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ESTIMACIONES SOBRE LA “DIALECTICA DE LO CONCRETO” DE KOSIK
Por Carlos Valdés Martín
1) Representa un Descartes dentro del marxismo pero de un concepto
evolucionado, generador de la evidencia del discurso.
El discurso de Kosik parece nuevo, como un infante recién nacido, por su
frescura y sus apelaciones directas al saber, empezando por el tema de la “cosa misma”,
pues el conocer trata de la cosa misma, que escapa y exige un rodeo. Sin embargo, es un
discurso levantado sobre una plataforma teórica, pretende manifestar al marxismo, en su
mejor ortodoxia (no la dogmática sino la filosófica-dialéctica). Retengamos este punto,
resulta un discurso de segundo nivel, que pareciera ser la identidad de su plataforma
(marxismo). Y esto es un problema reiterado del marxismo, su evolución pareciera
interrumpida, ya que los creadores-vástagos y su novedad se identifican a tal grado con
el fundador-padre, que ellos creen configurar su espejo y también nosotros los creemos
su espejo, así no pareciera transcurrir una evolución intelectual sino la eternidad del
perpetuo presente del discurso repetido. Ahora bien, esa falta de distancia de su propia
tradición, se puede explicar por un entorno político enrarecido (el “acto de fe”
estaliniano cuando obligaba a jurar por la ortodoxia), pero en este caso sí creemos en la
sinceridad de Kosik, su discurso se identifica plenamente con la verdad de Marx. Y por
la forma tersa de exponer los temas su Dialéctica de lo concreto no parece un manual de
repeticiones, sino la ocurrencia espontánea de quien acuerda desde la fibra más íntima
del pensar, en ese sentido resulta original Kosik, pues emana de su centro de origen.
Como ya debe ser evidente, me contradigo o la situación es contradictoria: repensar con
plena aprobación es repetir, y recordamos al bailarín que sigue una coreografía a la
perfección, incluso bailando mejor de lo que pudiera hacer el coreógrafo o el creador
del baile, así mirando al bailarín creemos que él ha creado entero ese baile perfecto y
acontece una ilusión. Aquí, acontece la ilusión de que Kosik es Marx resucitado, la
palabra encarnada repitiéndose en su eco inmemorial. Estas palabras no son de crítica,
sino de sorpresa: de alguna manera todos creemos en la repetición perfecta, en el eco del
“Maestro”, pero los antiguos resultaban ingenuos en su repetición, y los modernos lo
hacemos por “caminos misteriosos”.
Aunque sea sobre su plataforma previa, Kosik posee el mérito de crear una
plataforma pulida y clara, tan clara como la operación de Descartes, donde la razón se
desliza sin tropiezo, encontrando argumentos razonables uno tras otro, sin descanso,
hasta mostrar un cuadro de filosofía con apariencia de verdad. Ahora pienso en los
arquitectos de pirámides aztecas, quienes creaban una nueva pirámide sobre la base de
la anterior, simplemente la hacían mayor, volviéndola más grande y renovada. La obra
de Kosik parece una pirámide mayor elevada sobre la creación marxista original en el
campo de la filosofía.
Conviene hacer un paréntesis previo sobre la reticencia de Marx para establecer
claramente un texto de su filosofía, tarea sobre la cual Engels llenó esa laguna,
pretendiendo que no se trataba estrictamente de filosofía sino de ciertas conclusiones
dialécticas del materialismo histórico, para luego convertirse en la perspectiva del
materialismo dialéctico. Con frescura y naturalidad Kosik se propone aclarar el campo
de acción filosófica del marxismo, proponiéndose establecer clara y distintamente el
método utilizado por el marxismo, con el mérito de evitar una serie de deformaciones ha
abundaban en su tiempo (el dogmatismo estalinista y su utilitarismo en defensa de
regímenes políticos dictatoriales).
2) Kosik desarrolla un paso (no evidente) hacia el discurso del segundo nivel
(comparable al estructuralismo), tendencia del marxismo y posmarxismo.
De manera insospechada, el marxismo se deslizó hacia un discurso de segundo
nivel. Rebasando a la exégesis directa, se inició un proceso de interpretación dominante,
que lo debemos ubicar en torno al poder estatal estalinista y maoísta. Estalinismo es el
término genérico para estas dictaduras sobre el proletariado en nombre del marxismo.
Estas dictaduras, por diversos motivos, debían acaparar el “saber marxista” en un nuevo
discurso oficial. El marxismo se convierte en ideología del Estado y se debe reformar
para tal propósito, entonces adquiere la faz de un discurso de segundo nivel, y con
importantes novedades. El marxismo fue concebido como una ciencia revolucionaria
adecuada como conciencia teórica del proletariado. Y con su aparente triunfo cambia
completamente su función, y por tanto se genera un nuevo “discurso” pero vestido de
marxismo. El estalinismo disfrazado de marxismo en el fondo es un engendro,
destinado a convertirse en un”útil del poder” y no servir para liberar al proletariado.
