuentemente aparece en las redacciones y las deja cie-
gas y sin rumbo.
El otro punto en realidad son dos y tienen relación con esa des-
viación: la falta de preparación de los periodistas y la organización
inadecuada y obsoleta de las redacciones.
Los periodistas brasileños despertaron tarde para los reportajes
de investigación. Durante las décadas de los setentas y ochentas,
cuando se inició el ciclo actual de modernización de las empresas
periodísticas, los periódicos y periodistas tenían poco espacio para la
investigación, principalmente de las acciones y políticas gubern a m e n -
tales. Este ciclo de modernización estaba inspirado en el modelo
estadunidense, pero por muy diversas razones no copiamos lo mejor
del periodismo estadunidense de aquellos días, el periodismo de
investigación.
Vale la pena recordar que la explosión del periodismo crítico e
investigativo en los Estados Unidos ocurrió en el mismo periodo en
el que Brasil vivía los peores momentos del régimen militar. Los dos
marcos de referencia de este periodismo están en la década de los
setentas. Los documentos del Pentágono, publicados inicialmente
por el New York Timesy después por el Washigton Post, son de 1971.
Y las investigaciones de la irrupción a la sede del Partido Demócrata
en el edificio Watergate las inició el mismo Post en junio de 1972, y
terminaron con la renuncia del presidente Richard Nixon en agosto
de 1974.
Sendas crónicas de esas coberturas –el libro Todos los hombres del
Presidente, de los reporteros Bob Woodward e Carl Bernstein (edi-
tado en 1974) y la película sobre Watergate (1976)– influyeron en va-
rias generaciones de periodistas. Sin embargo, el patrón de trabajo
periodístico que mostraban no podía ser adoptado por una prensa
con censura previa, como la brasileña.
Como nuestra cobertura política estaba completamente contro-
lada, y la economía vivía la euforia de un periodismo “positivo” pre o -
cupado en retratar el milagro que vivíamos en Brasil, quedaban dos
campos de trabajo para los buenos reportajes: la cobertura urbana
(policía, obras, transporte, educación, salud, medio ambiente) y la
cobertura nacional, que seguía los mismos asuntos pero fuera del eje
Rio-Sao Paulo-Brasilia (y ahí aumentaba el menú de temas: los in-
dios, la recién llegada ecología, la Amazonia, la apertura de grandes
carreteras, el Nordeste). El núcleo realmente fuerte de los periódicos
era el reportaje general.
Aquel periodismo, aún con todas sus limitaciones, tenía una vir-
tud que se ha perdido: la especialización. Todas las redacciones te-
nían re p o r t e ros que conocían y cubrían muy bien las áreas estratégicas
de las ciudades que entonces se transformaban rápidamente, como
Río de Janeiro y Sao Paulo: transportes, obras públicas, abasteci-
miento de agua, medio ambiente, educación, salud. Fue acertado aca-
bar con la cobertura por “sectores”, ya que todos los periódicos te-
nían batallones de reporteros ociosos y burocratizados dispersos en
Artículo
en los reportajesPlagasPor Marcelo Beraba
hospitales, delegaciones y oficinas públicas, pero eso también acabó
con la especialización. Nuestro primer esfuerzo colectivo y generali-
zado de investigación ocurrió a partir de las bombas y actos de terro-
rismo que marcaron el inicio de la transición del régimen militar
hacia la democracia, a principios de la década de los 80. El mayor de
los atentados fue el de Riocentro, en 1981.
La explosión de denuncias políticas en la prensa ocurrió por
primera vez durante el gobierno de Fernando Collor de Mello, en 1992,
cuando ya estaba siendo investigado por el Congreso. Vale la pena
recordar la relación de los periódicos con Collor para entender mejor
lo que aconteció en el año del i m p e a c h m e n t . Prácticamente todos los
periódicos apoyaron a Collor en 1989 en la disputa contra Luiz Inácio
Lula da Silva por la Presidencia. Este apoyo ocurrió explícitamente
por parte de la sección editorial de los diarios, e implícitamente en la
cobertura periodística. Pocos periódicos estaban dispuestos a inves-
tigar las vidas de los candidatos de aquella primera elección presi-
dencial directa desde 1960.
El proceso de impeachment de Collor no fue desencadenado
por ningún reportaje, sino por una entrevista de la revista Ve j a con el
hermano del presidente. Hasta entonces, pocos reportajes realmente
relevantes habían sido hechos por periódicos o revistas investigando
al gobierno de Collor y a su entorno. A partir de la instalación de la
Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) y del debilitamiento
del presidente, y estimulados por un clima de creciente competencia
empresarial, los mismos periódicos y revistas que habían apoyado a
Collor, incluso de forma servil, encontraron el valor para publicar
reportajes con denuncias.
El caso Collor fue un hito para el periodismo brasileño por tres
razones. En primer lugar, porque los lectores identificaron a los pe-
riódicos y a los semanarios como el principal instrumento para cues-
tionar un gobierno inmoral. Esta sintonía con una sociedad nueva-
mente frustrada por el juego político trajo para los periódicos y re v i s t a s
simpatía y credibilidad, tal como aconteciera en 1984 durante la cam-
paña de las Diretas Já .
El segundo indicador de importancia en el caso Collor fue que
algunos periodistas percibieron claramente los límites de su trabajo.
¿Cuáles son las armas de los periodistas en este tipo de investigación?
Registros de propiedad, juntas comerciales, informaciones off the re-
cord de antiguos aliados transformados en enemigos, bancos de
datos, informaciones anónimas. Son instrumentos indispensables,
pero con frecuencia insuficientes para conseguir pruebas definitivas
de actos criminales, principalmente de corrupción.
El juego cambió cuando el CPI inició sus actividades. Fue como
si durante una guerra convencional una de las partes recibiera ayuda
de una potencia nuclear dispuesta a usar sus ojivas sobre el enemigo.
La ruptura de los secretos bancario, telefónico o fiscal es prerrogati-
va del Poder Judicial y de la CPI (y afortunadamente inaccesible para
la prensa), y equivale al uso simultáneo de varias bombas atómicas.
Así, la prensa y la sociedad tenían entonces lo que hizo falta en 1981
durante las investigaciones de Riocentro y otros atentados.
La tercera razón que marca la importancia del caso Collor en la
historia de la prensa brasileña son los abusos cometidos por periódi-
cos y revistas. Dependientes de la CPI, de donde realmente salían las
informaciones relevantes, los periodistas sucumbían frecuentemente
al juego de intereses de esos parlamentarios. El ansia por obtener re-
velaciones exclusivas dejó de lado a los procedimientos de control
indispensables en cualquier reportaje.
Muchos periódicos intentaron ir más allá de las noticias origina-
das en la CPI y enviaron a sus tropas de choque a hacer investigacio-
nes paralelas. Se hicieron numerosos reportajes importantes al marg e n
de la Comisión y siguiendo las normas periodísticas. Sin embargo, lo
que predominó fueron los reportajes mal investigados, incompletos,
incomprensibles y, muchas veces, superficiales. Todo se valía en la
carrera por la competencia y la hora de cierre.
Los reportajes de denuncia no siempre son reportajes de investi-
gación, en el sentido de partir de una indagación independiente, se-
ria y crítica. Muchas veces se trata tan solo de la publicación tal cual
de expedientes anónimos y de declaraciones parciales. Durante la
época del Collorgate cualquier reportaje era calificado de investigati-
vo. ¿Por qué?
