Post on 06-Jul-2015
description
Dedicatoria:
A la red de comunicadores ycomunicadoras de todo el país,
que apuestan por el arte y el oficio delperiodismo.
Texto y crónicas
Isabel Mercado Heredia
Diseño y diagramación
Arturo Rosales Arce
Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM)
Calle Gabriel Gosalvez Nº 228 (San Jorge)
Teléfonos: (2) 2115729 • (2) 2912421 • (2) 2151964
Línea Gratuita: 800-10-6677
www.padem.org.bo / www.comunicadoreslocales.org.bo
La Paz-Bolivia
Impresión: Artes Gráficas COMPAZ
C/ Otero de La Vega esq. Francisco Pizarro # 1589
Tels. 2484785 • 2412496
e-mail: compazhnos@yahoo.es
La Paz - Bolivia
Impreso in Bolivia
Introducción 5
Capítulo 1
COMUNICADORES POR MISIÓN Y VOCACIÓNProducimos contenidos
a. Desarrollamos capacidades para producir contenidos 12b. Credibilidad es audiencia 15c. Nos formamos para informar 18d. Tejemos redes de apoyo mutuo 20e. Hacemos del municipio una buena noticia 24
CRONISTAS DE TIERRA ADENTRO: JUANA VILLARPANDO
Capítulo 2
ARTE Y OFICIOHacerlo bien
a. La radio es el medio que nos une 31b. Recuperemos el arte y oficio 32c. Hagamos radio en la era de las computadoras 34d. Los medios locales tenemos mayores posibilidades
técnicas 36e. Aprendemos haciendo 38f. Nos capacitamos para vestir radiofónicamente
los contenidos 40g. Hacemos una radio útil 42h. La producción permite que la radio sea sostenible e
independiente 43i. Ética: principio y fin de nuestro arte y oficio 44
CRONISTAS DE TIERRA ADENTRO: NILS ANGULO
Índice
Capítulo 3
MI MUNICIPIO ES BUENA NOTICIAPuentes para la comunidad
a. Apostando por el bien común 50b. El bien común “vende” 54c. Nuestro espíritu crítico 56
CRONISTAS DE TIERRA ADENTRO: PETER ZENTENO
Capítulo 4
LA COMUNICACIÓN CONSTRUYE DEMOCRACIAUn compromiso de todos
a. Nuestro desafío es construir ciudadanía 65b. No hay democracia sin información 68c. Contribuimos a la buena política 70d. Creemos en la interculturalidad 72
CRONISTAS DE TIERRA ADENTRO: EVELYN DEL ÁGUILA
La experiencia del Programa de Apoyo a la
Democracia Municipal (PADEM) con
comunicadores y comunicadoras locales, de
distintas regiones del país, ha surgido
paulatinamente y se ha enriquecido con tantos
aportes espontáneos e inesperados que hemos
sentido la necesidad de compartirla, permitir que
salga de nuestras memorias y sea devuelta a quienes
la inspiraron y protagonizaron.
Esta experiencia no surgió con el objetivo de
capacitar ni formar comunicadores. Se inspiró,
como corresponde a los principios del PADEM, en
la intención de contribuir al desarrollo de los
municipios a través de la transmisión de
información sobre temas municipales, en un
momento histórico en que la joven democracia local
necesitaba el aporte de los medios de comunicación
para consolidarse.
Y se decidió trabajar brindando información
porque se partió del convencimiento de que ésta es
elemento vital de una democracia saludable, y que
los comunicadores que la reciben y difunden, desde
su espacio de vida y trabajo local, son agentes
estratégicos de desarrollo y especialmente
importantes para construir ciudadanía,
gobernabilidad y fortalecer la institucionalidad
democrática.
Introducción
Sin embargo, el contacto con estos hombres y mujeres, ávidos de conocer,
formarse e informarse, trascendió los límites de estos modestos objetivos: se
creó un vínculo de comunión de principios y metas que superó la transmisión
de contenidos y transitó hacia una relación de crecimiento mutuo.
PADEM aprendió a reconocer las potencialidades de los comunicadores y
decidió comprometerse también en aportar al fortalecimiento de sus
capacidades profesionales. Los talleres de comunicadores locales se
convirtieron en un espacio de práctica y adquisición de nuevas habilidades
comunicacionales que esperemos hayan contribuido a mejorar la calidad de
los productos que se emiten y difunden.
Del otro lado, los comunicadores locales iniciaron un proceso de
reconocimiento, de revisión de prácticas y comportamientos, y se mostraron
dispuestos a renovarse e innovar.
En todo este trayecto se han suscitado experiencias valiosas, testimonios que
demuestran cuán importante es contribuir a hacer de la comunicación y los
medios locales espacios de debate y participación ciudadana; y cuán posible es
que estas actitudes contribuyan a consolidar medios comprometidos con su
realidad y a la vez sostenibles y posibles.
6—
7
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
El texto que hoy compartimos es fruto de esas vivencias. Proviene de las
reflexiones y certezas que se han compartido, desde el año 2005, en la
relación con comunicadoras y comunicadores de las áreas rurales y las
ciudades de todo el país.
La pretensión no es, por tanto, hacer teoría de la experiencia, sino hacer del
testimonio una reflexión que permita a los actores protagónicos de estas
páginas, reafirmar su voluntad de mejorar para cumplir con el rol que la
sociedad espera de ellos: un servicio y un trabajo de calidad.
Pero, también, se busca entregar a ellos y ellas un conjunto de premisas que
puedan ayudarles en la tarea permanente de desarrollarse como personas y
profesionales de una forma sostenible e, incluso rentable.
Finalmente, si la pretensión no es excesiva, se intenta dejar constancia de una
experiencia comprometida, que pueda ser emulada, perfeccionada y
multiplicada por quienes apuesten a una democracia sustentada en una
ciudadanía bien informada, con responsabilidad y libertad, con
comunicadoras y comunicadores identificados con su sociedad y su condición
de ciudadanos.
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
8—
9
No hemos venido a enseñar sino a compartir. Por eso, en las páginas que
siguen, serán sus voces —las de los comunicadores y comunicadoras locales—
las que se harán presentes. Las reflexiones que se irán deslizando son aquellas
que han nutrido las charlas, las sesiones y las experiencias compartidas con
todos ellos en los talleres y encuentros del PADEM.
1
COMUNICADORES POR MISIÓN Y VOCACIÓN
capítulo
Producimos contenidos
Vamos a hablar, y trataremos de hacerlo con propiedad, de hacerlo
bien. Lo que queremos los comunicadores, quienes nos dedicamos
al oficio de informar y comunicar, es llegar a la gente; no sólo para
entretenerla y acompañarla en sus labores cotidianas, sino también
para ayudarla a estar mejor preparada para responder a las
demandas y desafíos que se le plantean día a día. ¿Cuál si no ésta
podría ser la fuerza que nos motiva a ponernos frente a un
micrófono, a agarrar una grabadora, a salir a la calle para recolectar
datos y voces, a seleccionar materiales, canciones y frases que luego
lanzamos al aire? Pero, claro, para ello no sólo necesitamos contar
con esa vocación, ese bichito que nos pica y nos empuja al oficio
de periodista, de comunicador y que nos hermana e identifica más
allá de nuestro lugar de origen o del color de nuestras ideas. Al
margen de la vocación y la intención de consagrarnos a ella,
necesitamos pensar en nosotros como personas al servicio de los
demás.
Así es. A pesar de los prejuicios en torno a la labor periodística, el oficio del
comunicador es y seguirá siendo una labor de servicio. Por eso hablamos de
vocación no únicamente de ocupación, porque para dedicarnos a comunicar
debemos crecer como personas. De lo contrario, ¿qué hacemos al frente de un
medio, qué podemos ofrecer?
Y esa calidad se puede, siendo un poco matemáticos, dividir en dos aspectos
que no pueden olvidarse: nuestra calidad como seres humanos y nuestra
calidad profesional.
De la calidad de los seres humanos se ocupan la familia y la educación, pero
no por ello debemos perder de vista la necesidad de contar y aplicar ciertos
valores que en el ejercicio del periodismo y la comunicación son
fundamentales: debemos ser responsables con la información, debemos ser
honestos con nuestras audiencias y nuestras fuentes, debemos buscar siempre
aportar con nuestro trabajo al desarrollo de la gente que nos recibe o escucha;
debemos, en conclusión ser buenas personas. La calidad como personas es
importante para todos los oficios, pero para los periodistas o comunicadores
es indispensable.
10—
11
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
De la calidad profesional debieran ocuparse las aulas de la universidad. Pero
es bien sabido que muchos comunicadores y periodistas, especialmente de las
áreas rurales, no llegamos a acceder a ellas por diversas razones. Sin embargo,
si el bichito está adentro (el de la vocación), es probable que podamos
fortalecer las capacidades naturales de cada comunicador, siempre y cuando
exista la voluntad y el compromiso para hacerlo. Por eso, la consigna es hacer
un buen trabajo, y ya se sabe que con voluntad se mueve montañas.
Con el trabajo con comunicadores y comunicadoras locales, a través de los
talleres y encuentros que viene organizando el PADEM desde el año 2004,
hemos descubierto algo que estaba dentro de cada uno de nosotros, aunque
quizá no lo habíamos percibido, y es una enorme potencialidad de trabajo y
propuesta, principalmente en nuestro ámbito más próximo y familiar: nuestro
municipio.
Nunca habíamos pensado en el municipio como un espacio de desarrollo de
nuestras mejores capacidades; muchas veces pensábamos que era el inicio de
un camino que debiera conducirnos a las grandes ciudades, pero nos hemos
dado cuenta que, por el contrario, es en el municipio donde podemos aportar
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
12—
13
más; donde nuestro trabajo realmente puede cambiar la situación de nuestra
gente y donde podemos aplicar los valores e ideas que vamos forjando.
Todo depende, y eso lo hemos visto en el trabajo con el PADEM, de
identificar todas nuestras limitaciones y convertirlas en potencialidades, con
nuestros propios medios y recursos.
De esas potencialidades, de lo que somos capaces de ser y hacer, vamos a
hablar en las siguientes páginas.
a. Desarrollamos capacidades para producircontenidos
Por naturaleza, somos productores de contenido. Sin contenidos,
nuestros medios o nuestros programas no serían más que una
repetición y eco de canciones y temas mal tratados; y se produciría un
enorme vacío que terminaría por desanimar a nuestro público.
Y como nuestro principal capital de trabajo somos nosotros mismos,
debemos capacitarnos para que los productos que ofrezcamos sean
cada vez mejores. En la medida en que lo consigamos, tendremos
asegurado un público fiel y permanente.
Para elaborar buenos contenidos hace falta capacitarse para
desarrollar capacidades –valga la redundancia. Posiblemente esté
demás decir que si hemos elegido el oficio de informar y comunicar
es porque creemos tener capacidades para ello; pero una vez más es
preciso aclarar la diferencia entre tener vocación y talento, y tener la
disciplina (voluntad) de formarse.
Muchos comunicadores y comunicadoras tienen vocación, talento y
voluntad, pero les falta recursos para producir materiales de calidad.
Estos recursos hay que buscarlos afuera y adentro de nuestros medios
de comunicación.
Afuera, estamos obligados a buscar permanentemente
información. Esta búsqueda es incesante y no se reduce a llevar
grabadora y micrófono a las conferencias de prensa o a las
oficinas de las autoridades. Tenemos que buscar información
leyendo, charlando con la gente, recorriendo las calles de
La agenda noticiosa nacional, influenciada de forma especial por lacoyuntura política, se ve profundamente enriquecida cuando incorpora lasmiradas, las opiniones y sucesos que se generan desde lo local. Por otro
lado, fuera de las grandes urbes existen medios y periodistas que se empeñan endesarrollar una labor informativa socialmente responsable y con mucho quemostrar al resto del país.
Estas dos convicciones, unidas a la certeza de hacer que el ejercicio delperiodismo boliviano incorpore la interculturalidad y el pluralismo en la prácticadiaria, llevaron en 2006 a la FAM y al PADEM a buscar una alianza con laAsociación de Periodistas de La Paz (APLP) para impulsar el Premio de PeriodismoMunicipal.
La APLP, institución que representa a los periodistas paceños y que otorga laprincipal distinción de la prensa nacional, el Premio Nacional de Periodismo,mostró interés en hacer que participen de su convocatoria, periodistas y mediosde todas las latitudes del país y coincidió en la necesidad de otorgar un espacio ala noticia local en la agenda de los grandes medios, como una forma decontribuir a la inclusión y participación de la sociedad.
Es así que desde entonces, el Premio de Periodismo Municipal se entrega comouna categoría especial del Premio Nacional de Periodismo, lo que ha estimulado aque muchos medios nacionales se esfuercen por darle una mayor pluralidad a sucobertura informativa.
Una de las satisfacciones mayores que este premio ha dado a sus impulsores esla entusiasta respuesta de los comunicadores y periodistas de distintos medioslocales. Otro logro fue la elección de dos comunicadores locales como ganadoresdel Premio Nacional de la APLP en dos categorías: Juan Carlos Chambilla, deCopacabana ganó el Premio Nacional de Televisión 2008, y Ana Oblitas, el PremioNacional de Radio (2009), ambos compitieron con trabajos periodísticos de lasgrandes redes nacionales de televisión.
EXperiencias
PREMIO AL PERIODISMOMUNICIPAL
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
14—
15
nuestras comunidades, interesándonos en todo lo que acontece a
nuestro alrededor y también lejos de nosotros, en las capitales de
nuestro país y el mundo. Tenemos que estar despiertos a la idea
de que información no solamente es lo que acontece en el mundo
de la política y el deporte; información es todo aquello que
genere interés, que pueda ayudar a formar opiniones y tomar
decisiones a la gente. La información es nuestro patrimonio y no
debemos esperar que ella venga a nosotros; somos, en esencia,
buscadores de información de jornada completa y, vale la pena
recordarlo una y otra vez: la información no sólo está en las
autoridades, sino en todos los ángulos que pueda tener una
noticia (desde la gente de la calle, los libros, el Internet, etc). No
podemos prescindir de todo ello, menos aún en un mundo como
el del siglo XXI, en el que la información nos avasalla por todos
lados.
Muchas veces se nos acusa de dejarnos manipular, de brindar
información sesgada o incompleta, incluso de faltar a la verdad. Eso
ocurre, precisamente, porque no buscamos a todas las fuentes,
porque no consultamos ni contextualizamos nuestras noticias.
Nuestro trabajo y nuestros contenidos ganarán calidad en la medida
en que tengamos información suficiente y, en esa misma medida, no
seremos objetos fáciles de manipulación de ningún lado.
Aprender e informarnos constantemente es nuestra tarea hacia
afuera, pero, ¿cómo adquirimos calidad para nuestros productos
desde el interior de nuestras cabinas de radio o de nuestras
redacciones? Hay muchas posibilidades, una de ellas es dando alas a
la creatividad.
La creatividad no es un genio que visita a unos pocos, la creatividad
se la construye con la determinación de hacer las cosas de una manera
propositiva, diferente. Nuestros contenidos tienen que diferenciarse
de los otros, no podemos ser una gota más del río, idéntica a todas y
sin ninguna propuesta. Para ser creativos no necesitamos ser
extravagantes, lo único que requerimos es pensar qué necesita
nuestro público que nadie le esté ofreciendo y es fácil comprobar que
existe mucho por hacer.
