Post on 08-Oct-2018
Carta deEstados'Unidos
UNIVERSIDAD DE MEXICO
y en todas ellas ha logrado una representación perfecta, manejando a los actores de modo magistral, como' ahora hahecho con el medio centenar de personajes que intervienen en La loca deChaillot.
Pero pasemos de la escena a los libros,y veamos las princi pales novedades literarias de estos días. En el campo rie hnovela, se habla mucho de La mU1er deotro, de Torcuato Luca de Tena, queobtuvo el importante Premio Planeta,cuyo importe asciende a 200 mil pesetas(unos 3,330 dólares). Pero si esta Il:0vela está- hoy en el centro de la actuahdadliteraria, no se debe, me parece, a suspropios méritos, que son escaso~, sinoal relieve que otorga ese imp0rtantepremio, y sobre todo a la situación privilegiada del autor, que dirige la revistaBlanco y Negro y es propietario, con supadre el Marqués de Luca de Tena, deldiario ABC. La mujer de otro relata uncaso de adulterio entre una mujer casada con un hombre de negocios, y unpintor que fue su novio en tiempos. Elrelato está llevado con agilidad y un estilo directo, pues Torcuato Luca de Tena es ágil periodista, pero ni la psicología de la pareja amante, ni el forzadodesenlace de la novela pueden convencernos. Para que el adulterio, aunque yaconsumado, no continúe, y los adúlterospuedan arrepenÜr.$e y regresar a sushogares respectivos -pues el pintor también está casado-, Torcuato Luca deTena ha inventado un personaje femenino de católica activista, que catequizay salva almas para el cielo, y que se lasarregla al final para separar a los amantes y que la novela termine santamente.
Más importante me parece la novelade Juan Antonio Zunzunegui El premio,que también acaba de aparecer en estosdías. Se trata de una aguda y animadasátira de la vida literaria madrileña yde la abundancia de premios literariosque conceden hoy en España el. Es~ado,ayuntamientos y empresas edItonales.Con su estilo característico, de frasescortas y abundante diálogo, Zunzuneguinos presenta una rica y variadísima galería de personajes del mundo literario,algunos de ellos tomados del natural.Como en casi todas las novelas de Zunzunegui, también en ésta logra el novelista vasco sus mejores aciertos en lasátira social y costumbrista y en la pintura de los tipos.
Pasando al ensayo, quiero destacartres libros notables, los tres aparecidosen la colección Biblioteca Breve de laeditorial Seix Barral. Me refiero a Lajuventud europea y otros ensayos, deJosé Luis Aranguren, en el que este granensayista español define su actitud decatólico liberal e inconformista frentea situaciones sociales y religiosas establecidas en la España de hoy; La responsabilidad del escritor, de nuestro inolvidable Pedro Salinas -el gran poeta yprosista muerto en los Estados Unidoshace ya diez años-, libro que se abrecon una espléndida "Defensa del lenguaje" a la que siguen ensayos sobre laminoría literaria y sobre Balzac, entreotros; y finalmente, La -aventura estéticade nuestra edad, de Guillermo de Torre,que es una antología de sus ensayos másimportantes, entre los que hay páginassobre Picasso, Apollinaire, Garda Larca,Unamuno, Machado, Ortega y JuanRamón J iménez.