Este segundo discurso adquiere el rótulo de marxismo el casi el mundo entero
creía en tal afirmación.
Debemos anotar un mérito de Kosik que aparente seguir la misma línea, pero
torpedea la línea de flotación de tal “seudo-marxismo” del discurso oficial. Lo hace pero
no lo dice, evita la polémica, por el alto costo de su opinión. Pero contra la fase de
“manuales marxistas” solamente se descubre el camino de hacer una especie de contra-
manual, que supera los manuales estalinistas y deja bien parado el marxismo. Debemos
anotar que el entorno de la sociedad estalinista es sumamente riesgoso, la disidencia
teórica se paga con la cárcel o la muerte. En ese sentido, dialéctica de los concreto, es
un contra-manual maestro, que desarmaría el fundamento final de los manuales de
seudo marxismo. Sin embargo, como seudo marxismo era seudo razón, además no
escuchaba razones. Por lo mismo, finalmente su obra resultó una herejía dentro de su
país (entonces colocado bajo la órbita de Moscú) y motivo de persecución política por
los estalinistas de su país.
Un discurso de segundo nivel implica una situación bastante universal del
pensamiento, el cual corrientemente toma otra cosa para forjarse, su materia prima
usual. Sin embargo, en cuanto empezamos con el doblez, avanzando por el camino de la
interpretación aparecen riesgos potenciales de que el “rodeo” inevitable de cualquier
pensamiento se convierta en un rodeo del rodeo, y así aparezca un sistema de curvas
infinitas que solamente se regodea en las referencias y olvida la “cosa misma”, tiene
amnesia de su materia prima usual. De este punto, parece poseer una claridad meridiana
el propio Kosik, ya que creció en un ambiente de referencias de segundo nivel (los
manuales dogmáticos sobre el marxismo que proliferaban dentro del ambiente
soviético), incluso este es el tema inicial de su obra. En su inicio Kosik nos indica “La
dialéctica trata de la ‘cosa misma’. Pero la ‘cosa misma’ no se manifiesta
inmediatamente al hombre. Para captarla se requiere no sólo hacer un esfuerzo sino
también dar un rodeo”1 Entonces la obra del filósofo checoeslovaco (ahora hasta este
país desapareció bajo la bandera de la división en bloques nacionales), parece tener muy
claro, que el rodeo es un discurso de segundo nivel, luego el desplegarse intelectual
debe ofrecer ni poco ni demasiado, sino justo lo suficiente para facilitar la tarea de
investigación. Esta mediación de rodeo del conocimiento, corresponde perfectamente
1 KOSIK, Karel, Dialéctica de lo concreto, p. 25.
con la idea general del método, respecto de la cual su precursor resulta bien conocido, el
“filósofo bajo la máscara”, Renatus Descartes. Entonces la obra de Kosik nos
proporciona un “discurso del método” del marxismo, buscando deshacerse de
armaduras inesenciales, de falsos recursos (recordemos dominantes en la Manuales
marxistas de su periodo) y rescatar una identidad primigenia (entre este filósofo actual,
Kosik, y el pensador originario, Marx, que realmente busca ser trinitaria, pues incluye al
“lector” del texto cuando bien comprenda el sentido del escrito).
Si se compara a Kosik con los textos de Manuales marxistas del periodo, sin
duda representa un afortunado retorno a los orígenes, sin embargo, debo objetar que en
materia de esta filosofía social no existe un estricto “retorno a los orígenes” como
posibilidad real. Precisamente la brillantez de Kosik consiste en su capacidad para crear
un discurso general y generoso, que capta en un nivel filosófico la realidad, ofreciendo
una interpretación afín a Marx, pero (el eterno “pero”) debe reestructurar el
pensamiento y ofrecer sus propios conceptos de solución. Así, uno de los temas más
memorables de Kosik aparece como título de su primer sub-capítulo que indica “El
mundo de la pseudoconcresión y su destrucción”. ¡Cuanta novedad y desafío con una
sola palabra! La “pseudoconcresión” es una aportación memorable de Kosik, la cual
ignoro si él la creó o la retomó de algún brillante pero desconocido teórico. El blanco
del ataque de tal concepto se refiere a que la vida utilitaria parece perfectamente
concreta y para manejarla se elaboran representaciones, las cuales son creídas por las
personas, incluso parecen funcionar, sin embargo esa aparente concreción de la
cotidianeidad, para el filósofo resulta una ilusión, de fondo una nulidad, simple material
prima se debe superar con una elaboración. Las claras representaciones de la vida
cotidiana, en su solidez de hechos y su carácter concreto le parecen a Kosik una pseudo
realidad, una falsificación que parece concreta, y entonces es resulta una “pseudo-
concreción”, entonces esta situación también representa un mundo, una entidad
completa, que resulta obligatorio superar para alcanzar el saber filosófico de corte
marxista.