Somos creativos en tanto nos interesamos por nuevas formas y
métodos para hacer las cosas que otros hacen de forma rutinaria, casi
sin entusiasmo. Los medios, la radio por ejemplo, nos dan infinitas
posibilidades para innovar: ¡seamos creativos!
Podemos ser creativos en la forma de contar una historia, en cómo
encaramos o construimos nuestras notas, en las palabras que
elegimos para redactarlas, en la estructura de nuestros espacios
radiales… incluso en los nombres que elijamos para éstos. Lo único
que debemos evitar en el periodismo es el desgano y la mediocridad,
que sensiblemente abunda en nuestro oficio.
b. Credibilidad es audiencia
Acabamos de ver la importancia y algunas formas de darle calidad a
nuestros contenidos, ellos son nuestra carta de presentación. Sin
embargo, nuestros productos no sólo tienen que contar con
abundante información e innovadores formatos, también deben ser
veraces y creíbles.
La credibilidad de nuestros productos está determinada por la
seriedad con que los encaramos. Esto no implica que seamos
aburridos, pero sí debemos ser rigurosos. La credibilidad es algo que
cuesta mucho obtener, pero que se pierde en un instante, con un
trabajo mal enfocado, poco serio o definitivamente irresponsable....
Lastimosamente, los medios de comunicación están repletos de
ejemplos de cómo se puede arriesgar o perder la credibilidad por un
mal manejo de la información. Casos en los que se publica como
noticia un rumor, o se presta los micrófonos a la confrontación
política con el único fin de montar un espectáculo, o se emite una
información incompleta o sin confirmación, son los que ponen en
cuestión la credibilidad.
Si realizamos una entrevista, si producimos un programa, si nos
dirigimos al público, tenemos que hacerlo con todos los elementos de
información, contexto y con la mayor objetividad que nos sea posible.
Desde el momento en que el público identifique estas cualidades en
nuestra programación, se sentirá confiado de acudir a nosotros en
búsqueda tanto de información como de entretenimiento: habremos
ganado audiencia.
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
16—
17
Pero la credibilidad y la audiencia tienen que ser constantes para que
eso redunde en prestigio para nuestras emisoras. Desde el momento
en que mostramos contenidos interesantes y seductores para nuestro
público, estaremos forjando una relación que debe intensificarse
permanentemente. El público debe sentirse próximo, cercano a
nuestras emisoras. Abrir los medios a la gente es una forma de
acrecentar esta cercanía.
Y el hecho de dejar abiertas las puertas del medio de comunicación a
la gente no implica únicamente recibirlos de visita en vivo y directo,
implica el esfuerzo de hacer que esta intimidad se traduzca en una
programación en la que se sienta reflejada. Muchas veces es necesario
prestar los micrófonos, no sólo a las autoridades y a los políticos de
uno y otro lado para que ventilen sus diferencias, sino también a las
personas de la calle que tienen algo que decir; pero esto no es todo:
el medio de comunicación, la radio especialmente, tiene que ser un
espacio de debate, de participación y de información equilibrada.
Sin embargo, lograr que nuestro medio sea un espacio de debate,
acercándonos a nuestra audiencia y sus demandas, no solamente
significa hablar lo que la gente quiere escuchar; es fácil caer en la
tentación de prestar nuestros micrófonos a las denuncias y a los
reclamos, incluso a los insultos, pero el reto es aportar para que
nuestro público reflexione sobre lo que acontece y se forme una idea
clara del contexto de cada problema para ver cuáles son las posibles
soluciones. Esto también es construir credibilidad.
En lo local esta tarea es mucho más importante, casi protagónica. La
radio tiene tal presencia y proximidad con la ciudadanía que a veces
es el principal referente de información y único punto de encuentro.
Si se combina buena programación con esta actitud de empatía y
simpatía con la comunidad, ayudando a la reflexión, no sólo
habremos cumplido con un servicio, sino estaremos ganando una
audiencia satisfecha y constante. Estos elementos serán los mejores
insumos para la sostenibilidad de nuestro medio y el mejor
reconocimiento a nuestro trabajo.
“Una buena idea y buenos productos son la clavepara mejorar nuestra programación”, dice FabricioVillegas, comunicador de Tupiza, Potosí. A pesar de
su juventud (20 años), Fabricio se dedica en cuerpo yalma a la radio; sacando el máximo provecho de losmateriales que el PADEM produce y envía mensualmentea través del Tapeque Municipal a más de 300comunicadores de todo el país. Con estos insumos y sugran creatividad, Fabricio ha conseguido estructurar unaprogramación atractiva en su radio. Combina las cuñascon mensajes movilizadores organizando campañas; usalas charlas narradas y dramatizaciones para poner temasen debate con entrevistados; difunde las radionovelas yluego genera espacios de intercambio de opiniones conlos oyentes; incluso, ha usado las producciones de videopara, en alianza con escuelas del municipio, proyectarlasante los jóvenes e invitarlos a reflexionar. “Si uno quiere,hay mil cosas a las que se pueden recurrir para hacerprogramas y ayudar, especialmente a los jóvenes”,comenta.
EXperiencias
UN TAPEQUE PARA ALIMENTAR A LAS RADIOS
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
18—
19
c. Nos formamos para informar
Informar es un acto de responsabilidad, respeto y ética.
Día a día, los comunicadores nos vemos obligados a tratar temas tan
diversos y que no conocemos en profundidad, que frecuentemente
caemos en la superficialidad, en las frases e ideas repetitivas, tomadas
de una u otra parte sin mucho detenimiento. O nos dejamos llevar
por los intereses particulares de unos u otros.
La superficialidad en el tratamiento de los temas nos hace presas
fáciles de los prejuicios y hasta de las equivocaciones. Si usamos estos
elementos para nuestro trabajo estaremos desinformando,
banalizando nuestros productos y, seguramente, contribuyendo a
exacerbar las confrontaciones y las diferencias que tanto daño hacen
a la sociedad.
En lo municipal, donde llega la señal de unas pocas emisoras y donde
la información que se recibe de los medios locales es de vital
importancia, esta responsabilidad es aún más notoria.
En los talleres de comunicadores locales del PADEM, por ejemplo,
hemos aprendido mucho sobre la temática municipal. Antes de
adentrarnos y conocer los temas que tienen que ver con nuestro
municipio, actuábamos con superficialidad, dando lugar a que, lejos
de encontrar soluciones a los problemas, añadiéramos más leña al
fuego, ocasionando muchas veces escándalos, pero pocas ayudando a
resolver los problemas.
Pero, decíamos que informar es un acto de responsabilidad, respeto y
ética simultáneamente; por ello el desafío es formarnos para informar.
La información responsable es un ideal para el comunicador y una
demanda permanente de la sociedad, que precisa de ella para tomar
decisiones correctas. Para ser responsables con la información,
debemos cultivar el respeto por la audiencia y por los temas sobre
los que informamos, y adoptar una actitud ética frente a los hechos
y las personas.
El respeto que debemos forjar por esa audiencia nos obliga a tener
una mente amplia, a no dejarnos influenciar por consignas o por
presiones ni basarnos en prejuicios que nos dificultan ver los hechos
en toda su dimensión. Cuando nos formamos como personas
respetuosas de la sociedad a la cual informamos, aprendemos a ser
éticos y a no brindar datos inexactos a nuestra audiencia. También,
siendo respetuosos, evitamos prestar nuestros micrófonos a pugnas
interesadas y a intereses particulares, tratamos de asumir plenamente
la responsabilidad de ofrecer una información de calidad, completa y
lo más cercana posible a la verdad.
Estos principios guían, a la vez, nuestra búsqueda de información. Ya
no escuchamos solamente a una parte, sino a todas. Y a cada una de
ellas les brindamos la posibilidad de hacer oír su voz. Esta es la forma
en que, como comunicadores, abrimos el debate democrático y
ayudamos a que quienes nos siguen puedan formarse una idea cabal
de lo que les interesa.
De esta forma, ejercemos la ética y la responsabilidad con la
información que deben guiar nuestra labor como comunicadores. Al
mismo tiempo, cambia nuestra forma de ver las cosas: no buscamos
únicamente denunciar, sino comprender y ayudar a comprender los
problemas; a formar en la gente una opinión con fundamento (o
fundamentada).
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
20—
21
No sólo somos comunicadores, no sólo trabajamos en un medio,
también somos y nos sentimos ciudadanos, parte de una comunidad
y en consecuencia corresponsables del destino de nuestra ciudad o
municipio. Esto es algo que debemos recordar en todo momento,
especialmente cuando nos sentimos tentados a adoptar posiciones
intransigentes y poco constructivas en lugar de abrirnos al consenso
a través de nuestros productos, contenidos y programas.
Formarnos como informadores requiere, como hemos visto, mucho
compromiso personal y con la sociedad. No sólo nos falta
información para cumplir con este papel, también tenemos que
comportarnos permanentemente de forma solidaria con los
intereses de nuestra audiencia. No es fácil lograr todos estos
requisitos, pero mientras pongamos lo mejor de cada uno en este
propósito, con verdadero compromiso ético, seremos respetados
por la comunidad y aprenderemos a respetarla en la misma medida,
dándole el mejor insumo que necesita: una información
responsable.
d. Tejemos redes de apoyo mutuo
Es fácil advertir, sobre todo en el contexto municipal, que a pesar de
los esfuerzos que hagamos por mejorar nuestra producción, nuestro
trabajo y ser más responsables con nuestra audiencia, la
sostenibilidad es esquiva, difícil de alcanzar.
Hemos visto cómo la calidad de nuestros contenidos, la creatividad y
la credibilidad de los mismos, además de la sintonía con las
necesidades de la gente son mecanismos nobles y certeros para
alcanzar la sostenibilidad de nuestros medios. Sin embargo, esto no
siempre es suficiente. Muchos medios locales pequeños, que
subsisten en municipios y comunidades aisladas, enfrentan grandes
dificultades para sobrevivir y no son pocas las veces que ven
resignados sus intentos o postergados sus proyectos de brindar buena
calidad de contenidos.
Es bueno, y también en ello han aportado mucho los talleres del
PADEM, unir fuerzas para lograr ciertos objetivos. En estos
encuentros hemos conseguido conocernos entre comunicadores de
diferentes procedencias y medios, y hemos podido identificarnos
entre quienes nos sentimos más cercanos en forma de pensar y
trabajar. Nos hemos dado cuenta de que las limitaciones que
afrontamos son comunes y que el permanecer aislados no nos ayuda
a superarlas.
Como lo hemos vivido en estos espacios, es importante trabajar y
consolidar un concepto de redes. Redes no sólo son convenios para
intercambio de programación, sino el encuentro respetuoso entre
comunicadores de diferentes orígenes para hacer posible un trabajo
mancomunado y complementario.
Cuando encontramos la forma de complementarnos, avanzamos en
la superación de los obstáculos que tenemos para desarrollarnos. El
PADEM nos ha ayudado a construir una nueva visión del trabajo en
redes en dos ámbitos: por un lado, haciendo posible el contacto entre
comunicadores, respetando sus distintas visiones; y por el otro,
mostrado que el municipio es una red de la que todos formamos
parte y es un punto de encuentro desde el cual forjamos el país.
Los comunicadores locales, que hemos empezado a conocernos e
identificarnos, hemos comprobado que compartimos vivencias
similares, que albergamos las mismas esperanzas y esperamos alcanzar
parecidos objetivos en nuestros municipios, aunque tengamos
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
22—
23
expresiones culturales diversas o visiones diferentes de la realidad.
También hemos constatado que el intercambio de productos e
información enriquece nuestras posibilidades de diversificar nuestra
programación y nos ayuda a hacerla más sólida.
Para reforzar esta idea, el PADEM ha visto la necesidad de impulsar
“intercambios territoriales”, es decir contribuir a que comunicadores
de una región puedan trasladarse a otra para conocer de cerca el
trabajo de los medios, ayudando a la integración, pero también a la
compresión de las particularidades culturales de cada punto del país.
También, desde el año 2009, el PADEM dio curso al concepto de
intercambio académico, que consiste en invitar a grupos de 15 ó 20
comunicadores locales a participar de talleres de capacitación
especializado en diferentes áreas del periodismo. Así, en alianza con
instituciones académicas como la Fundación para el Periodismo, se
logró que los comunicadores locales, que tienen limitadas
posibilidades de formación en sus poblaciones, puedan participar y
conocer a periodistas de los medios de La Paz para establecer,
también, redes con ellos.
Pero, ¿puede lo municipal ser una red? Es cierto que muchas radios
locales son parte de redes radiofónicas nacionales importantes y
poderosas a las que envían información y de las que también reciben
datos; sin embargo, la identidad común a todo comunicador local es
el municipio y esto nos acerca especialmente a la gente.
“Antes, nuestras emisoras se dedicaban en un 90por ciento a la emisión musical y un 10% a laproducción noticiosa, una información escasa y
manejada con poco criterio”, cuenta Orlando Chávez.Este comunicador orureño y director de GlobalComunicaciones, se refiere así a los limitados recursoscon que operaban y aún operan una gran cantidad deemisoras en los municipios. “Cuando apareció el PADEMnos fue ayudando a reflexionar sobre nuestro papelcomo comunicadores y a mejorar los productosnoticiosos con información actualizada. Se produjo uncambio en la radio”, recuerda y señala que en laactualidad, la mayoría de las radios tienen un 60% deprogramación propia y el resto de música. Pero, además,Orlando destaca la evolución cualitativa de los periodistas locales, “ya no nos vemos como los enemigosde las autoridades, los que iban a ver cómo o cuándopisaban el palito. Hemos aprendido que nos va mejorcuando somos parte del desarrollo del municipio”.Orlando invierte tiempo y recursos en su radio,impulsando campañas y acciones de servicio a lacomunidad, diariamente dispone de dos horas deemisión gratuitas para ayudar a los enfermos de escasosrecursos de los hospitales. “Es preferible ser un puenteque una piedra en el camino”, dice.
EXperiencias
CRECIENDO COMO PERIODISTAS
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
24—
25
Cabe aclarar que ninguno de estos aspectos implica perder nuestra
independencia y estar obligados a comulgar con ideas o proyectos
específicos. El concepto de las redes, especialmente en lo local,
representa la unión de propósitos y esfuerzos para la construcción de
espacios comunes, públicos, que sirvan a la gente.
e. Hacemos del municipio una buena noticia
Veamos con buenos ojos, comuniquemos buenas noticias. Tratemos
de que nuestra visión aguda y vigilante no sirva sólo para la denuncia
y la crítica. Tratemos de convertirnos en testigos de las historias que
se viven en nuestro municipio y nuestro país, ayudando a que la
ciudadanía reconozca su papel en cada una de ellas.