Para cerrar esta crónica señalaré un
acto literario que ha tenido alguna importancia. La conferencia que ha pronunciado la escritora -Rosa Chacel enla Asociación Española de Mujeres Universitarias, cuya tribuna es uno de losescasos refugios de la actitud y el pensamiento liberal españoles. Rosa Chacelha regresado a España -por poco tiempo según parece-, después de 25 añosde ausencia, durante los cuales ha vivido exilada, con su marido el pintor Timoteo Pérez Rubio, en el Brasil y enArgentina principalmente, donde ha publicado sus últimos libros, como la novela Memorias de Leticia Valle, La sinrazón, y Teresa, que es una biografía
Por Manuel DURÁN
La noticia, difundida en estos últimosdías por la prensa norteamericana, deque el fiscal de la ciudad de Brooklynha protestado públicamente contra losprogramas de televisión de Perry Ma~on,
no ha causado ciertamente gran sorpresa entre los espectadores del país. Enrealidad todos esperaban que ocurrieratal crítica. Hace muchos años que PerryMasan viene ganando todos sus asuntos; ni uno solo de sus clientes ha sidocondenado todavía, y el fiscal hace siempre, en tales casos, un papel bastanteridículo y desfavorable. La verdad esque si Perry Masan gana continuamente,alguien tiene que perder: en este casoes el fiscal. Pero todo ello nos lleva altema, en cierto modo cultural e instructivo, del nivel de los programas de televisión en Estados Unidos, país dondeesta industria ha sido calificada con laexpresión que Marx reservó para la religión: se dice que la televisión es hoyel verdadero "opio del pueblo". El Director Federal de Comunicaciones, Minnow, ha dicho que los programas actuales son "un vasto desierto". La mayorparte de los intelectuales y artistas hancriticado a la televisión en forma incesante, desde hace ya varios años. Las debilidades que se le toleraban al principioresultan hoy injustificables, ya que dicha industria ha entrado en la madurez, y cuenta con medios técnicos yfinancieros que le permitirían dar programas mucho mejores. ¿Por qué, pues,esta falta de calidad?
En primer lugar, no todos los programas son igualmente malos: hay inclusoprogramas excelentes. Éste es el caso,por ejemplo, de los programas que difunde la Universidad de Michigan. EnCambridge, Massachusetts, hay tambiénuna magnífica estación cultural. La Fundación Ford patrocinó durante algúntiempo una serie excelente, titulada Omnibus. Pero son éstas más bien excepciones que justifican la regla. El hecho fundamental, que explica la baja calidadde un 80% de los programas, es simplemente éste: la televisión se encuentradominada en Estados Unidos, como esbien sabido, por los intereses comerciales de los patrocinadores que pagan porlos programas; a los cuales les importaante todo que sus programas sean muypopulares. Dan, pues, al público lo queel público les pide. E invariablemente elpúblico pide dos cosas: "pan" y "juegos
19
novelada de Teresa Mancha, la amantedel poeta Espronceda. Rosa Chacel, queantes de la guerra civil española se hallaba muy unida al grupo de Ortega ysu Revista de Occidente, es hoy una delas mejores escritoras españolas, por lacalidad de su prosa y la finura y profundidad de sus relatos. En su conferencia,Rosa Chacel ha hablado de la técnica dela novela y de su propia obra. Ha sidouna confesión de interés biográfico yliterario, que nos ha explicado la clavede una literatura tan rica en imaginación y en matices como es la obra deRosa Chacel, escritora del linaje deUnamuno y de Ortega.
de circo", es decir, programas en quese reparten regalos (con la excusa de unconcurso) y programas en que aparezca,en aventuras melodramáticas y sensuales, un héroe, un héroe de los que nunca pierden. Es posible afirmar paradójicamente que el héroe se ha transformado en el peor villano: que es él el responsable de la baja calidad de los programas, él quien los hace increíbles y ab urdas. Como ha dicho Elaine Kendall, "lasolución consistiría en humanizar a loshéroes que ya existen, reducir us dimensiones hasta que resulten maneja.bIes. Así los demás personajes tendríantambién su oportunidad. Yeso es lo quenecesitan: un poco de ayuda. Lo demásvendría sin dificultad. Pero no en\ Lícil: el super-héroe se halla firmementeatrincherado en el bulbo de cátodo. Efuerte y duro. Y e tá armado de pie acabeza. No comprende que es humanoequivocarse. No cabe esperar que sepaperder, porque nunCa ha perdido hasta ahora."
Volverse de espaldas a la realidad para identificarse con un héroe, que es loque hace el público, es, naturalmente,transformar el arte en droga: aspirina,calmante, ecuanil o bien opio. Que esoes precisamente lo que es la televisión:una mezcla cuidadosamente dosificada(y ,administrada sin supervisión médica)de excitantes y calmantes, mezcla quellega acompaJiada de numerosos e insistentes anuncios comerciales. que alinterrumpir el relato lo hacen todavíamás absurdo e improbable. Esperar quecambie radicalmente esta situación seríautópico, puesto que depende de dos fac·tares en apariencia inconmovibles: elpatrocinio comercial y la actltud delpúblico. Cabe, en cambio, tratar de··me-joraria parcialmente, apelando al sentido de responsabilidad de los elaboradores de programas, ya que al fin y alcabo la televisión es un servicio públicosujeto a concesiones federales. Desde queempezaron las críticas del Director Fe·deral, los programas de la ColumbiaBroadcasting han mejorado considera·blemente. El año actual nos dará lasolución: si la calidad sigue subiendose habrá ganado una importante batallaen el campo de la cultura popular norteamericana.
