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Epistemologas crticas y metodologa de investigacin: tpicos tericos y prcticos Carlos Figari
Mdulo 2: Puntos de partida para entender la ciencia
El modelo clsico de ciencia en occidente es el modelo racionalista y positivo. Parte de una
ontologa del cosmos que supone siempre una realidad preexistente que marca una distincin
como punto de partida y hermenutica: la posicin de observador y objeto y de la teora y el
hecho.
La primera de estas premisas, la de observador y objeto, nos reconduce a una genealoga previa
del sujeto (en verdad de la relacin sujeto-objeto). Es decir, a la configuracin de un ser
autodenominado como humano, con mayor o menor diferencia de otros seres no humanos sea
sobrenaturales sea con las diferentes especies de seres vivos y con los seres inanimados o
cosas.
Respecto a otros seres humanos la historia discutir quienes son, desde cundo y que
relaciones tienen entre ellos y que relaciones tienen con el resto del mundo. En la
interpretacin de Max Weber, Durheim y otros, la humanizacin va de la mano de la posibilidad
de abstraccin. Es decir, de la posibilidad de simbolizar, de dar nombres a las cosas, de
constituir un signo lingstico que permita nombrar al mundo. Claro que quien nomina tiene el
poder del mundo, o ms bien es el verdadero creador del mundo, al que le da nombre (y por
ende lo constituye en objeto real).
Un primer estadio de tal humanizacin lo constituira el naturalismo pr-animista (la
denominada "mentalidad primitiva" de Lvv-Bruhl o el "pensamiento salvaje" de Lvy- Strauss).
Este se basa en la analoga naturalista del hombre en relacin con su medio. Cosa y significado
no estn entonces separados.
El paso del naturalismo al simbolismo, en cambio, ya nos permite hablar de un hombre
religioso. Un hombre con una creciente abstraccin de los poderes sobrenaturales en relacin a
objetos concretos. El simbolismo permite as una forma de control sobre el objeto de la
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experiencia por medio de un acto de conocimiento. Un animal o un hombre pre-religioso
pueden apenas resistir pasivamente a la experiencia del sufrimiento y de otras limitaciones
impuestas por sus condiciones de existencia. El hombre religioso, al contrario, puede, a travs
de su capacidad de simbolizacin, de cierta forma trascender y dominar, consiguiendo, de ese
modo, una libertad en relacin a su propio medio imposible en el pasado. (Robert Bellah, 1964)
La magia acta como un ritual de cambio en un intento de convivir y por ende de dominar la
naturaleza. La magia es una primera forma de racionalizacin para Max Weber, quien ve en ella
una teora no verdadera ni objetiva, pero si eficaz y abstracta. El hombre consigue producir
mediante diversos tipos de racionalizaciones modelos explicativos de los problemas que debe
afrontar. Claro que no como nosotros:
"Desde un punto de vista actual sobre la naturaleza nosotros distinguimos de una manera
objetiva imputaciones causales justas o falsas. Estas ltimas las consideramos como irracionales
y los actos correspondientes como magia" (Max Weber, cit en Boudon, 2004: 12).
La tradicin clsica pre inaugurada con el pensamiento fsico-naturalista en la Grecia antigua da
cuenta de un mundo en que los hombres y los dioses luchaban con la angustia de las Moiras
(destino) en un espacio comn: el cosmos. El sujeto aqu no es individuo, es ser harmnico con
la fisis, el mundo dado, en el que el nico modo de relacin posible parece ser la
contemplacin. Qu es el mundo que est ah? Sera la pregunta universal de los
presocrticos, una pregunta que se responde admitiendo que ese universo es no contingente,
que posee un principio de indeterminacin y que el hombre en l no es ms que uno de sus
elementos.
Entre los griegos la relacin de las divinidades con los hombres est marcada por la relativa
ausencia de distancia. Ellos conviven con dioses cuasihumanos que incluso tienen residencia
fsica en el Olimpo. Esta relacin indica la existencia de una mera duplicacin entre el mundo de
las cosas y fenmenos y el mundo de los poderes sobrenaturales denotando la existencia de
una concepcin del mundo monista.