El papel del comunicador es parecido al del acróbata que lucha
incesantemente por mantenerse en la cuerda, dando un buen
espectáculo sin perder el equilibrio. Entender que nuestro rol no es
únicamente ser portavoz de la denuncia, la crítica y el enfrentamiento
ha costado mucho, toda una revolución en la forma de pensar de
nuestros colegas y de la gente que nos sigue; debemos, y éste es otro
aspecto que hemos analizado constantemente en los talleres del
PADEM, cumplir una función mucho más constructiva. Sin dejar de
estar atentos ante cualquier hecho que pueda dañar a nuestra
comunidad y sin ser cómplices de ningún delincuente, debemos
esforzarnos por hacer que la gente encuentre sus puntos de
coincidencia, reconozca lo que es del bien común, se identifique con
los espacios públicos, que interesan a todos.
¿Cuáles son esos espacios públicos? Claro que la plaza, la calle, el
mercado son espacios públicos pero, en un sentido más amplio, lo
público es lo que nos une a todos como ciudadanos, aquello de lo
que formamos parte, independientemente de nuestras ideas o
posiciones.
Un otro desafío de los medios y los comunicadores locales es ayudar
a que la sociedad se apropie de lo público, sepa qué es y se sienta
parte de ello. Lo público es casi natural en el espacio municipal,
donde la presencia del Estado es mucho más cercana y estimula la
participación ciudadana. Pero para que algo tan natural como esto se
convierta en una verdad apreciada por todos, es preciso concienciar,
hacer que tome forma de mensaje, que se exprese a través del
lenguaje, que sea enunciado y demostrado constantemente a través
de los medios. Esto sólo lo pueden hacer los comunicadores.
Se construye lo público todos los días, de forma continua, y los
comunicadores tenemos la responsabilidad de reflejar esta
construcción en nuestros productos.
¿Cómo lograrlo? Hemos visto reiteradamente en estas páginas lo
importante que es para los comunicadores asumir un rol responsable,
ético y respetuoso con la información que se brinda. La búsqueda del
equilibrio entre mantener interesado al público y hacer que se edifiquen
espacios comunes, “públicos”, para el bien común, quizá sea el reto más
grande para quienes nos dedicamos al trabajo comunicacional. En otras
palabras, la misión es buscar al público construyendo lo público.
Si se opta por una visión de enfrentamiento poco constructivo, la
audiencia se distanciará cada vez más de sus espacios públicos. Si, por
el contrario, ayudamos a generar identidad con lo que sucede en
nuestro contexto más cercano, aportando con reflexión, estaremos
consolidando esta relación.
Por eso decimos que el municipio es buena noticia. Esto no quiere
decir que no existan problemas ni que cerremos los ojos ante la
corrupción, las malas gestiones, la corrupción o la discriminación.
Nos debemos al municipio, no al gobierno municipal y esto implica
estar siempre alertas y bien informados. El control social propositivo
y responsable desde los medios es una forma de construir lo público.
Sin embargo, transitar de lo morboso, del escándalo y el reclamo a lo
constructivo es fortalecer el concepto del bien común, tanto en la
gente como en las autoridades. Situarnos desde nuestros principios
éticos para analizar los hechos es nuestro punto de partida, no
tenemos las soluciones, pero podemos ser el medio para encontrarlas.
Esa es, sin duda, una buena noticia para nuestro municipio.
JUANA FERNANDA VILLARPANDO,
Yacuiba, Tarija
cronistas de tierra adentro
Unos zapatos modernos de alto tacón hanreemplazado a las ojotas de goma y cuerosin curtir con las que Juana recorrió suniñez y adolescencia. Pero los pies son losmismos y ellos no olvidan los avatares desu dueña: unas pequeñas cicatrices los
envuelven, como testimonio del caminorecorrido.
Fue la mayor de siete hijos y aunque sehizo madre a los 18 años, se dio modospara ser también como una madre para
Si tu vida es una crónica, sólo q
ueda hacer de ella tu
oficio. En Bolivia, muchas veces,
ser periodista no es
una opción, es un sino. Más allá de la sede
de gobierno
y un puñado de ciudades, los pe
riodistas no se hacen,
nacen, o, más bien empatan
sus destinos con la
necesidad de contar, de hacerse o
ír. Estos periodistas no
son héroes, buscan, a su manera
, en el micrófono y en
el texto, su piedra filosofal.
sus hermanos menores. Como una historiamil veces contada, Juana Villarpandonació en el campo, en San Josecito, unremoto cantón de la provincia O’Connorde Tarija. Luego, con toda su familia,emigró a Yacuiba, en el extremo sur delpaís, en busca de mejores días en esedinámico punto de la frontera conArgentina.
El traslado sólo cambió el contexto de lapobreza: en vez de cuidar a las cabras yovejas, pasó a ser empleada doméstica,ayudando en las labores de la cocina y lalimpieza en una modesta pensión dePocitos, Argentina. Ni siquiera cambió lasojotas que horadaban sus pies hasta que,a los 14, recibió un par de zapatillas comoparte de su primer sueldo en la pensión.“La señora no me consultó, sólo me dijo,te hacen falta unos zapatos. Yo estuve deacuerdo”, recuerda.
Aún no había podido cumplir su sueño determinar la escuela que dejó en el quintogrado, cuando se vio embarazada de suprimer hijo. “Fue como una película, undía estábamos enamorando, y al otroestaba embarazada”, dice Juana. Con unhijo a cuestas y el destello de la ilusión, sepuso a trabajar para tener con qué esperarel bebé. “Volví a ser empleada doméstica,pero la señora me echó cuando se diocuenta que estaba embarazada. Entoncesbusqué ropa para lavar, vendí verduras ycómida rápida (sandwiches y empanadas)para vivir”, cuenta. Tenía 19 años cuandoacabó la esperanza: mataron al padre desu hijo en un pelea callejera sin quealcanzara siquiera a reconocerlo.
Un nacimiento y una muerte en tan pocotiempo, hicieron que pierda la brújula.“Me encontré perdida, desesperada. Nosabía que sería de mi vida. Mi madre meayudó, pero ella necesitaba tanta ayudacomo yo. Viví una situación muy triste, sóloesperaba el fin de semana para ir a laspuertas de la discoteca y esperar a queentrara gratis para bailar como loca”.Poco tiempo después, Juana volvió a
quedar embarazada. El compañerodesapareció, casi como si se lo llevaratambién la muerte. Total: a los 22 añostenía dos hijos, estaba sola y afrontaba,además, la enfermedad del menor de susniños, una parálisis ascendente que pudocontrolar gracias a la sabia combinaciónde medicina casera y fisioterapia queperseverantemente recibió el niño.
Juana suspira: “Nunca nada me ha sidofácil”, dice, parafraseando sin querer aSigmund Freud. Y es que, los obstáculosque le fue poniendo la vida en algúnmomento le parecieron insalvables. “Porsuerte soy fuerte, nunca me quise rendir, nisiquiera esos, que fueron mis peores años”.
De ahí en más sólo recuerda suintransigencia. “De niña mi imaginaciónvolaba y mi sueño era convertirme enenfermera o policía, lo del periodismo noestaba ni siquiera en mi vocabulario. Yodeseaba estar al frente de la gente paraenseñar y ser útil a la sociedad”, confiesa.
Apenas pudo, se inscribió en el CEMA(Educación para Adultos), decidida aacabar el bachillerato. No fue posible, perologró avanzar algunos grados, lossuficientes para sentirse segura leyendo yescribiendo. “Ya no me conformaba conlavar platos y ropa, así que un día me pusemis mejores galas y me atreví a visitar unade las radios más conocidas de Yacuiba, laradio Chaco AM. Pedí hablar con eldirector, don Marcos Velarde, y cuando merecibió le dije: le propongo hacer lalimpieza del estudio a cambio de que mepermita aprender algo en la radio. Él memiró sorprendido, quizá no esperaba tantoatrevimiento y me alcanzó un periódico. Aver lee esto, me dijo. Leí lo mejor quepude. Volvé mañana a las 6 de la tarde,respondió. Cuando retorné, ya estaba enla cabina de grabación, me hizo señaspara que entre y me pasó una hojas. Vosvas a leer lo que está en rojo y yo lo queestá en azul, me ordenó. Tomé elmicrófono y empecé a hablar”.
La paga era apenas superior a la de laslabores domésticas, pero Juana FernandaVillarpando estaba apasionada, la radioera el principio y el fin de jornadasigualmente agotadoras, compartidas sinrespiro entre los micrófonos y los niños.“Sin embargo, la satisfacción con la quevolvía a casa no tenía precio”, cuenta.
No fue sino hasta el 2000 que, con 32años y casi una década como radialista,acabó el bachillerato en el CEMA. Paraentonces, ya era una experimentadareportera de la radio, una voz que sonabaen toda Yacuiba.
“Un amigo me llamó un día y me dijo:Tenés buena voz, podrías tener tu propio programa en una FM. Fue así comocambié de radio y de funciones. Tenía queproducir y buscar información, no era sólolocutora. Sin embargo, no me sentía muysegura, estaba consciente de que mefaltaba preparación. Fue entonces quedecidí buscar cursos, talleres, o algo queme ayude a mejorar”.
Durante casi cinco años, Juana invirtió sutiempo en capacitarse donde y como pudo.Escuchó de unos talleres decomunicadores locales y se brindó a asistiren representación de su radio. Dos vecespor año, disciplinadamente, asistió a lostalleres del PADEM. “Al principio, no meatrevía a hablar, por miedo a meter la pata,pero la información es lo único que ayudaa superarlo”, comenta. Además, deinformación y herramientas de producción,los comunicadores como Juana, fueronformando redes, intercambiando expe -riencias en estos espacios. “En todos estosaños nunca he vuelto con las manosvacías, siempre traigo mucho que contar yaprendo cómo contarlo”.
El día a día es más que un insumo para lanoticia que Juana elabora, pero ellaprefiere siempre avanzar un paso más.“En pueblos como el nuestro no somossólo una voz que se escucha por la radio,tenemos un papel que cumplir paraayudar a la sociedad, especialmente a las
mujeres, con quienes me siento muyidentificada”, dice. Conduce el programaMi municipio es buena noticia y “aunqueno soy ni enfermera ni policía, siento quedoy algo de mi para los demás”. La ideade su programa es contar las cosasbuenas que pasan en la ciudad, cosascotidianas, del día, que permitanreflexionar sobre asuntos no tan noblescomo el contrabando, la violenciaintrafamiliar, la prostitución, las drogas yotros males que rondan.
No es casual que haya sido reconocida(2008) como “La voz de Yacuiba” por elgobierno del municipio. “Después deveinte años acá he aprendido a creer en eltrabajo y en el compromiso… Sólo nocreo en el amor”, señala entre el sarcasmoy la nostalgia.
Sus hijos, casi adultos, están todavía a sulado. Uno de ellos, el mayor, esprácticamente un profesional. Ella sesiente inmensamente orgullosa. “Ahora,por fin, siento que puedo dedicarme a mi,a aprender. Agradezco a Dios que acá medan esa oportunidad”.
Los pies cargan el cuerpo, y también elalma. Juana camina a paso firme,cruzando el umbral del auditorio de laFundación para el Periodismo. Esos pies lahan traído esta vez hasta la sede degobierno, como parte de un grupo de 15periodistas de diversos municipios queparticipan del I Intercambio 2010. Antesde que empiece la exposición de unaperiodista internacional que ha venido adictar un curso sobre InvestigaciónPeriodística, ella ya ha tomado posesiónde un sitio privilegiado. “Bien cerquita,para tomar apuntes”. La charla empieza ytambién la participación de los periodistaspresentes, muchos de ellos carasconocidas de las redes nacionales de TV.Preguntas, debates, suman y siguen yJuana, no duda en trasmitir sus aportes.Tiene todo el respaldo de la experiencia yde lo vivido. No por nada ha caminadotanto.
2
ARTE Y OFICIO
capítulo
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
30—
31
Hacerlo bien
Arte y oficio implica hacer bien las cosas, con recursos
profesionales y técnicos; con creatividad y cariño; con compromiso
y respeto. La combinación de tantos elementos no es fácil. Desde
lo local sentimos que nos faltan tal cantidad de cosas que a veces
ni siquiera intentamos superar nuestras limitaciones. Pero hacerlo
bien, tener arte y oficio, es una receta posible si empezamos por
poner en práctica nuestros principios, nos decidimos a multiplicar
los recursos de que disponemos y cultivamos el anhelo de
capacitarnos para crecer en el oficio.
Vamos por partes. Nuestros principios, como hemos visto en el anterior
capítulo, tienen que traducirse en buenos contenidos, en productos
elaborados con un sentido de alta responsabilidad, respeto y compromiso. De
alguna manera, tenemos que vernos a nosotros mismos como agentes de
desarrollo de nuestro municipio, independientes de manipulaciones y
posiciones particulares, comprometidos con lo público, con lo que es de
todos. Esto es garantía de credibilidad y audiencia, y por tanto, de
sostenibilidad de nuestros medios.
Los recursos profesionales y técnicos siempre van a ser escasos cuando los
ingresos son pobres; pero, como hemos podido ver en los talleres del PADEM,
es posible explotar al máximo lo que tenemos si ponemos a volar nuestra
imaginación y nos capacitamos para vencer esos obstáculos.
El perfeccionamiento de nuestro oficio de comunicadores es siempre una
tarea pendiente; todas las profesiones implican un esfuerzo permanente por
estar al día de los cambios y transformaciones que se producen a diario y el
periodismo no puede ser la excepción, principalmente si tomamos en cuenta
cómo se desarrollan día a día las tecnologías de la información y cómo este
crecimiento imparable nos exige mantenernos alerta.
Está claro que el escenario ideal para que esto se produzca es poder contar con
permanentes espacios de capacitación, pero sabemos que para la gran mayoría
de los comunicadores no es posible. De manera que tenemos que procurar
mejorar nuestro oficio por otros medios.
El PADEM ha intentado, en los últimos cinco años, ser uno de estos espacios.
Pero, independientemente de ello, la capacidad de mejorar está en esa
reflexión permanente, en ese espíritu crítico que debe caracterizar a todo
periodista para leer la realidad e informar a sus audiencias de la manera más
clara, honesta y responsable que le sea posible. Ése y no otro, será el oficio que
llevemos a donde quiera que vamos.
En cuanto al arte, dependerá, en gran medida, de aprender a explotar al
máximo nuestras capacidades para hacer un buen trabajo, convenciendo a
nuestro público de que hay una forma mejor de hacer las cosas.
Acostumbramos a pensar que el talento y la vocación, que nos mueven a
dedicarnos al oficio de comunicadores, son suficientes. Así muchas veces nos
dedicamos a improvisar y perdemos el arte.
En las páginas que siguen haremos un repaso sobre cómo, partiendo de los
principios que hemos forjado como personas, podemos aprovechar mejor
nuestras habilidades y sacarle el jugo a los recursos que tenemos a la mano.
a. La radio es el medio que nos une
Es cierto que en el siglo XXI existe tal cantidad de medios que las
audiencias tienen mayores posibilidades de elegir a cuál seguir en
diferentes momentos de su actividad cotidiana. Pese a ello, en el
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
32—
33
ámbito municipal la radio es y seguirá siendo un medio de
comunicación estratégico.