Pasando a un tema cultural algo menos comercializado: la temporada deteatro en Nueva York ha empezado es-
20
te año con buen pie: Además de la obrade Tennessee Williams Night of theiguana, a la que ya nos hemos referidoanteriormente, y que ha tenido un granéxito de crítica y de público, el veteranoThornton Wilder, que tanto ha dado yaa la literatura y a las tablas (recordemosEl puente .de San Luis Rey, Nueva ciudad, La piel de nuestros dientes), haestrenado varias obras en un acto, divididas en dos ciclos, bajo el título gene"ra.} de Plays fór Bleeeker Street. El primer _ciclo lo consagra al tema de "Lassiete edades del hombre", el segundo a"Los siete pecados capitales". Las obrasestrenadas llevan por título Infanc:a,Niñez, y Uno de Asís (sobre el temade la lujuria). El decorado es casi inexistente: pero para Wilder el teatro esante todo la creación de una ilusión, yesto queda logrado. No se trata de unteatro de ideas o de tesis: la única ideadominante de la primera obra es simplemente un lugar común, es decir, quel~s niños son muy su[ceptibles al ambiente que les rbdea; y el tema de la segunda es que las generaciones no seentienden entre sí. Claro está que es eldesarroll<? de estas idea~ ,centrales lo queresulta dl~no de atenCIOn: Wilder procede medIante una mezcla muy efectivade trucos, sorpresas, y lenguaje líricomesurado, nunca excesivo o deslumbrant~. Todo su teatralismo lo guarda paraciertos efectos .especiales, no lo despliegaen el lenguaje de sus personajes. Latercera obra no se refiere estrictamentea la lujuria, sino más bien a los remordimientos que el recuerdo de la mismacausa en varios personajes en aparienciapuros y piadosos, en el ambiente medieval de Asís y sus franciscanos. Máscomplicada y algo confusa, es tambiénla más ambiciosa de las tres, y posibleme':lt~ .habrá que esperar para juzgarladefmlt~vamente a que siga la serie, puese te pnmer grupo no es sino el capítuloinicial de una vasta obra teatral. Loimportante, e~ este caso, es que despuésde una ausenCIa de largos años ThorntonWilder ha vuelto al teatro. Wilder es algo así como el Vsigli del teatro nortea~ericano.: figura imprescindible, histónc~ y cláSica ya, incluw para los que noe~tan de acuerdo con sus ideas y con eltipO de obras que escribe.~n cuanto a la .l~teratura en general:
senalemos la apanClón de dos traducciones al inglés de Pablo Neruda, una excelente por Ben Belitt que comprendeuna selección bastante completa de diversos momentos de su obra, y otra delas Odas elementales hecha por CarlosLozano con bastante acierto. Por si estofuera poc~, la casa Spoken Arts, queproduce dISCOs y grabaciones literarias
. a?unci.a una próxima serie de discos de~dlcados a la poesía hispanoamericana yespaí'íol.a Éste es. un campo en que Estados VIUdos no tIene nada que envidiar aotros paíse.s: la mayor parte de 103 poetasnorteamenc~nos conocidos han sido grabados en diSCO, con sus propias voces,y cada mes se añaden nuevos títulos alos catálogos. Los críticos y amantes dela poesía del futuro podrán escuchar aF~ost y Sandburg interpretand? sus propIOS .p~emas. Y la Sección Hispánica dela BI~IIOteca del Congreso está grabando
..también la voz de numerosos escritoreshispanoamericanos: los "caza al vuelo"~n ~uanto visitan Estados Unidos, y lo~l11Vltar a pasar unos días en Washington
y a grabar extractos de sus obras más famosas.