El periodo del impeachment coincidió con la necesidad de ganar
credibilidad por parte de varios periódicos que ya habían iniciado su
proceso de modernización (industrial, comercial, tecnológica, edito-
rial). Esos periódicos pensaron que la ruta más corta era la denuncia
que los haría parecer independientes y valientes. Así, los reportajes de
denuncia se hicieron fundamentales para sus nuevos planes de merc a -
dotecnia; se juntaron el hambre y las ganas de comer. El ímpetu denun-
cista se repitió el año siguiente, con la cobertura de la CPI del Presu-
puesto que investigó la corrupción dentro del propio Congreso.
(cont. pág. 7)
Todas las redacciones tenían re p o rte ros
que conocían y cubrían muy bien las área s
est ra t é g i ca s de las ciudades que enton-
ces se transformaban rápidamente,
como Río de Janeiro y Sao Paulo
La competencia por la exclusiva relajó los procedimientos de
control y afectó la calidad. Los periódicos no se daban tiempo para
hacer indagaciones cuidadosas por miedo a perder el liderazgo en la
cobertura, liderazgo que presumían sería asumido por el periódico
que diera más exclusivas sensacionalistas y no por el que impusiera
un patrón de calidad a sus información.
C l a ro que visto así, lejos de las presiones del cierre y de la compe-
tencia, todo ello parece sencillo y obvio. No lo fue, no lo es y difícil-
mente lo será. Ya había ocurrido antes, ocurrió con el C o l l o rg a t e y ha
ocurrido varias veces desde entonces. El resultado de esas desviaciones
es el desperdicio de grandes asuntos mal cubiertos, y no me refiero
tan solo al caso Collor y a la pérdida de credibilidad sino también a
la absolución de criminales por falta de pruebas ya que, tal como la
prensa, la policía y el Ministerio Público indagan mal y con frecuen-
cia se basan en reportes mal investigados.
Con la moda del denuncismo hubo una saludable reacción de la
sociedad. Los mismos lectores que pedían sangre y cabezas empe-
zaron a reaccionar. Las empresas también percibieron los riesgos
que corrían con su imagen dañada. Era necesario repensar las es-
trategias. La suma de varios factores hizo que la prensa en general
disminuyera la avalancha rutinaria de denuncias y avanzara en la
creación de nuevos patrones de calidad.
Los periódicos continúan divididos entre la necesidad vital de
mostrarse independientes para obtener credibilidad y el vicio perti-
naz de servir a sus propios intereses, lo que acaba determinando la
manera en que se relacionan con el poder y ejercitan el periodismo.
Dicho en forma caricturesca: en tanto Collor era fuerte, nada de in-
vestigaciones o denuncias. Cuando se debilitó y no era posible ya
encubrir sus delitos, toda la investigación era sobre él.
Es posible que estemos viendo la misma película, ahora con Fer-
nando Henrique Cardoso. Terminó la luna de miel del primer perio-
do presidencial, y en el primer trimestre del segundo mandato de
Fernando Henrique se publicaron más reportajes críticos que en los
cuatro años anteriores.
Denuncismo o silencio. Este dilema es tan falso como recurren-
te. Los periódicos deben responder las acusaciones de que son frívo-
los, superficiales, sensacionalistas e irresponsables con reportajes
contundentes, serios, importantes para el país y que no puedan ser
refutados por estar bien fundamentados. Las necesidades de una prác-
tica de indagación sólida enfrentan dos hechos. En primer lugar,
existen pocos profesionales con las condiciones técnicas y la forma-
ción adecuada para hacer reportajes de investigación tales que puedan
ser contestados pero no desmentidos. Ése es uno de nuestros gran-
des problemas actuales: la falta de experiencia, de preparación y de
conocimientos técnicos. Una evaluación cuidadosa de los reportajes
que publicamos en los periódicos, especialmente la cobertura de
todos los días, indica claramente que la mano de obra que formamos
en la redacciones sigue siendo irregular y llena de fallas.
Es obvia la necesidad de invertir en la preparación de los perio-
distas, tanto de los que salen de las facultades sin grandes vicios pero
mal preparados como de aquellos que durante diez o doce años de
experiencia han adquirido vicios que pueden y deben ser extirpados
con programas de actualización.
El segundo hecho es que la forma en que administramos los re-
cursos de las redacciones castiga al reportaje, a la recopilación de
información exclusiva, a la investigación. Los grandes cambios em-
presariales experimentados por los periódicos en las dos últimas
décadas sobrecargaron los procesos de cierre, cada vez más pre-
sionados y complejos. Eso dio como resultado una distribución des-
proporcionada del personal.
Cada vez más periodistas, inclusive algunos inexpertos pero que
podrían ser buenos reporteros, son utilizados para las tareas del
cierre y se descuida lo que en algunos periódicos llamamos produc-
ción: los adelantos, la indagación, la investigación, el re p o r t e o, la orien-
tación de los reporteros. Cada vez que un gobernador promete que
va a transferir a las calles a los policías dedicados a funciones buro-
cráticas para aumentar la vigilancia, pienso en los periódicos. El lu-
gar del reportero es la calle.
Las redacciones están enfrentando estos problemas con progra-
mas de entrenamiento y actualización y con nuevas experiencias de
organización del trabajo y de la administración. Los grandes periódi-
cos, principalmente Globo y Folha de Sao Paulo , encabezan este
proceso. La gran novedad es que decenas de periódicos medianos
han descubierto que esta es una vía –tal vez la única– para mejorar.
Y es que los periódicos no tienen otra opción. La competencia
– e n t re ellos mismos y entre ellos y otros medios que se disputan a los
mismos consumidores y a las mismas tajadas de publicidad– los obli-
ga a invertir en informaciones exclusivas, credibilidad, buenas histo-
rias. Y esto no tiene secreto: sólo se consigue con buenos periodistas.
M a rcelo Beraba es jefe de la oficina del diario Folha de Sao Paulo
en Rio de Janeiro.
Como nuestra cobertura política estaba
completamente controlada, y la eco n o -
mía vivía la euforia de un periodismo
“ p os i t i vo” pre ocupado en retratar el
milagro que vivíamos en Brasil, queda-
ban dos campos de trabajo para los
buenos reportajes: la cobertura urbana
y la cobertura nacional
Artículo
De vez en cuando aparece un libro en el que un periodista
se coloca en el centro del asunto que está investigando y
comparte con los lectores sus técnicas de investigación,
sus decisiones éticas y su proceso general de pensamiento.
Hace 25 años, Bob Woodward y Carl Bernstein prácticamente
inventaron un nuevo género de libros cuando escribieron All the
President’s Men (Todos los hombres del presidente). Por supuesto
que antes otros periodistas de investigación habían relatado sus tra-
bajos, pero casi siempre como una parte menor de libros de memo-
rias por lo general poco significativos. Y digo poco significativos por-
que los periodistas son, después de todo, observadores externos
quienes pocas veces saben algo de primera mano y con frecuencia
son engañados por sus fuentes.
Entonces apareció el binomio del Washington Post, colocándose
sin modestia en el centro de una historia de corrupción política que
llegó hasta la Casa Blanca de Richard Nixon.
Durante 1999 Michael Isikoff, quien trabajara para el Washing-
ton Post antes de ser reportero en la revista Newsweek, retomó el gé-
nero inventado por Woodward y Bernstein con su relato en primera
persona sobre otra investigación que llegó hasta la Casa Blanca.