Gran parte de los comunicadores locales que participamos en los
talleres del PADEM provenimos de la radio y somos testigos de la
importancia que las emisoras tienen en el desarrollo de las
comunidades. La radio, principalmente en las zonas rurales, llega ser
el centro de la vida de la comunidad. El servicio que prestan va más
allá de la transmisión de información; sirve para comunicar
individual y colectivamente a las personas. Individualmente, la radio
comunica a unos con otros a través del envío de mensajes,
dedicatorias, etc. y, colectivamente, proporciona datos que guían el
trabajo agrícola o la comercialización de productos. Un interesante
ejemplo es el de radio Yungas, que diariamente hace conocer los
precios de los productos agrícolas a los campesinos, para ayudarlos en
su comercialización.
De esta forma, la radio es, para los espacios locales, para las
comunidades pequeñas y distantes, un motor de desarrollo y el
comunicador su agente activo, el que se ocupa de conectar a públicos
dispersos y hasta olvidados con la información que les ayuda a
conocer y entender mejor la realidad que los rodea.
Nuestro oficio y arte está en servir de puentes para que ellos (la
comunidad entera) crezcan y se fortalezcan, para que adopten
decisiones beneficiosas y superen sus principales problemas. La radio
es el medio que nos une en este objetivo.
b. Recuperemos el arte y oficio
Tenemos que admitir que aunque la presencia de la radio es
fundamental en los espacios locales, gran parte de las emisoras que
salen al aire lo hace muy pobremente. Y no es sólo pobreza de
recursos, sino muchas veces de ideas.
Las emisoras radiales han abandonado la producción radiofónica
que en décadas pasadas era uno de sus principales riquezas. La
radio boliviana era reconocida por la calidad de sus producciones
y de sus propuestas. Sin embargo, a partir de la irrupción de la
televisión fue dejando de lado la producción y dedicándose
“Creo que es urgente apuntar el trabajocomunicacional desde una perspectiva que englobeal conjunto de los bolivianos. Esto es lo que
entiendo por pluralismo. En los medios estamos inmersosbolivianos de diferentes orígenes, credos e ideas, y todostenemos derecho a ser incluidos en la democracia”, diceMarco Antonio Espinoza, periodista de la radio María delos Ángeles, de Monteagudo, en el Chaco boliviano.Marco Antonio es miembro de la Red Guaraní deComunicadores de Radio y cree en el trabajomancomunado y responsable de los periodistas. “Lacomunicación plural, el periodismo ciudadano debe serun reto constante, al igual que la generación de unaopinión pública constructiva, que sea escuchada por lasautoridades. Todo esto sólo puede partir de la calidadinformativa de los medios, pequeños y grandes, que nosesforcemos por construir una visión de desarrollo demanera permanente”.
EXperiencias
PLURALISMO EN LA COMUNICACIÓN
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
34—
35
principalmente al entretenimiento, expresado en la emisión
musical.
Este empobrecimiento se percibe también en el tratamiento de la
información, no sólo en la radio sino en todos los medios de
comunicación, como parte de una cultura de lo banal. Las noticias
radiales, en la mayoría de los casos, se han ido inclinando cada vez
más a lo superficial y lo morboso, olvidando el papel de servicio
público que debería ser una de sus principales características.
Hace falta recuperar arte y oficio. ¿Cómo? Volviendo a las cabinas
radiofónicas con ánimo renovado, con ganas de hacer cosas nuevas y
bien hechas.
Recuperar del cajón de los recuerdos formatos radiofónicos como los
sociodramas, microprogramas o cuñas, o usar para la función
informativa los géneros del reportaje, el debate radial y la entrevista.
Estos son algunos recursos, al alcance de la mano, que nos
devolverán, sin mayor esfuerzo, el arte y el oficio.
Además de esa cercanía con la gente y la versatilidad que le permite
ir con ella a todo lado, la radio es uno de los medios que ofrece más
posibilidades de innovar y movilizar. Una de las tareas que ha
encarado el PADEM con mayor perseverancia en estos años, ha sido
la de producir material radiofónico “diferente” para compartirlo con
los comunicadores. Cuñas dramatizadas, programas de diálogo y
debate, radionovelas que encaran los problemas de la sociedad,
charlas narradas que comparten experiencias de diferentes contextos,
información contextualizada, incluso videos y boletines de prensa…
La única condición es mantener el contenido cerca de la gente,
buscando reflejarla, responder a sus demandas y dudas. Cada uno de
nosotros sabemos –o deberíamos saber- qué se necesita en nuestro
municipio y, con arte y oficio, responder a ello.
c. Hagamos radio en la era de las computadoras
Hace algunos años pensar en usar una computadora era, para una
comunidad rural, un cuento de ciencia ficción. Los precios de estos
aparatos eran inaccesibles y pocos estaban capacitados para operarlos
y aprovecharlos bien.
Hoy las cosas han cambiado. Para empezar, los costos de una
computadora han bajado notablemente, y aunque no exista
formación especializada para manejarla, las facilidades de su uso las
hacen accesibles a todos.
Y con la llegada de las computadoras es posible revolucionar la
producción radiofónica. Antes, montar un estudio de grabación
requería de una gran inversión en dólares: se necesitaban tocadiscos,
grabadoras de cinta abierta, varios micrófonos y consolas de varios
canales. Hoy, una computadora y un buen micrófono son suficientes.
Tener un estudio está cada vez más a nuestro alcance.
Hay más: el acceso al Internet no es generalizado en el país, sobre
todo en las áreas rurales, pero su llegada se anuncia a pasos
agigantados y ofrece infinitas posibilidades de acceso a información.
Desde el PADEM se ha visto que a pesar de las deficiencias de
conectividad, se puede integrar y compartir información a través del
Internet. Con este convencimiento se ha creado el portal
www.comunicadoreslocales.org.bo, a través del cual se difunde
información, se publican noticias de diversos municipios y se hace
seguimiento a campañas e iniciativas de los comunicadores locales de
todo el país
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
36—
37
d. Los medios locales tenemos mayoresposibilidades técnicas
La radio boliviana tiene una historia rica en experiencias que la ha
convertido en ejemplo para muchos otros países. La fuerza de las
radios mineras durante la época de las dictaduras y la gran calidad de
las producciones nacionales han hecho de la radiodifusión boliviana
un importante referente. Esto porque siempre se unió creatividad con
aprovechamiento de recursos técnicos.
Esto es algo que, aunque no ha desaparecido, ha cambiado
notablemente en los últimos años, a pesar de que actualmente las
radios tienen mayores posibilidades de adquirir recursos técnicos.
Una rápida revisión de los datos de los recientes talleres de
comunicadores del PADEM, permite ver que muchos medios locales
cuentan con computadoras que les permiten aprovechar la tecnología
para mejorar su trabajo.
¿Por qué, si existen mayores posibilidades técnicas, no se incrementa
la producción de calidad en las radios locales? Si las radios actuales
funcionan con base en las computadoras y si éstas llegan a ser
accesibles en los municipios, tendremos que concluir que se cuenta
con oportunidades reales de mejorar la calidad e ingresar al mundo
de la producción radiofónica.
Es el caso de los chicos y chicas de, proyecto “Radio Bocina” del
barrio de San Isidro, en Santa Cruz. Estos jóvenes, estudiantes de
colegio con enormes ganas de aportar a la superación de su
generación, han decidido hacer educación ciudadana a través de un
entretenido programa que se emite todos los sábados ni más ni
menos que a través de altoparlantes que son ubicados en lugares
estratégicos de la zona. Estos reporteros estudiantiles pasan por
explotan sus habilidades tecnológicas y, de esta forma, convocan y
movilizan a los jóvenes del barrios alrededor de temas que benefician
a todos, sin dejar por ello de divertirse.
“Cuando me despidieron tomé una decisión: nuncamás me voy a callar la boca”, asegura Juan AdolfoApaza Mamani, comunicador. Este irupaneño de 25
años trabajaba en un medio municipal cuando fuesuspendido de sus funciones por emitir informacionescontrarias al alcalde. “Más que informaciones fuerondebates que se abrieron al público para que opine sobreel trabajo del gobierno municipal y lo que esperaba de lafutura gestión, considerando que las eleccionesmunicipales estaban a punto de efectuarse”. Al alcaldeno le gustó saber la opinión de sus electores y prefirióquitarse la piedra del zapato, deshaciéndose de JuanAdolfo. “Sentí indignación, siempre he pensado que hayque democratizar la palabra, no sólo tienen que hablarlos dirigentes”. Fue así que, desde su nuevo cargo en laradio Libertad de Irupana, Juan Adolfo estáemprendiendo grandes cambios. “Programas que no sólose dedican a los problemas políticos, es más los dejan delado para dedicarse a lo que realmente le preocupa a lagente: la violencia, la salud, la educación. Encoordinación con los concursos y productos del PADEMestamos consiguiendo apoyo, audiencia y esperamos quetambién incidencia en políticas públicas municipales”.
EXperiencias
NO TODO ES POLÍTICA
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
38—
39
e. Aprendemos haciendo
Los cables del telégrafo llevaron a don Mario Aranda hasta San
Matías, una población cruceña fronteriza con Brasil. Dejó su natal La
Paz, cansado del ajetreo que vivía en Palacio de Gobierno, donde
trabajaba como telegrafista durante el primer gobierno de Víctor Paz,
luego de la Revolución de 1952. Llegó a esa alejada población como
telegrafista y terminó sus días como radialista. Fue en el camino que
tuvo que dejar el lenguaje Morse de los telégrafos para aprender el
lenguaje radiofónico, capacidad por la que es recordado hasta el día
de hoy en San Matías, lugar donde falleció a principios de 2007.
Otro es el ejemplo de Gerardo Lazarte, un reconocido comunicador
de la radio Nueva Libertad de Huanuni. Don Gerardo, como se lo
conoce dentro y fuera de los talleres del PADEM, lleva encima una
experiencia tan extensa como rica: hijo de una familia de doce
hermanos, tuvo que combatir la pobreza desempeñando los más
diversos oficios; y como escuela de la vida escogió la radio, ni más ni
menos que una combativa radio minera que fue varias veces arrasada
por las dictaduras. Su más de medio siglo como radialista empezó con
una escoba, como barrendero de la radio. Antes de los micrófonos
que ahora lo acompañan a diario, fue mensajero, luego operador y
finalmente sonidista. El oficio periodístico lo ejerció veinte años más
tarde, en radio Integración de La Paz. Aunque ha sido varias veces
amenazado y censurado, se atrevió a denunciar los conflictos, la
violencia y la injusticia que rodea a la actividad minera en su tierra
natal. Ahora no sólo es director de la radio Nueva Libertad, sino que
está a punto de concluir la carrera de Derecho.
Al igual que don Mario y don Gerardo, gran parte de los
comunicadores locales nos hemos ido formando con la experiencia,
tropezándonos y levantándonos por instinto, animados por las ganas
y la vocación.
Incluso quienes tenemos la posibilidad de asistir a una universidad nos
damos cuenta de que en ellas se ofrecen escasas oportunidades de
capacitación en producción radiofónica; ni siquiera las radios de los
centros urbanos cuentan con personal especializado o dedicado a la
producción. Nos vemos obligados a aprender haciendo: pero seamos
cuidadosos, aprender haciendo no es improvisar. Ya hemos reflexionado
sobre las consecuencias negativas de improvisar en la información
–informar sin saber, sin ética y sin responsabilidad- y sabemos que aquel
prestigio que nos cuesta lograr se puede perder en un instante si no
actuamos con seriedad con la información que brindamos.
Aprender haciendo significa aguzar ingenio y voluntad, perseverancia
y vocación de servicio para adquirir arte y oficio. Esto es, también, y
lo hemos comprobado asistiendo a los talleres del PADEM, buscar
oportunidades alternativas para capacitarnos y adquirir nuevas
habilidades. En los talleres del PADEM hemos ido recorriendo la
práctica de diferentes formatos radiofónicos y hemos podido hacer
productos con ellos en los estudios móviles que se armaron en cada
encuentro.
Ahí vimos la gran cantidad de cosas que somos capaces de hacer:
es cierto que esta labor de aprender mientras hacemos y hacerlo bien
demanda mucho más tiempo, pero tiene grandes recompensas que
justifican el esfuerzo. Con voluntad para mejorar y desarrollar nuevas
ideas, ¡se puede!
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
40—
41
f. Nos capacitamos para vestir radiofónicamentelos contenidos
Los viejos decían que la letra entra con sangre, y los alumnos y
alumnas estaban condenados a ser torturados para aprender las
lecciones de la escuela. Pero la radio no es la escuela, los
comunicadores no somos profesores y, peor aún, los oyentes no son
alumnos. Para que la información completa y responsable sea
escuchada y tenga buen impacto, debe ser presentada de forma
atractiva y seductora a los oídos de la gente: debe ser vestida con sus
mejores galas. No hay forma de que la radio entre con sangre, los
oyentes son dueños del dial: si no les gusta, lo mueven y listo.
Vestir radiofónicamente nuestros productos requiere más que en
cualquier otro medio masivo, apelar a la creatividad y al entusiasmo,
al deseo de hacer las cosas ¡bien!
En ello ha sido interesante la experiencia que hemos desarrollado con
el PADEM. En los diversos talleres, sistemáticamente, nos hemos
esforzado por capacitarnos en el uso de recursos radiofónicos para
lograr que nuestras cuñas, sociodramas, microprogramas y
especialmente las radionovelas, resulten atractivas para nuestros
oyentes, capten su interés y lo mantengan. Y lo hemos hecho
explotando de la mejor forma la tecnología de un estudio sencillo,
como los que tenemos en nuestras radios.
Así también, nos hemos esforzado por ir descubriendo y
aprovechando la potencialidad de cada uno de los formatos para
determinados propósitos: la capacidad movilizadora de las cuñas; el
potencial informativo de los microprogramas; y la versatilidad de los
sociodramas que nos ayudan a sacar fotografías para el oído sobre la
vida de nuestra gente y mostrar la sociedad con la que soñamos…
Los diversos formatos y la capacidad de manejar los recursos
radiofónicos con destreza, nos permiten, objetivamente, vestir
radiofónicamente los contenidos que deseamos ofrecer; nos permiten
poner nuestro arte y oficio al servicio de la sociedad.
“Creo que la radio es un excelente medio decomunicación e integración; sin embargo, la tareapendiente es dar espacio a las necesidades y
aspiraciones de la gente que no tiene otra forma deexpresión; me refiero especialmente a los jóvenes y lasmujeres. Hay temas como la drogadicción, el alcoholismo, lafalta de trabajo o la violencia que cada día ocasionanproblemas en la sociedad y que podrían encontrar en laradio al menos una mano que ayude a resolverlos. Es ciertoque hay muchos programas para jóvenes y también denoticias, pero falta dar un paso más”. Es la palabra de YndraMontoya, de 19 años, comunicadora desde niña. “Lo únicoque hice fue seguir los pasos de mi madre (Nirza Cueto,periodista de dos radios locales del norte cruceño), laacompañaba a todas partes y como una cosa natural, fuiaprendiendo el oficio. Cuando me di cuenta, la radio era mipasión”, comenta. Las primeras veces que Yndra asistió a lostalleres del PADEM, fue en compañía de su madre; demanera que cuando ocupó su propia plaza comorepresentante de su medio y su programa radial, ya eraconocida por todos. “Muchas veces reflexionando en lostalleres o conversando con mi madre, he visto que no quieroquedarme en un programa como los demás, quiero que mipapel sea crear nuevos formatos y espacios en los que lasmujeres con problemas de violencia puedan hacerse oír y,sobre todo, recibir ayuda”.