Ahora bien, Kosik con su neologismo de “pseudoconcresión” se reclama
serenamente dentro de la corte de la ortodoxia marxista, por más que el politburó
(órgano supremo de Partido Comunista) de su país lo condene. Podemos compararlo
con otro (a final de cuantas) menos ortodoxo, Louis Althusser, quien proclama como la
línea directriz recién descubierta un eficaz concepto (menos llamativo por no contener
un neologismo) de la “estructura”, el cual define como la “eficacia de la estructura sobre
sus partes”2, y lo lanza como eje salvador para rescatar una verdadera ciencia social y
revivir al marxismo. A la postre, quedó claro que el proyecto de Althusser sí venía a
modificar de manera importante el legado de Marx, pero primero solamente apareció
como un método más afilado para ir a las fuentes (al propio Marx), liberándose de una
pesada carga de dogmatismo estalinista teórico y político. Y no me interesa resaltar el
aspecto de cambiar respecto de la fuente original, sino que el autor crea un nuevo
discurso teórico, un meta-discurso de segundo nivel que supera (me parece) en
significado (no porque su contribución teórica sea mejor, sino porque es otro
significado) al primer discurso, entonces se genera un fenómeno notable al cual yo
llamaría escolástica (recordando esta tendencia dominante en la filosofía medieval), un
regodeo del discurso (donde la dedicación al discurso originario crea una novedad
camuflageada), y se termina olvidando el concepto central; concreto al cual Kosik
denomina “la cosa misma”, el tema del saber dirigiéndose rectamente hacia la realidad3
para sustituirlo por el tema de los “saberes” (o bien discursos fragmentarios sin una cosa
misma de referencia) encadenados en red, así unos “saberes” remitiéndose a otros,
alterando sutilmente o hasta desfigurando la situación básica de que cualquier
pensamiento se levanta sobre los hombros de sus predecesores, pero debe mantenerse
atado a “la cosa misma”, enraizado en la realidad de la “cosa misma”.
3) La cosa misma conocida por la ciencia (El camino más corto = Descartes,
el camino imposible = Kant, el camino histórico-espiritual = Hegel, el camino
revolucionario = Marx) y la destrucción de la pseudoconcresión.
Podemos caracterizar a la ciencia como un discurso de saber en primer grado, es
decir, una descripción bajo reglas (a su vez definidas como científicas) sobre un objeto
al cual se estudia directamente, sobre todo, como lo muestran las ciencias
experimentales. Por otra parte la filosofía, desde su lado, se muestra como un saber
humano de segundo grado, especialmente en algunas especialidades como la
epistemología, ya ocurre espontáneamente un desdoblamiento. En epistemología,
usamos un conocimiento que estudia a un conocimiento, es una operación de regreso y
2 ALTHUSSER, Louis, Para leer El capital.3 Y en este aspecto se mantiene estrictamente coherente, ya que el final de su obra principal Kosik lo cierra con la consideración final de la “cosa misma”, indicando: “La dialéctica trata de la ‘cosa misma’. Pero la ‘cosa misma’ no es una cosa cualquiera o, dicho in rodeos, ni siquiera es una cosa: la ‘cosa misma’ de que se ocupa la filosofía es el hombre y su puesto en el universo, o bien (lo que, con otras palabras, expresa lo mismo): la totalidad del mundo que se revela en la historia por el hombre, y el hombre existente en la totalidad del mundo.” P. 269
autoconocimiento. ¿Dónde está el problema en este doble grado del discurso
epistemológico y de otros similares? Que al ser un espejo doble, cada interpretación es
un cambio del referente, y existe la posibilidad de un desplazamiento sin fin (luego un
conocimiento de la epistemología que ya es una potencia cúbica).
Recuperando a Marx, tenemos su afirmación “ser radical es aferrar las cosas por
la raíz, pero la raíz del hombre es el hombre mismo”4 Un filósofo inteligente se da
cuenta y observa la paradoja implicada en esta temática y enfoque. Y habiendo
problema se ofrece solución, y las marxistas fueron la unidad de teoría y práctica
revolucionaria, la unidad de teoría de la liberación y de sujeto revolucionario, que en el
extremo Lukács la denominó la identidad del marxismo con el proletariado
revolucionario5. Sin embargo, con esta solución desaparece “la cosa misma”, y sobre
este tema Kosik plantea que no hay tal problema, al menos para la filosofía marxista.