Técnicamente el tema del libro de Isikoff –que se llama Uncovering
Clinton (Descubriendo a Clinton) pero que podría haberse llamado
Todas las mujeres del Pre s i d e n t e– es el carácter o más bien la falta de
carácter del mandatario estadunidense. Pero el libro también es so-
bre el mismo tema que Los hombres del presidente: un proyecto de
investigación a medida que se desarrolla en direcciones inesperadas
con el reportero como protagonista. Por ello el subtítulo, La historia
de un reportero, no es ambiguo.
Los periodistas que hagan una lectura cuidadosa de Isikoff,
Woodward y Bernstein y otros autores de libros similares pueden
aprender mucho sobre la práctica del periodismo. Uncovering Clin-
ton, Los hombres del Presidentey otros relatos menos conocidos que
forman parte del género son, sin quererlo, libros de texto.
Las lecciones sobre las relaciones de los periodistas con sus
fuentes son especialmente notables en los libros de Isiskoff y de
Woodward y Bernstein debido a lo mucho que estaba en juego.
Pasaron 25 años entre ambos rela-
tos, pero las lecciones sobre el desa-
rrollo de fuentes, el seguimiento de
las pistas de papel y la lucha con los
dilemas éticos son atemporales.
Por ejemplo Isikoff, al explicar
sus tácticas para tratar de obtener las
grabaciones de las conversaciones en-
tre Linda Tripp y Monica Lewinsky,
escribe: “Es la forma en la que operan
los re p o r t e ros. Amenazamos, lambis-
coneamos, fingimos compasión”.
(cont. pág. 10)
aDePor Steve Weinberg
El libro incluye muchos momen-
tos en los que Isikoff aparece pre-
ocupado por los sentimientos de sus
fuentes. Esa preocupación, sin em-
bargo, con frecuencia es un medio
para alcanzar un fin legítimo. Des-
pués de todo, muchas de esas fuen-
tes son mujeres que parecen haber
sufrido abusos de parte de un pode-
roso hombre llamado Bill Clinton.
En Todos los hombres del Pre-
sidente, Bob Woodward inicia los
engaños muy pronto, justo después
de la primera comparecencia de los
ladrones del edificio Watergate ante
la corte. Al tratar de saber más sobre
el ladrón James McCord, Woodward
entra en contacto con un conocido
de éste llamado Harlan A. Westrell.
Woodward deduce muy pronto que
Westrell aún no sabe del arresto de
McCord, asi que cuando le extraña
que un reportero del Washington
Post le haga preguntas, Woodward
dice “simplemente que estaba buscando información para un posible
reportaje. Westrell pareció halagado y ofreció alguna información...”
A medida que se desarrolla el escándalo, Woodward y Bernstein
desean entrevistar a las fuentes en los hogares de éstas. “Siempre se
identificaban de inmediato como reporteros del Washington Post,
pe-ro la manera de hacerlo que siempre parecía funcionar mejor no
era del todo directa. ‘Un amigo del comité nos dijo que usted estaba
preocupado por algunas de las cosas que vio suceder, que sería
bueno hablar con usted...que usted es absolutamente honesto y que
no sabe bien qué hacer; nosotros entendemos el problema, usted
cree en el Presidente y no quiere hacer nada que parezca desleal’.
Woodward podía decir que estaba registrado como Republicano;
Bernstein podía esgrimir una sincera antipatía hacia las políticas de
ambos partidos”.
Para obtener exclusivas es necesario saber seguir las pistas de do-
c umentos y cultivar las fuentes humanas. Cuando Isikoff está corro b o-
r a n d o la versión de Paula Jones, entrevista a uno de sus abogados.
Cualquier evidencia de otra mujer que protestara por los intentos de
seducción de Clinton sería bienvenida, dice Isik o ff. El abogado re -
c u e rda de pro n t o una llamada telefónica que recibió de una mujer
quien no se identificó relacionada con un presunto hostigamiento
sexual relacionado con Clinton. Al día siguiente el abogado recupera
sus notas para darlas a Isikoff. Lo que revelan esas notas conduce a
Isikoff a una pista de papel que muchos reporteros no hubieran
sabido seguir.
Esto es parte de lo que dijo la anónima mujer: Ella y su esposo
ayudaron a recaudar fondos para Clinton en 1992. Después ella tra-
bajó en la Casa Blanca, primero como voluntaria en la oficina social
y después como asistente secretarial en la oficina legal de la Casa
Blanca. En noviembre de 1993, dijo la mujer, su matrimonio estaba
en problemas y habló con Clinton sobre un empleo permanente.
Durante esa visita en la Casa Blanca Clinton besó a la mujer y la tocó
sin su consentimiento en lugares inapropiados. Al día siguiente, dijo
la mujer, su esposo se suicidó. Ella mencionó referencias a su muerte
en algo llamado Guarino Report (Informe Guarino) y en otra publi-
cación llamada The Clinton Chronicles (Crónicas de Clinton). Antes
de colgar, la mujer dijo al abogado de Jones que, gracias a sus con-
tactos, en 1995 había viajado a Yakarta y a Copenague como parte de
la delegación del Departamento de Estado.
La mujer no volvió a llamar, y el abogado de Jones no había
tratado de localizarla. Isikoff decidió empezar con el Guarino Report,
publicado por un empresario de Arkansas interesado en teorías de
conspiraciones que involucren a Clinton. Sin saber donde encontrar
la publicación, Isikoff llama a un amigo periodista quien estaba tra-
bajando en un reportaje para la revista semanal del New York Times
sobre personas que odian a Clinton. El periodista tiene un número
del Guarino Report, y se lo envía a Isikoff. Incluye una lista de 56
personas que han muerto supuestamente por obra de Clinton, y la
n ú m e ro 20 es Ed Wiley. Los detalles de su muerte coinciden con la le-
tanía hecha por la mujer anónima en su llamada.
Isikoff recurre al Federal Staff Directory (Directorio de emplea-
dos federales), un anuario de referencia publicado por una empresa
privada, y encuentra el nombre de Kathleen Wiley en la edición de
1994. En pocos minutos el departamento de documentación de N e w s -
weeklocaliza la dirección y el teléfono de Wiley en una base de datos
pública.
Mediante registros públicos de la Casa Blanca, Isikoff descubre
que Wiley había enviado una corbata a Clinton como regalo el 3 de
mayo de 1993; le escribió una nota de condolencias después de la
muerte de Vince Foster; lo llamó para desearle feliz cumpleaños; le
sugirió que vacacionara en Vail, Colorado, porque ella estaría allí, y
le envió una novela que le había gustado. Isikoff también encuentra
una nota de Clinton a uno de sus colaboradores en la que solicita el
número telefónico de Willey en Vail. Más tarde, Isikoff utiliza los do-
cumentos de Lloyd Bentsen, que fueron donados a la Biblioteca Jo-
hnson en Austin, Texas, para verificar que el otrora Secretario del Te-
soro esperaba afuera de la oficina de Clinton cuando salió Willey, tal
como ésta lo había dicho.
Hablando de pistas de papel, Isikoff las utiliza inteligentemente
en otro momento de su investigación al verificar la influencia políti-
ca del padrino político de Lewinsky. Se trataba de un importante con-
tribuyente financiero del Partido Demócrata, quien supuestamente
había bombardeado a Hillary Clinton con regalos. Isikoff solicita do-
cumentos de la oficina de ética del gobierno estadunidense (US Office
of Government Ethics). Se supone que los altos funcionarios del po-
der ejecutivo deben informar a esa agencia si reciben regalos con
valor de cien dólares o más. Isikoff encuentra numerosas formas, pe-
ro ninguna relacionada con Hillary Clinton. Descubre que los Clinton
habían recurrido a un tecnicismo relacionado con los cónyuges de
los funcionarios. “La opinión de los abogados de la Casa Blanca era
que tales regalos no tienen nada que ver con el hecho de que esté
casada con el Presidente de Estados Unidos”.