EXperiencias
¿Y SI LE PASAMOS EL MICRÓFONO A LOS JÓVENES?
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
42—
43
g. Hacemos una radio útil
Tener arte y oficio es y debe ser hacer de la radio un medio útil.
Aunque la radio no es una escuela ni una universidad, puede enseñar
mucho y, aunque no es una parcela donde podemos sembrar para
cosechar, puede guiar nuestro trabajo día a día, con la información
precisa y necesaria.
La historia de la radio boliviana y las experiencias concretas de San
Gabriel, Pío XII y Fe y Alegría, por citar las más importantes, son muy
ricas en ejemplos de cuánto contribuye la radio a la formación de
personas. Si bien es cierto que la radio no forma profesionales en
serie, ha dado lugar al surgimiento y proyección de muchos
comunicadores que luego han aportado significativamente al mundo
de la comunicación y el periodismo boliviano.
Es que, especialmente en lo rural, la radio cumple funciones
esenciales: es muy útil y práctica para tomar decisiones, poner temas
en agenda, descubrir potencialidades y motivar cambios favorables.
La radio forma ciudadanos, ayuda a crear conciencia en la sociedad
sobre los temas que los afectan y los impulsa a desarrollarse, a
construir consensos y a concretar objetivos de bien común. Forma,
como hemos visto, lo público en el público.
La radio también moviliza. No porque sirva para convocar a
movilizaciones, que es una tarea con la que debemos ser
cuidadosos, evitando ser utilizados para fines particulares. La
capacidad de movilización de la radio, especialmente en local, tiene
que ver con la posibilidad de alentar a la ciudadanía para la
realización de tareas para el bien de todos, como campañas contra
la violencia, cuidado del medio ambiente, mejoramiento de los
espacios públicos… Por eso decimos que la radio construye
ciudadanía y fortalece lo público.
Las campañas orientan, informan y movilizan la acción ciudadana.
También a través de las campañas aprendemos a crear sinergias para
movilizar recursos. En nuestros municipios trabajan una serie de
instituciones y organizaciones que, unidas, pueden lograr grandes
objetivos, incluso concretar políticas públicas que habían sido
postergadas.
Empujar el carro hacia fines de bien común y con recursos
compartidos, ayuda a la comunidad y también a la sostenibilidad de
la radio. Pero, sobre los recursos y la forma de hacer sostenibles
nuestros medios hablaremos más adelante. Lo importante en este
punto es reconocer la utilidad de la radio como un medio más de
mostrar el arte y el oficio del comunicador local en beneficio y
utilidad de su comunidad.
h. La producción permite que la radio seasostenible e independiente
Los comunicadores acostumbramos a proclamar nuestra
independencia y a lamentar nuestras dificultades para sostener
económicamente nuestros medios. Es que resulta difícil ser
sostenibles e independientes sin un proyecto que genere los recursos
que necesitamos.
Siendo como somos los hombres orquesta de nuestras emisoras, con
muchas tareas que cumplir y con pocos medios para hacerlo, tenemos
que recurrir a la producción como una forma de atraer audiencia y,
por ende, recursos publicitarios para solventar el funcionamiento de
la radio.
Producir significa entrar al mundo de la competitividad. Esta ya no es
una opción sino una exigencia y estamos obligados a producir buenos
productos, que además de tener contenido sean claros y atractivos.
Sólo así es posible pensar en garantizar la sostenibilidad de la radio.
Ser sostenibles mediante buenos productos, además, nos acerca a la
independencia. En la medida en que seamos rentables podremos
preservar nuestra independencia y resistir los embates de quienes
quieren manipularnos a título de permitirnos subsistir. Si se respeta
nuestro arte y oficio, si ganamos con ello el prestigio que nos asegura
audiencia, podremos ser económicamente independendientes y
asegurar larga vida para nuestros medios.
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
44—
45
i. Ética: principio y fin de nuestro arte y oficio
La radio son los comunicadores, y el arte y oficio de cada uno de
nosotros se expresa en lo que la radio produce y emite. Como hemos
visto, para adquirir y fortalecer el arte y el oficio como comunicadores
locales tenemos que esforzarnos en hacer bien nuestro trabajo, en
todos los aspectos.
Esto, además del desarrollo de una serie de habilidades y el mejor
aprovechamiento de los recursos técnicos y humanos, requiere
sólidos principios como personas y como ciudadanos. La base ética
de cada uno de nosotros es, por tanto, el pilar que nos orienta para
tener arte y oficio. Como dice el conocido filósofo español
contemporáneo, Fernando Savater, hacer las cosas bien es un
principio ético, de igual o mayor importancia que cualquiera de las
premisas que hemos venido analizando.
Somos parte de un escenario complejo de desafíos y demandas que
debemos satisfacer para cautivar a nuestro público; somos parte de un
municipio y somos corresponsables de su destino; somos solidarios
con una población para la cual nos esforzamos en mejorar y cualificar
nuestros productos.... Hacemos las cosas bien, damos lo mejor que
podemos, este es el principio ético con el que empezamos y
concluimos nuestro trabajo.
NILS ANGULO,
Montero, Santa Cruz
cronistas de tierra adentro
Los 41 años de Nils Angulo se diluyen, seolvidan, ante sus sonoras carcajadas. Estemontereño encarna, en cuerpo y alma, elestereotipo tantas veces maltraído delcamba feliz y bonachón. Alto, moreno yfornido, tiene la inconfundible voz del
locutor de radio. Su parlamento, cargadode chistes y dobles sentidos se escucha,invariablemente, en frecuencia modulada,pero, a la hora de ponerse serio, sin perderel tono, es capaz de entablar unadiscusión profunda y bien argumentada
Si tu vida es una crónica, sólo q
ueda hacer de ella tu
oficio. En Bolivia, muchas veces,
ser periodista no es
una opción, es un sino. Más allá de la sede
de gobierno
y un puñado de ciudades, los pe
riodistas no se hacen,
nacen, o, más bien empatan
sus destinos con la
necesidad de contar, de hacerse o
ír. Estos periodistas no
son héroes, buscan, a su manera
, en el micrófono y en
el texto, su piedra filosofal.
sobre cualquier aspecto de la realidadpolítica, económica o social del país.
No siempre fue así, sin embargo. Comomuchos jóvenes de su natal Montero,creció y se formó en medio de loshabituales conflictos de una poblaciónemergente. Desde los años 70, Montero, a50 kilómetros de Santa Cruz, recibió unenorme caudal migratorio, especialmentedel occidente del país y una importanteinversión agroindustrial, que la empujó sindarle tiempo a pensarlo, a enfrentarproblemas de vivienda, servicios básicos yeducación, que en su mayoría fueronsatisfechos tarde, mal o nunca.
“Había que ganarse la vida, cuenta Nils, y,la verdad no era difícil. El comercio, otrabajar en una de las industrias, odedicarse a los ´negocitos´ que nofaltan…”. En Montero, esos negociosempezaban en los alrededores de loscírculos empresariales y terminaban, siuno lo quería, en el narcotráfico o la ventade autos ´chutos´ (robados). “Lo difícil erasentar cabeza, la verdad. Montero es unaciudad que ofrece mucho de diversión, deoportunidades de ganar plata y si uno semete en ese torbellino, por ahí no se dacuenta que su vida no va a ningunaparte”, agrega.
Definitivamente, así como los negociosfluyen y las empresas prosperan en susalrededores, la marginalidad se respirahoy como ayer, y sólo el espíritu optimistadel cruceño impide que el drama de unasociedad sin rumbo explote en sus narices.
Nils Angulo tenía 20 años cuando semetió en la radio. Su proyecto eracooperar a que la imagen de una de lasgrandes empresas azucareras asentadasen la zona estuviera siempre a buenrecaudo. Problemas como la explotación,el trabajo infantil y las condiciones de lazafra siempre causaban malestar en losempresarios y las explicaciones,convincentes de preferencia, sonabancomo una letanía. Había, por tanto, quehacer una labor preventiva. Nils y otros
jóvenes emprendedores eran los indicadospara ello. Campañas, promociones,regalos, publicidad, eso hacía que todo lomalo quede en el olvido… Así que, poco apoco, con el rótulo de productorindependiente, se fue haciendo de unespacio en la radio. Un espacio queademás se granjeó la simpatía de otrasempresas y, con su personalidad comoconductor, de la audiencia.
Lotería. El joven Nils había dado pronto enel clavo y estaba, también, satisfecho consus proyecciones. No obstante, pordesgracia o por fortuna, el espíritu noduerme y el de Nils empezó a tenersobresaltos cada vez más frecuentes.
Todo empezó con un acontecimiento quecuestionó, primero, el amor por su terruño.El descubrimiento de los altos niveles decontaminación en el agua que provocanlos químicos que desecha el ingenioazucarero instalado en el municipio,evadidos e ignorados por décadas por losempresarios, cuestionaron su amistad sonellos. “El ingenio hace tratamientoanaeróbico al agua residual para despuéslargarla al cauce del río Piraí. Lo quesiempre se cuestionó fue la extrañamortandad de peces, por supuestadescarga de jarubichi (agua negra yolorosa contaminada del ingenio), perodespués de sendas investigaciones de lasautoridades medioambientalistas, todoquedó en nada. Sin embargo el dañosiempre saltaba a la vista: el atentado a larica fauna piscícola, las acequias delganado y lo más grave, la contaminacióndel agua que utilizan los zafreros para suhigiene personal, aseo de su vestimenta ypara preparar los alimentos”.
Luego, vino el descubrimiento de los actosde corrupción de las autoridadesmunicipales que malversaban el presu -puesto del municipio y obstaculizaban lafiscalización y participación de lasorganizaciones sociales. “Montero es unode los municipios que recibe mayorcantidad de impuestos por la presencia delas industrias, sin embargo, nada se
traduce en mejoras en la vida de la gente,¿dónde va esa plata?, ¿en qué quedan lasdemandas de la población? Nadie parecíaquerer responder a esas preguntas y yo nome sentía dispuesto a dormir sinaveriguarlo”.
Así empezó la carrera de Nils en elperiodismo y también su compromisomilitante con las causas que afectan a sugente; pero, tanto en lo personal con en loprofesional Nils sabía que le hacía faltaalgo más.
“En Montero siempre sobra qué hacer,excepto cuando lo que se busca sonoportunidades de capacitación. Hay centrosde computación, escuelas regulares, algunoque otro instituto, pero todo básico. Decomunicación y periodismo, nada (…) Yosentía que algo no estaba bien, así que mepuse a estudiar con gran sacrificio en SantaCruz, en la Universidad Autónoma GabrielRené Moreno, de donde egresé comocomunicador; y luego en el ISEC, que medio el título de Técnico Superior enMarketing”, cuenta.
Recién egresado, lo primero que hizo fueemplearse en un medio y hacer dereportero. No duró mucho. “Ahí sí quesupe lo que eran las presiones. A uno leponían las palabras en la boca y si no lasrepetía igualingo, le llegaba el memo.Siempre fui rebelde a ese tipo de manejomediático”, recuerda. Pero, como ladecepción no está en su vocabulario, Nilsfue buscando por sí mismo lasoportunidades que le permitieran crecerprofesionalmente. Se unió a los colegasque asistían a los talleres decomunicadores locales del PADEM,confiado en recibir los programas queéstos repartían con la idea de “llenar”unprograma que tenía en mente. “Mi ideaera comprar un espacio en la radio y hacerun programa bien hecho, para eso mehacía falta material… Nunca pensé quepoco a poco, me iría convirtiendo en unactivista del buen periodismo”, dice,acompañado de otra de sus sonorascarcajadas.
Talleres, redes, intercambios y cursos deactualización… Nils se hizo un asiduoasistente a cuanta oportunidad deaprender se le presentó. Volvió a serproductor independiente, pero de la formaen la que quería y creía: con el programaBrújula una radio revista de la tarde dondese tratan los temas que preocupan yocupan a la gente; se realizan debates y seemprenden campañas de educaciónciudadana. Además, se propuso poner asu municipio a la vanguardia, creando elportal Montero Noticias, que actualizadiariamente con historias de la gente einformación del lugar.
“Si no me hubiera unido al grupo decomunicadores locales del PADEM, notendría la valiosa oportunidad decompartir con colegas de todo el país ni laposibilidad de actualizar y ampliar miconocimiento. Estoy muy agradecido conla gente del PADEM a quienes consideromi segunda familia”.
Nils Angulo no pasa desapercibido ni enlos talleres el PADEM ni en su natalMontero. “Mi forma de ser ayudó a queme gané el respeto y el reconocimiento dela población, que finalmente es a la queuno se debe”, sostiene. Seguramente poreso, ahora que está lejos de su ciudad nodeja de trabajar. Mientras recorre con lavista el auditorio, me dice con un guiño:“A otra cosa, mariposa” y, antes de quereaccione, apura la despedida. “Es que yosoy entrevistador, soy malo comoentrevistado”. Lo cierto es que le esperanmejores opciones, Lynne Walker, periodistanorteamericana que visita La Paz paradictar un taller sobre Periodismo deInvestigación, se prepara para iniciar lasesión. Ágil y oportuno, Nils conversa conella, quiere hacer un contacto en vivo parasu programa. Está en lo suyo.
3
MI MUNICIPIO ES BUENA NOTICIA
capítulo
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
50—
51
a. Apostando por el bien común
Uno de los desafíos del periodismo, entre tantos otros, es poder estar
a la altura de los tiempos que le toca vivir a la sociedad. Y, sin duda,
este es un tiempo de profundas transformaciones en el país, cambios
a los que debemos responder. Son cambios que tienen que ver con la
sociedad en que vivimos: un país diverso, cuya ciudadanía necesita de
buena información para ejercer plenamente sus derechos; un país
cuyas autoridades deben cumplir eficientemente con sus funciones
para garantizar estos derechos y la calidad de vida a la que todos
aspiramos; un país, finalmente, que precisa de un periodismo
responsable, pluralista y de servicio al bien común.
Estos son, también, tiempos en que se habla de una crisis del
periodismo; en que se ha resignado en buena parte la credibilidad de
los medios de comunicación, en los que se ve a periodistas y medios
como espacios de confrontación, pugna o show, antes que de
encuentro y debate. Y aunque este es un tema que se discute en todo
el mundo, en Bolivia se ha puesto en evidencia en varios aspectos: por
Puentes para la comunidad
un lado, en la necesidad de fortalecer las capacidades de los perio distas
de todo el país y de todos los medios de comunicación; por otro, en la
importancia de mejorar la calidad de los productos informativos;
también, en la necesidad de recuperar la esencia de servicio a la gente
que constituye el eje fundamental de este oficio y.- finalmente, en la
urgencia de defender y respetar los derechos de las personas, el
pluralismo, la libre expresión y el acceso democrático a la información.