Superando la ingenuidad de un camino inmediato entre la conciencia y la cosa
misma, sin embargo, Kosik promete un “rodeo” corto o acotado, establecido en la
filosofía marxista misma. Para Descartes sí existía un camino casi directo entre la razón
y la cosa, porque la evidencia de ideas claras y distintas simplemente se articula
mediante la razón para alcanzar las verdades; de hecho este sería una especie de “el
camino más corto posible” entre el sujeto pensante y la verdad contenida en la cosa
misma. Difícil imaginar un camino más breve y aceptable a la razón que el propuesto
por Descartes, pues vía más corta correspondería a una iluminación o descenso de
fuerzas divinas que impelen sabiduría, pero dejemos esa hipótesis escabrosa. En
cambio, para Kant, el camino crítico concluye en un “callejón sin salida” pues resulta
imposible alcanzar a la cosa misma, porque el fenómeno se interponte ante el fenómeno,
entonces se cancela la propuesta de una verdad completa. Este camino, por una senda
crítica nos ofrece una parcela de verdad, arduamente conquistada a partir de una
clarificación filosófica. Por su parte, Hegel propone un camino complejo y elegante, que
aquí lo denominamos histórico espiritual, pues ofrece algunas ventajas que resultaría
largo exponer, por eso lo mencionamos por su importancia pero sin exponer6.
Finalmente, Marx ofrece una vía diferente, con una característica semi-inédita en la
historia de la filosofía por su radicalismo militante y su estricto apego al materialismo.
4 MARX, Karl, Manuscritos económico-filosóficos de 1844.5 LUKACS, Georg, Historia y consciencia de clase. Solución bastante criticada por sus adversarios de izquierda tildándolo de una desviación tipo hegeliana. 6 Hegel, desde la Introducción a la Fenomenología del Espíritu ofrece una superación al callejón sin salida del nóumeno de Kant, al indicar que el espíritu mismo hace la distinción, entre la cosa fenomenológica y la cosa en sí.
Este camino implica una construcción de sujeto (a nivel social, grupal e individual) y
una práctica para la creación de la verdad (el criterio de la práctica tamizado por la
teoría, que lo expuso para el campo filosófico Engels, semejando identidad con la
operación de la ciencia natural7).
Parece que Kosik sigue a Marx enteramente en la integración del discurso
filosófico, sin embargo, se engarza dentro de una paradoja trágica de la historia reciente.
Él era un intelectual bajo un régimen que decía seguir al marxismo como doctrina
oficial, y sus teorizaciones de seguidor fiel se convierten en una crítica desafiante
implícita. Recordemos que el discurso crítico revolucionario de Marx se creó en
confrontación con el régimen capitalista del siglo XIX en proceso de mundialización, es
decir, cuando el capitalismo se perfeccionaba en su rol del sistema dominante a nivel
planetario. Ahora bien, Kosik mediante su discurso también crítico, efectúa un enfoque
más general sobre el mundo que se interroga. De tal manera, Kosik no se delimita a
cuestionar el capitalismo (realidad que le aparecía fuera de su país) sino que critica “el
mundo de la pseudoconcresión”. Y ese “mundo de la pseudoconcresión” nos parece
bastante abarcante, y perfectamente se aplicaría al régimen supuestamente socialista de
la República Popular de Checoslovaquia. Este “mundo de la pseudoconcresión” abarca
para Kosik: El mundo de los fenómenos externos, las apariencias; el mundo del traficar
y manipular, es decir la práctica fetichizada8; el mundo de las representaciones comunes
nacidas de esa práctica fetichizada, es decir, la ideología; y el mundo de los objetos
fijados, donde parecen naturales las realidades que son eminentemente sociales. Esta
visión de que el “enemigo a vencer” es el “mundo de la pseudoconcresión” está
perfectamente cercana a las interpretaciones del joven Marx, del joven Lukács, el
existencialismo, etc. 9. Significa que el reto a vencer por la filosofía es el amplio campo
que se denomina la enajenación. Resulta significativo, que el filo de la diatriba es por
completo pertinente en contra de los regímenes de partido de Estado, donde la política
se convierte en medio utilitario que domina a la población; convirtiéndose el Estado en
un ídolo enajenado que oprime al pueblo (básicamente proletario), mientras gobierna en
su nombre.