Todos los hombres del Pre s i d e n t e también está lleno de suge-
rencias útiles para reportear. En cuanto Bernstein descubre que el
sospechoso robo había ocurrido en el edificio Watergate, empieza a
llamar al tipo de fuentes potenciales que los reporteros ignoran con
demasiada frecuencia: las personas sin cargos importantes, emplea-
dos, botones de hoteles, mujeres que trabajan en el área de limpieza,
meseros de un restaurant.
Por su parte Wo o d w a rd, en lugar de quedarse en la oficina, va a
la corte para asistir a la audiencia preliminar y, en lugar de solo es-
cuchar los procedimientos, le pregunta a un hombre elegante por qué
está en ese lugar. El hombre responde de manera evasiva pero
Wo o d w a rd insiste. Las respuestas que obtiene finalmente contribuyen
al desarrollo de la historia. Cuando el caso llega ante un gran jurado
la perseverancia personal de Woodward lo lleva hasta un empleado
de la corte quien le permite echar un vistazo a los expedientes del
gran jurado para ese año. Y en efecto, ahí están los nombres del gran
jurado del caso Watergate.
El empleado había dicho a Woodward que no podía tomar no-
tas, y lo observa de cerca. Así que Woodward empieza a memorizar
los nombres. Se disculpa para ir al sanitario, en donde apunta la in-
formación que retiene en la memoria antes de regresar al archivo pa-
ra seguir memorizando los nombres hasta tener los veintitrés.
Durante sus investigaciones Isikoff, Woodward y Bernstein en-
f re n t a ron diversos dilemas éticos nuevos para ellos. Los de Isikoff giran
principalmente en torno a una pregunta frecuente: dónde está el lí-
mite al investigar la vida privada de un personaje público. Cuando
Linda Tripp le habla a Isikoff sobre lo que parecen ser actos sexuales
voluntarios entre Lewinsky y Clinton, el periodista tiene una reacción
ambigua respecto a seguir esa pista. Finalmente Isikoff concluye que
las constantes indiscreciones de Clinton deben ser expuestas dado
que ocurrieron en la Casa Blanca, y en ocasiones cuando el presi-
dente tenía que tomar decisiones importantes. Más aún, sus acciones
obligaron a “mentiras rutinarias, repetidas y pensadas... La mentira, si
se practica con frecuencia, puede tener un efecto corrosivo”.
Entre más averigua Isikoff, más se convence de que es necesario
revelar el comportamiento sexual de Clinton. “Esto no era Watergate,
ni yo imaginaba que lo sería. Pero eso no significa que no fuera
c orrecto emprender el proyecto. No se debe permitir que los Presi-
dentes engañen al público. Clinton lo hizo de manera repetida y des-
fachatada”.
Bernstein, en Los hombres del Presidente, reflexiona sobre cues-
tiones éticas cuando trata de identificar llamadas telefónicas privadas
utilizando sus fuentes al interior de la compañía de comunicaciones
Bell. “Siempre era reticente a usarlas para obtener información sobre
llamadas debido a las consideraciones éticas relacionadas con la vio-
lación de la confidencialidad de los registros telefónicos de una per-
sona. Es un problema que nunca terminó de resolver. ¿Por qué, como
reportero, podía tener acceso a los registros personales y financieros
cuando tales revelaciones lo indignarían si él fuera sometido a un es-
crutinio similar por parte de otros investigadores?”.
Las lecciones valiosas que se derivan de Uncovering Clinton y
Los hombres del Presidentellenan muchas páginas. Los otros libros
de este género no son bien conocidos y pocos combinan un tema tan
importante con tanto material instructivo. Pero vale la pena leerlos
todos.
Steve Weinberg es Editor del IRE Journal , publicación bimestral
de Investigative Reporters and Editors, en la que se publicó este
texto.
Artículo
En marzo de este año el Comité para la protección de perio-
distas (Commitee to Protect Journalists, CPJ), publicó su in-
forme anual para 1999. El documento, titulado Ataques a la
prensa, informa sobre más de 500 casos de periodistas mul-
tados, asaltados, encarcelados o asesinados el año pasado por su tra-
bajo, y destaca “el estado precario del periodismo independiente y la
democracia en todo el mundo”. La cifra “más alarmante” es la del au-
mento de la violencia contra periodistas, ya que 34 fueron asesina-
dos en 1999 por su trabajo, en comparación con 24 el año anterior.
El mayor número, diez, murió en Sierra Leona; otros seis periodistas
perdieron la vida en Yugoslavia, y cinco en Colombia. El CPJ señala
también que el encarcelamiento de periodistas es “otra herramienta
poderosa empleada por los enemigos de la libre expresión” e indica
que a fines del año pasado 87 periodistas estaban tras las rejas por su
trabajo, en comparación con 118 el año anterior.
Por otra parte, como señaló Ann Cooper, directora ejecutiva del
CPJ, algunos “déspotas sofisticados están empleando métodos cada
vez más sutiles para amordazar a la prensa”. Por ejemplo, para no
afectar su imagen internacional, en lugar de encarcelar a los perio-
distas “llevan al periodismo independiente a la ruina hostigándolo
con impuestos, multas o cortándoles el acceso a medios de comuni-
cación controlados por el estado”.
Por el lado positivo, el informe del CPJ considera que “hasta los
regímenes más represivos son susceptibles a la presión internacio-
nal. Por ejemplo, el CPJ documentó 11 casos nuevos de encarcela-
miento en China el año pasado, pero en febrero el gobierno chino
dejó en libertad anticipadamente al periodista Gao Yu, al parecer
como gesto de buena voluntad antes de una visita de la secretaria de
Estado de Estados Unidos, Madeleine K. Albright”.
En todo caso, el CPJ confía en que este informe “aliente a todos
los periodistas a apoyar su trabajo a favor de la libertad de prensa.
En el prefacio, el escritor Philip Gourevitch, de la revista New Yorker,
argumenta que ‘la mejor manera de apoyar a nuestros colegas en el
exterior, para quienes ser periodista es sinónimo de correr peligro ...
es cubrir lo que pasa en el mundo más intensamente”
Los gobiernos de varios países latinoamericanos tomaron medidas
para poner sus leyes de prensa a la altura de las normas internacio-
nales. Pero mientras la prensa latinoamericana continuaba denuncian-
do fechorías, su propia fuerza la expuso a una nueva modalidad de
hostigamiento: las campañas de difamación.
Los reporteros latinoamericanos se han vuelto sumamente dies-
tros para exponer los actos delictivos, pero por otro lado no cuentan
con los juzgados y tribunales que investiguen, entablen acciones y
castiguen a quienes denuncian. En la mayoría de los países, el siste-
ma judicial es notoriamente débil; muchas veces no puede, o no está
dispuesto a investigar los casos que se le presentan. El resultado es
que los periodistas que denuncian la corrupción se vuelven blanco
seguro. Dado que los reportajes negativos en la prensa constituyen
una de las pocas sanciones efectivas contra el comportamiento crimi-
nal en Latinoamérica, desacreditar a la prensa es una táctica exce-
lente para quienes deseen escabullirse sin tener que rendir cuentas.