Como era de esperar -o de temerlas malas noticias llegan mezcladas conlas buenas y contrarrestan en parte losefectos positivos del progreso culturalcon las wmbras de la intolerancia y larepresión. En estos días vuelve a hablarse mucho de la situación angustiosa dela editorial Grave Press a raíz de la publicación de Tropie of Cancer de HenryMiller. El libro ha sido perseguido porla censura federal y local, y no puedevenderse en Massachusetts, Rhode Island, Los Angeles, Chicago, Filadelfia,Cleveland, Atlanta, Miami, DalIas, Houston, Seatle, Har(ford, Wilmington, Indianapolis, Des Moines, Sto Louis, Trenton, Buffalo, Phoenix, Oklahoma Cityy Birmingham. El editor, Barney Rossett, ha sido atacado en siete pleitosciviles y tres criminales: y se pasa buena parte de su tiempo defendiéndose enlos juzgados y tribunales contra las acusaciones de que ha sido objeto; mientrastanto, una buena parte de la edición sigue sin vender a causa de la censura. Ytodo porque a los censores se les haocurrido que Henry Miller es pornográfco. Lo contrario es cierto: hay pocos libros tan anti-eróticos y anti-pornográficos como Tmpie of Caneer. Losque creían que la censura norteamericana en materia de pornografía había desaparecido o bien operaba ya en un nivel de compreHsión e inteligencia hantenido que desengañarse: las cosas noe~tán tan mal como antes, como, porejemplo, en la época en que el Ulisesde Joyce era más perseguido por losadll:¡neros que un contrabando de opio,pero tampoco se han arreglado definitIvamente.
Señalemos para terminar la apariciónde una serie de libros sobre arquitectura~ editados por George Braziller, y escntos por diversos autores: En el espaciode unas semanas,. meses a lo sumo, han
. aparecido un estudio sobre la arquitectura romana, por Frank Brown, uno sobre arquitectura gótica, por Robert Branner, uno sobre el barroco y el rococó,por Henry Millon, y uno sobre arquitectura moderna, por Vincent Scully. Están .bien ilust:ados, y, por lo que hemospodido ver, bIen escritos; sobre todo losestudios consagrados a Roma y a la época contemporánea; los otros contienenalgún tecnicismo que los hace difícilesde ~0':llprender para un público no espeCialIzado, pero se convertirán sin dudaen e.xcelentes libros de consulta paraarquItectos. El panorama de la arquitectura no~teamericana de hoyes sumamente deSigual; al lado de edificios innovadores, como la Lever House o elmuseo Guggenheim de Nueva York,a~undan los cubos mal diseñados y sinnmguna inspiración; pero únicamenteuna obra breve y de conjunto como lade Scully permite distinguir claramente y con rapidez lo valioso de lo vulgaren ~n campo tan amplio como es la.arqUItectura de hoy.
*
Hace unos días el campeón de pesospesados Floyd Patterson hizo una breve visita a la Casa Blanca, charló unosminutos. con el presidente Kennedy, fue~otografIado con él, y le reveló quién~ba. a ser su próximo contrincante. ElInCidente en sí no tiene mayor impor-
UNIVERSIDAD DE MEXICO
tancia. El nombre del boxeador qiIe pe- .l~ará con Patterson no púede ser revelado todavía, y Kennedy prometió mantenerlo secreto; pero ciertamente no será Tom MacNeeley, noqueado recientemente por Patterson. Es muy posihle(/be sea Roy Harris. Pero en una' formau otra la visita de Pattenon ha servidopara recordarnos a muchos, si es quelo habíamos olvidado, que el boxeo existe todavía como deporte importante enlos Estados Unidos.
Después del breve y pasajero interésprovocado por la visita de Ingomar Johanssen a Estados Unidos y sus diversaspeleas aquí, la verdad es que el box dejóde llamar la atención, y ha seguido decayendo. La conclusión desalentadora aque han llegado muchos partidarios deldeporte es que se encuentra moribundo.¿A qué se debe este hecho? Según muchos, a la televisión; según otros, es simplemente una crisis pasajera provocadapor la/ escasez de buenos boxeadores. Esposible que ambas hipótesis sean ciertas.