Esto, más que un obstáculo, constituye un espacio de grandes
oportunidades. En nuestro país los medios populares gozan de un prestigio
muy grande por su aporte a la educación de las poblaciones apartadas y
marginadas y este puede ser el punto de partida para que los medios locales
se conviertan en constructores de ciudadanía, en defensores de los
derechos, en puentes entre las autoridades y la población.
Los talleres y encuentros del PADEM se han convertido, en los
últimos años, en espacios de reflexión sobre la calidad y la misión que
debe guiar nuestro trabajo. En todos estos años, hemos ido creciendo
como personas, y por ende como profesionales, con la convicción de
que nuestro papel es esencial para el desarrollo de la ciudadanía en
nuestros municipios. Pero, está claro que ese convencimiento no
puede quedarse únicamente en nuestra conciencia, necesitamos
traducirlo en acciones puntuales, aterrizarlo en nuestras
comunidades y demostrarlo con resultados.
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
52—
53
Es así que iniciamos un interesante proceso de elaboración e
implementación de campañas ciudadanas desde nuestros medios de
comunicación. No solamente con la idea de producir programas o
cuñas que reflexionen sobre temas que interesan a todos, sino,
principalmente, con la intención de “agendar” temas que
consideramos importantes para la ciudadanía; generando acciones
desde las autoridades y movilizando gente y recursos para que se
plasmen en resultados. Así, nos acercamos al gobierno municipal, ya
no sólo para reclamar o fiscalizar sus acciones, sino para estimularlos
a trabajar junto a nosotros por causas comunes. También, cambiamos
nuestra llegada al público, movilizándolo para que participe en temas
que le concierne.
Ese ha sido nuestro granito de arena, y tenemos muchos ejemplos. Al
principio, por la falta de costumbre en desarrollar este tipo de tareas,
no teníamos muchas ideas. Luego fuimos conociendo experiencias de
otros países, como las Teletones chilenas, y nos percatamos que la
violencia en el hogar, la búsqueda de mejores condiciones para la
educación, la seguridad ciudadana y una infinita lista, podían ser
abordadas en estas campañas de acciones conjuntas desde los medios.
Incluso, muchos colegas nos mostraron que con empeño y capacidad
de diálogo, se puede incidir en políticas públicas, como el caso de
Capinota, donde la radio Magnal logró una ordenanza para unir
“Antes de esta experiencia, no imaginaba que se podían hacertantas cosas”, señala Fernando Rocabado, responsable deradio Magnal, en el municipio de Capinota. Este comunicador
local, junto con otros aliados como la Defensoría de la Niñez yAdolescencia, la Dirección Distrital de Educación, el Comité deVigilancia, el gobierno municipal y otras instituciones, desarrollóuna campaña para alertar a los jóvenes y niños sobre laimportancia de reducir la violencia intrafamiliar. Al mismo tiempoque elaboraba y difundía cuñas, entrevistas y programas en torno ala temática, logró conformar una Red de Prevención y Atención a laViolencia Intrafamiliar, instancia que recibió el respaldo edil conuna ordenanza.
“Ha sido un reto gratificante”, dice Limberth Casazola, de la radioLiromar, del municipio Villa Vaca Guzmán, en Chuquisaca. A travésde programas como Nivel Xtremo, Hablemos de Educación, cuñasen castellano y guaraní y concursos juveniles, este comunicadorlogró generar una gran movilización de jóvenes, niños, padres defamilia, plantel educativo y autoridades municipales para mejorarla educación formal.
“La clave está en la acción concertada de varios actores”, afirmaBeatriz Mena, co directora de la radio Sur Agricultura de Mecapaca,La Paz. En este, como en muchos municipios rurales, la atenciónmédica preventiva es una tarea pendiente. Como aporte a lasolución de este problema, Sur Agricultura asumió el desafío demotivar y coordinar con otras instancias del municipio para detectarlos problemas de salud de los niños, niñas y adolescentes de lasunidades educativas del área de cobertura del municipio. Luego detres meses de campaña intensiva: difusión de cuñas bilingües,entrevistas de seguimiento, reportajes en profundidad sobre laproblemática y actividades de atención médica, el municipio cuentaen 2010 con información sobre la situación médica y dental deaproximadamente 500 niños y adolescentes. Esto permitirá orientarlas acciones del Centro de Salud, además de haber logrado unarelación entre los personeros de salud y la población.
EXperiencias
LAS CAMPAÑAS COMOMEDIO DE EDUCACIÓN CIUDADANA
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
54—
55
acciones contra la violencia. En Mecapaca (La Paz), concertando
entre todos los medios, los vecinos y los candidatos a alcaldes, se
conformó una plataforma de gobernabilidad, incorporando los temas
prioritarios de la comunidad en la agenda electoral y alcanzando un
consenso entre todos los candidatos para que, sea quien fuera el
ganador y futuro alcalde, se respete ese acuerdo que, hoy en día, es la
base del Plan de Desarrollo Municipal (PDM).
b. El bien común “vende”
En este proceso fuimos descubriendo las particularidades y ventajas
de este trabajo de alianzas. Convertidos en articuladores, resultó
mucho más sencillo convencer también a las empresas privadas de los
réditos que puede proporcionarles participar de nuestras campañas.
De esta manera, vieron que promocionar sus productos o servicios
siendo solidarios con el bien común, vende más… y mejor.
Peter Zenteno, de Achacachi, es un ejemplo de ello. Peter se ha
movilizado activamente y no sólo ha logrado que muchas obras y
acciones se concreten en bien de su población, sino que pudo unir a
autoridades, organizaciones sociales y empresas en torno a estos
objetivos.
Inicialmente creíamos que las campañas eran ideas individuales, que
debían pertenecer sólo a nosotros o, a lo mucho, a nuestro medio.
Con el tiempo también descubrimos la importancia de generar
sinergias entre medios –como el caso de Mecapaca-, pues se refuerza
el impacto de la campaña y se encaminan mejor los resultados.
Los espacios generados por el PADEM son, ahora, nuestros espacios
de intercambio de ideas y propuestas para incentivar nuestras
campañas. Nos formamos una idea al inicio del año y la vamos
poniendo en práctica a lo largo del mismo, con el respaldo del
PADEM y la participación de otros colegas. Incluso, como no existen
incentivos económicos que no sean los que nosotros generemos con
nuestras alianzas, se ha implementado un concurso, “Mi municipio
es buena noticia”, que premia anualmente las mejores campañas con
material de trabajo.
“En pocos países del mundo existen tantos mediosdedicados a brindar información local y, también,pocos países donde tantos comunicadores se
capaciten para responder a esta demanda”, reflexionaIván Contreras, un conocido periodista chuquisaqueñoque asiste desde 2005 a los talleres del PADEM. “Enestos espacios hemos encontrado una verdadera escuela,porque si bien la tradición de radios comunitarias ylocales es antigua en el país, los comunicadores noteníamos la orientación en temas de gestión, desarrollo,valores democráticos y participación ciudadana quehemos ido adquiriendo y que nos han hechotransformarnos como periodistas (…) Empezar a trabajarcon los derechos humanos, ir sembrando estos conceptosen la audiencia, aportar para que haya una buenagobernabilidad, son aspectos que algunos periodistas noacostumbrábamos explotar, pensando que nuestro papelera más a favor de la polémica, más político.Personalmente creo en este cambio para contribuir a loque realmente le hace falta al país: educaciónciudadana, tolerancia y buenas gestiones para quemejore la calidad de vida. Pienso que lo que no hacenlos medios nacionales, lo hacen los pequeños medioslocales”.
EXperiencias
BOLIVIA ES PIONERA ENCOMUNICACIÓN MUNICIPAL
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
56—
57
c. Nuestro espíritu crítico
Nada de esto es posible si no alimentamos a diario nuestro espíritu
crítico. Es éste el que nos permite percibir cuáles son los temas que
deben ocupar nuestra atención; darnos cuenta de qué reclama
nuestro concurso; de cómo debemos defender, por encima de todo,
el bien común, la buena convivencia y los derechos de las personas.
El espíritu crítico que debe alentar a todo periodista no tiene que ver
con la crítica mordaz y despiadada a las autoridades o a las personas,
sino más bien con un sólido conjunto de principios a los que no nos
permitimos renunciar y que nos obliga a no dejarnos manipular y
defender nuestra opinión democráticamente. Si como periodistas
podemos aportar más a la gobernabilidad que a la pugna política,
estaremos usando nuestro espíritu crítico; si además de mostrar y
denunciar la violencia, luchamos con autoridades, organizaciones y
vecinos contra ella, estaremos dando realce a ese espíritu crítico.
La libre expresión que garantiza nuestra Constitución Política del
Estado también tiene que ver con ese espíritu crítico, con la
capacidad de acceder a una pluralidad de opiniones para aportar a la
construcción de ciudadanía, con respetar y hacer respetar los
derechos de todos, sin discriminación de ninguna naturaleza.
Con las campañas, con nuestros mensajes cotidianos, con la forma en
que tratamos la información y la trasmitimos a la gente, alimentamos
ese espíritu crítico que, también se ve enriquecido con la lectura y
reflexión de los temas coyunturales para los cuales debemos
prepararnos constantemente.
Los talleres y encuentros del PADEM también representan una
posibilidad de fomentar este espíritu crítico a través del espontáneo y
plural debate de ideas en el que se respetan todas las posiciones, se
argumenta y discute en base a la información. Allí, como luego
trasladamos a nuestros medios, somos defensores a ultranza de estas
premisas.
“Una población está bien informada cuando los mediosy los periodistas cumplen con su papel de llevarlesinformación completa y oportuna. Cuando una
comunidad es vulnerable a los rumores y a la manipulación,es por que los medios de comunicación no están haciendobien su trabajo”. Juan Pacheco, que empezó como discjockey y presentador en el municipio orureño de Pazña,confiesa, no obstante, que no es fácil mantener un espíritucrítico en un contexto de polarización y confrontaciónpolítica. “Es un desafío en un pueblo minero campesinocomo Pazña, acostumbrado a ser combativo y muypolitizado. En mi programa yo empecé haciendo participar ala gente; luego informaba sobre temas de planificaciónparticipativa, derechos humanos y ciudadanía; y combinabacon productos como la Edilicia, la Plaza Municipal y otros.Poco a poco me he ganado mi espacio, incluso he podidohacer alianzas con las autoridades para llevar adelanteobras para la población.”
EXperiencias
INFORMADOS, NO MANIPULADOS
PETER ZENTENO,
Achacachi, La Paz
cronistas de tierra adentro
Achacachi, ponchos rojos y fundamen -talismo aymara. Peter Zenteno guardadiscretamente los auriculares de su MP4para conversar. Tiene 25 años, pero suapariencia es la de un adolescente. Unasonrisa infantil y tímida, y una voz, tenue
y pausada, no delatan su cercanía con losmicrófonos y los estudios de radio.
Peter Zenteno, director de la radioMunicipal y del canal 2 de Achacachi, noes, sin embargo, un adolescente
Si tu vida es una crónica, sólo q
ueda hacer de ella tu
oficio. En Bolivia, muchas veces,
ser periodista no es
una opción, es un sino. Más allá de la sede
de gobierno
y un puñado de ciudades, los pe
riodistas no se hacen,
nacen, o, más bien empatan
sus destinos con la
necesidad de contar, de hacerse o
ír. Estos periodistas no
son héroes, buscan, a su manera
, en el micrófono y en
el texto, su piedra filosofal.
intrascendente. Aunque nació en medio delos rigores del altiplano paceño, aprendiótemprano a sobrevivir con ingenio. Dueñode un talento innato en la tecnología, sedio modos desde niño para estar al tantode los adelantos de Internet y lascomunicaciones. Sus padres, ayudarontanto como pudieron. Achacachi –situadoa orillas del Lago Titicaca-, es un municipiodonde viven cerca de 20 mil personas ytiene una intensa actividad comercial. Esademás, un espacio político neurálgicopara el occidente del país, especialmentepor su fuerza simbólica: Achacachi es laexpresión de la emergencia indígena en elescenario político a partir de lareivindicación de los usos y costumbresaymaras y la apuesta por unaparticipación activa en los procesospolíticos.
Claramente coincidentes con la propuestapolítica de Evo Morales, lasorganizaciones sociales, indígenas ycampesinas de Achacachi, han estadosiempre cercanas al proceso de cambioliderado por el MAS. Sin embargo, lahistoria de su presencia en el escenario dela política es anterior. Conocido como unpueblo aguerrido, la incursión de losmovimientos indígenas de la región deOmasuyos, fueron determinantes en eldesenlace de la Guerra Civil que enfrentóa liberales y conservadores en 1899, y queterminó con el traslado de la sede degobierno a La Paz. También fue esencialen la Revolución de 1952, que impulsó laReforma Agraria y el voto universal. Ainicios de este nuevo milenio, la crisis de lademocracia liberal empezó a vislumbrarsetambién desde Achacachi, de la mano desu histórico dirigente, Felipe Quispe, ElMallku. Fue a partir de su liderazgo y deldiscurso de “la otra Bolivia” con queirrumpió en el adormecido imaginarionacional, que este municipio lacustre sefue dibujando como un reducto de lanueva insurgencia del poder indígena, de
la defensa de los recursos naturales y delos derechos de los pueblos originarios. En2003, durante la guerra del gas que derivóen la renuncia del entonces presidenteSánchez de Lozada, los Ponchos Rojos deAchacachi ofrecieron resistencia a lasfuerzas del gobierno en la zona deWarisata. Achacachi, los Ponchos Rojos yla intransigencia y valentía de ese pueblose convirtieron entonces en el emblemadel poderío indígena y, también, en elsímbolo de la tensión cultural y social quetodavía es evidente en el país.
Peter Zenteno, con 25 años, no recibióotra herencia que la certeza de laimportancia de la identidad, lastradiciones y los principios de la culturaaymara, pero, sin necesidad de traicionar asus ancestros, les dio lectura propia. “Yocrecí como todos los chicos de mi pueblo,deseando tener otras oportunidades. Veíaque mi municipio era un lugar de gentemuy trabajadora y que con ese esfuerzoíbamos a salir adelante”. Como muchosjóvenes achacacheños, Peter encontró enla radio el espacio para crecer, divertirse yaprender. En un municipio en expansión,la radio y también la televisión tuvieronuna gran influencia a finales de los 90.Gran cantidad de estaciones seinauguraron y, a pesar de que nacieroncon el objetivo de sentar una presenciainformativa y política en el lugar, por lafalta de recursos humanos y tambiéntécnicos, pronto se convirtieronprincipalmente en espacios de música yescuetas informaciones locales. “En esaépoca todos los jóvenes teníamos un lugaren las radios, teníamos programasmusicales, algunos de información ycomunicados, nada más”.
Con todo, estas limitaciones noincomodaban a Peter y sus amigos. Esmás, aprovechando el liderazgo que teníaentre los jóvenes, se dedicó a reclutar aotros adolescentes de las escuelas y poner
en el aire diversos programas. “Incluso,para variar, teníamos un programa demúsica clásica”, recuerda.