A este hecho se atribuye el auge de una nueva forma de ataque
contra los periodistas latinoamericanos, que se disfraza de periodis-
mo para difamar, o hasta hacer peligrar, a los reporteros. El caso más
dramático se dio en Perú, donde se lanzó un alud de tabloides aus-
piciados por el gobierno y llenos de artículos difamatorios sobre los
principales periodistas del país, con la singular intención de socavar
la confianza del público en los medios de comunicación. En Guate-
mala, los periodistas fueron blancos de una campaña de difamación
a la prensaen 1999Ataques
La situación en las AméricasPor Marylene Smeets
transmitida a través de un misterioso programa de radio. Y un grupo
de panameños poderosos desató una campaña de difamación contra
el principal medio de comunicación del país, La Prensa , y su editor
Gustavo Gorriti, luego que el periódico publicara reportajes que vin-
culaban al fiscal de la República con el narcotráfico.
En estos tres países, los periodistas han respondido utilizando su
pericia investigativa para sacar a luz pública los orígenes de las campa-
ñas difamatorias. Los peruanos pre s e n t a ron evidencias contundentes
de que los tenebrosos servicios de inteligencia del país estaban de-
trás de la campaña de difamación. Los guatemaltecos documentaron
el hecho de que el programa radial había sido capitalizado por un
asesor presidencial. Y los panameños respondieron con la expansión
y aceleración de sus investigaciones de los personajes turbios a cargo
de la campaña contra Gorriti y La Prensa .
En todos estos países, las campañas de difamación contra la
prensa florecieron porque los sistemas judiciales locales eran débi-
les, y porque no se ha elaborado un marco legal que rija las relacio-
nes entre sociedad y medios de comunicación. No obstante, algunos
países tomaron medidas para remediar estas deficiencias, con la asis-
tencia y el apoyo particular de la Comisión Interamericana para los
Derechos Humanos (IAHCR).
Históricamente, la Comisión Interamericana para los Derechos
Humanos y la Corte Interamericana para los Derechos Humanos han
servido de foro independiente para los periodistas que no han podi-
do obtener justicia en sus propios países. Este año la Comisión ayudó
a resolver varios casos en Argentina, y presionó para que se borre del
sistema legal argentino la difamación como ofensa criminal. También
refirió un caso peruano y un caso chileno a la Corte Interamericana
en Costa Rica. A finales de año, la Comisión seguía estudiando otros
casos relacionados a los medios de comunicación, incluido un caso
peruano de intervención telefónica. Y con la prohibición de El libro
negro de la justicia chilena , supuestamente por amenazar a la segu-
ridad del estado, un representante del gobierno chileno se presentó
ante la comisión y reconoció la necesidad de reformar la anacrónica
Ley de Seguridad del Estado de Chile.
Quizá la reforma legal más dramática de 1999 fue la derogación
parcial de las infames “leyes mordaza” panameñas, que durante mu-
cho tiempo habían obstaculizado las labores de la prensa en ese país.
La presidente Mireya Moscoso se comprometió a derogar las leyes
mordaza restantes para el verano del 2000.
Mas si por un lado algunos países liberalizaron sus leyes de pren-
sa, otros tomaron medidas para cerrarle el cerco a los periodistas. En
Jamaica, una propuesta de ley dificultaría a los periodistas reportar
sobre la corrupción dentro del gobierno. En Brasil, se aprobó una ley
que castiga a aquellas autoridades que dan información a la prensa.
En Cuba, donde el gobierno ya tenía a disposición un arsenal de me-
didas legales para suprimir los reportajes independientes, cobró vi-
gencia en marzo una ley nueva que prácticamente prohibe la libre
e x p resión. La Ley para la Protección de la Independencia y la Econo-
mía Nacional de Cuba dispone condenas de hasta 20 años de cárcel por
una gama de ofensas relacionadas a los medios de comunicación.
La violencia también sigue siendo motivo de preocupación, par-
ticularmente en Colombia, donde cinco periodistas fueron asesina-
dos en el desempeño de sus labores en 1999. Sin embargo, reportar
sobre el tráfico de drogas, y la protección oficial que le permite pros-
perar, es igual de arriesgado en otros países. Muchos periodistas pu-
blican este tipo de reportaje sin firma, y aquellos medios que repor-
tan sobre el mercado de drogas han sido hostigados por asunto de
impuestos, o amenazas o intimidación.
Para los periodistas latinoamericanos, el próximo desafío será
ponerse a la altura de criterios profesionales más elevados. La cre c i e n -
te conciencia sobre la desesperada necesidad que tiene el público de
recibir reportajes verídicos y equilibrados, ha llevado a los periodis-
tas de muchos países a emitir un llamado para establecer un código
de ética profesional.
Detrás de todo hay una maraña de asuntos complejos, como
descubrieron algunos periodistas colombianos recientemente cuan-
do trataron de des-sensacionalizar la violencia y decidieron colecti-
vamente publicar toda imagen violenta en blanco y negro. El plan se
abandonó rápidamente, debido, según informes, a las bajas en las
cifras de circulación.
Las experiencias de los periodistas en Latinoamérica demuestran
que los medios se guían cada día más por factores de mercado,
después de décadas de subsidios estatales. El resultado es que los
medios han llegado a valerse cada día más de los contenidos sensa-
cionales. Al mismo tiempo, aquellos dueños de medios de comuni-
cación que se tornaron holgazanes bajo auspicios gubernamentales,
se han visto obligados a hacer más eficientes y profesionales sus
publicaciones. Muchos han contratado a prominentes reporteros jó-
venes, y se han distanciado de los gobiernos locales.
Desde el punto de vista de la libertad de prensa, la experiencia
latinoamericana con la internet ha sido tanto maldición como bendi-
ción. En Perú y Panamá, los enemigos del periodismo independiente
han hecho uso extenso de la internet para librar campañas de difa-
mación contra medios de comunicación. De igual forma, la internet
también se ha utilizado para esquivar la censura. Los reportajes de
periodistas cubanos independientes se distribuyen mayormente en
la internet, y el tomo prohibido El libro negro de la justicia chilena
registró 20 mil visitas el primer día que estuvo disponible en la Red.
Marylene Smeets es coordinadora del programa para América
del Comité para la protección de periodistas (CPJ). Este texto aparece
en el informe del CPJ bajo el título Vista panorámica de las Américas .
Para mayor información, o para obtener una copia del informe, co-
municarse al CPJ en sus oficinas de Nueva York, teléfono (212) 465
9344, o consultar su página electrónica en www.cpj.org .
Hace casi tres años, navegando por internet, me topé con la página de Periodistas de Investigación,
y quedé impresionada. Mi sorpresa no se debía al diseño del sitio o a la utilidad de sus servicios –que sin
duda la tenía– sino a la coincidencia...
Entonces yo trabajaba intensamente en el campo de la investigación documental, ansiosa de conocer
recursos electrónicos útiles para periodistas, con el fin de plasmarlos en mi tesis profesional y en mi de-
sempeño laboral.
La página de Periodistas de Investigación era mi proyecto hecho realidad, una red de periodistas cuyo
objetivo primordial era el intercambio de información y la capacitación profesional. La avalancha electró-
nica había comenzado.
Gracias al valioso correo electrónico pude tener contacto con Lise Olsen, entonces directora de Perio-
distas de Investigación, y conocer las entrañas del proyecto.
Felizmente, Lise me invitó a colaborar con la organización, y desde entonces han pasado muchas his-
torias y personas que han trabajado arduamente para consolidar a Periodistas de Investigación.
Primero en casa de Lise, y después en la querida oficina de Gamma 1, en Coyoacán, han sido varias
las aventuras personales y profesionales que hemos atestiguado, y con ello, el crecimiento no solo de Pe-
riodistas de Investigación como organización, sino de cada uno de sus miembros.