Por una parte es un hecho que laspeleas atraen a poca gente. SolamenteChicago, Nueva York o Filadelfia resultan hoy lugares adecuados para celebrar un match ·impeEtante. ¿Para quémolestarse en acudir al ring cuando, enmuchísimos casos, es posible ver el espectáculo en la televisión? La gente haido perdiendo la cestumbre de salir decaSa por la noche. Yel resultado es que,si bien siguen celebrándose, de vez encuando, buenas peleas, al disminuir elinterés por el box en general ha decaído la actividad de los pequefios clubsdeportivos y los encuentros de segundacategoría han disminuido enormemente, con la consiguiente disminución enel número de nuevos boxeadores jóvenes. El deporte se sostiene en gran parte gracias a boxeadores ya bien conocidos. Y como por otra' parte la corrupciónde algunos de ellos es igualmente bienconocida, el público se retrae cada vezmás. Los abusos de estos últimos años,abusos evidentes y muy comentados porla prensa, en que varios encuentros resultaron arreglados de antemano en unaforma muy clara, han hecho al deportemucho daño; la televisión le ha idoquitando público. Al fin y al cabo, si elbox debe convertirse, como lo es ya lalucha libre, en un deporte de actores,con todos los resultados consignados deantemano en una especie de seript, resulta que los atletas que toman parte enla lucha libre son mucho mejores actores que los boxeadores, saben llamar másla atención, son más espectaculares ymás expresivos. En este plan no haycompetencia posible.
Y es una lástima, ya que los boxeadores norteamericanos solían ser, y quiz;íson todavía, los mejores del mundo. Pero si aquí el elemento humano está fallando algo, en cambio las carreras decaballos constituyen un motivo de orgullo: internacionalmente, los caballosnorteamericanos han hecho últimamenteun excelente papel y han ganado variospremios en Australia y otros países. Ylos caballos enviados de otros países para competir en Estados Unidos se hanrevelado menos veloces que el productoindígena norteamericano.
Como es sabido, los deportes consti·tuyen una de las actividades más inter·nacionales y que mejor permiten al mismo tiempo observar la diversidad de lasculturas. Algunos observadores han in-
UNIVERSIDAD DE MEXICO 21
Tennessee Williams - "éxito de crítica y de plilJliro"
tentado, con cierto éxito, explicar elcarácter nacional de los ingleses basándose en las reglas del cricket. No estamos del todo convencidos, sin embargo,de que, suponiendo que sea el beisbolel deporte norteamericano por excelencia, sirva para explicarnos gran cosaacerca de la psicología del país. Pues, nolo olvidemos, el beisbol, al fin y al cabo,es tan popular en Cuba o en el Japóncomo pueda serlo en Estados Unidos. Ylos rusos, que acaban de anunciar supróxima participación en el torneo detenis de la Copa Davis, pueden dar másde una sorpresa en el campo de los deportes, incluyendo el beisbol.
Siguiendo con el tema de los deportes:quizá la actividad deportiva que másrápido crecimiento ha tenido en los Estados Unidos, en los últimos años, es lanavegación en barcas de vela o motor.Se calculan actualmente en 8 milloneslas barcas de todos tamaños dedicadasal deporte en este país; y recientemente ha tenido lugar en Nueva York, en elColiseum, una gigantesca exposición denuevos modelos de yates, visitada por400 mil personas. Algunos modelos sonde diseño avanzado, con tres quillas;abundan los catamaranes, se han exhibido nuevos motores, más poderosos ysil~nciosos: cascos de plástico que no reqUIeren pintura y nuevos aparatos electrónicos para la navegación de altura.El modelo que más éxito ha tenido esteaño, al igual que en el pasado, es el pequeño yate de motor, con cabinas paracuatro personas, y que cuesta más omenos lo mismo que un automóvil nuevo, es decir, entre tres y cinco mil dólar~s. El esq~í. acuático es, junto con eltWlst, la actiVIdad preferida por los jóvenes, y algunos norteamericanos handesempe~ado un papel muy honorableen el reCIente concurso internacional deAcapulco, que por cierto ha sido televüado aquí y ha recibido abundantepublicidad.