7 El tema se ha discutido, algunos han cuestionado la falta de dialéctica de Engels y otros la han alabado. Cfr. ENGELS, Friedrich, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. 8 Cf. Especialmente MARX, Karl, El capital, Tomo I, capítulo I, “El fetichismo de la mercancía”9 Cf. Especialmente MARX, Karl, Manuscritos económico-filosóficos de 1844; LUKACS, Georg, Historia y conciencia de clase; SARTRE, Jean Paul, La crítica de la razón dialéctica; MÉZSAROZ, István, La teoría de la enajenación en Marx.
De este “mundo de la pseudoconcresión” para Kosik se debe efectuar una doble
destrucción: una teórica y otra práctica. La destrucción teórica es la cumplida por el
mismo Kosik al ofrecer una obra de teoría. Desde el punto de vista teórico, ese “mundo
de la pseudoconcresión” muestra los siguientes escollos o “materiales brutos” para la
superación teórica: fenómeno, apariencia, apariencia externa del fenómeno, conciencia
superficial, representaciones elaboradas a partir de apariencias, falsa conciencia,
aspectos aislados, fijaciones sin movimiento, sistematización de las apariencias o
ideología10, etc. Ese conjunto es la tarea para superar del “mundo de la
pseudoconcresión”, sin embargo, su visión tiene un lado práctico, como en Marx, así, le
parece que “la destrucción de la pseudoconcresión, como método dialéctico crítico (…)
para alcanzar la realidad, es sólo el segundo aspecto, el reverso de la dialéctica como
método revolucionario de transformación de la realidad.”11 En el original se subraya
esto de que se ofrece un “método revolucionario de transformación de la realidad”, ya
que en ese nivel acontece la novedad de la propuesta (desde Marx), la bandera y el grito
de batalla del movimiento revolucionario del siglo XX12. Ahora bien, tenemos dos
partes: la crítica teórica y la crítica práctica proponiendo un maridaje perfecto un
matrimonio ideal; lo cual nos susurra las noticias de los cuentos de hadas de princesas y
príncipes azules, sobre un ensamblaje perfecto de principio a fin. Reconozco que la
mera referencia a parejas de príncipes de la imaginación infantil ya ofrece una rudeza
auto-crítica ¿dónde existe el reino de la perfección? ¿dónde acontece la no-
contradicción? Para empezar, el matrimonio entre la teoría y la práctica revolucionarias
se debería probar, y más bien se aceptaba como un principio, cuando la práctica
histórica muestra más reiterado el desencuentro total entre teoría y práctica13. De alguna
manera el discurso vigoroso e inteligente, procura probar esta unidad, pero lo toma por
ya probado, y así únicamente teje sobre la unión de estos dos ámbitos, sin establecer el
maridaje específico (el marxismo con el proletariado revolucionario), ya que el discurso 10 También típico del enfoque de Marx y Engels perforar el conjunto de ideas falsas, designadas con el neologismo del siglo XIX, de “ideología”, que sería interpretada como el conjunto de falsas impresiones creadas por un ambiente. Cfr. La ideología alemana. 11 KOSIK, Karel, op cit., p. 3512 Estimo que filosofía racionalista presenta un corolario hacia el cambio del entorno, la diferencia es que algunos eran cautelosos o no observaban una entidad social, así Descartes culmina su especulación proponiendo cambiar el alma, dominando las pasiones y Espinoza domeñar la ética. Cfr. DESCARTES, René, Las pasiones del alma. Sin embargo, la tradición marxista creyó que los autores previos manejaban una teoría en esencia pasiva hacia el entorno. Cfr. LUKÁCS, Georg, Historia y consciencia de clase.13 Por ejemplo, León Trotsky en La Internacional Comunista después de Lenin hace el cruel recuento de la bancarrota teórica y la traición sistemática dentro de movimiento comunista desbarrancado bajo el control de la burocracia de Moscú, con acciones siniestras de persecución y asesinato de los mismos militantes revolucionarios, así como la destrucción del movimiento obrero. Más reciente el recuento de Fernando Claudín en La crisis del movimiento comunista.