Ese crecimiento se ha consolidado también en mi persona. Hoy uno de los ciclos profesionales más
felices de mi vida se cierra.
Después de coleccionar y archivar cientos de reportajes y bases de datos, impartir decenas de talleres
y cursos de periodismo asistido por computadora, periodismo electrónico y periodismo de investigación;
de enviar cientos de mensajes electrónicos, y sobre todo, de conocer y trabajar con una maravillosa y
plural gama de periodistas, ha llegado el momento de tomar un nuevo camino.
Agradezco a los periodistas interesados en el uso de nuevas herramientas tecnológicas la oportunidad
de viajar por el continente y compartir conocimientos y angustias, el entusiasmo por nuevos proyectos, por
involucrarse con esta organización. Gracias por las enormes lecciones que –sabiéndolo o no– me dieron.
Gracias a los miembros fundadores (la lista es grande, pero gracias a todos) y al arduo trabajo de Lise
y Pedro Enrique; sin ellos, este proyecto no existiría.
Y gracias también a los socios actuales y a los que vendrán. Será su interés y trabajo en este proyec-
to el que fortalezca cada día el excelente trabajo desempeñado actualmente por mis compañeros de oficina.
Un abrazo para todos.
Alma Delia
Columna
a Periodistas de investigaciónHasta pronto
De Pesca
De acuerdo, en realidad no se trata de una nueva página, sino del
resultado de la renovación y actualización del sitio de Periodistas de
Investigación. Gracias al trabajo de Alejandro Cárdenas, Asociado Edi-
torial y encargado de nuestro sitio, así como a las sugerencias de
nuestros socios y amigos, el espacio en investigacion.org.mx ofrece
nuevos servicios y recursos en sus más de 200 páginas. Nuestro obje-
tivo es ofrecer un sitio eficiente, con información y herramientas úti-
les para el periodismo de investigación.
Una de las novedades es la base de datos de reportajes de inves-
tigación, con la que se pueden hacer búsquedas en nuestra colecc i ó n
que ya incluye más de 500 trabajos producidos en diversos países de
América Latina y México. La consulta de estos reportajes pueden ser
de gran utilidad para identificar fuentes, conocer lo que se ha hecho
respecto a temas específicos, o simplemente ver cómo están traba-
jando los colegas de otras latitudes.
También hemos estado trabajando en De pesca con la red, el di-
rectorio de enlaces útiles para las pesquisas periodísticas. Actualmen-
te tiene cerca de 500 enlaces bajo diferentes temas, e incorporamos
también un enlace directo al buscador Google!, que permite hacer
búsquedas directas en millones de páginas de internet.
En cuanto a la versión en línea de La Red, los números anteriores
de este boletín podrán consultarse ahora directamente en la página,
o bajarlos en formato pdf, el cual es más práctico para leer los mate-
riales sin necesidad de estar conectado o para imprimirlos. Por su-
puesto que también incluimos en enlace a la página de Adobe que
permite bajar el programa Acrobat Reader , necesario para consultar
los archivos pdf.
Otra sección nueva es la de las Charlas de Coyoacán, en la que
incluimos la información sobre los coloquios mensuales que hemos
estado realizando en nuestras oficinas desde mediados del año pasa-
do. Todas las charlas son grabadas, y nuestros socios y amigos pue-
den consultar las que sean de su interés u obtener copias en nuestras
oficinas.
La página ofrece ahora sendas formas electrónicas, una para sus-
cribirse en línea a nuestra organización, y la otra para que nuestros
socios y amigos puedan actualizar sus datos de manera personal e in-
mediata. El sitio se modifica diariamente, si es necesario, para actu-
alizar la información sobre conferencias, seminarios y eventos de in-
terés para los periodistas.
Es decir, queremos que investigacion.org.mx sea tanto un arcón
de recursos para periodistas como un foro virtual para el periodismo
latinoamericano.
Por lo pronto, los primeros indicios son alentadores: durante los
primeros cuatro meses desde que se actualizó el sitio n u e s t ro conta-
dor registró más de 2500 visitas desde numerosos países. Esperamos
comentarios acerca del sito, sugerencias, dudas, o propuestas para
poder enriquecerlo y mejorar nuestros servicios.
Intercambio Internacional de Periodistas
El Centro Internacional para Periodistas ( , ICFJ) convoca a un programa internacional paraeditores a celebrarse a partir del 16 de septiembre de 2000. El Intercambio Internacional de Periodismo (
) está abierto a diez editores de todo el mundo, quienes participarán en sesiones de capacitación, visitarándiarios y otras organizaciones de noticias en Washington y Nueva York y pasarán un mes trabajando con sus pares en impor-tantes diarios de Estados Unidos. La idea es que los editores visitantes tengan la oportunidad de observar todos los aspectosde la producción de un diario estadunidense e intercambien ideas e información con los miembros de la redacción. Los objeti-vos del programa son fortalecer a la prensa independiente de los países participantes y contribuir a la comprensión en EstadosUnidos de las culturas y el periodismo en otras partes del mundo.
El programa está dirigido a editores de alto nivel, con dominio del idioma inglés y por lo menos cinco años de experienciaen el medio. Es auspiciado por la Sociedad Estadunidense de Editores de Periódicos ( ) y el
, y no tiene ningún costo para los editores participantes. La fecha límite para presentar candidaturas es el 1 dejunio. Para mayor información, dirigirse a Patrick Butler, International Center for Journalists, 1616 H Street, N.W., Washington,D.C. 20006, teléfono (202) 737 3700, patrick@icfj.org, www.icfj.org .
Una nueva página para Periodistas
3-7 de abrilUn acercamiento a la comunicación: los medios y la cultura
contemporánea , seminario impartido por James Lull, profesor de
estudios de la Comunicación en la Universidad de San José, Californ i a .
El seminario se realizará en la Universidad Iberoamericana de L e ó n ,
Guanajuato. Para mayores informes comunicarse al teléfono (4) 710
0641, o a la dirección electrónica mhernand@amoxcalli.leon.uia.mx
14 de abrilTermina el plazo para recibir candidaturas al premio para
mujeres periodistas valerosas de la International Women’s
Media Foundation . El premio está abierto a periodistas, reporteras,
editoras, productoras y fotógrafas de todo el mundo. Para más
información, comunicarse con Amy Johnson, Program Director,
International Women’s Media Foundation, 1726 M Street NW, Suite
1002, Washington, D.C. 20036, Estados Unidos, teléfono (202) 496
1992, ajohnson@iwmf.org, www.iwmf.org .
14-16 de abrilConferencia sobre la ley de libertad de información en
Estados Unidos (Freedom 2000: FOI at the Millennium ), organi-
zada por la Coalición Nacional para la Libertad de Información, en
Arlington , Estados Unidos. Se trata de tres días de discusiones
sobre acceso a información y expedientes públicos. Para mayor
información comunicarse al teléfono (214) 977 6658, en Estados
Unidos, o a la dirección electrónica foift@airmail.net .
15 de abrilTermina el plazo para recibir candidaturas a los Premios de
Prensa Lorenzo Natalí , entregados por la Federación Interna-
cional de Periodistas (FIP) a nombre de la Comisión Europea. Los
premios son para periodistas cuyos artículos de prensa “reconozcan
los derechos humanos y la democracia como elementos vitales en
la búsqueda de un desarrollo equitativo”. Los artículos deben haber
sido publicados entre el 1 de abril de 1998 y el 31 de marzo de
1999, y deben ser remitidos en uno de los idiomas oficiales de la
Unión Europea o en una traducción. Para mayor información con-
sultar la página de la FIP en www.ifj.org/hrights/lorenzo/natali.html,
o comunicarse a la dirección electrónica ifj.prize@pophost.eunet.be
o al teléfono (322) 223 3729, en Bruselas.