Tan inmiscuido como estaba Peter en laradio, no percibía la necesidad de ir unpaso más allá. “Fue el año 2005, cuandollegó la invitación a unos talleres decapacitación técnica e información. Mepregunté: ¿qué más podemos aprender?”.
Asistió con varios jóvenes –algunosprácticamente niños- a esos cursos. Lasorpresa fue grande cuando descubrió allíla veta que no sospechaba. “Aprendí,aprendimos, mucho en estos encuentros.Entramos siendo unos y salimos siendootros… No sólo fue el contenido de loscursos sino descubrir que había cientos decomunicadores como nosotros, haciendomiles de cosas que también podíamoshacer para que nuestra gente viva mejor”.
Peter y esa “pandilla” de jovencitosachacacheños que lo acompañaban, sefueron lanzando a otras iniciativas: músicasí, pero también entrevistas, debates,información que le interese a la gente,reflexión sobre los problemas delmunicipio, seguimiento a las gestiones delas autoridades… Moviéndose condinamismo, tomó la idea de las campañaspara poner temas candentes en agenda(la contaminación en Achacachi, porejemplo) y articular con autoridadeslocales, organizaciones sociales e inclusoempresas privadas para encontrarsoluciones. “Cambiamos muchas cosas y apesar de que estábamos acostumbrados aser conocidos por nuestros programas deradio, fue este trabajo que nos convirtió enreferentes de nuestro municipio”.
Con la misma rapidez e ingenio, Peterpasó a la televisión, sin dejar, empero, laradio. Con su habilidad por la tecnología,aprendió por si solo a manejar la cámaray la isla de edición. “Empecé a trabajar enlos dos medios, todo el día, jornadacompleta, no tenía tiempo ni parapensar”.
Fue cámara en mano que a Peter le tocóconfrontarse con una realidad que habíadejado postergada: la de la polarizaciónpolítica que vive el país, la de laintolerancia con el que piensa diferente, lade la conflictividad política que le ha dadomal renombre a su municipio, la de losexcesos en su propio contexto. “Estabatrabajando para el canal Municipalcuando me llamaron para cubrir unacontecimiento. Era una manifestación encontra de los prefectos opositores que,según decían los supuestosrepresentantes de los Ponchos Rojos,buscaban la separación del país. Filmamoslos discursos encendidos y de pronto, sinque nos diéramos cuenta, colgaron yempezaron a sacrificar a unos perritos…No te puedo contar sobre mi reacciónporque cuando me di cuenta estaballorando, me sentí impotente, quería haceralgo, pero como todos, prácticamente meinmovilicé”.
Aquella tarde del 22 de noviembre de2007 que Peter recuerda, lo registrado porél recorrió el país entero y llegó inclusofuera de nuestras fronteras. La cruelmatanza de animales no fue, sin embargo,el único caso: meses más tarde, 11personas acusadas de robar –dos de lascuales murieron quemadas-, fueronlinchadas en el mismo municipio enaplicación de la justicia comunitaria. Estosdos acontecimientos se sumaron a lareputación aguerrida de Achacachi y, bienexplotados mediáticamente, edificaronuna imagen de barbarie y salvajismo quedejó inconformes a muchos achaca -cheños, como Peter. “No puedo quedarmeindiferente ante esto. Achacachi es unpueblo de gente que ama su cultura, perono de asesinos”.
Fue su punto de inflexión. Con otros dosjóvenes que ya trabajaban con él y quetambién estaban siendo capacitados enlos talleres de comunicadores locales delPADEM, decidió sacar adelante suprograma de debate y de noticiasciudadanas Tal Cual. “Nos planteamos el
objetivo de mostrar a nuestros vecinos ytambién al resto del país, que los interesespolíticos estaban ayudando a destruirnuestra sociedad, mostrándonos como unpueblo violento y sanguinario. Hablamoscon la gente, con las autoridades yempezamos a trabajar por recuperar loque verdaderamente somos y sobre todolo que queremos ser. No necesitamos ir encontra de nuestra cultura para respetar losderechos de los demás”, dice.
Peter cumple casi tres años en esta lucha.Un desafío que lejos de desanimarlo, le hamostrado que es posible otro Achacachi.“La radio tiene un efecto maravilloso yestamos trabajando para mostrar a la
gente que hay valores de convivencia quenos convienen a todos, ese es nuestroreto”.
Con una grabadora digital en mano y conuna agenda apretada que incluyedespachos y entrevistas en vivo para suprograma, Peter se dispone a“desconectarse” por unas horas paraasistir a un taller de periodismo en La Paz.Está consciente de que la formaciónprofesional es “la única respuesta parasuperar nuestros problemas”. A punto deconcluir la carrera de Derecho, sabe cómohacerlo: abre sus sentidos, se sientaerguido y se sumerge en el contenido dela charla.
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
62—
63
4
LA COMUNICACIÓNCONSTRUYEDEMOCRACIA
capítulo
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
64—
65
Un compromiso de todos
He aquí, entonces, un enorme equipaje. Una pesadísima maleta
que debemos trasladar en las espaldas: principios, conceptos,
actitudes, comportamientos, capacidades, responsabilidades, roles,
estrategias, acciones… En fin, pareciera que el camino elegido por
nosotros, los comunicadores, no puede ser más complejo, por
momentos, casi imposible de recorrer.
Pero, ya se ha visto que los equipajes pesados no siempre son indeseables.
Alguna vez lo hemos comprobado: cuando nos ponemos en la espalda una
carga valiosa, por la que hemos luchado, que sabemos nos hace falta; cuando
compramos lo que soñábamos, el peso es casi un placer.... Otra cosa son los
trastos, los que sabemos inútiles o en desuso, ¡cuánto fastidio transportarlos!
Exactamente lo mismo ocurre con este oficio que hemos elegido: las
responsabilidades son muchas pero, paso a paso, vamos viendo que cuanto
más equipaje nos acompañe en el trayecto es mucho más seguro y
reconfortante nuestro caminar.
¿Cómo, habiendo tantos principios que poner en práctica constantemente, en
todos y cada uno de nuestros actos; habiendo tanta capacidad y técnicas que
adquirir para darle calidad a nuestro trabajo, vamos a ser capaces de
renovarnos y mejorar como comunicadores desde el reducido espacio de
nuestros municipios o comunidades? Tener compromiso democrático podría
ser la respuesta, pero debemos aclarar qué significa esto y cuán cerca o
distantes estamos de él...
Tener compromiso democrático no es sólo un conjunto adicional de valores
y principios que debemos recordar y poner en práctica, es una convicción que
corresponde a todo ciudadano con su país y su gente, pero que, en el caso de
los comunicadores locales, debe ser realmente visible, oíble, tocable.
Hay muchas formas de expresar este compromiso democrático en un medio
de comunicación. Si contamos con valores democráticos firmes, somos
capaces de transmitirlos y difundirlos; darle forma en todos y cada uno de los
productos que difundimos.
Pongamos como ejemplo de compromiso democrático la educación que
optamos por brindar a nuestros hijos. Si bien no existe manual alguno para
ello, los padres y las madres tratamos de transmitir a nuestros hijos lo mejor
de nosotros mismos; les damos valores y nos hacemos el propósito de
transmitirles los mejores principios en todos nuestros actos. Es nuestro
compromiso como padres.
Algo similar sucede en nuestro oficio como comunicadores. Contamos con
una serie de premisas que deben guiar nuestro trabajo y deben reflejarse en
todos y cada uno de nuestros mensajes y productos. Este es nuestro
compromiso democrático.
Es un camino largo. Pero, algunas reflexiones básicas nos pueden ayudar a
fortalecer este compromiso. Extrayendo algunos de los temas que hemos
discutido en los talleres del PADEM, trataremos de poner énfasis en ciertos
aspectos que son especialmente importantes en nuestro país.
a. Nuestro desafío es construir ciudadanía
Bolivia vive un periodo democrático ininterrumpido desde 1982. Es
decir son casi 30 años de democracia. Quizás los más jóvenes no
recuerden el país en periodos dictatoriales porque nacieron con la
democracia como cuna y escuela. No obstante, no podemos
permitirnos olvidar a generaciones anteriores que, en los años 70 y 80
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
66—
67
del siglo XX, lucharon por reconquistar la democracia. Los
periodistas y comunicadores protagonizaron una parte importante de
esta lucha, a través de los medios defendieron los derechos
democráticos de la sociedad.
Transcurrido más de un cuarto siglo, vemos que no sólo importa
haber recuperado la democracia como forma de elección de
autoridades, sino convertirla en una forma de vida en la que se
respeten los derechos de las personas y se logre un desarrollo
equitativo para todas y todos los bolivianos. Para que esto sea posible,
hay que construir ciudadanía.
Se construye ciudadanía respetando los derechos de los otros, pero
también cumpliendo con obligaciones. Derechos y deberes son los
elementos centrales del ejercicio de la ciudadanía y esto es algo que
necesitamos entender todas y todos los bolivianos.
¿Qué nos corresponde reclamar y qué obligaciones tenemos con
nuestro país, nuestra sociedad y nuestra comunidad? Este
aprendizaje, ya lo dijimos, se realiza paso a paso, y el papel de los
medios de comunicación es fundamental para guiar este proceso,
principalmente desde lo local, donde el ciudadano ve los problemas
cerca y se sitúa frente a ellos con sus obligaciones y derechos.
“En nuestros municipios, somos referentes de lagente, incluso a muchos periodistas los conquistanpara ser autoridades (...) Nos identifican y se
identifican con nosotros, eso nos da la obligación demejorar constantemente. La radio enseña a la gente,pero también es una escuela para conocer la realidad denuestra comunidad. Yo empecé sin saber mucho, conmiedo a hablar, poco a poco me fui soltando… Recuerdolos primeros talleres del PADEM, yo era como un radar,tratando de captar todo lo que oía. Uno aprende de lasexperiencias de los otros compañeros, de la capacitacióntécnica y también de la información que nos dan y queluego no se queda en nosotros, se devuelve a la gente”,dice María Teresa Parada, una joven comunicadora deGral. Saavedra, Santa Cruz, que creció junto a los talleresdel PADEM. Actualmente, estudia comunicación ycomparte su tiempo entre los estudios, el trabajo en laradio y una serie de actividades para las que espermanentemente convocada. “Para mí, toda posibilidadde aprender es valiosa, por eso, aunque cada vez tengomenos tiempo, no dejo de asistir a estos talleres, muchomenos a los intercambios en los que conocemos amuchos periodistas y nos capacitamos con los mejoresprofesores. Nos vamos a nuestros municipios “bienarmados” y con muchas ideas, conocimientos yherramientas para mejorar nuestro servicio”.
EXperiencias
SOMOS UN REFERENTE PARA LA GENTE
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
68—
69
Tenemos que estar convencidos, como comunicadores locales, de que
la democracia es el mejor sistema de vida en sociedad y que los
ciudadanos responsables son quienes hacen posible que esta
democracia sea fuerte. Sólo así podremos contribuir a construir
ciudadanía.
b. No hay democracia sin información
Una democracia necesita ciudadanos bien informados. Pero para que
cumpla el papel de fortalecer a la democracia, esta información debe
ser plural, amplia y responsable.
Esta difícil combinación es posible cuando los periodistas y los
medios tienen un verdadero compromiso y convicción democrática.
Como hemos repetido a lo largo de este texto, si se tiene claro que se
quiere ayudar formar y practicar los valores democráticos, debemos
brindar información completa y responsable.
Una población que no está informada no puede ejercer ciudadanía y
es susceptible de ser manipulada o de equivocarse en las decisiones
que toma. Es lo mismo que, como vimos en anteriores capítulos, les
sucede a los comunicadores cuando informan sin estar informados.
La tendencia a lo escandaloso, a lo irresponsable y superficial, tanto
en comunicadores como en el público, procede de la falta de
información constante y completa.
Para proteger y defender el bien común, los ciudadanos siempre
deben estar bien informados. A ello, por supuesto, ayuda la existencia
de una pluralidad de medios, pero no sólo tiene que ver con la
cantidad sino sobre todo con la calidad.
En el escenario municipal, hemos visto recientemente el surgimiento
de una gran cantidad de emisoras de radio, bajo el denominativo de
comunitarias. Siempre será saludable que surjan nuevos medios,
principalmente en las regiones más olvidadas y aisladas, pero no se
debe perder de vista que para que éstas aporten verdaderamente a las
comunidades, no deben convertirse en simples voceros de intereses
parciales o particulares. Nuestro compromiso con la democracia pasa,
primordialmente, por la preservación de nuestra independencia, éste
es un valor esencial.
“Es difícil no estar ni con Dios ni con el diablo”, diceÁngel Mamani, conocido periodista del Chaparecochabambino. “Hemos vivido demasiados
ejemplos de comunicadores y comunicadoras que usanlos medios y las emisoras para hacer carrera política.Ninguno de los ejemplos que recuerdo ha tenido muchoéxito, a la audiencia no le simpatizan estos cambios debando. No está mal tener simpatías políticas, lo malo esusar los medios para defenderlas, o que se creen mediossolamente con fines políticos. Los periodistas somosmejores y más útiles en otros campos”. Ángel que es unperiodista con mucha experiencia, ha participado ennumerosos talleres y encuentros, en ellos ha dejadotraslucir su preocupación por la violencia que se vive ensu región. “He tenido la oportunidad de trabajar condirigentes y autoridades de toda clase y puedo decir queaunque hayan presiones, los comunicadores podemoscumplir con nuestro papel como servidores si esa esnuestra prioridad”, afirma.
EXperiencias
NI CON DIOS NI CON EL DIABLO
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
70—
71
c. Contribuimos a la buena política
Existe una sutil diferencia entre hacer política y contribuir a la buena
práctica de la política, y esto debe quedar claro entre los
comunicadores y comunicadoras. Hacer política a través de los
medios nos lleva a usarlos para nuestros fines personales y provoca
que éstos pierdan su esencia de servicio público. En cambio,
contribuir a la buena política significa ayudar a mejorar la forma de
practicarla, obligar a los políticos a respetar al público y a lo público
y lograr que la ciudadanía desarrolle una nueva concepción acerca de
su relación con la política: a la conquista de una gobernabilidad que
es garantía de desarrollo.
Hemos visto numerosos casos de comunicadores que utilizaron y
utilizan los medios como trampolín para proyectarse a diferentes
cargos. También hemos visto casos de comunicadores destacados que
se han dejado seducir por partidos políticos y usan sus espacios para
estos fines. El resultado de cualquiera de estas prácticas es la pérdida
de credibilidad y la pérdida de la función principal de servicio de los
medios.
Es obvio que el comunicador, como cualquier ciudadano, tiene
derecho de tener una opción política y dedicarse a ella; lo que no
puede ni debe hacer es emplear su función como comunicador para
este propósito ni hacerlo desde su medio.
Bolivia necesita renovar su relación con la política, que se ha
desgastado, entre otras razones, por este tipo de malos ejemplos. Sin
embargo, para construir una democracia sana y fuerte, es necesario
que comunicadoras y comunicadores hagamos nuestro máximo
esfuerzo por recuperar la independencia de los medios y los
periodistas.