Como tantas otras actividades humanas, los deport~s. tienen en este país doscaras,. una pOSitiva y agradable y otran.egauva. y sombría. Nadie se queja, porCIerto, Si aumenta el interés por los deportes acuáticos, o por las carreras decaballos. Pero cuando examinamos lacues~ión .~e.laciona~la con las apuestas,la sltuaclOn cambia considerablemente.Sin apuestas no habría carreras de caballos, e incluso es preciso reconocerque otras formas de juego, como la lotería privada o bingo, pueden tener unafunción social recomendable. Pero el crecimiento del interés por ciertos deportes ha acarreado un aumento excesivoexagerado, de las cantidades de diner~apostadas. Es preciso ser muy puritanopara condenar de antemano toda clasede juegos y de apuestas. Pero se trataaquí, más bien, de un crecimiento desorbitado y que en el fondo no se encuentra relacionado con ningún deportesano. La gente apuesta por razones muyvariadas: para no aburrirse; para crearuna zona de aventura en que el destino,la buena o mala suerte, aparezca claramente y en forma inmediata; por instinto de imi'tación, por mil otras causas.Hay países en que el juego es una fiebre, una manía nacional. Así solía ocurrir, según parece, en China. En EstadosUnidos la situación parecía estar contr~lada hasta cierto punto: la gente ibaa Jugar a Las Vegas, en Nevada, dondela ruleta y los dados merecerían un lugar
en el escudo del Estado, ya que son baseindiscutible de la economía y la prosperidad locales. Y es cierto que se sigueapostando en Las Vegas y en todo Nevada. Pero no es eso todo.
Las cifras que dan algunos especi-alistas policiacos son simplemente increíbles; es preciso hacer intervenir la exageración para hablar, como se ha hecho,de una cifra de 20 mil millones, o incluso, según algunos, de 50 mil millones,cantidad que, según dicen, es la apostada en un año en todo el país. Pero e3evidente que se trata de una actividadinmensa, no fácilmente controlable, engran parte ilícita, y a la cual va a pararun porcentaje muy comiderable de lasenergías, el tiempo y el dinero del país.Se pretende, por ejemplo, que las cifrasinvertidas en el juego superan a las queel país gasta en educación universitariay técnica superior. Incluso que se acercan a las que se gastan en armamentos.Todo pudiera ser; pero lo peor del casoes que los haos de esta complicada yvasta trama suelen estar en manos degangsters y políticos dudosos, y que eljuego ilícito se ha convertido en lo quehace ya algunos años, en la fabulosaépoca de los "veintes", era el licor ilícito: en la fuente de ingresos más seguray abundante par; el hampa. Si la leyprohibe ciertas formas de juego y deapuestas, no basta con que esto sea asípara que la conciencia nacional las rechace, como tampoco era mal vista laviolación de las leyes anti-alcohóli(:as enla década ya mencionada. La policía ylas autoridades locales pudieran con relativa facilidad poner fina este estadode cosas' si no lo hacen en muchas ciudades es' quizá -así razonan los críticoscínicos y pesimistas- porque a sus bol-
sas va a parar una parte del dinero qllel juego produce. En todo caso la presente administración federal esuí tratando de cortarle las alas al hampa alprohibir <-¡ue se transmitan de un Estado a otro los resul tado de ciertos cvcntos deportivos. Incluso el basketbol hasido fuente de numerosos esdndalos enlos últimos alias. Pero on la. apuestaen las carreras de caballos, apuestas celebradas con frecuencia a grandes di'tancias de la carrera, y las pequer-las loterías ilícitas locales, como el "juego delos números" o la "bolita", las que sellevan la parte del león dc los fondosapostados en todo el país. Con frecucncia las apuestas son casi insignificantes.de uno a cinco dólares Es decir, que para llegar a las sumas casi astronómicasque se mencionan, es preciso que seanmuchos millones de norteamericanos losque tomen parte en estas apuestas ilícitas. Y si son tantos los que violanla leyes forzoso que el carácter mismode la ley quede erosionado, que la gente acabe por perderle el respeto a laley. Lo cual no es ya cosa de juego, sinouno de los fenómenos n1<Ís graves quepuedan darse en un país civilizado.
y lo curioso e3 que resulte tan difícilconvencer a la opinión pública de quela situación actual sea anómala y peligrosa. Yo he presenciado sin escandalizarme ciertas conversaciones telefónicas,en gasolineras y otros lugares más omenos públicos, que indicaban con bastante claridad el objeto de la llamada.Después de todo, ¿qué importancia tienepara el individuo o la nación que Fulano de Tal gane o pierda unos pocosdólares? Es la cifra total la que resultaaterradora, no las pequeñas violacionesobservables.