19-22 de abrilCongreso de ciencias de la comunicación de los países de
habla portuguesa , con investigadores y académicos del campo
de la comunicación de Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau,
Mozambique, Portugal y San Tome y Príncipe, en San Vicente ,
Brasil. Para mayor información comunicarse la Secretaría de cultura
de San Vicente, Rua Joao Ramalho 988 Centro, CEP 11310-080, Sao
Vicente, SP, Brasil, teléfono 55 13) 560 1481,fax: (55 13) 467 3486,
amauri@kingnet.com.br
26-29 de abrilV Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investiga-
dores de la Comunicación , con el tema Sociedad de la informa-
ción: convergencias, diversidades. Organizado por la Facultad de
Ciencias de la Comunicación e Información de la Universidad
Diego Portales, en Santiago de Chile . Para mayor información
comunicarse a la dirección electrónica paulina.marin@com.udp.cl .
1-5 de mayoXV Congreso brasileño de periodismo científico , organizado
por la Asociación Brasileña de Periodismo Científico, con énfasis
en el tema de la ética en el trabajo de producción y divulgación de la
c i e ncia, en Florianopolis , Brasil. Para más información sobre el
congreso, comunicarse a Rua Rego Freitas, 530, sobreloja,
Sao Paulo, SP, CEP 01220-010, Brasil.
2-5 de mayoTaller de edición periodística: narración e investigación ,
organizado por la Fundación para un Nuevo Periodismo Ibero-
americano e impartido por el periodista argentino Tomás Eloy
Martínez, en Buenos Aires . Para mayor información comunicarse
a las oficinas de la Fundación en Cartagena de Indias, Colombia,
teléfono (57 5) 6645890, dirección electrónica contactenos@fnpi.org .
3-4 de mayoIII Conferencia internacional medios de comunicación y
procesos electorales , organizada en la ciudad de México por
la Cámara de Diputados la Fundación Konrad Adenauer, la Federa-
ción Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social, la
Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Iberoameri-
cana, el Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de
las Ciencias de la Comunicación y la Asociación Mexicana de Dere -
cho a la Información. Para más informes comunicarse a la
dirección electrónica 3erconferencia@care2.com .
Calendario de Eventos
4-6 de mayoCurso sobre agentes inteligentes para la recuperación de infor-
m a c i ó n en internet, organizado por la Asociación Andaluza de
Documentalistas y la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, en
Granada , España. Los organizadores explican que “se estima que
el número de documentos en internet es de unos 900 millones”
mientras que ningún buscador recoge más de la tercera parte de ese
universo. De ahí que los “agentes inteligentes, utilizando cientos de
motores de búsqueda, pueden ayudarle a conseguir una cobertura
de hasta un 90% del total de la red, a la vez que le permiten obtener
resultados con un alto índice de precisión”. Para mayor información
llamar al teléfono de la Asociación Andaluza de Documentalistas en Se-
villa, (954) 560961, o consultar su página en http://www.sistelnet.es/aad .
15-19 de mayoTercera Bienal Latinoamericana de Radio , a realizarse en la
ciudad de México con el auspicio y apoyo de varias organizacio-
nes nacionales e internacionales. El evento incluye un concurso de
programas radiofónicos, cursos-talleres de capacitación radiofónica
y teleconferencias. Para mayor información comunicarse a la direc-
ción electrónica informes@bienalderadio.com .
22-27 de mayoSeminario intensivo de periodismo ambiental organizado por
el Instituto Ambiental Scripps Howard en Boulder , Colorado. El
programa se realiza durante una semana e incluye presentaciones,
mesas redondas, discusiones con expertos y trabajo de campo.
Para mayor información consultar la dirección electrónica
www.colorado.edu/journalism/cej, o llamar al Centro de
Periodismo Ambiental, teléfono (303) 492 4114.
1-4 de junioConferencia anual Investigative Reporters and Editors (IRE), con la
que se celebra el XXV aniversario de la organización, en Nueva
York . El evento será en el Hotel Waldorf Astoria, y las inscripciones
están abiertas. Para mayor información comunicarse a las oficinas
de IRE en Columbia, Missouri, teléfono (573) 882 2042, o consultar
su página electrónica en www.ire.org .
1-5 de junioQuincuagésima Conferencia Anual de la Asociación
Internacional de Comunicación , en Acapulco , México.
Para mayor información comunicarse con Joseph Straubhaar,
Department of Radio-Television-Film, University of Texas, CMA
6.118, Austin, Texas 78712, Estados Unidos,
jstraubhaar@mail.utexas.edu, icahdq.org/index.html .
11-14 de junioCongreso anual de la Asociación Mundial de Diarios , en Río
de Janeir o, Brasil, que incluirá un “foro para editores” para discutir
el uso de internet en la distribución de noticias. Para más informa-
ción comunicarse con la Asociación en 25 Rue d’Astorg, 75008
París, France, teléfono (33-1) 47428500, cbanmeyer@wan.asso.fr,
www.wan-press.org .
junio-septiembreTalleres intensivos de periodismo para periodistas de diarios
y revistas de países en desarrollo, auspiciados por la Fundación
Thomson en el centro de estudios editoriales en Cardif f, Gales. Los
participantes deben de hablar y leer inglés, tener 24 años de edad o
más y un mínimo de tres años de experiencia laboral en un diario,
revista o agencia de noticias. Para más información, comunicarse
con Thomson Foundation, Bute Building, King Edward VII Avenue,
Cardiff CF10 3NB, Gales, Reino Unido, teléfono (44 1222) 874-873,
correo electrónico Enquiries@ThomFound.org,
www.thomfound.org/courses .
agostoTermina el plazo para presentar trabajos a concurso por los
Premios Ranan Lurie al mejor cartón político , ofrecido por la
Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas en honor de
Lurie, “uno de los caricaturistas más respetados del mundo”. Los
premios se entregarán en octubre el año 2000 en la sede de la ONU
en Nueva York. Para más información comunicarse con The United
Nations Correspondents Association Ranan Lurie Political Cartoon
Award, 375 Park Avenue, Suite 1301, New York, NY 10152, a la
dirección electrónica LurieHonor@aol.com, o consultar la página .
23-26 de octubreDécimo encuentro latinoamericano de facultades de comuni -
cación social , en São Paulo , convocado por la Federación Latino-
americana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS), la Aso-
ciación Brasileña de Escuelas de Comunicación Social (ABECOM) y la
Escuela de Comunicaciones y Artes de la Universidad de São Paulo.
Para mayor información dirigirse a Secretaría del X Encuentro
FELAFACS, Escola de Comunicacões e Artes, Av. Prof. Lúcio Martins
Rodrigues, 443, Cidade Universitaria 05508-900 São Paulo, Brasil,
teléfono (55 11) 8184142, eca@usp.br, www.felafacs.org,
www.eca.usp.br/associa/abecom .
2000VII Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico ,
a celebrarse en la Universidad de Morón, en Buenos Aires .
Para mayor información consultar la página electrónica:
h t t p : / / w w w . c u e r p o 8 . e s /P E R I O D I S M O C I E N T I F I C O/ P e C i p o r t a d a . h t m l , o
comunicarse a las direcciones electrónicas cuerpo8@mail.ddnet.es
o mcalvo@terrabit.ictnet.es .