crítico de Kosik lo lleva hacia un nivel más elevado. Por ejemplo, reitera de varias
maneras que el hombre “a la realidad humano-social puede cambiarla
revolucionariamente, pero sólo porque él mismo ha producido esta realidad.”14
También, vemos la unidad en que “El mundo de la realidad (…) es un proceso en curso
del cual la humanidad y el individuo realizan su propia verdad, esto es, llevan a cabo la
humanización del hombre”15. La teorización y la práctica están engarzados en este
“curso” donde la acción se convierte en verdad16. En la modalidad de una tesis abstracta,
a veces esto sucede, pero parece predominar la negación de tal “evento”, por cuanto se
realiza el proceso precisamente contrario, digamos en el lenguaje de Kosik que la
“pseudoconcresión” deviene en verdad (aparente) y separa al sujeto (individuo o
sociedad) de su verdad. De hecho, la historia muestra una tendencia al regreso de la
pseudoconcresión (incluso bajo la bandera del marxismo, entre otras paradojas) y
muestra que la actividad teórica y educacional resulta el ingrediente indispensable,
cuestión que le resulta clara para Kosik cuando indica que “la realización de la verdad y
la creación de la realidad humana es un proceso ontogénico, ya que para cada individuo
humano el mundo de la verdad es , al mismo tiempo, su propia creación espiritual como
individuo histórico-social.”17 En definitiva, lo des ventajoso es la generalización
excesiva sobre esta unidad de operación entre la conquista de la verdad y las de una
práctica social. Una parte de esta afirmación resulta esencial, ya que el mundo ha
cambiado y sigue avanzando, y en tal proceso, la vanguardia (real no la
autoproclamada) opera en la parte más fina del pensamiento, justamente en la
vanguardia intelectual, en el descubrimiento del saber18.
4) Las virtudes de la totalidad y su estructura esencial.
14 KOSIK, Karel, op cit., p. 3515 KOSIK, Karel, op cit., p. 36.16 Debo anotar que el anhelo de la “verdad” está presente como ideología literaria en Maximo Gorki cuando plasma su obra La madre, retrato de la causa comunista. Ese “deseo de verdad” formó parte integral de la variedad rusa del marxismo. Resulta curioso que la degradación del marxismo por el estalinismo haya sido tan eficaz para levantar la mentira oficial como su divida, por ejemplo, reescribiendo la historia cuantas veces fuera necesario para complacer a la cúpula dirigente. Cfr. MANDEL, Ernest, Preguntas y respuestas sobre la historia del Partido Comunista de la URSS.17 KOSIK, Karel, op cit., p. 36. Con lo cual asume parte del programa del racionalismo, cuando asume que la razón individual faculta a cada quien a conocer la verdad, aunque algunas variedades de marxismo restringen esto a una clase elegida y otras a la élite política que asume la posición política correcta o conoce la obra de Marx. Por ejemplo, Lukács argumenta la relación entre el punto de vista proletario y la actualidad de la revolución (el hoy del siglo XX como la época revolucionaria por excelencia), en Lenin la coherencia de su pensamiento. 18 La explicación de Alvin Toffler en El cambio del poder se dedica a explicar el papel crucial del conocimiento en la nueva estructura del poder que desplaza a la violencia o al capital como las fuentes últimas.
Vale mucho la pena rescatar este tema de la totalidad y su correcto
abordamiento, tratado por Kosik con la brillantez de lo simple en apariencia y la
precisión del cirujano. Resulta de doble importancia, ya que comprender la totalidad es
clave para interpretar los “sistemas complejos”19 que vuelven a la moda intelectual. Este
tema de la totalidad, durante tantos siglos relegado como una especialidad misteriosa de
los filósofos, sin atención del resto de los pensadores, últimamente regresó como una
estrella del escenario intelectual bajo la etiqueta de “pensamiento sistémico”. Casi
siempre los seguidores de la corriente sistémica desconocen el amplio legado de la
filosofía clásica y en particular de la corriente marxista más avanzada, y cuando lo
conocen quizá lo estimen demasiado encriptado para mostrarlo al amplio público. En la
filosofía clásica el gran ídolo de la totalidad desplegada, si duda, debe ser Hegel, y de
éste abrevaron Marx y Engels directamente. Para el método exigente de Hegel
únicamente la totalidad conduce a la verdad, pues las partes son como un engaño
mientras no aparezcan integradas al despliegue de la totalidad en movimiento20.