Se debe tener presente en todo momento, que cuando un
comunicador viola este principio, no sólo afecta su prestigio, sino que
afecta a su audiencia, que se siente engañada y desprotegida. Evitar
este delicado conflicto es parte de nuestro compromiso democrático.
“Cuando uno vive en El Alto, aprende a ver todotipo de realidades: la pobreza, el poder de loscomerciantes, del contrabando, de los dirigentes
políticos, de la violencia, la prostitución, etc. También seda cuenta de que ni trabajando 24 horas al día se podríaresolver todos estos problemas porque falta muchaeducación, formación, recuperación de valores. Entonces,no se trata sólo de hablar de derechos humanos, sino deir llevando adelante acciones para ayudar a la gente”,comenta Marco Antonio Careaga, comunicador. Desde suprograma en la radio y el boletín que publicamensualmente, Marco Antonio ha ido llamando laatención sobre temas de desarrollo municipal. “Partimosde mi barrio, que es una zona conflictiva por la violencia;hablando con la gente, concienciando a padres y jóvenes,reflexionando sobre lo importante de ciertos valoresfamiliares. Luego nos contactamos con autoridades,instituciones y ONGs que trabajan en El Alto paracoordinar acciones y recibir apoyo, porque estas tareas,al menos en un inicio, no son rentables. Hay queempezar por casa, con la gente que uno conoce y loconoce, para después ampliar el trabajo y en eso la radioes fundamental”.
EXperiencias
EMPEZANDO POR CASA
Comunicadores locales arte y oficio 2005-2010
72—
73
d. Creemos en la interculturalidad
No hay democracia sin interculturalidad. En países diversos, con
lenguas, orígenes y culturas diversas, la interculturalidad es parte
esencial de la democracia. Significa convivir entre todos y todas con
respeto y buscando la equidad, sin importar las diferencias culturales
o el origen étnico.
Esto es algo que experimentamos todos los días y que hemos
aprendido a valorar en los talleres del PADEM, donde hemos
encontrado coincidencias entre comunicadores y comunicadoras de
diferentes regiones y culturas que hemos resultado unidos por
visiones y propósitos compartidos.
Construir esta interculturalidad es un desafío aquí y en el mundo
entero, porque no existe país ni región donde no coexistan personas
diferentes, sea por razones históricas, por migraciones recientes o
como consecuencia de que nuestro planeta está cada vez más
globalizado.
Nuestras culturas se han ido entrelazando e influyendo mutuamente.
La migración del campo a la ciudad, del occidente al oriente, del
altiplano a los valles, ha acercado a personas de distintos orígenes e
identidades.
Pese a las desigualdades que aún persisten, tenemos más cosas en
común de lo que se aparenta: tenemos una historia común, con
muchos aspectos afines.
Estar concientes de ello es parte de este compromiso democrático que
necesitamos fortalecer desde los medios, porque aunque sepamos que
vivimos en un país multiétnico y pluricultural, nos hace falta avanzar
hacia una sociedad intercultural, una cultura nacional compartida
que refuerce todo lo que nos une, sin que cada cual pierda su
identidad.
La democracia intercultural no se construye de la noche a la mañana,
es un esfuerzo de todos los días que nos obliga, como comunicadores,
a dejar atrás actitudes que discriminan y enfrentan. La construcción
de esta sociedad democrática e intercultural es parte de nuestro
compromiso cotidiano desde los medios y no podrá edificarse sobre
la base de rencores; exige apertura para cambiar y llegar a nuevos
consensos.
En muchos municipios rurales tenemos una rica experiencia de
construcción de una democracia intercultural, mediante la
combinación de formas tradicionales de usos y costumbres con los
principios de la democracia moderna. Interculturalidad es el respeto
hacia la forma de ser y pensar de cada uno, pero sin anclarse en el
pasado ni dejarse llevar por las urgencias del presente. Implica tener
capacidad de elegir el camino y buscar opciones y, en ello, el aporte de
los medios, a través de una información responsable y plural, es vital.
Hasta aquí ha llegado nuestra reflexión y este texto, que pretende ser
una síntesis de ese riquísimo proceso del que hemos sido parte estos
años, junto al PADEM. Creemos que estas vivencias que hemos
compartido, tendrían que convertirse en el punto de partida de una
reflexión y una revisión mayor y permanente, que involucre a
comunicadores y no comunicadores, a todos los ciudadanos que
comparten el sueño y el propósito de trabajar por el interés de la
sociedad, por los principios éticos y democráticos que fortalecen a
nuestros pueblos.
Como comunicadores y comunicadoras, este es sólo un primer paso.
Empecemos por este modesto equipaje surgido de nuestras propias
vivencias y reflexiones.
El resto irá surgiendo de la práctica de los principios y compromisos
democráticos que hemos analizado. Como dice el poeta español,
Antonio Machado, “se hace camino al andar”.
EVELYN DEL ÁGUILA,
San Matías, Santa Cruz
cronistas de tierra adentro
Sí, los genes se trasmiten de los padres,pero difícilmente de los suegros. Lahistoria de Evelyn es, sin embargo, laexcepción. Heredera involuntaria del
patrimonio de un comunicador de la tallade don Mario Aranda, tuvo que enfrentarde la mañana a la noche no sólo la muertedel padre de su esposo, sino también la
Si tu vida es una crónica, sólo q
ueda hacer de ella tu
oficio. En Bolivia, muchas veces,
ser periodista no es
una opción, es un sino. Más allá de la sede
de gobierno
y un puñado de ciudades, los pe
riodistas no se hacen,
nacen, o, más bien empatan
sus destinos con la
necesidad de contar, de hacerse o
ír. Estos periodistas no
son héroes, buscan, a su manera
, en el micrófono y en
el texto, su piedra filosofal.
responsabilidad de seguir sus pasos con lamisma altura moral de su andadura.
Maestra de escuela de profesión y madrede tres hijos, Evelyn se acostumbró a vivircon la radio dentro de su casa, en mediode las comidas, como tema de las charlas,protagonista de las reuniones familiares.Lo que nunca hizo ni pensó hacer fuemeterse ella en la radio. “Era la pasión demi suegro, pero siempre lo vimos a élcomo el pilar de ese proyecto, nuncapensé que sería yo la que tendría queplantearme como mantenerla viva luegode su muerte”.
Pero, la vida da sorpresas y la rutinaestructurada y archiconocida de estamaestra de escuela dio un giro cuando, alrepartirse las herencias de don Mario, letocó (junto a su esposo) recibir elimpensable legado, acompañado de unapetición póstuma: “no se deshagan deella”.
En principio, la pareja no encontrabarespuestas a la reiterada interrogante:¿qué hacemos?; pero, cuando el desganoamenazaba con instalarse, volvía a ellos elrecuerdo del amor del padre por sutrabajo en la radio, de la vocación deservicio con que la había llevado adelante,de la forma en que se había impuesto“sembrar soberanía” en la ignota y lejanaSan Matías.
Don Mario, paceño de nacimiento, llegóen los años 50 a San Matías (en elextremo norte de Santa Cruz), dispuesto aaprender a hacer radio y ayudar a travésde ella a que en este distante punto delterritorio boliviano se conozca y se respeteBolivia. Lo hizo sistemáticamente durantevarias décadas, comentando la vida deotras regiones y culturas nacionales ydejando escuchar, puntualmente cadamediodía, las notas del himno nacional.Con esa misma terquedad asistió a lostalleres del PADEM, deseoso de noquedarse atrás ni en práctica ni enconocimiento.
La forma en que Mario Aranda vivió ysudó su radio dejó su impronta en elcorazón de su hijo y su nuera. “Decidimosreanudar el trabajo de la radio. Primero,chamboneando, entrando en cadena conlas redes radiales para llenar los espaciosy haciendo una que otra cosita. Mi esposole hace bien a la locución y en medio desus obligaciones laborales se metía aconducir (…) Poco a poco, pasó lo que meimaginaba: yo era la que tenía queadministrar la radio, ver la programación,estar pendiente de todo… ¡Y sin sabernada!”, cuenta Evelyn.
A la tarea de no permitir que la radiodesaparezca, se sumó la decisión dedevolver el atractivo que sedujo a losoyentes en el pasado. “Aunque meesforzaba, me di cuenta que no escuestión de querer sino de poder… Nosabe Ud. lo que he pasado, ésa ha sido miverdadera lucha”.
Evelyn Francia del Águila de Aranda no es,sin embargo, una mujer que se acobardeante las dificultades. “Como maestratengo que saber que nunca se termina deaprender, así sea a mis años”, dicesobredimensionando su nobles cuatro ymedia décadas. “Además, tenía razonesde conciencia para tomar este reto”.
Se refiere al contexto social de unapoblación como San Matías, casi anexadaa la provincia brasileña de Luis Cácerespor la fuerte influencia de la economíaque se genera en esta localidad. Elmunicipio es extenso, poblado de sitiosganaderos y predios forestales, muchos deellos consagrados ahora al tráfico dedrogas. Es precisamente éste, elnarcotráfico el que, enquistado como estáen la vida de San Matías, ha sellado susuerte. Con una población que no alcanzaa los 10 mil habitantes, lo que fuera laesencia de la actividad tradicional de suspobladores, la ganadería, ha sido relegadapor tareas relacionadas al tráfico deestupefacientes. Más allá de este hecho, latranquilidad con que vivieron alguna vez
estos ciudadanos, se mueve hoy al ritmofrenético de los dólares, las movilidadesde lujo y la imposibilidad de reflexionarsobre el futuro.
A falta de razones, esta constatación quea diario perturba el sueño de madrescomo Evelyn, terminaron empujándola atomar las riendas encabritadas de unaradio que se resistía a perecer. “Losjóvenes de acá ven el narcotráfico como elmejor oficio, y si alguien pretendedesanimarlos, muestran como ejemplo laprosperidad con que vive la gente queanda por esos rumbos. `Yo quiero eso parami’, terminan diciendo, `para qué trabajaro estudiar para pobre…’. Pensé que almenos a la radio se la escucha y desde ahíse puede hacer algo. No se puede unoconformar con esos criterios teniendohijos”.
Para alguien que cree en milagros, losmilagros ocurren y, precisamente cuandoesta maestra y periodista en ciernes semartillaba la cabeza pensando cómotraducir sus buenas intenciones enprogramas radiales, una invitación delPADEM para asistir a los talleresregionales le devolvió el optimismo. “Sehabían enterado que radio Ecológicaestaba otra vez en el aire y nos hicieron lainvitación. No lo dudé ni un minuto”.
Evelyn vio muchas veces transformar esaalegría en frustración. En los talleres todoseran comunicadores de oficio y sentíafuera de lugar. Por suerte, además de unaestación radial heredó la perseverancia delsuegro y continuó “dando pasitos a miritmo, equivocándome y acertando.Trabajando duro”.
Ha transcurrido apenas un par de años.Ahora, por primera vez sentada en unauditorio de periodistas, no sabe si reír o
llorar. Ante la duda, elige el llanto: “es queme siento honrada que me hayan elegidoa mi para este Intercambio, habiendopersonas mucho más expertas”, concluye.
Final de la sesión. Lynne Walker, dosveces finalista del Pulitzer, ha terminadode describir los pormenores de sureportaje sobre Félix Arellano, el jefe delprimero de los grandes carteles de ladroga en México y reflexionar con losperiodistas que la escuchan sobre losriesgos, las metodologías y la pasión queentraña el oficio del periodismo,especialmente en temas tan difícilescomo las investigaciones de delitos,narcotráfico y corrupción. Son 15 loscomunicadores locales que, junto aJuana, Nils, Peter y Evelyn, han llegadopara oírla desde diferentes municipiosdel país.
Es un grupo grande, disperso y variable,pero muchos se conocen ya de variosaños. Son los años en los que, junto alPADEM, se han reunido para asistir atalleres de capacitación y reflexión sobresu papel como comunicadores; hantenido la posibilidad de formar redesentre ellos, intercambiar puntos de vistay material informativo y, como en estaoportunidad, asistir a espacios deformación con periodistas extranjeros.Son años en los que, por si mismos y consus capacidades fortalecidas, han idoasumiéndose a sí mismos como loscronistas de su realidad. Una realidadque, en el torbellino de las ciudades y suvértigo noticioso, difícilmente puedeescucharse pero que, allá de donde ellosvienen tiene una importanciafundamental. Ellos cuentan, ellos secuentan y al hacerlo escriben también lahistoria variopinta de este país.
A modo de corolario
“¿Cuánta plata gasta el PADEM en su pauta? Escucho sus cuñas en todas las emisoras
locales de las poblaciones que están sobre la carretera nueva entre Cochabamba y
Santa Cruz”. Esta pregunta era de un comunicador que, por razones de trabajo,
transitaba esa vía al menos dos veces por semana. El costo de difusión en una radio
local no es muy alto, pero para pagar a todas las emisoras que difunden nuestros
productos se necesitaría una verdadera fortuna.
Alrededor de 300 emisoras locales reciben mensualmente nuestra producción
radiofónica, impresa y audiovisual, a través del Tapeque Informativo. Sabemos que no
todas ellas la difunden, pero tenemos la certeza de que más de la mitad la comparten
con su audiencia.
Y es que el Programa de Apoyo a la Democracia Municipal ha construido una
relación sostenible con comunicadores locales de todo el país. Ellos se comprometen
a difundir gratuitamente nuestros productos y el PADEM fortalece sus capacidades a
través de talleres regionales –en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz- y dos encuentros
nacionales, además de otros espacios de capacitación, y el apoyo a la realización de
campañas en los municipios que les ayuda a posicionarse como referentes ciudadanos
e incluso incidir en políticas públicas.
Pero, la difusión gratuita de los productos no es su único aporte. Luis Antonio
Durán, de Santa Ana de Yacuma, en Beni, viaja por tierra hasta Cochabamba.
Parecido vía crucis pasa Jaime Rojas, que parte de Puerto Suárez, Santa Cruz; o
Humberto Pacosillo, de Apolo, en el Norte de La Paz. Todos lo hacen por llegar al
Encuentro Nacional de Comunicadores Locales. Sí, el PADEM cubre los pasajes,
pero hay mucha gente que no haría ese viaje por tierra ni pagada: estos esfuerzos
demuestran cómo y cuánto se valoran estos espacios y el creciente interés de los
comunicadores de participar en ellos.
Cada vez más, los comunicadores locales asumen la corresponsabilidad del
encuentro. Comisiones formadas por ellos se hacen cargo –entre otras tareas- de
distribuir los alimentos, limpiar los espacios comunes y animar el desarrollo de la
reunión. Ellos saben que no existe otro objetivo que el de mejorar su trabajo
radiofónico. Es cierto, el PADEM no les hace ningún favor. Finalmente, a través de
ellos cumple su objetivo institucional de fortalecer la gobernabilidad a través de una
participación ciudadana responsable. Se trata, entonces, de una comunión de
intereses, que tiene como principal objetivo construir un mejor municipio y una
mayor democracia.
Es que, sin duda, los mejores acuerdos son los que benefician a todos y los que
apuestan por las relaciones a largo plazo. Trabajamos para cientos de comunicadores
locales y ellos retribuyen con permitirnos constatar que vale la pena hacerlo.
Guimer Zambrana y Rosario TindalComunicadores del PADEM.