Platn nos habla de un mundo en el que el hombre no es ms que un rehn del mundo de las
ideas. Cuya proyeccin al mundo sensible no es ms que una seal de condenacin a la
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contemplacin. El nico sujeto posible as es el que se reconoce limitado por un mundo que no
le pertenece pero que lo orienta en su devenir sensible.
Claro que Aristteles, por el contario, piensa ya en la posibilidad de construir un mundo cuya
racionalidad sea el reflejo del ser total, del ser absoluto y apela a la certeza de que la razn
puede ejercer una multiplicidad de lgicas que explican el universo. Aqu no est en el germen
de la contemplacin sino el de la dominacin del mundo como modo posible de relacin del
hombre con l.
La distincin entre teora y hecho por otro lado, parte de una jerarqua de los conocimientos
donde la episteme del filsofo (va contemplativa o explicativa) se distingue claramente de la
doxa del vulgo.
Y este es el quid de la dominacin del hombre por el hombre de la teora crtica. Ya en la
Ideologa Alemana Marx y Engels (1845-1994: 157) dejan claro que las formaciones nebulosas
que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso
material de vida, es decir las abstracciones. Su proceso material de vida son sus modos de vida
cuyo primer hito histrico es la produccin de los medios de vida que garantizan la existencia
de los individuos (su organizacin corprea y con su entorno).
No menos material es entonces el lenguaje que junto con la conciencia nacen de la necesidad
del intercambio con los dems hombres. Claro que Marx y Engels reconocen que esa conciencia
al estar mediada por el lenguaje no es conciencia pura sino mediada y el lenguaje se relaciona
con la divisin del trabajo fsico e intelectual. Desde este instante, puede ya la conciencia
imaginarse realmente que es algo ms y algo distinto que la conciencia de la prctica existente,
que representa realmente algo sin representar algo real (164). En su proceso histrico de vida
lo real se ha perdido. O, en palabras de Marx y Engels, se ha invertido lo real, los hombres y
sus relaciones prcticas como emanacin directa de su comportamiento material, que aparece
invertido como en una cmara oscura (157). Ha nacido la ideologa. Las ideas de la clase
dominante son las ideas dominantes de cada poca. La clase que tiene a su disposicin los
medios de produccin material dispone de los medios de creacin espiritual. Cada nueva clase
que pasa a ocupar el dominio debe presentar sus propios intereses como los generales: a
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presentar esas ideas como las nicas racionales y dotadas de vigencia absoluta (184). El
lenguaje que usamos vehculo de comunicacin y mbito de sentido no escapa a esta regla, la
imposicin de sentido al mundo es siempre ideolgica, es decir, nace de la arbitrariedad y de la
jerarqua. [Profundizar en La Ideologa Alemana]
Dicho de otra manera, la separacin del sujeto respecto al objeto, premisa de la abstraccin, se
funda en la separacin respecto a la cosa, que el amo logra mediante el servidor. (Adorno y
Horkheimer, 1998: 15) [Profundizar en Dialctica del Iluminismo]
La sociedad fontica
La abstraccin entonces es la premisa de formacin de un concepto. Esto es, tal como venimos
exponiendo, una representacin mental (universal) de la experiencia (particular) que se erige
en un lenguaje, necesario para comunicarnos.
El signo o representamen dice Charles Peirce (1931), es lo que sustituye algo por alguien. El
signo se dirige a alguien y evoca para aqul un objeto o un hecho, durante la ausencia de tal
objeto o de tal hecho. Por ello decimos que el signo significa in absentia.