27-31 de agosto de 2001Segunda conferencia mundial sobre investigación criminal
moderna, delincuencia organizada y derechos humanos ,
en Durban , Sudáfrica. Convocada por el Instituto para Derechos
Humanos y Estudios de Justicia Criminal de Sudáfrica. Para mayor
información comunicarse con Tasha Houston-McMillan a la direc-
ción electrónica tasha@eventdynamics.co.za, o consultar la página
electrónica www.tsa.ac.za/conf/wccrim.htm .
Anuncios
PLAZA ACADÉMICAEl departamento de periodismo de la Universidad Internacional de Florida tiene una plaza para una persona
que domine el español y el inglés y quien, además de dar clases, coordinará el programa de maestría en periodis-mo en español. Los candidatos deben tener un doctorado en algún campo relacionado con la comunicación y expe-riencia en el periodismo profesional y en la enseñanza.
Para mayor información comunicarse con Pat Rose, Florida International University, School of Journalism andMass Communication, 3000 NE 151 Street, North Miami, FL 33181, teléfono (305) 919 5625.
4-8 de diciembreIII Encuentro Internacional de Investigadores y Estudiosos
de la Información y la Comunicación , organizado por la Facul-
tad de Comunicación de la Universidad de La Habana , con el tema
Comunicación, información y sociedad: tensiones presentes y fu-
turas. Dentro del programa se realizarán también el I Encuentro de
Estudiantes de Comunicación Social y el II Encuentro de Estudian-
tes de Bibliotecología y Ciencias de la Información. Para mayor
información comunicarse a Avenida de los Presidentes No. 506,
entre 23 y 21, El Vedado, CP 10400, La Habana, Cuba, telefax (537)
323734, dirección electrónica icom2000@fcom.uh.cu, internet
www.uh.cu/facultad/comunicacion .
El grupo editorial que representa a varios de los diarios más importantes de México está buscando a un edi-tor o editora de internet, para trabajar desde la ciudad de México. Los candidatos deben ser totalmente bilin-gües (inglés-español, pero otros idiomas también son bienvenidos), tener amplios conocimientos de cómputo yexperiencia profesional como periodistas. Las personas interesadas pueden solicitar más información dirigién-dose a la dirección electrónica nanuc@dsi.com.mx, o llamar al teléfono 56287609 en la ciudad de México.
Un reportero es agredido en la cara con un revólver por el hijo de
un alcalde en plena luz del día y se hace pasar por muerto para so-
brevivir. Un abogado fundador de un diario independiente recibe
una corona de flores con su nombre. Un corresponsal de radio pier-
de su trabajo por difundir una noticia contraria al interés del dueño
del medio. Son unos cuantos tristes relatos de la realidad de la pren-
sa en Latinoamérica.
El reportero se alejó de la profesión y tras una larga recuperación
física y emocional decidió volver a la labor; el hijo del alcalde sigue
impune; el abogado le entregó la posesión del diario al gobierno por
no poder resistir a las presiones económicas, y el corresponsal per-
dió su empleo y a nadie le importó.
Las violaciones a la libertad de expresión en América Latina son
incontables y nos remiten a un constante recuerdo de la existencia
de leyes desarrolladas por gobiernos militares con el único fin de
controlar y callar a la prensa.
Con el objetivo de debatir acerca de estas legislaciones, el Cen-
tro Internacional para Periodistas ( ICFJ, por sus siglas en inglés) con-
dujo la primera ronda del seminario “Medios y Libertad de Expresión
en las Américas” en Nicaragua y Guatemala durante las dos primeras
semanas de marzo.
Los relatos mencionados al principio son algunos de los tantos
casos que los participantes de las conferencias, en su mayoría del in-
terior del país, describieron a lo largo de los días del evento.
El seminario abrió un espacio para el intercambio de ideas y pa-
ra la discusión de leyes de prensa en ambos países, para el análisis de
los marcos legales, mecanismos legales y extra-legales que protegen
el derecho básico de todo ciudadano de informar y ser informado.
Los conductores de estos dos seminarios, Luis Botello, Director
de Programas para América Latina de ICFJ y Fernando Guier, aboga-
do del periódico La Nación de Costa Rica, enfrentaron algunos desa-
fíos. Como lo cuenta Botello “no es fácil decirle a un periodista que
él tiene todo el derecho de tener una prensa libre cuando el sistema
judicial no funciona y cientos de periodistas son amenazados, encar-
celados y hasta asesinados con toda la impunidad posible. ¿Cómo
podemos explicarles que confíen en la democracia?”
Sin embargo, esa desconfianza se transformó en esperanza ya
que los periodistas pudieron “conocer amenazas comunes a la liber-
tad de expresión y diseñar mecanismos de cooperación y ayuda para
fortalecer esa libertad que ejercen diariamente”, relata Botello.
Uno de los participantes en el seminario de Nicaragua encabeza
ahora a un grupo de abogados y defensores de los derechos huma-
nos denominado Iniciativa Nicaragüense para la Libertad de Expre-
sión y el Uso de una Prensa Responsable para el Fortalecimiento de
la Democracia.
En Guatemala los fundadores del recién creado Comité para la
Protección de Periodistas aprovecharon la presencia de colegas de
distintas regiones del país para hacer contactos e iniciar una red para
el seguimiento de las amenazas a la prensa en toda la nación.
Pequeños avances que sumados hacen una gran diferencia y
pueden “sobreponer ese sentimiento generalizado de desesperanza
que afecta a todos los sectores de la sociedad latinoamericana”, con-
cluye Botello.
El seminario “Medios y Libertad de Expresión en las Américas”
es auspiciado por la Fundación Robert R. McCormick y se llevará a
cabo a lo largo de tres años en todos los países de la región. Para más
información, comunicarse con el ICFJ, 1616 H Street, NW, Third Floor,
Washington, DC 20006, teléfono (202) 737 3700, fax: (202) 737 0530,
dirección electrónica libertad-prensa@icfj.org .
Que hay de nuevo
Medios y libertad de expresión en las Américas
Edición especial de la revista
Primer número de la revista
La revista salvadoreña Probidad (www.probidad.org.sv) publica en
su número de marzo-abril un expediente especial sobre el papel, los
desafíos y los mejores ejemplos del periodismo de investigación en
América Latina. Los autores son periodistas, especialistas universita-
rios y representantes de diversas instituciones de la región, y los en-
sayos cubren temas como ética y periodismo de investigación, inter-
net como fuente de investigación en temas de corrupción, periodismo
de investigación en países americanos como El Salvador, Argentina y
Uruguay, y periodismo de investigación y educación ciudadana.
La Organización de Periodistas en Internet (OPI) anuncia el lan-
zamiento de la revista electrónica Opinar (www.opinar.net), “una
publicación independiente, hecha por periodistas para los periodis-
tas” con el propósito de “crear un territorio en internet del que los
periodistas seamos dueños, en el que podamos expresar nuestra opi-
nión sin cortapisas”.
Intégrate a Periodistas de Investigación y participa en la construcción de una red de profesionales
dedicados a la investigación periodística mediante las técnicas y herramientas más modernas. La cuota
anual es de $300.00 MN (35 dólares en el extranjero) e incluye la suscripción a nuestro boletín, ,
descuentos en nuestras publicaciones y ofertas especiales, el acceso a nuestro creciente acervo de
recursos e información de utilidad para periodistas, y la participación gratuita o a precios
especiales en nuestros talleres, seminarios y conferencias. Para inscribirte, puedes hacer un depósito
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