La corriente marxista rescató esta visión global y procuró convertirla en
radicalmente materialista. En este entronque de una larga tradición, Kosik incluso
considera ya la sutileza para integrar una “totalidad concreta”, que contenga
simultáneamente un concepto fino, filoso y realista. Por ejemplo indica: “Reunir todos
los hechos no significa conocer la realidad y todos los hechos (juntos) no constituyen
aún la totalidad”21, y también indica que son trivialidades de método el anotar “que todo
está en conexión con todo y que el todo es más que las partes”22. Estas dos indicaciones
negativas de Kosik sobre la insuficiencia de reunir hechos y la insuficiencia de contener
una vaga conciencia de todo, nos indica que busca un concepto más preciso de la
totalidad, para colocarle el calificativo de “concreta”, entonces su término es unido así
“totalidad concreta”. En este tema, Kosik se desenvuelve con maestría y nos regala
varias claves sobre el abordamiento adecuados y el equivocado en el tema de la
totalidad concreta. Sobre la fuente de las equivocaciones en el tema de la totalidad
recordemos que se podía nutrir con una amplia literatura marxista dogmática23, a la cual
19 De hecho, uno de los adalides de la complejidad, Edgar Morin, proviene de la corriente marxista. 20 Cfr, GWF HEGEL, Enciclopedia de las ciencias filosóficas.21 KOSIK, Karel, op cit., p.55.22 KOSIK, Karel, op cit., p. 54.23 En el periodo estalinista, cundió la costumbre de elaborar “manuales” para el tratamiento exhaustivo de problemas, que para los temas del marxismo resultaban recopilaciones, donde el agregado sustituye a la comprensión y la propaganda grosera arruina la interpretación, un ejemplo Manuel de Economía Política de P. Nikitin “La teoría económica marxista-leninista se desarrolla con espíritu creador en las resoluciones del Partido Comunista de la Unión Soviética, de los partidos comunistas y
ataca pero casi no menciona por obvia precaución. Respecto de la fuente de
abordamientos correctos, en mi opinión retoma las finas cavilaciones de Lukács, junto
con las creaciones originales de Marx y Engels.
Para el abordamiento correcto de la totalidad concreta ofrece varios criterios
metodológicos, entre los cuales destacan los siguientes:
Concreción de la totalidad. Como la parte remite al todo, al conocerla se va
determinando el todo. Las partes siempre se iluminan y remiten hacia el
conjunto, por tanto el fondo las ilumina, la remisión les da sentido, sin embargo,
la partes es contributoria, ofrece resignificaciones hacia una totalidad
comprendida.
Dinámica de la totalidad. La parte está en movimiento y también el todo,
solamente viendo genéticamente y en movimiento se capta la realidad. La
totalidad es genética, posee origen y curso, se mueve en los ejes del tiempo24.
Esencia de la totalidad. Partiendo de la apariencia se alcanza la esencial, y la
esencia explica la apariencia, finalmente el saber es la unidad de ambos.
Alcanzar la esencia no es reducir el pensamiento, se revela una dialéctica
permanente entre apariencia y esencia25.
Integración de las contradicciones en la totalidad, los opuestos y elementos en
conflicto forman la totalidad, resultan indispensables en su creación constante26.
Estructura y jerarquía de la totalidad. Las relaciones de una totalidad no son
simples agregados mecánicos, sino relaciones estructurales con jerarquía
internas.
obreros de otros países y en las obras de los discípulos de Lenin”, p. 7. Mueve a risa la pretensión de que la ciencia económica avanza con las “resoluciones” de un congreso de un partido; pero esas palabras eran obligatorias y se perseguía a quien las ignorase. Por ejemplo, una afirmación lúcida Kosik golpea ese tipo de propaganda: “La falsa totalización y síntesis se manifiesta en el método del principio abstracto, que deja de lado la riqueza de la realidad (…) El principio abstracto elevado al rango de totalidad, es una totalidad vacía, que trata a la riqueza de lo real como un ‘residuo’ irracional e incomprensible” KOSIK, Karel, op cit., p.71. 24 En su origen el marxismo presumió ante el resto del pensamiento de su capacidad para avanzar, mientras el “pensamiento burgués” les parecía detenido, por ejemplo, la llamado padre del marxismo en Rusia, a Pléjanov en El papel del individuo en la historia y La concepción materialista de la historia de Carlos Marx.25 Si bien, la esencia proviene desde la temática idealista de la filosofía, donde el mundo ideal es la esencia para Platón, el término lo conserva Marx, para comprender la esencia de la sociedad capitalista a partir de sus leyes fundamentales. Cfr. MARX, Grundrisse. También véase MANDEL, Ernest, La formación del pensamiento económico de Marx. 26 El tema de la contradicción confronta a las tradiciones de la lógica formal y del positivismo científico con este lado dialéctico, que también se cabría comprender como momentos del proceso de pensamiento, ya que al coherencia formal y la positividad de los hechos es importante en el proceso del conocer. Cfr. LEFEVRE, Henri, Lógica forma y lógica dialéctica. Por su parte citamos a Kosik, “En efecto, la totalidad sin contradicciones es vacía e inerte y las contradicciones fuera de la totalidad son formales y arbitrarias.” KOSIK, Karel, op cit., p. 73.
Captación de diferentes dimensiones de la totalidad. La totalidad se capta en
diferentes niveles de realidad, por ejemplo su nivel físico es muy diferente del
social, y en cada uno se descubren conjuntos de leyes operativas.
Subjetividad del conjunto social. Ver la parte junto con el proceso implica
descubrir el sujeto en acción, descubrir al productor de su realidad27.