Las cosas entonces estn mediadas por el lenguaje. Siguiendo la definicin clsica de signo de
Saussure, este est constituido por el concepto o significado y por su correspondiente imagen
acstica o significante (no es el sonido mismo sino la huella psquica de ese sonido, la
representacin que de l nos da el testimonio de nuestros sentidos). En tal esquema
desaparece la cosa en s. El signo segn Saussure es arbitrario, no hay relacin necesaria entre
significante y significado. Claro que agregar luego Benveniste que lo que es arbitrario es la
relacin de ese signo (significante/significado: [bwey]- ) con la realidad que nombra y
que lo que debe tenerse en cuenta es la relacin del smbolo lingstico en su totalidad, con la
realidad externa que simboliza. Esto nos es arbitrario o, si lo es, depende de sus condiciones de
produccin o de la formacin ideolgica que lo sustenta (Benveniste, 1971: 49-55)
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Una representacin racional constituye una expresin, una mentalizacin de la prctica, a
travs del sentido del concepto. Y slo puede ser traducida en un discurso. Este hecho para
Julia Kristeva, si bien es histrico no es necesario: "Al suplantar la cadena sonora a lo visual, el
lekton sustituy lo corporal; el sentido se une as a lo fontico que lo exige y de lo que resulta
inseparable. La sociedad fontica es necesariamente la sociedad del sentido y de la
representacin" (Kristeva, 2001).
Es decir, en la interpretacin de Kristeva existen otras dimensiones de lo real: el espacio, el
volumen escnico y lo teatral como prctica dominados por lo visual que es denegado por el
sonido. Como sostiene Quijano, a partir de esta opcin se hizo impensable la idea de que un
sujeto cognoscente fuera posible ms all del sujeto del conocimiento postulado por el propio
concepto de racionalidad instaurado por la epistemologa moderna (Quijano, 1992: 442 en
Mignolo, 2003: 123)
Si el lenguaje es la materia del pensamiento, tambin es el elemento propio de la comunicacin
social. Una sociedad sin lenguaje no existe como tampoco puede existir sin comunicacin.
Cmo sabemos, los trminos clsicos de un esquema comunicativo bsicamente son tres:
destinador o emisor, el mensaje y el destinatario. Segn Kristeva, cada sujeto hablante es tanto
destinador como destinatario de su propio mensaje ya que es capaz de emitir un mensaje
decodificndolo al mismo tiempo y puesto tambin que no emite nada que, en principio, no
pueda decodificar. El mensaje destinado al otro est, en cierto sentido, destinado en primer
lugar al propio hablante, de lo que deducimos que hablar es hablarse. Asimismo, el
destinatario-decodificador descodifica slo en la medida en la que puede decir lo que oye. De
all que Kristeva concluya que la civilizacin del signo es la civilizacin del sujeto. Ambos, emisor
y receptor ya estn configurados en el lenguaje. Al pensarse el hombre se habla, lo hace como
un signo. Se da un sentido que le permite comunicarse, es decir conectarse o ms bien fundirse
con el Otro, que es un diferente-semejante.
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Ciencia, realidad y olvidos
El lenguaje comunicativo y denotativo, como vimos, es aquel que representa, que significa lo
real y sobre esta base tanto las ciencias naturales como las ciencias humanas elaboran
modelos, son representaciones de la realidad. El texto cientfico, sea explicativo o comprensivo,
trabaja siempre para crear una representacin modelizante que le permita entender lo real de
alguna manera especfica y siempre interesada.
Partimos siempre de la suposicin de que real es la realidad que vivimos en nuestra
cotidianeidad. No cuestionamos, en principio, aquellos conocimientos que Giddens o Bourdieu
denominan como prcticos. Salir de la cotidianeidad supone un esfuerzo especfico en
trminos reflexivos. Tal reflexividad opera en cualquier persona pero lo hace sistemticamente
en el pensamiento filosfico y cientfico. La ciencia es un tipo de conocimiento que trabaja
sobre ese mismo conocimiento cotidiano, como postulaba Schutz y que Giddens llam doble
hermenutica.