Asimismo, Kosik ofrece una síntesis de las tres principales modalidades generales de
definición de la totalidad en la historia de la filosofía:
La totalidad atomístico-racionalista desde Descartes a Wittgestein, donde la
totalidad se obtiene por la agregación de los hechos más simples (en general
correspondiendo con la perspectiva las ciencias naturales).
La totalidad organicista y la organicista-dinámica la cual afirma la prioridad del
todo sobre las partes, formalizando el todo, como en Schelling y Spann (Spinoza
y seguramente en gran parte del estructuralismo como en la primera etapa de
Foucault28, y convendría agregar a las versiones dogmáticas del marxismo).
La totalidad dialéctica que concibe la realidad como un todo estructurado que se
desarrolla y crea, a la cual se adscriben Heráclito, Hegel, Marx y el propio
Kosik.
Asimismo, se podría agregar para redondear la historia de la filosofía, las
concepciones donde existen serios problemas para visualizar la importancia del todo,
entre las cuales la totalidad queda fuera del concepto teórico (Hume y el empirismo,
Nietszche y las variedades de irracionalismo), y aquéllas donde resulta irresoluble
(Kant).
Ahora bien, el conocer perfectamente un método no significa que se vaya a
sustituir la investigación directa. En esto hace énfasis también Engels cuando no acepta
que se configure una filosofía separada de la investigación científica29. Entonces no
27 Esto se vincula con el principio práctico del marxismo en su sentido más positivo, cuando acepta la capacidad de actuación libre del individuo en la sociedad, lo cual fue bien defendido por la versión marxista de Sartre en “Cuestiones de método”, la Crítica de la razón dialéctica., obran en la cual el motivo principal es resolver los dos polos: sociedad (desde el marxismo) e individuo (tras el legado existencialista y fenomenológico). 28 En Las palabras y las cosas, la episteme de cada periodo es una totalidad-red que obliga a todos los pensadores de cada periodo a someterse a una visión global, para generar la interpretación bajo la modalidad de esa época. 29 ENGELS, Friederich, Anti-Düring.
bastan las mejores precauciones metodológicas sobre las relaciones posibles entre la
parte y el todo, cuando la investigación obliga a modificar hipótesis.
5) El fruto del árbol (conclusión)
Como indicaba Hegel, la fuerza del espíritu se manifiesta por su exteriorización.
En este caso me pregunto ¿cuánto saber histórico concreto se ha desplegado a partir de
tantas consideraciones metodológicas tan brillantes de Kosik? En definitiva existe una
escuela de pensamiento marxista de economía, política, historia y ciencia social, sin
embargo, en el curso del pensamiento del siglo ha operado como una sección
especializada, más bien como una especialización de la perspectiva histórica y política.
Fuera de ese campo acotado su fulgor metódico casi no da frutos ni se expande. Incluso,
el avance de tales conocimientos especializados no resulta demasiado alentador, si nos
atenemos al detallado y erudito recuento de Perry Anderson, quien efectúa un preciso
balance de la evolución secular del campo marxista30. Esto quiere decir, que existiendo
una visión tan completa y elegante del fundamento filosófico de la totalidad, su posible
utilidad intelectual ha resultado truncada, la plataforma de lo general (la teoría de la
totalidad misma) no alcanza el suelo de la investigación particular.
La historia personal de Kosik resulta también aleccionadora en ese sentido, pues
fue perseguido político y condenado al silencio por un régimen autoritario que se
suponía fundado en el marxismo, la misma filosofía que utiliza nuestro autor con tanta
maestría. Asimismo, su aportación personal permaneció confinada a un selecto grupo,
con una inclinación política muy marcada, en cambio para el grueso de la academia y el
gran público ha permanecido como un autor inaccesible. Con el renacimiento del interés
por los temas de la totalidad, manifiestos en la corriente del “pensamiento sistémico”
resultará enriquecedor vincular este tipo de pensadores de tema filosófico para unirlos
con el nuevo interés hacia los conjuntos mediante los sistemas complejos31.
Posiblemente, en el presente este tipo de reflexiones sobre la totalidad encuentren un
ambiente propicio para integrarse al tronco central del pensamiento, enriqueciendo la
gran obra intelectual por venir. Es decir, el fruto del árbol de Karel Kosik permanece en
maduración lenta, cual vino añejo y fermentando lentamente bajo las alas del búho de
Minerva, el cual solamente levanta el vuelo al atardecer. Quizá se acerca la estación
para brindar con este vino del estío.
30 ANDERSON, Perry, Tras las huellas del materialismo histórico y demás textos de balance.31 O’CONNOR, Joseph, El pensamiento sistémico, y TOFFLER, Alvin, La tercera ola.