De alguna manera al igual que los procesos de abstraccin la hermenutica cientfica opera por
analoga mediante comparaciones. La analoga y comparacin nos permiten decir que algo es y
darle un nombre. Si tales procesos que puedo identificar se producen siempre de la misma
manera entonces puedo afirmar que son de la manera que postulo. Con ello supongo que he
ejercido un proceso reflexivo sobre el fenmeno observado y, mostrado su funcionamiento;
puedo afirmar que existe de determinada manera incluso puedo clasificarlo, cuantificarlo y
hasta darle un nombre especfico, que quizs slo servir para quienes manejen el mismo
cdigo (lenguaje cientfico). La actividad cientfica, sostiene Kristeva (2001), ha sido, es y ser
necesaria a toda sociedad, puesto que la explicacin (la "abstraccin" para Lenin una "fantasa)
es el gramma, fundamental e indispensable a lo social (al intercambio). "En el intercambio real,
escribe Marx, la abstraccin debe ser a su vez reificada, simbolizada, realizada por medio de
determinado signo". La ciencia en este sentido es la encargada de legalizar, jerarquizar y sobre
todo legitimar determinada forma de ver el mundo, de conocer y por ende de ser (recordemos
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que no puedo conocer sino aquello que ya se sabe) Esto es vlido tanto para las ciencias
sociales como naturales. No hay nada natural que no sea interpretado (ya que para entrar a
lo simblico ha debido antes ser convertido en un signo, es decir en una relacin entre un
significante y un significado) Esto es lo que distingue a la puerta de un pedazo de madera y a la
madera de un tronco de rbol. Cualquier proceso del denominado mundo natural ha debido ser
ledo en trminos del lenguaje o de algn lenguaje.
Qu es sino el ADN? Dnde reside sino en la mente de los cientficos y los laboratorios?. Una
ciencia acrtica trabaja sobre estas realidades y es lo que yo llamo construccin ingenuo
contrastiva del conocimiento cientfico.
En esta operacin ideolgica que constituye ese conocimiento supuestamente verdadero y
acrtico se producen dos olvidos fundamentales, tal como los define Pcheux (1978) -en su
lectura de Althusser. El olvido nmero 1, que operara en el inconsciente proporcionndonos la
evidencia del sujeto, es decir, el sentido del autoconvencimiento del yo en tanto yo fuente
autnoma de mi decir. La ilusin de ser origen y fuente de nuestro decir cuando apelamos a
sentidos que nos anteceden y que tambin nos estructuran en tanto sujetos. El olvido nmero
2, que se refiere al campo de la enunciacin se define por la asociacin necesaria entre las
palabras y las cosas, o sea, acreditamos que las palabras se corresponden con las cosas como
una relacin natural. Es un olvido semi-consciente pues podemos recurrir a otras palabras o
asociaciones de palabras para especificar el sentido de tal decir. Alguien ha debido llenar de
mundo en palabras de Barthes. Alguien tambin nos ha hecho olvidar su origen.
Esto nos advierte que toda relacin significante no es meramente arbitraria (en el sentido de
Saussure) sino que es una arbitrariedad interesada, o para decirlo con mayor propiedad
ideolgica. Cualquier operacin de atribucin de significado siempre se enmarca en una
determinada formacin discursiva e ideolgica, es decir en palabras de Pcheux (1978): lo que
puede y debe ser dicho, desde una posicin especfica en una coyuntura
determinada (recordemos aqu la Ideologa Alemana).
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Bibliografa
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Benveniste, mile. 1971. Problemas de lingstica general, Mxico: Siglo XXI.
Boudon, Raymod. 2004. La racionalidad de lo religioso segn Max Weber, Revista Colombiana de
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Kristeva, Julia. 2001. Semitica 1. Madrid: Fundamentos.
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Mignolo, Walter. 2003. Historias locales / diseos globales: Colonialidad, conocimientos subalternos y
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Pcheux, Michel. 1978. Hacia un anlisis automtico del discurso. Madrid, Gredos.
Peirce, Charles Sanders. 1931. "Speculative Grammar", Collected Papers of Charles Sanders Peirce,
Cambridge, Massachusetts: The Belknap Press of Harvard University Press.